Lit - Análisis Otra vuelta de Tuerca de Henry James

3
Análisis Henry 1 Análisis de "Otra vuelta de tuerca" de Henry James Ante todo, resulta importante definir un término que es muy utilizado para interpretar a la novela de terror Otra vuelta de tuerca de Henry James, realizada en 1898 y posteriormente llevada al cine. La palabra ambigüedad es utilizada para describir algo dudoso, confuso, incierto, un dilema podría decirse, que ofrece más de una interpretación. Otra vuelta de tuerca no es el verdadero nombre de la obra de James. Sí lo es The Turn of the Screw (“La vuelta de la tuerca”), ya que el título anteriormente citado fue un “agregado” o “invento” del traductor al idioma castellano. EL LIBRO Nos adentráremos en su novela Otra vuelta de tuerca, una historia de supuestos “fantasmas” que rompen con el clásico concepto de estos. Se puede decir que este texto entra dentro del género de lo siniestro. Apariciones fantasmales de sirvientes muertos en una mansión junto a un lago y un pueblo llamado Bly, las cuales son solo observadas por la narradora, cosa que pone en duda la credibilidad de la misma por parte del lector pero no por parte de los personajes. Como dice el crítico francés Tzvetan Todorov, “los personajes creen o no creen, ellos no dudan entre sí”. La duda está dejada para la interpretación del lector. Todos los conocimientos sobre la historia (exceptuando el marco), son de la mano de la institutriz (algo similar a lo que sucedía en Crónica de una muerte anunciada de García Marquez, en donde el que manejaba toda la información era el único narrador, dando a conocer los hechos como él deseaba), esta es la que “crea” la historia, la que la maneja y se la comunica al lector por medio de lo que parece ser un “diario íntimo”. Ella (una joven nerviosa, agitada y en mi opinión un poco delirante), junto a la señora Grose (su apoyo moral, “compinche” en todo y que nunca desconfía de la institutriz), intentan investigar, solucionar los problemas/misterios que según la “gobernadora de la narración” están ocurriendo en Bly, escenario principal de la historia. Este lugar podría asemejarse a la isla en donde transcurren los hechos en Diez negritos de Agatha Christie, un ambiente húmedo, solitario, siniestro y perverso. Había algo allá afuera que generaba temor. La condición psicológica de la institutriz (cuyo nombre no es debelado en el texto) es bastante complicada de analizar y demasiado profunda. Tal vez la perversión (instrumento para dar “terror” a la historia), no se encuentre en los fantasmas, sino en ella misma. Es posible que la institutriz delire cuando oye pasos y alucine cuando ve a los “fantasmas”. También es probable que cuando esta le daba a la señora Grose la descripción de las apariciones, esta los relacione con personas similares que trabajaron (y luego murieron) en Bly.

Transcript of Lit - Análisis Otra vuelta de Tuerca de Henry James

Page 1: Lit - Análisis Otra vuelta de Tuerca de Henry James

Análisis Henry 1

Análisis de "Otra vuelta de tuerca" de Henry James

Ante todo, resulta importante definir un término que es muy utilizado para interpretar a la novela de terror Otra vuelta de tuerca de Henry James, realizada en 1898 y posteriormente llevada al cine. La palabra ambigüedad es utilizada para describir algo dudoso, confuso, incierto, un dilema podría decirse, que ofrece más de una interpretación.

Otra vuelta de tuerca no es el verdadero nombre de la obra de James. Sí lo es The Turn of the Screw (“La vuelta de la tuerca”), ya que el título anteriormente citado fue un “agregado” o “invento” del traductor al idioma castellano.

EL LIBRO

Nos adentráremos en su novela Otra vuelta de tuerca, una historia de supuestos “fantasmas” que rompen con el clásico concepto de estos. Se puede decir que este texto entra dentro del género de lo siniestro. Apariciones fantasmales de sirvientes muertos en una mansión junto a un lago y un pueblo llamado Bly, las cuales son solo observadas por la narradora, cosa que pone en duda la credibilidad de la misma por parte del lector pero no por parte de los personajes. Como dice el crítico francés Tzvetan Todorov, “los personajes creen o no creen, ellos no dudan entre sí”. La duda está dejada para la interpretación del lector. Todos los conocimientos sobre la historia (exceptuando el marco), son de la mano de la institutriz (algo similar a lo que sucedía en Crónica de una muerte anunciada de García Marquez, en donde el que manejaba toda la información era el único narrador, dando a conocer los hechos como él deseaba), esta es la que “crea” la historia, la que la maneja y se la comunica al lector por medio de lo que parece ser un “diario íntimo”. Ella (una joven nerviosa, agitada y en mi opinión un poco delirante), junto a la señora Grose (su apoyo moral, “compinche” en todo y que nunca desconfía de la institutriz), intentan investigar, solucionar los problemas/misterios que según la “gobernadora de la narración” están ocurriendo en Bly, escenario principal de la historia. Este lugar podría asemejarse a la isla en donde transcurren los hechos en Diez negritos de Agatha Christie, un ambiente húmedo, solitario, siniestro y perverso. Había algo allá afuera que generaba temor. La condición psicológica de la institutriz (cuyo nombre no es debelado en el texto) es bastante complicada de analizar y demasiado profunda. Tal vez la perversión (instrumento para dar “terror” a la historia), no se encuentre en los fantasmas, sino en ella misma. Es posible que la institutriz delire cuando oye pasos y alucine cuando ve a los “fantasmas”. También es probable que cuando esta le daba a la señora Grose la descripción de las apariciones, esta los relacione con personas similares que trabajaron (y luego murieron) en Bly. Es probable que H. James “se delate” (o no) cuando en su Prefacio a la edición de New York dice : “ Es decir (vuelvo a confesarlo) que Peter Quint y la señorita Jessel no son, en modo alguno, fantasmas, según la versión de fantasmas que hoy conocemos (...)”

