LOS A V ANCES DEL SISTEMA UNIVERSITARIO ESPAÑOL: MEDIR … · La dureza de la situación actual se...
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LOS A V ANCES DEL SISTEMA UNIVERSITARIO ESPAÑOL: MEDIR SUS
RESULATADOS
Federico Gutiérrez-Solana Salcedo y Anselmo Valle Canal, Universidad de Cantabria
1.- INTRODUCCIÓN
Si a los ciudadanos se les preguntara cuál es su preferencia para marcar un objetivo por el que
apostar como país: tener una mejor sociedad o tener algunas de nuestras universidades entre las
lOO mejores del mundo, sin duda, darían respuesta por la primera opción. Pocos encontrarían
seguramente la razón a la disyuntiva. Algunos podrían justificar que el primer objetivo, bien
planteado, debe pasar por planificar adecuadamente la educación, la investigación y la
transferencia de sus resultados, e invertir adecuadamente para, avanzando por estos caminos,
avanzar mejorando la universidad, ojalá que hasta el máximo nivel internacional, y la sociedad.
Siendo nuestro objetivo la mejora de la sociedad debemos tener presente que no hay alternativa
para crecer y desarrollarse, menos en estos tiempos de crisis, especialmente dañina para nuestro
país que ha sustentado, por años, su crecimiento en bases especuladoras, que siendo una
sociedad competitiva; libre, con ello, para poder establecer, con los resultados de su trabajo, su
propio modelo social.
y en el mundo global izado actual solo son competitivos los países, las sociedades, capaces de
innovar por encima de los demás desde los resultados que genera el conocimiento y la
experiencia de las personas, de sus ciudadanos. Por eso Europa basa su estrategia de futuro en el
documento Europa 2020 en el que el crecimiento inteligente, basado en el conocimiento, es el
elemento que le confiere solidez. Por lo que aboga por invertir hoy en talento para asegurar el
mañana.
Por todo lo anterior, sorprende la insistencia de nuestros gobernantes, apoyándose en el valor
mediático del tema, de manifestar que no tenemos ninguna universidad entre las primeras del
ranking mundial. Su preocupación debería ser otra: cómo conseguir ser un país competitivo
gestionando bien el conocimiento, aprovechando al máximo nuestras capacidades para
generarlo, transmitirlo y transferirlo. Y por ello necesitan conocer bien al sistema universitario
español , sus avances, sus alcances. Necesitan conocer a las universidades y poder medir su
funcionalidad con precisión para, a partir de ello, planificar desde un marco de confianza, con la
participación de todos los agentes sociales. la Universidad que necesita la sociedad que
queremos tener.
2.- HOY VERSUS EL FUTURO. CRISIS VERSUS CONOCIMIENTO.
La dureza de la s ituación actual se acentúa con las previsiones del inmediato futuro: no
creceremos, según el Fondo Monetario Internac ional (FMI), más allá del 2% hasta el años 2017
y, lo que es peor, el crecimiento galopante del desempleo, que triplica el de la Eurozona, no
cederá hasta el 2015.
¿Seremos en este marco suficientemente competitivos para establecer una economía autónoma
que nos garantice mejorar en el inmediato futuro? Debemos elegir bien nuestro camino, la
adecuada estrategia como soc iedad que nos garantice poder crecer, desarrollarnos. Y ese camino
que empezamos al observar que nuestro modelo previo fallaba parece que sigue una dirección
equivocada: por un lado, la inversión en educación cede ante la presión presupuestaria,
acelerándose en estos días esa dinámica; por otro, la inversión en I+D cae después de 15 años de
crecimiento tanto, inicialmente, por el ajuste empresarial como, hoy ya, el fuerte recorte en la
invers ión pública. Pretendemos cambiar e l sustento de nuestra sociedad, hemos analizado bien
que e l conoc imiento es la clave ... y hemos iniciado nuestra andadura por un camino
equivocado.
Equivocado porque otros eligen otras vías y encontrarán mejores opCIOnes que nosotros,
competirán mejor, y además nos avisan de ello. Así, la OCDE pide mayores esfuerzos en las
inversiones en ciencia, tecnología e in novación, mientras China, por ejemplo, invierte en I+D ya
la mitad que Europa.
Mientras, desde el conocimiento prec iso de capac idades y neces idades, se precon izan otras
soluciones, para España, basadas en más empresa y más un iversidad. En efecto, si sentamos la
base de que el camino que la sociedad neces ita es el de la adecuada gestión del conoc imiento,
las Universidades son parte fundam ental del mismo. Y debemos exigir, y apoyar, para que lo
sean y puedan asumir los retos derivados de ello, que se resumen en dos: hacer accesible a la
población sin barreras la educación superior (equidad para no perder ningún talento) y entender
las claves de la competitividad internacional, dando sustento a crear conocimiento y transferirlo
(calidad e internacionalización).
