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    LECCIDN

    1

    os aportes de la filosofía de la liberación

    latinoamericana y el proyecto modernidad colonialidad

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    Con esta lección iniciamos una serie de reflexiones que se enmarcan

    en

    un cuarto eje

    conceptual que se propone presentar algunas form'ulaciones del pensamiento crítico latino

    americano.

    De

    modo que en esta lección nos proponemos realizar una vez más un ejercicio

    de sospecha al proyecto de

    la

    Modernidad. Pero

    en

    este caso

    lo

    abordaremos desde un marco

    teórico diferente al que se viene proponiendo. Como podrán leer en las líneas que siguen a con

    tinuación ambas propuestas teóricas-la Filosofía de

    la

    Liberación Latinoamericana y el Proyecto

    Decolonial- son un esfuerzo sustancial para entender

    lo

    que nos pasa desde un contexto situado

    a partir de categorías que recuperan lo mejor de

    la

    herencia europea pero llevando a cabo una

    revisión crítica para pensar y producir conocimiento desde Latinoamérica.

    En primera instancia presentaremos las líneas principales del texto de Enrique Dussel,

    filósofo argentino contemporáneo, quien realiza una crítica al concepto de Europa y propone

    indagar

    en

    dos conceptos de Modernidad corriendo

    el

    velo de

    la

    racionalidad ilustrada para

    mostrar /a cara negada de l Modernidad y las huellas que el eurocentrismo ha dejado en

    nuestra subjetividad periférica .

    Por otra parte, y relacionado con esta propuesta,

    el

    antropólogo colombiano Arturo Esco-

    bar nos presentará las líneas centrales del pensamiento decolonial o proyecto modernidad/

    colonialidad .

    La

    intención manifiesta de ambos autores es iniciar una crítica al pensamiento

    eurocentrado y proponer que es posible transformar los contenidos de dicho pensamiento

    en lo

    referido al sistema mundo moderno/colonial .

    A Dussel se lo puede ubicar como uno de los fundadores de

    la

    Filosofía de

    la

    Liberación

    Latinoamericana (1973),

    junto

    con Arturo Roig Augusto Salazar Bondi, Leopoldo Zea Horacio

    Cerutti Guldberg, entre otros. En su texto Sistema-Mundo y Transmodernidad , parte de un

    enfoque filosófico, para plantear

    la

    necesidad de realizar una crítica profunda a

    la

    Modernidad

    y proponer como eje

    la

    generación de un pensamiento alternativo que se haga cargo del pro

    blema de

    la

    globalización eurocéntrica-norteamericana. Dussel sostiene que se hace ineludible

    irrumpir dando respuestas desde un horizonte cultural más allá de la Modernidad e indagar

    en

    el

    impacto que

    la

    Modernidad eurocéntrica ha dejado en Nuestra América . Por otra parte Dussel

    argumenta que

    la

    propuesta de

    un

    sistema/mundo se afirma a partir del siglo

    XVIII

    y se origina

    con la invasión al continente americano por parte de Europa en 1492 tornándose hegemónico

    mundialmente recién a partir de la Revolución Industrial europea. Esta visión del sistema

    mundo intenta demostrar que desde fines del siglo

    XV

    Europa, a partir del descubrimiento de

    América, comenzó a desplegar dicho sistema-mundo como imperio-mundo ; en este momento

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    Mouján - Quintana Dilling

    nace una economía-mundo-europea . Asimismo afirmará en su trabajo Europa, modernidad

    y eurocentr ismo que estos términos son una invención ideológica que se pretende centro de

    la

    historia mundial.

    En un

    segundo momento plantearemos, a partir del texto de Arturo Escobar, algunas de

    las referencias más importantes del proyecto decolonial y explicitaremos que se entiende por

    pensamiento decolonial . En principio se puede señalar que es

    un

    enfoque que comprende

    una serie de planteas teóricos y que busca llevar adelante un proyecto intelectual crítico a las

    perspectivas del estudio de la modernidad intra-modernas . Un movimiento de pensamiento

    crítico que recoge las elaboraciones conceptuales del Programa de investigación de moderni

    dad/colonialidad latinoamericano (Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel) e invoca una

    epistemología, un sujeto y

    un

    proyecto político que cuestionan los modelos eurocentristas del

    conocimiento. A este proyecto, Escobar lo llama Programa de investigación de modernidad/

    colonialidad y según él, se caracteriza por una serie de desplazamientos/problematizaciones

    en las formas dominantes de comprender la modernidad (desde perspectivas históricas, socio

    lógicas, culturales y filosóficas).

    Antes de avanzar en el desarrollo que nos ocupa, resulta necesario señalar que la noción

    de

    pensamiento crítico se

    inscribe, en este apartado,

    en

    una genealogía de pensamiento dife

    rente a

    la

    corriente de crítica europea (léase Escuela de Frankfurt). Pues aquí refiere a

    la

    aper

    tura y libertad de pensamiento y de formas de vida

    otras. En

    otras palabras,

    en

    este contexto

    'crítico' significa desprendimiento del encantamiento de

    la

    retórica ilustrada, de su imaginario

    imperial articulado con la retórica de la democracia; en tanto, como plantea Walter Mignolo (crí

    tico li teriario argentino), es des-colonización epistemológica que

    se

    revela contra

    la

    racionalidad

    universal impuesta desde Europa.

    Mignolo plantea que

    el

    giro decolonial es

    un

    pensamiento que desnaturaliza la matriz co

    lonial del poder y que abarca e incluye la metafísica occidental, que critica

    la

    historia pensada

    en forma lineal, que discute con

    la

    versión única de la historia. Es

    un

    pensamiento crítico que

    piensa desde los bordes, de las estructuras políticas y económicas entendiendo que más allá

    de la totalidad (sistema) hay una salida: que otros mundos son posibles . El giro des-colonial

    surge de

    la

    diferencia colonial, es decir, de todo aquello que el pensamiento único redujo

    al

    silencio, a lo superado, a lo no existente. Se trata, según palabras de Mignolo, de un giro hacia

    un paradigma otro .

    Al respecto,

    la

    socióloga Catherine Walsh plantea que

    el

    proyecto de

    la

    modernidad/co

    lonialidad se inscribe en

    un

    paradigma-otro dado que intenta construir

    un

    pensamiento crítico

    que parte de las historias y experiencias marcadas por

    la

    colonialidad y no por

    la

    Modernidad.

    Es

    un

    pensamiento alternativo que busca conectar formas críticas de pensamiento no sólo

    en América Latina sino con otros lugares del mundo donde l expansión imperiaVcolonial y l

    colonialidad misma niegan

    l

    universalidad abstracta del proyecto moderno y apuntan a modos

    de pensar, ser y actuar distintos .

    Ahora bien, ¿por qué consideramos que estos aportes son un tema de

    la

    Filosofía de

    la

    Educación?

    Entendemos que

    la

    relación entre filosofía y educación debe comprenderse atravesada

    por el contexto cultural y social en una trama discursiva comprometida con el debate y su

    actualización-, de modo de hacerse cargo de la historicidad de la subjetividad. En esta direc

    ción, entonces, asumimos que

    la

    lógica del corpus teórico que nos proveen las nociones de

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    sistema-mundo/modernidad, modernidad/colonialidad, decolonialidad, posibilita de-construir y

    re-construir el concepto de educación, a

    la

    vez que nos permite ahondar en

    la

    problematización

    de la categoría referida desde

    un

    horizonte de la eticidad y politicidad.

    Los aportes de Enrique ussel respecto

    l

    concepto de Europa

    Los desarrollos que Dussel plantea sobre el concepto Europa tienen como propósito

    la

    intención de realizar una genealogía para señalar en primer término las raíces semitas del con

    cepto y de esta manera diferenciar

    la

    Europa hija de fenicios de

    la

    Europa moderna. Sostiene

    Dussel que

    /a

    diacronía unilineal Grecia-Roma-Europa [ .. ] es un invento ideológico de fines del

    siglo

    XV

    romántico alemán;

    es

    entonces un manejo posterior conceptual del 'modelo ario',

    racista .

    En

    segundo lugar, lo Occidental estará representado por el imperio romano que habla

    latín y se opone a

    lo

    Oriental ,

    el

    imperio helenista, que habla griego. En tercer lugar, Constanti

    nopla desde el siglo

    VII, el

    imperio romano oriental cristiano, se enfrenta al mundo árabe musul

    mán creciente.

    En

    este punto señala que no hay que olvidar que

    /o

    griego clásico -Aristóteles, por

    ejemplo- es tanto cristiano bizantino

    como

    árabe musulmán . En

    cuarto lugar, la Europa latina

    medieval es considerada una cultura periférica, secundaria aislada. De este modo Aristóteles,

    por ejemplo, es considerado más

    un

    filósofo en manos de los árabes que de los cristianos.

    En quinto lugar, en el renacimiento italiano (1453), comienza una fusión entre lo Occi

    dental latino y lo griego Oriental que enfrenta al mundo musulmán (la historia de España es

    claro ejemplo de este momento). Nace así

    la

    ideología eurocéntr ica que Dussel ubica en el

    romanticismo alemán.

    Con

    este esquema Dussel sistematiza, a través del siguiente esquema,

    su hipótesis de que Europa es una invención ideológica.

    La historia

    del

    sia

    es

    una prehistoria europea

    Mundo Griego

    Mundo

    Romano

    pagano cristiano

    Mundo Cristiano

    Medieval

    Mundo Europeo

    Moderno

    Dussel insiste, entonces, en su conjetura, dado que no hay fáctica mente para ese enton

    ces (siglo

    XV)

    una historia mundial y

    í

    hay, en cambio, una Europa latina sitiada

    p r

    el mundo

    musulmán, periférica secundaria en el extremo occidental del continente euro-afro-asiático .

