Linotipo Abril 2007

Año 2. Número 2 Talleres Gráficos Universitarios Mérida, Abril, Mayo, Junio 2007

Somos hacedores de las antorchas que encienden la luz del conocimiento

El buen periodista se define como un profesional éticamente

responsable, debe servir a sus lectores, ser sensible con sus necesidades, reflejar sus tendencias de vida, ayudarlos a tomar decisiones para mejorar su existencia, entregarles antecedentes, consecuentes y contextos para que los lectores entiendan mejor la parte de la realidad que les está contando, ser útil a los ciudadanos, prestarles sus servicios. Estas palabras reflejan el ejercicio del periodismo de Hildebrando Méndez Arellano, un periodista a carta cabal, noble, sencillo, honesto y siempre dispuesto a prestar sus servicios sin esperar nada a cambio. Extrañaremos su saludar peculiar: “Cómo están las actividades, licenciado”, solía decir diariamente cuando llegaba a las Oficinas de Prensa. Su presencia, su amabilidad y su cariñosa sonrisa, alegraba el día a todo el personal. Así era Hildebrando y así lo recordaremos siempre. / NCT

Se marchó un amigo periodista

Entre libros y periodismoTalleres Gráficos Universitarios y

su producción editorial, se hizo presente en la X Feria Internacional del Libro Universitario (FILU). Linotipos habla de los libros universitarios y de los textos dedicados al ejercicio del periodismo en sus diferentes géneros.

El libro va de la mano del periodista construyendo conocimiento y registrando la historia y, en el arte de editar, los Talleres Gráficos Universitarios están marcando pauta.

Al cierre del encuentro internacional del libro universitario, los Talleres Gráficos

bautizaron los libros Pasiones Secretas de Simón Bolívar de Luis Enrique Izaguirre Ramírez, Dote Matrimonial y redes de poder en el antiguo régimen en España e Hispanoamérica, de Nora Siegrist y Edda O. Samudio, La Paradura del Niño de Darío Novoa Montero y Proyecto CERA, Centro de Estudios Rurales Andinos “Dr. Ramón Vicente Casanova” de Carlix Mejías, Arnaldo Gómez Abreu, José Rojas López y Leonardo Casanova; Derecho Ambiental Comparado de Carlix Mejías y Dimensión Ambiental de la Constitución de Carlix Mejías. Págs. 5, 6, 7 y 8.

Ser periodista... Pág. 3“Ayer” nunca es noticia... Pág. 9

Competencias comunicativas del periodista... Pág. 10Las muletillas... Pág. 11

Sencillo es mejor... Pág. 12

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Talleres Gráficos UniversiTarios Abril, Mayo, Junio 2007

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

Léster Rodríguez H.Rector

Humberto Ruiz C.Vicerrector Académico

Mario Bonucci R.Vicerrector Administrativo

Nancy R. de PradoSecretaria

Este número especial de LINOTIPOS está dedicado, por un lado a destacar la participación de los Talleres Gráficos Universitarios en la X Feria Internacional

del Libro Universitario y por otro, la celebración del 27 de junio, tradicionalmente Día del Periodista, pariente cercano de los impresores.

Con su exitosa participación en la FILU, los Talleres Gráficos Universitarios demostraron el gran repunte alcanzado por esta Dependencia Universitaria del Rectorado en los treinta y dos meses de la actual gestión. Alrededor de ochenta mil libros distribuidos en ciento veinte títulos diferentes, además de la enorme producción de impresos de otro tipo, revistas, periódicos, papelería, plegables, afiches, volantes y folletos demuestran fehacientemente el gran potencial editorial de ésta, tan sin embargo menospreciada Dependencia. Lamentablemente el trastocamiento de los principios y valores en la actual sociedad venezolana está ingresando paulatinamente al seno de la institución. Los resultados altamente positivos de una gestión, pareciera que no hacen mella en las instancias relacionadas con la dotación de recursos humanos y la adquisición de bienes de capital; es decir, trabajadores capacitados para sustituir a los jubilados; maquinaria y equipos para reponer los que están al término de su vida útil. Por el contrario, pareciera que estos resultados son un mal ejemplo y son muestra viva de la incapacidad y del mal funcionamiento de otros entes universitarios, dando pie para el desconocimiento de la autoridad legítima y con ello el estímulo y hasta la complacencia para el irrespeto, la agresión verbal y física, y la descalificación mediante la propagación de falsos y calumniosos rumores. Lástima que los hechos acontecidos últimamente en el área del personal administrativo, técnico y de servicio, haya dado pie para el comentario de que en la ULA se castiga el éxito y se premia el fracaso. Diríamos que se trata muy duramente a quienes verdaderamente trabajan por la institución y con guante de seda a los que hacen de la vida universitaria un jolgorio permanente y lo que es más grave, las instancias reguladoras se hacen de la vista gorda y en algunas oportunidades hasta se ponen de parte de los segundos, en desmedro de los primeros. Es un daño terrible el que le hacen estos entes a la Autonomía Universitaria, cuando en lugar de cumplir con su deber, en forma sesgada prejuzgan y se parcializan a favor de los violentos, de los reposeros, de los victimarios, de los ineptos y de los intrigantes. Hemos sufrido y estamos sufriendo el acoso y hostigamiento de esta caterva de seres intolerantes e irracionales, ante la mirada indiferente de las instancias a las que concierne la actuación correspondiente apegada al derecho y la justicia.

Hablar de periodismo de altura es hablar de libertad de expresión, derecho universal como el aire consagrado al nacer un ser humano. Los libros, los periódicos y cualquier arenga o proclama escrita, son el arquetipo de la libertad de expresión e información. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, le dijo una vez a su fiel escudero: La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos: con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida (CERVANTES). Cuando se coarta o se elimina la libertad de expresión es como si se quemara un libro y allí donde se queman libros, se termina quemando hombres. (HEINRICH HEINE) La libertad de expresión es inherente a la práctica del periodismo objetivo. Un periodismo sin ella es un cascarón hueco, es como un aire sin oxígeno. El sistema democrático está indisolublemente ligado a ella. Es imposible la existencia de una verdadera democracia sin la presencia activa de la libertad de expresión. La unión de periodistas y jóvenes estudiantes para defenderla y reclamar su vigencia, está bendita por Dios porque las ideas democráticas difundidas cuando hay libertad de expresión son universales como las leyes de Dios y como el aire que respiramos, ellas nos pertenecen a todos y jamás podrán ser doblegadas, vencidas o humilladas por la espada del tirano. Trincheras de ideas son más fuertes que trincheras de piedras. Honor y gloria a los periodistas que en nuestro país, aliados a los jóvenes estudiantes universitarios y en todo el mundo, están luchando por la Libertad de Expresión. Desde las páginas de LINOTIPOS los saludamos con la admiración y respeto que nos infunde nuestro pensamiento democrático, herencia sagrada del Padre de la Patria, Simón Bolívar.