La soc iedad del conoc imiento necesita c iudadanos con un alto nive l fo rmativo, con visión
crítica, analít ica y creativa, capacidades que deben adq uirirse en la educac ión universitaria. Las
un ive rs idades deben garantizarlo, asegurando la transferencia a el los del conocimiento y de las
aptitudes que lo hacen producti vo con una oferta educativa de alta calidad. La necesaria calidad
de contenidos con continuidad, adaptándose a la evo lución de las demandas soc ia les, ex ige de
las univers idades investigar. Además la vi sión clara de las necesidades soc iales enfatizará su
capacidad de transferencia.
En resumen, la receta del desarrollo social requiere universidades plenamente
internacionalizadas que formen con calidad a todos los ciudadanos que lleguen a ellas
(universidades formadoras) , que investiguen con el enfoque puesto en la resolución innovadora
de los problemas con los que la sociedad se enfrenta, que apliquen el conocimiento que generan
en el entorno productivo (universidades creativas, innovadoras y emprendedoras) y, todo ello,
bajo el principio de la cohesión social (universidad cohesiva).
y esa receta, ese camino, requiere una inversión adecuada. A pesar de ello, contrariamente, en
España la crisis ya había arrasado, hasta el 2011, 2.000 millones de euros de la inversión
educativa (el 25% aproximadamente en universidades), a lo que ha seguido nuevos recortes y,
recientemente, el anuncio de su aumento en otros 3.000 millones de euros, lo que en su conjunto
nos llevará a retrocesos en inversión equivalentes a más de siete años. Sin embargo, mientras, la
Unión Europea pide a los países miembros que amplíen, o al menos mantengan, sus
presupuestos para educación y censura los recortes hechos en España. Se usa el ejemplo de
Grecia para hacer ver que la crisis no se supera con recortes, sino con crecimiento económico, lo
que exige inversión.
En España, aunque los consultores y todos los agentes preconizan que la única salida a la crisis
pasa por innovar y pensar en grande para el futuro, a la hora de planificar, las políticas
escogidas son otras: las de reducir inversión, particularmente en educación e I+D+i, a pesar de
que, como veremos, y como aprecia F. Erling Kydland, Premio Nobel de Economía en 2004,
cuenta con buenas universidades y, por ello, potencial para ser atractiva para los inversores. Sin
ese atractivo no seremos capaces de desarrollar un sistema productivo competitivo. Resulta
fundamental aSÍ, aclarar, medir objetivamente, cuales son las capacidades, los valores
funcionales de nuestras universidades para, desde el conocimiento de su realidad, planificar su
modelo de futuro pensando en su trascendente papel en el desarrollo de la sociedad.
3.- UNIVERSIDADES, RANK1NGS y REALIDAD
Como en el principio de incertidumbre, los rankings han provocado cambios en el
funcionamiento de las universidades que, al compararse con las demás, tratan de mejorar
exclusivamente su rendimiento en aquellas funciones que son directamente medidas por los
indicadores de los rankings. Esto conduce o un mal empleo de los mismos ya que no está claro
que midamos la respuesta funcional para mejor planificar sino que planificamos para mejor salir
en aquellas áreas de mayor efecto mediático.
La situación es tan absurda que se llegan a comparar mediáticamente situaciones de colectivos
diferentes en rankings diferentes, generando innecesaria falta de confianza y aprecio a las
universidades, lo que perjudica a la sociedad en su conjunto.
La gran aceptación de los rankings, debido a su aparente simplicidad y aplicabilidad, exige que
se conozca que es lo que realmente representa cada uno de ellos y, así, bajo qué aspectos son
comparables elementos situados en diferentes posiciones en el mismo ranking. Por ejemplo, se
habla de fracaso mundial de la universidad española cuando sólo aparece la Universidad de
Barcelona entre las 150 primeras en un reconocido ranking internacional. ¿Es mala su posición
(142) si se compara con la primera europea, Cambridge, sexta en el mismo ranking? Veamos
algunos indicadores comparativos:
- El presupuesto anual de la Universidad de Cambridge es 2.2 veces el de la Universidad
Barcelona con un precio de matrícula de 7 veces.
- La Universidad de Cambridge tiene un 16% más de profesores, para 5 veces menos
alumnos, y un 26% más de personal de apoyo.
