Lingüística

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Lingüística La lingüística se define como un estudio científico del lenguaje. De acuerdo con el modelo generativo establecido por Noam Chomsky (ver tipos de gramática), se identifica el conocimiento de una lengua con tener una gramática representada mentalmente. Dicha gramática constituye la competencia del hablante nativo en esta lengua. La competencia está en oposición a la actuación, o en otras palabras, la representación mental de la lengua está opuesta a la producción y percepción del habla. 4.1. ANTECEDENTES DE LOS ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS: El estudio científico del lenguaje, esto es, la lingüística, sólo recientemente ha logrado su carácter de ciencia autónoma, con un campo de trabajo delimitado y unos métodos propios. Y, sin embargo, sus precedentes son muy remotos. En efecto, hace ya unos 2.500 años el hindú Panini redactó la gramática más antigua que se conserva, en forma de cuatro mil aforismos encadenados, que ofrecían una visión global del sánscrito, y en la que no faltaban referencias a gramáticas anteriores. Objeto de múltiples comentarios, la obra de este célebre lingüista indio, además de conservar la lengua perfecta, sin alteración alguna, procuraba el conocimiento absoluto, que se lograba a través del análisis del lenguaje. Ya en Grecia encontramos la Gramática de Dionisio de Tracia (Τέχνη γραμματική) en el siglo II a.C., cristalización de los comentarios filológicos de sus antecesores, sobre los textos griegos; el latino Varrón en el siglo I, heredero e incrementador de la obra del tracio Dionisio; Prisciano en el siglo V de nuestra Era, quien con su Gramática de dieciocho libros y cerca de mil páginas, es el erudito que recoge la descripción sistematizada de los estudios lingüísticos latinos y de la literatura clásica. Después, durante los finales del siglo XII, el siglo XIII y parte del XIV, dentro del marco de la filosofía escolástica, dan un considerable aporte los modistae o gramáticos especulativos, cuyas teorías casi desconocidas en nuestros tiempos, llevan el nombre de modi significandi. De ahí modistae. El Renacimiento, largo período en el que sin duda se incuba la mayor parte de los rasgos que caracterizan el período contemporáneo, se presenta como un Jano bifronte: por una parte mira hacia atrás, redescubriendo y valorando el mundo clásico grecorromano en los manuscritos de los textos que traían los sabios griegos al salir huyendo hacia occidente, cuando en 1453 cae Constantinopla, último resto del Imperio Romano; por otra parte este renacer tiende su mirada a un futuro sugestivo y sugerente por la posibilidad de expansión que se le ofrece a toda Europa a partir de los viajes de Marco Polo al lejano y legendario Oriente, y por el arribo de Cristóbal Colón a un mundo nuevo en 1492. En cuanto a lingüística se refiere, en este efervescente período, el conocimiento de las gramáticas y de las lenguas árabe y hebrea, así como el de las orientales y americanas, se convierte en un fermento de renovación. Dante con su De Vulgare Elocuentia (1303), comienza a despertar la conciencia de la importancia de las lenguas nacionales con ciertos apuntes de estudio comparativista. El francés Petrus Ramus (Pierre Ramée, 1515-1572), propugna la enseñanza humanística de las lenguas clásicas a través y directamente sobre las literaturas, contra la trayectoria del aristotelismo escolástico. Así mismo resalta la importancia de observar a los hablantes nativos para el estudio de las lenguas vernáculas, por lo que ha sido considerado precursor del estructuralismo moderno. Se suceden Escalígero, con su notable De Causis Linguae Latinae; el español Sánchez de las Brozas (El Brocense) con su estimable obra Minerva seu de Causis Linguae Latinae. (Pasamos por alto las gramáticas de lengua vernácula al estilo o corte de la Nebrijense, que copian las categorías gramaticales de la grecorromana, para describir las lenguas romances con el objetivo del didactismo medieval de la lengua latina; propósito muy alejando del prístino servicio filológico del y para el cual fue formándose la venerable gramática de los griegos). En fin, que en este período abundan, entre los continuadores escolásticos medievales y la persistencia de la gramática tradicional convertida en preceptiva de las lenguas romances, los Galileos, los Copérnicos y Keplers del estudio del lenguaje, con una actitud científica dispuesta a enfrentarse al modelo aristotélico escolástico medieval, poniendo por escudo los datos concretos de sus estudios, y a remodelar con los mismos las teorías existentes: eran frutos del empirismo de Bacon. Pero también el movimiento racionalista dio su cosecha en el campo de la lengua con las