LECTURA CRÍTICA, PENSAMIENTO TRANSFORMADOR
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Pontificia Universidad Javeriana
Asignatura:
Taller de Escritura y Lectura II
Licenciatura de Educación Básica con Énfasis en Humanidades y Lengua Castellana
Facultad de Ciencias de la Educación - Segundo Semestre
Presentan:
Ana Elena Noguera Baleta
Esmír Martínez
Mary Hengy Torres Roa
Docente:
Emilce Moreno Mosquera
Bogotá D.C. 20 de Noviembre de 2012
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LECTURA CRÍTICA, PENSAMIENTO TRANSFORMADOR
“Importa, para que los individuos
tengan la capacidad de juzgar y opinar por
sí mismos, que lean por su cuenta”.
Harold Bloom
INTRODUCCIÓN
La práctica de leer y escribir es una práctica social y cultural, condición de supervivencia
que garantiza una participación en las actividades cotidianas. Implica dominio de los
códigos convencionales de lectura y escritura (primera alfabetización); a la vez que
interpreta, comprende y analiza las diferentes situaciones comunicativas (segunda
alfabetización o lectura crítica). Por eso es importante “construir razones para leer”,
estimular el gusto por la lectura, ofreciendo elementos que lleven a una actitud beligerante
para que las personas puedan “leer las líneas, entre líneas y detrás de las líneas”.
REFLEXIÓN
La lectura y la escritura son prácticas sociales de supervivencia propias de la condición
humana y necesarias para el desarrollo de la vida democrática. Hoy por hoy, es imperativo
promocionar la actividad de lectura crítica no sólo para la lectura de libros, sino también para
la lectura del mundo: leer los acontecimientos diarios, lo que en realidad nos quiere decir la
publicidad, o poder descifrar el mensaje oculto detrás de los discursos políticos.
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Muchos autores han aportado miradas sobre la lectura crítica, constructora de un
pensamiento crítico y de una conciencia crítica, generando procesos de interacción,
interrelación e interinfluencia social. Para Daniel Cassany (1999), la lectura crítica “es el
único procedimiento didáctico que fortalece un yo autónomo, consciente y constructivo, con
opiniones propias y con capacidades de compromiso con la comunidad” (p.12).
El ejercicio constante de una lectura crítica, construye un pensamiento crítico que a la vez
desarrolla una conciencia de sí mismo y de los propios procesos. Una forma correcta de
pensar y aprender para ejercer con plenitud los diversos discursos que configuran la
complejidad de la vida profesional, personal y ciudadana. De ahí la importancia de formar
lectores críticos, que no acepten en primera instancia lo que leen, que consideren los temas
desde diferentes perspectivas; interdisciplinariamente, hasta asumir una postura propia al
respecto.
La lectura crítica forma un lector que capta los fundamentos de la comunicación, sus
propósitos ocultos, a la vez que lo capacita para opinar con voz propia, convirtiéndose en un
pensador más independiente.
El acto de leer, está vinculado a la alfabetización o capacidad para descifrar los códigos
del lenguaje. Judith Kalman (2008) retoma lo dicho en el 2002 por el entonces Presidente de
México Vicente Fox, al referirse a las bondades de una población que lee: “La alfabetización
crea civilización, “leemos para vivir y convivir mejor”; la alfabetización democratiza, “Una
nación que lee es más desarrollada y más democrática; la lectura es la expresión y la forma
para consolidar la democracia”; la alfabetización crea prosperidad e ilustra” (p. 112).
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Freire (1985) por su parte, defendió la teoría del desarrollo de la conciencia a partir de la
lectura crítica, dirigiendo su esfuerzo hacia la construcción de una población social y
políticamente más consciente; “leer es un proceso dialéctico que sintetiza la relación existente
entre conocimiento-transformación del mundo y conocimiento-transformación de nosotros
mismos. Leer es pronunciar el mundo, es el acto que permite al hombre y a la mujer tomar
distancia de su práctica para conocerla críticamente, volviendo a ella para transformarla y
transformarse a sí misma”
Pero además de aprender a leer, para realizar una lectura crítica se necesita una “segunda
alfabetización” (usuario activo de la cultura escrita que la utiliza para participar de la vida
social y política). La “primera alfabetización” consiste en el dominio para descifrar el código
escrito. Esto es muy importante, teniendo en cuenta que Mauricio Pérez (2009) afirma que
“leer también es un asunto político, aunque se necesitan altos niveles de lectura y escritura,
análisis y argumentación, para crear las condiciones de desarrollo de un país y del
funcionamiento de la democracia”.
Al entender la lectura como un acto político, también se entiende la lectura como un
derecho y, como una condición de la vida humana y del funcionamiento de la democracia; de
ahí la importancia de estimular unas prácticas lectoras, que pueden diferenciarse de la
siguiente manera:
*Prácticas de lectura académica,
*Prácticas lectoras funcionales (Información, votación, leer acontecimientos colectivos, leer
para relacionarse como a través de cartas o correos); y
*Prácticas lectoras de goce.
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Lo anterior debe ir ligado a una formación consistente del lector que, construya estructuras
y procesos de pensamiento diferenciales, a partir de la diversidad textual (diversidad de
prácticas lectoras, diversidad de libros y soportes). Como acotaría Stella Serrano (2007)
“crear estrategias de lectura crítica que permitan leer el punto de vista o la mirada particular
que el discurso refleja de la realidad” para desarrollar una conciencia crítica que lleve a la
transformación de las personas.