    De manera que

    la

    intención de Dussel es criticar y oponerse a la concepción hegemónica

    de la Modernidad dado que ésta es un problema para

    la

    Identidad latinoamericana . A partir

    131

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    de este momento planteará que hay dos conceptos de Modernidad: El primero es eurocéntrico,

    provinciano, regional.

    La

    Modernidad es una emancipación, una 'salida'

    de la

    inmadurez

    por

    un esfuerzo de la razón como proceso crítico, que abre a la humanidad a un nuevo desarrollo

    del ser humano. Este proceso se cumpliría en Europa, esencialmente en el siglo XVIII [ .. ] Una

    segunda visión de la 'Modernidad', en un sentido mundial consistiría en definir como deter

    minación fundamental del mundo moderno el hecho de ser (sus Estados, ejércitos, economía,

    filosofía, etc.) 'centro' de la Historia Mundial.

    En la segunda visión, Europa es centro de la historia mundial. Según Dussel, aquí se pue

    den ubicar dos momentos: en principio, la llegada de los españoles a América que configura a

    España como primera nación moderna 1492-1610 aprox.);

    y,

    en

    un

    segundo lugar,

    la

    supre

    macía en las colonias de Holanda, Inglaterra y Francia. En esta segunda etapa,

    la

    Revolución

    Industrial y

    la

    Ilustración (siglo XVIII profundizan y amplían

    el

    horizonte ya comenzado a fines del

    siglo

    XV. Es

    en este período donde Inglaterra reemplaza a España como potencia hegemónica

    de

    la

    Europa moderna y, en consecuencia, de

    la

    Historia mundial.

    Es

    aquí donde se produce la

    delimitación conocida hoy en día respecto del ordenamiento geopolítico planetario: la Europa de

    la modernidad se transforma en centro de

    la

    Historia mundial, dejando al resto de las culturas

    como su periferia .

    En este sentido, podemos afirmar con Dussel que el eurocentrismo constituye al resto

    de las culturas como perifer ia y hace de la cultura europea una universalidad-mundialidad .

    Dussel señala que, previo al

    ego cogito,

    se ha enunciado un

    ego conquiro,

    esto es,

    el

    sujeto -incluso antes de ser enunciado como substancia pensante -

    es

    en tanto se impone,

    en tanto despliega su poder hacia

    el

    afuera: conquista. Explica

    el

    autor que

    el

    ego conquiro se

    impuso a partir del siglo

    XV

    como paradigma de vida cotidiana, de compresión del mundo, de

    la

    ciencia y como sistema de creencias. Lo que Dussel se propone mostrar es que

    la

    Modernidad

    por un lado tiene un núcleo racional ilustrado

    ad intra

    que busca alcanzar autonomía e ir más

    allá de su inmadurez provinciana, y por otra parte una modalidad ad extra que está anclada en

    una fuerte irracionalidad, en

    un

    núcleo mítico que se justifica en

    la

    autocomprensión, dado que

    Europa se presenta por su poder militar como una civilización más desarrollada, por ello tiene

    el deber de educar a los bárbaros. Si existiera oposición, es necesaria

    la

    violencia y, de este

    modo, si hay víctimas es algo inevitable.

    Por todo ello, dice Dussel, se hace necesario negar la negación del mito de la Moderni

    dad . Para ello la otra-cara negada de la Modernidad debe primeramente descubrirse como

    inocente

    y,

    al descubrirse como inocente, juzgar a la Modernidad como culpable de la_violen

    cia conquistadora y constitutiva de su subjetividad. Sólo en el reconocimiento de

    la

    Alteridad

    como víctima y no como culpable se hace posible desocultar

    la

    cara negada de la Modernidad,

    que se expresa en el mundo periférico colonial, el indio sacrificado, el negro esclavizado, la

    mujer oprimida, el niño la cultura popular ] como víctimas de un acto irracional (como con

    tradicción del ideal racional de

    la

    misma Modernidad) .

    Sólo así es posible, dice Dussel, trascender la razón moderna. Entonces, es factible desde

    el paradigma de Trans-Modernidad incluir a

    la

    Modernidad/Alteridad mundial, la misma

    que denuncia a aquella Modernidad que a partir de su carácter mítico operó haciendo que lo

    histórico parezca natural, una Modernidad que se definió como emancipación con respecto

    al

    nosotros, pero no advirtió su carácter mítico-sacrificial con respeto a los otros .

    K 32

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      l

    proyecto

    Modernidad

    coloni lid d

    En su texto, Arturo Escobar denomina al proyecto decolonial Programa de investigación

    de modernidad/colonialidad . Este programa está integrado principalmente por intelectuales

    latinoamericanos (Aníbal Quijano, Walter Mignolo, Catherine Walsh, Arturo Escobar, Eduardo

    Castro-Gómez, entre otros) que provienen de distintas disciplinas de las ciencias sociales, hu

    manas. Como antecedentes principales y marco de referencia de este proyecto hay que destacar

    la

    Teoría de

    la

    Dependencia (Faletto y Cardozo), la Pedagogía de

    la

    Liberación (Paulo Freire) y

    la

    Sociología de la Liberación (Fals Borda) y la Teología y la Filosofía de la Liberación (Movimiento

    de Sacerdotes por

    el

    Tercer Mundo). Por otra parte recoge los aportes realizados por Aníbal

    Quijano, lmmanuel Wallerstein y Enrique Dussel, y encuentra

    en

    los aportes

    de

    Frantz

    Fa

    non un

    marco para pensar

    la

    descolonización en términos políticos y culturales, dado que este pensador

    instala con fuerza

    la

    discusión y

    la

    crítica a las estructuras sociales establecidas de

    la

    matriz

    co-

    lonial. También es necesario nombrar los debates modernidad/posmodernidad de los ochenta

    y los estudios culturales

    en

    auge durante la década siguiente, que han sabido nutrir

    el

    corpus

    conceptual de este programa. En este sentido, el proyecto ha establecido un diálogo fecundo

    con los estudios poscoloniales, los estudios subalternos de

    la

    India y

    la

    teoría feminista chicana

    -todas éstas posiciones críticas en torno a las narrativas de la modernidad eurocentrada-.

    Tal

    como señala Escobar esta corriente intelectual no constituye

    la

    única modalidad de

    conceptualización crítica elaborada desde

    la

    región. Pero sí se puede dar cuenta que los dife

    rentes académicos e intelectuales asociados a

    la

    configuración y consolidación de este pensa

    miento decolonial buscan contribuir e intervenir generando

    un

    pensamiento otro .

    De

    esta manera se proponen hacer posible

    la

    transformación

    no

    sólo de los contenidos

    sino también de los términos y las condiciones de los diálogos que se han establecido

    en

    torno

    a

    la

    problemática del sistema mundo moderno/colonial y sus diversas articulaciones locales. A

    esta modalidad programática Escobar

    la

    denomina pensamiento frontera y epistemologías de

    frontera , de allí que este grupo busque intervenir en la discursividad de las ciencias sociales y

    humanas, a

    la vez

    que crear otro espacio para

    la

    producción de conocimiento y de esta manera

    hablar

    sobre

    mun os y conocimientos

    de otro modo .

    La visión intramoderna de la modernidad supone que la globalización es

    la

    radicalizacion

    de

    la

    modernidad. Sin embargo, desde la perspectiva del pensamiento crítico, volver sobre la

    modernidad es

    un

    tema político y

    en

    consecuencia se hace necesario poner en cuestión

    la

    afirmación que sostiene que

    la

    globalización implica

    la

    universalización y

    la

    radicalización de

    la

    modernidad. En relación a ello Escobar señala que esta proposición conlleva no sólo

    la

    expul

    sión de la alteridad radical, sino que va más allá, y se sostiene en que todas las culturas y las

    manifestaciones de

    la

    historia son reducidas.

    Ahora bien,

    el

    fenómeno de

    la

    modernidad política comportó una visión secular y universal

    de

    lo

    humano. El colonizador europeo del siglo XVII

    el

    de la Ilustración, predicaba el humanismo

    pero al mismo tiempo

    lo

    negaba en sus prácticas y los efectos de éstas han sido poderosos.

    No se puede negar que hoy la erudición de los intelectuales de Asia, África, América Latina y el

    Caribe se inscribe dentro de estas figuras del humanismo y

    la Razón

    que fueron forjados por

    la

    Europa del siglo

    XVIII en

    adelante.

    Por

    otra parte, si se quiere asumir un pensamiento alternativo

    se hace necesario asumir el conflicto que se produce en este terreno, porque no hay manera

    sencilla de prescindir de esos universales para pensar

    la

    modernidad política y las cuestiones

    de las ciencias sociales y humanas.

    33

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    Escobar sostiene, que el camino que recorren los intelectuales del proyecto modernidad/

    colonialidad implica cuestionar la idea según la cual, la historia del planeta se explica desde

    las dinámicas de

    la

    modernidad europea.

    Es

    decir

    el

    efecto Giddens plantea que no habría

    un afuera de

    la

    modernidad, pues toda las historias se explican desde una única experiencia

    lineal evolutiva que se emplea como parangón universal, de tal forma que se hace impensable

    la posibilidad de construir proyectos alternativos a los que esta modernidad encarna. Por el

    contrario el proyecto decolonial sostendrá que no será posible pensar

    un

    proyecto político

    si

    no

    fuera posible pensar en la exterioridad de la modernidad.

    as nociones claves del proyecto decolonial

    En este apartado indagaremos en algunas de las nociones básicas que componen el

    proyecto Modernidad/Colonialidad y haremos especial hincapié en conceptos tales como colo

    nialidad del poder (Quijano) y paradigma-otro (Mignolo).

