Los niños de Tafi Viejo

5
LOS NIÑOS DE TAFI VIEJO Una de las entradas a Tafí Viejo es por la rotonda que lleva el nombre de Raúl Lechesi, ferroviario desaparecido el l4 de julio de l977. No resultó fácil instalar el nombre del compañero Lechesi en ese lugar. El Consejo Deliberante se excusó todas las veces que pudo, hizo gala de una invención envidiable para escabullirse cobardemente y no aprobar la ordenanza por la cual ese lugar llevaría el nombre de un trabajador ferroviario desaparecido, miembro de la Resistencia Peronista Ferroviaria. La lucha de sus antiguos compañeros y la obstinación militante que siempre los caracterizó, permitieron que esa parcela circular y no otra, llevara el nombre del compañero Lechesi. Persistir era una tarea resistente. Colocaron tantas veces como fue necesario la placa que llevaba su nombre, le ganaron la pulseada a estos reconvertidos justicialistas que tenían pavor al general Bussi, dictador durante el gobierno militar genocida y gobernador de la provincia de Tucumán en tiempos democráticos. Victorioso general que venció a 25 tullidos, ciegos, locos, mendigos y los dejó abandonados en Catamarca, sobre la ruta nacional 67, entre Bañados de Ovantas y Los Altos en julio de l977. Cuando uno entra a Tafí Viejo por esa rotonda, se observan aún restos de símbolos que recuerdan luchas pasadas, que vienen de muy lejos, todo en correspondencia con la historia desarrollada en ese valle. Al entablar conversaciones con veteranos hombres de lucha, uno percibe que las palabras están ahí, que andan rondando por los recovecos de la Villa Obrera, de los Talleres Ferroviarios, que se cobijan en los viejos ingenios, en boliches vetustos, verbos que espían desde los meandros para saltar sobre los hombres memoriosos. Empecinadas palabras que anidan y se enredan entre los dientes cuando intentan salir a través de la voz de los que aún viven y, que en su porfía obrera, siguen empeñados en que nada se pierda, en que todo se sepa, porque en definitiva hay que dejar sentado que por estos lugares siempre se luchó y se sigue luchando. Es la reminiscencia que permanece y crece a través de la oralidad, para transformarse en memoria colectiva. Palabras 131

description

"Los niños de Tafi Viejo" es uno de los relatos del libro de Juan Carlos Cena "Crónicas del Terraplén".

Transcript of Los niños de Tafi Viejo

LOS NIOS DE TAFI VIEJO

LOS NIOS DE TAFI VIEJO

Una de las entradas a Taf Viejo es por la rotonda que lleva el nombre de Ral Lechesi, ferroviario desaparecido el l4 de julio de l977. No result fcil instalar el nombre del compaero Lechesi en ese lugar. El Consejo Deliberante se excus todas las veces que pudo, hizo gala de una invencin envidiable para escabullirse cobardemente y no aprobar la ordenanza por la cual ese lugar llevara el nombre de un trabajador ferroviario desaparecido, miembro de la Resistencia Peronista Ferroviaria. La lucha de sus antiguos compaeros y la obstinacin militante que siempre los caracteriz, permitieron que esa parcela circular y no otra, llevara el nombre del compaero Lechesi. Persistir era una tarea resistente. Colocaron tantas veces como fue necesario la placa que llevaba su nombre, le ganaron la pulseada a estos reconvertidos justicialistas que tenan pavor al general Bussi, dictador durante el gobierno militar genocida y gobernador de la provincia de Tucumn en tiempos democrticos.

Victorioso general que venci a 25 tullidos, ciegos, locos, mendigos y los dej abandonados en Catamarca, sobre la ruta nacional 67, entre Baados de Ovantas y Los Altos en julio de l977.

Cuando uno entra a Taf Viejo por esa rotonda, se observan an restos de smbolos que recuerdan luchas pasadas, que vienen de muy lejos, todo en correspondencia con la historia desarrollada en ese valle. Al entablar conversaciones con veteranos hombres de lucha, uno percibe que las palabras estn ah, que andan rondando por los recovecos de la Villa Obrera, de los Talleres Ferroviarios, que se cobijan en los viejos ingenios, en boliches vetustos, verbos que espan desde los meandros para saltar sobre los hombres memoriosos. Empecinadas palabras que anidan y se enredan entre los dientes cuando intentan salir a travs de la voz de los que an viven y, que en su porfa obrera, siguen empeados en que nada se pierda, en que todo se sepa, porque en definitiva hay que dejar sentado que por estos lugares siempre se luch y se sigue luchando. Es la reminiscencia que permanece y crece a travs de la oralidad, para transformarse en memoria colectiva. Palabras que se corporizan en la transmisin hablada, de boca a boca, una manera de traspasar al otro toda una cultura de resistencia, lucha y vida, que nunca pudo ser detenida ni encerrada, menos desaparecida.