Es decir, la Universidad de Cambridge maneja un presupuesto por alumno diez veces superior a
la de Barcelona y ésta cuenta con una ratio alumno/profesor seis veces superior. En estas
condiciones, ¿cuál de ellas tendrá más capacidad para investigar más, para transferir más y para
educar mejor?, ¿es posible comparar frívolamente sin tener en cuenta estos entornos? ,¿nos
gusta hacernos daño, cuando es tan fácil tratar de entender diferencias y valorar objetivamente si
las posiciones ocupadas son justificables o incluso elogiables? ¿Podemos sacar consecuencias
de por qué el modelo de funcionalidad de cada universidad establece diferencias de resultados?
Quizás por eso la European University Association (EUA) es suficientemente crítica con los
rankings, a los que considera que, generalmente, só lo cubren con sus indicadores parte de la
funcionalidad universitaria, con preferencia, por facilidad, la investigadora. Además los
considera no absolutamente transparentes e incompletos, al aportar resultados estables de sólo
unas 1.000 universidades de las más de 17.000 existentes en todo el mundo. Por todo ello,
preconiza que las decisiones sobre educación superior no deben basarse únicamente en datos
que vengan de los rankings más mediáticos.
Contrariamente a ello, uno de los argumentos del Ministro de Educación español para justificar
cambios en el Sistema Universitario Españo l y, posiblemente, recortes en su inversió n en
conocimiento, tanto en educación como en I+D+i, es que no tenemos ninguna univers idad entre
las top a nivel mundial. Pero ¿es posible que las tengamos en nuestras condiciones? Jamil Salmi
en "El Jesqfl() de crear universidades de rungo 11/undial" publicación del Banco Mundial de
2009 . da tres condiciones para ello. abso lutamente: engarzadas unas en otras: concentración de
talento (estudiantes y personal docente e investigador, lo que implica internacionalización
plena); recursos abundantes (financiación adecuada) y gobernabilidad favorable (normativa
adecuada, autonomía de gestión, visión estratégica y cultura de excelencia). La Figura 1 muestra
los factores claves de una universidad de rango mundial.
Fig. I
CARACTERíSTICAS DE UNA UNIVERSIDAD DE CRUE RANGO MUNDIAL (URM): factores clave
{
I'cbncentrac~ ~etalent~
Recursos del presupuesto público
Estudiantes
Personal docente
Investigadores
Internacionalización
~EI desafio de W!aI univetsidadts de , .. ngomu!ldial"
Jarnil ~Imi, 2009. Banco Mundial
Marco normativo de apoyo f' Ingresos de fondos de Autonomía, libertad
Abundantes donaciones académica Gobernab ilidad recursos favorable
\.1 . ,Precio de la matrícula Equipo de liderazgo
\.J Becas de Vis ión estratégica i{lvestigación Cultura de exselenda
Es en base a estos tres factores por donde se deben mejorar las universidades: evolucionarlas
hasta alcanzar universidades más gobernables y con más capacidad de atracción, y financiar
adecuadamente la planificación previa realizada. No es tan fácil como aglutinar o concentrar,
solución cuantitativa, sino una opción cualitativa para establecer la mejor calidad, la búsqueda
de la excelencia teniendo la especialización como proceso selectivo, con capacidad de
financiarla a través de una concienciación a todos los agentes sociales de su interés estratégico
para la sociedad,. La mejora continua de las universidades, basada en la planificación, la
inversión adecuada y la exigencia de rendición de cuentas, es el camino para el futuro.
4.- LAS CLAVES DE LA ACTIVIDAD UNIVERSITARIA PARA EL DESARROLLO
SOCIAL.
Planificar, por un lado, la universidad para hacerla elemento clave de la sociedad para una
eficiente gestión del conocimiento, con su actividad centrada en la ejecución de las funciones
que define el triángulo del conocimiento y dotarla, por otro, de la inversión adecuada para que
esta ejecución sea completa, son los dos pasos clave (inversión y actividad) que propician el
desarrollo competitivo, el tercero y fundamental (sociedad competitiva). Una vez que ésta lo
sea, y crezca en ello, cada vez será más fácil propiciar los otros dos pasos: la sociedad invertirá
más, por mayor capacidad y concienciación, y la universidad será más activa, por capacidad y
medios disponibles. La Figura 2 ilustra el crecimiento en espiral de los pasos anteriores:
inversión, actividad y competitividad.
Fig2
CRUE INVERSiÓN
Veamos cuál es la situación española en e l contexto global ten iendo en cuenta que el objetivo es
e l desarrollo de una sociedad competitiva, es decir, mejor que otras, al menos en ámbitos
determinados que sean estratégicos para su desarrollo y para el modelo social buscado.
