Los_errores_de_los_filósofos_Gil-de-Roma.pdf

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GILDEROMA c:t (EGIDIO RoMANO) 1- Los errores de los filosofos 1- -1 traducci6n del texto Iatino, introducci6n y notas de RAFAEL RAM6N GuERRERO 0:: 0 1- c w t U NAM 1111111111111111111111111111111111111111 732007 BIBLIOTECA CENTRAL

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  • GILDEROMA c:t (EGIDIO RoMANO) 1-

    ~ Los errores de los filosofos 1-

    -1 traducci6n del texto Iatino, introducci6n y notas ~ de RAFAEL RAM6N GuERRERO 0:: 0 1-

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    BIBLIOTECA CENTRAL

  • El Tractatus de erroribus philosophorum es un texto que ha sido atribuido a Egidio Romano, pero cuya autorfa no esta clara hoy. Su autor establece que opiniones de diversos fil6sofos se oponen a Ia verdad cristiana. Los fil6sofos que selecciona son Arist6teles, Averroes, Avi-cena, Algazel, Alkindi y Maim6nides, realizando una compilaci6n de las desviaciones que, segun el, tienen que ver fundamentalmente con las doctrinas denuncia-das en Ia condena de 1270 efectuada por el obispo Es-teban Tempier. Tras exponer las tesis reprobables, hace un resumen conciso de todas elias. Esta obra ofrece por vez primera en el mundo cristiano las fuentes de los errores mantenidos por algunos contemporaneos suyos.

  • Gil de Roma (Egidio Romano)

    Nacido en Roma hacia 1243, ingres6 en los Ermitaiios de San Agustin hacia 1260 y fue discfpulo de Tomas de Aquino en Parfs entre 1268 y 1272. Se enfrent6 al obis-po Esteban Tempier, autor de las condenas de 1270 y de 1277, por lo que algunas tesis suyas fueron tambien censuradas en este ultimo aiio. March6 a Italia, don-de permaneci6 en diversos cargos de su arden, hasta que acept6 retractarse en 1285' momenta en el que regres6 a Pads y fue profesor ,de ;~eologfa hasta 1292, en que fue nombrado prior ge~etafde ~u ' orden. Bo-nifacio VIII lo nombr6 arzobispo de Bourges en 1295, cargo que ocup6 hasta su muerte en 1316, despues de haber tornado parte activa en la polftica eclesiastica de su epoca.

    Fue autor de numerosas obras, entre las que desta-can su De regimine principum, escrito para el rey Felipe el Hermosa de Francia, uno de los libros mas lefdos y comentados posteriormente, y el De ecclesiastica po-testate, en el que defiende los derechos del papa y de la Iglesia rente al poder temporal.

    Rafael Ramon Guerrero es Profesor Emerito y Catedra-tico Jubilado de Historia de la Filosoffa Medieval en la Universidad Complutense de Madrid. Miembro titu-lar de diversas Sociedades nacionales e internacionales dedicadas al estudio de la filosoffa medieval, ha sido profesor visitante en diversas universidades espaiiolas, europeas y americanas y ha participado en numerosos congresos, seminarios y encuentros eri Espana, Europa, America y pafses del mundo islamico. Entre sus publi-caciones cabe destacar: La recepcion drabe del De ani-ma de Aristoteles: al-Kindf y al-Farabf (1992); Avicena (ca. 980-1037) (1994); Historia de la Filosofia medie-val (1996); Averroes: Sabre filosofia y religion (intro-ducci6n y selecci6n de textos) (1998); Filosofias dra-be y judia (2001); Al-Farabi: El camino de la felicidad (traducci6n, introducci6n y notas) (2002), y Al-Farabi: Obras filosoficas y politicas (traducci6n, introducci6n y notas) (2008), los dos ultimos publicados en esta mis-ma Editorial.

  • ISB N 978-84-9879-35 1-2

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  • Los errores de los fil6sofos

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    Los errores de los fil6sofos

    Gil de Roma (Egidio Romano)

    Traducci6n del texto Iatino, introducci6n y notas de Rafael Ram6n Guerrero

    con Ia cobboraci6n de Laura Llamas Fraga

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    Este trabajo se ho realizado con Ia ayuda del Proyecto de lnvestigaci6n Ellegado clasico (griego, Iatino, persa) en ellslam de ai-Andalus.

