Literatura hispanoamericana en el siglo XX
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LITERATURA HISPANOAMERICANA EN EL SIGLO XX
I. Introducción
No es fácil presentar brevemente un panorama de la abundante y compleja producción literaria
desarrollada en los diecinueve países americanos de lengua castellana en el siglo XX Señalaremos las
principales tendencias de la lírica, la narrativa y sus principales figuras. El desarrollo de la poesía
hispanoamericana no ha decrecido desde el Modernismo; ha ido renovándose y ampliándose sin cesar
con un amplio abanico de tendencias. Destacan Rubén Darío, César Vallejo, Pablo Neruda y
Octavio Paz. La narrativa, tras una prolongada corriente realista marcada por las peculiaridades
americanas y por los problemas sociales y políticos, entrará en una etapa de profunda renovación y no
tardará en situarse en la primera línea de la narrativa mundial.
II. Poesía hispanoamericana.
Hispanoamérica es esencialmente fecunda en poetas. Sus tendencias más importantes son:.
a) El Modernismo y su superación.
Ya estudiamos la importancia del Modernismo, fijándonos especialmente en su máxima figura,
el nicaragüense Rubén Darío. Los modernistas quieren crear una realidad artística bella,
independiente y que no tuviese más finalidad que el arte por el arte. Los poemas modernistas se
caracterizan por una poesía brillante y sensorial, con un gran dominio de la métrica y un lenguaje
poético preciosista. .Los años iniciales del siglo corresponden a la plenitud de la poesía modernista.
Pero ya en 1911, el mejicano Ernesto González Martínez lanza su condena a los aspectos más
ornamentales de la corriente: «Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje...» Aún pervivirá
durante unos años su influjo, pero en torno a 1920 la poesía irá por otros caminos: uno orientado hacia
una lírica más sencilla y humana; otro que se suma a las corrientes vanguardistas. Entre lo numerosos
representantes del Modernismo citaremos a: Amado Nervo (mejicano, Jardines interiores), Leopoldo
Lugones (argentino, Lunario sentimental), Alfonsina Storni (argentina, El dulce daño), Gabriela
Mistral ( chilena, Desolación)...
b) La poesía de vanguardia.
Hacia 1920 comienzan a notarse en Hispanoamérica las corrientes vanguardistas nacidas en
Europa que apagarán los últimos rescoldos del Modernismo. El primer embajador del vanguardismo
europeo es el chileno Vicente Huidobro, fundador del Creacionismo y autor de Altazor. También el
Ultraísmo fue llevado por un joven Jorge Luis Borges a Argentina, donde arrastró a otros poetas. El
cubano Nicolás Guillen ensayó el mestizaje cultural de su tierra con un lenguaje lleno de ritmo, con
un decidido enfoque social y poemas surrealistas en lo que se llamó poesía negra.
De todos los movimientos de vanguardia, fue el Surrealismo el que dejó una huella más
profunda. André Bretón, padre del movimiento que residió en Méjico, dijo que América era un
terreno especialmente abonado para la poesía surrealista. Su influencia ha sido decisiva en grandes
poetas hispanoamericanos del siglo XX, sobre todo en César Vallejo.
Cesar Vallejo (1892-1938) Nació en Santiago de Chuco (Perú), de familia mestiza. En 1923
se instala en París, donde conoce las innovaciones vanguardistas del momento. Pasó temporadas en
España y al estallar la guerra civil española se volcó en apoyo de la causa republicana. Su marxismo
no le impidió conservar sus preocupaciones intimistas y religiosas. Murió en París.
Su obra está marcada por su extrema sensibilidad por el dolor, propio y ajeno, que le hizo
sentirse un hombre torturado. Se caracteriza una permanente inquietud renovadora y una firme
independencia en medio de las influencias del momento. Tres libros marcan su trayectoria: Los
heraldos negros, con ciertos aires del modernismo depurado; Trilce, libro profundamente
vanguardista en un canto de protesta; el póstumo Poemas humanos, en el que la protesta social se
mezcla con una poesía variada y audaz.
c) La poesía pura.
Son poetas generalmente al margen de las vanguardias y bajo la influencia de Juan Ramón
Jiménez (del que toman el gusto por la perfección formal) y el eco de las ideas de Ortega y Gasset
sobre la «deshumanización del arte». Sin embargo, como en los poetas del 27, la deshumanización no
llegó a ser total y se observará en ellos un equilibrio entre tradición y renovación. Cabe citar a Xabier
Villaurrutia (mejicano, Nostalgia de la muerte), Jorge Luis Borges (argentino, Luna de enfrente) y
José Lezama Lima (cubano, Fragmentos a su imán).
d) La poesía hispanoamericana en la segunda mitad de siglo.
De 1945 a hoy, la proliferación de corrientes, movimientos y grupos es extraordinaria.