    Ahora bien, antes que nada es preciso primeramente poner en el centro del debate

    la

    diferencia entre las nociones de colonialismo y colonialidad. Esto es necesario porque marcan

    formas analíticas bien diferenciadas para denominar el fenómeno de la dominación.

    Por un lado, el colonialismo hace referencia a una forma de dominación político-adminis

    trativa y cultural a

    la

    que corresponden

    un

    conjunto de instituciones (una metrópolis y un pueblo

    dominado y explotado) e implica el sometimiento por medio de la violencia de un pueblo a otro

    y conlleva

    la

    ocupación del territorio. El colonialismo, tal como lo estamos proponiendo aquí.se

    encuentra estrechamente ligada a los inicios de la Modernidad y es una forma de imposición

    geopolítica que se inicia con

    la

    conquista de territorios fuera de Europa.

    La

    noción de colonialidad se remonta a los planteamientos del sociólogo peruano Aníbal

    Quijano, más concretamente con

    su

    noción de colonialidad del poder. Con esta noción se hace

    referencia a un patrón de poder global más comprehensivo y profundo que emerge como resul

    tado del colonialismo moderno y que perdura, incluso, una vez que la relación de sometimiento

    visible desaparece. Es un patrón de poder que estructura el sistema mundo, donde el trabajo,

    las subjetividades, los conocimientos, los territorios y las poblaciones del mundo son jerarqui

    zados y gobernados para la producción y distribución de la riqueza.

    Así

    la colonialidad es aquello que sobrevive al colonialismo. En otras palabras, el colonia

    lismo

    ha

    sido una de las experiencias históricas constitutivas de la colonialidad, pero

    la

    colonia

    lidad no

    se

    agota en el colonialismo sino que incluye muchas otras experiencias y articulaciones

    que operan incluso en nuestro presente.

    Una vez que concluye el proceso de colonización, la colonialidad permanece vigente como

    esquema de pensamiento que legitima las diferencias entre sociedades, sujetos y conocimien

    tos.

    La

    colonialidad es un patrón de poder que estructura el sistema mundo, donde el trabajo,

    las subjetividades, los conocimientos, los territorios y las poblaciones del mundo son jerarqui

    zados y gobernados para

    la

    producción y distribución de

    la

    riqueza. Escobar, refiriéndose a

    Qui-

    jano, define la colonialidad del poder como

    un modelo hegemónico global de poder, instaurado

    desde l Conquista, que articula raza labor, espacios gentes, de acuerdo con las necesidades

    del capital para el beneficio de los blancos europeos .

    34

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      osaportes

    l

    la tiíosoffa . 

    Por su parte, Castro-Gómez y Grosfoguel -refiriendo al concepto acuñado por Quijano

    plantean que

    en el centro de

    la

    'colonialidad del poder'

    está

    el patrón de

    poder

    colonial que

    constituye la complejidad de los procesos de acumulación capitalista articulados en una je

    rarquía

    racial étnica

    global y sus clasificaciones derivativas de superior/inferior, desarrollo

    subdesarrollo, y pueblos civilizados/bárbaros .

    Según

    lo

    plantea Dussel, de este modo

    la

    colonialidad es entendida como

    el

    'lado oscuro'

    de

    la

    modernidad. Diferenciándose de muchos teóricos de

    la

    modernidad que sostienen que el

    colonialismo

    es

    un momento superado, para Dussel y el proyecto decolonial, por el contrario, la

    modernidad se encuentra indisolublemente asociada a

    la

    colonialidad. Esto es,

    no

    hay moderni

    dad sin colonialidad y, a su vez,

    la

    colonialidad supone a

    la

    modernidad.

    De

    ahí que

    se

    refieran

    a que la relación entre modernidad y colonialidad es de ca-constitución.

    Desde este enfoque, y tal como

    lo

    situamos a partir de Dussel,

    la

    modernidad

    no

    surge

    en los siglos

    XVII

    y XVIII con procesos como

    la

    Ilustración,

    la

    Reforma,

    la

    Revolución Industrial

    y la Revolución Francesa, sino que debe ser pensada mucho más atrás, en los siglos XV y

    XVI

    asociada a

    la

    constitución del sistema mundo-moderno.

    De

    ahí que el proyecto modernidad/

    colonialidad se refiera a que la relación entre modernidad y colonialidad es de co-constitución.

    Son

    dos caras de una misma moneda: no puede existir una sin

    la

    otra. Es por eso que se tiende

    a escribir modernidad/colonialidad. La barra / indica precisamente la relación de constitución

    mutua de los dos términos, así como

    la

    jerarquización entre los mismos.

    De este modo cuando se propone que la colonialidad es producida por la modernidad, es

    decir que alguien es definido como moderno, esto implica que

    al

    mismo tiempo ese alguien no

    es moderno. De este modo el nosotros modernos incluye

    un

    no-nosotros : hay necesaria

    mente un

    otro no-moderno. De

    este modo

    al

    definir un espacio,

    al

    trazar unos bordes,

    se

    define

    un adentro y

    un

    afuera, una interioridad (la modernidad) y una exteriorioridad

    la

    colonialidad).

    Es

    importante aclarar que

    la

    noción de exterioridad no implica un afuera ontológico, sino que

    refiere a un afuera que es precisamente constituido como diferencia por el discurso hegemó

    nico.

    Tal

    como plantea Dussel, el Otro, la alteridad negada por la modernidad deviene en fuente

    principal y original del discurso ético-político como desafío a

    la

    Total idad y más allá del marco

    institucional y normativo del sistema.

    En nombre de

    la

    modernidad se intervienen poblaciones, territorios, conocimientos, sub

    jetividades, prácticas que en su diferencia son producidas como no-modernas, este afuera

    de

    la

    modernidad, esta diferencia colonial , puede ser analizada desde

    la

    noción de pensa

    miento de frontera .

    El

    concepto, acuñado por Mignolo, apunta a

    la

    necesidad de generar

    un

    pensamiento que, asumiendo

    la

    historia,

    la

    tradición, las formas subalternas de conocimiento,

    enfrente al colonialismo de

    la

    epistemología eurocentrada. Como plantea Mignolo, esto permite

    generar un pensamiento otro , un pensamiento frontera que

    se

    mueve más

    allá de las

    cate

    gorías creadas impuestas por la epistemología occidental .

    En

    la

    misma sintonía, Restrepo y Rojas nos proponen cambiar los términos del debate,

    para poder confrontar las críticas que surgen en el seno mismo del sistema; asumir las críti

    cas

    emergentes desde

    la

    diferencia colonial, las cuales constituyen el pensamiento frontera

    rompiendo de esta manera con el pensamiento eurocéntrico como única perspectiva epistemo

    lógica . Se trata de adoptar

    la

    diversalidad como posibilidad de proyecto universal-otro , es

    decir:

    la

    pluriversidad .

    Un

    conocimiento, una perspectiva que se construya desde una lógica

    diferente

    en

    una articulación entre conocimiento subalterno y hegemónico. Porque de lo que

    135

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    10/41

    se trata

    es

    de contribuir a

    la

    conformación de otros mundos, discutiendo con las imposiciones

    globales que en nombre de

    la

    universalidad someten culturas, conocimientos y pensamientos.

    Apostar a

    la

    pluriversalidad es realizar una apuesta p r visibilizar y hacer viables l multipli

    cidad de conocimientos, formas de ser y de aspiraciones sobre el mundo .

    La

    pluriversalidad,

    plantean Restrepo y Rojas,

    es

    /a igualdad-en-la-diferencia, l posibilidad de que en el mundo

    quepan muchos mundos .

    La crítica al eurocentrismo desde el proyecto decolonial consiste en instalar

    la

    idea de

    que todo conocimiento es

    un

    conocimiento situado histórica y geopolíticamente.

    Su

    crítica se

    dirige a poner en cuestión la pretensión europea de un conocimiento sin sujeto, sin historia, sin

    relaciones de poder, un conocimiento desde ningún lugar, una razón deslocalizada.

    En

    oposición

    a esta pretensión, el pensamiento decolonial se piensa como paradigma otro que tiene en

    consideración la geopolítica y la carpo-política, esto es

    la

    situacionalidad geohistórica y corpo

    ralizada que articula

    la

    producción de conocimiento.

    De esta manera, en términos del sistema mundo, el pensamiento decolonial

    no

    se queda

    en el análisis de países o regiones aisladas, sino que le interesa comprender lo que sucede en

    un país o región

    en

    relación con

    el

    sistema mundo. Siendo

    la

    noción de sistema mundo una

    unidad de análisis del pensamiento decolonial, no el estado nación o

    la

    región como si existieran

    por sí mismas. Este énfasis analítico

    en el

    sistema mundo es lo que constituye la perspectiva

    geopolítica del pensamiento decolonial. Debido a lo que no existe modernidad sin colonialidad,

    por esto los diferentes autores asociados al pensamiento decolonial hablan de sistema mundo

    moderno/colonial . La perspectiva de sistema mundo es clave para entender cómo se produce

    la

    modernidad, expandiendo a escala planetaria las formas políticas y económicas propias de

    la experiencia europea, y sus repercusiones en todos los ámbitos de la vida hasta el presente.

    El

    sistema mundo es producido en el proceso de expansión colonial europea, que conecta por

    primera vez las diferentes regiones del planeta dándole así una nueva escala (global). Desde

    entonces, las experiencias locales de cualquier región del planeta se hacen impensables por

    fuera de su interconexión en el marco de este sistema mundial. Ahora, ello no quiere decir que

    la

    modernidad 'llega' a todas partes de

    la

    misma manera, o que no es posible entonces un afuera

    de la modernidad, como

    ya

    señalamos anteriormente.

