LOS PRIMERO CONTACTOS S DIPLOMÁTICOS DE...
Transcript of LOS PRIMERO CONTACTOS S DIPLOMÁTICOS DE...
LOS PRIMEROS CONTACTOS DIPLOMÁTICOS DE MEXICO
José Rogelio ALVAREX
L A JUNTA PROVISIONAL GUBERNATIVA, que se instaló en la ciudad de México el 28 de septiembre de 1821, conforme a lo dispuesto en los artículos 6° y 7° de los Tratados de Córdoba, y que ya en funciones habría de añadir a su título el adjetivo de Soberana, se ocupó con muy poco interés y sin ninguna perspicacia del importante tema, harto difícil en aquella hora, pero en extremo conveniente y prometedor, de las relaciones internacionales con las potencias que podían ayudar a consolidar la independencia del Imperio con respecto a España. A lo más que llegó aquel cuerpo legislador fué a disponer, en la sesión del 7 de febrero de 1822, el nombramiento de representantes ante la América del Sur, los Estados Unidos, Inglaterra y la Santa Sede. La misión que se convino encomendar a los cuatro representantes era, simplemente, la de "dar parte de la consecución de la independencia", acentuando la buena disposición del gobierno a conservar la paz y a establecer relaciones comerciales bajo las reglas y derechos establecidos.1 Aun así, casi nada se puso en obra; el 18 de mayo de 1822, la Regencia nombró ministro en Colombia a don Manuel de la Peña y Peña, pero éste no llegó nunca a servir el puesto; 2 y el 25 de septiembre del mismo año, Agustín I nombró ministro en los Estados Unidos a don José Manuel Zozaya.3 La presencia de éste en Washington, como se verá después, sólo sirvió para comprobar lo que ya se suponía: que nada era tan opuesto al espíritu republicano y democrático de los Estados Unidos como el establecimiento de una monarquía en México. Fuera del acuerdo original de la Regencia, todo lo que el Imperio hizo —aparte de entrar en contestaciones, generalmente infructuosas, con los enviados de otros países— fué nombrar a don Lucas Alamán ministro plenipotenciario en Francia.4
Que nada pudo hacer éste en París con tal carácter lo atestigua
88 JOSÉ ROGELIO ALVAREZ
l a absoluta ausencia de documentos suyos dir ig idos a l M i n i s
terio de Relaciones e n a q u e l l a ocasión.
L a negativa de l a J u n t a a considerar e l envío de u n repre
sentante a España —inhibición f u n d a d a p o r e l l i cenciado J u a n
José Espinosa de los M o n t e r o s en u n a supuesta falta de compe
tencia 5 — pone de relieve e l propósito i t u r b i d i s t a de e l u d i r e l
c u m p l i m i e n t o de l a p r i m e r a parte d e l A r t . 3 0 de los T r a t a d o s
de Córdoba. A u n cuando en e l d o c u m e n t o suscrito p o r I tur-
bide y O ' D o n o j ú , que m o d i f i c a b a e l P l a n de Iguala, n o se
h a b l a r a ya de "precaver los atentados funestos de l a a m b i
c i ó n " , 6 de todas suertes se insistía en l l a m a r , para que gober
n a r a e l I m p e r i o M e x i c a n o , a u n príncipe de la casa re inante
de España, añadiéndose que sólo p o r r e n u n c i a o no acepta
ción de F e r n a n d o V I I y de los infantes d o n Carlos, d o n F r a n
cisco de P a u l a y d o n C a r l o s L u i s , se dejaría a l Congreso l a
facul tad de n o m b r a r a l soberano. 7 E r a evidente que a l impe
d i r todo trato directo y o f i c i a l con España, " e l cetro p a t e r n a l
de l a ley" vendría a caer " e n las mismas manos que habían
destrozado las cadenas". 8 T a n t o fué así, que u n a de las p r i n c i
pales causas que h i c i e r o n posible e l advenimiento de Agust ín
a l t rono consistió en l a negativa de las Cortes a reconocer los
compromisos suscritos p o r O ' D o n o j ú .