Limitémonos a señalar las tendencias más sobresalientes:
- Pervive en el segundo tercio de siglo una poesía pura, cuyo modelo se encuentra en Borges.
- Es abundante la poesía comprometida, social y política, siguiendo el ejemplo de Neruda
(cuyo Canto general es de 1950).
- Se mantiene el Surrealismo, entretejido con las más variadas orientaciones del contenido
(existencial, social, etcétera).
- Especialmente en los últimos años, surgen manifestaciones de poesía experimental.
En ese panorama de segunda mitad del siglo XX, hay que destacar a poetas como el chileno
Nicanor Parra,, la cubana Dulce María Loynaz, el uruguayo Mario Benedetti, y, sobre todo, las
figuras más influyentes de todas: Pablo Neruda y Octavio Paz .
Pablo Neruda (1904-1973) Neftalí Ricardo Reyes, su verdadero nombre, nació en Parral
(Chile). Fue un poeta precoz y bohemio que en 1926 inició una vida de diplomático. De 1934 a 1938
fue cónsul de Chile en Madrid, donde trabó honda amistad con los poetas del Grupo del 27. La guerra
civil española sacudió su conciencia política y le empujó a militar en el Partido Comunista. Durante el
gobierno de Salvador Allende fue embajador de Chile en París. En 1971 recibió el Premio Nobel de
Literatura. Murió en Chile días después del golpe de estado del general Pinochet.
Su obra extensísima y está marcada por las principales corrientes del siglo XX. Su primera
gran obra, Veinte poemas de amor y una canción desesperada, es un libro apasionado y original con
ciertos aromas de Rubén Darío; Residencia en la tierra es una de las obras cumbres de la vanguardia
hispana con una marcada influencia surrealista; conmovido por la guerra civil española comienza una
orientación social en su novela que tendrá su obra culmen en Canto general; también es un poeta de
registros sencillos, sentimentales y optimistas en Odas elementales...
Octavio Paz (1914-1998) Nació en la ciudad de México. Estuvo en España durante la guerra
civil, en la que apoyó decididamente a la República. Además de su producción poética, tiene Paz una
importantísima obra ensayística sobre temas literarios y culturales. Fue Premio Cervantes en 1981, y
en 1990 recibió el Premio Nobel de Literatura.
En Octavio Paz nos encontramos con una poesía irracional que intenta mostrarnos “el otro lado
de las cosas”, los secretos y poderes ocultos que esconden las palabras (Salamandra). También es un
poeta de amplio registro capaz de ser experimentador de las posibilidades visuales de la poesía
espacial (Topoemas) o de ser un poeta de lenguaje sobrio (Pasado en claro).
III. La novela hispanoamericana en el siglo XX.
La evolución de la novela presenta un evidente retraso con respecto al de la poesía en la
primera mitad de siglo. Pero, la renovación de la novela, cuando se produzca, tendrá tal fuerza
creadora, que llegará a situarse en la primera línea de la narrativa mundial. Cabe distinguir las tres
etapas siguientes:
lª La pervivencia del realismo, dominante hasta, aproximadamente, 1940 o 1945.
2ª La superación del realismo. El realismo mágico y lo real maravilloso. Los comienzos de la
renovación narrativa entre 1945 y 1960.
3ª El “boom hispanoamericano”, a partir de 1960.
a) La pervivencia del realismo.
El realismo narrativo de los primeros decenios es bastante particular, principalmente por los
temas tratados:
- La naturaleza. Una naturaleza grandiosa, diversa, inexplorada en buena parte y cuyas fuerzas
telúricas condicionan la vida humana. Es la cordillera, la pampa, el altiplano, la selva amazónica...
Las peculiaridades de cada zona hace que se hable de una novela regionalista.
- Los problemas políticos. La inestabilidad política de aquellos países, la incesante sucesión de
revoluciones o de dictadores,... Aquí halla la novela un importante filón.
- Los problemas sociales. La novela reflejará las desigualdades de la pirámide social: en su
cumbre, la oligarquía aliada a los intereses de las grandes potencias extranjeras que explotan las
inmensas riquezas naturales; en la base, las masas paupérrimas de indios y mestizos. La novela
realista es, sobre todo, una protesta ante estas desigualdades.
Entre las numerosas novelas realistas sobresalen tres títulos fundamentales: del venezolano
Rómulo Gallegos Doña Bárbara; del argentino Ricardo Güiraldes, Don Segundo Sombra y del
colombiano José Eustasio Rivera, La vorágine .
b) El realismo mágico o lo real maravilloso.
A partir de 1940 comienza a observarse un cansancio de la novela realista. No es que
desaparezcan los temas cultivados hasta entonces, pero se pasará a tratarlos con procedimientos
distintos. Y aparecerán también nuevos temas:
- Aparecerá el interés por el mundo urbano y se dará cabida a problemas existenciales.
