Los Asesinos de Sacheri Estan en El Poder-domingo 221207

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Un acontecimiento histórico: 22 de Diciembre de 1974: HOY LOS ASESINOS DE SACHERI ESTAN EN EL PODER - Lluvia de ideas en torno a un asesinato que está impune - LEIDO EN CRUZ Y FIERRO: http://cruz-y-fierro.blogspot.com/ El domingo 22 de diciembre de 1974, regresando de Misa a su casa de San Isidro (Provincia de Buenos Aires) en automóvil con su mujer y sus siete hijos (todos muy pequeños), el Dr. CARLOS ALBERTO SACHERI fue ametrallado desde una motocicleta frente a su familia. A los pocos días, en la redacción de la revista Cabildo –donde eventualmente había aparecido alguna colaboración suya—se recibía el siguiente comunicado: “Nos dirigimos a Ud. con la confianza que nos dan los dos contactos mantenidos… en las personas de los queridísimos aunque extintos profesores Jordán Bruno Genta y Carlos Alberto Sacheri… Enterados de la ferviente devoción que los extintos profesaban a Cristo Rey, de quien se decían infatigables soldados, nuestra comunidad ha esperado las festividades de Cristo Rey según el antiguo y el nuevo ‘ordo missae’ y ha permitido que los nombrados comulgaran del dulce cuerpo de su Salvador para que pudieran reunirse con Él en la gloria, puesto que en este Valle de Lágrimas eran depositarios de la Santa Eucaristía…” Firmaba la misiva el Ejército Revolucionario del Pueblo “22 de Agosto”. Si analizamos un poco el texto, en primer lugar no puede dudarse de que su asesinato fue por odio a la Fe y no sólo por motivos políticos. Pero, además, hay unas cuantas afirmaciones, palabras, etc. que demuestran conocimientos de Teología; incluso, el autor parece estar al tanto de las discusiones dentro del “ambiente eclesiástico”. ¿Por qué lo mataron? Carlos Sacheri era abogado pero se había desempeñado como profesor en el terreno de la Filosofía del Derecho. Habiendo sido dirigente de la Juventud de Acción Católica, desde su regreso de Canadá, donde realizó su doctorado, animaba la obra de la Ciudad Católica en el Instituto de Promoción Social (IPSA) y la revista Verbo. Sólo había publicado artículos de su especialidad o sobre la actualidad eclesial y mundial. Algunos de estos, publicados con anterioridad en Verbo, La Nueva Provincia, etc. fueron recopilados en dos libritos que tuvieron amplia difusión. Uno era una especie de conciso manual de doctrina social cristiana, LA IGLESIA Y LO SOCIAL (luego reeditado con el título EL ORDEN NATURAL), de tono académico, aunque de fácil lectura, se trataba más que nada de una exposición somera de los principios clásicos. Su estilo, y la ausencia de ataques a otras doctrinas, no podía molestar a nadie. El otro libro era LA IGLESIA CLANDESTINA, donde luego de desmentir las pretensiones del Tercermundismo, se desentrañaba con precisión y soltura las vinculaciones de ciertos sectores eclesiásticos con la izquierda europea e, incluso, la guerrilla local que ya se había cobrado varias víctimas. Éste libro sí molestaba, especialmente en los ambientes marginales, muy mediáticos de los tercermundistas. ¿Qué era el Ejército Revolucionario del Pueblo 22 de Agosto que se atribuyó el atentado? Para eso me voy a basar un texto aparecido en la revista Lucha Armada en la Argentina, nº 2 de marzo a mayo de 2005, escrito por un sociólogo y profesor de la UBA, Eduardo Weisz, con el título “ERP-22 de Agosto: Fracción Pro- Cámpora en el PRT-ERP”. Este trabajo se encuentra fácilmente en internet (lo reproducen varios sitios). Además completo la información con datos provistos por los sitios en internet del PRT, el PC, el diario Página/12, las Madres de Plaza de Mayo, Curas en la Opción Preferencial por los Pobres, etc. –donde se reivindica la violencia política aunque se critiquen cuestiones “tácticas”. El “22 de agosto” se refiere a la fecha de 1972 en que tiene lugar la primera operación conjunta a gran escala de todas las fuerzas guerrilleras –Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), los Montoneros y las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP)—con el fin de liberar a muchos de sus principales jefes presos en el penal de Trelew (Provincia de Chubut, en la Patagonia). Gracias a toda una serie de torpezas por parte de los guerrilleros (que ellos mismos han reconocido), sólo unos pocos (los jefes) lograron escapar. Y de allí, en un avión secuestrado, pasan a Chile –donde, tras ser atendidos por el presidente Allende, parten hacia Cuba para recibir pertrechos y entrenamiento militar. Los que quedaron en el penal o fueron apresados intentando escapar, por su parte, habrían sido objeto de una brutal represión que pasó a la historia como la “masacre de Trelew”. De ahí la fecha mítica del 22 de Agosto. Desde tiempo antes existía en el seno del guevarista Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y su brazo armado, el ERP, una raigal discusión sobre la posibilidad de colaborar con el “peronismo revolucionario”. Es así que la facción “peronizante” es expulsada y en enero de 1973 funda el ERP-22 de Agosto, conocido como “el 22”. Se incorporaron casi todos los miembros de la

