Leyendas Urbanas

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Ahora la sabe... Solo soy una persona con conocimientos en sistemas. Realmente trabajo para una empresa de tecnología y no soy especialmente creyente en nada paranormal, de hecho soy poco religioso. La razón por la que paso por aquí es precisamente porque me ha entrado cierta curiosidad en estos asuntos desde que un familiar que vive en el campo vino a mi a contarme una historia bastante particular, por supuesto es la primera vez que veo un sitio en el cual esta historia podría ser contada. Javier y María son prácticamente dos campesinos, criados a la vieja usanza en una pequeña choza situada a unos 30 minutos a paso de caballo del pueblo más cercano. Javier es un primo lejano del lado de la familia de mi padre. Mi padre, a pesar de actualmente ser médico, viene de una familia muy humilde en el campo y él logró completar sus estudios de medicina con su propio esfuerzo, por esta misma razón aún tenemos bastantes familiares en zonas rurales que nunca han salido del campo. La historia me la contó mi primo una temporada que hicimos el viaje hasta ese pueblo y decidimos de paso ir hasta donde el buen primo ya que le vemos prácticamente una vez al año en temporada de vacaciones. Usualmente nos genera pereza ir hasta donde el vive porque a pesar de ser muy bonito el campo y muy acogedora la choza, la vía para llegar no es precisamente apta para un vehículo moderno, aunque sea una camioneta como en la que vamos. De hecho, no es un carretera como tal, es solo un camino que se ha formado por el pasar de los

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Ahora la sabe...

Solo soy una persona con conocimientos en sistemas. Realmente trabajo para una empresa de tecnologa y no soy especialmente creyente en nada paranormal, de hecho soy poco religioso.

La razn por la que paso por aqu es precisamente porque me ha entrado cierta curiosidad en estos asuntos desde que un familiar que vive en el campo vino a mi a contarme una historia bastante particular, por supuesto es la primera vez que veo un sitio en el cual esta historia podra ser contada.

Javier y Mara son prcticamente dos campesinos, criados a la vieja usanza en una pequea choza situada a unos 30 minutos a paso de caballo del pueblo ms cercano. Javier es un primo lejano del lado de la familia de mi padre. Mi padre, a pesar de actualmente ser mdico, viene de una familia muy humilde en el campo y l logr completar sus estudios de medicina con su propio esfuerzo, por esta misma razn an tenemos bastantes familiares en zonas rurales que nunca han salido del campo.

La historia me la cont mi primo una temporada que hicimos el viaje hasta ese pueblo y decidimos de paso ir hasta donde el buen primo ya que le vemos prcticamente una vez al ao en temporada de vacaciones. Usualmente nos genera pereza ir hasta donde el vive porque a pesar de ser muy bonito el campo y muy acogedora la choza, la va para llegar no es precisamente apta para un vehculo moderno, aunque sea una camioneta como en la que vamos. De hecho, no es un carretera como tal, es solo un camino que se ha formado por el pasar de los animales y carretas o algunas motos y que en invierno es inaccesible a menos que sea en vehculo de traccin animal de 4 patas. Tambin es posible que si dos carros se encuentran, alguno de los dos tenga que regresarse en reversa, por supuesto nunca ha pasado porque es muy poco transitado.

La ltima vez que lo visitamos, el buen primo tena la espalda llena de cicatrices, por supuesto nuestra primera reaccin fue preguntarle que haba pasado. Su respuesta me ha dejado atnito ya que no es la primera vez que escucho algo similar.

No se si en el pueblo les contaron que me ca del caballo, todo el mundo dice eso pero Mara sabe lo que realmente paso, no quisiera contarles porque estn de visita y no quiero que vayan a pasar una mala noche.

Ms que la razn por la cual nos lo deca, yo poda notar que tena miedo de contar la historia, sus ojos trataban de apartar la mirada y buscar otro tema de conversacin, sin embargo yo insist dicindole que solo era una historia y que no me poda dejar con la intriga.

Bueno sintate aqu me dijo al rato cuando los dems estaban haciendo otras cosas. No quiero que tu pae se ponga nervioso manejando cuando estn de regreso.

Hace dos meses, como era de costumbre, yo tena que ir al pueblo a comprar algunas cosas de la casa, yo nunca lo hago muy entrada la tarde para que no me agarre la noche en el camino. Nunca le he tenido miedo a la noche, hasta ese da le tena ms miedo a los vivos que a los muertos y ya me haban robado antes por andar por el camino tan tarde. Parece que los ladrones no duermen -Eso es cierto afirm, mientras en mi cabeza quedo el eco de la frase: Hasta esa noche.

Sin embargo tena varios animales enfermos -contino. Ya eran 2 vacas que estaban bastante mal y no poda darme el lujo de que se murieran, as que tom el caballo y comenc a ensillarlo. Mara inmediatamente de dijo: Javier, para donde vas que no ves que ya es tarde y me da miedo que vayas solo, te va a coger la noche, tengo un mal presentimiento, espera hasta maana.

Yo la ignor por la misma razn que ya te coment, no poda darme el lujo de un animal muerto, as que tom una linterna para alumbrar, aunque yo saba que era noche de luna llena por lo tanto sera una noche bastante iluminada y posiblemente no la usara para no mostrarle mi posicin a nadie.

Fui al pueblo lo ms rpido que pude, compr en el mercado lo necesario, en el camino me encontr con un par de amigos que me ofrecieron 2 tragos de Ron, y luego, segu, y tal como estaba previsto, una cortina negra cay sobre el campo. Apenas haba comenzado la va.

Por supuesto, el caballo ve mejor que yo as que yo solo me incline y trat de ir lo ms rpido posible con la luz apagada para no mostrarle mi posicin a ningn bandido. Llevaba muy buen ritmo, estimo que deba ir al menos ya por la mitad del camino y me iba sintiendo ms tranquilo en cuanto ms avanzaba, sin embargo cuando llegue a la curvita por donde se llega al arroyo, algo extrao llamo mi atencin -hizo una pausa, como tomando fuerzas para poder explicarme lo que segua, mientras haca eso su miedo me invada a mi tambin.

Cuando pase por la curva vi una silueta, estaba casi seguro de que era una nia. Para este punto ya mi vista se haba adaptado un poco a la oscuridad por tanto poda distinguir cosas, pero como pas tan rpido por aquel punto no poda estar seguro si era correcto lo que vi o no.

Por supuesto la duda me estaba matando, Y si era una nia que se haba perdido? Qu tal si la muerde una vbora? Tal vez la pobre no se atreva a caminar del miedo. En estas tierras tan alejadas es posible que hasta sea violada y nadie escuchara nada

Tantos pensamientos invadieron mi mente que decid dar la vuelta y asegurarme. Pare en seco el caballo y di la vuelta, encend mi linterna y comenc a buscar. En menos de un minuto ya la poda ver, a pesar que estaba seguro que haba andado bastante mientras decida si regresar o no. En ese momento no le di gran importancia pues pens que tal vez ella haba caminado un poco o habra intentado perseguirme y por eso haba avanzado.

Era una pequea nia, tendr a lo mucho unos 7 aos, pens. Estaba vestida completamente de blanco, su rostro pareca angelical aunque tena una parte tapada por el cabello y la verdad an no recuerdo si poda ver sus pies, tal vez estaban confundidos con el pasto, y adems, al encender la linterna perd nuevamente la poca visibilidad que ya tena y solo poda ver lo que alumbraba directamente. y que pas? pregunte, aunque el corazn me palpitaba rpidamente no poda dejar de escuchar.

Le pregunte Estas perdida?. Ella solo asinti con la cabeza sin mencionar una palabra. Vives cerca?. Nuevamente solo movi su cabeza haca los lados.

Le dije, si quieres te llevo a mi casa y maana buscamos a tus papas porque no te quiero dejar sola aqu. Ella asinti, de igual forma solo moviendo su cabeza.

Gire el caballo y le dije que si saba como subirse, no haba terminado de hablar cuando ya la sent detrs mo. Me agarr fuerte de la cintura, por supuesto pens que deba estar aterrada as que no le dije nada ms y reanude mi carrera haca mi hogar que anhelaba ver mucho ms en este momento. Senta como si de repente la temperatura hubiera descendido y pens: Creo que ya ha entrado mucho la noche, debe ser muy tarde.

Acelere nuevamente hasta lo que el pobre animal era capaz, me daba an ms miedo encontrar algn bandido llevando esta acompaante, ya no era solo mi seguridad, tambin la de esta nia. El pauso nuevamente, sus manos comenzaron a temblar y su mirada estaba perdida en el recuerdo, como si lo estuviera viviendo de nuevo.

Yo not que algo no estaba bien, el caballo empezaba a bajar la velocidad y por ms que yo intentaba no consegua hacerlo regresar al ritmo que traa. Le dije a la nia: no te asustes ya casi llegamos. Ese fue el primer momento en que la escuche hablar, an esa voz resuena en mis sueos y en mis pesadillas, no sonaba como ninguna persona, nio, adulto o anciano que hubiese escuchado antes, y me dijo: Tu no vas para ninguna parte, tu te vas conmigo.

Impactado por sus palabras, mire haca atrs, no poda ver su rostro ya que estaba apoyado sobre mi espalda, pero sus piernas sus piernas eran tan largas que arrastraban contra el suelo, era eso lo que no dejaba avanzar al caballo, lo estaba frenando.

Enseguida me di cuenta de que el fro que senta no era normal, estaba temblando, mis manos estaban moradas, sin embargo mi espalda estaba muy caliente, senta un olor a azufre que no desapareca aunque estaba avanzando aunque fuera lento. De pronto me habl de nuevo.

Reza lo que te sepas si quieres, pero tu te vas conmigo

A mi mente vinieron muchas oraciones, las que haba escuchado en la iglesia, las deca as no creyera en nada de eso. Las que haba escuchado cuando enterraban a la gente, las que haba escuchado rara vez de algn religioso o en el colegio, el caballo cada vez iba ms lento, casi que se detena, y cada vez que terminaba alguna oracin ella rea y solo deca: Esa ya me la se, tu te vas conmigo.

El hizo una ltima pausa esta vez el tono de su voz cambio, parece que haba ms tranquilidad en su rostro

En ese momento me record a la bisabuela, ella siempre haca una oracin cuando alguien se senta triste o estaba enfermo, no se como la record en ese momento puesto que yo estaba an pequeo cuando ella falleci. Tampoco recuerdo que sea algo que yo haya escuchado en una iglesia convencional, era algo como un pedazo de una cancin o algo muy muy viejo.

Espere que ella se riera an ms, pero solo haba silencio. En un tono de disgusto me dijo: Te salvas, porque esa no me la se.

De inmediato desapareci la presin del caballo y comenz a andar un poco ms rpido aunque se escuchaba en su respiracin que estaba muy agotado, la presin en mi espalda desapareci aunque an me dola un poco, estoy seguro que por el miedo senta menos el dolor. Cuando llegue a la casa dej el caballo afuera sin pensarlo y entre donde Mara. Le di un beso y le cont lo que me haba pasado, ambos estbamos petrificados. Ella mir mi espalda y me dijo que estaba quemado pero pareca como si me hubiera quemado hace tiempo, solo eran cicatrices.

Habremos dormido un par de horas esa noche, en la maana cuando sal de la puerta, ah yaca mi caballo muerto, sus patas traseras estaban calcinadas y el olor a azufre permaneca an fresco.

All termin la historia, solo se levanto y me dejo all, yo no saba que decir ni que pensar.

Por supuesto tambin nos agarr la noche cuando bamos de regreso, por supuesto que no senta tanto miedo porque bamos en carro, la radio estaba encendida e iba con toda mi familia, an as, no me atreva a mirar por la ventana, haca afuera solo se vea oscuridad, las luces solo alumbraban por donde estbamos andando. Yo pensaba: Seran solo inventos? Alguna historia colorida que invent por haba tomado algunos tragos esa noche?