EDITORIAL

Rolando Corredor T.Dirección Editorial

María A. SocorroPeriodista CNP: 6797

José Luis RamírezDeyanira Uzcátegui

Nélida MorenoProducción Editorial

Carlos AvellanedaCoordinador de la Oficina de Recepción de Originales

Inés MuñozCoord. Arte y Diseño

Nélida Moreno de C.Coord. Corrección

Jesús Nieto L.Coord. Encuadernación

José G. AvendañoCoord. Fotolito

Néstor Angulo N.Coord. Prensa

José Inocente DuránCoord. Entrega

y Control de Calidad

Depósito Legal:PP200501ME861

Impresión Talleres Gráficos

Universitarios/ULAAv. Andrés Bello Antiguo CALATelf.: (0274) 2715998-2716570

Telefax: [email protected]

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Abril, Mayo, Junio 2007 Talleres Gráficos UniversiTarios

Nunca supe cómo salí de aquel trance, cómo pude cumplir semejante

encomienda, cómo me pillaron despre-venido… ¿Cómo?

Debí correr, lo admito, cuando divisé en la distancia el dedo posándose en mi hombro y a renglón seguido, aquellos pasos. Debí correr, pero me quedé, anonadado, hundido más bien en el incómodo banco… Si yo estaba allí, ¿qué otro podía despedir el duelo?... No tendré que insistir en la sorpresa descomunal, en el mazazo. Y cuando aquel señor, entre severo y suplicante vio en mi rostro la mueca, la duda más rotunda, el no en la punta de la lengua, me espetó un demoledor… pero… ¡Usted es periodista!, ¿no?...

A la parálisis sobrevino la acción. Tomé papel y lápiz, realicé unas entrevistas inoportunas y sumarias, garabateé la despedida de duelo por encargo…. y hasta escuché decir a la salida, que la mismísima difunta me había pedido decir las últimas palabras ante sus restos. Y es que eso es ser periodista, como una marca de nacimiento que te sigue adondequiera que vayas, como tu propia sombra… Ser periodista sustituirá tu nombre para siempre.

Nadie tendrá problema alguno para dirigirse a ti, le basta un “Oiga, periodista”… y te garantizo, cuando voltees el rostro, te habrás convertido en consejero, confesor, bibliotecario, maestro, siquiatra, historiador –en el mejor de los casos, porque al fin y al cabo sigues en el área de humanidades– pero no te arredres, como no, te harán entrar en la vida resolutiva, y harás las veces de arquitecto, electricista, plomero, diputado y hasta gurú…

¡Detente! Tendrás que dar aliento a quien confió en ti aun sin conocerte, porque para algo eres periodista. A veces, resultas la última esperanza, la persona se ha quedado sin más a quien acudir… Y querrás ser Dios, pero eres apenas un periodista.

El Gabo afirma que escribir es el oficio más solitario del mundo; pero las ideas tienen su ocasión, muévete un solo milímetro y verás. Verdad que nadie te dictará los verbos ni los párrafos; pero la redacción es un taller a punto de estallar, sin torres ni marfiles.

El per iod i s ta s i empre es ta rá acompañado, sobre todo evaluado. Lo

Ser periodista...Reinaldo Cedeño Pineda

hace tu jefe cuando te encomienda una entrevista. Lo hará el entrevistado ante tus preguntas, lo hará el corrector o el asesor cuando la termines y por último –definitivo– lo hará el público cuando te lea o te escuche… Siempre, como buen periodista, al filo de la navaja…

Para algunos, andas sin rumbo, a medio camino de la literatura, bajo sospecha, con no sé qué osadía pecaminosa, y no te darán la oportunidad de demostrar lo contrario ni hará falta, porque esos lo saben todo y se solazan con su sapiencia… Usted enorgullézcase de su humildad, de ser un eterno aprendiz de la vida. Y siga.

Unos le perdonarán las carencias, porque el pobre… es sólo un periodista; pero nunca se las perdone usted. Otros querrán desollarlo vivo, porque piensan que el periodista es un mataburros andante, ¿cómo es posible que ignore semejante cosa… si es un periodista?

Si alguna vez debes tomar la pluma como un fusil y las palabras se te vuelven balas, no esperes a vuelta de correo una postal de felicitación. Tendrás que asumir las réplicas y las contrarréplicas, las de afuera y las de adentro… Y sabrás que las verdades tienen dos perros de presa, misteriosos y constantes: la forma y el momento…

Para los tocados, nunca llegas a la forma exacta de expresión. Y la búsqueda del momento adecuado se torna la de ciertas islas, la imaginaria de Tomas Moore: Utopía, o la ínsula reflejada de San Borondón: un espejismo. A veces la cosa se pone candente; pero no eres fabricante de abanicos ni uno de esos muñecos diseñados para inclinar la cabeza y volverla a inclinar. Y te verás solo frente a los molinos, molido por sus aspas… pero el silencio no está en el diccionario de un periodista. Y tú lo eres, ¿no?...

Si por el camino has errado, bendecirás si estás a tiempo de enmendar algunas líneas…pero si a pesar de todo te equivocas, querrás cavar la tumba con tus manos, ser El Torquemada de todos los periódicos, ¡que por Dios, hayan escuchado otra emisora!, ¡que no

hayan encendido el televisor en el justo minuto!… pero nadie te salvará ni eres salvable, será tarde, no habrá remedio: ya habrás publicado tus errores… recuerda, por algo eres periodista. Y errar es de humanos, no de periodistas.

