Liberales invitan a uribe a revisar ley de víctimas
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Liberales invitan a Uribe a revisar ley de víctimas y restitución de tierras para no caer en
imprecisiones
Caracol | Marzo 7 de 2011
Un llamado al expresidente Álvaro Uribe para
que analice detalladamente el texto del proyecto
de la ley de víctimas de la violencia sobre varias
de sus preocupaciones como el de la
sostenibilidad fiscal y las víctimas de los agentes
del estado formuló el senador liberal, Juan
Fernando Cristo, coordinador ponente de la
iniciativa.
Cristo señala que esta dispuesto a reunirse con el expresidente Uribe para intercambiar
opiniones sobre ese proyecto crucial para los colombianos en la actual coyuntura.
El Senador Cristo le dirigió la siguiente comunicación al expresidente Uribe.
Bogotá D.C., 3 de marzo del 2011
Doctor
ALVARO URIBE VELEZ
Ex Presidente de Colombia.
Señor Ex Presidente:
Me dirijo a Usted con todo respeto, más allá de las diferencias y controversias de los
últimos años, con el fin de enviarle el texto definitivo de la Ley de Víctimas y Restitución
de Tierras radicado el día martes 1º de marzo en el Senado de la República, que fue suscrito
por Senadores de todos los partidos representados en el Congreso de la República.
En medio del debate sostenido desde que se presentó por primera vez esta iniciativa en
septiembre del 2007 y ahora que avanza su trámite como parte fundamental de la agenda de
la Unidad Nacional liderada por el Presidente Santos, creo conveniente y oportuno en esos
momentos compartir algunas reflexiones sobre el tema, con el propósito constructivo de
explicar algunas inquietudes y dudas que usted ha expresado alrededor del proyecto de ley
y que estoy seguro podrán ser despejadas al revisar a profundidad su texto.
Al leer sus declaraciones a medios de comunicación y afirmaciones en la red, una de las
preocupaciones que advierto, es la decisión de incluir como eventuales beneficiarios a
todos los ciudadanos que hayan sido objeto de violaciones a los derechos humanos y al
derecho internacional humanitario, sin considerar quien fue su victimario. Es decir, la
inclusión del principio internacional consagrado en resoluciones de Naciones Unidas
aceptadas por Colombia, de no discriminación de la víctima, frente al cual Usted expresa
nuevamente inquietudes por su efecto sobre los miembros de la fuerza pública. Al respecto
Señor Ex presidente, en el artículo 9 del texto sometido a debate, podrá apreciar con toda
claridad que se adoptan todas las precauciones necesarias para evitar el daño que le
preocupa, al señalar que, “el hecho de que el estado reconozca la calidad de víctima en los
términos de la presente ley, no podrá ser tenido en cuenta por ninguna autoridad judicial o
disciplinaria como prueba de la responsabilidad del estado o sus agentes”.
Con esta norma y otras a lo largo del proyecto en el mismo sentido, queda claro que esta
ley de justicia transicional se ocupa fundamentalmente de las víctimas y sus derechos, y no
de sus eventuales victimarios, quienes tendrán sus procesos penales de acuerdo a la ley
penal ordinaria o a la Ley 975, de manera independiente al proceso de reparación. Estas
normas para proteger al Estado y sus agentes, fueron concertadas entre todas las fuerzas
políticas de la Unidad Nacional y el propio gobierno, con la participación de la cúpula de
nuestras fuerzas armadas.
Adicionalmente, durante el debate que se surtió en la Cámara de Representantes, se
establecieron una variedad de controles y mecanismos para garantizar que la autoridad
administrativa no pueda pronunciarse sobre el potencial victimario, así como otras
herramientas para evitar la postulación de falsas víctimas. El proyecto establece que “En el
evento en que la víctima mencione el o los nombres del potencial perpetrador del
menoscabo de derechos que alega haber sufrido para acceder a las medidas de atención,
asistencia y reparación previstas en la presente ley, este nombre o nombres, en ningún caso,
serán incluidos en el acto administrativo mediante el cual se concede o se niegue el
mismo.”
La segunda preocupación expuesta desde el gobierno anterior y reiterada ahora, es el
supuesto alto costo fiscal de la iniciativa, frente al cual se manejan de manera bastante
ligera toda clase de cifras que van desde los siete (7) billones de pesos hasta los ochenta
(80), con lo que se confunde a la opinión pública.