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Un acontecimiento histórico: 22 de Diciembre de 1974: HOY LOS ASESINOS DE SACHERI ESTAN EN EL PODER - Lluvia de ideas en torno a un asesinato que está impune - LEIDO EN CRUZ Y FIERRO: http://cruz-y-fierro.blogspot.com/

El domingo 22 de diciembre de 1974, regresando de Misa a su casa de San Isidro (Provincia de Buenos Aires) en automóvil con su mujer y sus siete hijos (todos muy pequeños), el Dr. CARLOS ALBERTO SACHERI fue ametrallado desde una motocicleta frente a su familia. A los pocos días, en la redacción de la revista Cabildo –donde eventualmente había aparecido alguna colaboración suya—se recibía el siguiente comunicado:

“Nos dirigimos a Ud. con la confianza que nos dan los dos contactos mantenidos… en las personas de los queridísimos aunque extintos

profesores Jordán Bruno Genta y Carlos Alberto Sacheri… Enterados de la ferviente devoción que los extintos profesaban a Cristo Rey, de quien se

decían infatigables soldados, nuestra comunidad ha esperado las festividades de Cristo Rey según el antiguo y el nuevo ‘ordo missae’ y ha

permitido que los nombrados comulgaran del dulce cuerpo de su Salvador para que pudieran reunirse con Él en la gloria, puesto que en este Valle de Lágrimas eran depositarios de la Santa Eucaristía…” Firmaba la misiva el

Ejército Revolucionario del Pueblo “22 de Agosto”.Si analizamos un poco el texto, en primer lugar no puede dudarse de que su asesinato fue por odio a la Fe y no sólo por motivos políticos. Pero, además, hay unas cuantas afirmaciones, palabras, etc. que demuestran conocimientos de Teología; incluso, el autor parece estar al tanto de las discusiones dentro del “ambiente eclesiástico”.¿Por qué lo mataron? Carlos Sacheri era abogado pero se había desempeñado como profesor en el terreno de la Filosofía del Derecho. Habiendo sido dirigente de la Juventud de Acción Católica, desde su regreso de Canadá, donde realizó su doctorado, animaba la obra de la Ciudad Católica en el Instituto de Promoción Social (IPSA) y la revista Verbo.Sólo había publicado artículos de su especialidad o sobre la actualidad eclesial y mundial. Algunos de estos, publicados con anterioridad en Verbo, La Nueva Provincia, etc. fueron recopilados en dos libritos que tuvieron amplia difusión.Uno era una especie de conciso manual de doctrina social cristiana, LA IGLESIA Y LO SOCIAL (luego reeditado con el título EL ORDEN NATURAL), de tono académico, aunque de fácil lectura, se trataba más que nada de una exposición somera de los principios clásicos. Su estilo, y la ausencia de ataques a otras doctrinas, no podía molestar a nadie.El otro libro era LA IGLESIA CLANDESTINA, donde luego de desmentir las pretensiones del Tercermundismo, se desentrañaba con precisión y soltura las vinculaciones de ciertos sectores eclesiásticos con la izquierda europea e, incluso, la guerrilla local que ya se había cobrado varias víctimas. Éste libro sí molestaba, especialmente en los ambientes marginales, muy mediáticos de los tercermundistas.¿Qué era el Ejército Revolucionario del Pueblo 22 de Agosto que se atribuyó el atentado? Para eso me voy a basar un texto aparecido en la revista Lucha Armada en la Argentina, nº 2 de marzo a mayo de 2005, escrito por un sociólogo y profesor de la UBA, Eduardo Weisz, con el título “ERP-22 de Agosto: Fracción Pro-Cámpora en el PRT-ERP”. Este trabajo se encuentra fácilmente en internet (lo reproducen varios sitios). Además completo la información con datos provistos por los sitios en internet del PRT, el PC, el diario Página/12, las Madres de Plaza de Mayo, Curas en la Opción Preferencial por los Pobres, etc. –donde se reivindica la violencia política aunque se critiquen cuestiones “tácticas”.El “22 de agosto” se refiere a la fecha de 1972 en que tiene lugar la primera operación conjunta a gran escala de todas las fuerzas guerrilleras –Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), los Montoneros y las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP)—con el fin de liberar a muchos de sus principales jefes presos en el penal de Trelew (Provincia de Chubut, en la Patagonia).Gracias a toda una serie de torpezas por parte de los guerrilleros (que ellos mismos han reconocido), sólo unos pocos (los jefes) lograron escapar. Y de allí, en un avión secuestrado, pasan a Chile –donde, tras ser atendidos por el presidente Allende, parten hacia Cuba para recibir pertrechos y entrenamiento militar. Los que