4.1 Inversión y actividad universitaria
España no parte, como hemos visto, de universidades entre las top de la élite. Los países que
cuentan con ellas a ese nivel ya son altamente competitivos por dos razones que España no
cumple, o son países poblacionalmente, y potencialmente, grandes como China o Rusia, o
invierten, por cultura y tradición, en educación e I+D+i más que el nivel medio de la OCDE. A
pesar de ello, España sí tiene un criterio también necesario, aunque no suficiente, para tener
universidades de élite mundial: España cuenta con universidades investigadoras, ya que todas
sus universidades públicas lo son en estructura funcional con mayor o menor éxito en sus
resultados, en general competitivos, y también lo son algunas de sus privadas, aunque en este
caso, salvo en una, con resultados de investigación m uy modestos.
A nivel universitario tenemos ganada, como país, la estructura necesaria de apoyo al desarrollo:
universidades investigadoras. Pero nos falta creer en ello, estar convencidos de ello, es decir,
invertir en ello. Nuestra inversión en conocimiento (1,1 % del PIB en educación; 1,38% del PIB
en I+D+i) está lejos de países en cuyo grupo social queremos estar: Gran Bretaña (1,3; 1,88),
Francia (1,4; 2,02) Alemania (1,1; 2,63), y, además, la brecha se agranda con las políticas de
inversión antagónicas entre algunos de ellos y nosotros. Más lejos aún estamos de EEUU (3,1;
2,79).
Pero no está todo perdido, si como país somos capaces de reconsiderar y corregir nuestras
políticas en inversión del conocimiento, porque tenemos la base de nuestras universidades
investigadoras que, produciendo dos tercios de nuestros resultados científicos, son el elemento
clave para que España se convierta en una potencia científica, la novena, a nivel mundial, en
términos absolutos como suma de la producción científica de los últimos quince años . España
es dueña del 3,4% de la producción científica mundial, y tiene, por habitante, una producción
superior a Japón, equivalente a Italia y sólo el 75% de la de Alemania que, no olvidemos,
invierte casi el doble que nosotros con referencia al PIB de cada uno, siendo, además, el alemán
mucho mayor que el nuestro.
Debemos corregir nuestras políticas de inversión, y pronto, ya que esta posición aventajada no
durará siempre. De hecho, considerando sólo 20 I O, España fue ya la décima potencia mundial
en términos absolutos, siendo superada por la India a pesar de que el nivel con referencia a
EEUU haya ido mejorando y en 20 10 nuestra producción absoluta haya sido el 13% de la
americana, cuando la media de los quince años últimos fue del 11%. Pero India ha pasado del
10 al 14% y China, segunda potencia mundial , del 35% al 65% de la producción científica
americana. Es decir, nos alejamos por inversión de aquellos paises con modelos semejantes y
podemos perder la oportunidad de seguir acercándonos a ellos y perderemos posiciones respecto
a países emergentes. de ¡,mna que lo que sucede ya con India pronto sucederá con Brasil.
Nos queda además que nuestra producción científica tiene una calidad superior a la media
global (1,16) Y no resulta desdeñable. Frente a algunos golpes mediáticos que han tratado de
mostrar lo contrario, España se acerca (70% y 60%) a Gran Bretaña y a EEUU,
respectivamente, en ratio de citas por documento publicado.
Si consideramos la eficiencia y comparamos la producción científica por habitante con la
inversión en I+D+i relativa al PIB, España tiene, junto con Italia, Canadá y Reino Unido, los
sistemas científicos más productivos, es decir altamente eficientes. Reconsideremos esta
situación que debe aprovecharse y no perderse una vez alcanzada.
Esto se nota de nuevo, salvando el valor mediático de los rankings más populares, en la
clasificación de las universidades por su producción científica absoluta. España, una vez
normalizado por el porcentaje de PIB invertido en I+D+i, coloca casi tantas universidades entre
las 1000 más productivas de las 17.000 existentes, como Gran Bretaña o Italia; sólo por debajo
de EEUU y China; por encima de Alemania O Japón, y muy por encima de Francia.
De nuevo, con este indicador, el sistema español, junto al italiano, al canadiense y al británico,
está en la cima de la eficiencia, atendiendo a resultados relativos al tamaño e inversión. Aun así,
es cierto que universidad a universidad, estamos lejos en producción científica de calidad
máxima por alumno (como indicador del tamaño y del modelo de universidad) de las grandes,
únicamente de las grandes, universidades americanas o británicas, que están sirviendo de
modelo a las mejores universidades de los países emergentes.