Mire hacia el cielo nocturno, en el campo puedes ver muchas estrellas, era noche de luna llena de esas en la que la luna por alguna razn luce un poco roja. Cuando volv la mirada haca abajo, no pude evitarlo, eche un vistazo por la ventana y vi una silueta en la oscuridad bamos bastante rpido y evidentemente no haba razn para regresar aunque sent el horrible escalofro al recordar la historia. En ese momento record lo que le haba preguntado al buen primo antes de marcharnos: Y cual era la oracin?

El respondi De nada sirve que te la diga Esa ya se la sabe.Al otro lado del tunel

Tengo que admitir que antes de conocer a Matas yo no saba nada de motocicletas, es ms: les tena terror. Apenas si haba circulado sobre el scooter de mi prima, y sus sesenta y cinco kilmetros de velocidad mxima me haban producido pavor, a tal punto que decid no subirme a una moto nunca ms. Pero con Matas todo fue diferente. l me ense a amar la velocidad, por supuesto que con el debido respeto: siempre, en todas las disciplinas de riesgo, debe haberlo, aunque respetar algo no es lo mismo que temerle. Gracias a l pude disfrutar del viento y de la lluvia sobre el camino, de los rayos de Sol tostndome la piel de los hombros, y claro, tambin la excitacin y el vrtigo de un motor poderoso acelerando y rugiendo a travs de los campos y los bosques solitarios. La emocin y la adrenalina de una competencia, el increble sentimiento de soledad y triunfo al pasar al frente y saber que delante no hay nada, slo uno y sus pensamientos, slo uno y la naturaleza y la meta al final de la pista.

Nunca llegu a ser tan buena competidora como Matas, pero al menos gan un par de medallas, y eso me colm de orgullo. Con el tiempo, ambos fuimos conocidos en el ambiente como la pareja de las dos ruedas, la pareja de la velocidad, y creo que todo el mundo nos envidiaba, porque nos vea felices y con un objetivo en comn. Pero claro que tenamos nuestros escollos, nuestros momentos de incertidumbre. A veces, como cualquier pareja, discutamos, y muchas veces terminamos distanciados y sin hablarnos durante das o incluso semanas. Gran parte de eso se deba, creo yo, a los roces inevitables de la convivencia y la cotidianidad, pero con el tiempo nuestros problemas comenzaron a venir de afuera, y tenan un nombre y un apellido: Leandro Somoza.

Somoza era un competidor formidable, el nico que poda llegar a hacerle sombra a Matas. Sus habilidades iban de la mano con su predisposicin para el juego sucio; haca cualquier cosa con tal de ganar, incluso poner en riesgo la vida de sus adversarios. Esto pona loco a Mati, sobre todo cuando Somoza terminaba ganando. Pero hubo algo ms, algo que hizo que nuestra pareja estuviera a punto de desintegrarse definitivamente. Y fue cuando Somoza, a quien apenas haba visto personalmente en una gala de coronacin, comenz a llamarme y a acosarme por celular.

Nunca supe cmo consigui mi nmero, pero lo cierto es que durante un mes entero no par. Me invitaba a salir, aseguraba estar loco por m, quera que yo abandonara a Matas y me fuera con l. Al principio no dije nada a Matas, porque sospech que las intenciones verdaderas de Somoza iban dirigidas contra l; la temporada de competicin estaba por arrancar y sin dudas aquello se trataba de una guerra psicolgica.

Y fue un grave error de mi parte. Un da Matas se encontr con los mensajes de Somoza en mi celular, y fue imposible convencerlo de que entre l y yo no pasaba nada, que todo aquello formaba parte de una de sus sucias jugarretas. Matas hizo sus valijas y se fue, y yo qued sola llorando sobre la cama y maldiciendo el nombre de Somoza. Decid hacer algo. Llam a ese hijo de puta y le ped que cortara con todo eso, o lo denunciara a la polica. Somoza primero me escuch en silencio, y luego comenz a rer. Ri tanto que creo que qued ronco.

Record que al da siguiente se llevara a cabo la primera competencia, y entonces le dese la peor suerte del mundo. Ojal que te caigas y te rompas todos los huesos, le dije. Pero Somoza sigui riendo y la vista se me nubl por la furia. Deseo de todo corazn que te mueras, hijo de puta, le grit, redoblando la maldicin, y luego, sin darle tiempo a contestar, cort. Nunca hasta ese entonces le haba deseado la muerte a nadie, y tuve luego mucho tiempo para arrepentirme.

Al da siguiente, durante la carrera, sucedi algo realmente espantoso. Ese da la competencia era a travs de un camino boscoso y semidesrtico, en el Sur del pas, muy cerca de la cordillera de los Andes. El tramo era de ms de doscientos kilmetros y como era una competencia de clasificacin, no haba mucho pblico en los alrededores.

La carrera arranc como siempre con Mati y Somoza picando en punta, pero luego de atravesar un largo tnel a travs de la montaa, los dos competidores desaparecieron y nunca asomaron por el extremo de salida. Los encargados de seguridad tardaron unos veinte minutos en llegar al lugar. Ninguno de los otros competidores haba visto nada, aunque iban detrs de ellos, por lo que el asunto resultaba por dems misterioso. Cuando finalmente los encontraron, ms o menos a la mitad del tnel, ambos estaban despatarrados sobre el camino, con sus respectivas motos convertidas en chatarras. Mati an respiraba, pero Somoza estaba muerto. Pese al casco, se haba fracturado el crneo en la cada. Y lo que era peor, lo que result un misterio insondable durante los siguientes aos: tena mordidas por todo el cuerpo. Mordidas que, segn revel la autopsia, no correspondan a ningn animal conocido. Quienquiera que fuese el dueo de esos terribles dientes, le haba comido gran parte de los dedos de la mano, la punta de la nariz y un pedazo de mejilla.

Yo estuve todo el tiempo con Mati. Lo trasladaron en helicptero al hospital ms sofisticado del pas y de inmediato lo sometieron a un coma farmacolgico. Tena fracturas expuestas en ambas piernas, el brazo derecho y el hombro derecho, adems de fracturas internas en las manos, costillas y clavculas. Una de las costillas fracturadas haba perforado un pulmn y lo haba llenado de lquido; el pulmn con las horas se infect y tuvieron que someterlo a una ciruga de urgencia para que el resto del cuerpo no colapsara.

Estuvo en terapia intensiva durante tres semanas y lo sometieron a ms de veinte operaciones. Yo rezaba por l y le tomaba la mano izquierda, que era una de las pocas cosas que le haba quedado intacta. Cuando por fin, durante la vigsima tercera noche, Mati abri los ojos y pronunci mi nombre, yo lanc un largo suspiro de alivio y me ech a llorar de felicidad. Saba que lo peor haba pasado.

Nos casamos dos meses despus, con una sencilla ceremonia en la capilla local. Mati con el tiempo fue recuperando la movilidad y trat de regresar a las pistas, pero su sentido del equilibrio y del espacio ya no eran los mismos. Lo intent durante un tiempo, hasta que naci nuestro primer hijo. Y entonces, con infinita tristeza, abandon la actividad.

Pese a ello, durante algunos aos me consider la mujer ms feliz del mundo. Tena un esposo y un hijo maravillosos, y no me faltaba absolutamente nada. Pero cada tanto, sobre todo por las noches, me descubra pensando en el accidente. Y en lo que haba sucedido dentro de aquel tnel.

Mis augurios de muerte hacia Somoza me carcoman la consciencia. Mati se negaba rotundamente a hablar sobre el asunto, deca que no recordaba nada, pero yo saba que menta. Nadie haba podido descifrar el origen de las mordidas de Somoza. Mdicos y especialistas de todo el mundo haban llegado para estudiar el caso; hicieron cientos de estudios al cadver, aunque nadie pudo esclarecer el misterio. Hubo un forense suizo que lleg a decir que se trataba de una mordedura de un pequeo dinosaurio que habitaba en la base de la montaa, pero por supuesto nadie le crey. Recin conoc la verdad del asunto aos despus, muchos aos despus. Fue en el lecho de muerte de Mati.

Ambos estbamos ya muy viejos, y a Mati lo haba consumido rpidamente un cncer de esfago. El da que muri, l me tom la mano y me cont sobre lo que realmente haba ocurrido en el tnel.

Su voz era apenas un susurro en la noche, pero me bast para enterarme de todo. Cont que a mitad del tnel, algo, una sombra, se les apareci desde la oscuridad. La sombra avanz hacia ellos y los cubri como una niebla, y despus no recordaba ms nada.

Estuvo inconsciente tal vez unos cinco minutos. Cuando despert, lo primero que vio fue a su viejo enemigo enroscado sobre s mismo. La sombra estaba sobre l y pareca hacerle algo, porque se escuchaba un ruido como de succin. l trat de levantarse pero le fue imposible hacerlo, supo que tena el cuerpo roto y estaba a merced de aquel demonaco ser. Pasaron otros cinco minutos, quizs menos. El viento penetraba por la boca del tnel y aullaba en forma ttrica. l haba comenzado a temblar y lloraba en voz baja. La sombra por fin termin de hacer su tarea y luego se irgui. Meda tres metros, tal vez ms. Se acerc hacia l, y entonces supo que la sombra era el Demonio.

-Acabo de comer, y ya no tengo apetito- le dijo la sombra, con una voz terrible-. Te concedo un deseo, antes de aduearme de tu alma. Hazlo ahora, antes de que me arrepienta.

Entonces l lo pidi. En la oscuridad del tnel, frente a aquella sombra agazapada frente a l, pidi su deseo. Al principio no le entend bien, por lo que le ped que lo repitiese.

-Le dije que te amaba. Te amaba a ti, Sara. Con toda mi alma. Aunque saba que no poda tenerte, nunca podra tenerte.

Pens que estaba desvariando. Apret su mano y con lgrimas en las mejillas le dije que yo estaba ah, que siempre haba estado ah. Y que tambin lo amaba.

Pero l me dirigi una mirada de tristeza, que hizo que mi corazn se estremeciera de inquietud.

-No me amabas a m. Lo amabas a l.

-A Somoza? Acaso ests loco? Todava piensas que esos mensajes significaban algo entre nosotros?

-Yo soy Somoza- dijo el anciano moribundo sobre la cama-. Mi deseo fue ser l. Ser Matas. Para estar al fin contigo. Porque era Matas el que estaba muerto en el tnel, y no yo. Y la sombra me concedi ese deseo. Y entonces volv a desmayarme, y cuando recuper la consciencia, lo hice en el cuerpo de Matas. La sombra ahora estaba agachada sobre mi antiguo cuerpo, comiendo mis dedos. Cuando se dio cuenta que yo lo miraba, alz la cabeza y sonri. Para anticiparme a tu sabor, me dijo. Y luego, durante tres semanas, perd la consciencia. Cuando abr los ojos, lo primero que vi fue tu hermoso rostro, y entonces supe que haba sido bendecido. Bendecido, paradjicamente, por el demonio. No importa que la Bestia venga a buscar mi alma cuando muera, yo slo s que durante todos estos aos, Sara, me hiciste el hombre ms feliz del mund

No lo dej terminar, no poda dejarlo terminar. Apret la almohada sobre su cara, hasta que las lneas del monitor al que estaba conectado se aplanaron. Y luego me fui. Simplemente me fui. Pero, antes de cerrar la puerta, hice algo de lo cual todava me arrepiento. Me detuve y ech una mirada hacia atrs. El cuerpo de mi amado Mati, que durante cinco dcadas lo haba ocupado el alma de Somoza, estaba inmvil sobre la cama, y haba algo detrs de l. Una sombra que surga del rincn, que recordar hasta el final de mis das. La sombra se acerc a la cama y se agazap sobre el cadver. Y luego, instantes antes de arrojarse sobre l, alz la vista y me mir. Sus ojos eran negros e infinitos, y estaban cargados de una maldad absoluta. Un estremecimiento me recorri el cuerpo y trat de gritar, pero sencillamente no pude. De hecho, estaba por completo paralizada y pens que morira all mismo. Recin pude reaccionar cuando aquellos ojos se desviaron, y entonces di media vuelta y corr, corr hasta que sent que el corazn me estallara, aunque para ese entonces ya era tarde: saba que la Sombra haba contemplado mi alma, y le haba gustado lo que acababa de ver.