Todos se fijarán si vas o si te ausentas. Si llegas tarde, cierta mirada fulminante puede erizarte los cabellos. Nadie se preguntará por qué; sólo saben que tienes que estar allí… si no, ¿para qué eres periodista?

Si a la salida de un concierto o de un estadio, de lo épico o lo íntimo, después de la conferencia y el brindis, te toca sentarte frente a un micrófono o el teclado, te hallas en la mismísima antesala del infierno o la consagración… No escaparás. A los pocos minutos, al otro día, unos querrán conocerte, darte la mano, aplaudirte… y otros querrán crucificarte. No te asustes, no vayas a posarte en una nube, si te alaban. No te calces los guantes de boxeo, si discrepan. Nunca olvides que ellos no pueden multiplicar sus opiniones, que ellos son simples mortales… Y tú, tú eres periodista….

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Talleres Gráficos UniversiTarios abril, Mayo, JUnio 2007

Las bondades que nos da la vida me situaron por causalidad –y no

casualidad– al lado del trabajo de Hildebrando Méndez Arellano. En él fácilmente podían advertirse las trazas del periodista que uno se imagina como ideal. Honesto, atento, sencillo, responsable y formal con su tarea. Inquebrantable en su labor callada y, casi imperceptible, entraba y salía de un despacho oficial para regodearse con su eterna grabadora frente a la escucha paciente del dirigente vecinal que le confiaba sus angustias. Sólo entonces se mostraba reposado del agite del diarismo. Al despedirse con un recatado saludo o una palmadita en el hombro, prometía estar pendiente del planteamiento. Siempre fue un hombre humilde que jamás obsequió distancias a nadie. Nacido en Bailadores, Hildebrando hizo suyo el tipo de hombre bregador y franco. A pulso se construyó espacio como relator de noticias, y con este referente incondicional trazó su propia ruta en el vecindario de La Hoyada de Milla, cuando el teniente Guillermo Lobo lo llamó a su planta de corresponsalía como primer reportero de la ciudad. La libreta como aliada y una virtuosa memoria, le permitieron andar y desandar calles y pueblos de Mérida apuntando datos, hilvanando reseñas y despertando conciencias. La suya fue labor paciente, de hondo calado, sin las trilladas disonancias que hoy alteran el espíritu del comunicador. Hildebrando se hizo periodista para servir con probada vocación. Admiré siempre la moderación de su trato y la franqueza en el saludo generoso. La discreción en el trabajo fue característica de quien nunca conoció la malicia ni la vileza. Quizá algunos la hayan confundido con ingenuidad. Hildebrando supo siempre ocupar un lugar más que llenar un vacío. El periodismo fue pasión y vida en este merideño que una y otra vez saltó de su convalecencia para asumir la tarea encomendada. No se imaginaba en otra cosa que no fuera oír el palpitar crepitante de la lucha social y hacerse comunero de sus angustias. Ese retumbo de calle, esa voz rasa en la denuncia y ese compromiso en la entrega al apostolado de servicio público, lo encontraron con la verticalidad de la palabra hecha razón. Se nos quedó a medias el compromiso de “echar los cuentos” sobre los pininos de la radio merideña. Una primera entrevista, casi informal, permitió colectar datos dispersos que él ataviaba con la experiencia de los años. En época lejana ya, quedaba la curiosa paga de “los reportes a fuerte” con que se suplía el exiguo salario del periodismo provinciano de los 60 y 70 o las incautas ocurrencias del reporterismo que se las ingeniaba para mantener colmadas las columnas o suficientes los radioperiódicos. Luchas del periodismo local encontraron a

Mano franca y corazón noble, las señas de Hildebrando

Ramón SoSa PéRezHildebrando en diversas responsabilidades. Compañeros de fragua como el fraterno Miguel Ángel Liendo, llegado de La Victoria, Julián Mata Pino, Asdrúbal Romero, Mario Márquez, Alfredo Aguilar, Giovanny Cegarra, Mauro Dávila, Rolando Dugarte, Melquíades Rojas, Eccio Rojo, el quiteño Leonardo Páez Maldonado, Brinolfo Fonseca, Albino Sánchez, Ramón Díaz Suárez y Horacio Contreras, entre tantos, resistieron juntos una época espinosa, con sinsabores y desvelos pero con la impronta del deber cumplido. La Mérida provinciana, en su hechura de ruralía, jamás claudicó en la efervescencia de su verbo. La Universidad con sus estudiantes en rebeldía enfrentó los propósitos del Estado por confiscarle su esencia formativa. Hildebrando Méndez cruzaba, en afán reporteril, la línea de fuego para llevar la información a su audiencia que esperaba la sensatez del periodista comprometido con su causa. Los ánimos caldeados del estudiantado o la urgencia del aparato disuasivo del gobierno por eliminar focos de motín, requerían de sindéresis en el periodista y no de exaltados que empinaran su querella contra factores ajenos al conflicto. Esa época la vivió Hildebrando y de ella salió fortalecido su temple, hecho para el compromiso y el deber. En los albores de la convulsa década de los 70, Hildebrando en rigurosa cita con la verdad, atendió el llamamiento de varios milicianos activos que denunciaban los atropellos del jefe militar, acantonado en Mérida. Pidieron anonimato y el atrevido reportero reveló los

abusos, sin tapujos. No tardó el oficial, de máxima jerarquía castrense, emprenderla a empellones como guapetón de barrio, contra el periodista. Hildebrando Méndez fue a la cárcel, por una orden socarrona, y allí purgó ilegítimo reparo. En la vieja Penitenciaría de La Concordia, en San Cristóbal, sufrió los rigores del oprobio y la ruindad que se ensañaron para marcarlo de por vida. Noble como era, dispensó olvido a lo pasado y acicateó su apostolado de servidor público, sin rencores. En el diarismo no hubo fuente ajena a su capacidad. En todas cumplía con el mandato, aun cuando la queja comunitaria ante la ausencia de servicios o la exigente tarea de la organización vecinal, lo llamaban con pasión a su trabajo. En el noticiero radial en el que ahora laboraba como periodista, se distinguía por su empatía personal con vecinos que invocaban su presencia para dar a conocer sus penurias. Desde hace unos días, el camposanto de Bailadores que le vio nacer, ampara sus restos mortales. Con la Villa fue consecuente siempre y cualquier noticia que lo vinculara a ella, encontraba su voz y la pluma dispuesta a promover lo positivo. Hoy los periodistas de Mérida saben que un jirón del corazón de Hildebrando se ha marchado, y que otro tanto se queda para recordarnos que sólo la probidad de nuestro empeño nos hará merecedores del afecto sempiterno del colega que ha partido. [email protected]

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Talleres Gráficos UniversiTariosabril, Mayo, JUnio 2007

Pasiones Secretas de Simón BolívarPalabras del historiador Nelson Matheus en la presentación

de la obra realizada por Luis Enrique Izaguirre RamírezHasta ahora las expresiones de los pocos lectores de Pasiones

Secretas de Simón Bolívar, novela sutil del acucioso e inquieto intelectual merideño Luis Enrique Izaguirre Ramírez, son taxativas, uniformes y de buen augurio, ¡qué libro tan agradable!