Esta situación española no es homogénea cuando se salta a la escala autonómica. En términos de
eficiencia, Asturias, Cantabria y Madrid están en la cumbre, aunque es esta última por su
inversión, por encima del 2% del PIB, como Navarra y País Vasco, la que lidera en términos de
producción por habitante, seguida de Navarra, Cataluña y Cantabria.
Un factor importante a analizar en la distribución de la inversión en I+D+i española comparada
con la de los países más avanzados y competitivos. Sólo los países con una participación por
encima del 65% del sector privado en la inversión total en I+D+i tienen universidades de élite.
y España con un 52% en 2009, desde donde año a año ha ido bajando en proporción, no tiene
esa distribución y se aleja del umbral necesario.
Así que hablando de inversión en I+D+i, España invierte menos de lo que debe y su distribución
no es la adecuada por la baja participación del sector privado en ello. Además, las tendencias
son a decrecer en la inversión, tanto en términos absolutos de la parte pública como de la
privada y perdiendo peso relativo esta última.
Si comparamos con los países inversores en I+D+i que acompañan resultados de competitividad
adecuada, España debería incrementar al menos en un 50% su inversión en I+D+i respecto al
PIB, debiendo mejorar, y mucho, hasta un 70% más, el esfuerzo del sector privado. Todo ello
para alcanzar la media europea.
Por Autonomías, sólo el País vasco y Navarra, tanto en nivel como en distribución presentan la
inversión asimilable a la de los países europeos más competitivos. Madrid y Cataluña tienen una
distribución como la media española, con unos niveles superiores en un 50% y un 25%
respectivamente a la media española. El resto no alcanzan ni en nivel ni en distribución a los
valores nacionales, ya por sí lejos de los europeos. La Figura 3 muestra una clasificación de las
regiones autonómicas por su inversión en I+D+i y la distribución de ésta.
Fig3
REPARTO POR SECTORES DE LA INVERSIÓN EN I+D EN CRUE COMUNIDADES AUTÓNOMAS (2010)
DISTRIBUCiÓN DE LA INVERSiÓN EN 1+0
GRUPO r (Mayor gasto 1+0)
GRUPO IJ
GRUPO 111
GR UPO IV
GRUPO V (Menor gasto 1+0)
Catl!l orfa A (Perfil Europa)
• Navarra (156) :: País Vasco (132)
(atelorla B (Perfil España)
11 Com. de Mad rid (56)
= Cataluña n 03f
~ AraJón (178) 'NI castilla V León (la6) = La Ricja (202 )
[) ¡casti lla l a Mancha (206)
categorla e (Participación Universidad·
Empresa equilibrada)
... Cantabria (188) = Andalucía (190) IJ§E Como Valenciana (165)
D Prínc. Ast urias (192 ) ....... Galicia (182)
• Región de Murcia (196)
catelorla O (Debíl part icipaCión
empresarial)
= Extrema dura (226)
• . Canarias (220)
5 II les Ba lears (205 )
GASTOS DE I+D CO MO PORCENTAJE DEl PIS POR COMUNIDADES AUTÓN OMAS 2010
2,02 1,91 1,%
I I I t,63 : 1,39
I '.' 1,16 l ,lS '.08 1,06 1,06 1,03
I I 0,96 0,94 0,B3 0,71 0,62
liI liI liI liiiI 0,41 : 0,14 0,09 • lIii ' -
' " •• ,o· .' J' ' ? ¡ ,t'" ~.> ¡f " .f ","'- .l!>~' ~ .. "6 • ,> "". ... '" ",<§ ,,' " .)# ." .' ~"." ". " i'~ r.l' '" ri',,,,> ,'" ..... ,,< .'" lé~ ,,' .' "
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.}s":" · ,,'
" ,,' " ~ __ G_R_U_PO __ ' ~~ GRUPO 111 Y GRUPO IV II GRUPO V
A pesar de esta baja inversión y la falta de cultura inversora del sector empresarial en I+D+i, los
resultados en investigación, debido a la actividad universitaria principalmente, son muy
destacados. A esa probada eficiencia, se une que el sector empresarial aporta casi el 10% de la
inversión en I+D+i universitaria, lo que aproxima a los valores medios europeos, en porcentaje.
4.2 Competitividad
Por tanto, siendo eficientes y sabiendo como interaccionar, la mejora debe provenir de una
buena planificación para estimular y aplicar las capacidades con objetivos que generen
desarrollo, amplificando el proceso de resultados y su transferencia, y de confiar e invertir en
ello.