publicaciones de las gramáticas filosóficas o razonadas portroyalistas, hijas del innatismo cartesiano, y no ya de la concepción aristotélica, que llegarán a cubrir gran parte del siglo XVII y se extenderán hasta el XVIII. Wilhelm von Leibniz, con su disertación sobre el origen de las lenguas en 1710, orienta a la lingüística hacia el empirismo con tendencia comparativa, que llegaría a ser una de las características sobresalientes del siglo XIX. Pero un hecho bien concreto marca el hito inicial de la lingüística científica contemporánea, exactamente en 1786, cuando sir William Jones (1746- 1794) leyó su famosa ponencia en la Royal Asiatic Society, en Calcuta, en la que establece sin mínima duda las afinidades del sánscrito, lengua clásica de la India, con el latín, el griego y las lenguas germánicas: ningún filósofo podría ya dejar de admitir que habían tenido un origen común. El siguiente fragmento recoge y muestra lo trascendental del manifiesto: "El sánscrito, sin tener en cuenta su antigüedad, posee una estructura maravillosa, más perfecta que el griego, más copioso que el latín y más delicado y refinado que ninguno de los dos; y sin embargo, con ambos guarda tan gran afinidad, ya en las raíces verbales ya en sus formas gramaticales, que no es posible que se haya producido por accidente; es tan fuerte esta afinidad, que cualquier filólogo que examine el sánscrito, el griego y el latín, pensará que los tres han nacido de una fuente común que quizás no exista ya. Hay una razón parecida, aunque no de tanta fuerza, para suponer que tanto el gótico como el celta tuvieron el mismo origen sánscrito". Con todo, no es probable que fuera consciente del papel que esta observación incidental iba a representar en el futuro. Y, sin embargo, tal sería el punto de partida de la lingüística comparada del siglo XIX, a saber: que las relaciones entre las lenguas pueden explicarse de una manera científica. A partir de este acontecimiento se acentúa y extiende el estudio del sánscrito por Europa, sobre todo en Francia y Alemania, a lo que contribuyeron grandemente los hermanos Schlegel (Augusto y Federico); sobre todo este último con su obra Sobre la Lengua y Sabiduría de los Hindúes (1808). La comparación del sánscrito con las lenguas europeas, forjó la primera etapa del desarrollo sistemático de la Lingüística histórica y comparada. En los últimos años del siglo XVIII las tendencias filosóficas empiristas, con Bacon, Loke, Berkeley, Hume, y los racionalistas conducidos por el innatismo cartesiano, que con sus debates cubrieron los siglos XVI, XVII y XVIII, confluyen juntas con los filósofos y sabios que se movían dentro del Romanticismo. Las fuerzas del nacionalismo europeo reafirman el carácter individual de las lenguas de cada nación, elevando a la mayor potencia el presupuesto de Herder, de que sólo se podría entender plenamente el pensamiento y la literatura popular de un pueblo, estudiando su propia lengua. Está preparado pues, y en marcha, el acontecimiento filológico alemán del siglo XIX, que hará expresar un tanto exageradamente a Benfey, que los primeros trabajos de Lingüística y filología oriental, habían sido realizados por "las más resplandecientes estrellas del cielo intelectual alemán", y que el conjunto de hombres sobresalientes en el progreso de esta rama del saber, eran casi con exclusividad hijos de la patria. Los hermanos Schlegel ya citados, inician decidida y frontalmente el ataque contra el neoclasicismo frío, imitador y canónico, convirtiéndose en los propulsores del pensamiento romántico y en pioneros iconoclastas de los modelos, prevalecientes aún, del siglo XVIII; tanto de los literarios como de los gramaticales. Pero la lingüística propiamente dicha comenzó con el filólogo alemán Franz Bopp (1791-1867), quien en 1816 publicó una obra sobre el sistema de conjugación del sánscrito comparado con los del griego, latín, persa y germánico. La relación entre uno y otros se hacía evidente gracias a la morfología verbal. Las diferencias entre las lenguas y su evolución, según demostró, están sometidas a reglas definidas, y no al azar ni a la metafísica. Franz Bopp, dice Meillet, "ha encontrado la Gramática Comparada cuando trataba de explicar el indoeuropeo (estudiando el sánscrito con el griego, latín, persa y germano), así como Cristóbal Colón descubrió América cuando buscaba el camino de la India". Posteriormente Schleicher afina lo conseguido por Bopp, mediante un tratamiento naturalista; su formación científica y el naturalismo de la época influyeron en su manera de abordar las tareas lingüísticas. Otro filólogo, el danés Rasmus Kristian Rask (1787-1832) publicó en 1818 una investigación sobre el origen del antiguo noruego, en la que puso de manifiesto las relaciones del