    Referencia: Hum2007 -61136/FISO, Ministerio de Educaci6n y Ciencia.

    LINAM 81BUOTEC,~ CENTR/-'1 1.

    Direcci6n General de lnvestigaci6n.

    Titulo original : Tractatus de erroribus philosophorum

    Editorial Trotta, S.A., 20 12 Ferraz, 55. 28008 Madrid

    Telefono:915430361 Fox: 9 1 543 14 88

    E-mail: [email protected] http:/ /www.trotta.es

    Rafael Ramon Guerrero, para Ia traducci6n, introducci6n y notas, 2012

    ISBN: 978 -84-9879-35 1-2 Deposito Legal: M-26.086-2012

    lmpresi6n Gr6ficas Varona , S.A.

    CONTENIDO

    Introducci6n ............. .... ....... ..................................... ... ... ...... .................. . 9 Las traducciones de textos .filos6ficos en los siglos X II y XIII.. ............ 13 Las condenas de Arist6teles en el siglo XIII........................................ 17 Gil de Roma y el Tractatus de erroribus philosophorum. Autoria y

    esrructu ra . . . . . ... . .. . .. . .. . .. . ... . .. .. . .. . .. . .. . .. . . . . .. . ... . . . . . . . .. . .. . . . . . . .. . . . . . . . . .. . 29 Autorcs criticados. 11-aduccioncs latinas de sus tcxtos... ... ................. 34 Las opiniones condcnadas ...... .. ... .... ..... .... ..... ... .. ....... ... .. ... ..... .... .. .. .. 41

    Los ERRORES DE LOS Fll.C)SOFOS

    Capitulo 1: De Ia compilaci6n de [los errores de] Arist6teles ................ . Capitulo 2: En cl que se reunen en sumario los errorcs de Arist6teles .. .. Capitulo 3: En el que se refuta aquel principia que el Fil6sofo toma

    como so porte de sus err ores ............................................... ............ .. Capitulo 4: De Ia recopilaci6n de los errorcs de Averroes ........ ............ .. Capitulo 5: En el que se resumen los errores mencionados ... .. ..... ........ .. Capirulo 6: De Ia compilaci6n de los errores de Avicena ............ ......... . .. Capitulo 7 : En el que se compendian los errores de Avicena ................. . Capitulo 8: De Ia compilaci6n de los errores de Algazel ............ .. ... ...... . Capitulo 9: En el que se resumen los errores mencionados ................... . Capitulo 10: De Ia compilaci6n de los errores de Alkindi .................... .. Capitulo 11: En el que se compendian los errores mencionados .......... .. Capitulo 12: De Ia compilaci6n de los errores de Rabbi Moises ........... .. Capitulo 13: En el que se resumen los errores mencionados ................ ..

    Bibliografia ..... .. .. .......... .. ... ...... ..... ..... .................. ... .. .... ....... .. .. .............. .

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  • INTRODUCCION

    La reciente publicaci6n de un libro por Sylvain Gougenheim, titulado Aristote au Mont Saint-Michel: Les racines grecques de !'Europe chretien-ne1, ha generado una pole mica en Ia que se han visto involucradas cues-tiones cientificas e ideol6gicas. Su autor, con un gran apoyo mediatico y de publico, sostiene Ia tesis de que Europa no debe nada al Islam, niega que pensadores arabes hayan aportado cl saber griego al pensamiento europeo por considcrar que Ia civilizaci6n islamica no podia ser capaz de asimilar la herencia gricga y sugicre que fueron cristianos de oriente y de occi-dente, y no musulmanes, quienes hicieron posible que Europa recuperase sus rakes griegas. Para Gougenheim, elmundo islamico ha permanecido petrificado en el Coran, lo que le ha impedido evolucionar y acceder a! espfritu cientffico, propio delmundo europeo:

  • 1/.t.ttl ,,~~. 1 , c' ll tndn ,;tsn, nada L'scncia!.l. En suma, la obra pone en tela de juicio la imlagacion realizada por prestigiosos especialistas durante mas de siglo y medio de estudio y analisis de fuentes y textos. En el debate al que esta obra ha dado Iugar han intervenido muchos estudiosos expertos en historia medieval, quienes han afirmado que la obra va a contracorrien-te de Ia investigaci6n contemporanea4

