Lo Filial Cuestionando Encrucijadas

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Lo filial: cuestionando encrucijadas. Li.c Graciela Rajnerman Lic. Griselda Santos Las transformaciones en los modos de reproducción junto con los diferentes agrupamientos en las formas de convivencia son solo algunas de las formas que ponen en jaque el tradicional concepto de familia que, tan ordenado, clasificaba las relaciones y los vínculos entre hombres, mujeres y su descendencia. Desde el psicoanálisis el vínculo de filiación, padres-hijos, supone un complejo proceso de anudamiento de la cría humana a una cadena simbólica e implica investimiento y transmisión que operan como instituyentes. Sin embargo las actuales prácticas de filiación (técnicas de fertilización asistida, distintos modos de agrupamientos vinculares, etc.) definen otras estrategias que para nosotros son objeto de análisis e interrogación tanto de los modelos teóricos como de nuestras intervenciones. El vínculo de filiación, enunciado como construcción vincular, al mismo tiempo comparte cierta presunción que forma parte de lo “natural”. En este contexto, paradojalmente, el modelo familiar hegemónico (definido desde los lazos de sangre), sigue considerándose como un lugar “ideal” para la constitución de los niños como sujetos, no solo en el imaginario social sino también entre quienes trabajamos en ese campo. Nos proponemos revisar estas cuestiones en dos direcciones: por un lado reflexionar sobre la conmoción de dichas prácticas que interrogan nuestros supuestos y por otro lado las condiciones de la producción del vínculo de filiación. En relación al primer punto entendemos que toda posición teórica es también una posición política. Defender “la familia”, (definida desde los lazos de sangre) como la mejor opción para el desarrollo del infans es una posición que mas allá de ser política, nos acota en la posibilidad de pensar, comprender y finalmente intervenir en las variedades que la clínica nos ofrece. Exponemos una breve viñeta para plantear problemas teóricos y clínicos particulares que se producen alrededor del vínculo de filiación. Un niño, bajo la tutela de un juez porque su familia biológica lo maltrataba, es adoptado cuando tiene 10 meses. Su familia adoptiva lo nombra e inscribe con su apellido. Poco antes de finalizar el año de guarda, el padre biológico lo reclama. Esta demanda hace vacilar el proceso de adopción porque el juez debate, con otros profesionales intervinientes sobre cual es el mejor lugar para el desarrollo de este niño. ¿Cómo negarse al

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Relación filial

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  • Lo filial: cuestionando encrucijadas.

    Li.c Graciela Rajnerman Lic. Griselda Santos

    Las transformaciones en los modos de reproduccin junto con los diferentes agrupamientos en las formas de convivencia son solo algunas de las formas que ponen en jaque el tradicional concepto de familia que, tan ordenado, clasificaba las relaciones y los vnculos

    entre hombres, mujeres y su descendencia. Desde el psicoanlisis el vnculo de filiacin, padres-hijos, supone un complejo proceso de anudamiento de la cra humana a una cadena simblica e implica investimiento y transmisin que operan como instituyentes. Sin embargo las actuales prcticas de filiacin (tcnicas de fertilizacin asistida, distintos modos de agrupamientos vinculares, etc.) definen otras estrategias que para nosotros son objeto de anlisis e interrogacin tanto de los modelos tericos como de nuestras intervenciones. El vnculo de filiacin, enunciado como construccin vincular, al mismo tiempo comparte cierta presuncin que forma parte de lo natural. En este contexto,

    paradojalmente, el modelo familiar hegemnico (definido desde los lazos de sangre), sigue considerndose como un lugar ideal para la constitucin de los nios como sujetos, no solo en el imaginario social sino tambin entre quienes trabajamos en ese campo. Nos proponemos revisar estas cuestiones en dos direcciones: por un lado reflexionar sobre la conmocin de dichas prcticas que interrogan nuestros supuestos y por otro lado las condiciones de la produccin del vnculo de filiacin.

    En relacin al primer punto entendemos que toda posicin terica es tambin una posicin poltica.

    Defender la familia, (definida desde los lazos de sangre) como la mejor opcin para el desarrollo del infans es una posicin que mas all de ser poltica, nos acota en la posibilidad de pensar, comprender y finalmente intervenir en las variedades que la clnica nos ofrece.

    Exponemos una breve vieta para plantear problemas tericos y clnicos particulares que se producen alrededor del vnculo de filiacin.

    Un nio, bajo la tutela de un juez porque su familia biolgica lo maltrataba, es adoptado cuando tiene 10 meses. Su familia adoptiva lo nombra e inscribe con su apellido. Poco antes de finalizar el ao de guarda, el padre biolgico lo reclama. Esta demanda hace

    vacilar el proceso de adopcin porque el juez debate, con otros profesionales intervinientes sobre cual es el mejor lugar para el desarrollo de este nio. Cmo negarse al

  • pedido de la sangre? Enredados en un largo procedimiento burocrtico hoy el nio tiene 7

    aos y sostiene en sus nombres y apellidos esta dualidad: legalmente tiene un nombre y apellido dado al nacer por sus genitores, as est inscripto en su escuela y, al mismo tiempo, porta el nombre y apellido de quienes lo nombraron desde el deseo y se hacen responsables de su crianza. La complejidad de la situacin permite que podamos pensar por qu, si los informes y evaluacin realizada oportunamente (cuando el nio tiene 3 y 18 meses) plantean que los genitores no estn en condiciones de ejercer sus funciones el magistrado deja en suspenso la adopcin plena? El efecto puede ser devastador para ese nio en la medida que se lo deja en una posicin crnica de incertidumbre. Sin embargo, en ocasiones, la jerarquizacin de la familia biolgica frente a otros tipos de filiacin opera ideolgicamente. Otra vez ms la clnica es soberana. Es en el caso por caso donde se desplegar cada situacin a considerar, intentando acotar los prejuicios de todos los profesionales intervinientes, para dar lugar a los aspectos simblicos, libidinales que cuiden a los menores y a sus vnculos.