Acabado de salir de los Talleres Gráficos de la Universidad de Los Andes, merced a la comprensión de sus autoridades, aún tibio por la fricción de las rotativas, salta a la calle, a la crítica despiadada y a la sensibilidad de sus lectores como lluvia y brindis de imágenes poseedoras de la hermosa magia de ser vistas, escuchadas, sentidas, a medida que lo vamos leyendo.

Ha escogido Luis Enrique un personaje controversial y público, paradójicamente aún desconocido en muchas facetas. Ha seleccionado un tema escabroso, por lo íntimo, tema casi censurado por historiadores y biógrafos.

Si ha sido difícil a historiadores y novelistas consagrados pintar una imagen desapasionada del Bolívar público, imaginamos por un instante las dificultades para retratarlo en la intimidad y el silencio de sus alcobas, sin magnificar su hombría ni atribuirle patologías, como lo han hecho muchos escritores admiradores y detractores. Claude Levy Straus decía que comprender una cultura es tan difícil como sentir el dolor de alguien que ha perdido a un ser querido.

El mérito de Luis Enrique en sus Pasiones Secretas de Simón Bolívar... es parecido a la audacia del antropólogo, aunque su valor va más allá, plegar el velo del conservatismo que ha pretendido legarnos a un Bolívar una veces castrado y otras infértil, carente de humanismo y amor por sus semejantes, incapaz de inmutarse por lo que los religiosos llaman las tentaciones de la carne. En esto, ciertos historiadores comparten la responsabilidad con quienes desde hace cinco siglos disolvieron el plomo líquido de los prejuicios en la fisología de nuestra cultura. Sólo la literatura se atreve a audacias semejantes a las de Luis Enrique. Sólo la literatura, aunque no responsa, pregunta de forma desenfadada tanto o más que la fisolofía.

Muchos de los pasajes y escenas de Pasiones secretas... cautivan y conmueven hondamente. La novela posee ocultas, discretas y hasta declaradas irreverencias

que indican que Luis Enrique se puso los zapatos del hombre, no del héroe, y llegó a sentir algunas piedritas en ellos. Los escozores que no abandonaron a Bolívar por el fusilamiento de Piar es una de ellas. “¡Ay general Piar! Y si todo lo que pasó fue preparado” y “me lo hicieron ver”, confiesa Luis Enrique que confesaba Bolívar a José Palacios en la Villa Magdalena de Lima, absorto en las orquídeas y narcisos que se movían como péndulos de reloj.

Numerosas escenas como esta van más allá de la descripción y rozan el campo de la meditación, y es el estilo llano y paradójicamente profundo de la novela que hoy bautizamos. El manejo del tiempo no es caprichoso ni de difíciles construcciones, está hecho de las evocaciones naturales de todo ser humano que anda y desanda, va y viene por los senderos y laberintos de su memoria.

No faltarán en el futuro quienes se atrevan a calificar y limitar las inquietudes y meditaciones del autor en una u otra ideología, escuela de pensamiento o corriente literaria, aunque será la crítica literaria la encargada de esa labor, pero en momentos de pasiones efervescentes como los que vivimos tampoco escapará a la crítica política banderiza. Estamos en presencia de una novela histórica, pero el lector que tenga motivo para hacer abstracción de las escenas amorosas y sutilmente eróticas hallará fusionada a ella una historia novelada, coherente y

reflexiva, sobre las preocupaciones sociales del Libertador y del nacimiento, evolución y ocaso de la quimera bolivariana de liberación continental. Somos optimistas de que las nuevas generaciones, tan frescas como el libro, no tardarán en comprender que esas pasiones de Bolívar, secretas ahora, fueron en su época públicas y notorias, comidilla de beatas tras celosías y de lanudos empolvados, aun con pelucas.

Del libro descuella el discreto y sutil enaltecimiento que Luis Enrique logra de la condición humana de Bolívar, su trato hacia la mujer, amor a sus amantes y hacia todas las mujeres, incluidas las esclavas en cuya compañía nació y prefería degustar el café mañanero. En la novela resalta el caballero galante y cortés, el hombre varonil y valiente, el seducido más que seductor.

El amor pasional no es la única materia prima de esta novela, es también el amor a la naturaleza, a los caballos, los libros, los museos, las amistades, a los niños y desvalidos, incluso amor, tolerancia y perdón a sus enemigos.

Luis Enrique, ex profeso, nos muestra de Bolívar su humanidad y el amor a ella lo humanizó integralmente. La frescura de su humanismo convierte a Pasiones secretas... en historia juvenil, plena de menudas e intensas vivencias cotidianas, por sobre los avatares de la política, la diplomacia, los campesinos y la guerra.

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En un sencillo y emotivo acto realizado en el marco de

la X Feria Internacional del Libro Universitario, Talleres Gráficos Universitarios bautizó las obras Pasiones Secretas de Simón Bolívar de Luis Enrique Izaguirre Ramírez, Dote Matrimonial y redes de poder en el antiguo régimen en España e Hispanoamérica, de Nora Siegrist y Edda O. Samudio, La Paradura del Niño de Darío Novoa Montero y Proyecto CERA, Centro de Estudios Rurales Andinos “Dr. Ramón Vicente Casanova” de Carlix Mejías, Arnaldo Gómez Abreu, José Rojas López y Leonardo Casanova; Derecho Ambiental Comparado de Carlix Mejías y Dimensión Ambiental de la Constitución de Carlix Mejías, que forman parte de la serie de cuadernos editados por la Maestría en Desarrollo Agrario de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, y el Consejo de Estudios de Postgrado de la Universidad de Los Andes.