grupo germánico con otras lenguas (latín, griego, eslavo y báltico). Basando la comparación en criterios gramaticales, aplicó un método racionalista a su trabajo y subrayó los puntos de contacto del estudio del lenguaje con el de las ciencias naturales; todo ello le llevó a establecer que hay un sistema - las relaciones de los elementos -, y una estructura, la que poseen estos mismos elementos. Rask estableció que muchas palabras del germánico, comparadas con los componentes del latín y el griego, habían cambiado las "letras" de tal forma, que se podían fijar ciertas "reglas". Por ejemplo aparece un paso regular de /p/ a /f/ entre el griego / πάτηρ /, el latín /pater/ y el islandés /fadir/; así como entre / ποδός /, /pede/, /fot/; o como entre /fagus/ y /book/, etc. Es pues Rask el representante del método comparativo recién descubierto. Sin embargo el erudito alemán Jakob Grimm (1785-1863) puede tomarse, y así lo acreditan la mayoría de los tratados de historia de la lingüística, como el verdadero sistematizador del método comparativo y el fundador del método histórico. Las observaciones de Rask fueron recogidas por Grimm, quien las sistematiza y desarrolla en la segunda edición del primer tomo de su Gramática Alemana (1822). En esta publicación, monumento inicial y duradero para la germanística y la lingüística General, consigue ofrecer un impresionante sistema que serviría en lo sucesivo de sólida base metodológica para ir descubriendo las relaciones existentes entre la lengua germánica y los dialectos indoeuropeos, dejando establecido así el método comparativo, al mismo tiempo que asienta sólidas bases para el método histórico. Porque Jakob Grimm no se detuvo solamente en las apreciaciones de parentesco entre las lenguas, sino que formula, en esta segunda edición de su Gramática alemana, con carácter evolutivo y de cambio, estas correspondencias regulares que emergen del método comparativo. Considera que la correspondencia descubierta entre las consonantes oclusivas (/p/ /t/ /k/), las sonoras (/b/ /d/ /g/) y las aspiradas (/f/ /z/ /j/) de las lenguas germánicas y las de otros idiomas europeos, supone, de hecho, la existencia de un corrimiento o mutación fonética. Grimm, convencido de las ideas de Herder en cuanto a la relación existente entre nación y lengua y la interrelación cuasi simultánea de pensamiento y lenguaje, las aplicó a la dimensión histórica. Este fenómeno indicador de mutabilidad, lo designó Grimm con el término Lautverschiebung, que se ha solido traducir por mutación o rotación consonántica; sus contemporáneos lo denominaron Grimm's law o Loi de Grimm, Ley de Grimm. ¿En qué consiste esta ley? ), básicamente, en la regularidad de las correspondencias de

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LingüísticaLa lingüística se define como un estudio científico del lenguaje. De acuerdo con el modelo generativo establecido por Noam Chomsky (ver tipos de gramática), se identifica el conocimiento de una lengua con tener una gramática representada mentalmente. Dicha gramática constituye la competencia del hablante nativo en esta lengua. La competencia está en oposición a la actuación, o en otras palabras, la representación mental de la lengua está opuesta a la producción y percepción del habla.4.1. ANTECEDENTES DE LOS ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS: El estudio científico del lenguaje, esto es, la lingüística, sólo recientemente ha logrado su carácter de ciencia autónoma, con un campo de trabajo delimitado y unos métodos propios. Y, sin embargo, sus precedentes son muy remotos. En efecto, hace ya unos 2.500 años el hindú Panini redactó la gramática más antigua que se conserva, en forma de cuatro mil aforismos encadenados, que ofrecían una visión global del sánscrito, y en la que no faltaban referencias a gramáticas anteriores. Objeto de múltiples comentarios, la obra de este célebre lingüista indio, además de conservar la lengua perfecta, sin alteración alguna, procuraba el conocimiento absoluto, que se lograba a través del análisis del lenguaje.Ya en Grecia encontramos la Gramática de Dionisio de Tracia (Τέχνη γραμματική) en el siglo II a.C., cristalización de los comentarios filológicos de sus antecesores, sobre los textos griegos; el latino Varrón en el siglo I, heredero e incrementador de la obra del tracio Dionisio; Prisciano en el siglo V de nuestra Era, quien con su Gramática de dieciocho libros y cerca de mil páginas, es el erudito que recoge la descripción sistematizada de los estudios lingüísticos latinos y de la literatura clásica.Después, durante los finales del siglo XII, el siglo XIII y parte del XIV, dentro del marco de la filosofía escolástica, dan un considerable aporte los modistae o gramáticos especulativos, cuyas