E l m i s m o día que se insta laba en M é x i c o l a J u n t a Soberana
P r o v i s i o n a l G u b e r n a t i v a , abrían sus sesiones en M a d r i d las
Cortes E x t r a o r d i n a r i a s . N o pudiéndose tratar en ellas acerca
de A m é r i c a s ino l o que e l g o b i e r n o propusiese, los d iputados
"se entretenían t r a n q u i l a m e n t e e n d iscut i r si tal aldea había
de pertenecer a l a p r o v i n c i a de C u e n c a o a l a M a n c h a . . . m i e n
tras se desplomaba l a m o n a r q u í a " . 9 E l 26 de octubre, c u a n d o
e l s i lenc io d e l gabinete era ya into lerab le , se presentó u n a
proposición que urgía a l m i n i s t r o de l a Gobernación de U l t r a
m a r a que formulase las medidas más convenientes para conse
g u i r e l b i e n y l a t r a n q u i l i d a d de las Américas. Y a u n q u e t a l
i n i c i a t i v a venía a ser u n a ratif icación de l a que en e l m i s m o
sentido se había a p r o b a d o el 24 de j u n i o a n t e r i o r , 1 0 e l m i
nister io n o obsequió l a d e m a n d a de las Cortes sino hasta e l 17 de enero de 1822.11 L a opinión d e l gobierno l legó acompa
ñada de los T r a t a d o s de C ó r d o b a y de u n a carta e x p l i c a t i v a
d e l general d o n J u a n O ' D o n o j ú ; pero e l in forme era tan insu
f iciente y vacuo, que l a comisión d i c t a m i n a d o r a lo devolvió a l
PRIMEROS CONTACTOS DIPLOMÁTICOS 89
ministro y resolvió que se nombrasen delegados ante los diferentes gobiernos de las dos Américas para oír y recibir toda clase de proposiciones. Conformes las Cortes en la designación de los comisionados, el 7 de febrero lo estuvieron también en que "debían estimarse por de ningún valor y eficacia los tratados que se hubiesen celebrado entre los jefes españoles y gobiernos de América, que debían conceptuarse nulos, según lo habían sido desde su origen, relativamente al reconocimiento de la independencia para que no estaban autorizados".12
Si esta declaración fué de gran importancia, aún la tuvo mayor el cuerpo de adiciones que presentaron Espiga, Moscoso y el Conde de Toreno, sin duda tres de los liberales españoles más destacados de su tiempo. Propusieron —y así se aprobó en la sesión del 13 de febrero— "que se declarase expresamente por las Cortes que el Tratado de Córdoba, lo mismo que cualquiera otro acto o estipulación relativos al reconocimiento de la Independencia de México por el general O'Donojú, eran ilegítimos y nulos en sus efectos para el gobierno español y sus subditos; que el mismo gobierno, por medio de una declaración a los demás con quienes estaba en relaciones amistosas, les manifestase que la nación española miraría en cualquier época como una violación de los tratados el reconocimiento parcial o absoluto de la independencia de las provincias de ultramar, entre tanto no se hubiesen finalizado las disensiones que existían entre algunas de ellas y la metrópoli; que se encargase al gobierno que a todo trance sostuviese los puntos que aún eran fieles a la metrópoli, mandando los auxilios y refuerzos que fuesen necesarios; y que las Cortes declarasen que las provincias de ultramar que se habían separado de la metrópoli, o no reconocían de hecho la dominación de ésta, no debían tener diputados en las Cortes".13 La preocupación especialísima que estas adiciones muestran respecto de México derivaba, sin duda, de las noticias que los liberales españoles tenían sobre la verdadera naturaleza del movimiento de Iturbi-de. E l Conde de Toreno, por ejemplo, estaba tan seguro del carácter reaccionario de la independencia conseguida por México, que unos días antes había exclamado en la tribuna de las Cortes: "Yo, si fuera americano, no quisiera que se me presentara la independencia como la presenta Iturbide: pues
90 JOSÉ ROGELIO ÁLVAREZ
cuando en E u r o p a estamos tratando de destruir todos los
errores y preocupaciones de l a antigüedad, veo que algunas
bases d e l señor Iturbide n o se d i r i g e n más que a consol idar
l o que verdaderamente h a hecho l a desgracia de l a España
europea y u l t r a m a r i n a , que son los priv i legios; p o r q u e , a u n
presc indiendo d e l restablecimiento de l a Inquisición, que se
dice que ofrece, u n a de las bases que se a n u n c i a n es que se con
servarán todos los pr iv i leg ios a l clero secular y regular, esto es,
que quedará e l clero, los frailes y los monacales como estaban,
y todos estos establecimientos, a u n q u e respetables, t ratando de
que q u e d e n como h a n estado en E u r o p a , serán perjudicialísi-
mos. Y o , a l a verdad, n o quis iera que se pensara en c i m e n t a r
de u n m o d o tan seductor l a f e l i c i d a d de m i país." 1 4
C u a n d o se conoció e n M é x i c o l o que las Cortes h a b í a n
acordado en relación c o n los T r a t a d o s de Córdoba, e l p a r t i d o
monárquico i t u r b i d i s t a creció en número y en fuerza. L a re
ticencia l i b e r a l de España había a l l a n a d o e l camino de í tur
bide a l t rono. E l 18 de m a y o ocurrió e l motín de Pío M a r c h a ,
y e l 19 e l Congreso, bajo l a presión d e l ejército y entre los
gritos de u n a m u l t i t u d enardecida, proclamó emperador a l
ant iguo soldado realista. Entonces sí q u i s o Agust ín I e n v i a r
u n representante d ip lomát ico a M a d r i d y a u n h izo que se
f o r m u l a r a n sus instrucciones con toda precisión y esmero. Este
d o c u m e n t o , 1 5 que revela hasta qué p u n t o l a f lamante canci l le
ría m e x i c a n a deseaba d a r c o n a p l o m o y tacto sus p r i m e r o s
pasos, se compromete a p r o c u r a r e l reconocimiento de l a I n
dependencia de l a nación y e l de su f o r m a de gobierno.
