Los Problemas Del Ministerio

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MODELOS Y PRÁCTICAS PASTORALES LIC. ERMEL SOLIS SÁNCHEZ LUZ AMERICA SAN MARTIN P. TAREA No 4 LOS PROBLEMAS DEL MINISTRO Uno de los consejos más sabios dado por Pablo a Timoteo fue “Ten cuidado de ti mismo”( I Timoteo 4 :16). Todo Ministro está expuesto a las debilidades comunes a todos los hombres, al egoísmo, a la vanidad, a ambiciones humanas, a extravíos sexuales, a enemistades y resentimientos, a dudas y crisis de fe. La diferencia entre él y sus hermanos es que, en su caso, el problema originado por su flaqueza adquiere mayor intensidad. De la solución de tales problemas puede depender, a la larga, el verdadero éxito o el fracaso de su labor. LA SOLEDAD Los más eminentes líderes han sido grandes solitarios como : Moisés, Elías, Jeremías y el mismo Señor durante su ministerio en la tierra. El ministro se encuentra en una situación en la que prácticamente no puede tener amigos íntimos, al menos entre los miembros de su iglesia. Todo contacto de amistad especial con algunos podría interpretarse como favoritísmo y ello podría originarle dificultades con los demás miembros de su iglesia. Lo ideal sería poder mantener una comunión de amistad con todos. Lo que acabamos de decir no significa que el siervo de Dios ha de aislarse de los demás, tratamos simplemente de resaltar el hecho de que, en medio del pueblo al cual sirve avanza, el ministro a menudo se siente íntimamente solo. La soledad pierde su aguijón cuando se puede decir con el Señor: “No estoy solo, porque el Padre está conmigo”( Juan 16.32). LAS TENSIONES FAMILIARES. En primer lugar el Hogar puede ser una fuente de estímulo o un campo de dura prueba.

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MODELOS Y PRCTICAS PASTORALESLIC. ERMEL SOLIS SNCHEZLUZ AMERICA SAN MARTIN P.TAREA No 4