teorías casi desconocidas en nuestros tiempos, llevan el nombre de modi significandi. De ahí modistae.El Renacimiento, largo período en el que sin duda se incuba la mayor parte de los rasgos que caracterizan el período contemporáneo, se presenta como un Jano bifronte: por una parte mira hacia atrás, redescubriendo y valorando el mundo clásico grecorromano en los manuscritos de los textos que traían los sabios griegos al salir huyendo hacia occidente, cuando en 1453 cae Constantinopla, último resto del Imperio Romano; por otra parte este renacer tiende su mirada a un futuro sugestivo y sugerente por la posibilidad de expansión que se le ofrece a toda Europa a partir de los viajes de Marco Polo al lejano y legendario Oriente, y por el arribo de Cristóbal Colón a un mundo nuevo en 1492. En cuanto a lingüística se refiere, en este efervescente período, el conocimiento de las gramáticas y de las lenguas árabe y hebrea, así como el de las orientales y americanas, se convierte en un fermento de renovación.Dante con su De Vulgare Elocuentia (1303), comienza a despertar la conciencia de la importancia de las lenguas nacionales con ciertos apuntes de estudio comparativista.El francés Petrus Ramus (Pierre Ramée, 1515-1572), propugna la enseñanza humanística de las lenguas clásicas a través y directamente sobre las literaturas, contra la trayectoria del aristotelismo escolástico. Así mismo resalta la importancia de observar a los hablantes nativos para el estudio de las lenguas vernáculas, por lo que ha sido considerado precursor del estructuralismo moderno.Se suceden Escalígero, con su notable De Causis Linguae Latinae; el español Sánchez de las Brozas (El Brocense) con su estimable obra Minerva seu de Causis Linguae Latinae. (Pasamos por alto las gramáticas de lengua vernácula al estilo o corte de la Nebrijense, que copian las categorías gramaticales de la grecorromana, para describir las lenguas romances con el objetivo del didactismo medieval de la lengua latina; propósito muy alejando del prístino servicio filológico del y para el cual fue formándose la venerable gramática de los griegos).En fin, que en este período abundan, entre los continuadores escolásticos medievales y la persistencia de la gramática tradicional convertida en preceptiva de las lenguas romances, los Galileos, los Copérnicos y Keplers del estudio del lenguaje, con una actitud científica dispuesta a enfrentarse al modelo aristotélico escolástico medieval, poniendo por escudo los datos concretos de sus estudios, y a remodelar con los mismos las teorías existentes: eran frutos del empirismo de Bacon. Pero también el movimiento racionalista dio su cosecha en el campo de la lengua con las publicaciones de las gramáticas filosóficas o razonadas portroyalistas, hijas del innatismo cartesiano, y no ya de la concepción aristotélica, que llegarán a cubrir gran parte del siglo XVII y se extenderán hasta el XVIII.Wilhelm von Leibniz, con su disertación sobre el origen de las lenguas en 1710, orienta a la lingüística hacia el empirismo con tendencia comparativa, que llegaría a ser una de las características sobresalientes del siglo XIX.Pero un hecho bien concreto marca el hito inicial de la lingüística científica contemporánea, exactamente en 1786, cuando sir William Jones (1746- 1794) leyó su famosa ponencia en la Royal Asiatic Society, en Calcuta, en la que establece sin mínima duda las afinidades del sánscrito, lengua clásica de la India, con el latín, el griego y las lenguas germánicas: ningún filósofo podría ya dejar de admitir que habían tenido un origen común. El siguiente fragmento recoge y muestra lo trascendental del manifiesto: "El sánscrito, sin tener en cuenta su antigüedad, posee una estructura maravillosa, más perfecta que el griego, más copioso que el latín y más delicado y refinado que ninguno de los dos; y sin embargo, con ambos guarda tan gran afinidad, ya en las raíces verbales ya en sus formas gramaticales, que no es posible que se haya producido por accidente; es tan fuerte esta afinidad, que cualquier filólogo que examine el sánscrito, el griego y el latín, pensará que los tres han nacido de una fuente común que quizás no exista ya. Hay una razón parecida, aunque no de tanta fuerza, para suponer que tanto el gótico como el celta tuvieron el mismo origen sánscrito". Con todo, no es probable que fuera consciente del papel que esta observación incidental iba a representar en el futuro. Y, sin embargo, tal sería el punto de partida de la lingüística comparada del siglo XIX, a saber: que las relaciones entre las lenguas pueden explicarse de una manera científica.A partir de este acontecimiento se acentúa y extiende el estudio del sánscrito por Europa, sobre todo en Francia y Alemania, a lo que contribuyeron