PRIMERA MISIÓN DE ESPAÑA EN MÉXICO
E l envío de u n representante m e x i c a n o a M a d r i d d e b i ó
haber parec ido innecesario c u a n d o e n enero de 1823 l l egaron
a Veracruz los tres comisionados de España: d o n J u a n R a m ó n
Osés, d o n Santiago Ir issarr i y e l secretario de ambos, d o n B l a s
Osés. H a b i e n d o desembarcado e l 18 de a q u e l mes en l a forta
leza de San J u a n de U l ú a , tres días más tarde r e m i t i e r o n u n a
comunicación a l general José A n t o n i o Echávarri , que a las
puertas de l a c i u d a d y a l frente de las tropas imperia les n o
ponía m u c h o e m p e ñ o e n vencer a l general A n t o n i o L ó p e z de
Santa A n n a , p r o n u n c i a d o c o n l a guarnic ión del p u e r t o p o r l a
PRIMEROS CONTACTOS DIPLOMÁTICOS
república. En su nota del 21 de enero, Osés e Irissarri anunciaban haber sido comisionados por el Rey, conforme a lo dispuesto por las Cortes, para concertar un tratado provisional de comercio capaz de impedir, en tanto la entera conciliación de ambas naciones se lograba, la funesta interrupción de las negociaciones mercantiles.10 O el acuerdo de las Cortes evolucionó hasta el punto de convertir el encargo de los delegados, de un simple "oír y recibir proposiciones",17 en una misión comercial, o don Lucas Alamán recogió parcialmente los hechos en su Historia, o los propios comisionados, por diplomacia, ocultaron el verdadero carácter que tenían. Sea como fuere, Echávarri puso los hechos en conocimiento de don José Manuel de Herrera, ministro de Relaciones Interiores y Exteriores, y antes de que terminara el mes, el Consejo resolvía: "S. M . Imperial está pronto a entablar las más francas, generosas y amigables comunicaciones con el Gobierno Español, como lo acreditó en el Plan de Iguala y Tratado de Córdoba y en todas sus disposiciones, hasta que la defensa de los derechos de l territorio y la dignidad del Trono, ofendidas con la detentación injusta del Castillo, con las agresiones y maquinaciones de los que lo sostenían y la conducta de algunos españoles residentes en el Imperio, le obligaron a declarar una guerra verdaderamente defensiva." 1 8 E l acuerdo añadía que deberían nombrarse dos o tres representantes mexicanos que iniciaran las pláticas con los españoles "a bordo de algún buque neutral". Los nombramientos recayeron en don Eugenio Cortés y don Francisco de Paula Álvarez, añadiéndoseles un poco más tarde don Pablo María de la Llave.
Las instrucciones que el ministro de Relaciones dió a los comisionados carecen de toda importancia;1 9 no así las secretas que expidió, con el mismo motivo, el ministro de Guerra y Marina, Sota Riva. 2 0 En éstas, que constituyen una curiosa muestra de cómo andaban confundidos entonces los ramos de la administración pública, se mezclan las órdenes diplomáticas con las militares, resultando de mayor interés las relativas a la vigilancia y sustitución de Echávarri que las concernientes al trato con los delegados de España. Y sin que haya mediado una designación autorizada, se menciona en ellas al capitán general de Puebla, marqués de Vivanco, como representante de igual jerarquía a la de Cortés y Álvarez. Las instrucciones
92 JOSÉ ROGELIO ALVAREZ
diplomáticas recomendaban que se precisara ante todo e l ver
dadero alcance de las facultades de Osés e Ir issarr i : si tenían
plenos poderes p a r a reconocer l a Independencia , se les ha
ría f i r m a r u n a declaración en ese sentido y se les conduciría a
l a c a p i t a l con todo género de atenciones; si sus atr ibuciones n o
fueran bastantes p a r a eso, se les impedir ía pasar a l terr i tor io
d e l I m p e r i o . Las órdenes mi l i tares , m u c h o más amplias , son
dignas de consignarse, p o r cuanto revelan las graves sospechas
que ya se tenían en México respecto a l a conducta de Echáva-
r r i : " S i l legados V i v a n c o y Álvarez, o sólo e l p r i m e r o , a l C a m p o
I m p e r i a l sobre Veracruz , observaren en e l general Echávarri
m o r o s i d a d en las operaciones, p o r enfermedad, p o r estar su
deber e n oposición con sus ideas, u otro m o t i v o por e l que
se retra iga de o b r a r m i l i t a r m e n t e contra los sediciosos, se
encargará V i v a n c o d e l m a n d o . . . , p r e v i n i e n d o a Echávarri
se traslade a l a C o r t e en v i r t u d de l a o r d e n que se d a p o r se
p a r a d o . " 2 1 Y todavía se añade l a p o s i b i l i d a d —clara alusión
a l a masonería— de que l a causa de l a inacción de Echávarri
"fuere e l i n f l u j o que tengan en él algunos oficiales o jefes d e l
E j é r c i t o " . 2 2 L a preocupación d e l gobierno estaba de sobra
f u n d a d a : e l 1° de febrero, en v i r t u d d e l P l a n de Casa M a t a ,
Echávarr i se unió a los republ icanos sitiados y al lanó e l
c a m i n o p a r a la caída d e l I m p e r i o . L a s negociaciones con
España n o l legaron s iquiera a iniciarse.
PRIMERA MISIÓN DE COLOMBIA EN MÉXICO
E l p r i m e r contacto que tuvo e l g o b i e r n o de l a Regencia
con u n agente diplomático d e l e x t e r i o r ocurrió a fines de
marzo de 1822: e l 23 de ese mes, a b o r d o de l a fragata inglesa
Tyne, había l legado a l puerto de V e r a c r u z clon M i g u e l Santa
María , j o v e n entonces de 34 años de edad, veracruzano cul to
y sensible, cuyas ideas l iberales, s i n o p o r t u n i d a d de expresarse
en M é x i c o , l o habían convert ido en h o m b r e de las confian
zas de Bol ívar . Secretario d e l A l m i r a n t a z g o , p r i m e r o , y luego
d i p u t a d o a l Congreso Const i tuyente de C o l o m b i a , e l 11 de
octubre de 1821 fué n o m b r a d o p o r e l L i b e r t a d o r enviado
e x t r a o r d i n a r i o y m i n i s t r o p l e n i p o t e n c i a r i o ante e l gobierno
de M é x i c o . 2 3 L a c i rcunstancia de que, apenas 14 días des
pués de c o n s u m a d a l a I n d e p e n d e n c i a m e x i c a n a , ya C o l o m b i a
PRIMEROS CONTACTOS DIPLOMÁTICOS 93
se apresurara a env iar u n representante que estableciera rela
ciones de estrecha amistad entre ambos países, muestra u n a
insólita v e l o c i d a d en l a información, constituye u n e jemplo
de ce ler idad y eficacia a d m i n i s t r a t i v a , nada frecuente en a q u e l
t i e m p o , y c o n f i r m a que e l interés de Bol ívar p o r el resto de
América no era puramente l i t e r a r i o .