quedaron en el penal o fueron apresados intentando escapar, por su parte, habrían sido objeto de una brutal represión que pasó a la historia como la “masacre de Trelew”. De ahí la fecha mítica del 22 de Agosto.Desde tiempo antes existía en el seno del guevarista Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y su brazo armado, el ERP, una raigal discusión sobre la posibilidad de colaborar con el “peronismo revolucionario”. Es así que la facción “peronizante” es expulsada y en enero de 1973 funda el ERP-22 de Agosto, conocido como “el 22”. Se incorporaron casi todos los miembros de la Regional Buenos Aires y del Comité Militar de Capital Federal del PRT/ERP.Su primera operación importante fue en marzo de 1973: el secuestro de Héctor Ricardo García, el dueño del diario vespertino Crónica, liberado a cambio de la publicación de una serie de solicitadas en donde el “22″ se hacía público y daba su apoyo crítico al peronista Frente Justicialista de Liberación (FREJULI). Al mes siguiente comenten su primer atentado con un estilo que les será propio: desde una moto ametrallan al contralmirante Hermes Quijada (el “crimen” por el que se ajusticiaba a Quijada había sido ser quien leyó el parte oficial de lo ocurrido en la “masacre de Trelew”).Ese mismo mes ocupan por unas horas la localidad de Maschwitz en el Gran Buenos Aires, con varios robos –especialmente de armas y dinero que usarán en sus siguientes operaciones militares. En junio asesinan a un “ejecutivo” de Ford (Luis V. Giovanelli) cuando éste salía de la planta de Pacheco (su “crimen”: vestir de traje y corbata). En septiembre secuestran al apoderado del diario matutino Clarín (Bernardo Sofovich), que liberan también a cambio de la publicación de solicitadas en el medio de mayor circulación del país.En marzo del ’74 desde una moto balean a Miguel Ángel Castrofini, antiguo militante de Nueva Argentina, en la puerta de su casa y frente a su esposa e hijos (¿su “crimen”? aparentemente conocer personalmente a miembros del “22”). Al mes siguiente, también desde una moto, se ametralla al camarista penal federal Jorge Vicente Quiroga (su “crimen”: juzgar y enviar a la cárcel a guerrilleros). A fines de octubre, también casi en la puerta de su casa es baleado el profesor de filosofía Jordán Bruno Genta. Y casi dos meses después le toca el turno al profesor SACHERI. La última operación conocida será el asesinato de un policía, también junto a sus hijos pequeños –dos de los cuales resultan heridos. Los cuadros sobrevivientes del “22” se reintegrarán al grueso del ERP, mientras que sus dirigentes marchaban al exilio. Para quien no esté muy despierto con las fechas, debo notar que “el 22” operó en pleno gobierno democrático.Del ERP-22 nos queda como documentación su “boletín oficial”, la revista Liberación para la patria socialista, o simplemente Liberación. Su primer director fue Herardo Quijano (hoy funcionario), con la colaboración de Vicente Zito Lema (hasta hace poco rector de la universidad de las Madres de Plaza de Mayo) como secretario de redacción (luego se hará cargo él de la dirección). Zito Lema se acompañó de un Consejo de Redacción integrado por quienes daban su apoyo al ERP-22: monseñor Jerónimo Podestá (el obispo de Avellaneda y líder tercermundista que luego se fugó con una monja, el sindicalista Agustín Tosco, el mayor retirado Bernardo Alberte (ex-edecán de Perón) y el abogado comunista Gustavo Roca (amigo íntimo del “Che” Guevara y en los ’60 uno de los coordinadores de su red de apoyos locales, luego funcionario del gobierno alfonsinista).Asimismo, Zito Lema conformó un Comité Solidario que ayudaba a financiar y distribuir la revista. En dicho comité participaban el escritor Julio Cortázar, el sacerdote villero Carlos Mujica, el periodista Rodolfo Walsh, los abogados Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde (hoy funcionario kirchnerista) y el artista Ricardo Carpani.Varios artículos de la revista Liberación pueden encontrarse en Internet, otros fueron recientemente reproducidos por Página/12. Allí puede leerse el relato pormenorizado de los asesinatos, notas de doctrina marxista, etc. Como dice un testimonio, también la publicación servía para “marcar” objetivos.Todos estos “buenos muchachos” del Ejército Revolucionario del Pueblo 22 de Agosto y su importante red de apoyo logístico, que como se ve arriba incluía obispos y sacerdotes, fueron homenajeados por Andrés Calamaro en su canción “Los 22”.Qué “buena” gente. Todos defensores de la paz, la libertad…