    Respecto a la noción de paradigma otro acuñada por Walter Mignolo, lo que el pen

    samiento decolonial busca no es consolidarse como un nuevo paradigma teórico dentro de la

    academia (como lo son el postestructuralismo,

    la

    postcolonialidad, etc.), sino cuestionar los

    criterios epistémicos de producción del conocimiento académico asociados al eurocentrismo y

    a la modernidad. De ahí que pretenda consolidar

    un

    conocimiento no eurocéntrico y desde la

    herida colonial , es decir,

    un

    paradigma otro. Esto

    lo ha

    argumentado en repetidas ocasiones

    Walter Mignolo cuando afirma que lo que se busca con el pensamiento decolonial no es sólo

    cambiar los contenidos, sino también los términos y las condiciones de las conversaciones. De

    este modo el pensamiento crítico propuesto por el proyecto

    M C

    explica que la modernidad/co

    lonialidad sugiere que

    la

    globalización debe ser entendida como una perspectiva geohistórica y

    crítica latinoamericana. Siendo su objetivo labrar nuevas formas de análisis, no contribuir a los

    ya establecidos sistemas de pensamiento (eurocéntrico), sin importar cuán críticos sean éstos .

    En

    síntesis, este paradigma otro presenta como marco de discusión central al concepto

    de colonialidad que opera en tres diferentes niveles:

    36

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    11/41

    • Colonialidad del poder (político y económico racializado);

    • Colonialidad del saber (encarnada

    en

    las formaciones y establecimientos académicos

    eurocentrados y las narrativas modernistas. Nivel de lo epistémico, filosófico, científico,

    del conocimiento), y

    • Colonialidad del ser (la subjetividad).

    Finalmente se puede señalar que lo que busca articular el pensamiento decolonial son tra

    diciones y modalidades de pensar que han estado subalternizadas, silenciadas por

    la

    colonialidad

    del saber, del poder y del ser. Es un pensamiento que busca establecer una relación fructífera y

    duradera con el pensamiento producido desde la diferencia colonial en la región de la América

    Latina y el Caribe. No es un pensamiento que propone lo nuevo sino que irrumpe con la novedad

    de recuperar formas de pensamiento que han sido suprimidas por

    la

    modernidad/colonialidad que

    se reconoce heredero de los movimientos anticoloniales en América Latina,

    el

    Caribe, África y Asia

    y que se reconoce atravesado por el pensamiento eurocéntrico y rescata de él su potencialidad

    para pensar y producir conocimiento y prácticas desde los bordes de la totalidad. Pero teniendo

    en cuenta que tomar posición por

    la

    diferencia colonial es una condición de posibilidad, pero no

    una garantía para asumir proyectos decoloniales, es necesario señalar que simplificar los análi

    sis, o moralizar

    el

    discurso o arrogarse una verdad esencial no contribuye a crear formas otras de

    pensamiento, sino que por el contrario abonan por afianzar las lógicas coloniales.

    Por ello este paradigma no se queda sólo con la experiencia latinoamericana sino que

    dialoga con otros pensamientos críticos (estudios: poscoloniales, de la subalternidad, femismo

    chicano y culturales, entre otros). Pero, como bien señala Escobar, queda como asignatura pen-

    diente

    tematizar tres áreas de importancia: la del género, la naturaleza y el ambiente y la cons

    trucción de nuevos imaginarios económicos en la búsqueda de formas de ser y conocer otras.

    ibliografía

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    Quito, UASB/Abya Yala, pp. 14-35.

    1 3 7 1

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    12/41

      CTIVID DES

    En esta lección el ejercicio de sospecha se orienta según el marco hermenéutico de la

    Filosofía de

    la

    Liberación Latinoamericana y

    el

    Proyecto Modernidad/Colonialidad. Estos en-

    foques permiten enriquecer los problemas de la FE desde

    un

    contexto situ do que opera con

    categorías que recuperan lo mejor de

    la

    herencia europea pero llevando a cabo una revisión

    crítica para pensar y producir conocimiento desde Latinoamérica.

    38

    Realice una reseña a partir de las siguientes preguntas:

    1. Siguiendo a Dussel, ¿qué se entiende por Europa como concepto?

    De

    otro modo,

    ¿a

    qué refiere Europa

    en

    tanto invención ideológica?

    2.

    ¿En

    qué

    se

    distingue el colonialismo de la colonialidad? ¿Qué significa que está última

    es

    la

    cara negada de

    la

    Modernidad?

    3.

    ¿En

    qué consiste el giro descolonial?

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

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    LE ION

    Debates y problemáticas contemporáneas

    Colonialidad y liberación

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    /

    n

    la

    presente lección seguimos abordando algunos conceptos planteados

    en la

    pro

    puesta descolonial aunque profundizamos específicamente

    en

    las repercusiones que a nivel

    pedagógico-educativo ha dejado

    la

    colonial idad en América latina. Para ello trabajamos las

    perspectivas analíticas de dos pensadores que centran sus preocupaciones en estas problemá

    ticas: Aníbal Quijano e Inés Fernández Mouján.

    Si recapitulamos el análisis de

    la

    lección precedente vemos que

    la

    colonialidad del poder

    es

    un

    concepto central del pensamiento decolonial. Ésta noción acuñada por Aníbal Quijano

    profundiza en las configuraciones del poder generadas a partir del proceso de expansión del

    capitalismo a escala global -tomando como piedra fundante

    la

    conquista de América-

    y

    en sus

    posteriores implicaciones

    en la

    historia de América Latina.

    n

    esta oportunidad

    en

    primera instancia nuestro análisis profundiza

    en

    los elementos

    centrales de

    la

    teoría de

    la

    colonialidad del poder para luego abordar algunas otras nociones que

    plantea Aníbal Quijano tales como

    la

    experiencia histórica de

    la

    formación de

    la

    colonialidad

    la

    tensión entre

    la

    reoriginalización-resistencia-subversión y

    la

    represión-reabsorción cultural.

    n segunda instancia abordamos las reflexiones que propone Inés Fernández Mouján

    respecto a Las marcas de l colonialidad y l liberación en l educación Allí la autora abona

    por una historización de las marcas de

    la

    colonialidad y la liberación en

    la

    educación tanto en

    nuestro país como en América Latina teniendo en cuenta primordialmente

    la

    noción de peda

    gogía de la liberación planteada por Paulo Freire.

    Sin dudas

    la

    intención enunciada desde el inicio de estas lecciones consiste en plantear

    la importancia que tiene

    la

    contextualización de los debates en relación con

    la

    educación

    y

    los

    aportes de éstos al campo problemático de la Filosofía de la Educación. Teniendo en cuenta

    esto comencemos.

    4

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    16/41

      lgunas nociones centrales del pensamiento

    e

    níbal Quijano

    Como se explicitaba

    en la

    lección anterior,

    el

    concepto de colonialidad difiere sustan

    cialmente del de colonización . A la vez, es

    interesante señalar que

    la

    noción de colonialidad

    del poder

    es

    deudora de

    la

    de colonialidad elaborada por lmmanuel Wallerstein, quien intro

    duce la noción para problematizar la idea (moderna) de igualdad entre los Estados del mundo.

    Este autor señala que desde

    la

    colonización/colonialidad es claro que existen unos Estados

    con mayor poder que otros

    el

    texto de Dussel,

    ya

    abordado

    en la

    lección precedente, también

    profundiza esta cuestión). Ello se pone de manifiesto, fundamentalmente,

    en

    las diferencias

    que se establecieron entre las metrópolis y sus colonias,

    lo

    que a su

    vez

    instauró

    un

    esquema

    mental que justificó y legitimó

    la

    desigualdad

    en el

    moderno sistema mundo.

    La

    colonialidad se

    refiere, justamente, a esto.

    De

    esta manera,

    la

    colonialidad persiste y permanece más allá de

    la

    colonización. Tanto

    Wallerstein como Quijano sostienen

    -en

    coincidencia con

    la

    línea argumental de Dussel y

    en re

    lación con

    el

    concepto de Europa - que

    la americanidad fue un gigantesco escudo ideológico

    l moderno sistema mundial.

    [Que]

    Estableció una serie de instituciones

    maneras de

    ver el

    mundo que sostenían el sistema, e inventó todo esto a partir del crisol americano . Asimismo,

    Restrepo y Rojas señalan

    en la

    huella de Wallerstein, Quijano y Dussel que

    la

    americanidad

    conlleva unas características que

    la

    definen, estas son: colonialidad , etnicidad , racismo

    y novedad . Pues entienden que estos intelectuales coinciden

    en

    que la conquista de Amé

    rica fue condición de posibilidad para

    la

    constitución del

    moderno sistema-mundo.

    Para estos

    pensadores,

    el

    descubrimiento de América dió lugar a la imposición de un sistema jerárquico

    de clasificación de poblaciones, articulado sobre

    la

    idea de raza; y a formas de control sobre

    el

    trabajo y sus productos.

    Para Quijano la colonialidad y la modernidad son ejes del patrón mundial de poder capi

    talista, que se propaga al conjunto del mundo con

    la

    constitución de América. En palabras del

    autor:

    con América (Latina) el capitalismo

    se

    hace mundial, eurocentrado l colonialidad

    l modernidad

    se

    instalan asociadas

    como ejes

    constitutivos de

    su

    específico patrón

    de

    poder,

    hasta hoy

    ..] /a

    colonialidad

    se

    funda en l imposición de una clasificación raciaVétnica de l

    población del mundo [ ..] opera en cada uno de /os planos, ámbitos dimensiones, materiales

    subjetivas, de l existencia social cotidiana escala societal .