L a comunicación que e l 23 de marzo de 1822 dir igió d o n
M i g u e l Santa Mar ía a l m i n i s t r o José M a n u e l de H e r r e r a es l a
expresión, senci l la y p r o f u n d a , de los p r i n c i p i o s de polít ica
i n t e r n a c i o n a l que alentaba e l L i b e r t a d o r y que más tarde i b a n
a servir de base a l sistema interamericano. " S u Exce lenc ia e l
Presidente de l a Repúbl ica —escribió e l enviado— se h a l l a pro
fundamente penetrado de l a necesidad y conveniencia que
exige de ambos Estados l a c o r d i a l combinación de todos sus
esfuerzos, d i r ig idos p o r l a u n i d a d de u n p l a n sobre que descan
se l a seguridad de u n o y otro país en los tiempos presentes, y su
p r o s p e r i d a d en los venideros." 2 4 P e r o e l destino común de
Hispanoamérica i b a a trazarse ahora, tanto en v i r t u d d e l o r i
gen i g u a l de las naciones fundadas p o r España, cuanto p o r l a
exclusión de ésta, poder creador, en u n sentido, y obstáculo
p a r a la f ra ternidad, en otro. Esta formulación, just ic iera y
realista, e q u i l i b r a b a e l c o n t e n i d o de l a h i s p a n i d a d con las
exigencias de u n a n a c i o n a l i d a d necesaria y colocaba así e l
p r o b l e m a sustancial de los nuevos países en su dimensión ver
dadera. " L a s circunstancias actuales —añadía e l m i n i s t r o de
C o l o m b i a — son las más ventajosas p a r a dar p r i n c i p i o a l nuevo
o r d e n de relaciones que necesariamente deben subsistir en l o
sucesivo entre países antes i n c o m u n i c a d o s p o r e l régimen de u n
sistema c o l o n i a l , cuya opresión se aseguraba en gran parte p o r
m e d i o de esta separación entre hermanos igualmente agravia
dos." Y expresaba l a esperanza de que ambos gobiernos emplea
rían toda su sabiduría y eficacia p a r a i m p r i m i r " e l sello de l a
jus t i c ia , de la f ranqueza y de u n a sincera amistad a las relacio
nes que const i tuyan el sistema de su p o l í t i c a " . 2 5
L a respuesta que H e r r e r a dió a esta nota , concebida en
términos de exagerada p e t u l a n c i a , l l evaba l a intención de si
tuar a l I m p e r i o p o r e n c i m a de C o l o m b i a , pues de l a nación
m e x i c a n a se dice en e l l a que, "colocada en el centro d e l nuevo
m o v i m i e n t o d e l U n i v e r s o , n o puede dejar de sentir l a i m
p o r t a n c i a que debe tener en e l sistema general de l a polít ica
94 JOSÉ ROGELIO ALVAREZ
a m e r i c a n a " . 2 6 S i n embargo, n o pasó i n a d v e r t i d a para H e r r e r a
l a p r o f u n d a significación de l a n o t a de Santa María: en l a
p r o p i a m i n u t a d e l 29 de marzo le confiesa quedar en espera
de " a d m i r a r de cerca l a discreción y exquisitos conocimientos
que b r i l l a n en l a comunicación de V . S." 2 7 E l 16 de a b r i l si
guiente, e l enviado e x t r a o r d i n a r i o de C o l o m b i a l legó a l a capi
ta l d e l I m p e r i o y dió plenas seguridades a l m i n i s t r o H e r r e r a
e n e l sentido de que e l L i b e r t a d o r reconocería l a Independen
c i a de México , c u a l q u i e r a que fuese l a f o r m a de gobierno que
a d o p t a r a . 2 8 E n rec iproc idad , once días más tarde e l Congreso
reconoció a l a Nación C o l o m b i a n a , " e n l a clase de potencia
l i b r e e i n d e p e n d i e n t e " . 2 9 E l suceso fué celebrado con general
regocijo, salvas y r e p i q u e s , 3 0 y e l 11 de mayo d o n José M a n u e l
de H e r r e r a c o m u n i c a b a a Santa M a r í a que sus credenciales
h a b í a n sido vistas y aprobadas p o r e l Congreso y la R e g e n c i a . 3 1
M u y poco t iempo, empero, i b a a d u r a r este b u e n entendi
m i e n t o . L a s dif icultades empezaron c u a n d o el 21 de j u l i o
de 1822, día de l a solemne coronación de Agustín I e n l a ca
tedra l m e t r o p o l i t a n a , d o n M i g u e l Santa Mar ía se negó a asis
t i r a u n espectáculo tan opuesto a sus ideas políticas, au
sentándose de l a c i u d a d c o n e l pretexto de u n a enfermedad
r e p e n t i n a . 3 2 L a omisión fué tanto más notable cuanto que e l
cuerpo diplomático se reducía entonces a sólo e l m i n i s t r o de
C o l o m b i a . L a reacción d e l soberano desairado se p r o d u j o a
los pocos días: e l 7 de agosto, H e r r e r a preguntó of ic ia lmente
a Santa M a r í a si estaba d e n t r o de sus facultades reconocer en
f o r m a expl íc i ta a l gobierno i m p e r i a l de Agust ín I, h a b i d a
cuenta de l a "predisposición de C o l o m b i a para reconocer l a
I n d e p e n d e n c i a de M é x i c o bajo c u a l q u i e r sistema que adoptase
p a r a su régimen i n t e r i o r " . 3 3 E l d iplomático, en su respuesta
d e l día 9, 3 4 sostuvo de u n a parte l o que había declarado c o n
a n t e r i o r i d a d , pero añadió, de l a otra , que "urgentes motivos
de interés n a c i o n a l , y ocurrencias d e l m o m e n t o , p u d i e r o n m u y
b i e n i n c l i n a r a l Congreso e n 19 de m a y o en e l n o m b r a m i e n t o
d e l señor d o n Agust ín de I t u r b i d e como E m p e r a d o r de Méxi
co, pero, ejerciendo de ese m o d o u n acto de su soberana auto
r i d a d , n o dejó p o r eso de haber s ido acompañado de circuns
tancias extraordinar ias , cuya previsión, siendo i m p o s i b l e a l
g o b i e r n o de C o l o m b i a , le fué as imismo abrazarlas en las órde
nes q u e me comunicó" . E s t o dió m o t i v o a que e l d ía 14 e l
PRIMEROS CONTACTOS DIPLOMÁTICOS 95
m i n i s t r o H e r r e r a , a q u i e n s in d u d a n o gustó n a d a l a alusión
a las "circunstancias e x t r a o r d i n a r i a s " , indicase a Santa Mar ía
q u e las funciones de su carácter públ ico y todos los efectos de
su representación deberían cesar hasta que l a nueva autoriza
c i ó n q u e esperaba l o habi l i tase p a r a volver a e jercer lo . 3 5 Así
q u e d a r o n rotas las incipientes relaciones entre C o l o m b i a y
M é x i c o .