grandemente los hermanos Schlegel (Augusto y Federico); sobre todo este último con su obra Sobre la Lengua y Sabiduría de los Hindúes (1808).La comparación del sánscrito con las lenguas europeas, forjó la primera etapa del desarrollo sistemático de la Lingüística histórica y comparada. En los últimos años del siglo XVIII las tendencias filosóficas empiristas, con Bacon, Loke, Berkeley, Hume, y los racionalistas conducidos por el innatismo cartesiano, que con sus debates cubrieron los siglos XVI, XVII y XVIII, confluyen juntas con los filósofos y sabios que se movían dentro del Romanticismo. Las fuerzas del nacionalismo europeo reafirman el carácter individual de las lenguas de cada nación, elevando a la mayor potencia el presupuesto de Herder, de que sólo se podría entender plenamente el pensamiento y la literatura popular de un pueblo, estudiando su propia lengua. Está preparado pues, y en marcha, el acontecimiento filológico alemán del siglo XIX, que hará expresar un tanto exageradamente a Benfey, que los primeros trabajos de Lingüística y filología oriental, habían sido realizados por "las más resplandecientes estrellas del cielo intelectual alemán", y que el conjunto de hombres sobresalientes en el progreso de esta rama del saber, eran casi con exclusividad hijos de la patria.Los hermanos Schlegel ya citados, inician decidida y frontalmente el ataque contra el neoclasicismo frío, imitador y canónico, convirtiéndose en los propulsores del pensamiento romántico y en pioneros iconoclastas de los modelos, prevalecientes aún, del siglo XVIII; tanto de los literarios como de los gramaticales.Pero la lingüística propiamente dicha comenzó con el filólogo alemán Franz Bopp (1791-1867), quien en 1816 publicó una obra sobre el sistema de conjugación del sánscrito comparado con los del griego, latín, persa y germánico. La relación entre uno y otros se hacía evidente gracias a la morfología verbal. Las diferencias entre las lenguas y su evolución, según demostró, están sometidas a reglas definidas, y no al azar ni a la metafísica. Franz Bopp, dice Meillet, "ha encontrado la Gramática Comparada cuando trataba de explicar el indoeuropeo (estudiando el sánscrito con el griego, latín, persa y germano), así como Cristóbal Colón descubrió América cuando buscaba el camino de la India".Posteriormente Schleicher afina lo conseguido por Bopp, mediante un tratamiento naturalista; su formación científica y el naturalismo de la época influyeron en su manera de abordar las tareas lingüísticas.Otro filólogo, el danés Rasmus Kristian Rask (1787-1832) publicó en 1818 una investigación sobre el origen del antiguo noruego, en la que puso de manifiesto las relaciones del grupo germánico con otras lenguas (latín, griego, eslavo y báltico). Basando la comparación en criterios gramaticales, aplicó un método racionalista a su trabajo y subrayó los puntos de contacto del estudio del lenguaje con el de las ciencias naturales; todo ello le llevó a establecer que hay un sistema - las relaciones de los elementos -, y una estructura, la que poseen estos mismos elementos. Rask estableció que muchas palabras del germánico, comparadas con los componentes del latín y el griego, habían cambiado las "letras" de tal forma, que se podían fijar ciertas "reglas". Por ejemplo aparece un paso regular de /p/ a /f/ entre el griego / πάτηρ /, el latín /pater/ y el islandés /fadir/; así como entre / ποδός /, /pede/, /fot/; o como entre /fagus/ y /book/, etc. Es pues Rask el representante del método comparativo recién descubierto.Sin embargo el erudito alemán Jakob Grimm (1785-1863) puede tomarse, y así lo acreditan la mayoría de los tratados de historia de la lingüística, como el verdadero sistematizador del método comparativo y el fundador del método histórico. Las observaciones de Rask fueron recogidas por Grimm, quien las sistematiza y desarrolla en la segunda edición del primer tomo de su Gramática Alemana (1822). En esta publicación, monumento inicial y duradero para la germanística y la lingüística General, consigue ofrecer un impresionante sistema que serviría en lo sucesivo de sólida base metodológica para ir descubriendo las relaciones existentes entre la lengua germánica y los dialectos indoeuropeos, dejando establecido así el método comparativo, al mismo tiempo que asienta sólidas bases para el método histórico. Porque Jakob Grimm no se detuvo solamente en las apreciaciones de parentesco entre las lenguas, sino que formula, en esta segunda edición de su Gramática alemana, con carácter evolutivo y de cambio, estas correspondencias regulares que emergen del método comparativo. Considera que la correspondencia descubierta entre las consonantes oclusivas (/p/ /t/ /k/), las sonoras (/b/ /d/ /g/) y las aspiradas (/f/ /z/ /j/) de