    La

    modernidad implica, entonces,

    un

    particular universo de relaciones intersubjetivas de

    dominación, de hegemonía eurocentrada, que funde las experiencias del colonialismo y las de la

    colonialidad con las necesidades del capitalismo, puesto que esta clasificación racial/étnica

    va

    dando forma a las nuevas identidades societales de la colonialidad.

    De

    esta manera,

    el

    sistema

    de clasificación opera sobre sujetos y territorios.

    También resulta importante señalar que

    la

    noción de colonialidad del poder implica

    tres ideas centrales: poder como red de relaciones, heterogeneidad estructural y totalidad.

    Res

    pecto de

    la

    primera idea, Quijano sostiene que tal como

    lo

    conocemos históricamente, a escala

    societal

    el

    poder es un espacio y una malla de relaciones sociales de explotación/dominación/

    conflicto, articuladas, básicamente,

    en

    función y

    en

    torno de

    la

    disputa por

    el

    control de los

    siguientes ámbitos de existencia social:

    42

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    17/41

    1. el trabajo y sus productos;

    2.

    en

    dependencia del anterior,

    la

    naturaleza y sus recursos de producción;

    3. el sexo, sus productos y la reproducción de

    la

    especie;

    4

    la

    subjetividad y sus productos, materiales e intersubjetivos, incluido el conocimiento, y

    5. la autoridad y sus instrumentos de coerción

    en

    particular, para asegurar la reproduc-

    ción de ese patrón de relaciones sociales y regular sus cambios.

    De

    este modo, Quijano critica y busca ir más allá de los planteas sobre

    el

    poder realiza-

    dos por el liberalismo y el marxismo clásico, porque cree que ambas visiones son mecanicistas

    y que, por consiguiente, no entienden

    el

    poder

    en

    su heterogeneidad. Su planteo propone que

    la colonialidad del poder conlleva necesariamente la idea de heterogeneidad estructural ,

    es

    decir entiende que existe un patrón de poder que articula los diferentes elementos que constitu-

    yen la sociedad sin implicar

    un

    reduccionismo o simplificación. Las determinaciones del patrón

    de poder, como señala Quijano: no son, pues, no pueden ser, unilineales, n unidireccionales.

    Y no sólo son recíprocas. Son heterogéneas, discontinuas, inconsistentes, conflictivas, como

    corresponde relaciones entre elementos que tienen, todos y cada uno, tales características .

    Para Quijano, si existe

    un

    elemento que permite entender la permanencia de una deter-

    minada formación social a través del tiempo es el poder; pero no un poder

    en

    abstracto, sino un

    poder operando en relaciones concretas. Es decir que

    no

    es posible comprender el modo en que

    existe una determinada formación social y

    la

    manera en que opera

    el

    poder que

    la

    configura, si

    no

    se analizan las formas históricas en que se dan las relaciones de dominación/explotación/

    conflicto que articulan las disputas en sus diversos ámbitos, y si

    no

    se tiene

    en

    cuenta

    la

    hete-

    rogeneidad de relaciones de determinación que definen su comportamiento.

    Este planteo nos lleva a la idea de totalidad como tercera característica del poder.

    Por

    esta noción se entiende que en las tramas de poder hay una relación entre el todo y las partes,

    que hace necesario identificar los componentes que constituyen

    el

    todo.

    De

    este modo, señala

    Quijano: Es indispensable que uno o más) entre ellos tenga la primacía -en el caso del capi

    talismo, el control combinado del trabajo

    y

    de la autoridad- pero no como determinante o base

    de determinaciones en el sentido del materialismo histórico, sino estrictamente como eje(s) de

    articulación del conjunto .

    Entonces, la totalidad, para Quijano, es

    un

    campo de relaciones que articula

    un

    conjunto

    de elementos heterogéneo, discontinuo y conflictivo. Pero no es

    un

    ente mayor que determina

    a las partes. Más bien, la totalidad es

    el

    campo de relaciones

    en el

    que un determinado hecho

    social puede ser explicado y adquiri r sentido. La intención que tiene Quijano con el planteo de

    la idea de totalidad es mostrar que

    el

    poder está constituido por una multiplicidad de ámbitos y

    relaciones cuyos entramados es necesario comprender para lograr su transformación.

    Del análisis de este autor se sigue que el poder

    no

    es unilineal, ni algo dado e imposible

    de cambiar. Por otra parte,

    el

    ejercicio del poder y

    la

    estructura de poder incluyen

    la

    heterogenei-

    dad, en tanto el poder concebido como totalidad está constituido por una trama de relaciones

    heterogéneas entre los elementos que lo constituyen, que hace que ninguno de los patrones del

    poder sean determinantes sino ejes de articulación.

    43

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    18/41

    En síntesis,

    la

    noción de colonialidad de poder acuñada por Quijano, se sostiene

    en la

    siguiente premisa: las diferencias que se establecieron a partir de la conquista/colonizac.ión

    entre la metrópoli y sus colonias instauraron un esquema relacional que justificó y legitimó la

    desigualdad

    en el

    contexto del moderno sistema mundial, persistiendo como

    colonialidad

    más

    allá y más acá de la colonización.

    Según

    el

    autor, desde

    la

    conquista de los territorios americanos por parte de Europa,

    el

    conflicto entre

    la

    tendencia a

    la

    reoriginalización cultural y

    la

    represión o reabsorción de los

    productos culturales dentro del poder dominante impregna profundamente nuestra experien

    cia histórica. Este conflicto

    es

    constitutivo de nuestra subjetividad latinoamericana, de nuestro

    modo de conocer y de producir conocimiento.

    Otro concepto que nos permite comprender

    el

    paradigma otro que propone Quijano, es

    la

    noción de reoriginalización. Según

    el

    autor,

    la

    fuerza y la resistencia operada por

    el

    movimiento

    de reoriginalización se sostuvo de manera permanente, aunque no logró establecerse como

    un patrón de poder, quedando subsumido

    en

    la colonialidad del poder. En las últimas décadas

    -principalmente a partir de los años 70- el patrón de poder mundial se ha afirmado. En este

    sentido,

    fa

    estructura financiera y comercial tiende a ser más integrada que antes. Con

    la

    for

    mación de

    un

    bloque central de poder que aparece como

    la

    autor idad de todo el orden mundial.

    A esto se llama globalización .

    Pero, tal como señala Quijano, este movimiento, esta re-concentración del poder, no

    afecta de modo igual, sistemático y coherente a todos los países, puesto que

    el

    ejercicio del

    poder es heterogéneo, contradictorio y conflictivo. Entonces, si bien la concentración econó

    mica, militar y política actual es la otra cara de la fragmentación, de

    la

    desintegración, de

    fa

    des-estructuración sobre todo en

    l

    mundo del trabajo ,

    no obstante, esta globalización también

    incluye las relaciones de lucha de los explotados y dominados del mundo. En este sentido, es

    posible hablar de un nuevo escenario, de

    un

    nuevo tiempo, marcado por conflictos sociales

    globales, que intensifica el proceso de reoriginalización .

    Así

    tenemos por

    un

    lado la cara de la civilización capitalista global, y por

    el

    otro,

    el

    ros-

    tro de la diversidad, esto

    es: la

    heterogeneidad de experiencias culturales que circulan por las

    mismas vías de comunicación global. Como señala Quijano: Algunas de éstas pueden llevar

    procesos de reoriginalización cultural. La abierta crisis del eurocentrismo como perspectiva de

    conocimiento es una de

    sus

    muestras. En América Latina, por

    su

    lugar fundamental en la his

    toria del capitalismo, de la mundialización y de la modernidad, estas son cuestiones centrales

    que hoy

    es

    imperioso indagar, discutir y optar .

    De

    modo que para Quijano desde el inicio de este proceso operó

    la

    destrucción de las

    sociedades y las culturas de los pueblos dominados. Este patrón de poder se configuró de la

    siguiente manera:

    • 44

    1. Se organizó sobre la idea de raza.

    2.

    Se

    definió

    la

    nueva identidad de los colonizados.

    3. La distribución de las identidades sociales fue el fundamento de

    la

    clasificación social

    en América.

    4.

    Fue

    impuesto

    un

    patrón de poder racializado: jerarquización, desigualdad, reproduc

    ción de nuevas identidades (europea y no-europea) .

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    19/41

    Debates

    probfetnétícas.,.

    5. Se crearon instituciones y mecanismos de dominación que preservaran el nuevo fun

    damento histórico de clasificación social.

    6.

    Se

    denominó a las poblaciones como campesinas, nómades e iletradas.

    7. Se impidió a los pueblos colonizados objetivar sus imágenes y símbolos. Se los obligó

    a abandonar sus prácticas de relación con

    lo

    sagrado.

    8.

    Se

    explicitó la conflictividad como

    un

    rasgo necesario y permanente.

    9.

    Se

    estableció

    el

    antagonismo histórico entre: europeos o blancos y los indios, negros

    y mestizos.

    En

    consecuencia, concluye Quijano:

    En el contexto de la colonial idad del poder, /as pobla

    ciones dominadas de todas las nuevas identidades fueron también sometidas la hegemonía

    del eurocentrismo

    como

    manera de conocer, sobre todo en

    la

    medida que algunos de

    sus sec

    tores pudieron prender la letra de los dominadores. Así, con el tiempo largo de la colonialidad,

    que aún no termina, esas poblaciones ('india' y 'negra') fueron atrapadas entre el patrón episte

    mológico aborigen y el patrón eurocéntrico, que, además, se fue encauzando

    como

    racionalidad

    instrumental o tecnocrática, en

    p rticul r

    respecto de las relaciones con el mundo .

