LIDIA Y ÁNGEL 15/06/2019 · IRENE: Y así hemos podido compartir algunos de ellos con vosotros,...

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PACO: Lidia, Ángel… Antes que nada, perdón por an- ticipado. Perdón por si en algún momento nos tiembla la voz. Pero imaginaos lo que sentimos ahora, por estar aquí, ante vosotros y ante vuestros seres queridos. Aho- ra sí… Madre mía la que habéis liao… ¿Os habéis dado cuenta de todas las personas que os quieren? segundo libre, y que hoy atesora entre sus calles un recuerdo más. También guarda muchos de estos momen- tos el Cerro del Aguila, barrio obrero y popular y que ha hecho de Ángel la persona que hoy conocemos: un gran periodista, pero sobre todo alguien de quién estar orgu- llosos. Porque sí, sois de esos sevillanos, que estén donde estén siempre piensan en la Giralda, en disfrutar de la Semana Santa. Pero no sólo eso, sois de los que reciben a la feria entre volantes, abriéndole la puerta a los forasteros que nos hemos unido a la fiesta, haciéndonos disfrutar de IRENE: Sois de esas personas que aparecen en tu vida cuando menos te lo esperas, pero que con sólo una mirada sabes que quieres que se queden para siempre. Y aunque algunos nos perdimos los primeros años de vuestra historia, sólo hacía falta pasar un día con vosotros para enamorarnos de la historia que tenéis. PACO: Después de todos estos meses de preparativos y nervios, es hora de relajarse y disfrutar, porque los que estamos aquí, en Sevilla; los que qui- sieron venir desde otros sitios y no pudieron; y aquellos que ya no están pero que los tenemos muy presentes, lo único que queremos es devolveros todo el amor y el cariño que entregáis cada día. ¿Y sabéis por qué? Porque creemos en vosotros. Creemos en vuestro amor, así como en el cariño que derrocháis por Sevilla. A pesar de la distancia, que aunque parezca poca se nota, siempre buscáis el hueco para bajar desde Madrid. Y es que ¿quién se puede resistir a pasar unos días en esta ciudad? La que se divide en dos por un río pero se vuelve a unir por numerosos puentes. IRENE: Ese barrio de la Macarena que vio a Lidia crecer, no solo en altura sino como persona y como médico, y que pronto incorporó a Ángel a sus calles, a vuestros paseos, a las ganas de ver el uno al otro, a aprovechar cada de cada rincón, como quien lo ve por primera vez. PACO: Aquí va un mensaje para quien sea de más allá de Despeñaperros: no hace falta que lo comprendáis, con que lo respetéis sobra. Que en Sevilla no hace falta ser creyente para salir de nazareno. Y que en apenas unos días se pasa del incienso al albero. De las esperas, las marchas y la magia de la Madrugá a los bai- les por sevillanas y a infinitas jarras de rebujito en el Real. Y la cultura, siempre presente. Pero además de la ciudad que maravilla, también os une Utrera. ¡Qué buenos ratos con la familia y los amigos! De no ser por esos veranos en el campo, y ese intercambio de mensajes con los primeros móviles, qué hubiera sido de vuestra historia. Pues menos mal, de alguna manera había que refugiarse del calor. Y qué mejor que con unas dosis de amor adolescente ¿no? Andalucía está muy presente en vuestras vidas. Pero todos sabemos de vuestra pasión por viajar. Sí, también creemos en vosotros por vuestro afán por conocer mundo. Ese anhelo por saber qué hay más allá. Por comprender otras culturas, por empatizar con personas de otros países. IRENE: Y así hemos podido compartir algunos de ellos con vosotros, como ese viaje a Cuba, el primer gran viaje, que os trajo morenos, para envidia de los que nos quedamos y un montón de recuerdos para los que formaron parte de él. Pero ese sólo fue el primero. Después le siguieron muchos más, en familia y con amigos. Descubriendo el mundo desde un pequeño camarote o montados en camello. Y también aquellos viajes de menos kilómetros, pero de los que guarda- mos tantos o más recuerdos. Y como ejemplo, esa nevera que se ha ido llenando de imanes gracias a los viajes que habéis compartido con gran parte de los aquí presentes. Y qué deciros de las horas de conversación que habéis llenado en nuestros what- sapp. Esperando que anunciarais ese día, el de vuestra boda. Horas pensando si había habido pedida en India o quizás en China, pero al final