P e r o eso n o fué todo: e l 28 de septiembre de ese año d o n
José M a n u e l de H e r r e r a dirigió u n a n o t a a d o n P e d r o G u a l ,
m i n i s t r o de Relac iones de C o l o m b i a , expresándole los motivos
q u e tenía e l gobierno de S. M . I m p e r i a l p a r a considerar a d o n
M i g u e l Santa M a r í a persona n o grata a México . E l m i n i s t r o ,
según decía, había mostrado, después d e l 19 de mayo, "ab
s o l u t a denegación en presentarse a ciertos actos de p u r a urba
n i d a d , que e n n a d a comprometían su carácter públ ico" ; y n o
sólo eso, s ino que, descubierta e n l a c a p i t a l u n a conspiración
d i r i g i d a a trastornar e l sistema de gobierno , y practicadas las
actuaciones correspondientes, aparecían i n d i c i o s más que sufi
cientes p a r a "creer c o m p r e n d i d o a l señor Santa María en u n
a s u n t o en q u e ciertamente n o d e b i e r a haberse m e z c l a d o " . 3 6
E n efecto, desde mediados de ese año los desafectos a l I m p e r i o
h a b í a n estado u r d i e n d o u n p l a n r e v o l u c i o n a r i o que consistía
e n trasladar e l Congreso a T e x c o c o p a r a q u e ahí, l i b r e de
presiones, se declarase p o r l a repúbl ica. E n t e r a d o el gobierno
de todos los pormenores, l a noche d e l 26 de agosto procedió
a l a c a p t u r a de los pr inc ipa les compromet idos . L o s diputados
Fagoaga, E c h e n i q u e , O b r e g ó n , Carrasco, T a g l e , L o m b a r d o , e l
P. M i e r , Bustamante , A n a y a , I turr ibarr ía y otros de m e n o r
signif icación f u e r o n enviados a l a cárcel y se les abrió proce
s o . 3 7 E n las di l igencias judic ia les consiguientes, los testigos
O v i e d o y Cerecero depus ieron en c o n t r a de d o n M i g u e l Santa
M a r í a , señalándolo como u n o de los más entusiastas inspira
dores d e l golpe p r o y e c t a d o . 3 8 Y , como consecuencia de e l lo , e l
18 de octubre e l m i n i s t r o H e r r e r a m a n d ó sus pasaportes a l d i
p l o m á t i c o , " c o n indec ib le s e n t i m i e n t o " . 3 9 E l enviado colom
b i a n o negó l a acusación ese m i s m o día, formuló u n a protesta
f o r m a l e Indicó que e l s i m p l e d i c h o de dos confidentes no
bastaba a c o n s t i t u i r u n a p r u e b a ; 4 0 y, ante l a i n f l e x i b i l i d a d
d e l g o b i e r n o de I t u r b i d e , 4 1 a f irmó e l 26 de octubre que " l a
m á x i m a de despedir minis t ros p o r ligeros y t a l vez vanos
96 JOSÉ ROGELIO ÁLVAREZ
recelos n o puede menos que ser tan n o c i v a a los sentimientos
de m u t u a benevolencia , decoro y amistad con que h a n de tra
tarse las naciones, c o m o p e r j u d i c i a l a sus intereses. D e otra
suerte —añadía— n i n g u n a condición sería más desgraciada
que l a de u n m i n i s t r o públ ico, cuando el ejercicio m i s m o de
sus funciones es de aquellos que más e x c i t a n l a propensión a
la c a l u m n i a y siniestras interpretac iones" . 4 2
Santa María salió, pues, expulsado de la c i u d a d de México ,
pero h u b o de detenerse en Veracruz en espera de l a m e j o r
ocasión para embarcarse con destino a C o l o m b i a . M i e n t r a s
tanto, e l general Santa A n n a , ya en franca oposición a Agus
tín I, había regresado precipi tadamente a l puer to con l a de
cisión de sublevarse. P r o n u n c i a d o el 2 de d i c i e m b r e , p idió
a Santa M a r í a , 4 3 de cuyas luces y espíritu r e p u b l i c a n o debió
estar i n f o r m a d o , l a redacción de l p l a n que establecía l a n u
l i d a d de l a elección d e l emperador hecha p o r e l Congreso
en la persona de I t u r b i d e . P u b l i c a d o ese d o c u m e n t o e l si
guiente día 6 4 4 y sust i tuido más tarde p o r e l P l a n de Casa
M a t a , q u e d ó i n i c i a d o el proceso que daría a l traste con e l
efímero I m p e r i o .