Al principio del siglo pasado el Estado Argentino tenda las primeras lneas ferroviarias en el norte del pas, argumentaba que este proyecto tena que ver con la integracin y estructuracin del pas, nica manera de poder consolidar una Nacin con lneas frreas que abarcaran los lugares ms inhspitos. Llam a este emprendimiento ferroviario ferrocarriles de fomento, que en realidad eran los Ferrocarriles del Estado que operaban tambin en otras zonas del pas.

Los primeros tendidos de rieles en el norte del pas fueron realizados por trabajadores inmigrantes de distintas nacionalidades; laboraron duro volteando montes, aplanando barrancas, quebradas, perforando cerros, nivelando suelos, tendiendo puentes sobre ros caudalosos y, en ese construir, crearon pueblos y los comunicaron.

Una de las cuadrillas estaba integrada por obreros rusos que haban llegado al pas huyendo de la represin zarista. Se integraron con los criollos, gallegos, italianos y otros inmigrantes. Los trabajadores rusos continuaron con la prdica poltica que trajinaban desde su pas de origen. Muchos de ellos profesaban ideas libertarias y las esparcieron no bien llegaron a estos lejanos rincones, en poblados y ramales. Trabajaron duro. Otros, obraron por la zona de Junn. Permanecieron entre l907 y l9l4. Organizaron y contribuyeron a la formacin de sindicatos de los trabajadores de la zona. Cuando sintieron que la efervescencia revolucionaria en Rusia creca, regresaron. Se integraron al Ejrcito Rojo en el destacamento anarquista de Kronstadt, que estaba al mando del jefe guerrillero Majin. Otros, en el acorazado Potemkin. Participaron en la Revolucin de Octubre en Petrogrado, `fue el destacamento que mejor se desempe en la revolucin, dijo Lenin. Regresaron los trabajadores rusos a su pas, pero dejaron la semilla de las ideas libertarias esparcidas por los valles de Taf.

Cuentan en los mentideros del Valle de Taf, y de distintas formas, que tres nios, hijos de ferroviarios, armaron una radio a galena, y que de antena utilizaron la chimenea de la seccin fundicin, la ms alta de los Talleres de Taf Viejo. Para amarrar la antena de la radio al cable del pararrayo esperaron la serenidad de una de esas noches enlunadas y sin vientos. Tuvieron cuidado al realizar ese amarramiento, haba otras instalaciones, como los cables que llevaban energa elctrica a las luces rojas que sealaban la altura del conducto, y el cao de vapor que alimentaba la sirena, que marcaba los tiempos en los Talleres y el pueblo.

Una vez terminada la instalacin, con paciencia, los nios comenzaron a rastrear con el dial las ondas que surcaban la inmensidad de la noche. Miraban el cielo limpio, con su vastedad oscura y atrapante. Imaginaban el transito de voces, que las estrellas fijas y fugaces eran un sembrado infinito, y as las voces escuchadas acarreaban palabras que venan mezcladas con msica y extraos sonidos siderales. A veces los giros vocales llegaban ntidos, otras veces mezclados con descargas, inentendibles. Agazapados, respirando apenas, escuchaban atentos, en silencio. De repente, a veces aparecan voces fuertes, cargadas de palabras extraas, lenguajes nunca escuchados; otras, eran de ahicito no ms, de Tucumn. Estas s eran claras, las de ms lejos poco se entendan, especialmente en das turbulentos.

En las noches apacibles la transmisin era audible, todo segn el tiempo, o segn los vientos. En una de esas vigilias llenas de silencio, se escuch por primera vez un idioma raro y fuerte. Al no entender, resolvieron consultar al auxiliar de la estacin del ferrocarril de Taf Viejo, que era radiotelegrafista y ucraniano. Ellos lo haban escuchado cuando parloteaba con su mujer a los gritos en el medio del andn, que era el patio de la casa; ellos vivan ah. Este los atendi y escuch. Poco les crey en un principio, conoca a esos nios, los haba ayudado a construir la radio, era tanta esa insistencia, que fue. Bajo unas chapas montadas sobre el paredn en la vereda del Taller que da al naciente, estaba instalada la radio a galena. El auxiliar se acuclill, tom los auriculares con una mano, con la otra comenz a mover el dial, esper con paciencia esa determinada hora. Al llegar, el auxiliar, comenz a recibir la transmisin. El rostro del ucraniano fue cambiando al escuchar las primeras palabras, pasaba del asombro a la perplejidad, la alegra lo pintaba entero: -Son voces rusas- dijo, y continu escuchando con la mirada fija puesta sobre la lmpara a kerosn.