llegó y fue París. PACO: Muchas anécdotas vividas y muchas culturas conocidas. Pero de todas, hay una muy especial que aflora por cada poro de vuestra piel. Que rebosa pa- pelillos y se transforma en dos coloretes en la cara. La del compás por nudillos, el pasodoble al 3x4 o el vello de punta al escuchar a un octavilla. El Carli, por ejemplo… Sí, también creemos en vosotros por vuestra pasión por el carnaval de Cádiz. Mira que hay estilos de música diferentes. Pero ninguno se asemeja a lo que se canta y siente en el Falla o en los callejones del Pópulo y la Viña. El carnaval también os unió y se convirtió en un evento de obligado cumplimiento entre enero y febrero. Noches de radio y televisión, de escapadas a la Tacita de Plata aunque haya que dormir en el coche, de festivales y largas horas de finales, también desde Madrid. Todo ello convertido en una particular religión, como bien decía el Capitán Veneno. Y no es ninguna tontería lo que del carnaval se aprende. Además de la gracia y el doble sentido, también os hace mejores personas aprender de la crítica que recogen sus letras. La que hizo temblar a los más poderosos, la que apenas se escondió en los peores momentos de la dictadura y la censura, y la que sigue es- tando presente a pesar de la globalización, las nuevas tecnologías o la pérdida de valores. Por eso no os conformáis con nada y siempre hay un lugar en vuestras conversaciones para el debate y la reflexión. Y de alguna mane- ra, también os ha influido en vuestra forma de ver la vida y de afrontar los los problemas del día a día. Si hay algo que nos hace creer en vosotros es vuestro compromiso con las causas justas. Por colaborar con el que lo necesita. Por apoyar y reivindicar las diferencias, por integrar al olvidado. Por tener presente siempre de dónde sois. Por escuchar. Por compartir. Por vuestra senci- llez y humildad. Por estar ahí, siempre dispuestos a ver a las personas que han formado parte de vuestras vidas. Y aunque pase el tiempo, buscar siempre un hueco para compartir una conversación. IRENE: Esa generosidad, con cada una de las personas que os han ro- deado. Qué os voy a decir yo, si me disteis esa primera sonrisa sevillana, e incluso me compartisteis a vuestra familia y el amor de una abuela. Esa generosidad, el uno con el otro, para que cada uno realizara sus sueños siempre con apoyo, incluso cuando las fuerzas flaqueaban. En las búsquedas de trabajo y con ese examen MIR, que a todos nos des- quiciaba y en el que Ángel hizo gala de toda su paciencia para aguantar a Lidia, y a todas las demás. Ese apoyo incondicional, con cada una de las decisiones que se tomaba, ya fuera un cambio de hospital, o ser marinero durante unos meses, ya que lo importante no es que uno sea de ciencias y otro de letras, Ángel madrugador y a Lidia le encante dormir. Lo importante es que siempre tenéis una mano dónde agarraros para descubrir el mundo. Y así os llevó a tomar una gran decisión en vuestras vidas: la de iniciar una nueva aventura, la de vivir juntos. También descubrir una nueva ciudad, disfrutar del vértigo de Madrid, y esos sevillanos por Volde- mort. Y qué nos vais a decir. Seguro que los primeros guisos no fueron los mejores, que hubo alguna que otra discusión por una lavadora sin tender, o una basura sin bajar. Pero se compensaba con vuestras primeras cenas, con el despertar por la mañana en vuestra casa. Aun- que hemos de confesar que en más de una ocasión os la hemos invadi- do, y es que gracias a vosotros Valdemoro tiene un sitio en el mapa para muchos de nosotros. PACO: Qué historia ¿eh? En definitiva, son valores. Los que vosotros representáis y que permiten que sea muy fácil querer permanecer a vuestro lado. IRENE: Poder formar parte de este día con vosotros, ver el amor que tenéis el uno por el otro, cómo habéis crecido como personas, y esto sólo ha sido un alto en el camino para compartirlo con todos nosotros. Pero todo lo que vendrá seguro que será mucho mejor. Sólo nos queda desearos toda la felicidad del mundo, y que podamos seguir formando PACO: Y con el mayor de los ánimos y las fuerzas para que cuidéis día a día de vosotros y que el libro de vuestra historia en común siga llenándose de páginas de felicidad. parte de ello. LIDIA Y ÁNGEL 15/06/2019