las lenguas germánicas y las de otros idiomas europeos, supone, de hecho, la existencia de un corrimiento o mutación fonética. Grimm, convencido de las ideas de Herder en cuanto a la relación existente entre nación y lengua y la interrelación cuasi simultánea de pensamiento y lenguaje, las aplicó a la dimensión histórica. Este fenómeno indicador de mutabilidad, lo designó Grimm con el término Lautverschiebung, que se ha solido traducir por mutación o rotación consonántica; sus contemporáneos lo denominaron Grimm's law o Loi de Grimm, Ley de Grimm. ¿En qué consiste esta ley? ), básicamente, en la regularidad de las correspondencias de las consonantes oclusivas en las lenguas germánicas y otros idiomas indoeuropeos. La explicación a las aparentes excepciones la daría el danés Karl Verner en 1875. Trataremos de ilustrarlo mediante los siguientes diagramas:En 1848 publica su Historia de la lengua alemana, donde resulta patente que con el método comparativo se imbricaba el método histórico elaborado por él. La limitación del área lingüística en que se mueven tanto su Gramática alemana como la Historia de la lengua alemana, es decir, ceñido a las lenguas góticas antiguas y modernas, le proporcionó a su investigación más posibilidades de penetración, ganando en profundidad lo que perdía en extensión; por eso dejó a los indoeuropeístas rezagados, resultando ser, por tanto, el padre de la germanística histórico comparada. Esta rama de la Ciencia del Lenguaje, portará extraordinario influjo a las gramáticas históricas comparadas indoeuropeístas, romanistas, eslavistas, etc.La tendencia romántica que envolvía a los Grimm, se encuentra en todos sus escritos más o menos explícita: en su discurso de 1846, Jakob Grimm dice:"Déjenme ustedes comenzar con una sencilla pregunta: ¿Qué es un pueblo? Y contestar con una sencilla respuesta: un pueblo es el conjunto de hombres que hablan una misma lengua. Esto es para nosotros, los alemanes, lo más inocente y, al mismo tiempo, la más orgullosa de las declaraciones /.../ pero me atrevo a decir /.../ que no es el río o la frontera quienes integran una nación, sino que a un pueblo, sólo le pone fronteras su lengua. La poderosa intuición lingüística ha dado siempre al hombre su primera consagración, y ella lo ha equipado de su verdadera singularidad".Bien claramente expresa que la lengua materna, "nacional", pone marca, sello, singularidad, a una comunidad de hablantes, quienes encontrarán las verdaderas fronteras de su nacionalidad allí, donde su lengua deja de facilitarle la comunicación con otras comunidades. En su exposición sobre Mutter Sprache (lengua materna) dice que "la lengua no es sólo la creación de una entidad o grupo cultural /.../, sino que es el alma popular en su totalidad; sólo el la caracteriza el alma del pueblo, y es en ella donde, por primera vez, se hace efectiva la unión de este grupo humano con una comunidad espiritual".En estas palabras se oyen los ecos de Herder y las nociones fundamentales del pensamiento de Guillermo von Humboldt. Ese Humboldt, padre de las vigentes y fecundas corrientes neohumboldtianas, tanto europeas como estadounidenses. La Lingüística norteamericana se relaciona con Humboldt en las teorías de Benjamín Lee Woorf, Franz Boas y Edward Sapir. Y ¿cómo dejar de decir que también en lo mejor que se espiga en Noam Chomsky, están presentes estos ecos de Herder, de los Grimm y de Humboldt?No debemos dejar de relacionar a los Grimm lingüistas con el jurista alemán Savigny. Porque según un célebre autor (E. Tomelat), Jacobo Grimm reconocía públicamente que la influencia del citado jurisconsulto había sido honda y duradera en sus trabajos. Savigny había sido, sin darse cuenta, el principal y casi el único inspirador de la Gramática. Jakob trasladó al estudio de las formas lingüísticas el método que Savigny había introducido en el estudio del Derecho.En fin... gracias a Jakob Grimm, en los últimos años del siglo XIX las ciencias del lenguaje discurrían científicamente fundamentadas en la investigación histórica de una o de un grupo de lenguas con el auxilio del método comparativo.En segundo lugar la ley que mereció su nombre fue el motor fecundo en el campo de la fonética y de la fonología para elaborar más leyes. La sintaxis, por su parte, avanza a partir de la penetración de Grimm, pues los primeros comparatistas no se habían ocupado de ella.La rama de la etimología encuentra fundamentos científicos y pierde el carácter de curiosidad especulativa con que se había venido practicando en tiempos pasados. El lenguaje y su estudio se toman como parte esencial de la historia de la cultura.. La Lingüística comparada culminaría con el alemán August Schleicher (1821-1868), influido por Hegel y por las doctrinas evolucionistas[7] de