-Son rusos -volvi a repetir-, son voces de Rusia, ahora se escucha ms claro. Los nios intrigados lo codearon preguntando:

-Qu dicen, ah? Al rato les volvi a repetir:

-Son rusos, son voces de Rusia; todava no estall la revolucin anunciada. Escucho la voz de Kerensky, el que reemplaz al Zar, est intentando culpar, en un acalorado discurso, a los tafiseos de la insurreccin en Petrogrado, miren no ms -repeta el ferroviario ucraniano, auxiliar de la Estacin de Taf Viejo, lleno de complicidades cuando se diriga a los nios.

Kerensky repite que esos levantamientos de obreros, campesinos y marineros de Petrogrado haban sido inducidos por los trabajadores ferroviarios repatriados de Taf Viejo, que reingresaron a Rusia acarreando otra ideologa contraria y extraa a nuestro sentir ortodoxo y oriental. Estos rusos acriollados integraron el regimiento guerrillero al mando del anarquista Majin.

Kerensky insista en su discurso y denunciaba tambin que gente de piel oscura los haba capacitado en el arte de la guerra, (los de piel oscura haban recibido como herencia las experiencias de las guerrillas del general Gemes, de Juana Azurduy, entre otras), que los haban entrenado y los haban enviado de regreso a la Gran Patria Rusa, para perturbar e insurreccionar a la gente. Son infiltrados! deca el auxiliar de la estacin que gritaba Kerensky, y que repeta enardecido:

-Son rebeldes los repatriados como los ferroviarios de Taf Viejo, tercos y sin razn, quieren ser libres y no tienen razn, ya se enfrentaron el 5 de octubre (del ao17) con el ejrcito argentino, este hecho me da la razn...!

Tena razn Kerensky, ese da haba ocurrido un duro enfrentamiento entre los ferroviarios y el ejrcito. Hubo muertos y

heridos. El auxiliar y los tres changuitos volvieron una y otra vez a escuchar las noticias a travs de la radio a galena. Al saberse, entre los ntimos y luego entre los trabajadores, de estas escuchas, creci la inquietud; todos estaban pendientes de las noticias sobre el destacamento de Kronstadt. En ese regimiento combatan compaeros que haban compartidos horas de fogatas en las encrucijadas de los rieles, en los desmontes, en la perforacin de los tneles, en todas las labores de construccin. Cuntas horas juntos, cuntas discusiones, entre el cocoliche de los rusos, de los coyas, de los lugareos, el aimar, el quechua y los criollismos. Pero se entendan, y lo que ms se debati y cal, fue el concepto de organizacin y de unidad; el lenguaje no era un obstculo, hablaban uno que es universal, el de los trabajadores.

Tambin escucharon por la radio a galena que culpaban a los hermanos Flores Magn en Mxico, decan que influan a Emiliano Zapata y a Pancho Villa con eso de Tierra y Libertad y que las tierras son para quien las trabaje y que el Plan de Yala y esas cosas de la revolucin mexicana; insurrectos, rebeldes, bravos, de machetes y fusiles a llevar, haban levantado al pueblo mexicano en armas contra el orden establecido. Eran denostados por todos los rusos blancos y Kerensky, lleno de acusaciones, sealaba reiteradamente para Amrica Latina. Para colmo los ferroviarios mexicanos cumplieron un papel parecido al de los tafiseos. La rebelda obrera y campesina una el continente. Los ejemplos de este continente no slo molestaban a Kerensky, sino a toda Europa. Las escuchas continuaron, hasta que un capanga (capataz) del taller los descubri. Denunci a los tres nios, los acus de ser los transmisores de las ideas rebeldes de los tafiseos a los trabajadores rusos que haban vivido por esos lugares en clave Morse. El auxiliar de la estacin de Taf Viejo nunca fue mencionado por los nios en sus declaraciones ante la polica, pero siempre qued en el aire entre los trabajadores: quin traduca? Los nios no eran delatores, eran algarrobitos tiernos, tallos de buena madera. Por su actuacin en la huelga ferroviaria de octubre de l9l7, el ucraniano radiotelegrafista fue trasladado a Cruz del Eje, junto a otros rebeldes. Dicen que sigui enseando a construir radios a galena y que los tres nios ingresaron como aprendices a los Talleres de Taf Viejo.

Un hilo de cobre del viejo cable de la antena de la radio a galena an cuelga del pararrayo de la chimenea, flamea a voluntad de los vientos; los tres nios, que ya son grandes y obreros, todos los da ven ese imperceptible alambre de cobre balancearse pesadamente, cmplice, cargado de reserva y de palabras.

131

132

133

134

135