Podríamos decir que este “dilema” del libro debe ser tomado de forma ambigua ya que ofrece más de una interpretación.

Es interesante transcribir un párrafo de la bibliografía dada sobre Otra vuelta de tuerca, en donde dice : “Todo lo que sabemos de Otra vuelta de tuerca (...), se conoce por boca de la institutriz, palabra castellana que viene casi equivalente a la maestra, pero en inglés el concepto suena de modo muy distinto : goberness [gobernadora de la narración] (...)” “(...) la institutriz de la novela es la que gobierna la narración, más aún, la que la crea de la nada.”

Parte de lo que “rompe” con el clásico de la historia de fantasmas es que las supuestas víctimas no son hombres y mujeres grandes que terminan siendo asesinadas, sino un par de niños huérfanos cuyo aspecto era de “adorables”, “tiernos” y “simpáticos”, y que nunca podrían haber hecho una maldad. Flora era una bella chiquilla, más joven que su hermano y muy aferrada a él, quizás demasiado. Miles sorprendió a la institutriz

Page 2: Lit - Análisis Otra vuelta de Tuerca de Henry James

Análisis Henry 2

más que su hermanita, y de inmediato ella “supo” que era un absurdo que este pudiera ser una “criatura mala”.

En la novela de James se forman diversas parejas que se alían. Primero está la de los hermanos huérfanos Miles y Flora. Estos funcionan como “compinches” y pasan casi toda su vida juntos (cosa que en la parte final de el libro el jovencito se queja). La otra pareja es la de los supuestos fantasmas o apariciones de Peter Quint y la señorita Jessel “desonrada y trágica”. Supuestamente estos se encargan de criar malvadamente a los discípulos de la institutriz y de asustar a esta. La tercer y última pareja está formada por la narradora y la señora Grose, que en una serie de momentos simulan ser como Sherlock Holmes y Watson. Podría llegar a tomarse también como pareja a la “formada” por la narradora y el tío de Miles y Flora que se “hizo cargo” de los niños. Sin embargo los adultos establecen una relación mínima durante la novela ya que la mayoría de los hechos fueron inventados por la institutriz en sus relatos.

Los padres de Miles y Flora murieron cuando estos eran muy pequeños y por razones desconocidas. Cuando fallecieron P. Quint y la señorita Jessel, para los niños fue como si sus padres hubiesen muerto por segunda vez. Tal vez esto terminó afectándolos demasiado y les produjo un “shock” por el cual perdieron parte de su personalidad y los convirtió en algo similar a “zombies”. Parecían ingenuos.

La escena final es algo que hace diferente, especial a la novela. Se genera un desenlace que termina decepcionando al lector. El hecho de que no sea “un final feliz” no es lo que termina decepcionándonos sino es que la historia termina de una manera muy abierta, como si un hachazo al relato se tratara. Transcribo parte del final de la novela : “El golpe de esa pérdida [desaparición de Quint] le hizo lanzar el grito de una criatura lanzada al abismo ; yo lo recobré aferrándolo, como si lo hubiera detenido en su caída. Lo aferré, sí, lo sostuve, se puede imaginar con qué pasión [fuerza] , pero al cabo de un minuto comencé a comprender qué era lo que en realidad sostenía. Estabamos solos en el día sereno, y su pequeño corazón, desposeído, se había detenido para siempre [había muerto].” En este párrafo se puede observar que existe la posibilidad de quién mató a Miles no fue el “fantasma” de Quint sino la propia institutriz. Ella pudo alucinar la aparición y creer oír el grito de su discípulo, de esta manera, como se ve en la parte resaltada, ella hizo más que abrasarlo durante un minuto y pudo matarlo. Obviamente, dadas las características del desenlace, nada de esto es confirmable por no tener más datos/pruebas que apoyen estas teorías. Como observarán por lo escrito hasta ahora mi interpretación de la novela coincide más con el grupo de críticos que cree que los fantasmas no existen (por lo menos en la novela) y que son todas alucinaciones de la institutriz, según lo expone Tzvetan Todorov.

En conclusión, puedo exponer que el anglo-americano Henry James realizó una novela de aparente género fantástico (que visto desde otro punto podría tomarse como verisímil, es por eso la ambigüedad), basado en los siniestro y la perversión. Es un dilema de qué manera fue este influenciado por las teorías psicoanalíticas, que utilizó para escribir gran parte de sus novelas.