    De

    este modo, entonces,

    la

    vergüenza por la propia cultura, la simulación de

    lo

    ajeno y la

    mímesis operaron como patrón de disciplinamiento social, pero

    al

    mismo tiempo como aquello

    que había que desobedecer y subvertir. En poco tiempo se apropiaron de las artes,

    la

    música

    y

    la

    cultura, y la reoriginalización fue una vía posible de subversión de los patrones de poder

    impuestos. Por eso señala Quijano: los dominados aprendieron, primero, a d r significado y

    sentido nuevos los símbolos e imágenes ajenos, y después transformarlos y subvert irlos

    por

    la

    inclusión de los suyos .

    De modo que Quijano sostiene que

    la

    subversión del poder no produce por sí sola patro

    nes alternativos, pero sin ella no es posible ninguna alternativa, en tanto

    la

    subversión es condi

    ción de posibilidad para que la novedad

    -lo

    alternativo- acontezca. Entonces,

    si

    la subversión del

    poder se sostiene y es drástica, será posible luego una redistribución democrática de

    la

    autori

    dad y de los elementos culturales.

    Si la

    subversión,

    en

    cambio, es derrotada, esto tendrá como

    consecuencia que los elementos que

    la

    constituyen sean apropiados por el poder hegemónico

    y devueltos como originales de sus dominadores, esto es mutados en instrumentos

    de

    domi

    nación . Como plantea Quijano, el cholo será un ejemplo de la dialéctica imitación-subversión

    en una perspectiva de reoriginalización.

    Según indica Quijano, lo cholo fue un proceso de reoriginalización cultural en

    el

    Perú. Allí

    se

    produjo

    una re-estructuración de elementos culturales

    o

    simplemente

    como

    'aculturación'

    o

    'ransculturación' o mestizaje 'hibridación', un proceso que se

    va

    constituyendo como elemento

    nuevo e innovando lo previamente adquirido. [En

    este sentido]

    era,

    nte

    todo, una alternativa

    de descolonización del imaginario, de /as prácticas, va/ores e instituciones, de las relaciones

    culturales entre los pobladores del país

    [ .. ]

    una genuina propuesta de reconstitución de identi

    dad para la amplia mayoría de población peruana .

    Pero como producto de las políticas neoliberales iniciadas a partir de mediados de los

    años '70, se instauró

    un

    trayecto de descomposición del proceso político y cultural de reorigina

    lización. En consecuencia, este se transformó en otro: uno en el cual los patrones de las rela-

    1.45

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    20/41

    1Mouján -

    Quintana

    - Dilling

    ciones intersubjetivas recurren al ventajismo individualista y la ansiedad de lucro. Sin embargo

    -afirma Quijano-

    la

    existencia

    hoy

    de este patrón

    en

    las relaciones intersubjetivas y materiales

    de una sociedad ca-existe en

    el

    mismo espacio socio-cultural con aquellos patrones diferentes,

    conflictivos y alternativos que pugnan por nuevos procesos de reoriginalización.

    La coloni alidad

    y l

    liberación en l educación

    En

    este apartado tomamos como eje de análisis las propuestas analíticas de Inés Fer

    nández Mouján en su texto Las marcas de

    la

    colonialidad y

    la

    liberación en

    la

    educación . Allí,

    la autora se plantea la necesidad de historizar las marcas de la colonialidad y la liberación en

    la

    educación

    en

    Argentina y

    en

    América Latina.

    Para

    ello tiene

    en

    cuenta -primordialmente-

    la

    noción de pedagogía de la liberación planteada por Paulo Freire.

    Sus planteas profundizan en el potencial analítico de los conceptos de colonialidad y

    liberación en

    el

    ámbito de la educación. Pues de lo que se trata es de reconocer la histori-

    cidad del fenómeno educativo y comprender que

    l

    educación

    es

    una práctica y una reflexión

    que se lleva adelante en un momento histórico determinado . Para ello es necesario asumir las

    inestabilidades, los peligros y las paradojas que se presentan

    al

    concebir

    la

    educación desde

    la

    contingencia y desde las tramas del poder.

    Respecto de esto último, precisemos nuevamente algunas cuestiones. En esta oportuni

    dad no volvemos

    al

    análisis del poder tal como lo vimos en Kohan, quien -siguiendo las elabora

    ciones de Foucault- nos hizo pensar

    en

    la

    microfísica del poder y el espacio escolarizado. Desde

    otra óptica, Fernández Mouján aborda

    la

    cuestión de la colonialidad del poder como una

    matriz que organiza las relaciones sociales de un modo particular: jerárquico, clasista, sexista y

    racial izado. Ésta modalidad se remonta a los procesos de

    la

    conquista de América y tiene luego

    su impacto

    en

    el ámbito de la educación. Su intención -como comenta en las primeras líneas del

    artículo- es desocultar esas marcas de

    la

    colonialidad que se entrometieron, y todavía perdu

    ran, en los Estados nacionales conformados en

    el

    siglo XIX y en sus programas educativos.

    Su

    objetivo

    es

    poner esas marcas en vinculación con la noción de liberación ; más precisamente,

    con

    la

    pedagogía de

    la

    liberación de Paulo Freire.

    Acudiendo a y dialogando con diferentes tradiciones de

    la

    teoría social crítica -tanto con

    temporáneas al propio Freire como posteriores a

    él-

    Fernández Mouján se propone trazar los

    derroteros freireanos

    en

    torno de

    la

    crítica de

    la

    educación bancaria y

    la

    contrapropuesta de

    una educación liberadora . Mientras la primera es alienante, encubridora y reproductora de

    relaciones sociales y políticas injustas y desiguales;

    la

    segunda es transformadora y esperan

    zadora.

    Para

    ello, además de mostrar

    la

    genealogía de los conceptos mencionados,

    la

    autora

    vuelve sobre

    la

    l1istoria de

    la

    institución educativa

    en

    Latinoamérica, dando cuenta de los cla

    roscuros del proyecto moderno, ilustrado y eurocéntrico, que buscó afianzar -generalmente con

    éxito- los criterios sociales, políticos y culturales de las élites locales, criollas. Asimismo, profun

    diza la lectura de intelectuales que elaboraron fuertes críticas a esos programas de corte elitista;

    entre ellos destaca a Simón Rodríguez y

    al ya

    mentado Freire.

    Nos advierte

    la

    autora que su análisis parte de una noción de ident idad histórica, es

    decir, de carácter procesual, que busca poner de manifiesto los recursos y discursos de las

    46

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    21/41

    élites criollas que pretendieron hegemonizar un relato único de identidad -el que mejor repre

    sentaba sus intereses- como algo dado de suyo, acabado e indiscutible

    en

    nombre del cual

    se

    ha exterminado y sometido a gran parte de la población nativa. Este relato

    ha

    sido transmi

    tido

    con

    altísima eficacia a través del sistema educativo, produciendo un determinado tipo de

    subjetividad.

    De

    ahí la importancia de analizar dicho sistema

    con

    el bagaje conceptual de la

    modernidad/colonialidad y

    la

    pedagogía de la liberación. Con el objetivo de comprender el pro

    ceso identitario latinoamericano

    en el

    ámbito de lo cultural y sus correlatos

    en el

    campo de

    la

    educación, Fernández Mouján retoma las elaboraciones

    de

    Quijano a propósito de la distinción

    entre colonialismo y coionialidad. Al mismo tiempo que señala que América tiene dos fases en

    relación con su invención/descubrimiento.

    Por un

    lado,

    la

    que corresponde al Renacimiento

    europeo y que coincide

    con

    lo que Dussel identifica como

    primera Modernidad

    (siglo

    XV .

    Por el

    otro, la invención de América Latina

    en el

    siglo

    XIX

    por Napoleón,

    en el

    contexto de la segunda

    Modernidad. Siguiendo a Walter Mignolo, Fernández Mouján quiere destacar que América y

    América Latina son ideas, esto es: dos invenciones europeas que, creadas en diferentes mo

    mentos de

    la

    Modernidad,

    no

    pueden dejar de ponerse

    en

    relación con operaciones culturales,

    fundamentalmente, de sujeción y dominación política, social y cultural.

    Con

    la

    primera invención de América -como lo vimos en Dussel-, Europa queda con

    vertida

    en

    centro de

    la

    historia mundial, otorgándole carácter de subalternidad al resto de las

    regiones y situándolas en la periferia.

    Esta

    organización de las relaciones, que jerarquiza a

    Europa por sobre

    el

    resto, impactó

    en

    los desarrollos culturales y epistemológicos de las regio

    nes sometidas.

    En

    este sentido, los autores que convoca Fernández Mouján (Mignolo, Dussel,

    Chakrabarty, entre otros) para su investigación se proponen desandar las tramas culturales,

    sociales, políticas y epistemológicas que impactan fuertemente

    en

    nuestra subjetividad.

    En

    consecuencia, desde la perspectiva teórica de éstos, se trata de desenmascarar la violencia,

    la

    irracionalidad, los artilugios discursivos que posicionan a vastas regiones del planeta como

    subalternas de Europa.

    Luego de plantear las trayectorias de las críticas al eurocentrismo, la autora afirma que

    En

    la huella de la modernidad/colonialidad

    se

    inician en América Latina /os procesos emanci

    patorios,

    procesos

    de independencia que

    se

    proponen, entre

    sus

    objetivos, constituir un

    sistema

    educativo propio y determinar /as funciones que se

    /e

    asignará a la educación en la constitución

    del Estado-nación . Así,

    continúa: Puesto

    en cuestión el poder conquistador del español y

    si

    guiendo la línea trazada p r el paradigma ilustrado,

    se

    hizo necesario fundar un nuevo orden

    legítimo,

    una

    nación que uniera

    a /os

    hombres que habitaban en un

    mismo

    territorio. Para al

    gunos, la

    educación

    va a ser

    el

    camino

    para lograr

    este

    objetivo,

    la

    posibilidad de consolidar

    la

    identidad de una nueva república; estos son /os casos de Mariano Moreno, Manuel Be/grano,

    Simón Rodríguez, entre

    otros,

    quienes consideran que

    la

    educación es pilar del proyecto

    mo

    derno que pretenden liderar .

