Los 45 días de un Armagedón llamado (Recep Tayyip) Erdogan (B)

1
7/18/2019 Los 45 días de un Armagedón llamado (Recep Tayyip) Erdogan (B) http://slidepdf.com/reader/full/los-45-dias-de-un-armagedon-llamado-recep-tayyip-erdogan-b 1/1 EG3 GARA 2015 8 31 astelehena 7 dantes, dejan al Estado turco a la deriva. «Nos enfrentamos a un golpe de Estado civil», dijo el domingo el líder kemalista Ki- liçdaroglu en un guiño a la tra- dición golpista turca. La inestabilidad, al alza. Hasta la nueva cita electoral los anato- lios sufrirán con casi toda pro- babilidad un aumento de la inestabilidad en cada rincón del país. Eso es lo que al menos in- dica la dinámica del último mes: los toques de queda brotan en las regiones kurdas en las que se declaran «autonomías democráticas», la lira turca cae en picado y el panturco MHP ya ha reclamado la ley marcial. Hasta Davutoglu podría perder- se en esta vorágine, dejando su liderazgo si en el congreso de su partido propuesto para el 12 de setiembre no obtuviese el res- paldo de su grupo o del propio Erdogan, un Armagedón que no entiende de colores cuando se trata de afianzar su autoridad. Como destacó el columnista Murat Yetkin, el presidente tie- ne poderes extraordinarios en este Ejecutivo transitorio. En ca- so de un receso parlamentario, asegurado al menos en la fiesta del sacrificio a finales de se- tiembre, la Constitución le otor- ga la opción de convocar un ga- binete en el que podría procla- mar el estado de emergencia y tomar decisiones como declarar la guerra si el país es atacado. También cancelar o posponer las elecciones. Esta ecuación se antoja complicada, pero en el Estado turco nada es imposible cuando una de las partes es el hombre de Kasimpasa. El principal inconveniente pa- ra los anatolios es que el futuro no parece más halagüeño que el presente: las encuestas otorgan un desenlace parecido al de ju- nio. El HDP pasaría el corte y eso volvería a dejar al AKP sin la mayoría absoluta. Entonces, si los resultados se asemejasen y kurdos y panturcos pasasen el umbral electoral, tendríamos un panorama aún más preocu- pante porque el Estado sería in- gobernable por segunda vez y, bajo la sombra de 1997, curiosa- mente cuando el islamista Erba- kan estaba en el poder, ya no se- ría una quimera volver a ver al Ejército comandando un cam- bio político o, incluso, apoyando una sublevación civil. La otra opción, en la que los kurdos no llegasen a rebasar el corte o fue- sen ilegalizados, traería el más que probable estallido de la re- vuelta popular kurda, el 15% de la población de Anatolia. La guerra como arma electo- ral. Este último extremo sería la peor noticia posible para Orien- te Medio y, por eso, la comuni- dad internacional coincide en que es necesario retomar el diá- logo con el PKK. La creciente po- larización del Estado turco ha enterrado al islamismo modera- do que cautivó a Occidente. En 2012, Barack Obama incluía al actual presidente en el club de los cinco líderes con los que compartía mejores relaciones. Era la balanza dentro de una inestable región. Un año des- pués comenzó el giro de 180º: primero la represión de Gezi, luego la corrupción y, por últi- mo, el impasse en el proceso de paz con los kurdos. Este viraje está teniendo sus primeras con- secuencia diplomáticas: Alema- nia y EEUU han decidido retirar las baterías de misiles Patriot que aseguran la frontera turca con Siria. También se podrían haber producido contactos en- tre el PKK –o el grupo afín PYD– y EEUU para mediar en el con- flicto, un extremo negado con retórica por la Casa Blanca. En este enrarecido ambiente EEUU tendrá que tomar decisio- nes complejas. Por un lado nece- sita a Turquía como aliado en la región, pero, por otro, sabe que la mejor arma contra el Estado Islámico (EI) son los kurdos. Er- dogan ha repetido que no per- mitiría una autonomía kurda en Rojava como la de Kurdistán sur, a efectos prácticos un Esta- do. La zona de exclusión en el norte de Siria se ha demostrado más cercana a este objetivo que a repeler al EI. Las redadas inter- nas solo corroboran esta ten- dencia: el 80% de las más de 1.000 personas detenidas en el Estado turco tras el colapso del proceso de diálogo están rela- cionadas con el HDP. Pese a ello, el carismático líder kurdo De- mirtas –que tiene causas abier- tas por presuntos lazos con el «terrorismo»– ha continuado dando lecciones democráticas al proponer un referéndum sobre el sistema presidencialista, tal vez el camino más rápido para terminar con muchos proble- mas y contentar al propio Erdo- gan, quien equipara su elección a un referéndum vinculante. Las preguntas que ahora sur- gen son muchas: ¿Así es la ‘Nueva Turquía’ que Erdogan prometió? ¿Aprenderá el AKP a com- partir el poder? ¿La Consti- tución es papel mojado? ¿Podría el pueblo turco vivir un nuevo golpe de Estado? La espiral de violencia no ha dejado de crecer desde que el AKP inició su ofen- siva contra el PKK. La sociedad parece disgustada e incluso fa- miliares de militares turcos fa- llecidos claman contra esta gue- rra que consideran un arma política para voltear los resulta dos de junio y asemejar al HD a los militantes marxistas. Es l evidenciada táctica del AKP par restar parte del apoyo que e partido prokurdo obtuvo de lo turcos moderados y de izquie da, aunque no parece funciona y pasarían el umbral electora según las encuestas. Lo indudable es que los últ mos 45 días han retrotraído a lustro pasado las relacione entre los ciudadanos kurdos turcos. Costará mucho recupe rar la confianza construida e los últimos dos años. El únic camino, como repite Demirta es la paz, la vuelta al diálogo silenciar las armas de ambo bandos. Pero la contingencia p rece la opuesta: los acontec mientos en Kurdistán norte so aún más alarmantes que la pro pia escena política de Anatolia. En esta vuelta al pasado, a dia rio se pueden leer las noticia relacionadas con la muerte d soldados turcos, mientras la masacres que acontecen en la regiones kurdas son silenciada El canal turco ATV, conocido po sus estrechos lazos con el AKP lleva meses recordando el ant guo Estado turco que Erdoga heredó. Ese en el que no habí agua potable, las basuras deco raban los barrios más desfavore cidos de Estambul y la trompet sonaba en los entierros de so dados. Desde hace 45 días, e considerado como mayor pro blema para el pueblo turco, l causa kurda, parece renacer co virulencia junto con la idea d la «Nueva Turquía» de Erdogan Ozan KOSE | A Los toques de queda se multiplican en los enclaves kurdos, que se van declarando «aurtonomías democráticas». La lira turca cae en picado y el panturco MHP ha reclamado la ley marcial. Hasta el primer ministro Davutoglu podría perderse en la vorágine si pierde el respaldo del propio Erdogan