Pasan ms aos. Ahora soy una anciana de noventa y tres aos, y apenas puedo moverme sobre la cama. S que estoy muriendo; mi cuerpo biolgico ha dicho basta y es hora de retirarme de este mundo. No me arrepiento de nada de lo que hice, aunque extrao a Matas. Volver a verlo? Nuestras almas se reencontrarn en algn lugar? Tengo motivos para dudar de ello.

Los ojos se me cierran. Ya me queda muy poco. Giro la cabeza sobre la almohada: una sombra, una sombra de ojos vidos e infinitos, ha comenzado a corporizarse desde el rincn ms lejano de la habitacin, y empieza a avanzar decidida hacia m.

Recen. Recen por mi alma condenada.

Adis.

Cuidado con los Amigos Imaginarios

En ocasiones algunos nios tienden a jugar y hablar slos debido a alguna compaa qu solo ellos pueden ver, volvindose importantes e influyentes para algunas decisiones y actos en su vida, dichas presencias invisibles son los llamados Amigos Imaginarios. En varios ocasiones son inofensivos y hasta normales pero pueden darse casos especiales dnde ese amigo se puede tornar amenazante y-o agresivo. A continuacin se dan declaraciones que son ejemplos claros de que sos amigos imaginarios qu tuvieron stos nios son todo lo contrario a buenos.

"Hace unos 3 aos cuidaba a mi sobrino de 6 aos y a su pequea hermana de 5 cundo me dijo que jugara a construir con sus herramientas de goma pero que necesitaba un cuchillo de carnicero para cortar a su hermana a la mitad y sacar la pintura roja de su cuerpo para pintar la casa que construira. Le pregunt qu de dnde haba sacado esa horrible idea y me contesto sonriendo que su amigo imaginario Larry que vive arriba de su armario y que tiene cuerpo de perro le dijo que lo hiciera".

"Una vez me toco a regaadientes quedarme en casa cuidando a mi pequeo hermanastro, me estaba acostumbrando a la idea de una nueva familia y al comienzo era una situacin extraa e incmoda. El pequeo Samuel se la pasaba dibujando a pesar de su corta edad, pareca que era con lo nico que se entretena porque no jugaba con ningn juguete. Esa vez estaba pintando y las lgrimas se deslizaban por la cara, me preocupo y le pregunt que pasaba. Samuel me enceo el dibujo y era un torso sostenido al suelo por sus manos, con el cabello largo, ojos grandes y amarillos y la boca cosida, me dijo que era Luigi, su mejor amigo y que yo no le agradaba, que no durmiera esa noche en la casa porqu Luigi me matara".

"La otra noche mi hija se levant llorando y se meti cmo un rayo entre las sbanas de la cama dnde me encontraba con mi esposa. Llev mucho tiempo tranquilizarla y tratar de convencerla que no haban monstruos, pero ella me dijo que no era un monstruo lo que la asustaba, su amigo imaginario le dijo que matra a su pap porque l quera ser su nuevo pap, ella le dijo que no porqu era su nico pap y lo quera mucho, a lo que su amigo imaginario se enojo y trat de quitarle los dientes a ella, cmo pudo corri hasta llegar a la cama de sus padres".

"Una vez me peinaba frente al espejo cundo lleg mi hija y me jal por el vestido y me dijo que a l le gustaba yo, no entend a quien se refera y le pregunte que a quien le gustaba yo, mi hija muy tranquila me sealo un rincn de la habitacin y dijo que el seor grande que se sienta en el piso y me mira dormir y baarme le gusto mucho. Qued aterrada y a la semana siguiente nos mudamos."

"La niera de mi hijo renunci porqu me dijo que l deca que en la casa haban hombrecitos muy viejos y pequeos con los brazos tan largos que los arrastraban, ojos negros, vestidos de azul y sombreros negros que a veces jugaban con l y otras veces lo pellizcaba. Pero que esa noche lo esperaron todos cundo sali del bao y se lo queran llevar. A pesar que la niera no los lleg a ver, las descripciones y nervios de mi hijo la asustaron. Mi hijo ahora vive con su padre."

"Mi hijo me deca que los juguetes se haban escondido, no los consegua y los que aparecan estaban rotos, pens que era l que no sabia dnde los dejaba y que nuestro perro los morda hasta romperlos. Decid hablar con el y decirle que tuviera cuidado en dnde dejaba sus juguetes porqu el perro se los seguira rompiendo, mi hijo me dijo que los juguetes los agarraba la nia que sala de la chimenea por las noches y se los llevaba y los rompa porque no le gustaba que tuviera mejores juguetes que ella."

"Por las noches, mi pequea hija dice que en su cuarto se le aparecen cuatro pollitos con cabeza de gato que juegan con ella y la pican si hace algo que ellos no quieren cmo pedir que se vayan o asustarla. Mi hija tiene marcas en los brazos y piernas pero dudo que sea esa la razn de ello. Debe haber otra explicacin."

"A mi hijo menor tuvimos que llevarlo a un especialista, no me gusta decir que se trata de un psiclogo; por un estado diferente en su comportamiento. El especialista luego habl con nosotros y dijo qu en la casa no puede decir nada porqu le dijeron que le arrancaran la lengua y los ojos, al preguntar quien o quienes respondi que son dos nios iguales y sin nariz que bailan en el techo de su cuarto justo encima de su cama, a veces lo dejan dormir pero la mayora no diciendo qu lo llevaran al techo con ellos para siempre. Al salir de all inmediatamente viajamos a otro estado."

"Las noches en la casa fueron aterradoras luego de que mi hija me dijo que una voz por las noches le susurraba al odo que no poda mirar a los rincones de su cuarto al mismo tiempo, o que no importaba si miraba debajo de la cama porqu l se esconda detrs de la puerta, o qu si tenia ganas de ir al bao la esperaba en el pasillo o que durmiera tranquila porqu as sera ms fcil llevrsela. Ahora mi hija Sandra duerme conmigo pero casi no dormimos por las noches a pesar de tener las luces encendidas, dormimos luego de llegar del trabajo o cuidado infantil respectivamente. No puedo irme de la casa, el dinero no me alcanza, cmo podemos vivimos y dormimos pero no podemos hacer ms, se que al caer la noche algo viene y nos observa."

"Mi hija jugaba en su cuarto con sus muecas una tarde cundo mi esposa grito desde abajo en la cocina que bajramos a cenar, mi hija y yo nos encontramos en el pasillo para bajar pero mi esposa estaba del otro lado del pasillo y nos hizo seales de qu furamos a ella pero en silencio. Al llegar nos dijo en voz baja que ella tambin haba escuchado esa voz y no era ella. Mi hija dijo que era su amiga que haba venido con ellos cundo regresaron del entierro de la abuelo, se esconda en la cocina y no le gustaba nadie ms qu ella. Le preguntamos cmo era y dijo que tena la piel gris, ojos blancos, muy delgada y con una herida en su cuello. Le asustaba no ir cundo la llamaba porqu caminaba muy rpido, casi corriendo y la agarraba con fuerza dicindole que deba obedecer."

Los habitantes de la espesura.

Hace muchos aos trabaj en el Centro de Rehabilitacin Mental de Santo Domingo. Entre los casos de sndrome postraumtico de guerra ms extraos que trat, estaba el de un joven soldado cuyos compaeros haban muerto todos en combate; el joven fue encontrado por un grupo de campesinos, escondido en una pequea cueva junto a un arroyo, temblando y al parecer haba perdido el habla, se encontraba en un estado de shock del que jams se pudo recuperar.

Pero una noche de tormenta me busc y ante mi sorpresa habl por primera vez accediendo a contarme una historia que no puedo calificar ms que de horrorfica. Ignoro qu razn lo llev a imaginar semejante alucinacin. He aqu su relato:

La noche estaba ya bien entrada cuando el capitn dio la orden de detenernos, habamos estado avanzando a travs de la jungla sofocante por cerca de seis horas sin encontrar rastro de los rebeldes. Ellos nos tendieron una trampahabamos estado siguiendo una pista falsa; nos sorprendieron y emboscaron nuestra unidad, ahora solo ramos cuatro sobrevivientes tratando de salvar nuestras vidas. S que no es digno de un soldado huir pero Qu otra cosa podamos haber hecho? ramos solo cuatro contrademasiados.

Nos sentamos lentamente y en silencio, la oscuridad se haba hecho muy densa y gruesas gotas de lluvia haban reemplazado la pertinaz llovizna que nos haba acompaado durante todo el da, tratamos de protegernos como pudimos del aguacero.

Imagino que debamos presentar un aspecto lamentable; vi el dolor en el rostro del capitn y mis compaeros, creo que esto es demasiado, es decir, cuando te haces soldado crees que eres invencible, nada te puede destruir porque ERES EL BUENO, luchas por la paz y la justicia y aunque sabes que es probable que estas situaciones puedan ocurrir; al momento de la verdad nunca ests preparadopara ver morir a tus compaeros, a tus amigos, los hombres con los que te has formado y has compartido tanto, tus hermanos.

Saqu de mi bolsillo la fotografa de Luisa y la contempl, se la haba tomado durante un atardecer en las playas de Cartagena. Luca hermosa con su cabello rizado, al aire, y me sonrea como solo ella saba hacerlo.

Mir a mis compaeros, Gary era alto y larguirucho, tena la mirada perdida en algn lugar, la verdad es que casi no hablaba con l, era un tipo de pocas palabras y pocos amigos. Mario haba encontrado una roca donde sentarse y pareca estar llorando pero trataba de disimularlo. El capitn; que se haba alejado un poco, regres y orden que descansramos e imparti los turnos para hacer la guardia, a mi me asign el tercer turno, despus de Gary. Trat de descansar haciendo caso omiso a los insectos que me torturaban y fue entonces cuando cre escucharlo, era como suaves murmullos que parecan provenir de todas partes. Inmediatamente alert a los dems, ellos tambin lo escucharon, Mario especul que podra tratarse de un pueblo en las cercanas, pero el capitn recel, dijo que podra tratarse de un campamento rebelde, de repente los murmullos cesaron y el bosque volvi al montono sonido de la lluvia, esperamos cerca de media hora pero no volvieron a repetirse.

La lluvia fue amainando y me qued dormido. Todava hoy me parece escuchar el grito de Gary que me despert. No fue exactamente un grito, mas bien fue Dios! como un alarido, un alarido de terror que me hel las venas, nos levantamos y empuamos nuestros fusiles, Gary no estaba en el puesto de guardia, se escuchaban risas como de muchas personas a nuestro alrededor, no podamos verlas, pero era evidente que se burlaban de nosotros y se deleitaban con nuestro miedo, el capitn daba gritos pidiendo a los extraos que se identificaran so pena de abrir fuego, pero las risas aumentaron a crueles y macabras carcajadas. Entonces volvimos a escuchar a Gary pidiendo auxilio a gritos y corrimos hacia la direccin de donde provenan disparando hacia atrs, hacia la espesura.