    El

    enunciado pedagógico educar al soberano -propio de la Ilustración-junto a la máxima

    kantiana del uso

    público de la razón

    y la institución escolar, se convirtieron en pilares fundamen

    tales para

    el

    proyecto emancipatorio que arrancó

    en

    1810.

    No

    obstante, como señala Fernández

    Mouján se sustituyó el colonialismo por un neocolonialismo que puso sus miras en Estados

    Uni

    dos. En ese mismo contexto -afirma la autora- se diseñaron sistemas escolares hegemonizados

    por la colonialidad. El programa intelectual de Sarmiento

    es

    una expresión contundente de lo

    anterior. Sostiene Fernández Mouján:

    desde

    su

    propuesta política y educativa

    buscó

    compren-

      47

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    22/41

      er

    los conflictos que agitaron a las Provincias Unidas desde la independencia, recurriendo a

    explicaciones culturales:

    la

    barbarie era el escollo para construir una nación. Para remediarla,

    Sarmiento propuso una serie de acciones que oscilaban entre

    la

    represión física el afán de

    construir. Algunas veces propuso la eliminación física de gauchos e indios, que eran la barbarie

    rural. Otras veces se inclinó

    por

    la idea de que la construcción de

    fa

    nación so/o sería perdura

    ble sí lograba producir nuevos sujetos civilizados

    por

    medio de la educación. n definitiva, su

    posición puede ser caracterizada como la de una generosa y en muchos aspectos democrá

    tica- propuesta educacional que suponía, sin embargo, una condición prevía, antídemocrátíca:

    la eliminación

    de

    todos /os sujetos que caían en la descripción

    de

    la barbarie .

    Más tarde el imaginario sarmientino que suponía

    la

    aniquilación de

    lo

    diferente se vería

    complementado por la campaña de exterminio comandada por Roca en la Patagonia. En la pro

    puesta educativa sarmientina los nativos resultan desacreditados como sujetos pedagógicos

    esto

    es

    como sujetos capaces de y con capacidades para ser educados.

    En este sentido es posible afirmar que

    el

    discurso del logos eurocéntrico no fue capaz

    de reconocer

    la

    diferencia

    lo

    que derivó en políticas educativas que excluyeron e impusieron

    una única forma de mirar el mundo y la vida. La consolidación del sistema educativo fue sobre

    la

    base de una filosofía positivista-utilitarista y de una ideología urbanista y laica que repercu

    tió negativamente en la valorización de las culturas regionales locales populares e indígenas

    2010: 9 .

    No obstante además del discurso de Sarmiento se hicieron oír en América del sur otras

    voces disonantes a los programas eurocentrados.

    Tal

    es

    el

    caso del filósofo y educador venezo

    lano Simón Rodríguez antecedente insoslayable de

    la

    pedagogía de la liberación. Desde su mi

    rada ilustrada pero

    en el

    reconocimiento del otro negado de aquel que

    la

    corona había excluido

    por no contar con atributos para ser sujeto de

    la

    historia dado que no tenían pureza de sangre,

    comienza a plantear que la educación debe cumplir un papel central como señala Lidia Rodrí

    guez: en términos de un reparto de los saberes conocimientos acumulados que potenciaría

    la participación de los diversos grupos socia/es en el progreso económico en la mejora social .

    De

    modo que

    en el

    marco de las nacientes repúblicas

    la

    educación latinoamericana

    tenía como núcleo organizador y como sustento a

    la

    población pobre y marginada a

    la

    que

    consideraba con las mismas dotes intelectuales y con los mismos derechos de acceso a la

    educación que

    el

    resto de los habitantes.

    Los

    negros los indios los pobres los que no tenían

    condiciones legales para ser electores ni candidatos a ser elegidos por falta de instrucción

    debían consti tuir la base de un sistema educativo que jugara para una democracia. Al respecto

    en

    Sociedades americanas -una de sus obras más importantes- Simón Rodríguez sostiene que

    la razón reclama fundar una sociedad de hombres libres sometidos a sus leyes y como forma de

    organización

    un

    gobierno verdaderamente republicano.

    En

    consecuencia

    su

    preocupación será

    qué conocimientos debe transmitir

    la

    escuela a lo que responderá que es primordial enseñar

    a trabajar enseñar saberes válidos para que los hombres y mujeres pobres sean el basamento

    de una sociedad próspera e industriosa.

    Desde la perspectiva de Simón Rodríguez la educación debía hacerse cargo de los otros

    vulnerados y vulnerables de aquellos que habían sido racializados y u oprimidos. Como advierte

    Fernández Mouján no se trataba de crear escuelas talleres o artesanatos para garantizar la

    diferencia de clase sino por el contrario había que superarla redistribuyendo las capacidades

    manuales e intelectuales en vistas a formar las masas trabajadoras que construirían y dirigí-

    148

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    23/41

    rían

    el

    progreso económico del país. Asimismo, las diversidades culturales también debían ser

    comprendidas en el proyecto educativo de Rodríguez; sin ser reprimidas o -más precisamente

    eliminadas, como sostuvieron y buscaron concretar definitivamente los intelectuales y políticos

    de la post-independencia argentina Sarmiento, Alberdi, Roca, etcétera).

    Después de las independencias, la pedagogía se constituye en esa tensión entre proyec

    tos homogeneizantes e igualitarios, entre

    la

    lógica liberadora y la civilizatoria; tensión que se

    hace visible en las políticas públicas y en la cotidianeidad escolar. La educación, plantea Ad ria na

    Puiggrós historiadora argentina) en el período posindependista fue un medio para exorcizar

    los fantasmas surgidos de

    la

    negación de los hombres y mujeres existentes, una herramienta

    necesaria para impulsar un desarrollo del continente subordinado al naciente orden mundial.

    Antes que un proceso de construcción de una unidad en

    la

    multiplicidad que

    la

    presencia de

    los hombres y mujeres portaba,

    la

    formación de las nuevas repúblicas se postergó

    en

    función

    de crear los pueblos imaginados por los grupos hegemónicos. Pero, tal como lo señala Adriana

    Puiggrós, esta supresión de

    la

    diferencia operó conjuntamente como núcleo de resistencia de

    una subjetividad crítica que se desarrolló

    en la

    permanente sospecha de las instituciones mo

    dernas e ilustradas.

    Se

    advierte que

    la

    independencia de

    la

    corona española por parte de las colonias no im

    plicó de manera necesaria

    la

    liberación mental, ciertamente).

    Si

    recordamos

    lo

    que el término

    colonialidad

    cartografía, rápidamente entenderemos por qué la liberación no fue una conse

    cuencia necesaria de

    la

    independencia. Por otra parte, también hay que tener

    en

    cuenta que no

    se trata de opciones excluyentes: se puede ser independiente y dependiente al mismo tiempo.

    Independencia sin liberación se vuelve, entonces, una problemática a

    la

    que habrá que volver

    con urgencia.

    Avancemos en esta idea. Como señalan en la década del 5 y 6 del siglo pasado los in

    telectuales afrocaribeños Aimé Césaire y Frantz Fanon, las marcas de

    la

    colonización quedaron

    impresas en los cuerpos racializados, en las relaciones sociales jerarquizadas, en las lenguas

    originarias amputadas, etc. Asimismo, la historiografía profundizó las invisibilizaciones de los

    pueblos sometidos. Producida en

    el

    contexto de

    la

    ideología dominante, eurocéntrica, soslayó

    la

    historia de los vencidos dándolos definitivamente por muertos. Siglos de colonización, de do

    minación, no quedan atrás fácilmente; por

    el

    contrario, siguen operando y teniendo sus efectos

    en el presente.

    Como afirma Fernández Mouján, un grupo de intelectuales latinoamericanos asumirá

    frente a las denuncias -especialmente de Fanon-

    el

    desafío de criticar

    el

    eurocentrismo domi

    nante. Eurocentrismo del que la educación -por supuesto- no ha quedado exenta, y que además

    ha garantizado.

    Por

    consiguiente, escribe: La filosofía de la liberación, la sociología de

    la

    libe

    ración la pedagogía de la liberación ponen especial énfasis en la crítica a

    la

    producción de

    conocimiento, entienden que es necesario repensar el modelo educativo tal como viene siendo

    planteado desde

    os

    procesos posindependencia; comparten un /ocus de enunciación respecto

    a

    lo político-cultural su relación con la educación formal. Entienden que la educación es un

    lugar de privilegio de la reproducción social injusta.

    En

    definitiva, se proponen establecer, desde

    el cuestionamiento del concepto de libertad, independencia, emancipación, una política de la li

    bertad del oprimido, una política de

    la

    liberación, de modo de dar voz efectiva os que no tienen

    voz

    establecer el diálogo con el 'otro', punto de partida para la lucha del oprimido

    p r

    su libertad

    efectiva,

    la

    de

    su

    humanización,

    la

    de

    su

    liberación con

    otros

    para

    la

    transformación del mundo .

    149

  • 8/15/2019 Lecciones 10, 11 y 12

    24/41

    Los

    mencionados movimientos intelectuales se conciben, además, como espacios políti

    cos que pretenden

    la

    transformación tanto de las teorías como de las prácticas.

    Los

    intelectua

    les se comprometen con el cambio dando lugar a las voces de los oprimidos, a sus cuerpos, a

    sus prácticas. La libertad sólo se puede alcanzar en tanto praxis de la liberación que desanda

    los caminos de la alienación, del sometimiento, de la negación; a partir de la praxis propia de

    los sujetos que fueron sometidos, negados y alienados.