description

Análisis publicado en el diario GARA sobre el presidente turco y el periodo post-electoral en el que su partido, el AKP, y el PKK han enterrado el proceso de paz

Transcript of Los 45 días de un Armagedón llamado (Recep Tayyip) Erdogan (B)

Page 1: Los 45 días de un Armagedón llamado (Recep Tayyip) Erdogan (B)

7/18/2019 Los 45 días de un Armagedón llamado (Recep Tayyip) Erdogan (B)

http://slidepdf.com/reader/full/los-45-dias-de-un-armagedon-llamado-recep-tayyip-erdogan-b 1/1

EG3GARA 2015 8 31 astelehena 7

dantes, dejan al Estado turco ala deriva. «Nos enfrentamos aun golpe de Estado civil», dijo eldomingo el líder kemalista Ki-liçdaroglu en un guiño a la tra-dición golpista turca.

La inestabilidad, al alza. Hastala nueva cita electoral los anato-lios sufrirán con casi toda pro-babilidad un aumento de la

inestabilidad en cada rincón delpaís. Eso es lo que al menos in-dica la dinámica del últimomes: los toques de queda brotanen las regiones kurdas en lasque se declaran «autonomíasdemocráticas», la lira turca caeen picado y el panturco MHP yaha reclamado la ley marcial.Hasta Davutoglu podría perder-se en esta vorágine, dejando suliderazgo si en el congreso de supartido propuesto para el 12 desetiembre no obtuviese el res-paldo de su grupo o del propioErdogan, un Armagedón que noentiende de colores cuando setrata de afianzar su autoridad.

Como destacó el columnistaMurat Yetkin, el presidente tie-ne poderes extraordinarios eneste Ejecutivo transitorio. En ca-so de un receso parlamentario,asegurado al menos en la fiestadel sacrificio a finales de se-tiembre, la Constitución le otor-ga la opción de convocar un ga-binete en el que podría procla-mar el estado de emergencia ytomar decisiones como declararla guerra si el país es atacado.También cancelar o posponerlas elecciones. Esta ecuación seantoja complicada, pero en elEstado turco nada es imposiblecuando una de las partes es el

hombre de Kasimpasa.El principal inconveniente pa-

ra los anatolios es que el futurono parece más halagüeño que elpresente: las encuestas otorganun desenlace parecido al de ju-nio. El HDP pasaría el corte y esovolvería a dejar al AKP sin lamayoría absoluta. Entonces, silos resultados se asemejasen ykurdos y panturcos pasasen elumbral electoral, tendríamosun panorama aún más preocu-pante porque el Estado sería in-gobernable por segunda vez y,bajo la sombra de 1997, curiosa-

mente cuando el islamista Erba-kan estaba en el poder, ya no se-ría una quimera volver a ver alEjército comandando un cam-bio político o, incluso, apoyandouna sublevación civil. La otraopción, en la que los kurdos nollegasen a rebasar el corte o fue-sen ilegalizados, traería el másque probable estallido de la re-vuelta popular kurda, el 15% dela población de Anatolia.

