Libres de Culpa -...

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Libres de Culpa Libres de Culpa Texto base: Leamos el texto de Proverbios 28:13 Libres de Culpa Ilustración: El Dr. Pedro Tabuenca cuenta en su libro "Goce de una vida sana y feliz", el siguiente incidente: "Es un hecho bien conocido en medicina que el sentimiento de culpabilidad no resuelto gravita pesadamente sobre la salud del individuo. El siguiente caso es sólo un ejemplo de cómo una carga de una conciencia culpable puede ser la verdadera causa de diversas y grandes enfermedades funcionales y también orgánicas. El paciente que acababa de pasar inició su relato expresando que había consultado ya a veinte médicos sin haber resuelto su problema. Era un hombre de más de cincuenta años de edad, y declaró haber estado completamente sano hasta los treinta. Comenzó entonces a experimentar síntomas alarmantes en aparato circulatorio. Despertaba por las noches sobresaltado y sudoroso, notando con ansiedad que el corazón golpeaba violentamente dentro de su pecho. En vista de esto, empezó a atormentarlo el temor de que en algunas de esas crisis su corazón se detuviese. Consultó entonces a su médico, quien no encontró ninguna anormalidad. Pasaron los meses. Lentamente ese temor se fue desvaneciendo y sus crisis nocturnas se fueron atenuando. Pero pronto apareció un nuevo trastorno: los alimentos parecían caerle como piedras en el estómago; las digestiones se hacían lentas, y finalmente descubrió que el único medio de aliviarse era provocando vómitos. Esta situación se prolongó por años, y cada vez se acentuaba más la necesidad de vomitar para encontrar alivio. En estas circunstancias decidió consultar a un afamado cirujano quien, mediante una operación, le extirpó parte del estómago. Después de esto desaparecieron los vómitos, pero comenzaron las molestias hepáticas. Ya hacía años que el paciente sufría los dolores en el abdomen que no había podido ser atribuidos a otra causa que al mal funcionamiento de la vesícula biliar. Finalmente consultó a otro cirujano, quien decidió extirparle la vesícula con la esperanza de aliviarlo de sus molestias. Cuando el paciente nos consultó había pasado ya tres años de esta operación. Sus dolores, sin embargo, no habían desaparecidos. Por el contrario, se habían extendido a los riñones, y sus molestias urinarias eran tales que el paciente temía, según lo manifestó "estar orinando pedazos de los riñones". Examinamos exhaustivamente a este enfermo. Hicimos análisis y radiografías de todo tipo, y para sorpresa nuestra no encontramos ninguna anormalidad que explicara tantas molestias. Sospechamos entonces estar frente a un caso de enfermedad psicosomática, y tuvimos una entrevista con el paciente. Le dijimos francamente que sus molestias no tenían ninguna causa orgánica, pero que sin duda algún antiguo sentimiento de temor, de rencor o de culpabilidad había estado minando su vitalidad y alterando el funcionamiento de sus órganos. Un gesto de asombro y de vergüenza se dibujó en el rostro y me dijo: Doctor, ya que Ud. lo ha adivinado, voy a contarle la verdad. Fui siempre sano; me casé a los 25 años y tuve tres hijos. Después inicié relaciones sexuales fuera de mi matrimonio con una señorita de buena familia que pronto quedó embarazada. Durante el parto hubo grandes dificultades y ella me mandó a llamar. Sin embargo, aconsejados por mis amigos no fui. La joven murió en el parto y desde entonces he vivido atormentado por el remordimiento. Mis enfermedades comenzaron después de aquello. Primero el corazón y las crisis de angustia; después el estómago que parecía cerrarse; con los años, el diagnóstico de hipertrofia y la segunda operación... y ahora ya conoce mi estado..."

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Libres de Culpa

Libres de Culpa

Texto base: Leamos el texto de Proverbios 28:13

Libres de Culpa Ilustración: El Dr. Pedro Tabuenca cuenta en su libro "Goce de una vida

sana y feliz", el siguiente incidente: "Es un hecho bien conocido en

medicina que el sentimiento de culpabilidad no resuelto gravita

pesadamente sobre la salud del individuo. El siguiente caso es sólo un

ejemplo de cómo una carga de una conciencia culpable puede ser la verdadera causa de diversas

y grandes enfermedades funcionales y también orgánicas.