No s exactamente cuanto corrimos, calculo que cerca de un kilmetro; solo s que los gritos de terror de Gary siempre se escuchaban a la misma distancia por ms que intentbamos llegar a l; hasta que repentinamente cesaron y nos detuvimos, al parecer quienes quiera que fueran los de las risas misteriosas no nos haban seguido, de todos modos permanecimos espalda contra espalda con los fusiles en posicin de tiro.

La lluvia finalmente haba terminado y las nubes comenzaron a dispersarse, el brillo de la luna ilumin las copas de los rboles altos, mas no a nosotros porque la vegetacin era muy tupida, reinaba un silencio casi absoluto, tal vez fuera mejor as, en el estado en que nos encontrbamos si una lechuza hubiera cantado la hubiramos callado con un torrente de balas.

Transcurrieron cerca de dos horas que ayudaron a que calmramos un poco nuestros alterados nimos, el capitn trat de elevarnos la moral, afirm que los rebeldes fueron muy listos y que los felicitaba porque lograron asustarlo a l y secuestrar a uno de sus hombres en sus narices, pero que por el bien de ellos era mejor que no le hubieran hecho dao

Pero yo, y estoy seguro que Mario tambin, dudbamos.

Repentinamente una brisa helada se filtr entre los rboles que se estremecieron, el capitn se haba quedado mudo en medio de su arenga mirando en todas direcciones, mis sentidos estaban aguzados al mximode repente los vimos a nuestro alrededor, eran como siluetas, sombras borrosas, que saltaban a gran velocidad entre las ramas de los rboles que nos rodeaban y luego se abalanzaron sobre nosotros, creo que podra compararlo a estar en medio de una bandada de aves o murcilagos gigantes, se movan entre nosotros, rozando nuestros cuerpos, araando nuestros brazos y rostros, era horrible, gritbamos y tratbamos de protegernos y de alejarlos golpendoles o disparndoles pero extraamente nuestros puos solo se encontraban con el aire, y las balas parecan no afectarles en lo ms mnimo. En nuestra desesperacin hicimos lo nico que el instinto nos aconsej, echar nuevamente a correr.

A pesar del terror que nos invadi por lo menos permanecimos juntos, los dejamos atrs pero no por mucho tiempo, mientras corramos escuchbamos un constante revoloteo tras nosotros y al volver la vista distingu una espesa nube negra que avanzaba sobre los rboles en nuestra direccin.

Corrimos y corrimos a travs de la selva hasta quedar sin aliento, hasta que nuestras fuerzas llegaron casi al lmite y camos en la tierra hmeda y lodosa esperando lo que el destino nos deparase, cuando reparamos en que nuevamente estbamos solos, not algo de alivio en Mario y el capitn, pero haba algo que no me cuadraba, fueran lo que fueran esas criaturas eran muy rpidas, no lograba entender por que no nos haban dado alcance y un pensamiento cruz por mi mente, pero lo apart deseando que solo fuera algo infundado.

Pas cerca de una hora, Mario finalmente no pudo ms y rompi a llorar, el capitn haba permanecido arrodillado con la vista en el suelo y lo mir como si fuera a reprenderlo, pero no hizo nada y volvi a clavar la mirada a la tierra, ahora era un hombre derrotado, no solo en las armas sino en su alma; no sabamos que hacer, como actuar ni qu pensar, esto pareca una pesadilla, una cruel y horrible pesadilla.

Entonces algo llam mi atencin, en la lejana sobresala una pequea colina y cerca de su cumbre se distingua el dbil pero inconfundible brillo de una hoguera.

El pequeo fulgor anaranjado nos arroj una luz de esperanza y de inmediato apresuramos el paso hacia all sin importar lo exhaustos que estbamos, solo deseando salir cuanto antes de esa selva maldita, no se por qu pero sinceramente creamos que el fuego alejara los fantasmas o lo que fueran, como cuando eres nio y ests seguro que si mantienes encendida la lmpara junto a tu cama el monstruo del armario no se atrever a salir. Tal vez suene un poco egosta pero en ese momento no nos importaba mas nada; no pensbamos ni siquiera en qu haba sido de Gary; toda nuestra mente, toda nuestra energa y nuestra fuerza estaban concentradas en llegar hacia ese diminuto punto de luz.

La colina se encontraba del otro lado de un pequeo valle que descendimos para atravesar, En el fondo lo cruzaba un arroyuelo de aguas cristalinas que brillaba a la luz de la luna.

Todos los arroyos llevan a alguna parte y medit la idea de que tal vez fuera mejor seguir su curso en lugar de subir la loma, pero desech la idea porque la fogata se encontraba ahora muy cerca y nos atraa cual poder hipntico hacia una supuesta seguridad. Dios mo! Por qu no hice caso a esa voz interior?

Ascendimos por la suave pendiente, a medida que subamos la vegetacin se hacia menos densa. La cima estaba despoblada de rboles pero cubierta de maleza alta y pegajosa; avanzamos a travs de ella atrados hacia la claridad con nuestros fusiles listos, a pesar de la evidente inutilidad de stos, nos resistamos a dejarlos, pues como nos haban enseado: un soldado puede abandonar su misin, sus rdenes y hasta su vida, pero jams su fusil.

Finalmente salimos de la maleza y divisamos la hoguera, estaba en medio de un claro a unos doscientos metros y a su alrededor haba un grupo de personas de pi rodendola en crculo, personas de carne y hueso, no sombras ni fantasmas. Fuimos hacia ellos convencidos de dirigirnos a la salvacin.

A medida que nos acercbamos nos pareci que hablaban o murmuraban entre ellos. Nos detuvimos sorprendidos a pocos pasos del crculo, todos vestan togas negras, los hombres eran calvos o con la cabeza rapada y las mujeres usaban una caperuza o capuchn sobre el cabello, eran bastante plidos aunque de facciones hermosas; mantenan los ojos cerrados y sus brazos extendidos a ambos lados del cuerpo unidos con sus vecinos por las palmas de las manos levantadas, pero no estaban inmviles, no, se mecan suavemente a uno y otro lado al comps de sus murmullos, que ahora pude identificar como una especie de cntico ininteligible.

Por un momento no supimos que hacer, aparentemente no nos haban visto; el capitn se adelant y salud en voz alta identificndose y solicitndoles ayuda, pero ellos ni siquiera se dieron por enterados, por el contrario, la entonacin del cntico subi de tono. La situacin no me agradaba en lo ms mnimo, haba algo en el himno, no s con exactitud que era porque no lo entenda pero me daba la sensacin de algo profanouna blasfemia

El capitn avanz decidido y toc en el hombro a uno de ellos y el cntico ces de repente, los danzantes se detuvieron al unsono y se quedaron inmviles, entonces el crculo se abri un poco, justo donde estaba el capitn, como invitndole a entrar, an permanecan con los ojos cerrados.

Mario me agarro del brazo y esto me sobresalt, estaba temblando y me sealaba el suelo; mir y me agach a recogerlo, era un pedazo de tela rasgado y manchado de sangre, lo solt en el acto, era inconfundible, el camuflado del ejrcito.

Mir a Mario, su rostro atemorizado me evidenci que el estaba pensando lo mismo que yo.

De repente escuchamos el chasquido del fusil del capitn al caer sobre la arena, estaba dentro del crculo que se haba cerrado nuevamente tras l y los seresabrieron los ojos.

Me qued horrorizado contemplndolos, eran ojos malignos, demonacos, totalmente blancos sin pupilas y totalmente carentes de vida. Uno de los sujetos se haba quedado con la vista fija en m

capitn? dijo Mario con voz suplicante. Pero no contest. Entre tanto una de las jvenes se adelant en el crculo, pareca mirar directamente a los ojos del capitn, no podamos ver la reaccin de ste porque estaba de espaldas a nosotros, los dems reanudaron suavemente su rtmico balanceo acompaado de su canto; el capitn avanz tres pasos hacia la hoguera y se detuvo.

Entonces fuimos testigos de algoimposible, la joven, con los brazos extendidos hacia los lados comenz a levitar, y se elev en el aire hasta unos cuatro metros hasta ubicarse justo sobre el fuego, acto seguido baj los brazos y luego extendi el izquierdo hacia el capitn, el coro creci en intensidad y movimientos.

Y contemplamos horrorizados como el capitn comenz tambin a elevarse, pareca tener el cuerpo rgido y cuando lleg a ella, ambos giraron en ngulo de 90 grados y pudimos ver el rostro de l, era una mueca de terror, sus dientes estaban apretados como tratando de decirnos algo pero sin poder hacerlo y sus ojos angustiados y baados en lgrimas miraban suplicantes hacia nosotros que, impotentes no podamos hacer nada.

Lo que vimos despushonestamente

(Aqu el paciente tuvo un ataque de llanto e histeria, pero despus de unos minutos se soseg y continu)

Su rostro Oh Dios!, su rostroempez a transformarse de una manera horripilante, su crneo se estir hacia arriba dejando caer el capuchn y dndole una forma aberrante a su cabeza, sus ojos se estiraron tambin hacia arriba y se achinaron, pero solo en los extremos pues en la parte cercana al puente de la nariz no se movieron, pero lo peor de todo fue su bocala quijada se estir hacia abajo y sus dientes crecieron de una manera grotesca, tan solo los colmillos sobresalan unos quince centmetros. Ahora el cntico era alto, casi ensordecedor, en un lenguaje que, a pesar de mi escaso conocimiento de idiomas estoy seguro que nadie haba escuchado.

Y la horrenda criatura, apretando al capitn contra su cuerpo le clav violentamente los largos dientes en su cuello, casi pude escuchar los huesos de la clavcula romperse como madera podrida, creo que beba su sangre, pero lo haca voraz y salvajemente como una fiera hambrienta. El infame coro lleg a su clmax, con un estruendo levantaron las manos hacia el cielo, hacia la lunaque brillaba justo en el cenit.

Entonces la criatura levanto la cabeza y con la vista puesta en la luna profiri un grito de ultratumba y satisfaccin que retumb por todo el valley solt el cuerpo del capitn que cay exnime sobre el fuego. El grupo profiri a carcajadas.

El pnico se apoder de m, mis piernas flaquearon y ca de rodillas, el nefasto presentimiento que haba tenido horas antes era verdadero, estos monstruos haban estado jugando con nosotros al gato y al ratn conducindonos irremediablemente hasta este lugar para servirles como vctimas en sus macabros ritos.

Me llev las manos a la cabeza y la apret con fuerza. En nombre del cielo, dnde estaba?, adonde me haba trado el destino?, qu lugar infernal era este bosque en el que los demonios vagaban libres como amos y seores alimentndose de la sangre y la vida de los humanos?

Un pensamiento- Mario abr los ojos de nuevo y el grupo haba iniciado otra vez el cntico, la criatura haba tomado otra vez su forma humana y haba regresado a su puesto; en su lugar ahora estaba uno de los hombres y Mario se diriga hacia l sin poderlo evitar.

Nono poda volver a pasar otra vez por lo mismo, me abalanc sobre l intentando retenerlo pero una fuerza invisible me lanz por los aires hacia atrs, no me explico como pero tuve la certeza de que haba sido obra del hombre que me haba quedado mirando fijamente.

Mario se detuvo, creo que estaba haciendo un gran esfuerzo o haciendo uso de todas sus fuerzas y logr mascullar algo entre dientes

Huye! y de repente volvi la cabeza hacia el frente y comenz a elevarse hacia el hombre que ya lo esperaba flotando sobre el fuego.

Espero que se me pueda comprender, me doli dejar a Mario, peroyo ya no poda hacer nada por l y de verdad no quera presenciarAs que me lanc a la carrera.