LOS PROBLEMAS DEL MINISTROUno de los consejos ms sabios dado por Pablo a Timoteo fue Ten cuidado de ti mismo( I Timoteo 4 :16).Todo Ministro est expuesto a las debilidades comunes a todos los hombres, al egosmo, a la vanidad, a ambiciones humanas, a extravos sexuales, a enemistades y resentimientos, a dudas y crisis de fe. La diferencia entre l y sus hermanos es que, en su caso, el problema originado por su flaqueza adquiere mayor intensidad.De la solucin de tales problemas puede depender, a la larga, el verdadero xito o el fracaso de su labor.LA SOLEDADLos ms eminentes lderes han sido grandes solitarios como : Moiss, Elas, Jeremas y el mismo Seor durante su ministerio en la tierra.El ministro se encuentra en una situacin en la que prcticamente no puede tener amigos ntimos, al menos entre los miembros de su iglesia. Todo contacto de amistad especial con algunos podra interpretarse como favoritsmo y ello podra originarle dificultades con los dems miembros de su iglesia. Lo ideal sera poder mantener una comunin de amistad con todos.Lo que acabamos de decir no significa que el siervo de Dios ha de aislarse de los dems, tratamos simplemente de resaltar el hecho de que, en medio del pueblo al cual sirve avanza, el ministro a menudo se siente ntimamente solo.La soledad pierde su aguijn cuando se puede decir con el Seor: No estoy solo, porque el Padre est conmigo( Juan 16.32).LAS TENSIONES FAMILIARES.En primer lugar el Hogar puede ser una fuente de estmulo o un campo de dura prueba.La mujer que se casa con un Ministro debe casarse tambin con su ministerio.El Ministro cometera un grave error exigir a su esposa ms de lo razonable en sus responsabilidades como ama de casa , madre y en su misma vocacin. El dilogo cristiano, la comunicacin a nivel profundo, ayudadrn a ambos a ver el problema objetivamente y a buscar juntos las soluciones a su alcance.Tambin la relacin con los hijos es importante. La conversin y buena conducta de stos es el testimonio ms elocuente de la piadosa influencia de los padres. La oracin, la cordura y el amor ayudarn mucho ms al hijo en sus pocas de crisis que las reprimendas airadas o los sermones de tono melodramtico.El siervo de Dios o consigue un hogar con un mnimo de estabilidad, armona y bienestar o corre el riesgo de que se desmorone su fuerza interior y, como consecuencia, la obra a que ha sido llamado.Cuando el Ministro vive experiencias tristes, por negativas, en la relacin con su esposa y sus hijos, har bien en examinarse seriamente a s mismo. Gran parte de la causa de los problemas puede estar en su propia actuacin, ya que muchas veces resuta difcil descubrir nuestros propios errores.LA DIFICULTAD DE LA OBRANo hay actividad ms compleja y dura que la de un dirigente. Tal hecho adquiere an mayor relieve en el ministerio cristiano. Es ste un campo en el que se cosechan buen nmero de decepciones, deslealtades, crticas destructivas, incomprensiones, zancadillas carnales, en luchas constantes contra la debilidad humana, la indiferencia, el error y las formas ms diversas de pecado.El cansancio puede dar a dos experiencias diferentes: puede degenerar en agotamiento espiritual, lo cual es serio; pero tambin puede contribuir a una mayor madurez y a un renovado fortalecimiento por la accin vivificadora de Dios. (Isaas 40:28-31).LA INSENSIBILIZACIN ESPIRITUALPaulatinamente se cae en la rutina; Se efectan varios trabajos del ministerio con regularidad y diligencia, pero de modo mecnico, sin entusiasmo. La predicacin pierde vigor espiritual; los contactos personales resultan menos clidos; la intensidad de las emociones, la capacidad de gozar y de sufrir, van disminuyendo.Otro peligro es la familiaridad con las experiencias frecuentes de la vida, por grandes que sean; la esclerosis espiritual ante el sufrimiento de nuestros semejantes, ante las tragedias, ante la misma muerte.Conviene recalcar el peligro de que la familiaridad con el dolor se convierta en insensibilidad, pues entonces se pierde nuestra facultad de consolacin.EL EXITOCuando la obra de un siervo prospera, cuando se reconocen y elogian sus dones, cuando se posa sobre su cabeza la aureola del prestigio, solo la gracia de Dios puede librarle de caer en el engreimiento, principio del fracaso.Probablemente seramos hipcritas si pretendiramos que nos desagradan los halagos, pero tendramos que alcanzar la madurez.Todo triunfo en nuestro trabajo es una manifestacin de la gracia de Dios que acta en nosotros. La asimilacin honda de esta verdad es el nico que puede librarnos de las trampas del xito.EL FRACASOEs vital, ante todo no caer ni en la envidia, al contemplar el xito de otros, ni en el desaliento. La circunstancia invita a la reflexin. Los resultados pobres o negativos pueden deberse a defectos del ministro en su predicacin, en su carcter, en su modo de relacionarse con los dems o en los mtodos usados para efectuar su trabajo.Es evidente que muchos fracasos aparentes son, en los planes de Dios, semillas de las ms grandes realizaciones.Los obstculos pueden tener como finalidad probar nuestra capacidad de resistencia, nuestra madurez, nuestra abnegacin perseverante.El fracaso, nuestras cadas, no no debieran hundirnos en el desaliento; ms bien habra de inducirnos a buscar la direccin y la gracia de Aquel que en todo momento puede hacer todas las cosas.LA DEPRESINLa depresin produce melancola, provoca la indiferencia efectiva, hace que todo resulte gris, roba la ilusin de vivir, vaca la existencia de todo contenido digno de dedicacin entusiasta con lo que se anula la capacidad de iniciativa, debilita la fibra moral, induce a rehuir el contacto con los que nos rodean, abre portillo a las dudas y a los pensamientos ms siniestros. Posiblemente sta es la prueba ms difcil a que puede verse sometido un ministro.Existen varios tipos de depresin: LA REACCIONAL.- Provocada por experiencias traumticas, LA DE AGOTAMIENTO.-Causada por el recuerdo (infancia, frustraciones, etc.) LA NEURTICA.-Surgen de individuos inconsciente. LA ENDGENA.-Personas felices, pero acecha la neurastenia. LA INVOLUTIVA.- Propia de los ancianos.

En todos estos casos, el mejor remedio contra la depresin es el descanso, el adecuado tratamiento fsico. Tan pronto como el organismo recupera su normalidad, la depresin desaparece.