El paciente que acababa de pasar inició su relato expresando que había consultado ya a veinte

médicos sin haber resuelto su problema. Era un hombre de más de cincuenta años de edad, y

declaró haber estado completamente sano hasta los treinta. Comenzó entonces a experimentar

síntomas alarmantes en aparato circulatorio. Despertaba por las noches sobresaltado y sudoroso,

notando con ansiedad que el corazón golpeaba violentamente dentro de su pecho. En vista de

esto, empezó a atormentarlo el temor de que en algunas de esas crisis su corazón se detuviese.

Consultó entonces a su médico, quien no encontró ninguna anormalidad.

Pasaron los meses. Lentamente ese temor se fue desvaneciendo y sus crisis nocturnas se fueron

atenuando. Pero pronto apareció un nuevo trastorno: los alimentos parecían caerle como piedras

en el estómago; las digestiones se hacían lentas, y finalmente descubrió que el único medio de

aliviarse era provocando vómitos. Esta situación se prolongó por años, y cada vez se acentuaba

más la necesidad de vomitar para encontrar alivio.

En estas circunstancias decidió consultar a un afamado cirujano quien, mediante una operación, le

extirpó parte del estómago. Después de esto desaparecieron los vómitos, pero comenzaron las

molestias hepáticas. Ya hacía años que el paciente sufría los dolores en el abdomen que no había

podido ser atribuidos a otra causa que al mal funcionamiento de la vesícula biliar. Finalmente

consultó a otro cirujano, quien decidió extirparle la vesícula con la esperanza de aliviarlo de sus

molestias.

Cuando el paciente nos consultó había pasado ya tres años de esta operación. Sus dolores, sin

embargo, no habían desaparecidos. Por el contrario, se habían extendido a los riñones, y sus

molestias urinarias eran tales que el paciente temía, según lo manifestó "estar orinando pedazos

de los riñones".

Examinamos exhaustivamente a este enfermo. Hicimos análisis y radiografías de todo tipo, y para

sorpresa nuestra no encontramos ninguna anormalidad que explicara tantas molestias.

Sospechamos entonces estar frente a un caso de enfermedad psicosomática, y tuvimos una

entrevista con el paciente. Le dijimos francamente que sus molestias no tenían ninguna causa

orgánica, pero que sin duda algún antiguo sentimiento de temor, de rencor o de culpabilidad había

estado minando su vitalidad y alterando el funcionamiento de sus órganos.

Un gesto de asombro y de vergüenza se dibujó en el rostro y me dijo: Doctor, ya que Ud. lo ha

adivinado, voy a contarle la verdad. Fui siempre sano; me casé a los 25 años y tuve tres hijos.

Después inicié relaciones sexuales fuera de mi matrimonio con una señorita de buena familia que

pronto quedó embarazada. Durante el parto hubo grandes dificultades y ella me mandó a llamar.

Sin embargo, aconsejados por mis amigos no fui. La joven murió en el parto y desde entonces he

vivido atormentado por el remordimiento. Mis enfermedades comenzaron después de aquello.

Primero el corazón y las crisis de angustia; después el estómago que parecía cerrarse; con los

años, el diagnóstico de hipertrofia y la segunda operación... y ahora ya conoce mi estado..."

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Libres de Culpa Después de oír su relato, todo el cuadro quedó claro en mi mente. No había medicamento ni

operación quirúrgica que pudiera resolver el problema de este enfermo. Lo que él necesitaba era

descargar su conciencia del sentimiento de culpa que había atormentado su espíritu y enfermado

su cuerpo durante tantos años.

Yo tenía en mis manos el remedio que él necesitaba.