PRIMERA MISIÓN DEL PERÚ EN MÉXICO
E l 20 de n o v i e m b r e de 1822 desembarcó en A c a p u l c o d o n
José de M o r a l e s , enviado e x t r a o r d i n a r i o y m i n i s t r o p l e n i
p o t e n c i a r i o d e l P e r ú . 4 5 L a s credenciales de que venía provisto,
expedidas e n L i m a e l 28 de m a y o a n t e r i o r , 4 6 l o autor izaban
a negociar con M é x i c o ampl ios tratados de a l ianza, amistad y
comercio. T a r d ó en l legar a l a capi ta l v e i n t i c u a t r o días y que
dó alojado en l a casa d e l alcalde c o n s t i t u c i o n a l A n t o n i o Ve
la zco, en l a calle de B a l v a n e r a . 4 7 Su presencia en M é x i c o fué
sa ludada con general beneplácito, pues con e l la volvía a cons
t i tuirse, después de l a expulsión de d o n M i g u e l Santa María ,
el u n i p e r s o n a l y f lamante cuerpo diplomático. E l 11 de ene
ro , e l e m p e r a d o r p r o m u l g ó el decreto de l a J u n t a N a c i o n a l
Inst i tuyente p o r e l que se reconocía "solemnemente l a Inde
p e n d e n c i a polít ica d e l Estado d e l Perú, bajo l a f o r m a de go
b i e r n o que a q u e l l a N a c i ó n juzgue conveniente establecer para
su b i e n y conservac ión" . 4 8 E l hecho fué celebrado con las de
mostraciones acostumbradas de general r e g o c i j o . 4 9 Y e l día 23
PRIMEROS CONTACTOS DIPLOMÁTICOS 97
siguiente, Morales presentó sus credenciales al soberano, en un acto lucidísimo, para el que se giraron invitaciones a las más distinguidas personas, oficinas y cuerpos.50 Impulsado por tan cordial recepción y tan excelentes auspicios, Morales propuso el 1° de febrero la creación de una junta general o asociación "compuesta de individuos de conocimientos, actividad y amor a la Patria de los mismos Estados Libres, para que instruidos de los puntos accesibles a las armas enemigas y de su fuerza, soliciten de sus respectivos gobiernos la que sea necesaria para su defensa, terminen las diferencias que se hayan suscitado por los pueblos, o las que se susciten de nuevo, y finalmente arreglen los límites de cada territorio, que es acaso uno de los negocios que ofrecerá mayores dificultades para expedirlos cori acierto". Las luces del siglo, el amor que tienen a los pueblos los héroes que los han libertado y el deseo de economizar "la sangre preciosa vertida ya en torrentes", hacían esperar a Morales que, como lo proponía, "se reunieran en un punto de la misma América representantes de los Gobiernos para que sobreseyeran el capricho y la ambición, o el error, a la imperiosa voz de la razón y la justicia".51 A l igual que Santa María, este otro representante sudamericano planteaba ya la necesidad de una acción común hispanoamericana, preocupación ciertamente ajena al primer Imperio, amenazado entonces de ruina por los sucesos de Veracruz, cada vez más graves. Pero si Morales no tuvo eco en los medios oficiales, demasiado atareados en su propia defensa, debe sin embargo ser recordado como entusiasta precursor del entendimiento desinteresado y cordial entre los pueblos americanos de habla española.
Lo más que hizo el gobierno de Agustín I para estrechar las relaciones con el Perú fué decretar el 5 de febrero de 1823, en recíproca correspondencia a igual resolución del Congreso de Lima, "que, desde luego, por el solo hecho de ser ciudadanos del Perú, los que vengan a este Imperio, y acrediten que son católicos, apostólicos, romanos, conforme a lo que expresamente previene el plan adoptado en Iguala, se reputen por ciudadanos mexicanos en el ejercicio de sus derechos políticos, y con opción a los honores, gracias o prerrogativas que el gobierno tenga a bien concederles".52 E l contacto diplomático entre ambos países no llegó a más porque el 3 de marzo siguiente el ministro Morales recibió de su patria la noticia
98 JOSÉ ROGELIO ÁLVAREZ
de q u e a causa de u n cambio de gobierno , su misión había q u e d a d o s i n efecto. 5 3 Salió, pues, r u m b o a A c a p u l c o , en donde habr ía de estar casi todo e l resto d e l año.