la época. A él se debe el primer estudio de una lengua, el lituano, realizado directamente a partir del habla popular, en un intento de reconstruir la lengua primitiva indoeuropea, y la consideración de las lenguas como organismos vivos, que se desarrollan, alcanzan la madurez y mueren, que denominó teoría del árbol genealógico, por la cual la lingüística se emparentaba con las ciencias naturales. Con la aparición, en Leipzig, a partir de 1876, de los jóvenes gramáticos, o neogramáticos, se cerraría el siglo XIX con la aceptación de una serie de teorías, entre las cuales cabe destacar las siguientes: la regularidad de las mutaciones fonéticas; el valor de la analogía, es decir, la tendencia de las formas irregulares a convertirse en regulares; un nuevo interés por las conexiones entre lenguaje y pensamiento, y, en relación con las ideas historicistas[8] dominantes en la época, la consideración de la Lingüística como ciencia histórica, cuyo objeto es estudiar los cambios del lenguaje.Unos de los objetivos de la lingüística contemporánea es tratar de establecer los elementos comunes que tienen "todas" las lenguas del mundo, partiendo de la premisa de aunque una gramática española será diferente a una gramática del japonés, las lenguas tienen componentes similares. Con esto en mente se ha desarrollado una de Teoría de la Gramática Universal (GU) que emerge del estudio de las gramáticas individuales.Esta teoría es sumamente compleja y abarcadora por lo que sólo presentamos una pequeña introducción para despertar el interés del estudiante y su deseo de buscar más información.Árbol genealógico de las lenguas del mundoAunque todavía los estudios lingüísticos no han podido determinar si existió o no una lengua madre, sí se ha podido establecer un árbol genealógico de los principales idiomas que se hablan en el mundo.Como se podrá observar en la ilustración a continuación, el español sale del tronco del indoeuropeo y se ramifica en las lenguas romances (provenientes del latín) que son: el portugués, el gallego, el francés, el italiano, el rumano y el catalán[Revista Muy Interesante, marzo de 2000, pág. 5 - Ilustración: Sergio Arango]8. ORIGEN PREHISTÓRICO DE LOS INDOEUROPEOS:

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Una de las hipótesis más aceptadas hasta el momento es la que considera como los auténticos protoindoeuropeos a la cultura de los Kurganes[9] situada en las estepas póntico-caucásicas hasta el río Volga. Su origen, a falta de más datos arqueológicos parece proceder de un grupo mesolítico desarrollado en un área geográfica limitada entre el Don y los Urales meridionales. Se supone que esta cultura empezó a extenderse ya desdse el quinto milenio: en la primera mitad del cuarto milenio se produce una expansión hacia las zonas balcánico-danubianas, y después en dirección al norte de Europa. En la segunda mitad del cuarto milenio tiene lugar su expansión hacia Transcaucasia, Irán y Anatolia. A mediados del tercer milenio se producen diversas oleadas hacia el Egeo y el Adriático, hacia Palestina y Siria, y posiblemente hacia Egipto. Si esta teoría se confirma como la correcta quedaría claro que en el tercer milenio no puede hablarse ya de un pueblo unit ÁRBOL GENEALÓGICO de los idiomas indoeuropeos. En la base, un protolenguaje hasta cuyos vestigios puede remontarse la lingüística; debióde florecer hace más de 6.000 años. El protolenguaje se fue fragmentando en dialectos, que evolucionaron hasta formar distintas lenguas; éstas a su vez originaron nuevas generaciones de lenguas hijas. El tocario, una lengua muerta de Asia, guarda remoto parentesco con el celta, una antigua lengua europea. Similitudes entre las familias balto-eslavas e indo-iranias indican que se influyeron mutuamente antes de que sus habitantes partieran unos hacia el norte y otros hacia el sur. Las lenguas muertas muertas aparecen en letra bastardilla; las que no han dejado restos literarios, entre corchetes. [FUENTE: T. V. GAMKRELIDZE- V.V. IVANOV: "La protohistoria de las lenguas indoeuropeas", artículo incluído en VVAA: El lenguaje humano, monográfico nº 5 de la serie Temas, de Investigación y Ciencia]BIBLIOGRAFIADICTYOGRAPHIA:JORGE DE LA PAZ: document dins la pàg. de La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, de Mèxic: UNA NUEVA HIPOTESIS SOBRE EL ORIGEN DE LOS PUEBLOS Y LAS LENGUAS INDOEUROPEario, hablante de una lengua también unitaria.3. LENGUAS Y PUEBLOS INDOEUROPEOS:La Europa actual, la de los países que se han fundido en una Comunidad europea, constituye una especie de inmenso museo lingüístico. En ella se oyen, a poco que se preste atención, cientos de hablas. En primer lugar, lenguas de migrantes, que pueden tener, en la Europa de los Veinticinco, un número ínfimo de