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PACO: Lidia, Ángel… Antes que nada, perdón por an-ticipado. Perdón por si en algún momento nos tiembla la voz. Pero imaginaos lo que sentimos ahora, por estar aquí, ante vosotros y ante vuestros seres queridos. Aho-ra sí… Madre mía la que habéis liao… ¿Os habéis dado cuenta de todas las personas que os quieren?

segundo libre, y que hoy atesora entre sus calles un recuerdo más. También guarda muchos de estos momen-tos el Cerro del Aguila, barrio obrero y popular y que ha hecho de Ángel la persona que hoy conocemos: un gran periodista, pero sobre todo alguien de quién estar orgu-llosos. Porque sí, sois de esos sevillanos, que estén donde estén siempre piensan en la Giralda, en disfrutar de la Semana Santa. Pero no sólo eso, sois de los que reciben a la feria entre volantes, abriéndole la puerta a los forasteros que nos hemos unido a la fiesta, haciéndonos disfrutar de

IRENE: Sois de esas personas que aparecen en tu vida cuando menos te lo esperas, pero que con sólo una mirada sabes que quieres que se queden para siempre. Y aunque algunos nos perdimos los primeros años de vuestra historia, sólo hacía falta pasar un día con vosotros para enamorarnos de la historia que tenéis.

PACO: Después de todos estos meses de preparativos y nervios, es hora de relajarse y disfrutar, porque los que estamos aquí, en Sevilla; los que qui-sieron venir desde otros sitios y no pudieron; y aquellos que ya no están pero que los tenemos muy presentes, lo único que queremos es devolveros todo el amor y el cariño que entregáis cada día. ¿Y sabéis por qué? Porque creemos en vosotros. Creemos en vuestro amor, así como en el cariño que derrocháis por Sevilla. A pesar de la distancia, que aunque parezca poca se nota, siempre buscáis el hueco para bajar desde Madrid. Y es que ¿quién se puede resistir a pasar unos días en esta ciudad? La que se divide en dos por un río pero se vuelve a unir por numerosos puentes.

IRENE: Ese barrio de la Macarena que vio a Lidia crecer, no solo en altura sino como persona y como médico, y que pronto incorporó a Ángel a sus calles, a vuestros paseos, a las ganas de ver el uno al otro, a aprovechar cada

de cada rincón, como quien lo ve por primera vez.

PACO: Aquí va un mensaje para quien sea de más allá de Despeñaperros: no hace falta que lo comprendáis, con que lo respetéis sobra. Que en Sevilla no hace falta ser creyente para salir de nazareno. Y que en apenas unos días se pasa del incienso al albero. De las esperas, las marchas y la magia de la Madrugá a los bai-les por sevillanas y a infinitas jarras de rebujito en el Real. Y la cultura, siempre presente.

Pero además de la ciudad que maravilla, también os une Utrera. ¡Qué buenos ratos con la familia y los amigos! De no ser por esos veranos en el campo, y ese intercambio de mensajes con los primeros móviles, qué hubiera sido de vuestra historia. Pues menos mal, de alguna manera había que refugiarse del calor. Y qué mejor que con unas dosis de amor adolescente ¿no? Andalucía está muy presente en vuestras vidas. Pero todos sabemos de vuestra pasión por viajar. Sí, también creemos en vosotros por vuestro afán por conocer mundo. Ese anhelo por saber qué hay más allá. Por comprender otras culturas, por empatizar con personas de otros países.

IRENE: Y así hemos podido compartir algunos de ellos con vosotros, como ese viaje a Cuba, el primer gran viaje, que os trajo morenos, para envidia de los que nos quedamos y un montón de recuerdos para los que formaron parte de él. Pero ese sólo fue el primero. Después le siguieron muchos más, en familia y con amigos. Descubriendo el mundo desde un pequeño camarote o montados en camello. Y también aquellos viajes de menos kilómetros, pero de los que guarda-mos tantos o más recuerdos. Y como ejemplo, esa nevera que se ha ido llenando de imanes gracias a los viajes que habéis compartido con gran parte de los aquí presentes.