En las palabras de apertura al acto de bautizo, el profesor José Rolando Corredor, director de los Talleres Gráficos Universitarios, expresó que el bautizo de un libro es un reconocimiento a sus autores y editores y destacó que la hechura de un libro es un proceso que se inicia cuando la idea nace en la mente del escritor y, posteriormente, todo el proceso se asemeja a un parto. Este proceso es atendido por un equipo integrado que presta especial cuidado para que el alumbramiento del libro se cumpla óptimamente y está integrado por correctores, diagramadores, fotolitógrafos, encuadernadores, diseñadores, quienes trabajan como

En el marco de la FILU

Talleres Gráficos Universitarios presentó nueva producción editorial

un solo equipo para obtener un parto completamente feliz.

“Las obras bautizadas han sido hechas con ese amor y dedicación que siempre pone el personal de los Talleres Gráficos Universitarios en la realización de cualquier trabajo de edición, especialmente si se trata de libros, pues produciéndolos cumplimos principalmente con la sagrada misión que tienen los Talleres Gráficos Universitarios”, destacó José Rolando Corredor.

PARADURA DEL NIÑO

Darío Novoa Montero presentó el libro La Paradura del Niño en su cuarta edición. La primera obra fue editada hace 50 años por los Talleres Gráficos Universitarios, cuando funcionaban en la calle 30, entre las avenidas Tulio Febres Cordero y Bolívar. En su cuarta edición, el libro recoge todo el candor de los merideños cuando con fervor religioso año tras año celebran la tradicional paradura del niño. Recordó

el autor que la idea de crear una obra de esta naturaleza surgió cuando estudiaba bachillerato en el Liceo Libertador, porque sintió la necesidad de escribir un testimonio sobre el rito religioso de las comunidades andinas para celebrar la paradura del niño.

La obra, editada por los Talleres Gráficos Universitarios, contiene La Salve de la Divina Pastora, Romances y Décimas Tradicionales a lo Divino y a lo Humano en las lomas de Mérida, además de un DVD editado por Donald Mayerston, que recoge las imágenes de la paradura del niño.

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BUENA DOTE ASEGURABA EL MATRIMONIO

En la época del antiguo régimen, las familias buscaron mantener el estatus de sus descendientes del sexo femenino, a través de los enlaces matrimoniales entre personas de una misma clase social, fomentados por la Corona Española. Una buena dote aseguraba un buen matrimonio. Los aportes de esta obra excelente y minuciosa contribuyen a destacar la importancia de la dote en las redes de poder de la América Hispana, indicó Edda Samudio, co-autora y presentadora de la Dote Matrimonial y Redes de Poder en el Antiguo Régimen en España e Hispanoamérica.

CUADERNOS DEL CIARA

La serie de cuadernos del Centro de Estudios Rurales y Andinos “Dr. Ramón Vicente Casanova”, representa el establecimiento de un conjunto de publicaciones periódicas apuntaladas por el tesón de Carlix Mejías, director del Postgrado en Desarrollo Agrario, quien ha puesto un gran empeño para que se publiquen no sólo los Cuadernos del CERA sino también los materiales que representan la producción del postgrado.

Hace algunos meses el CERA puso en circulación dos tomos de un libro titulado La Cuestión Agraria en Venezuela, de la autoría de Oscar David Soto, que ha tenido gran receptividad pues representa la primera publicación que se hace en forma organizada y metódica de los distintos temas que el postgrado ha ofertado para su estudio.

El Cuaderno CERA Nº 1, titulado Proyecto CERA. Centro de Estudios Rurales y Andinos “Dr. Ramón Vicente Casanova”, recoge los criterios para la creación de un Centro de Investigación, antecedentes, justificación y objetivos del CERA, áreas temáticas y líneas de investigación, miembros fundadores y colaboradores del centro, entre otros puntos de igual importancia.

En el Cuaderno Nº 2, sobre Derecho Ambiental Comparado, enfoca, entre otros puntos el Derecho y Medio Ambiente, la Dimensión Ambiental del Estado Social de Derecho, Desarrollo Sustentable y Estado de Bienestar, la Constitucionalización del Medio Ambiente.

El Cuaderno Nº 3 está dedicado a la Dimensión Ambiental de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Enfoca temas como el de la Constitución Económica y Medio Ambiente, el Contenido Ambiental de la Constitución de 1999, la Legislación Ambiental Postconstitucional, entre otros.

PASIONES SECRETAS DE SIMÓN BOLÍVAR

Hasta ahora las expresiones de los pocos lectores de Pasiones

Secretas de Simón Bolívar, novela sutil del acucioso e inquieto intelectual merideño Luis Enrique Izaguirre Ramírez, son taxativas, uniformes y de buen augurio, ¡qué libro tan agradable! expresó el historiador Nelson Matheus, quien se trasladó desde Trujillo para presentar el libro.

La obra, recién salida de la imprenta de los Talleres Gráficos Universitarios, con olor a tinta fresca, salta a la palestra pública para sorprender a la crítica despiadada y a la sensibilidad de sus lectores como lluvia y brindis de imágenes poseedoras de la hermosa magia de ser vistas, escuchadas, sentidas, a medida que la lectura avanza.

El autor escogió un personaje controversial y público, señaló Nelson Matheus, paradójicamente aún desconocido en muchas de sus facetas. Ha seleccionado un tema escabroso, por lo íntimo, tema casi censurado por historiadores y biógrafos.

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Muy buenas y gratas tardes a todos. Alto honor el que han venido a dispensarme

hoy mi familia, mis amigos y compañeros de estudio, autoridades universitarias y público en general, con el fraternal propósito de acompañarme en el bautizo de la novela Pasiones Secretas de Simón Bolívar, cuyo parto dio a luz en los Talleres Gráficos de la Universidad de Los Andes, donde todavía vibra en su espacio, la empalagosa miel de papelón, de la cual, la mayoría de los que allí trabajan están impregnados, pues hace muchos años en ese lugar, funcionó un famoso central azucarero, orgullo de los merideños.