Ilustración: Abrí mi Biblia en el libro de Isaías y le leí: "Venid luego, dice Jehová, y

estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la

nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a

ser como blanca lana." Isaías 1:18

Ilustración: "Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y

vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el

cual será amplio en perdonar." Isaías 55:7.

Le hablé del amor de Dios y del sacrificio de Cristo, que murió por

nuestros pecados para asegurarle el perdón.

Ilustración: Para terminar nuestra entrevista le leí en 1 Juan 1:9 que dice: "Si

confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros

pecados, y limpiarnos de toda maldad."

Al despedirnos el paciente me abrazó evidentemente emocionado y me

dijo: "Doctor, no sabe cuánto le agradezco lo que Ud. me ha dicho. Es la primera vez que un

médico enfoca así mi problema. Sé que Ud. está en lo cierto. Ahora creo que podré curarme.

¿Cuál era la causa de su enfermedad? La culpabilidad. Solo la culpabilidad.

La culpabilidad hermana a toda la humanidad. La culpabilidad puede afectar a cualquier persona. Aunque no sea creyente en Dios y no tenga ninguna religión

El mayor drama del ser humano. a. Hay personas que pueden experimentar una conciencia culpable y no

ser consciente de ello.

b. Es la situación más dura y dramática que experimenta el ser humano.

El mayor drama del ser humano. c. No hay cosa más triste que un ser humano se sienta a disgusto, se

sienta mal, insatisfecho y no sepa identificar por qué.

La razón de la tragedia. d. La razón es que no se toma tiempo, para reflexionar o no tiene el

valor de enfrentar la realidad. se inhibe, se aturde, esquiva la realidad.

y así se gesta un problema de fácil solución al principio y que después

es de difícil solución.

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Libres de Culpa Las éticas que nos rigen. a. Una de ellas viene de la SOCIEDAD que nos rodea. Por ejemplo en

nuestro país hace algunos años se usaba el luto vistiendo de negro. En

Arabia el luto es blanco. Estas son normas y son variables, culturales.

Las éticas que nos rigen.

b. La ética MORAL que proviene de Dios. Expresada claramente en los

Diez Mandamientos. Permanece en el tiempo. Es eterna.

Libres de Culpa

c. Ilustración: Se cuenta el caso de un locutor de una emisora de

Buenos Aires, que en su programa dijo: "Tengo a mi lado un anciano

padre que desea ver a su hijo que es médico en esta gran ciudad, no lo

ve hace muchos años y le perdona el abandono en que lo ha tenido, solo

quiere verlo antes de morir, no decimos su nombre para no descubrirlo. En

las cuatro horas siguientes, doce médicos se presentaron en la emisora y

ninguno de los doce era su hijo. Su conciencia culpable les llevó a

descubrirse y presentarse delante del locutor, tal como eran. hijos ingratos.

(Conferencia de Juan Lozano).

El sentimiento de Culpa a. Es el reconocimiento de una situación ilegal delante de Dios o de la

sociedad. Puede ser delante de la esposa o los hijos.

b. Es una situación de ilegalidad. La reconozco, pido perdón, restituyo y

arreglo el asunto. Nunca hace daño una situación así.

El complejo de Culpa a. Hace daño cuando no quiero reconocer mi culpa, me resisto

desesperadamente para no reconocer que soy una persona que necesito

el perdón.

b. Renuncio al perdón. Así generamos el complejo de culpa.

c. Cuando no reconocemos la culpabilidad Se genera en nosotros angustia mental. Efectos

fisiológicos. Incluso trastornos psicológicos. Como en el caso del paciente que visitó al Dr.

Tabuenca.

d. No se puede vivir con una conciencia culpable y a la vez tener paz en el corazón.

El complejo de culpa d. No se puede vivir con una conciencia culpable y a la vez tener paz en

el corazón.

Liberándonos de la culpabilidad a. Si la ética que estamos traspasando proviene de la sociedad en la

que nos desenvolvemos, vivamos conforme a ésta.

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Libres de Culpa b. Si esta ética se opone a nuestros principios cristianos, enfrentémosla con valentía.

