Los tres cerditos (versión contada por el lobo)

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(Versión contada por el lobo) Ana Insa Fernández AL ALBA. Empresa de Servicios Socioeducativos Tlf 608309237/667431219

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(Versión contada por el lobo)

Ana Insa Fernández

AL ALBA. Empresa de Servicios SocioeducativosTlf 608309237/667431219

Mi nombre es Lobo Feroz y vivo en un

granbosque muy bonito lleno de árboles.

En el bosque me siento solo, ya

que soy un lobo con el que nadie

quiere jugar.

¡No tengo amigos!¡Que triste estoy!

Todos dicen que soy muy malo y que me como a los niños, pero no es verdad porque a mi solo me gusta jugar con ellos; además soy vegetariano.

En lo más profundo del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos.

Yo siempre quería que ellos fueran mis

amigos, pero por más que lo intentaba no podía acercarme a

ellos; siempre corrían y gritaban como si yo les fuese a hacer algo

malo.

Un día, paseando solo por el bosque, vi que los tres cerditos estaban haciéndose una casa cada uno.

Me senté a lo lejos para observarles , ya que as í conseguía es tar dis traído.

El cerdito más pequeño hizo su casa de paja, para acabar antes y poder irse a jugar.

El mediano construyó una

casita de madera.

El más grande tardó mucho más tiempo que sus hermanos y construyó una preciosa casa de

ladrillos.

Cuando terminaron sus casas y se metieron en ellas yo me aburría mucho y decidí ir a llamarles para

jugar.

Cerditos ¿Queréis jugar

conmigo?

Primero fui a la casa de paja. Cuando fui a

llamar a la puerta, me vino un enorme

estornudo; y sin poder remediarlo derrumbé

la casa del cerdito pequeño al estornudar

tan fuertemente.

Aaattchuusss!!

El cerdito, asustado,

salió corriendo a la

casa de su hermano

mediano. Yo fui detrás

de él, ya que quería

pedirle perdón y

explicarle lo que había

pasado.

¡¡¡Cerdito!!!¡¡Espérame!!

Cuando llegué a la casa de madera no me senté en la puerta y empecé a aullar

porque me sentía muy solo y mal por lo que había

sucedido.

Aullé con tantas ganas que la casa de madera

comenzó a moverse y en pocos minutos se derribó.

Entonces los dos cerditos, salieron disparados

hacia la casa de ladrillos; donde se

encontraba su hermano mayor,

pensando que me los quería comer.

¡¡Corre corre!!¡¡Qué viene el

lobo!!

Cuando llegué a la casa de ladrillos,

casi sin aliento, los tres cerditos

estaban dentro con todas las puertas y ventanas cerradas.

Así que dije varias veces:

- ¡Abridme la puerta! ¡Abridme la puerta o lloraré y de aquí no me moveré!

Pero los cerditos

entendían:

-¡Abridme la puerta! ¡Abridme la puerta o soplaré y la casa tiraré!

Y se mostraban más enfadados y asustados.

¡¡Abrid la

puerta!!

Al ver la chimenea se me

ocurrió entrar por ella a

la casa, así podría ver a

los cerditos y contarles lo

sucedido.

Pero me resbalé y caí dentro de un cazo de agua hirviendo, por lo que salí

corriendo.

AAAAAGGGGHH!

Desde entonces nunca

más he vuelto a casa de

los cerditos a intentar

hablar con ellos. Solo se

que son muy conocidos

por lo que pasó aquella

tarde, ya que dicen que

consiguieron escapar de

mi y todos les admiran.

Bueno, por lo menos ellos son felices y gracias a mi han aprendido que las cosas se ganan con trabajo,

como hizo el cerdito mayor.