PRIMERA MISIÓN DE MÉXICO EN LOS ESTADOS UNIDOS
E l 23 de a b r i l de 1822, M r . J o h n Q u i n c y A d a m s , Secretario de Es tado de los Estados U n i d o s , anunció of ic ia lmente a d o n José M a n u e l de H e r r e r a que e l gobierno de W a s h i n g t o n estab a en l a me jor disposición de rec ib i r a l enviado diplomático que M é x i c o designase, agregando que u n representante de i g u a l clase sería n o m b r a d o para encargarse de los intereses y negocios norteamericanos en e l I m p e r i o . 5 4 E l 24 de septiembre Agust ín I n o m b r ó m i n i s t r o en los Estados U n i d o s a d o n José M a n u e l Z o z a y a 5 5 y le confió l a i m p o r t a n t e misión de sol ic i tar e l reconocimiento de l a I n d e p e n d e n c i a . 5 0 Las instrucciones públicas que se le d i e r o n e l 31 de octubre s iguiente 5 7 l o facu l taban , además, para p r o p o n e r y aceptar tratados de amis tad , a l ianza , comercio y arreglo de l ímites; p a r a procurar a u x i l i o s oficiales y extender patentes de corso, en e l caso de que sobreviniera u n a guerra con España; y para sol ic i tar u n préstamo hasta p o r diez mi l lones de pesos. E l 25 de j u n i o anter ior , e l Congreso, c o n e l ánimo de salvar de l a q u i e b r a económica a l I m p e r i o , había dispuesto que se negociaran en e l ex ter ior créditos p o r v e i n t i c i n c o a t re inta mi l lones , pudiéndose h ipotecar , como garantía , las rentas d e l Estado. Las instrucciones secretas de que se proveyó a Zozaya eran todavía más s ignif icat ivas . Se le m a n d a b a precisar l a opinión o f i c i a l de los Estados U n i d o s sobre e l I m p e r i o , las ambiciones de éstos sobre los límites de l a L u i s i a n a y las F l o r i d a s y e l número y natura leza de los establecimientos norteamericanos en l a f rontera q u e pudiesen const i tu ir u n p e l i g r o p a r a México ; se le advertía que Agustín I d a b a p o r legí t imo e l T r a t a d o de 22 de febrero de 1819 sobre límites, suscrito p o r A d a m s y d o n L u i s de Onís ; se le pedían informes sobre los proyectos europeos respecto de México ; se le ordenaba formar u n estado exacto de las fuerzas mi l i tares de m a r y t ierra de los Estados U n i d o s , c o n indicación de los acantonamientos ; y, p a r a e l caso de entrar e n pláticas sobre tratados, se f i j a b a n los p r i n c i pios de polí t ica i n t e r n a c i o n a l que deberían i n f o r m a r l o s . 5 8
PRIMEROS CONTACTOS DIPLOMÁTICOS 99
Estas recomendaciones demuestran que el gobierno del primer Imperio veía con justificada alarma la expansión de su vecino del Norte y trataba de estar prevenido para cualquier emergencia; además, que no desconocía la opinión desfavorable muy generalizada entre los norteamericanos con relación al régimen instaurado en México y que trataba de precisar sus verdaderos alcances en la práctica.
E l 7 de diciembre llegó Zozaya a Filadelfia 5 9 y ahí mismo pudo recoger los primeros rumores: que la muerte de don Juan O'Donojú no había sido natural, sino buscada; que Itur-bide lo preparó todo para hacerse coronar; y que en México existía, a la par que un profundo descontento en el ejército por la falta de paga, un partido republicano muy poderoso. Habiendo llegado a Washington, el día 12 de ese mes fué recibido por el presidente, acto con el cual quedó reconocido y admitido en iguales condiciones que todos los demás ministros extranjeros.60 Salvo sancionar con su presencia el reconocimiento, don José Manuel Zozaya nada pudo hacer en los Estados Unidos. Muy a pesar de la extensión de sus instrucciones públicas, el ministro estaba convencido de que no había materia ni razón alguna para entrar en negociaciones. E l 26 de diciembre, en efecto, escribió al ministro Herrera: "Un tratado de comercio no creo que estemos en el caso de procurarlo, porque la preponderancia de estos Estados sobre nosotros por su marina y por otras consideraciones políticas, aunque sean de apreciación, les daría un derecho, en su concepto, para exigir ventajas sin sacar el Imperio ninguna en su favor. Sobre límites... nada tampoco puede hacerse por vía de tratados, supuesto que existe el último con la España que debemos respetar, y con el que creo que este Gobierno se conforma muy bien. Este punto está más bien sujeto a operaciones materiales para fijar los términos divisorios; creo que al Imperio en nada le perjudica que las cosas sobre límites permanezcan en el estado de indecisión en que se hallan." 6 1 Este pesimismo del agente diplomático provenía de varias causas: era la primera, sin duda, sus escasos alcances; la segunda, el estado de estrecha penuria en que se hallaba; y, la última, la circunstancia de que, por las características del gobierno de Washington, sólo hasta el 4 de marzo siguiente, fecha de la disolución del Congreso, podría intentar y hacer algo.62
100 JOSÉ ROGELIO ALVAREZ
L a p r i m e r a impresión polít ica que recogió Zozaya en
W a s h i n g t o n , y que trasmitió e l p r o p i o 26 de d i c i e m b r e a
México , es harto reveladora: " L a soberbia de estos republ ica
nos —decía— n o les permite vernos como iguales, s ino como
inferiores; su envanecimiento se ext iende, en m i j u i c i o , a
creer q u e su C a p i t a l lo será de todas las Amer icas ; a m a n en
trañablemente a nuestro d inero , n o a nosotros, n i son capaces
de entrar e n convenio de a l ianza o comercio s ino p o r su p r o p i a
conveniencia , desconociendo l a recíproca. C o n el t iempo h a n
de ser nuestros enemigos jurados, y c c n ta l previsión los de
bemos tratar desde hoy, que se nos v e n d e n amigos, de cuyo
m o d o debemos conducirnos o f i c i a l y p r i v a d a m e n t e . . . p a r a
aprovecharnos de sus conocimientos, relaciones e i n f l u j o
p a r a e l establecimiento de Consulados y después poner u n o
de nuestra P a t r i a en todos los papeles [¿puertos?]. E n las se
siones d e l Congreso general y en las sesiones de los Estados
part iculares , n o se h a b l a de otra cosa que de arreglo de ejér
citos y m i l i c i a s , y esto n o puede tener s i n d u d a otro objeto
que e l de miras ambiciosas sobre la P r o v i n c i a de Texas . E l
Ejército, que no pasa de diez m i l hombres n i baja de seis m i l ,
r e p a r t i d o en las fronteras y p a r t i c u l a r m e n t e en l a nuestra,
puede servir p a r a defender su suelo, pero n o es temible fuera
de é l . " 6 3 Es sorprendente que d o n José M a n u e l Zozaya, tan
sensible, perspicaz y alerta p a r a advert i r los signos d e l pe l igro
que entonces se i n c u b a b a , n o haya d a d o muestras de parejas
cual idades a l tratarse de h a l l a r l a apl icación concreta de su
misión diplomática. Co nfund ió , acaso, su función, que con
sistía en p r o m o v e r situaciones e i n f l u i r sobre los acontecimien
tos de m o d o hábi l y discreto, con e l s i m p l e p a p e l de acucioso
i n f o r m a d o r . Es evidente que Zozaya n o aprovechó l a esplén
d i d a o p o r t u n i d a d que se le presentaba, pues u n a política
certera e n a q u e l p r i m e r m o m e n t o acaso h u b i e r a evitado, o
atenuado, los desastres posteriores.