Liberándonos de la culpabilidad c. Si la ética que estamos violando es la moral divina. Enfrentémosla

con nuestro misericordioso Dios.

Una aleccionadora experiencia. a. El rey David fue un hombre perdido durante un tiempo.

b. Les invito a leer 2 Samuel 11: 1-27 (Si desea relátelo).

El pecado de David c. Fue un acto con premeditación. “Envió David a preguntar por

aquella mujer... y la tomó”. 2 Samuel 11:3,4

d. Con alevosía.“Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta

embriagarlo” .V. 13.

e. Y criminal.“Poned a Urías al frente, ... y retiraos de él, para que sea herido y muera”. V.15

La dramática experiencia de David. f. Durante un año usó los mecanismos mentales de defensa. Vivió con

aquella conciencia culpable, angustiado. posiblemente se justificó

diciendo: -- Soy el rey, por lo tanto tengo todos los derechos y ninguna

obligación".

No dándose cuenta que era rey por la gracia de Dios, y por encima de él estaba el Rey de Reyes y

Señor de Señores. Sin embargo vivía vacío y con un terrible conflicto interior.

Descripción de su angustia. a. El rey hace una descripción dramática de su situación en el Salmo 32

:3,4

b. "Mientras callé”. Hubo un tiempo en que el calló, no enfrentó su

realidad.

c. “Se envejecieron mis huesos”. Sufrió alguna degeneración física.

d. “En mi gemir todo el día”. Ausencia de paz.

La restauración de David a. Dios se tomó el tiempo necesario para restaurarlo. Lo esperó, Él no

está apurado. Demoró un año, no lo dejó aparentemente tranquilo. Le

permitió tocar fondo.

b. Lo enfrentó para restaurarlo. Le envió al profeta Natán. 2 Samuel

12:1-13

La paz de David c. En su vacío y angustia se aferró del perdón de Dios. Salmo 32:5-6

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Libres de Culpa

Libres de Culpaarable

d. David por primera vez en mucho tiempo durmió tranquilo. Porque se

liberó de la culpabilidad.

e. Que contraste con el narcisista fariseo que oraba consigo mismo.

Lucas 18:9-14

f. Mirándose en su propio espejo decía “ Que bueno que soy”

Aplicación. g. Aplicación: Si los seres humanos fuésemos capaces, de dialogar con

toda sinceridad, de pronunciar esa palabra que cada vez se pronuncia

menos: PERDONAME. Me equivoqué. Nos libraríamos de la angustia.

h. Así evitaríamos situaciones de profunda insatisfacción interior y por lo

tanto garantizaríamos una mayor paz de espíritu y una mayor felicidad.

La restauración de David.

f. David fue un gran pecador. Pero también un gran arrepentido.

Dimensiones del perdón. j. La gran solución el perdón. La paz del perdón implica una relación: Vertical (con Dios). Horizontal (con el hombre). Interna (Consigo mismo) j. La gran solución el perdón. La paz del perdón implica una relación: Vertical (con Dios). Horizontal (con el hombre). Interna (Consigo

mismo)

La relación horizontal. a. ¿Qué hace Ud. Cuando lo han deshonrado?

1. COBRAR: “Le haré pagar lo que me hizo”. 2. VENGARSE: “Quedaremos mano a mano”.

3. GUARDAR RESENTIMIENTO: “No pienso volver a hablarle”

No vale la pena odiar.

La venganza, el resentimiento y el pagar de la misma forma no nos hace

sentirnos mejor. Solo agrega más carga a la que ya llevamos dentro.

Nos deja con más dolor que el que teníamos al comienzo.

El ser más junto es el mayor perdonador.

“...Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Lucas 23:34

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Libres de Culpa

No necesitas castigar a nadie. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;

el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros

curados”. Isaías 53:5

Él llevó el castigo de quién te hirió.

Entrégaselo a Él.

Él quiere que vivas en paz.

Deja que Dios atienda a esas personas. Deje que Dios le enseñe si necesita aprender algo.

Deje que Dios lo salve de su loca corrupción. No permita que sus heridas se infecten con la malicia.