    Frente a la opinion expresada en este libra, hay que recordar que Ia historia del pensamiento ya sabe de la comunicaci6n que se suele dar entre culturas diversas, en las que ideas y conceptus expresados en una de ellas son pronto conocidos, asimilados y transformados por otras. Un ejemplo claro de este intercambio se dio durante Ia Edad Media, cuando las tres grandes culturas conocidas en el entorno del Mediterraneo estu-vieron en relaci6n, especialmente en Ia peninsula iberica. La propagaci6n de conocimientos entre musulmanes, judfos y cristianos fue especialmen-te fructffera allf, no solo para la filosoffa sino tambien para la teologia, Ia literatura y el pensamiento en general. Los diversos reinos cristianos exis-tentes en ella propiciaron reformas, impulsadas por los mismos reyes, que dieron Iugar a un amplio desarrollo cultural. De mas esta mencionar el gran estfmulo cultural de Alfonso X el Sabio5, pero ya su padre, Fernan-do III, habia promovido esa tarea. A lo largo del siglo Xlll, las letras hispa-nas vieron nacer obras en las que se aprecia claramente una influencia de las culturas arabe-islamica y judfa. Son escritos de fuerte caracter mo-ralizante y didactico, en los que se sugiere una actitud doctrinal y moral encaminada a proporcionar modelos de conducta, soluciones y consejos practicos, incluso con abundancia de exempla, capaces de apoyar una argumentaci6n doctrinal, religiosa o moral, y cuyo origen parece e~Lar en

    3. Alain de Libera, Landerneau terre d'lslam, en http://www.telerama.fr/idees/ landerneauterre-d-islam-paralain-de-libera,28252.php.

    4. Helene Bellosta, del CNRS y de Ia Universite Paris VII, y otros cuarenta histo-riadores publica ron en Le Monde des Livres del 25 de abril de 2008 un texto titulado

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    ccna y Averroes, solo superados porIa mencion de Aristoteles11 . A estos dos autores arabes recurrieron desde Roberto Grosseteste basta Alberto Magno12, Tomas de Aquino y Siger de Brabame, para leer el texto de Ia Metafisica de Aristoteles, exponiendo su lectura bien en forma de lec-tio, como en el caso de santo Tomas13, bien per modum quaestionis, como en los casas de Siger y de Duns Escoto. Asf, pues, la presencia e influen-cia de la ciencia y filosoffa procedentes del mundo arabe fue enorme y determinante en Ia constitucion del pensamiento filosofico y cientffico medieval a partir del siglo XIII, gracias al conocimiento de textos griegos y arabes a traves de las versiones latinas que de los mismos se hicieron,

    Queremos presentar aquf la traduccion de un texto clasico de Ia se-gunda mitad del siglo XIII, el opusculo titulado Errores philosophorum o Tractatus de erroribus philosophorum, que puede considerarse como una prueba mas de Ia importancia que Aristoteles, los filosofos arabes Averroes, Avicena, Algazel y Alkindi, y el judfo Maimonides tuvieron en la configuracion del pensamiento y de Ia cultura de Ia Europa cristia-na de ese siglo. Doctrinas sostenidas por estos autores despertaron no solo asombro y admiracion, sino tambien el temor de que algunas de sus opiniones pudieran pervertir y corromper Ia tradicion en Ia que se sus-tentaba elmundo Iatino cristiano; una tradicion anquilosada y cerrada a nuevas ideas procedentes del exterior, las que pudieran venir de un mun-do tenido por distinto y distante. De no ser por esta importancia, proba-blemente las opiniones de esos filosofos no habrfan sido tenidas en cuenta y no habrfan sido criticadas con la profusion con que fueron reprobadas e, incluso, condenadas y censuradas por ser consideradas peligrosas para Ia doctrina ortodoxa.

    tiones super Iibras Metaphysicorum Aristotelis: Recherches de Theologie et Philosophie medievales 65/2 (1998), pp. 384-399.

    11. Cf. R. Ramon Guerrero, : Documenti e studi sulla tradizio-ne filosofia medievale 9 (1998), pp. 261-339; Le citazioni implici te testuali Della Philoso-phia Prima di Avicena nel commento alia Metafisica di Alberto Magno: analisis tipologico>>: Documenti e studi sulla tradizione filosofia medievale 12 (2001), pp. 179-274.