Pero la lectura crítica requiere de trabajo consiente por parte del lector, para que este
pueda desarrollar las competencias necesarias que le permitan interpretar lo que el autor o
texto quiere comunicarle. Estanislao Zuleta (1985), afirma que una buena lectura no puede
ser aquella que está ligada a los afanes del hombre moderno, ese que requiere informarse de
manera rápida; “Nietzsche rechaza toda concepción naturalista o instrumentalista de la
lectura: leer no escribir, consumir, adquirir. Leer es trabajar” (p.16)
Retomando a Cassany (1999), la lectura crítica hace de este lector, una persona con un
pensamiento crítico, que se caracteriza por:
1. comprender el propósito lingüístico, las intenciones y los puntos de vista que
subyacen a los discursos que le rodean.
2. Toma conciencia del contexto desde el que se han elaborado dichos discursos.
3. Puede construir discursos alternativos que defiendan sus posiciones personales y que
se vinculan polifónicamente o intertextualmente con los anteriores.
4. Utiliza todos los recursos lingüísticos disponibles para conseguir representar
discursivamente sus opiniones a través de esos segundos discursos.
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Hoy en día es responsabilidad del docente, dar herramientas a sus alumnos, para que
puedan desarrollar competencias, que lo lleven a realizar lectura crítica de los textos que
rodean tanto el aula de clase, como la realidad; Lucy Mejía (1.992) propone el concepto de
una adecuada interacción ene le aula de clase “Profesor, alumno y objeto de conocimiento
interactúan en un contexto escolar, y hacen de esta labor un proceso estructurado, dinámico y
con propósitos definidos”, por otra parte continúa Lucy Medina “El docente no es el poseedor
absoluto del saber y la verdad, sino el posibilitador de nuevas estrategias de aprendizaje”.
Para enseñar a leer y a realizar una lectura crítica, el maestro debe echar mano de
estrategias pedagógicas que motiven al alumno, que lo ayuden a descubrir el placer que de la
lectura, y desde este punto, brindarle herramientas para que el comience a estructurar un
pensamiento crítico que le ayude a interpretar la realidad en la cual se moviliza a diario.
Javier Navarro (1979) propone “Proporcionarle no sólo espacio y comodidad, emulación y
estímulos, técnicas de lectura (de dudosa utilidad), sino y fundamentalmente, un momento
psicológico intra o intersubjetivo; es decir la oportunidad de descubrir por su propia cuenta el
goce de la interpretación, de intercambiar, socializándolas, las opiniones y los sentimientos
que suscitan los textos, aprender enseñando, leer escribiendo y hablando, producir,
produciendo”. (p. 90)
Por esto mismo es prioritario que las prácticas educativas –entre ellas la lectura crítica- no
se desliguen del contexto social en el que se dan, al contrario analicen la problemática a la
cual se enfrenta el país, teniendo en cuenta que la sociedad está compuesta por seres sociales,
que comparten una realidad en común, y por tanto deben formarse como hombres con la
capacidad de usar el lenguaje oral y escrito para desempeñar las diferentes funciones
colectivas e individuales, como miembros de una comunidad, que se encuentra inserta en una
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cultura que cada día se globaliza más, a la vez que crea un espacio de participación para cada
sujeto, con plena autonomía en la sociedad del conocimiento.
CONCLUSIONES
La lectura crítica debe ocupar un lugar preponderante en la construcción de la vida social,
por ello es necesario estimular la formación consistente del lector, como usuario activo de la
cultura escrita.
La praxis de la lectura crítica, pone en marcha procesos diferenciales de pensamiento,
ayuda a asimilar valores trascendentes para convivir con respeto, tolerancia y solidaridad; a la
vez que permite pensar y actuar para vivir en democracia.
El leer de manera crítica, da al lector la posibilidad de interpretar, leer entre líneas,
discernir, juzgar por sí mismo, esto posibilita una mejor estructuración de su pensamiento y
su criterio; lo cual le permitirá tomar decisiones más acertadas tanto por y para sí mismo,
como para la comunidad de la cual hace parte, esto redundará en importantes beneficios no
solo individuales sino colectivos, ya que no será títere de nadie, y al contrario podrá ejercer
sus derechos y deberes, al mismo tiempo que contribuye en la construcción de una mejor
sociedad.
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REFERENCIAS
Serrano, Stella. (2007). Competencias de lectura crítica: Una propuesta para la reflexión.
Madrid.
Cassany, Daniel. Aproximaciones a la lectura crítica. Teoría, ejemplos y reflexiones.
Universitas Pompea Fabras. Barcelona
Freire, Paulo. (1985). La importancia de leer y el proceso de liberación. Siglo XXI editores.
México.
Jurado, Fabio & Bustamante, Guillermo. (1995). Los procesos de Lectura. Hacia la
producción interactiva de los sentidos. Cooperativa editorial Magisterio. Colombia.
Pérez, Mauricio. (2009). Prácticas de lectura y escritura para el tránsito de la secundaria a la
Universidad: Conceptos claves y una vía de investigación. Recuperado en:
http://www.slideshare.net/Machesita9/mauricioperezpdf-recuperado-el-20-de-octubre-
del-2009
Kalman, Judith. (2008). Discusiones conceptuales en el campo de la cultura escrita. Revista
Iberoamericana de Educación, 46, 107-134. Departamento de investigaciones
educativas. Centro de Investigación y estudios avanzados (CINVESTAN) del Instituto
Politécnico Nacional (IPN).México. Recuperado en:
http://redalyc.uaemex.mx/pdf/800/80004608.pdf
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