Es propicia la ocasión para expresar mi gratitud al director de los Talleres Gráficos Universitarios, José Rolando Corredor Trejo, y a su equipo de trabajo, quienes desde el primer momento le pusieron todo el coraje y empeño a la propuesta del libro.

Mi agradecimiento a los licenciados Norkis Díaz, Carlos Avellaneda y a su grupo de trabajo.

Igual agradecimiento a Moraima Sánchez, quien pasó varios días dibujando la figura del general Bolívar, envuelto en la bandera de la Gran Colombia y mirando en lontananza a los tres amores más significativos de su apasionada vida.

A Reinaldo Sánchez, diagramador del arte final del libro con gran afecto, por su maravilloso trabajo.

De igual manera agradezco al profesor Luis Ricardo Dávila toda la colaboración prestada, y las posteriores diligencias que realizó, después que le entregué la propuesta de la obra.

Al historiador Nelson Matheus, quien se trasladó desde Trujillo y aceptó mi invitación para presentar el libro, que según palabras de él, se lo leyó casi de un trago.

Por ú l t imo, deseo expresar mi reconocimiento, a aquellas personas que poco contacto tienen con los autores en los talleres editoriales, y que son a través de su esfuerzo personal, quienes terminan de elaborar el libro con toda la paciencia y mística que llevan en su corazón. A ese grupo de trabajadores gráficos de los Talleres Universitarios, mi sincera felicitación.

Para cerrar: a todo este auditorio culto y simpático, mil gracias por haber venido a acompañarme esta tarde. Estoy seguro, de que la mayoría de ustedes, quizás esta misma noche o mañana, empezarán a leer estas páginas de Bolívar, impregnadas de emoción, amor y pasión...

Palabras de Luis Enrique Izaguirre Ramírez en la presentación de

Pasiones Secretas de Simón Bolívar

Pasiones Secretas de Simón Bolívar, recibió el tradicional baño de pétalos de rosas.

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E l p e r i o d i s t a d e prensa plana se enoja cuando permanece mucho tiempo frente a la hoja en blanco,

y debe entregar en unas horas el comentario solicitado por la redacción, otro tanto sucede con el de la radio por la constante habitualidad e inmediatez del medio. Sin embargo, pocas veces se piensa en el consumidor de esas notas, el oyente, cuando al escucharlas él, “se queda en blanco”.

¿Por qué el oyente no llega a entender una información o género periodístico y cambia el dial o apaga el radio?

Al tratar de desentrañar las causas y responder la interrogante encontramos un número elevado de violaciones en la redacción y transmisión de los mensajes que debe cumplir la radio, un medio efímero, tan veloz como la propia luz.

Los géneros informativos deben ser ofrecidos con un lenguaje simple y diáfano, sin desviarse de la idea central del problema, y repetir en varios de los párrafos el asunto o núcleo de la información, procurando un diseño elegante, bien vestido de argumentos, frases cortas, claras, libres de un léxico rebuscado y manido. La simplicidad es sinónimo de efectividad en el radioperiodismo moderno.

Mientras en la televisión el espec-tador absorbe una historia audiovisual y puede editar los hechos con los oídos y la voz, en la radio todo se queda en el valor del sonido, por tanto la simplicidad del mensaje en su elaboración –paradójicamente– se hace más compleja.

“Ayer” nunca es noticia CaRloS Rafael diéguez BatiSta

Radio Vitral, Sancti Spíritus. Cuba

La coherencia también determina la sintonía. La idea debe ir en una sola oración. La concordancia, evita la discordancia.

La brevedad al expresar conceptos en la radio da sobriedad idiomática, con la utilización racional de los verbos llamados fáciles, ejemplos: hacer, tener, dar y otros. Un lenguaje rígido, monótono, falto de flexibilidad, incorrecta ubicación del adjetivo y otras inadecuaciones léxicas (uso incorrecto del gerundio y preposiciones) empobrecen los géneros periodísticos y originan el cambio del dial.

Admiro a los colegas de las redacciones de los periódicos y de las emisoras preocupados siempre por el titular. Son los títulos rutinarios, faltos de imaginación y creatividad uno de los principales problemas hoy, de NO prestar atención a las emisiones radiofónicas y que los oyentes apaguen el equipo receptor. Importante tener en cuenta un precepto en el momento de redactar informaciones y titulares: Para la radio, el “ayer” nunca es noticia.

Los más reconocidos profesionales del periodismo radial aconsejan a sus colegas que antes de emitir cualquier género deben conocer el tipo de programa y horario. Por ejemplo, en la mañana, cuando el oyente se prepara rápidamente para partir hacia el trabajo, se aconsejan textos más cortos, mientras que en la noche los contenidos pueden resultar más extensos. Adaptar la redacción de los mensajes a modelos de espacios y momentos del día debe formar parte de una estrategia de comunicación permanente de la dirección informativa de una emisora radial.

Al oyente hay que explicarle mejor las cosas que al televidente, reiterar y volver sobre los temas en la radio se hace indispensable. No se comprende el mensaje y nos cambian el dial cuando existe ambigüedad en las frases o dobles lecturas, como consecuencia de prestarse a más de una interpretación, en oportunidades, fruto de una incorrecta redacción por la confusión del sujeto y el objeto directo.

27 de juniodía naCional

del PeRiodiSta

Lo malo de los reportajes es que uno tiene que contestarle en el momento a un

periodista todo lo que no supo contestarse a sí mismo en toda la vida...

y encima pretenden que uno quede como

inteligente

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L a labor de todo Comunicador Social, en particular del periodista, sin duda alguna

consiste en trabajar con la palabra escrita y si nos detenemos a revisar cualquiera de sus actividades enmarcadas en los géneros periodísticos, inmediatamente advertimos la importancia que tiene el texto escrito en cualquiera de las formas de intervención de un comunicador social.

Considerando que como periodista cumplo el doble rol –escritor y lector– la escogencia de un modelo de lectura aplicado al ejercicio de la profesión, puede ser abordada desde diferentes marcos teóricos; no obstante, tanto el modelo de Kenneth Goodman como el modelo transaccional de Rosenblat, podrían ajustarse al proceso de la lectura en el comunicador social.