hablantes (como el bengalí o el bahasa indonesio), o que, por el contrario, pueden representar a un grupo importante (el turco en Alemania, el árabe en Francia, etc.); y, al mismo tiempo, pueden tener, en el mundo, un número relativamente poco elevado de hablantes (el wolof, el criollo), o representar a un grupo muy importante de ellos (el chino, el hindi). En la Comunidad, se oyen también lenguas regionales, que pueden tener un estatuto oficial (el catalán o el vasco en España), o estar poco o nada reconocidas por el Estado (el bretón o el corso en Francia). Se oyen también, claro está, lenguas oficiales, las lenguas de gestión del Estado. Estas lenguas tienen en común una historia, un origen: proceden todas de una lengua reconstruida, de la que no tenemos ninguna huella escrita, pero que los sabios han podido reconstituir en laboratorio: el indoeuropeo.Y vemos que, evidentemente, todas estas parejas de palabras tienen el mismo origen. Si consideramos ahora dos palabras españolas sin relación semántica entre sí, como ocho y noche, comprobamos que los términos correspondientes en francés (huit y nuit), en italiano (otto y notte) y en portugués (oito y noite) muestran paralelismos constantes en las consonantes y las vocales, lo que es normal, ya que todos estos términos vienen de dos palabras latinas, octo y noctem (acusativo de nox), que presentan la misma semejanza. Pero si tomamos estas mismas palabras en las lenguas germánicas, hallamos el mismo tipo de paralelismo: eight y night en inglés, acht y Nacht en alemán y en neerlandés, otte y nat en danés, paralelismo que vemos también en griego con nyktós y októ, y que no existe en absoluto si consideramos la correspondencia de estos términos en lenguas no indoeuropeas.Por consiguiente, los especialistas llegaron a plantear el postulado de que ocho, eight, huit, acht, por una parte, y noche, night, nuit, Nacht, por otra, tenían origen en dos palabras de una misma lengua desaparecida, el «indoeuropeo», dos palabras cuyas similitudes fonéticas reproducen, y que podrían ser *nokt y *okt[5] . Y podemos presentar esquemáticamente la historia de esta pareja, *nokt y *okt, en el cuadro siguiente:Remontándonos en el tiempo, descubrimos la manera de pensar y de vivir de nuestros antepasados, leemos historias a veces paralelas y a veces divergentes, la historia de nuestras lenguas y de quienes las hablan. Porque la etimología es como la geología; las palabras son como fósiles: nos dejan ver huellas del pasado, huellas estáticas, naturalmente, que sin embargo hablan, dan fe. Del mismo modo que la zoología estudia los fósiles para reconstruir la genealogía de diferentes grupos, o la geología fecha yacimientos gracias a la presencia de fósiles característicos, la lingüística histórica nos restituye la historia de nuestras lenguas y, a través de ella, nuestra historiaLa etimología es, por lo tanto, una ciencia. Pero también es una invitación a la poesía; hace soñar o sonreír, divierte e instruye: nos lleva de viaje por el tiempo y las lenguas. Estudiar el origen de nuestras lenguas (y en eso, el conocimiento del latín es muy importante), equivale a pasearse por un bosque de palabras.. Y este paseo, esta mirada sobre la historia, al tiempo que nos muestra nuestro pasado común, ayudará a comprender a los demás, a quienes, más allá de fronteras, siempre artificiales, hablan lenguas diferentes y, sin embargo, cercanas.

Bibliografía

Bernard Comrie, ed. (1987). The Major Languages of South Asia, the Middle East and Africa. Londres: Routledge. ISBN 0-415-05772-8. Clackson, James. (2007). Indo-European linguistics: An Introduction. Londres: Cambridge University Press. ISBN 978-0-521-65367-1. Rodríguez Adrados, Francisco. (1975). Lingüística indoeuropea. Madrid: Gredos.Lenguas indoeuropeasLenguas indoeuropeasDistribución geográfica: GlobalPaíses: Hablantes: ~45% población mundial1Filiación genética: —Subdivisiones: AnatolioGreco-BalcánicoItalo-Celta-GermánicoBalto-EslavoIndo-iranioTocarioISO 639-1 —ISO 639-2 ineISO 639-3 —IE countries.svg-Verde oscuro: Lengua(s) IE(s) habladas mayoritariamente.-Verde claro: Alguna lengua IE es oficial.-Azul claro: Lengua (s) IE(s) habladas por una minoría importante pero sin reconocimiento oficial.Véase también:Idioma - Familias - Clasificación de lenguas

Con el nombre de lenguas indoeuropeas se conoce a la mayor familia de lenguas del mundo en número de hablantes. La familia indoeuropea, a la que pertenecen la mayoría de las lenguas de Europa y Asia meridional, incluye más de 150 idiomas hablados por alrededor de 3.200 millones de personas (aproximadamente un 45% de la población mundial).1 De estas, unos 1.200 millones corresponden a hablantes de las lenguas indoiranias y unos 950 a hablantes de las lenguas románicas.