Y qué deciros de las horas de conversación que habéis llenado en nuestros what-sapp. Esperando que anunciarais ese día, el de vuestra boda. Horas pensando si había habido pedida en India o quizás en China, pero al final llegó y fue París. PACO: Muchas anécdotas vividas y muchas culturas conocidas. Pero de todas, hay una muy especial que aflora por cada poro de vuestra piel. Que rebosa pa-pelillos y se transforma en dos coloretes en la cara. La del compás por nudillos, el pasodoble al 3x4 o el vello de punta al escuchar a un octavilla. El Carli, por ejemplo… Sí, también creemos en vosotros por vuestra pasión por el carnaval de Cádiz. Mira que hay estilos de música diferentes. Pero ninguno se asemeja a lo que se canta y siente en el Falla o en los callejones del Pópulo y la Viña. El carnaval también os unió y se convirtió en un evento de obligado cumplimiento entre enero y febrero. Noches de radio y televisión, de escapadas a la Tacita de Plata aunque haya que dormir en el coche, de festivales y largas horas de finales, también desde Madrid. Todo ello convertido en una particular religión, como bien decía el Capitán Veneno. Y no es ninguna tontería lo que del carnaval se aprende. Además de la gracia y el doble sentido, también os hace mejores personas aprender de la crítica que recogen sus letras. La que hizo temblar a los más poderosos, la que apenas se escondió en los peores momentos de la dictadura y la censura, y la que sigue es-tando presente a pesar de la globalización, las nuevas tecnologías o la pérdida de valores. Por eso no os conformáis con nada y siempre hay un lugar en vuestras conversaciones para el debate y la reflexión.

Y de alguna mane-ra, también os ha influido en vuestra forma de ver la vida y de afrontar los los problemas del día a día. Si hay algo que nos hace creer en vosotros es vuestro compromiso con las causas justas. Por colaborar con el que lo necesita. Por apoyar y reivindicar las diferencias, por integrar al olvidado. Por tener presente siempre de dónde sois. Por escuchar. Por compartir. Por vuestra senci-llez y humildad. Por estar ahí, siempre dispuestos a ver a las personas que han formado parte de vuestras vidas. Y aunque pase el tiempo, buscar siempre un hueco para compartir una conversación.

IRENE: Esa generosidad, con cada una de las personas que os han ro-deado. Qué os voy a decir yo, si me disteis esa primera sonrisa sevillana, e incluso me compartisteis a vuestra familia y el amor de una abuela. Esa generosidad, el uno con el otro, para que cada uno realizara sus sueños siempre con apoyo, incluso cuando las fuerzas flaqueaban. En las búsquedas de trabajo y con ese examen MIR, que a todos nos des-quiciaba y en el que Ángel hizo gala de toda su paciencia para aguantar a Lidia, y a todas las demás. Ese apoyo incondicional, con cada una de las decisiones que se tomaba, ya fuera un cambio de hospital, o ser marinero durante unos meses, ya que lo importante no es que uno sea de ciencias y otro de letras, Ángel madrugador y a Lidia le encante dormir. Lo importante es que siempre tenéis una mano dónde agarraros para descubrir el mundo. Y así os llevó a tomar una gran decisión en vuestras vidas: la de iniciar una nueva aventura, la de vivir juntos. También descubrir una nueva ciudad, disfrutar del vértigo de Madrid, y esos sevillanos por Volde-mort. Y qué nos vais a decir. Seguro que los primeros guisos no fueron los mejores, que hubo alguna que otra discusión por una lavadora sin tender, o una basura sin bajar. Pero se compensaba con vuestras primeras cenas, con el despertar por la mañana en vuestra casa. Aun-que hemos de confesar que en más de una ocasión os la hemos invadi-do, y es que gracias a vosotros Valdemoro tiene un sitio en el mapa para muchos de nosotros.PACO: Qué historia ¿eh? En definitiva, son valores. Los que vosotros representáis y que permiten que sea muy fácil querer permanecer a vuestro lado.IRENE: Poder formar parte de este día con vosotros, ver el amor que tenéis el uno por el otro, cómo habéis crecido como personas, y esto sólo ha sido un alto en el camino para compartirlo con todos nosotros. Pero todo lo que vendrá seguro que será mucho mejor. Sólo nos queda desearos toda la felicidad del mundo, y que podamos seguir formando

PACO: Y con el mayor de los ánimos y las fuerzas para que cuidéis día a día de vosotros y que el libro de vuestra historia en común siga llenándose de páginas de felicidad.

parte de ello.

LIDIA Y ÁNGEL15/06/2019