El enfoque psicolingüístico de Goodman hace mucho hincapié en el hecho de que el sentido del texto no está en las palabras u oraciones sino en el lector que se apropia del mismo. La lectura es entendida en términos de interacción y la comprensión del lenguaje escrito implica un proceso activo de construcción del sentido que consiste en la interacción entre el texto y el lector, tomando además coordenadas contextuales a partir de las cuales se desarrolla la situación de lectura. No existe en el lenguaje, de acuerdo con este autor, nada intrínseco al sistema de escritura o a sus símbolos que tenga significado, sino que el significado es aquello con lo cual el autor comienza cuando escribe y es lo que el lector debe reconstruir. Dubois resume los aspectos más importantes de esta concepción de la lectura al señalar que la lectura es un proceso global e indivisible y que el sentido del mensaje escrito no está en el texto sino en la mente del autor. Esta autora añade además que el autor construye el sentido a través de la interacción con el texto y la experiencia previa del lector juega un papel fundamental en la construcción del sentido del texto.

Por su parte Rosenblat (1985) adopta el término “transacción” en lugar de “interacción” al analizar la relación que existe entre el lector y el texto. Desde este punto de vista se puede afirmar que la interpretación del mensaje y la construcción del significado ocurre en la relación recíproca entre el lector y el texto. Llamo a esta relación una transacción a fin de enfatizar el circuito dinámico fluido, el proceso recíproco en el tiempo, la interfusión de lector y texto en una síntesis única que constituye el “significado”, ya se trate de un reportaje científico o de la reseña de un poema.

Desde esta perspectiva cada acto de lectura es un evento, una transacción que implica un lector particular y una particular configuración de marcas sobre una página, ocurriendo en un tiempo particular y en un contexto particular. En este sentido las características sobresalientes de esta conceptualización sobre la lectura se puede

concluir que el texto es un potencial que es actualizado durante el acto de lectura y la comprensión surge de la compenetración de lector y texto y es así algo único en este evento.

Rosenblat (1985) defiende la tesis de que el lector y el texto como términos genéricos no existen; existen sólo posibles lectores y posibles textos. Una persona se hace lector sólo cuando se establece la transacción con el texto. En este sentido, la autora descarta la polaridad lector-texto como participantes en el proceso de lectura. Por el contrario, define la lectura como un evento en el que ocurre una transacción, una fusión entre el lector y el texto en un momento y un contexto determinado para construir significado. Bajo esta óptica, varios lectores generan interpretaciones distintas de un texto similar. Igual sucede cuando varios periodistas cubren un hecho noticioso y cada uno de ellos narra su versión escrita desde su punto de vista, en la cual queda implícita su interpretación que bien podría ser diferente de las redacciones realizadas por los otros comunicadores sociales, que también difieren entre sí.

De allí que el significado no existe de antemano en el texto o en el lector, sino que surge en la transacción; por lo tanto, el lector y el texto son esenciales e igualmente importantes en la lectura, como lo señala Rosenblat.

Bajo este enfoque, la lectura procede a través de un proceso de atención selectiva, en el que en mi posición como lector selecciono algunas pistas pertinentes que me ofrece el texto, para producir el significado. Cabe destacar que la autora mencionada sostiene que el lector se puede ubicar en un continuo de dos posturas frente a la lectura: desde una postura predominantemente estética hasta una postura predominantemente eferente.

En la primera postura, la atención está enfocada principalmente en la construcción de significados públicos, en la obtención de información que será retenida luego de la lectura. La postura en la que predomina

lo estético da cuenta de la otra mitad del continuo. Con esta postura, el lector se dispone con presteza a centrar su atención en las vivencias mismas que surgen durante la lectura o transacción, en realizar la lectura como una experiencia estética.

Muchos lectores asumen una postura eferente frente a la lectura, puesto que eso es lo único que le ha ofrecido su entorno ambiental, esas son las únicas experiencias que ha tenido con textos. Sin embargo, cuando un lector que sólo ha experimentado la lectura como búsqueda de información, realiza una lectura estética, vive una experiencia significativa, se sumerge en los mundos que ofrece el texto, goza y padece lo que les ocurre a los personajes. De esta forma, comienza a modificar sus concepciones e incorpora esa nueva forma de concebir la lectura: considerar también la posibilidad de obtener placer en la lectura, aun cuando se está buscando información.

La verdadera comprensión de lo leído nos lleva a conclusiones, valoraciones críticas, a emitir juicios sobre la obra o el autor y nos permite establecer relaciones entre el contenido y el texto con otros, ya sean del mismo o de otros autores, con nuestras propias vivencias y experiencias y de esta forma hacemos de la lectura una experiencia sumamente formativa y emotiva.

Por ello ambas teorías –Goodman y Rosenblat– son las que más se adaptan a la posición de lector que como periodista asumo en muchas ocasiones, aunque es importante destacar que el hecho de ser periodista no garantiza que una persona pueda ser una aventajada lectora, por el contrario, es triste reconocer que muchos periodistas se olvidan de su estrecha relación con la palabra oral y escrita, al dedicar muy poco tiempo a la lectura. En consecuencia, hablar de lectura nos remite al concepto de leer para aprender. La esencia del proceso lector implica un pensamiento reflexivo, analítico, crítico, de parte de un lector autónomo e independiente, agente activo y responsable de su propio aprendizaje.

Competencias comunicativas del periodista

nelSon CoRRedoR tRejo

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Hubo una vez un mono periodista; para inventar noticias, un artista.

¿Lo picaba, digamos, una hormiga?

El escribía: “Solapada enemiga envenena a inocente ciudadano;

ocúltase en jardines suburbanos”. ¿El rojo sol brillaba sobre el río?

Ya se encargaba él de hacer un lío: “Sensacional incendio en el riachuelo. ¡Rojas llamas están llegando al cielo”.

Y la gente llamaba a los bomberos y los bomberos a los enfermeros;

corridas, sustos, gatos desmayados. Todo por ese mono exagerado.

hasta que al paso le salió un león... ¡Ése sí que iba a ser un notición!

“Fiera suelta. Terror. Esto es muy serio: ¡podría devorar un barrio y medio!”, pensó en voz alta el mono periodista

y el león dijo: -¿Es posible que exista ser que diga desatinos mayúsculos

sólo porque salí a estirar los músculos? ¡Respete al periodismo!– chilló el mono.