El perdón es un proceso.

El perdón es doloroso, costoso, duro, pero cambia la vida del perdonador.

Quedan cicatrices.

f. Ilustración: Ron, el pequeño Ron, fue abusado por su padre desde la

niñez. le castigaba muy duro al punto que llegó a odiarlo. Cuando creció

lo suficiente huyó de casa. Mientras caminaba por la vida conoció la

Iglesia Adventista del Séptimo Día donde fue acogido con mucho cariño.

Un día decidió prepararse para ser un ministro. Se casó. Era muy feliz y

con un bendecido ministerio. Un día recibió una carta de su padre, el abusador, donde le decía

que él también frecuentaba la IASD y que le pedía perdón y deseaba que él le bautizará. Cuando

llegó el día del bautismo del padre. Ron estaba choqueado. Solo recordar las escenas de las

golpizas que le daba le hacía llorar y lo descomponía completamente. Cuando los dos estaban en

el agua el niño Ron que llevaba adentro sintió ganas de hundirlo en el agua. Pero el pastor Ron lo

sacó. Escuché este relato de los labios del pastor Ron. Añadió que la única forma de tranquilizar

su alma y sentir paz en su corazón era levantar la cruz de Cristo entre las horribles escenas de su

niñez y el dolor de su corazón.

Levante la cruz de Cristo frente al dolor.

g. Si fuésemos capaces de dialogar con toda sinceridad. De pronunciar

más esa palabra que cada vez se oye menos...PERDONEME. Nos

libraríamos de la angustia.

La relación interna. a. ¿Te has perdonado? El perdón implica, amarme, valorarme,

perdonarme.

Porque solo así amaré, valoraré y perdonaré a los demás.

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Libres de Culpa No necesitas castigarte. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;

el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros

curados”. Isaías 53:5

Él ya fue castigado.

Él quiere que vivas en paz.

El Señor ya te perdonó. b. "...Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Lucas 23:34

c. Esta oración expresa el deseo de Jesús. Pero depende de nosotros su

respuesta.

Crees estas promesas. “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados”. Salmo

103:10

“...Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados,” 2 Corintios 5:19

EL PERDON NO ES AUTOMATICO. DEBE SER ACEPTADO.

Tal como ocurrió con el hijo pródigo.

Libres de Culpa 1. Ilustración: Hace muchos años, William Dixon, de Inglaterra, perdió

a su esposa y a su único hijo. Un día, pasando frente a la casa de un

vecino, notó que había un incendio. Esto atrajo a una multitud de

personas. Unos amigos rescataron a la abuela anciana, pero su nieto,

huérfano de padres, quedó atrapado en el dormitorio de arriba. Arriesgando su vida, Dixon subió

poco a poco por un tubo de hierro que había al costado de la casa. Por fin alcanzó al muchacho y

lo bajó hasta un lugar seguro, pero se le quemaron las manos. No mucho después del incendio, la

abuela murió y el concilio del pueblo tenía que decidir qué hacer con el muchacho. Tres personas,

una de las cuales era el señor Dixon, se presentaron ante el concilio, ofreciendo adoptar al

huérfano. Dixon se puso de pie. Demasiado emocionado para hablar, lo único que hizo fue

mostrar sus manos llenas de cicatrices, por supuesto, le dieron el muchacho.

Nuestro amado Señor Jesús levantando sus manos delante del Padre celestial dice:

Padre yo morí por ellos.

Libres de Culpa Salgamos en paz.

a. La paz con tu pareja vale más que tu orgullo.

b. La paz con tus hijos vale más que tu orgullo.

c. La paz con tus padres vale más que tu orgullo.

d. La paz con Dios vale más que tu orgullo.

e. La paz contigo mismo vale más que tu orgullo.

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Libres de Culpa Libres de Culpa

¿Cuántos desean la paz con Dios, su prójimo y consigo mismo?

Deseo orar por ustedes. ¿Puedo ver las manos alzadas de los que

desean que ore por ellos?

INVITACION “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo

os haré descansar”. Mateo 11:28