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CARLOS ALBERTO SACHERIMÁRTIR DE CRISTO Y DE LA PATRIA

Cuando el dolor es tan intenso y tan desconcertante como el que ha producido en sus amigos la muerte de Carlos Alberto Sacheri, es difícil su expresión. O bien el silencio simple, o bien la retórica aunque sincera, engolada y hueca.También los sentimientos se entremezclan. ¿Venganza? ¿Justicia? ¿Perdón? ¿Cómo reaccionar ante su muerte? ¿Cómo reaccionar ante tu ausencia?Sobre todo ¿cómo evitar el tono intimista para nombrar tu muerte, un tono que no sea la continuación de nuestros diálogos, ahora truncos para siempre?

Para siempre. La muerte ha creado un mar inmenso entre vos y tus amigos que quedamos en la tierra y en la vida. Pero nos quedan muchas cosas tuyas.Nos queda tu serenidad. Esa serenidad que se asentaba tan sólidamente en la Esperanza. Y nos queda también tu confianza, reflejo de la Fe en que viviste y por la que moriste. Y nos queda esa forma tan alegre y tan generosa de darte, que se llama Caridad.Estas líneas están escritas para recordar a un amigo asesinado y muerto como mártir y están dedicadas a los que lo conocieron, no a los que lo ignoraron. Que aquéllos digan si exagero.

¿Cómo definir a Sacheri? A mí se me ocurre que por su modo de actuar y de pensar y de inspirar, en fin, por su estilo, Carlos era un griego reelaborado en un molde cristiano. Esa ponderación tan suya, esa prudencia bebida en los clásicos, ese equilibrio tan realista, provenían de una síntesis —que en él se daba auténtica y dinámicamente— entre lo griego y lo cristiano, como en la Iglesia Primitiva. Su tan profundo conocimiento de los Padres me lo confirman.Y a ello, sumo el conocimiento de Santo Tomás. ¡Qué empresa la de él, la de Carlos Alberto Sacheri, reconstruir a la Argentina, su patria bien amada, desde una perspectiva aristotélica y tomista!Cabildo debe recoger, claro está, su pensamiento político que, aunque no haya sido original, fue sólido, prudente y, sobre todo, realizable. Su inteligencia no le permitía engañarse. Conocía muy bien, los límites de la Patria y, sobre todo, los límites de esta generación que nos gobierna. No soñaba con una Argentina de fanfarrias, de imperios a construir, con una Argentina suficientemente lúcida como para proponerse tareas universales, inalcanzables ahora. Pensaba, más sencillamente, como una Argentina que encarara una primera Cruzada, la de reconquistarse a sí misma para el orden natural de la Gracia.