No baj la colina por la misma ruta de acenso sino por el lado al que se diriga la corriente del arroyo, all haba rboles otra vez, de hecho en esta parte el bosque era mas enmaraado, la luna estaba oculta momentneamente por una nube as que andaba casi a ciegas, guiado nicamente por el ms bsico instinto de supervivencia; corramas bien galopaba entre el espeso follaje y no pude evitarlono vi llegar el precipicio y resbal pendiente abajo, trat de aferrarme a hojas y ramas durante la cada pero fue intil.

No se cuanto permanec inconsciente pero estoy seguro que haban pasado varias horas porque ya no haba luna y el cielo pasaba a un color azul turqu, despert semi-sumergido en el pedregoso lecho del arroyo, tena todo el cuerpo adolorido y me dola terriblemente el brazo derecho, probablemente se trataba de una fractura.

Me incorpor dificultosamente y avanc, trat de no pensar en lo que haba pasado y solo me concentr en caminar, pero no pude, la risa macabra resonaba fra y malvada en mi cabeza.

Repentinamente ca en cuenta que estaba equivocado, la risa no estaba en mi cabeza, a unos metros de m y encaramado en una rama, la criatura de la vista fija me estaba observando. Asustado trat de retroceder pero la criatura, rpida como el relmpago se coloc frente a m, entonces mi cuerpo dej de responderme y qued paralizado, solo mi mente continuaba lciday empec a sentirme muy ligero, nos elevamos y nos detuvimos; la criatura inici su horrible transformacin, cerr los ojos, no haba salida, solo esperar lo inevitable pero en mi mente solo tena una imagen, la fotografa de mi bolsilloLuisa, mi amada Luisanunca volver a verteno volvers a alegrar mi corazn con tu sonrisa de ngelmi Luisami amor

Y cacon un golpe seco y sordo al chapotear en el agua, poda moverme de nuevo y me pareci ver a la criatura retorcerse de dolorsu manoalgo la haba quemadoalgo casi insignificanteel primer rayito de sol que daba por finalizada aquella noche espantosa se filtr como luz divina a travs de los rboles y lo impact en la mano. La criatura me mir con un odio feroz y huy rauda hacia la espesura. Entonces el sol me ba con su luz vivificante, celestial y llena de energa, cerr los ojos para sentir su calor por todo mi cuerpo.

Me incorpor, present que al atardecer las criaturas volveran, as que me alej riachuelo abajo siguiendo el curso de la difana corriente de agua

FINEl Almacn

AO 1356.INGLATERRA .MANICOMIO BETHLEM ROYAL HOSPITAL. CARTA DE BRYAN SHEGLE A SU MUJER. NUNCA LLEGO A RECIBIRLA.

Amada ma

He sido condenado por el asesinato y brutal mutilacin de dos de mis mejores amigos y camaradas. Maana me ataran a un tronco, encima de una pila de madera y paja, y me quemaran vivo bajo la atenta y salvaje mirada del populacho. Ojala, mi amor, recibas esta carta para saber la verdad y aliviar un poco el sufrimiento de tu corazn. Yo no mate a esa gente. Ya estaban muertos..

Todo empez cuando los puos de Bastian resonaron en la puerta de casa con fuertes golpes que me sacaron rpidamente del letargo del sueo. Era plena noche de invierno, en diciembre. Estaba todo el campo nevado y hacia un fro espectral. Tu estabas visitando a tu familia en Londres con los nios. Baje pesadamente las escaleras hasta el umbral de la casa, intentando desperezarme de la somnolencia mientras Bastian gritaba mi nombre una y otra vez y segua aporreando. Cuando abr la puerta, Bastian me cont que Stephen y Carl estaban en la puerta del gran almacn de la mina de plata, donde trabajbamos. Su voz sonaba nerviosa e histrica. El terror en su cara iba apareciendo mientras sus palabras salan nerviosamente de su boca. Deca que dentro del almacn se oan ruidos horribles y gemidos espeluznantes. Algo se haba colado dentro, y haban bloqueado la puerta por fuera por temor.

Lo primero que pens fue en algn animal herido, quizs un lobo o un perro salvaje que haba entrado en el almacn para refugiarse del terrible fro que hacia esa noche. Aunque me extraaba sobremanera el temor de Bastian por algo tan trivial, cog mis mejores ropas de abrigo, la vieja espada larga de mi padre y nos encaminamos hacia el almacn. El fro era insoportable, empezaba a nevar con fuerza y an tenia entumecidas las extremidades por el sueo. El repentino silencio total de Bastian no hacia ms agradable el largo camino hacia el almacn.

Por fin llegamos al almacn y Stephen salio temeroso de entre unos arbustos. Estaba histrico y nos cont horrorizado que Carl haba tenido un arranque de valor y, cogiendo un pico de minero como arma, haba abierto la puerta y entrado al almacn. Al cabo de pocos segundos de agobiante expectacin, escuch el terrible grito de Carl, un fuerte golpe y un extrao sonido, como de algo despedazando y engullendo carne. Tras eso, haba cerrado la puerta y se haba escondido temeroso nuestra llegada.

Intente tranquilizarle pero no surgi efecto, pues a los pocos segundos todos escuchamos ruidos al otro lado de la puerta. Stephen se puso tras de mi totalmente espantado, tan corpulento y fuerte como era, pareca un nio pequeo llorando en sus peores pesadillas. Desenvaine la espada y la agarre con fuerza, nervioso. Mis compaeros se pusieron detrs de mi, Stephen con un pequeo martillo y Bastian con un pico de minero. Me miraron estupefactos, sus ojos casi se salan de sus cuencas y temblaban. Suspire profundamente y abr la puerta. Todo estaba muy oscuro, apenas se vea dos metros mas adelante. Encend una antorcha y entramos lentamente, muy cautos. Nos lleg con fuerza un hedor insoportable y repugnante que nos provoc nauseas al momento. Stephen empez a vomitar de manera alarmante y cuando por fin empez a recuperarse, del oscuro rincn cercano a la puerta emergi una alta figura con los brazos extendidos hacia Stephen, pillndolo desprevenido. Stephen emiti un chillido espeluznante cuando la figura consigui morderle en el cuello.

Reconoc al atacante de inmediato. Era Carl, nuestro compaero, que segua mordiendo a Stephen sin piedad mientras oamos sus terribles gritos. Cuando por fin reaccione por lo que estaba viendo, ya fue demasiado tarde. El cuerpo sin vida de Stephen yaca en el suelo ensangrentado y mutilado.

Tras unos insoportables segundos de expectacin, Carl se gir y avanz lentamente hacia nosotros, cojeando. Tena la cara ensangrentada y desgarrada. Le faltaba un trozo de carne en el pecho por donde se asomaban sus costillas. No se que le habra pasado, pero debera estar muerto. Alce la espada y le grite que parara, que se deteniera, que no quera hacerle dao, pero no hizo caso alguno. Sigui andando decidido hacia nosotros, con una expresin salvaje y brutal en su desfigurada cara. No me qued ms remedio que atravesarle el pecho con la espada, dos veces. No se qu fuerza demonaca se haba apoderado de l, pero la espada no lo detuvo y sigui avanzando. Volv a cuchillarle varias veces pero no logre mejor resultado. Incluso le desmembr el brazo izquierdo. Cuando apenas estaba a varios pasos de mi posicin y yo ya vea mi final, de repente Bastian salio de entre las sombras, y profiriendo un terrible grito, hundi su pico de minero en la cabeza del demonio. Eso si fue su final, pues Carl cay desplomado al suelo.

Bastian me miro horrorizado. Estaba totalmente plido y pareca que los ojos se le iban a salir de sus cuencas. Jams haba visto una expresin igual en una persona y su rostro me persigui durante mis ltimos das en el manicomio. Omos un lamento y nos giramos lentamente hacia su posicin.

Era Stephen, que se estaba reincorporando con dificultad. Mis ojos no daban crdito a lo que vea. Haba visto morir a mi amigo apenas unos segundos antes de una manera brutal, y ahora se levantaba como si nada hubiera pasado. Bastian corri esperanzado hacia l para socorrerle. Extendi la mano y acto seguido emiti un grito de dolor. Le haba mordido en la mano. Bastian grit y salio despavorido hacia la salida. Fue la ltima vez que le vi.

Stephen se percat de mi presencia y avanz a m lentamente, como antes lo hiciera Carl. Esta vez la adrenalina me despert del estupor, pues sin pensrmelo dos veces ataque a mi amigo y le cort la cabeza de una fuerte cuchillada.

Creo que al final el terror pudo conmigo y me desmaye en el almacn, pues lo siguiente que recuerdo es a cuatro caballeros con armadura en crculo apuntndome con su espada mientras yo yaca entre cadveres, sangre y miembros amputados llorando como un demente.

Ojala, mi amor, recibas esta carta para saber la verdad y aliviar un poco el sufrimiento de tu corazn. Yo no mate a esa gente. Ya estaban muertos..

EL LTIMO ADIOS

Me gustaba dar largos paseos con ella. Todas las tardes cuando caa el sol, iba a visitarla para que le diera un poco de paz y tranquilidad a mi alma, la cual estaba totalmente destrozada tras la prdida de Esther. Aqul fatdico accidente de trfico... nos separ para siempre.

An lo tena muy reciente.

Ana, que ya era como de nuestra familia, consegua por unos momentos lograr que creyera que de alguna forma Esther permaneca a mi lado, aunque en el fondo saba que me estaba engaando a m mismo, pero ella me transmita esperanzas.

Ana tena un don, al menos eso es lo que ella y todos los que la conocan podan asegurar. Tena la facultad de ver a los muertos... pero... para mi todo aquello eran fantasas. Siempre haba sido una chica muy sensible y pens que igual se senta bien creyendo que poda ayudar a aquellas personas desesperadas que necesitaban creer en algo. Pero yo no crea en la vida despus de la muerte. Para mi la muerte... era el fin, sin embargo Esther, siempre confi en la capacidad de su mejor amiga.

Y dices que los muertos pueden vernos?

-Claro que s.-

Diariamente estamos rodeados de personas fallecidas que nos observan desde su penumbra, aunque somos pocos los que tenemos la capacidad de poder percibirlos. La mayora de los vivos, no pueden verlos a ellos.

No s Ana ... ya sabes lo escptico que soy ... Si as fuera, estoy seguro que Esther habra hecho lo posible para contactar conmigo o me habra enviado alguna seal.

Ana me miraba con ternura y compasin. Sus ojos brillaban de una manera especial, como si quisiera decirme algo. Hizo el amago de hablar pero slo se qued en el intento. Saba que ocultaba algo...

Dime Ana en estos momentos estamos siendo observados por alguno de ellos? Seguro que slo son imaginaciones tuyas...

Ana agach la cabeza y no quiso responderme. Quizs haba sido un poco brusco con mi irnica pregunta. Quin sabe, quizs fuese yo el que estaba equivocado. Quin me asegura a mi que no hay un ms all? Quizs Ana realmente tenga la capacidad de ver a los muertos, podra ser... por qu no? ... o... quizs slo fuesen mis ganas locas de creer que Esther no haba desaparecido para siempre.

Lo siento Ana, disculpa si he puesto en duda tu credibilidad, pero estoy desesperado... Llevo das que no soy el mismo.

No te preocupes Diego, entiendo que ests confuso y con ganas de salir de esta pesadilla. Pronto podrs tener paz en tu corazn y podrs vivir tranquilo.

La ves a ella?

Todos los das.

Me gustara poder creerte.

Fue tonta la discusin que tuvisteis antes del accidente.

La mir sorprendido. No se lo cont a nadie. Slo lo sabamos Esther y yo. Ese fue el ltimo momento que estuvimos juntos.