¿Seríamos así suficientemente competitivos? Porque ahora no lo somos y salir de esa situación
requiere cambios de nuevos estímulos en la dirección adecuada. En efecto, es objetivo decir
que con la situación actual no somos suficientemente competitivos. La crisis actual 10 ha puesto
en evidencia de forma descarnada. El Informe Global de Competitividad, que se establece con
periodicidad anual, pone el talón de Aquiles de nuestra competitividad en nuestra falta de
capacidad de innovación, de cultura innovadora por tanto. La Figura 4 lo muestra.
Fig4
COMPETITIVIDAD CRUE
12T" pillar: l~ noVfllio" 12 01 C<oIw:rl ~ 100 IMfI"wn 12 02 o~,' ti' 01 !\ClmtJhr "'5CII,ch mst,lu!"'rrs 12 03 Company sp(ndt>q oro R&D 1204 Unrve's<!ytnOOstr"y <;Oo'\M><J<~n., RflD 110S 00v'1 ptccuIerTlrol 01 a¡t.,"aoced lech P'Od<lC\S 12 06 A.iOlabHy ol >oQ(IflUM~ ~rO'.I ~"!I;nee<'i 1107 V\Il''Vjl!Il''''15pt:1 m.I:1OO ~Ioc.n·
" " " " " " " Innovation
~ EC IC F M
Business sophistication
Ma rket size -:--!
Technologica! readiness
Financial market development
Institutions )
Nuestro problema:
INNOVACiÓN '" Infrastructure
, '.
Labor market efficiency
Macroeconomic \ environment
Health and primary
education
J Higher education and training
Goods market efficiency
The Global Competrtlveness Report 2010-2011
España, en su potencial innovador, se sitúa en el tercer cuartil, a escala europea, en un grupo en
que nos acompa11an la República C heca, Grecia, Hungría, Italia, Malta o Portugal , todos
inno vadores moderados. Compañeros de viaj e también en dificultades frente a la superació n de
la cri sis. Estamos lejos de los líderes innovadores como Alemania y los países nórdicos y los
seguidores de la innovación, entre los que están Francia y el Reino Unido, Bélgica y Holanda o
Eslovenia.
Es decir, España es un país con innovación moderada, y en descenso en su índice sintético
desde el año 2005, así que innovamos poco pero, comparativamente, lo haremos en el futuro
aún peor. ¿Cambiamos de rumbo? Necesitamos hacerlo para ser competitivos y tener esperanzas
de crecimiento.
La prueba se obtiene simplemente al comparar el Índice de Competitividad Global de los
diferentes países (4,49 para España en 2010/11) con su inversión en I+D+i. El resultado es
correlacionable mediante una función escalón, con un primer tramo de países poco inversores,
entre los que está España, todos ellos poco competitivos y por debajo de un umbral de
inversión en el entorno de 1,6% del PIE, aunque su competitividad crece con una pequeña
pendiente al aumentar su nivel de inversión. En torno al valor umbral señalado se produce un
escalón sustancial, ya que, mayoritariamente, para países con inversión superior su
competitividad es elevada, pasando de índices de valor 4,5 ±0,2 a índices con valores superiores
a 5,0, que crecen a medida que la inversión también lo hace. La Figura 5 evidencia la relación
entre inversión e índice de competitividad.
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CORRELACiÓN ENTRE COMPETITIVIDAD E CRUE INVERSiÓN EN 1+0
RELACiÓN íNDICE DE COMPETITIVIDAD GLOBAL E INVERSiÓN EN 1+0 I
UMBRAL
I _. _. I _ 5,56
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• y.". -----: : .t,sn l l ~ I _____ -- EFECTO TAMAÑO
::L_---,..~. EFECTO INVERSiÓN índice d
e Correlac;ón _ 0, 7442 -
O,s ,,s
INVERSiÓN EN I+D EN TÉRMINOS DE PIB
Aparte del efecto inversor, hay un efecto propio del tamaño del país. Los países pequeños, e
Is landia puede ser un ejemplo, ni siquiera con una fuerte inversión de 2,65% de su PIB en I+D+i
alcanza índices de competitividad de 4,7, mientras que los grande que invierten similarmente,
como Alemania, alcanza índices de 5,4.