El león le contestó, lleno de encono: –¡Jamás me comería a un periodista!

(Se lo comió por sensacionalista.)

* Periodista argentina

Una muletilla es una palabra o frase innecesaria que se repite mucho

en la conversación, por costumbre o como apoyo al hablar: bueno, vale, son modelos de muletillas. Por ejemplo, hay profesores que siempre terminan cada párrafo o parrafada con la misma muletilla ¿me explico?, como si no estuvieran seguros de que han expuesto claramente el tema.

Un experimentado colega hace poco confesó: –“Soy uno de los tantos periodistas de este y de otros países, al que le ha costado mucho esfuerzo deshacerse de las muletillas y, aún después de algunos años en la profesión y de tantas exigencias de los jefes de redacción, de vez en cuando se me escapan algunas”.

Esas muletillas en el periodismo no sólo resultan innecesarias sino que además, empobrecen y afean nuestro vocabulario.

Entre las muletillas más utilizadas, están: “Sin embargo” (considerada un verdadero talón de Aquiles), hay que agregar, “por otra parte”, “al mismo tiempo”, “a propósito”, “como tal”, “asimismo”, “paralelamente”, “mientras tanto”, “a reserva de” y otras muchas que el abuso ha convertido en plaga perniciosa.

En la mayoría de los casos puede perfectamente eliminarse el vocablo, sin que pierda en nada la comprensión ni la conexión del texto, al contrario. Las “frases hechas” o gastadas, incluso algunas no aceptadas en nuestra lengua, son otro mal que empobrecen el vocabulario; entre los ejemplos están: “amplia exposición”, “logros alcanzados”, “conmemoración del aniversario”, “preparar las condiciones”, “a lo largo y ancho”, “lluvias caídas”, “evento”, “medidas tomadas”, “resultados alcanzados”, “en otro orden de ideas”,

El mono periodista

BeatRiz feRRo*

Las muletillas

“planes propuestos” y otras tantas expresiones ya comunes.

Celima Bernal en su sección El lenguaje del periódico Granma (miércoles, 5 de enero 2005), recomienda: “Si usted habla frente a un auditorio, si es maestro o locutor (periodista, agregamos nosotros), cuídese de las muletillas. ¡Son tan desagradables!”

Y compara : “ Igua l que l a s enfermedades, deben atenderse antes de que se hagan crónicas. Para las fracturas existen los diez minutos de oro, son los primeros, ese tiempo precioso en que han de ser atendidas, si queremos evitar males mayores; para las muletillas, también”.

Son expreSioneS inneceSariaS, palabraS abStractaS. no aportan mucho Significado. Son palabraS que Sirven para todo, Si Se abuSa de ellaS empobrece la lengua. Son comodines que Sirven para todo, pero que en el habla empobrecen la expreSión.

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Es muy fácil. Y sumamente difícil. Escribir con sencillez es una

ley imprescindible del periodismo. Y sencillez no quiere decir simpleza. Lo dijo alguien: escribir de una manera que el lector pueda decir: eso lo escribe cualquiera. Lo primero es cumplir las normas de la gramática, que no existen sólo para aprobar o desaprobar exámenes, sino sobre todo para ayudarnos en la comunicación. Sujeto, verbo y predicado; esa es la base de todo. En español, un verbo fuera de lugar puede enredar la lectura; un sujeto colocado en una posición extraña, la hace insoportable.

El lector espera mensajes, infor-mación, señales, lectura para disfrutar. No nos exige que demostremos nuestra cultura. Escribamos las palabras más conocidas, las que estén al alcance del común de los lectores. Es mejor: Juan entró a su casa que Juan entró a su hogar.

Cuidado con esas oraciones largas donde el sujeto se pierde, alerta con esos párrafos con muchas oraciones. Aprendamos de Azor ín , de sus enseñanzas, y escapemos del influjo de sus textos, cansones a veces por ser excesivamente fiel a su credo estilístico.Es preciso que seamos originales, pero la originalidad tiene su mejor soporte en la sencillez. Nadie puede proponerse ser original. Se es o no se es original. Por el camino de la búsqueda de la originalidad se puede llegar al ridículo.

No podemos vestir de etiqueta al jugador de fútbol. Esto quiere decir que lo importante en una información es la información misma, escrita con respeto a leyes muy viejas, tan viejas que parecen nuevas.

Si la noticia es que finalizó la cosecha de café, no hay otra manera de decirlo: La cosecha de café finalizó ayer en Matanzas... No hay que referirse a la historia del café, ni llamar al grano por otro nombre supuestamente poético, ni buscar artificio alguno. No hay que sentir vergüenza de redactar sobre temas

manuel gonzález Bello

Sujeto, verbo y predicado; es la base de la buena escritura.

Sencillo es mejor

aparentemente menores. No hay que rebuscar, porque rebuscar oscurece.

La sencillez viene del conocimiento de la técnica, de la cultura, del dominio de las estructuras gramaticales. Pero hay algo determinante, decisivo, que es el estado de ánimo, la claridad de las ideas en la mente de quien escribe, el despeje mental del redactor.

Una cabeza con ideas confusas, redac ta rá f rases confusas ; una mente enmarañada, escribirá textos enmarañados.

Necesitamos tener la mente sana, sin preocupaciones feas, limpia, para que los párrafos salgan limpios, claros, sencillos.

Parece tal vez contradictorio, pero es el estilo sencillo el que se impone en la prensa mundial. Sencillez y belleza han de ir juntas. El estilo nace, y también se crea. Imitar es bueno, afirma el maestro mexicano Manuel Buendía. Pero hay que estar alertas: saber qué ejemplo imitamos.

Hay que leer, hay que estudiar. No hay otro camino. Y proponerse metas superiores. Escribir mejor que Eduardo

Galeano, que García Márquez, que Onelio Jorge Cardoso, que John Reed.

Y revisar cada línea, cada palabra. Pensar que cada información debe ser una obra maestra. La prisa muchas veces constituye un mito. Siempre, siempre, siempre, hay tiempo para revisar, para mejorar, para hacer una información más eficaz, bella y clara.

Linotipo Abril 2007

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