No debiste decirle que te habas arrepentido de casarte con ella slo con la intencin de hacerle dao. Y justo en ese momento fue cuando se desencaden aquel fatdico accidente que nos separ para siempre.

Me qued impresionado. Cmo poda saberlo? Sent un escalofro en el cuerpo que hizo agitarme. Era imposible que Ana supiera aquello. Fue justo lo que le dije a Esther y justo lo que ocurri a continuacin. Despus de aquello no me qued otra que darle el beneficio de la duda. Algo me deca que deba darle una oportunidad y averiguar si de verdad Ana era una privilegiada.

Cmo puedes saber eso? ... si slo estbamos los dos! ...

Ya te dije que la veo y hablo con ella todos los das.

Ana, si es verdad que puedes contactar con ellos, crees que habra posibilidad de invocarla? Cunto dara por volver a verla por ltima vez y poder despedirme!. La extrao tanto... que no puedo descansar tranquilo...

Claro que puedes Diego, pero no es tan fcil. Puede que lo que veas no te guste. Las cosas no son siempre lo que parecen.

Me arriesgara a cualquier cosa. Por favor Ana, tienes que ayudarme. Necesito comprobarlo por mi mismo. Saber si est bien, si es verdad que no ha desaparecido del todo... que sigue conmigo...lo necesito.

Sabes de sobra que te voy a ayudar, pero recuerda que quizs te impresione mucho lo que vas a ver. Te repito, que las cosas no son como t piensas.

Me daba lo mismo lo que pudiera ocurrir. Echaba tanto de menos a Esther que mi amor por ella y la desesperacin, me impulsaban a cometer la locura de hacer una sesin espiritista con mi amiga. Algo en lo que nunca haba credo y de lo que me sola rer.

Llegamos a casa de Ana. Me dijo que me sentara y me pusiera cmodo mientras ella iba al otro cuarto a coger lo que siempre utilizaba para sus sesiones espiritistas. Pero la espera se me haca eterna. No entenda el porqu de su tardanza, por lo que decid ir a comprobar si ya estaba lista.

Ana... por qu tardas tanto? Necesitas ayuda ?

Perdona Diego... es que estaba haciendo una llamada telefnica... ya estoy preparada.

Nos sentamos los dos alrededor de la mesa. Ana encendi una vela y la coloc dentro de un vaso, manas que tena siempre que realizaba una de sus sesiones. Confieso que a pesar de no creer en estos temas, me senta intrigado e incluso algo nervioso. No saba lo que podra ocurrir...Y despus de que Ana me contara la discusin que Esther y yo tuvimos, no caba ninguna duda de que algo extrao estaba sucediendo.

Ella me cogi las manos para tranquilizarme. Las tena muy calientes, yo sin embargo las tena heladas y temblorosas. Comenc a sentir miedo, lo reconozco.

Ana no paraba de mirar hacia la puerta. La notaba nerviosa y sus ojos expresaban inquietud. Eso haca que me pusiera an ms nervioso. Ya no saba si creerla o pensar que mi amiga me estaba tomando el pelo, pero fue entonces cuando poco a poco comenc a notar una extraa sensacin en mi cuerpo. Un calor enorme se fue apoderando de mi. Era una sensacin nica, me senta enrgico, con mucha fuerza, y el miedo se adue de mi. Quizs estuviese sugestionado por el momento, pero yo estaba sintiendo aquello, era algo muy real...lo senta con mucha fuerza.

Ana qu me est sucediendo!, siento mucho calor...como si estuviese absorbiendo algo ...

Ana me miraba mientras sujetaba mis manos y me repeta una y otra vez que me tranquilizara, que todo aquello que estaba sintiendo era algo normal, que siempre suceda lo mismo cuando se iba a producir una manifestacin.

Cundo va a aparecer ella?

Viene de camino... Mira Diego, ya est aqu, no la sientes? Me dijo casi susurrando...

Me llev la mayor sorpresa de mi vida, no poda creer lo que estaban contemplando mis ojos cuando la vi aparecer. All estaba ella... Sent de repente una mezcla de emociones inexplicables. No pude pronunciar ninguna palabra, no pude reaccionar, me qued inmvil. Solo era capaz de mirarla, pero sin poder hacer nada. La impresin fue muy grande y casi no me lo poda creer. Segua mirndola sin salir del asombro, tena el rostro demacrado y con ojeras, como si se hubiese llevado semanas y semanas llorando y sin dormir...pero segua igual de hermosa que siempre, ella era mi vida y sin ella, nada ya tendra sentido.

Impulsado por las ganas de besarla y abrazarla, me incorpor y me dirig hacia ella lentamente. No me pude contener las lgrimas. All estaba ella, a slo cuatro pasos de mi. Pareca asustada pero ni siquiera me miraba, como desorientada y perdida. Tena un aspecto normal, salvo por las heridas de cortes que tena en la cara, llena de moratones. El accidente debi ser brutal, yo apenas pude recordar nada.

Me acerqu a ella y con cierto temor intent tocarle la cara, pero algo me lo impeda. No consegu sentir su tacto, como si mi mano no pudiese llegar a su cara.

Deseaba hablarle, pero se qued slo en el intento cuando de repente, su voz se pronunci...

-Hace mucho fro aqu... Ana...-

Me asust, no esperaba que pudiese hablar. Volv a intentar articular alguna palabra pero me era imposible. Fue tanta la impotencia de no poder comunicarme con ella que el calor que senta al principio cada vez era ms intenso.

La vela se apag y un ruido hizo que desviara mi atencin hacia otro lado. El vaso que haba encima de la mesa con la vela, cay al suelo sin ser impulsado por nadie. La luz empez a parpadear hasta que nos quedamos casi a oscuras, salvo por unas velas que an quedaban encendidas...

Mir de nuevo a Esther y pude ver el miedo reflejado en su rostro. Estaba temblando y a punto de llorar y miraba a Ana desconcertada mientras Ana me miraba a mi como si estuviese a punto de decirme algo. Pero Esther, con la voz quebrada por el llanto, la interrumpi antes de que pudiera decir nada.

Qu ha sido eso! ... Ana... Diego est aqu verdad? !

Una avalancha de imgenes me vinieron a la cabeza. Record el da del accidente, cmo bamos los dos discutiendo mientras yo conduca. Un coche que vena de frente se cruz al carril por el que bamos nosotros. Tena algunas lagunas en mis pensamientos pero... lo que s recordaba era la ambulancia llevndose a Esther, mientras

-yo permaneca all de pie contemplndolo todo sin saber qu estaba sucediendo.-

-Nadie se preocup por mi estado y eso me extra.-

Pero ahora todo cobraba sentido, lo tena todo claro. Comenc a ver las imgenes una por una, el coche de frente dirigindose hacia nosotros a toda velocidad, Esther al lado mo inconsciente, con el rostro sangrando.

Recuerdo haber salido del coche con normalidad... no, aquello no era normal despus de aqul violento choque. Fue en ese momento cuando comprend, que quien sobrevivi a aqul accidente... NO HABA SIDO YO ...!!!!!!

LA MONJA MALDITA

rsula por fin haba cumplido el sueo de su vida, ser una monja. Desde pequea supo que su deber era servir a Dios y ser buena cristiana. Ingres en un viejo convento construido en piedra en las afueras de la ciudad. Estaba formado por una iglesia, un claustro con rboles y numerosas celdas. All haba pocas monjas ms, la mayora eran ya ancianas pero an as encontr comodidad y satisfaccin.

Como cada miembro de ese lugar tuvo que elegir una ocupacin y escogi la de regar y cuidar las hortalizas del huerto porque le apasionaba la agricultura. Los primeros meses fueron perfectos, los alimentos cocinados con sus hortalizas resultaban de un sabor excelente y con ello consigui buen prestigio entre sus compaeras a pesar de su juventud.

-Pero cierto da todo comenz a estropearse.-

Las hortalizas perdan calidad y la comida saba mal. Tena un sabor tan desagradable que nadie poda comerla. El huerto cada vez estaba ms seco y podrido y todo se marchitaba. Todas las culpas apuntaban hacia rsula pero ella negaba toda acusacin. Segn ella su trabajo en el huerto haba sido tan eficiente como siempre pero sus compaeras dudaban de su palabra. Finalmente el huerto se sec y empobreci haciendo ya intil su aprovechamiento.

Durante los das siguientes el deber de la monja fue criar y cuidar los animales del establo: gallinas y vacas. Pero rpidamente volvi la desgracia. Las vacas daban leche agria, las gallinas ponan huevos de mal sabor y todos los dems animales perecan de enfermedades. -Las cosas se empezaron a poner feas para la religiosa.-

Solo haban ocurrido desastres en aquel convento y todas las dems mujeres comenzaron a odiar su presencia pensando que podra contagiarlas de su mal agero. No obstante el dolor de la monja era enorme, lloraba todas las noches y estaba convencida de que su amado Dios le haba abandonado y mandado una maldicin. Debido a ello no trabajaba ni sala de su celda. Solo se dedicaba a leer, escribir y rezar. La madre superiora le haba prohibido salir de ah hasta nueva orden.

La vida dentro de aquel edificio no mejor y de pronto surgieron nuevos incidentes. Los libros de la biblioteca se caan y rompan solos. Los platos de la cocina estallaban al tocarlos y nadie se atreva ya a comer. Las paredes se rajaban y salan manchas en ellas. Los objetos aparecan cambiados de sitio y los cristales se rompan. Y lo ms terrorfico: varias estatuas de santos mostraban roturas y suciedad. Todos estos fenmenos aterraron a todas las monjas. Deba ser cosa del demonio y algunas de ellas se fueron de all asustadas. Las que se quedaron no quisieron ni mirar a rsula y a gritos le ordenaron que se marchara para siempre. Ella no lo quiso hacer. Juraba que ella no tena nada que ver y que en algn momento Dios demostrara su inocencia.

Los ltimos das en aquel convento fueron escalofriantes. Los objetos se movan ante ellas y se escuchaban golpes procedentes del suelo y ruidos. Las monjas despertaban con sus ropas desgarradas y toda la piel spera y algo araada. Por si fuera poco se escuchaban a lo lejos gritos al parecer infantiles y unas misteriosas sombras habitaban el lugar. Todo ello acompaado de un denso fro que calaba hasta los huesos. Esa misma noche se reunieron las pocas que quedaban para rezar juntas en el stano delante de un gran crucificado de piedra, all tambin estaba rsula, que era quien ms esperanzas tena de que todo aquello acabara aunque las dems solo pedan que el demonio en su interior y rsula abandonaran el lugar.

De pronto un siniestro terremoto azot el lugar y todo temblaba. Las monjas huyeron asustadas menos rsula, que se qued all valientemente sin parar de rezar. Tena toda su confianza puesta en el Seor que tanto quera. Pero el terremoto continuaba y el gran crucificado comenzaba a volcarse pudiendo aplastarla, pero ella segua rezando y cerr los ojos esperanzada. De repente el Cristo cay dejando un gran agujero en el suelo y el temblor acab. Por suerte la monja no result nada herida. Estaba muy contenta de que Dios le hubiera salvado y protegido.

A la maana siguiente estando all sola llam a las autoridades para que investigaran. El convento fue derruido y bajo el stano fue descubierta una gran fosa oculta repleta de restos de esqueletos de bebs al parecer de varios siglos de antigedad. Ella por fin comprendi que esos espritus ansiaban escapar de su encierro en ese lugar y que ahora descansaban en el reino de Dios.

A los pocos meses de su muerte fue construido all un nuevo convento en su nombre !!!!

UN VIEJO AMOR

Este relato es real, cuenta lo que me sucedi con un antiguo amor y cmo se despidi de m. Vivir con eso en la conciencia no es grato, les dejo mi historia, ustedes son libres de creer o no.