Una siruación semejante se refleja a escala de las regiones. Madrid, comunidad poblada e
inversora, ocupa el puesto 56 de región competitiva en Europa. Cataluña es la 103, el País
Vasco la 112 y Navarra la 156. Las cuatro, ya lo hemos mencionado, más inversoras en I+D+i
del conjunto de regiones españolas. Entre ellas, Navarra queda penalizada por su factor
poblacional. Y, ¿dónde queda el resto? En puestos competitivos que se encuentran entre el 165
al 230, con índices inferiores a la media europea, que sí son superadas por País Vasco, Cataluña
y Madrid, cuya inversión supera ese umbral del 1,6% de sU PIB. La Figura 6 muestra la relación
entre inversión y competitividad a escala regional española.
Fig6
CORRELACIÓN ENTRE COMPETITIVIDAD E CRUE INVERSIÓN EN 1+0
lil,llll.goo~ .. (_""" OH' "'o .. . " RELACiÓN íNDICE DE COMPETITIVIDAD REGIONAL UE E INVERSiÓN EN I+D
0.6
UMBRAL 111
w
" ~ 0._
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2.50
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., INVERSiÓN EN 1+0 EN TIRMINOS DE 1+0 (2009)
Neces itamos ser competitivos para tener mejor futuro y requeriremos una invers ión mayor en
I+ D+i de la que hacemos, suficientemente superior para pasar, al menos, el umbral del 1,6% del
PIB. Esfuerzo que debe venir, preferentemente, de nuestro tejido productivo, estimulado por las
administraciones públicas. buscando la mejor y mayor conectividad de empresas y
universidades y centros de investigación, para traspasar a resultados innovadores los eficientes
resultados investigadores que ya tenemos.
y en esa línea el Informe COTEC de 20 I O puso en eficiencia una serie de acciones, diez, que
podemos ordenar adecuadamente para, primero, cimentar los aspectos básicos de la gestión
adecuada del conocimiento (educación e investigación) y, posteriormente, alcanzar los otros
rasgos que nos deben mejorar en la competitividad empresarial y, así, en la social. Como
muestra la Figura 7, se pueden recordar, agrupadas y en orden de su creciente impulso a la
transferencia de conocimiento y la cultura innovadora:
GRUPO 1.- BASES DEL CONOCIMIENTO
1.- Mejorar el sistema educativo
2.- Conseguir que la Universidad y la investigación pública se impliquen plenamente en
la solución de los problemas de su entorno
GRUPO 11.- INVERSIÓN PARA SER ATRACTIVOS
3.- Atraer el talento y la inversión extranjera
GRUPO I1I.- CULTURA INNOVADORA. FOMENTO DE LA INNOVACIÓN
4.- Lograr que la sociedad aprecie que los empresarios asuman los riesgos de la
innovación
5.- Evitar que leyes, fiscalidad y regulación obstaculicen la innovación
6.- Hacer conscientes a las empresas de que su sostenibilidad depende de su capacidad
para crear valor
7.- Implicar a la financiación privada en la innovación
8.- Lograr que las PYMES encuentren una amplia oferta de servicios para la innovación
GRUPO IV.- MEJORA COMPETITIVA EMPRESARIAL
9.- Aprovechar el mercado de las grandes empresas y de la Administración como
tractores tecnológicos
10.- Preparar a las PYMES para el mercado global
Fig7
CRUE RETOS PARA LA COMPET.!.!L~~!?AD
10.- Preparar iI las PYME5 para el mercado Blabal
9.- Aprovechar el mercado de las Braodes empresas y de la Administradón como t@ctores tecnológicos
8 .- locrar que las PYMES encuentren una amplia ofertil de servicios para la innovación
7 " Im plica r iI ( .. financiación privada
en la innovación
6.· Hacer conscientes a las empresils de que su iog!?oibilidad depe nde de su capacidad para ~
S.- Evitar que leyes. fi~illi dad '1 regulación obstaculicen la innovaCión
4. logr,u que la sociedad .. precie que los empresilrios .»urnan los rle~gos de Ii! iMOY,1c¡ón
] ~ ~ I talento y Id IIwt!r~ioll
e XIr.mJCliI
2." Conseguir que la Universidad y la invl!stigadón publica se impliqul!" pll!namente en 1.1 soluciÓn de los problemas de su ento rno
l .- Mejorar el sistema educativo
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COMPETlTIVI~':'LJ IIIlI' ,; . !~~-;~'ii!'!: m;~·~·m· · EMPRESARIAL
•
Hecho el diagnóstico, España, que es uno de los países con baja capacidad innovadora y en
retroceso, necesita cambiar para ser suficientemente competitiva y así ser capaz de establecer su
propio modelo de desarrollo. Ese cambio viene propiciado por análisis previos realizados por el
entorno empresarial, y asumido por el universitario, que tratan de asentar unos só lidos cimientos
en Educación e Investigación y generar una cultura innovadora y un marco propicio para
desarrollarla y ganar en competitividad empresarial. Es decir, se marca camino y so luciones,
pero el recorrido exige inversión y confianza de todos los actores entre sí. Y ese camino otros ya
lo vienen recorriendo, por tiempo o más recientemente, y, en todo caso, nos enseñan sus buenos
resultados.