    Liberación, por consiguiente, implica

    el

    examen crítico de

    lo

    que somos, de

    lo

    que hemos

    llegado a ser a través incluso de la conquista. En este sentido, una pedagógica liberadora re-

    quiere de maestros que actúen como una exterioridad crítica, habilitando los procesos de des

    alienación. En apoyo a este enfoque y retomando los desarrollos de Dussel, la autora sostiene:

    Para examinar aún más la enunciación liberación/dependencia, entenderla como una catego

    ría interpelante y situarla en el plano de la praxis,

    es

    pertinente recordar la propuesta de Dussel

    cuando plantea l respecto, como hipótesis provisoria, que una pedagógica liberadora, una

    filosofía liberadora es posible si el filósofo/maestro ocupa el lugar de un sujeto procreador,

    fe-

    cundante del proceso desde su exterioridad crítica.

    n

    lugar que no

    se

    pretenda explicador, sino

    un espacio en donde se permita al otro

    ser

    consciente de sus potencialidades, permitiéndole ser

    crítico

    con

    respecto l maestro crítico.

    Y para ello, -sostendrá Dussel-

    el

    maestro dará

    al

    alumno

    la crítica liberadora como método, y será colaborador en el proceso, en

    primer

    lugar, advirtién

    dole sobre lo que el sistema le ha introyectado,

    es

    decir, la sumisión y la domesticación .

    Como desarrolla Fernández Mouján, trazando las trayectorias y herencias intelectuales

    con que dialoga la pedagogía de la liberación, ésta última también destaca la necesidad de

    asumir

    la

    deshumanización a

    la

    que tantos hombres, mujeres y niños han sido extraditados.

    No

    obstante,

    es

    importante comprender que

    la

    mirada del opresor está introyectada

    en

    el

    pro

    pio oprimido.

    e

    aquí que independizarse no conlleve necesariamente

    la

    liberación. Para libe

    rarse, entonces, es preciso asumir

    la

    condición de alienado, de deshumanizado, que atraviesa

    la propia subjetividad. En consecuencia, la autora afirma: la pedagogía del oprimido es una

    vía posible para ello, dado que debe

    ser

    elaborada con el oprimido para la recuperación de la

    humanidad perdida. Su objeto de reflexión debe ser la opresión, su causa-objetivo, la liberación,

    una posibilidad de educarse con otros, entendiendo que enc rn r su lugar en el mundo, asu

    miéndolo críticamente, lo humaniza .

    Esta pedagogía de la liberación elaborada con los oprimidos se inscribe

    en

    una maravi

    llosa revolución cultural latinoamericana, cuyos legados resuenan en el presente, en conso

    nancia con muchos de los procesos revolucionarios de los años 70. En ese momento

    la

    toma

    de conciencia respecto de los procesos colonizadores y de lo que hoy denominamos como

    colonialidad coincidía con las urgencias políticas del presente histórico; precisamente, con la

    necesidad de poner límites a los procesos neocoloniales que encontraban en las situaciones de

    alienación sus mejores condiciones de posibilidad.

    En ese contexto, como menciona Fernández Mouján, los textos Educación como Práctica

    de la Libertad y Pedagogía del Oprimido de Freire,

    unto

    con Los Condenados de la Tierra de

    Fanon, se convirtieron en lecturas críticas de referencia y de ingreso a la militancia política.

    Por

    su parte, Freire se constituye en el máximo referente de

    la

    pedagogía de la liberación.

    En palabras de Fernández Mouján [se trata de una] corriente pedagógica que se afirma en una

    fuerte crítica la educación moderna, aunque no en desmedro de la educación toda, dado que,

    15

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    25/41

    1

    Debates v proble1nátícas

    para él, la escuela, en tanto Jugar para la educación, es una herramienta central

    en

    el proceso

    de transformación de

    la

    humanidad .

    Como se sigue del trabajo de investigación de Fernández Mouján, Freire marca un punto

    de inflexión,

    una ruptura epistemológica

    con

    el sujeto pedagógico de la modernidad . La

    peda-

    gogía de la liberación es una pedagogía crítica que se hace cargo de la situación de opresión,

    y del lugar que ocupan los oprimidos en

    la

    sociedad,

    la

    historia y

    la

    cultura. Detengámonos

    entonces

    en

    sus especificidades.

    Para Freire, entonces, resulta fundamental asumir la política desde la acción cultural y

    desde

    la

    potencia que tiene

    la

    educación.

    Sin embargo, no

    por

    ello deja de dvertir

    la

    necesi

    dad de tr nsform r profund mente el sistema educativo, con el propósito de que el educ dor

    asuma una tarea activa y subversiva del orden instituido .

    Así

    la

    acción cultural implica apro-

    piarse de las expresiones de la cultura hegemónica con

    el

    objeto de transformarla, de despojarla

    de

    su

    carácter alienante, para finalmente, liberarse de ella. En este sentido, la educación com-

    porta una potencialidad

    político-pedagógica

    fundamental para tal proyecto de liberación. Freire

    se compromete a profundizar en la crítica de la educación bancaria. Esta última se caracteriza

    por retirar y negar

    la

    palabra del que aprende, puesto que éste es concebido como alguien

    pasivo, como una

    tabula rasa

    que solo debe memorizar y repetir

    lo

    que se

    le

    dice. Se trata de

    un ejercicio alienante, de mera transmisión de información que desvincula a los sujetos de

    su

    contexto social, cultural, histórico, negándoles

    la

    posibilidad y la capacidad de

    agencia,

    esto

    es

    de transformación de

    su

    entorno.

    Como afirma Fernández Mouján, la educación bancaria produce autómatas, en tanto co-

    sifica

    el

    mundo humano, asegurando las relaciones de dominación/opresión. Este modelo de

    educación, que privilegia

    la

    memorización y niega la experiencia, es fundamentalmente anti-

    dialógico, vertical ista y deshumanizador. En definitiva, es empobrecedor de las capacidades de

    transformación de los sujetos (sin dudas, en este sentido,

    la

    metáfora del autómata

    es la

    más

    adecuada para comprender lo que esto implica).

    En contraposición a este proyecto alienante, Freire propone

    una educación liberadora,

    que restituye la palabra y critica el orden impuesto disciplinante y burocratizado ,

    que

    se

    com-

    promete con la situación de los oprimidos y que sin imponer recetas construye con ellos nuevas

    posibilidades.

    En

    relación a este giro copernicano

    en la

    educación, Fernández Mouján sos-

    tiene: La educación liberadora es un instrumento conceptual desde donde Freire piensa el

    proceso de liberación del oprimido, camino posible para

    junto

    a otros transitar

    la

    transformación

    de la realidad injusta, desigual y opresora. Desde este tiempo subjetivo concreto, comunitario

    y crítico, se descubre la realidad social como algo que está comenzando a ser, como algo que

    se está

    haciendo .

    Por

    último, para finalizar,

    la

    autora enfatiza que desde

    la

    perspectiva freireana

    enseñar y

    prender son dos procesos que implican prender a leer la palabra y desde llí leer el mundo .

    Por

    consiguiente:

    esta manera de enseñar es acto de estudiar, de preguntar, de desocultar,

    de lo que resulta que enseñ r

    no

    es un simple proceso de transferencia de conocimientos del

    maestro

    l

    estudiante: es un ir y venir de preguntas, de reflexiones,

    [en este sentido, se trata

    de crear un]

    lugar de encuentro, de desencuentro, de lo determinado y de lo indeterminado .

    De esta manera,

    la

    educación liberadora se vuelve superadora de la educación bancaria,

    en

    tanto apuesta a

    la

    capacidad de transformación, de agencia de los sujetos, respecto de

    la

    5

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    que los educadores deben constituirse en facilitadores y no

    en

    instancias de disciplina miento y

    dominación.

    En

    consecuencia,

    la

    pedagogía de

    la

    liberación produce subjetividad comprometida

    con

    sus circunstancias y

    no

    alienada de estas.

    Concluyendo, ambos planteas trabajados en la presente lección centran

    el

    interés en

    las trazas de

    la

    colonialidad que persisten

    en

    las prácticas, instituciones y epistemologías

    en

    América Latina. En este sentido, es válido retomar

    la

    idea de que

    el

    poder se constituye en su

    materialidad y en

    el

    marco de procesos históricos y sociales. No obstante, es fundamental reco-

    nocer que

    el

    modo

    en

    que

    el

    poder se distribuye y opera tiene una historia, que deja sus marcas

    en

    múltiples niveles de la vida social. Es válido recordar que

    la

    colonialidad se conforma como

    un

    modo persistente

    de la

    lógica

    de

    poder colonial que perdura más allá de

    la

    facticidad de

    la

    conquista.

    Cabe destacar que las formas

    en

    que colonialidad se asienta

    en

    las sociedades otrora

    colonizadas marca y determina patrones simbólicos, institucionales y relacionales que se hacen

    carne

    en

    las dinámicas societales.

    La

    propuesta de Fernández Mouján focaliza, justamente,

    en

    cómo

    la

    colonialidad del poder

    ha

    impactado

    e

    impacta)

    en

    el

    ámbito de

    la

    educación

    en

    América Latina.

    Este

    terreno, como hemos visto, resulta de vital importancia para analizar

    el

    tópico de

    la

    colonialidad, ya que encarna los modos

    en

    que las subjetividades, las relaciones y las formas

    de producción han sido concebidas como proyecto

    en

    las repúblicas nacientes de América.

    Siguiendo a

    la

    autora, es lícito señalar nuevamente que

    la

    educación fue parte vital de los

    proyectos independentistas

    en