Cuando tenia quince aos tuve una novia, la am como puede amar un adolescente a esa edad, fue un ir y venir de rompimientos y reconciliaciones, asi pasaron casi dos aos. Un da, cansado de todo eso sin mas di por terminada la relacin, no la busqu ni le llam, ella tampoco lo hizo, supuse que haba entendido y me di a la diversin, era un nio!! Yo slo quera divertirme y salir con muchas chicas, aunque no terminaba de olvidarme bien de Patricia, Patito, como le deca de cario.

Pasaron los aos y la comunicacin fue nula, me enter por otros amigos que se haba casado, me doli en el alma, a pesar que ya no eramos nada y que fu yo quien la cort. Haban pasado cinco aos desde que salimos de la secundaria, y aun poda recordarle con ese uniforme, y su cara de nia.

Dos aos mas tarde yo tambin me cas, lamentablemente mi matrimonio no ha funcionado, y jams podremos tener hijos, me arrepiento tanto de no haber acabado con ese matrimonio en su momento, cuando hubiera valido la pena acabar con algo que no me hace felz, soy un cobarde.

Hace un ao la encontr de nuevo,esperaba un taxi para ir a trabajar la distingu entre muchas personas que estaban junto a ella, mi corazn lata como hace mucho que no lo haca,y me puse igual de nervioso que cuando me le declar en la graduacin, pareca un tonto, ella segua igual de bonita, pero mas firme, mas fuerte, segura de si misma. La maternidad y los aos le haban sentado de maravilla. Me orill para saludarle, lo hizo tan efusivamente con un abrazo fuerte dicindome el gusto que le daba verme de nuevo, le correspond dndole un prolongado beso en la mejilla mientras su perfume inundaba mi sentidos y me transportaba de nuevo a los quince aos. Me ofrec a llevarla a su trabajo, ella accedi, pues se le haca tarde, fu felz en ese momento.

Platicamos de muchas cosas en ese pequeo instante, estaba divorciada para mi favor, tena una hija hermosa igual que ella, y por lo que me deca no sala con nadie, pues se haba dedicado a su hija solamente desde que se divorci.

-Pues te sent el divorcio- le dije, solt una risa tpica de ella, y asinti.

-La verdad es que si, mas vale solo, como dicen o no Daniel?

-Pues eso dicen.

Sent la pedrada quebrando mi cabeza, pero ella no saba nada, saba que me haba casado, pero no que mi matrimonio haba sido un intento fallido y pattico. Me hubiera encantado tener la fuerza de ella, su entereza y la determinacin que tena.

-Vivo de nuevo con mis paps, si recuerdas dnde verdad?, cuando quieras me puedes visitar.

-Claro!!- contest con una emocin no muy controlada.

Pasaron varios das y por fin, me anim a visitarla, fu un momento perfecto, su compaa era lo nico que yo necesitaba, record en ese momento que nunca haba dejado de quererla, que nadie poda sustituirla y que fu, bueno soy, un perfecto imbcil, por haberla lastimado tanto. Sin embargo ella jams me reclam nada, dijo que eso haba pasado cuando ramos casi unos nios, que ya no importaba. Segua siendo la misma chiquilla simptica y amable, comprensiva como siempre, a quien todos buscaban para pedir un consejo, para ser consolados o recibir una palabra de aliento, era extraordinariamente gentil.

-"Eres perfecta"- pensaba- "por que ese idiota te hizo sufrir tanto? no te lo mereces!! ... tampoco lo que yo te hice"

La noche pas volando y cuando me di cuenta eran las 3 am. Todo pas increblemente rpido, el amor correspondido, las ganas de estar juntos siempre, nos hicimos novios inmediatamente,pareciera que no pasaron trece aos, volvimos a la adolescencia y volvi aquel amor empedernido de tanto tiempo.

Cada vez era mas difcil despedirme, quera estar con ella para siempre, y lo mejor de todo fu que ella me corresponda, tambin dijo que me quera y que siempre me haba querido. Le promet regresar todos los das, detestaba la idea de volver a mi casa con la esposa que no quera, detestaba aun mas el mentirle, ya que nunca le dije la verdad.

-Solo Dios sabe por que hace las cosas Daniel, solo el sabe por que nos junt de nuevo.- esas palabras estn en mi mente todo el tiempo. No quera llegar a mi casa, y menos a esa hora y escuchar solo quejas y reclamos. En fin, tena que llegar.

El fin de semana se hizo largusimo sin ella, fue muy difcil no pensar en que estara haciendo o si alguien mas la pretenda. Mora de celos sin razn, no deba celarla, que me pasa?? -Parezco idiota-

Pero que estaba haciendo?? no me poda enamorar, soy casado!! hay cosas que no se pueden controlar. Maldita sea mi suerte.

Segu vindola, muchos meses, era su pareja formal, me conocieron sus padres y su hija, todo era perfeccin,hicimos planes, le habl de matrimonio e hijos, quera estar con ella para siempre.... slo que nunca me separ, le dije eso para que no me dejara, ya que era demasiado correcta y decente para andar con alguien casado. Me mora si me dejaba, por eso le ment, no es justificante, no quera dejarla, pero tena que tomar una decisin. Los das siguieron pasando y yo pareca ser el hombre mas feliz del mundo.

La conciencia me mataba.

Un da decid ya no regresar, no le di la cara, no le llam, me port como el mas estpido animal, ya no poda seguir mintindole pero tampoco tuve el valor de verla a la cara y decirle "ya no", volv hacerle lo mismo, la volv a lastimar. Me llam un par de veces pero al ver su nmero no contest. No insisti mas, solo me mand un pequeo mensaje diciendo: "Ya entend", mor.

Pensaba que eso era lo mejor, no poda dejar a mi esposa, ella es sola en el mundo, no tiene familia solo me tiene a mi, estoy por ella por compasin, no por amor.

Pasaron muchos meses y yo me apart completamente del crculo de amigos, no quera que me preguntaran nada, tampoco quera saber si ella sala con alguien, no deb, no deb apartarme tanto, no se si hubieran cambiado las cosas, pero an as hubiera estado con ella cuando me necesit. Bah! el hubiera no existe.

El da de mi cumpleaos son mi celular a muy temprana hora, contest.. era ella!! mi Patty, mi Patito.!! no saba que decirle, mora de vergenza, aun se acordaba de mi cumple y llam para felicitarme, a pesar de lo malo que fu con ella. Me dijo que siempre record esa fecha a travs del tiempo, me dese todo lo mejor del mundo, yo me senta miserable, tenia ganas de decirle que la segua amando y que quera regresar, pero conocindola me habra mandado muy lejos por no decir groseras, tena una dignidad admirable y un caracter fuerte, era noble, no tonta. Hablamos un rato, y jams hubo queja alguna,slo me record lo mucho que me amaba y que me iba a amar siempre, a pesar de la distancia, del tiempo, que no importaba lo que pasara, ella siempre estara ahi, para mi.... No la mereca.

Ese mismo da por la tarde me llam mi amigo Juan, es amigo de ambos en realidad, el tena una relacin cercana con ella y su familia, lo not algo triste o preocupado, pens que solo estaba jugando como siempre, y que llamaba para felicitarme, pero al ponerse serio mejor pregunt:

-Te pasa algo Juan?

-Si, pero no s cmo decirte... es que pas algo... se que es tu cumpleaos, no quera hablarte pero lo cre necesario.

-Dime que pas, no me asustes.

-Es que... - dud en soltarlo- Patty tuvo un accidente Daniel, un accidente horrible.

-Que?!?!?! pero como ?? que le pas ?? dime que est bien por favor!!!

No pude mas y llor, a Juan le costaba mucho decirme todo eso, pues el tambin la apreciaba mucho, vi de cerca el dolor de su familia y la tristeza de su pequea hija al ya no tener a su mam.

Juan estuvo con ellos en todo momento, el me cont como haba estado todo, fu a dejar a su hija a casa de su pap, pues como cada semana le tocaba irse con el, por fin se haba comprado su coche, ese coche que tanto esfuerzo le cost y que tanto haba querido, vena por una avenida transitada y al parecer un imbcil que manejaba ebrio la cerr provocando que diera muchas vueltas hasta volcarse en un canaln.

-Juan, no te quedes callado dime como est por favor!!!

-Lo siento Daniel, en realidad lo siento mucho- Juan lloraba como un nio-

-NO!!

-Daniel clmate, no se pudo hacer nada, muri instantneamente, sali proyectada por el parabrisas, se le destroz la cara.

Yo no poda parar de llorar, jams me haba sentido tan triste y con ganas de morir para estar con ella. Me senta como un nio desconsolado, no saba que hacer, quera que todo fuera broma.

-Hace cuanto pas?

-Tres das, muri la madrugada del sbado, apenas la sepultamos hoy, esperaban a familia de otro estado.

-Tres dias?? no, no puede ser, ella me habl para felicitarme, me llam en la maana!!!

-Alucinas Daniel, muri desde el sbado, hoy es lunes. Tal vez soaste.

-Claro que no, no esto no puede estar pasando!!.

Colgu el telfono agobiado, y le habl mal a Juan, como si el tuviera la culpa, al salir del trabajo me esperaban en casa pero yo no poda disimular, todos me preguntaban que me pasaba, yo solo deca que me senta mal. As dej pasar esa noche, no pude dormir, cerraba los ojos y vea su cara, su hermosa cara sonrindome, ya no la vera mas!! eso me estaba matando.

Esper un da mas, un da eterno, y fui a buscar a su mam, la encontr destrozada, toda la familia estaba inconsolable, y que decir de la pequea no poda dejar de llorar.

Le confi a su mam lo de la llamada, tampoco lo poda creer, slo lloraba y deca que su hija hasta en el cielo se preocupaba por los dems. Su hermano corri a traerme el celular, y efectivamente, haba una llamada el 13 de junio a las 8:07 am, a mi celular, nadie daba crdito a lo que pasaba, no lo podamos creer, pues ella falleci dos das antes. Algo helado pas por mi espalda, tuve miedo.

-Quiso despedirse de ti, no sabes cuanto te quera- dijo llorosa e impactada a la vez.

-Si lo saba seora, pero no la supe valorar.

Me desped de su familia, la pequea Fernanda me abraz fuerte mientras yo vea su rostro reflejado en el de ella, enseguida su hermano hizo una expresin de sorpresa no muy comn y algo escalofriante:

-Que??!! -preguntamos al unsono-

-El mensaje-dijo temblando- mralo tu Daniel..

"No importa la distancia, el tiempo y el espacio, eres el amor de mi vida, siempre te voy amar, desde en donde est cuidar de ti... intenta ser feliz amor" . Fu justamente lo que me dijo por el cel.

-Se fu con el pendiente de su hija,y de ti,se fu queriendo darte el ltimo adis- dijo su mam con una notale congoja.

Sent escalofros y unas ganas de llorar inmensas.

Estaba guardado en la memoria del telfono, nadie mas lo haba tocado, solo hasta ese momento que su hermano lo vi. El mensaje tena fecha del 13 de junio del 2013, a las 9 am.

Como les dije al principio, esto es real, claro que est redactado, pero fu lo que me pas hace apenas unos meses, dejo a su eleccin la credibilidad, slo espero que les sirva para que no dejen de lado las cosas importantes, pero sobre todo siempre dganle a esa persona cuanto la o lo quieren, quiz maana sea tarde.

-Vivencia de Daniel Puga-

La sala embrujada de cine del Shopping.

Todo comenz con la llegada de un email annimo, a nombre de Espectro Ancestral, el mismo entre explicaciones y errores de ortografa deca bsicamente que nos juntsemos a tomar un caf, que tena que contarme algo macabro que estaba pasando en el cine del shopping, que lo tena desesperado, que haca aos que no conciliaba el sueo, haba decidido renunciar, pero antes de irse quera contar su historia.

