LOS ORIGENES DEL SISTEMA EDUCATIVO ARGENTINO

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LOS ORIGENES DEL SISTEMA EDUCATIVO ARGENTINO Conocer la historia es imprescindible para comprender el presente y proyectarse hacia el futuro. Cómo era la escuela argentina hace cien años y cómo era visto nuestro sistema educativo desde Europa son sólo algunos aspectos que han quedado registrados para no perder el rumbo actual de la educación argentina. “Crónica Escolar. La República Argentina” (José Zubiaur) En Monitor de la Educación Común, Consejo Nacional de Educación, Buenos Aires, Nro. 160, Julio de 1889. En el siglo XIX, para conocer regiones lejanas – sin viajar – sólo se podía recurrir a los relatos, libros, objetos en si mismos o capturados por las pinturas, la escultura y la fotografía. Si hoy las ferias internacionales son un éxito de público, en esa época estaba totalmente garantizado. En 1979 se cumplió el centenario de la revolución francesa, un hito que, en la época, representaba el comienzo de una nueva era a escala mundial. Para conmemorarlo, en París se construyó una torre de hierro que parecía tocar el cielo. En torno suyo se erigió la Exposición Universal formada por grandes edificios contraídos especialmente en materiales livianos que exhibían los progresos de Francia y de la humanidad toda. El pabellón argentino ocupaba 1600 ms2 del Campo de Marte donde se expusieron las riquezas naturales, materias primas – lanas, cereales, maderas, cueros y carnes depositadas en un flamante frigorífico – e información sobre el desarrollo urbano y educativo. Según el informe del delegado oficial, los visitantes al ver las instalaciones lujosas del pabellón, los planos y fotografías de Buenos Aires se sorprendían de que hubiera casas, tranvías y jardines como los europeos.

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LOS ORIGENES DEL SISTEMA EDUCATIVO ARGENTINO

Conocer la historia es imprescindible para comprender el presente y proyectarse hacia el futuro. Cómo era la escuela argentina hace cien años y cómo era visto nuestro sistema educativo desde Europa son sólo algunos aspectos que han quedado registrados para no perder el rumbo actual de la educación argentina.

“Crónica Escolar. La República Argentina” (José Zubiaur) En Monitor de la Educación Común, Consejo Nacional de Educación, Buenos Aires, Nro. 160, Julio de 1889.

En el siglo XIX, para conocer regiones lejanas – sin viajar – sólo se podía recurrir a los relatos, libros, objetos en si mismos o capturados por las pinturas, la escultura y la fotografía. Si hoy las ferias internacionales son un éxito de público, en esa época estaba totalmente garantizado.

En 1979 se cumplió el centenario de la revolución francesa, un hito que, en la época, representaba el comienzo de una nueva era a escala mundial. Para conmemorarlo, en París se construyó una torre de hierro que parecía tocar el cielo. En torno suyo se erigió la Exposición Universal formada por grandes edificios contraídos especialmente en materiales livianos que exhibían los progresos de Francia y de la humanidad toda.

El pabellón argentino ocupaba 1600 ms2 del Campo de Marte donde se expusieron las riquezas naturales, materias primas – lanas, cereales, maderas, cueros y carnes depositadas en un flamante frigorífico – e información sobre el desarrollo urbano y educativo. Según el informe del delegado oficial, los visitantes al ver las instalaciones lujosas del pabellón, los planos y fotografías de Buenos Aires se sorprendían de que hubiera casas, tranvías y jardines como los europeos.

En especial, la sección de educación produjo un “vivo interés” entre los especialistas y el público. Allí se exhibió un voluminoso informe del Consejo Nacional de Educación presentando las leyes educativas, la organización administrativa, estadísticas y presupuestos escolares, informes y catálogos de bibliotecas escolares, populares y pedagógicas.

Desde París, José Zubiaur, tradujo para El Monitor de la Educación Común, un artículo publicado en una prestigiosa revista francesa donde se elogiaban nuestros progresos escolares y se afirmaba que los esfuerzos del gobierno francés en educación habían sido “poderosamente sobrepasados” por la Argentina. Además, se elogiaba los nuevos edificios escolares, la formación de educadores, la creación de nuevos establecimientos y la publicación de revistas educativas.

El sistema educativo era considerado un aspecto clave para comprender otras culturas. Para las élites políticas e intelectuales argentinas los logros educativos eran la mejor forma de mostrar el promisorio futuro del país. De hecho, en aquella época, las escuelas y las leyes educativas se convirtieron en un emblema del país y la identidad de sus habitantes.