-Irrumpe la imaginación, lo fantástico. Pronto se hablará de realismo mágico o de lo real
maravilloso. El realismo puro es incapaz de recoger la insólita realidad americana. A partir de este
momento, realidad y fantasía se presentarán íntimamente enlazadas: unas veces, por la presencia de lo
mítico, de lo legendario, de lo mágico; otras, por el tratamiento alegórico o poético de la acción, de
los personajes o de los ambientes.
- En el terreno de la estética, se apreciará un mayor cuidado constructivo y estilístico. Los
autores atenderán a las innovaciones formales aportadas por los grandes novelistas europeos y
norteamericanos (Kafka, Joyce, Faulkner...).
Entre los nuevos novelistas destacan cuatro figuras que serán pioneros en la renovación
narrativa: Jorge Luis Borges, el gran maestro de la narrativa hispana del siglo XX (argentino,
Ficciones, El Aleph, El Hacedor...), Miguel Ángel Asturias (guatemalteco, El Señor Presidente),
Alejo Carpentier (cubano, Los pasos perdidos y El siglo de las luces) y Juan Rulfo (mejicano,
Pedro Páramo).
c) El “boom” hispanoamericano, la nueva novela hispanoamericana
En realidad, los nuevos novelistas hispanoamericanos continuaban en la línea de innovaciones
señaladas en el apartado anterior, de tal modo que la frontera entre algunos de aquellos autores y éstos
puede parecer arbitraria. En cualquier caso, es evidente que los nuevos novelistas llevan tales
innovaciones a sus últimas consecuencias, enriqueciendo la novela con nuevos recursos:
- Se incrementa la preferencia por la novela urbana. Cuando aparezca el ambiente rural (por
ejemplo, en García Márquez) recibirá un tratamiento muy nuevo.
- La integración de lo fantástico y lo real se consolida. Conviven en el mismo plano la
realidad, lo sobrenatural, lo legendario y lo mítico. América latina necesita de los mitos como un
medio para explicar su historia. De acuerdo con esta estética, las cosas irreales son tratadas como
realistas y las cosas mundanas a menudo se basan en experiencias extrañas, fantásticas y legendarias.
- Experimentación en las fórmulas narrativas. En las formas en donde se observa una mayor
ampliación artística. La estructura del relato es objeto de una profunda experimentación: ruptura de la
línea argumental tradicional (los hechos narrados no siguen necesariamente el orden temporal
cronológico), perspectivismo (muchas veces se emplean varios narradores para mostrar el relato desde
distintos puntos de vista), mezcla de estilos narrativos (combinación de las personas narrativas, estilo
indirecto libre, monólogo interior...), introducción de elementos ilógicos (ya sean simbólicos, oníricos
osimplemente la exageración de la realidad), utilización del lenguaje poético o del periodístico...
- Esta evidente preocupación estética tampoco supone que el escritor renuncie a propósitos
testimoniales o de denuncia; al contrario: novelistas suelen proclamar ideas sociales y políticas muy
avanzadas.
Estamos ante un movimiento con el que los novelistas latinoamericanos se hicieron
mundialmente famosos y que sigue ocupando en la actualidad un lugar preeminente en la novela
mundial y que no sólo destaca por el número de autores sino también por el número de grandes obras.
Aquí no será posible sino dar breves notas sobre algunos autores, destacando a dos:
Gabriel García Márquez (colombiano, el autor más representativo de su generación, obtuvo
el Premio Nobel de Literatura en 1982, Cien años de soledad - quizá la mejor novela en lengua
española del siglo XX-, El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, Crónica de una
muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera). En su obra, para narrar la realidad americana
lo inverosímil y lo mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico. La literatura García Márquez
suele tener un sentido trágico de la historia y un tono de denuncia de las injusticias y desigualdades.
Mario Vargas Llosa (peruano, La ciudad y los perros, Pantaleón y las visitadoras, La fiesta
del Chivo, Conversación en la Catedral... Premio Nobel de Literatura 2010). En él podemos encontrar
como en ningún otro autor bien entretejidos la historia íntima de los personajes y el drama colectivo
de la sociedad y la historia hispanoamericana.
No podemos olvidar algunos de los grandes nombres de la narrativa hispana del siglo XX
como Ernesto Sábato (argentino, El túnel y Abaddón el exterminador), Julio Cortázar (argentino,
Rayuela), Carlos Fuentes (mejicano, La muerte de Artemio Cruz), , Juan Carlos Onetti (uruguayo,
El astillero), José Lezama Lima (cubano, Paradiso,), Guillermo Cabrera Infante (cubano, Tres
tristes tigres), Augusto Roa Bastos (paraguayo, Hijo de hombre), Mario Benedetti (uruguayo, La
tregua) Alfredo Bryce Echenique (peruano, Un mundo para Julius)...