Quedamos en juntarnos un jueves a las 19 en un caf del lugar, dos horas antes me llam pidindome si poda ser en su casa, ya que era ms seguro para charlar, mejor y tranquilos. Decid aceptar el cambio de lugar, 19:10 estaba golpeando la puerta.

Un joven me abri, mir nervioso hacia afuera, temiendo que alguien viniese conmigo o me siguiese, cerr con llave y abrojo y me invit a sentar. Espectro Ancestral, cuyo nombre real era Mario Estvez, se haba puesto ese pseudnimo para llamar mi atencin y prevenirse de que tuviese contactos en el cine.

- Mira te llame a vos porque no s cmo ubicar gente de un diario en serio, adems s que ustedes suben leyendas urbanas y escrachan gente.

- Si subimos leyendas urbanas y no tan leyendas, como percibo que es el caso. Lo de escrachar gente hace tiempo lo dejamos de hacer.

- Bueno, yo no solo quiero que cuentes lo que pasa, sino que me gustara que investigues, que lo veas con tus propios ojos, porque me estoy volviendo loco

- Veo que ests medio nervioso

- Medio nervioso? Estoy destrozado, hace aos que no puedo dormir bien, tomo tranquilizantes y otras pastillas para dormir, no hay psiclogo que me pueda ayudar, no veo a mis amigos, estoy solo, siendo ruidos por todos lados, me dicen que soy esquizofrnico, pero te juro que hay algo algo que est ah que me sigue desde que empec a trabajar en el cine del shopping me dijo Mario mientras su vista poco a poco se perda primero hacia el techo y luego hacia atrs mo, como si alguien estuviese ah.

Rpidamente gir asustado

- Qu miras?

- Nada, nada estoy perseguido.

- Bueno, contame, Qu pasa en el cine? le dije an con el corazn latiendo a mil.

- Hay una sala una sala embrujada o no s.

- Qu sala?

- La siete

- Y porque crees que est embrujada?

- Mira pasan cosas ah, a ninguno de nosotros le gusta cuando te asignan esa sala.

- Qu cosas pasan?

- Lo ms habitual es que las luces se prendan solas, algo se reproduce, un sonido, pero nadie se anima a entrar a ver qu pasa, cuando pasa eso directamente cortan la luz del sector. Los ruidos que salen de la sala son espantosos. Pero no es solo eso dijo mientras se frotaba los ojos, que evidenciaban cansancio.

- Qu ms pasa?

- Muchas veces vemos las puertas abrirse solas, como si alguien entrase o saliese, se siente un gemido, seguido de alaridos y gritos. La gente no se da cuenta porque cree que alguna pelcula estn pasando, pero los que sabemos bien los horarios ah noms nos damos cuenta. De noche cerramos con reja y muchas veces los guardias de seguridad llaman al gerente para decirle que algo ha quedado prendido dentro, que se est reproduciendo una pelcula. Obviamente l se hace el boludo para que no se corra la voz, pero tambin sabe que no hay nadie dentro.

- Y que han podido averiguar?

- No mucho, dicen que cuando estaban haciendo el cine se murieron dos albailes, e incluso hay un episodio extrao durante la inauguracin, en esa sala, en la funcin de trasnoche.

- Qu pas?

- Un tipo falleci sentado, mirando una pelcula, pero fue muy fuerte, hubo mucho lo esa noche, muchos comentarios de lo ocurrido, nunca se supo bien qu pas porque a la gente la sacaron los de seguridad, se arm mucho revuelo. Desde ah comenzaron a pasar cosas.

- Y quines lo vieron al tipo muerto?

- Solo algunas personas, los que estaban sentados cerca, porque empezaron a gritar, se la gente se asust, entraron los de seguridad y sin prender las luces sacaron a la gente, luego no dejaron pasar a ms nadie.

- Se sabe algo del tipo?

- No, no para qu adems? Es un tipo cualquiera, no lo conoca nadie dijo Mario al tiempo que volva la mirada hacia los costados y se pona tenso.

- Y vos tenes algo ms de informacin? le pregunte con ganas de irme. Haba algo en el ambiente que me haca asfixiar, que me desesperaba.

- No, por eso te escrib, para que cuentes lo que pas y que la gente comente sobre este tema, porque muchos lo saben pero pocos se animan a decirlo.

- Si, puede ser, pero as no puedo hacer nada, necesito ms informacin, djame ver qu puedo hacer, mientras me deberas pasar el nombre de un compaero tuyo de laburo que sea el que ms antigedad tenga.

- Lo que pasa es que nos van rotando.

- Y quin es el que ms tiempo est?

- Yo y el gerente.

- Puedo hablar con l?

- No no le conviene, l sabe. Es ms l era uno de los que trabaj desde que inauguraron, incluso entr en la sala del accidente. Pero no quiere tocar el tema.

- Bien djame ver entonces lo que pueda recabar, cualquier cosa te llamo.

- Necesito que averiges que pasa, te juro que no soporto ms, todos me dicen que estoy enfermo pero estoy mal desde que empec a trabajar en el cine, ah hay algo que me ha hecho dao. Necesito saber qu es. Siento que alguien me sigue.

- Bueno Mario, vamos a estar en contacto. dije terminndome el caf y parndome para partir.

- Mira podes hablar con un pibe que se llama Horacio, l es de maestranza, limpia los baos, pero hace bocha que labura ah. Es callado, pero por ah te dice algo. Es ms, maana trabajo yo, anda a la funcin de trasnoche, en la sala siete no hay pelcula, si llega a pasar algo te voy a mirar y te vas a dar cuenta.

Me desped de Mario, quin se qued con un semblante preocupado y nervioso, ese muchacho definitivamente la estaba pasando mal, mucho no poda hacer.

El da viernes fui al cine, a ver cualquier cosa, en la funcin de trasnoche, me sent bien al fondo, como para tratar de escuchar si pasaba algo en los pasillos o si vena ruido de la sala de al lado. Algunos sonidos venan de atrs, pero no poda ms que suponer que era una pelcula que estaba siendo emitida en otra sala hasta que escuch un grito extrao, espantoso, lejano. Me concentr en or, sin que la pelcula que estaba viendo me distrajese. Entonces alguien me susurr al odo

- Escuchaste?

Salt de mi butaca espantado, al tiempo que giraba como un animal enjaulado sobre la misma. Pude ver a Mario con sus ojos abiertos como platos por la oscuridad de la sala

- Pelotudo me hiciste asustar!

- Escuchaste los gritos? dijo sin prestarme atencin. Es la nica sala que est abierta escuch.

Salimos al pasillo y nos paramos frente a la sala siete, claramente se escuchaban sonidos, desde la otra punta dos compaeros de Mario miraban hacia m perplejos estos me estn jodiendo, fue lo primero que pens y me dirig hacia la entrada de la sala. Abr la puerta de un manotn y un vaho inmundo me ahog, un olor ftido, podrido, hmedo y espantoso, al tiempo que ingresaba a la sala para ver que no haba nadie dentro y que una tenue luz iluminaba la soledad. Juro haber escuchado los mismos ruidos que Mario y sus compaeros. Algo raro estaba pasando.

Al salir de las salas del cine pregunt por Horacio, recin volva el lunes. Mario volvi a pedirme que lo ayude, que no lo deje solo, que averige que estaba pasando. Promet hacerlo. Su cara detonaba enfermedad, poco sueo y desesperacin.

El domingo una llamada me despert a la madrugada, asustado contest, era Csar, uno de mis compaeros que me estaba ayudando con algunas averiguaciones

- Che se suicid Mario.

- Queeeee?

- Se suicid Mario boludo, ayer sbado a la tarde noche, lo encontraron hoy a la madrugada y me llamaron.

- Me estas jodiendo

- No apareci colgado del techo con un alambre en el cuello espantoso.

- Por Dios que desastre! Seguro fue un suicidio? No le habrn entrado a robar?

- No, parece que no, no hay puertas violadas ni nada que falte en teora, el fiscal es amigo mo y fue el nico que ha estado ah hasta ahora, me dice que lo nico raro que ve es que, adems de la silla tirada en la que se par, antes de colgarse se clav las manos.

- Cmo se clav las manos?

- Si, se clav unos clavos grandes en ambas manos, un asco de terror.

- Bancame que me visto y voy para all.

- Dale, te espero en la esquina del tipo.

Llegu a la escena, estaba lleno de policas y lgicamente no pudimos entrar, el fiscal amigo de Csar nos cont la situacin, era tal cual sabamos, ni ms ni menos. Suicidio. Antes de irme me remarc una cosa, adems de lo extrao de los clavos, me dijo que Mario se haba rasguado la cara, que estaba todo magullado previo a colgarse, por eso an no descartaban otro tipo de siniestro.

Tena que hablar con Horacio, s o s. El lunes a primera hora estaba en los baos del cine esperando por l.

- Usted es Horacio? pregunt al verlo entrar al bao con el lampazo y el balde de agua.

- Si, Qu necesita? respondi tmidamente.

- Viste lo que le pas al Mario? coment mirndolo a los ojos.

- Si usted es detective? me contest.

- No, era amigo. Estaba averiguando por un tema de una sala con l, cuando pas esta tragedia.

- La sala de los ruidos raros?

- Esa! l me dijo que vos sos uno de los empleados ms antiguos.

- Si, pero yo solo limpio los baos y la sala principal de recepcin, no entro a los cines, pero obvio que he escuchado todo lo que se dice.

- Dicen que los ruidos comenzaron desde que se muri este tipo sentado, Vos viste algo ese da?

- No, no nos dejaron entrar, solo entr el gerente y unos mdicos, luego se llevaron el cadver. Vino un milico y otro seor de traje, pero se muri de un ataque al corazn, nada de otro mundo. Yo lo conoca de vista al tipo.

- De ac del shopping?

- No, de mi barrio, se llamaba Jos Bermdez, era albail.

- Justo que me decs esto, hay un tema sobre la muerte de unos albailes, mientras construan los cines sabes algo de eso?

- Si, algo escuch, decan que se haban matado construyendo la sala esa.

- Y cmo se mataron?

- Estemmmm mire, no estoy trabajando, yo no s tanto dijo ponindose muy nervioso.

- Mire Horacio, no soy ni detective, ni polica, ni nada, soy amigo de Mario y solo quiero saber qu paso, esto va a quedar entre usted y yo, se lo prometo ment descaradamente.

- Bueno, solo por Mario lo que yo s es que estaban haciendo los techos, haban armado unos andamios enormes, pero no llegaban hasta la altura necesaria. Dicen que el capataz estaba apurado y no quiso mandar al pibe encargado de las compras a buscar andamios para que no se demore la obra, entonces arm unos l y los muchachos siguieron laburando. Cuando se subieron dos juntos, parece que se rompi y cayeron desde all arriba. Obviamente el arquitecto no se iba a hacer cargo de ese kilombo, as que se puso de acuerdo con el capataz para desarmar los andamios caseros, hechos con alambres y clavos, esconderlos y que todo quede como un accidente. El arquitecto llam a todos los obreros en carcter de urgencia, mientras el capataz y el pibe de compras, que era como su cachiche, desarmaban todo. Pido que no cuente a nadie esto, pocos lo saben, no quiero perder mi trabajo.

- No Horacio, esto queda entre nosotros cerr la conversacin con mi peor cara de pker y me fui del cine.

Ya tena dos puntas, por un lado el nombre del muerto dentro del cine, por otro lado la complicidad de la constructora, o la gente encargada de esta obra. Le ped a Csar que ubicara a su amigo fiscal para tratar de llegar