    Pensamos en otras modalidades de la parentalidad (por ejemplo diversos modos de filiacin en parejas homosexuales) tambin nos plantea cuestiones semejantes. Nos referimos a que dar lugar a otras modalidades familiares exige en primer lugar un arduo trabajo sobre nosotros mismos. Nos convoca a trabajar sobre nuestros propios modelos representacionales, sobre nuestros esquemas valorativos, a revisar una y otra vez nuestros modelos tericos y referenciales, dado que estamos suturados a ellos an en puntos en los

    cuales ignoramos, el riesgo es un deslizamiento moralizante. Para quienes abordamos las problemticas antes mencionadas, el desafo es an mayor dado que se ven conmovidos los saberes instituidos acerca de los enigmas de la sexualidad, nacimiento y las condiciones de cmo se constituye un sujeto. En segundo trmino hacamos referencia a las condiciones de produccin del vnculo de filiacin y para abordarlo en su complejidad acuamos la idea de dimensiones de lo filial. El diccionario de la Real Academia Espaola define el concepto de dimensin como aspecto o faceta de algo. Cada una de las magnitudes de un conjunto que sirven para definir un fenmeno.

    Nos gusta pensar a la filiacin en trminos de dimensiones porque ninguna de ellas la define por si sola, ni en su interseccin, ni en su posible combinatoria siempre queda

    desbordada por los sujetos que en dicha operatoria intervienen.

  • La filiacin posee varias dimensiones: biolgica, libidinal, jurdico social. Tienen entre si reas de superposicin parcial pero ninguna puede arrogarse para si la autoria de dicho proceso, es en el entre de estas diferentes dimensiones donde se entreteje el pasaje del nio al hijo. La consideracin fundada en varias dimensiones de la filiacin sita a dicha problemtica como abierta para pensar la complejidad de los modos de procesamiento. Lo biolgico tiene una eficaz dimensin imaginaria que junta a la cra con sus progenitores, dimensin que se quiebra radicalmente en las situaciones de adopcin o de

    inseminaciones heterlogas. Desde esta perspectiva Derrida plantea que la oposicin ficcin legal/maternidad natural

    deber desplazarse. Afirma que, no obstante, alrededor del nacimiento siempre habr un lazo familiar. Por ende simblico y fantasmatico planteamos nosotras. Aludimos a esa historia-relato que se fantasmatiza acerca de los orgenes reuniendo en una cierta trama a los personajes que en ella intervienen. Historia, mito de los orgenes, que requiere ser nuevamente armada, fantasmatizada y entramada una y otra vez.

    En relacin con lo libidinal, la filiacin abre una pregunta en referencia al deseo del otro. Se inicia del lado del narcisismo materno con el valor libidinal del propio ser y su capacidad de trasvasamiento o no a la cra. Enlaces amorosos que unen cuerpos. El cachorro que ser libidinizado por su otro habilitndolo as a abrir su propio circuito

    deseante. Lo social implica otra dimensin interviniente en este proceso de filiacin, que como

    sistema simblico cultural ordena cierto modo de afiliar aunque no lo cubre en su totalidad, sostiene cierto modo de resignificar que sita a los lugares de padre, madre, hijo como posiciones en una trama que ordena funciones y construye vnculos. Las categoras jurdicas de la filiacin tienen contacto directo con el inconsciente (Legendre), en el sentido que dichas categoras jurdicas tienen un valor de marca, de inscripcin. Las grandes categoras normativas del derecho de personas, madre, padre, hijo, hija son tambin categoras significantes del lenguaje en las cuales el sujeto humano se identifica para vivir y cuya permutacin simblica no puede ser desprendida.

    Finalmente pensamos que lo patognomnico del proceso de filiacin es el deseo y la transmisin. No hay filiacin sin deseo y transmisin.

    Nos referimos tanto a los mensajes inconscientes que el nio recibe de sus padres, como aquellos que hacen a los valores, ideales en general de carcter ms conciente-

  • preconciente. Ubicamos al hijo/a en el lugar del heredero, como aquel que recibe el legado. Estamos acostumbrados a pensar la funcin del heredero en trminos de pasividad, casi pensar que la herencia nos elige, pero es nuestra intencin remarcar el carcter activo,

    metablico que presupone este recibir. Lo heredado no solo puede ser recibido, tambin puede ser rechazado. Se abren diferentes opciones: tomar, rechazar, transformar. Ms all de las distinciones y transformaciones de las organizaciones familiares, de lo

    femenino, masculino, lo maternal, lo paternal, el deseo de hijo est en el fundamento de la construccin del lazo de filiacin. Nuestras intervenciones, como psicoanalistas, son

    posibles en la medida que algo se juegue desde all. Bibliografa Derrida,J. y Roudinesco,E.: (2001) Y maana qu Fondo de Cultura Econmica de Argentina. Bs. As. Elliasheff, C.: (1994) El cuerpo y la palabra. Nueva Visin. Bs. As. Giberti, E. Adopcin Siglo XXI. Editorial Sudamericana Rajnerman,G. y Santos, G.: Sistema de parentesco: diversos modos de filiacin