5.- PREVEISIÓN DE FUTURO PARA EU ROPA : INVERTIR EN CONOCIMI ENTO Y
TALENTO
y e l d iagnóstico que hoy ya vale para España, amenaza a Europa en su conjunto en un futuro
inmediato. Tras el análisis Europa urge a la necesidad de actuar como Unión para tener éxito
competitivo, con una estrategia común que garantice el crecimiento inteligente, sostenible e
integrador. Y lo presenta en un documento de intenciones. Europa 2020, que marca el camino
en los primeros ail.os de este siglo XXI.
De nuevo, el conocimiento y su adecuada gestión y la innovación como motor, están en el
corazón de ese crecimiento inteligente preconizado. Que además debe ser sostenible, en
continuidad de mantenimiento de ambiente y recursos, y que debe ser integrador, capaz de,
desde la empleabilidad para las personas, establecer una sociedad altamente cohesiva.
Es decir, genera una estrategia de actividad basada en el conocimiento y su concreta gestión
para transferirlo y seguirlo generando, y fija un reto, un esfuerzo para poder alcanzarlo: invertir
el 3% de PIE europeo en I+D+i, además del 1 ,5% en educación superior.
Conscientes del diagnóstico y del camino señalado, las universidades europeas establecieron su
última declaración en Aarhus en abril de 2011, tratando de fomentar que la educación superior
alcance al mayor número posible de personas con talento para garantizar la misión de las
universidades, imprescindible para el futuro de Europa.
La EUA requiere para ello una inversión sostenida para las universidades, en el fomento de la
educación, la investigación y la innovación, al considerar a las universidades como motores de
la recuperación y el crecimiento de la economía, cruciales para el futuro de Europa.
Así pues, Europa se fija un camino, que preconiza que la lucha contra la crisis económica y
financiera debe hacerse a través de la inversión en educación e investigación para, con una
fuerte cultura innovadora, transformar el conocimiento en desarrollo con personas de talento.
Invertir hoy para garantizar atracción de talento, creación de conocimiento y desarrollo para el
mañana. Al fin y al cabo, el mismo diagnóstico y las mismas soluciones que con mucha más
inmediatez requiere España.
6.- CONCLUSIÓN
Es por todo lo que antecede que España será una sociedad autónoma si es capaz de planificar,
entre todos sus agentes sociales, un modelo de crecimiento inteligente que nos acerque a los
estándares innovadores de competitividad y de crecimiento de Europa actuales, para así
incorporarnos, bien dispuestos, al camino señalado por todos como Europa 2020.
Yeso requiere un esfuerzo de todos, propiciado por una actitud de búsqueda del marco
adecuado para ello por los responsables públicos. Solo entre todos podremos lograrlo SI
trabajamos con confianza mutua, lo que requiere conocernos bien, sin prejuicios previos ni
descalificaciones anticipadas. Del conocimiento, el respeto y la confianza mutua nacerá la
colaboración estrecha en un modelo de sociedad integral que necesitamos porque, en otro caso,
no llegaremos nunea al tren del futuro que ya está anunciado.
y la buena noticia es que la sociedad española confia en el combustible de todo ello, el
conocimiento. Confia en los motores que deben propiciarlo y transformarlo en riqueza: los
cientificos y las universidades, que se sitúan en la cabeza, esta vez si, del ranking de confianza
de la sociedad española, que en más del 75% requiere mayor, o al menos igual, inversión en
ciencia y tecnologia, por las administraciones públicas, frente a que sólo un 10% pide invertir
menos que en la actualidad. ¿Por qué hacer caso a la minoría y recortar en la materia prima del
futuro, el conocimiento, y en las personas que lo deben transformar? ¿Por qué no hacer un
esfuerzo como país, si a escala familiar ya se hace, siempre se hizo, para garantizar que los hijos
tengan la oportunidad de formarse al máximo en atención a sus capacidades?, ¿por qué no lo
hacemos? Si además podemos, porque se ha demostrado que con poco hemos sido capaces de
mucho. Hagámoslo y sigamos tres principales indicadores para ver si el camino es adecuado:
• Inversión en conocimiento.
• Funcionalidad universitaria.
• Competitividad del país.