La guerra como arma electo-ral. Este último extremo sería lapeor noticia posible para Orien-te Medio y, por eso, la comuni-dad internacional coincide enque es necesario retomar el diá-logo con el PKK. La creciente po-larización del Estado turco haenterrado al islamismo modera-do que cautivó a Occidente. En2012, Barack Obama incluía alactual presidente en el club delos cinco líderes con los quecompartía mejores relaciones.Era la balanza dentro de unainestable región. Un año des-pués comenzó el giro de 180º:primero la represión de Gezi,

luego la corrupción y, por últi-mo, el impasse en el proceso depaz con los kurdos. Este virajeestá teniendo sus primeras con-secuencia diplomáticas: Alema-nia y EEUU han decidido retirarlas baterías de misiles Patriotque aseguran la frontera turcacon Siria. También se podríanhaber producido contactos en-tre el PKK –o el grupo afín PYD–y EEUU para mediar en el con-flicto, un extremo negado conretórica por la Casa Blanca.

En este enrarecido ambienteEEUU tendrá que tomar decisio-

nes complejas. Por un lado nece-sita a Turquía como aliado en laregión, pero, por otro, sabe quela mejor arma contra el EstadoIslámico (EI) son los kurdos. Er-dogan ha repetido que no per-mitiría una autonomía kurda enRojava como la de Kurdistánsur, a efectos prácticos un Esta-do. La zona de exclusión en elnorte de Siria se ha demostradomás cercana a este objetivo quea repeler al EI. Las redadas inter-

nas solo corroboran esta ten-dencia: el 80% de las más de1.000 personas detenidas en elEstado turco tras el colapso delproceso de diálogo están rela-cionadas con el HDP. Pese a ello,el carismático líder kurdo De-mirtas –que tiene causas abier-tas por presuntos lazos con el«terrorismo»– ha continuadodando lecciones democráticas alproponer un referéndum sobreel sistema presidencialista, talvez el camino más rápido paraterminar con muchos proble-mas y contentar al propio Erdo-gan, quien equipara su eleccióna un referéndum vinculante.

Las preguntas que ahora sur-

gen son muchas: ¿Así es la‘Nueva Turquía’ que Erdoganprometió? ¿Aprenderá el AKP acom- partir el poder? ¿La Consti-tución es papel mojado? ¿Podríael pueblo turco vivir un nuevogolpe de Estado? La espiral deviolencia no ha dejado de crecerdesde que el AKP inició su ofen-siva contra el PKK. La sociedadparece disgustada e incluso fa-miliares de militares turcos fa-llecidos claman contra esta gue-rra que consideran un arma

política para voltear los resultados de junio y asemejar al HDa los militantes marxistas. Es levidenciada táctica del AKP parrestar parte del apoyo que epartido prokurdo obtuvo de loturcos moderados y de izquieda, aunque no parece funcionay pasarían el umbral electorasegún las encuestas.

Lo indudable es que los últ

mos 45 días han retrotraído a

lustro pasado las relacioneentre los ciudadanos kurdos

turcos. Costará mucho recuperar la confianza construida elos últimos dos años. El úniccamino, como repite Demirtaes la paz, la vuelta al diálogo silenciar las armas de ambobandos. Pero la contingencia prece la opuesta: los acontecmientos en Kurdistán norte soaún más alarmantes que la propia escena política de Anatolia.

En esta vuelta al pasado, a diario se pueden leer las noticiarelacionadas con la muerte dsoldados turcos, mientras lamasacres que acontecen en la

regiones kurdas son silenciadaEl canal turco ATV, conocido posus estrechos lazos con el AKPlleva meses recordando el antguo Estado turco que Erdogaheredó. Ese en el que no habíagua potable, las basuras decoraban los barrios más desfavorecidos de Estambul y la trompetsonaba en los entierros de sodados. Desde hace 45 días, econsiderado como mayor problema para el pueblo turco, lcausa kurda, parece renacer covirulencia junto con la idea dla «Nueva Turquía» de Erdogan

Ozan KOSE | A

Los toques de queda

se multiplican en los

enclaves kurdos, que

se van declarando

«aurtonomías

democráticas». La

lira turca cae en

picado y el panturco

MHP ha reclamado la

ley marcial. Hasta

el primer ministro

Davutoglu podría

perderse en la

vorágine si pierde

el respaldo del propio

Erdogan