    13. A pesar de que muchas veces se ha dicho que Avicena ejerci6 una gran influencia sobre santo Tomas, lo cierto es que Averroes esta muy presente en la mente del Aquinate, especial mente con relaci6n a la Metafisica (cf. J. C. Doig, Aquinas on Metaphysics, Marti-nus Nijhoff, La Haya, 1972, p. 113).

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    INTRODUCC16N

    LAS TRADUCCIONES DE TEXTOS FILOSOFICOS EN LOS SIGLOS XII Y XIII

    Los frutos de la cultura y civilizacion islamicas tuvieron una pervivencia en Europa. Se puede afirmar, por ella, que la Europa moderna surgio del desarrollo interno del mundo greco-romano que le habfa dado for-ma, de la evolucion del Imperio carolingio, en el que habfa continuidad del pasado romano, y de las contribuciones que al-Andalus y, en general el Islam, hicieron a Ia historia del pensamiento humano. Contribucio-nes en las que desempefiaron una funcion primordial los judfos que vivfan en al-Andalus y que, tras la invasion almohade en el siglo XII, se trasladaron al norte de la penfnsula iberica, al sur de Francia y a Italia.

    El Islam habfa comenzado a ejercer influencia sabre el mundo Iatino muy pronto. Porque, aun cuando en el Concilio de Vienne, celebrado en 1312, se adopto el acuerdo -a instancias de Ramon Llull, quien sostenfa que la mejor manera de convertir a los infieles era por media del aprendizaje de las lenguas14- de crear catedras de arabe, hebreo, griego y sirlaco en distintas Universidades, no obstante hacfa ya tiempo que los Iatinos se habfan dado cuenta de la necesidad del estudio de las lenguas, como habfa afirmado Roger Bacon, para acceder a otros cono-cimientos. De hecho, Ia vision apocalfptica del Islam>> 1 S, habfa dejado paso a otra perspectiva, que dio Iugar a la adquisici6n de diversas apor-taciones culturales que permitieron a algunos pensadores cristianos de-cir o postular que Ia raison habite chez les musulmans, seg(m Jolivet 16

    El contacto del Islam con Ia Cristiandad latina comenzo poco despues de la presencia de los arabes en la penfnsula iberica, a mediados del si-glo VIII. Desde entonces, y aunque las fuentes historiograficas poco digan, se inicio una relacion que no cesada basta bien entrada Ia modernidad. La propia consideracion de los cristianos por parte del Islam como gentes del Libra>> (ahl al-kitab) favorecio el trato dispensado por el mundo isla-mica al cristiano y, a partir de ahf, el intercambio cultural pudo realizarse en condiciones mas ventajosas, como quedo patente en el Oriente musul-man. A partir del siglo IX se iniciaron formalmente las comunicaciones

    14. Cf. B. Altaner, : His-torisches Jahrbuch 53 (1933), pp. 190-219; F. Dvornik, The Ecumenical Councils, Haw-thorn Books, Nueva York, 1961, pp. 65-66.

    15. Expresi6 n de G. C. Anawati, : Estudios Lulianos 29 (1989), p. 159.

    16. !;Islam et la raison, d'apres quelques auteurs latins des IX' [sic] et XII' siecles>>, en A. Cazenave y J.-F. Lyotard (dirs.), I.:art des confins. Melanges offerts it Maurice de ( ,'mrrlillac, PUF, Paris, 1985, pp. 153-165.

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  • I', I KIU JI\LS lJE LOS FILOSOFOS

    ndturalcs entre arabes y europeos, al estar interesados estos en recibir los wnocimientos cientfficos que aquellos estaban introduciendo y desarro-llando en al-Andalus17 Aunque sabemos poco de estas relaciones iniciales, inciertas en muchos casas, se puede decir que con elias se entablaron unas comunicaciones que mas tarde habrfan de fructificar positivamente. La presencia del monje Gerberto de Aurillac, futuro Papa Silvestre II, en el obispado de Vich y en el monasterio de Ripoll para realizar estudios cien-tfficos18 pone de relieve que Ia importancia de los textos arabes atesorados allf habfa trascendido las fronteras de Ia Marca Hispanica. Comenzaron a introducirse en el mundo cristiano medieval los decisivos progresos que los arabes habfan realizado en el ambito de las matematicas, sobre todo los referentes a! astrolabio, las tablas astronomicas y el uso de las cifras llamadas .