Frente a esta preocupación que considero válida y razonable, debo decir en primer lugar
que el Ministerio de Hacienda y Crédito Público ha avalado la iniciativa en un marco de
aplicación de 10 años en forma gradual, porque considera que el Estado está en capacidad
de hacer un esfuerzo sostenido para reconocer los derechos de las víctimas. En segundo
término muchos analistas, algunos de buena fe y otros no tanto, atribuyen a la ley una serie
de costos y obligaciones que el Estado ha asumido como consecuencia de decisiones que en
buena hora adoptó su gobierno, como la expedición del Decreto 1290 de indemnización
administrativa, o por cuenta de compromisos derivados de la sentencia T - 025 de la Corte
Constitucional y sus autos sobre desplazamiento forzado, ante los cuales el Ex Ministro de
Hacienda y Crédito Público Oscar Iván Zuluaga se comprometió a un esfuerzo fiscal
importante para atender los fallos y autos de la Honorable Corte Constitucional, sin que aún
tengamos la ley. Para la indemnización administrativa a las víctimas su gobierno en el 2008
anunció 7 billones de pesos para ejecutar en 10 años, y ante la Corte Constitucional, el plan
presentado por el Ex Ministro llegaba a 44 billones en total durante el mismo periodo de
tiempo.
Entonces, se puede afirmar que los nuevos recursos que se necesitan para atender y reparar
a 4 millones de compatriotas víctimas de la violencia, tienen más que ver con el proceso de
restitución de tierras, absolutamente indispensable en este país, y la nueva institucionalidad
que se requiere para concentrar los esfuerzos del Estado en esta población que requiere la
mayor visibilidad, reconocimiento y atención, si es cierto que queremos la reconciliación.
La ley organiza el sistema, brinda mayor coherencia en la política, genera nuevos derechos
y medidas de reparación y tiene un gran énfasis en las medidas de satisfacción y
rehabilitación como parte de una reparación integral, pero la indemnización y sus costos
viene de atrás y el proyecto no los modifica. Usted compartirá conmigo el criterio que no es
preguntándole a “Alfonso Cano” que es lo que quiere, como vamos a conseguir la paz en
Colombia. Es con las víctimas Señor Ex Presidente.
Al leer detenidamente el texto que adjunto, encontrará además varias normas que buscan
responsabilidad fiscal y tapar boquetes hoy abiertos para el Estado. No quiero alargarme en
detalles, pero con esta ley se evitarán en un futuro fallos judiciales como el de Mampujan,
al establecer límites que no previó la Ley de Justicia y Paz. Se evita también, que quienes
ya recibieron 40 salarios mínimos en virtud de la Ley 418, reciban una nueva
indemnización con el fin de garantizar igualdad entre las víctimas y se frena la posibilidad
de que se constituyan carteles de abogados para demandar al Estado. Estas normas y otras
más con estos mismos objetivos, fueron sugeridas dentro del debate por congresistas de los
partidos de la Unidad Nacional, entre ellos la “U”, que han trabajado con responsabilidad y
ánimo constructivo sobre el proyecto.
Ahora bien, otro tema es que existan algunos dirigentes que utilicen el terrorismo fiscal o la
absurda amenaza de una guerra civil si restituimos tierras, solo con el fin de desprestigiar la
ley. Como también confieso que me produce dolor de patria cuando escucho a algunos
decir que como ahora hay que atender a los damnificados del invierno no se podrá aprobar
la ley de víctimas. Qué indolencia y desprecio por la dignidad de millones de compatriotas.
¡Por Dios! La ley tiene un costo, ¡claro que sí! Pero mucho menor al que le atribuyen y
mucho más justificable que los costos asumidos por el Estado para salvar los bancos o para
reinsertar a los bandidos, e infinitamente menor a lo que se pierde por la corrupción
rampante.
No me extiendo más señor Ex Presidente para no agotarlo con estas reflexiones en tono
menor. Simplemente quisiera que estudiara detenidamente el proyecto. Estoy seguro que
encontrará que es una iniciativa de paz y convivencia trascendental para este país, más allá
de cualquier connotación política o ideológica. Ojalá decidiera apoyarlo resueltamente. Sus
inquietudes anteriores están superadas gracias al trabajo de todos los sectores políticos que
durante este tiempo enriquecieron el proyecto y permitieron construir una ley de manera
concertada. Si logramos su aprobación antes del mes de junio con el apoyo de la nación
entera y de todos los partidos con representación en el Congreso, la ley de víctimas se
convertirá en un poderoso instrumento para avanzar con toda legitimidad en la
reconciliación entre los colombianos. Así demostraremos a los violentos que esta sociedad
es capaz de dar pasos en forma unilateral hacia la justicia y la igualdad social, sin que
tengamos que sentarnos a esperar que los grupos criminales nos los exijan en una mesa de
negociaciones.
Quedo atento a sus comentarios y dispuesto a reunirme con Usted si lo considera necesario
para intercambiar opiniones sobre esta iniciativa crucial para los colombianos en la actual
coyuntura. Mucho más importante que las diferencias que tenemos, son las esperanzas que
tienen en esta ley más de 4 millones de colombianos a quienes debemos devolver su
dignidad arrebatada por los violentos. Por ellos se justifican todos los esfuerzos de
conciliación que se requieran para asegurar su éxito.
Atentamente,
JUAN FERNANDO CRISTO BUSTOS
Senador de la República