D u r a n t e los pr imeros meses de 1823, e l m i n i s t r o m e x i c a n o
se dedicó a enviar noticias sobre conspiraciones y planes con
tra e l I m p e r i o que no l legaron a ejecutarse. 0 4 E l 28 de febrero
informó escuetamente: " A q u í r e c i b i e r o n con aplauso los i n
formes sobre el m o v i m i e n t o de Santa A n n a " ; 65 y e l 20 de
m a y o siguiente, enterado de l a caída d e l I m p e r i o , m a n d ó u n a
nota , que le tocó r e c i b i r a clon L u c a s A l a m a n , nuevo m i n i s t r o
PRIMEROS CONTACTOS DIPLOMÁTICOS 101
de Relaciones Interiores y Exter iores , reconociendo que s i algo
h i z o en les Estados U n i d o s , fué no hacer nada, salvo contraer
u n a deuda de 6 m i l dólares. 6 6
NOTAS 1 Lucas A L A M Á N , Historia de México, México, 1942, vol. V, p. 439. 2 La diplomacia mexicana, México, Secretaría de Relaciones Exte
riores, 1910-1913, vol. I, pp. 113-117. 3 Ibid., vol. I, p. 76. 4 Ibid., vol. I, pp. 121-127. 5 A L A M A N , Historia, vol. V, p. 439. 6 Ibid., vol. V, pp. 888-894. 7 Ibid., vol. V , pp. 907-910. 8 La diplomacia, vol. I, p. 33. 9 A L A M Á N , Historia, vol. V , p. 518. 10 Ibid., vol. V, pp. 519-520.
11 Ibid., vol. V, p. 524. 12 Ibid., vol. V, p. 528. 13 Ibid., voL V , pp. 529-530. 14 Ibid., vol. V , p. 521. 15 La diplomacia, vol. I, pp. 195-198. 16 /Ibid., vol. I, p. 169, IT A L A M Á N , Historia, vol. V, p. 528.
18 jr¿ diplomacia, vol. I, pp. 171-172. 19 Ibid., vol. I, pp. 174-175. 20 Ibid., vol. I, pp. 178-181. 21 Ibid., vol. I, p. 179. 22 Ibid., vol. I, p. 180. 23 Alberto LEDUCA y Dr. Luis L A R A PARDO, Diccionario de historia,
geografía y biografía mexicanas, México, 1910, p. 891.—La diplomacia, vol. I, p. 7.
2 4 La diplomacia, vol. I, p. 10. 25 Ibid., vol. I, p. 11. 26 Ibid., vol. I, p. 13. 27 Ibid., vol. I, p. 13. 28 Ibid., vol. I, p. 19. 29 Ibid., vol. I, p. 22. 30 A L A M Á N , Historia, vol. V, p. 540.
31 La diplomacia, vol. I, p. 24. 32 A L A M Á N , Historia, vol. V , p. 584,
33 La diplomacia, vol. I, p. 25. 34 Ibid., vol. I, pp. 26-27. 35 Ibid., vol. I, p. 28. 36 Ibid., vol. I, pp. 33-35. 37 A L A M Á N , Historia, vol. V , pp. 601-608. 38 La diplomacia, vol. I, p. 45. 39 Ibid., vol. I, p. 36. 4 0 Ibid., vol. I, pp. 37-39. 41 Ibid., vol. I, pp. 43-45. 42 Ibid., vol. I, pp. 46-51. 43 A L A M Á N , Historia,, vol. V , p. 640.
44 México a través de los siglos, vol. IV, p. 87. 45 La diplomacia, vol. I, p. 131. 46 Ibid., vol. I, p. 132. 47 Ibid., vol. I pp. 136-137. 48 Ibid., vol. II, pp. 371-372. 49 Ibid., vol. II, p. 373. 50 Ibid.. vol. I, pp. 141-142. 51 Ibid., vol. I, pp. 143-144. 52 Ibid., vol. II, pp. 374-375. 53 Ibid., vol. I, p. 145. 54 Ibid., vol. I, p. 73. 55 Ibid., vol. I, pp. 75-76. 56 Ibid., vol. I, pp. 76-77. 57 Ibid., vol. I, pp. 82-84. 58 H?¿d., vol. I, pp. 85-87. 59 Ibid., vol. I, pp. 89-91. 60 Ibid., vol. I, pp. 94-95. 61 Ibid., vol. I, pp. 101-102. 62 Ibid., vol. I, p. 102. 63 Ibid., vol. I, p. 103. 64 Ibid., vol. I, pp. 106-107. 65 Ibid., vol. I, p. 108. 60 Ibid., vol. I , pp. 109-110.