Este fue, en realidad, un programa político, no expuesto tal vez en forma expresa, pero supuesto en la intención de toda su abundante y varia labor. En realidad, tal como Carlos lo propiciaba, era un verdadero programa de vida, que comprometía a todos los que lo aceptaban. Era un programa fuerte para católicos que amaran su religión, un programa cotidiano y para la historia. Un plan de vida a cuyo final no se prometía el triunfo en el sentido mundano. Todo en ese programa decía de tensión sobrenatural, de hambre de las cosas celestes.

Sacheri fue un político argentino que propuso, a sus compatriotas el bien natural como meta a seguir, como basamento y fin de un orden social justo.

Sacheri no fue, en modo alguno, un iluso ni, menos aún, un utopista. Perteneció a una raza hoy aparentemente desaparecida del país, la de los políticos, tomada esta expresión en su significado clásico. Sabía articular los medios —los escasos medios de que puede disponer un católico nacionalista argentino—

apuntando hacia su fin propio, el bien común y en un orden trascendente, el bien sobrenatural.

Por el momento había comprendido con claridad su misión: formar las inteligencias de los jóvenes. A esta labor didáctica se encontraba dedicado; en cierto modo fue el continuador del magisterio del Padre Meinvielle, rescatar a la generación que lo seguía a él. Rescatarla del error, por supuesto, pero sobre todo de la confusión, que hoy es el nombre del error dentro de la Iglesia.

Carlos Sacheri fue todo eso, profesor, filósofo, político, periodista, pero ante todo, fue un luchador por la restauración de la Iglesia de siempre. Conoció, definió y denunció —como nadie en la Argentina y como pocos fuera de ella— ese modo delirante del progresismo social que se llama Tercermundismo. Fiscal lleno de energía y apóstol desbordante de caridad, en toda su acción pública y en toda su vida privada se rigió por esa virtud tan suya y tan cristiana del equilibrio, que es como una forma del amor y de la generosidad. Fue intransigente, sin llegar a la dureza, fue audaz, sin faltar a la prudencia.

Fue maestro y apóstol, y murió mártir. Es difícil imaginar un destino más pleno —en una perspectiva cristiana— una vida más rica, una muerte, por así decirlo, más lograda. Porque en el caso de Sacheri, la muerte —aún cuando haya destrozado tanto trabajo en agroz y aventado tantas esperanzas— es como la culminación de toda su vida, como su continuación y no su interrupción. Él, como quería el poeta, tuvo su propia muerte.

Amó a Cristo y a la Patria en Cristo. No atinó nunca a desvincular a ésta de Aquél. Una Argentina descristianizada le era inimaginable. Fue un solo amor: una Argentina para Cristo y Cristo volviendo la sombra de su Cruz sobre la Argentina.

Su partida nos duele y cómo. No se nos diga que es el dolor de la carne. La mística cristiana tiene numerosos textos para iluminar un consuelo sobre este dolor. Elegimos, sencillo, sobrio y aún sublime, uno de Louis Veuillot, con quien Carlos Sacheri presenta varios puntos en común: “Dios me envió una prueba terrible, mas lo hizo misericordiosamente… La fe me enseña que mis hijos viven y yo lo creo. Hasta me atrevo a decir que yo lo sé…”

Carlos Alberto Sacheri vive en el reino de Dios, por quien tanto luchó en la tierra. Fue asesinado, por las manos bestiales de los hijos de las tinieblas, casi en vísperas de Navidad. El nacimiento de Nuestro Señor se encuentra colocado, escatológicamente, en la misma línea que su Cruz. Esta situación es irreversible y resulta anticristiano intentar su alteración. La Cruz es la muerte pero también es la vida. Porque la culminación de esa línea que arranca en la Navidad es la Resurrección.

Carlos, cuando murió, venía de comulgar. Hasta esta enorme circunstancia fue prevista por Dios en su misericordia: él, que había sido soldado en vida, murió siendo su custodia.

Carlos simplemente se nos adelantó en el camino. Ese camino en cuyo recodo final nos gusta imaginar esta escena casi infantil: Jesús, con tanta suavidad, apenas musitando, “No lloréis. Sólo duerme”.

Víctor Eduardo Ordóñez

Nota: Este artículo ha sido tomado de “Cabildo”, primera época, año II, número 21, correspondiente al mes de enero de 1975.