    En la segunda mitad del siglo XI se inicio el gran movimiento de tra-duccion, con los queM. Th. d'Alverny ha denominado los precursores>> : Constantino el Africano y Alfano de Salerno (m. 1085)19, que trabajaron en Ia Escuela medica de Salerno. Las ciencias que interesaron inicialmente fueron Ia medicina y las ciencias naturales; con Ia recuperacion de Ia me-dicina de Galena se introdujeron elementos filosoficos que comenzaron a ejercer influencia en maestros de comienzos del siglo xu20 , especialmente los vinculados a Ia Escuela de Chartres. Estos preliminares fueron seguidos por un esfuerzo mucho mas amplio por adquirir vastos conocimientos, que se tradujo en Ia gran tarea de version de obras del arabe y del griego allatfn. Estas versiones parecen responder a tres tipos de preocupaciones: inquietudes cientfficas, intereses religiosos e inclinaciones fi los6ficas.

    En primer Iugar, el interes cientffico. La Edad Media tuvo como programa de estudio el propuesto por San Agustfn en De doctrina chris-tiana: las artes liberales, encaminadas a Ia lectura y comprension de los textos revelados. Desde Ia epoca carolingia, los Iatinos disponfan de suficientes materiales para el estudio, conocimiento y profundizacion de las artes del trivium; sin embargo, el quadrivium habfa de limitarse a lo poco que el mundo de la transicion entre el perfodo romano y el medieval habfa logrado acopiar: obras de Boecio, Casiodoro e Isidoro

    17. Cf. J. Verner, El Islam y Europa, El Albir Universal, Barcelona, 1982, pp. 20-28. 18. Cf. P. Riche, Gerbert d 'Aurillac. Le Pape de /'an mil, Fayard, Paris, 1987, pp. 23-27. 19. Translations and Translators,, en Renaissance and Renewal in the Twelfth Cen-

    tury, ed. de R. L. Benson y G. Constable con C. D. Lanham, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1982, pp. 421-462.

    20. Cf. P. Morpurgo, Filoso{ia della natura nella schola salernitana del secolo XII, CLUEB, Bolonia, 1990.

    11

    INTI\ODUCCION

    de Sevilla. Era necesaria entonces una gran tarea de busqueda y recopi-lacion de obras que contribuyeran al desarrollo de las artes matematicas. De ahi que obras de astronomfa, aritmetica, geometria y otras disciplinas cientfficas como Ia optica, alquimia, farmacologfa o medicina, fueran vertidas allatfn desde finales del siglo XI y principios del XII.

    Una segunda preocupacion fue Ia apologetica, al pensarse que un dialogo verbal podia ser mas eficaz que el de las armas o el de Ia in-comprension, lo que llevo a los cristianos occidentales a Ia traduccion del Cordn, primero a! latin y luego a distintas lenguas romances, y de otros textos religiosos, como Ia apologia del cristianismo, compuesta por 'Abd al-Masih al-Kindi21 Gran impulsor de este interes porIa esfera religiosa fue el abad de Cluny, Pedro el Venerable, interesado en dar al cristiano, como dice J. Jolivet22, un conocimiento de obras basicas sobre Ia religion musulmana, puesto que pensaba que los sarracenos>> son hombres inteligentes y doctos, cuyas bibliotecas estan llenas de Iibras sabre las artes liberates y el estudio de Ia naturaleza, de cuyo saber los cristianos han de apropiarse. En el despcrrar de cste interes por Ia reli-gion musulmana tambien parece haber jugado un importante papel el antes citado Pedro Alfonso, en cuya obra hay bastantes referencias a Ia religion musulmana y numerosas citas con1nicas23 .

    Finalmcnte, Ia prcocupacion filos6fica, que apareci6 en Ia segunda mitad del siglo xu, puesto que, como ha puesto de manifiesto M. Th. d'Alverny2\ hay que realizar un atento examen de los documentos publicados para comprobar que el perfodo de traducciones en Toledo comenz6, bajo el obispo Juan (1152-1166), sucesor del mas afamado obispo D. Raimundo. Destacaron los nombres de Domingo Gundisalvo, cuyo floruit hay que situar hacia los afios 1178-1181, y del mas prolffico de los traductores, Gerardo de Cremona25 , muerto hacia el aiio 1187. Fue entonces cuando se tradujeron las obras de los mas importantes fil6sofos arabes, con Ia unica excepci6n de Averroes, que por esas fechas todavfa estaba componiendo sus textos y comentarios, y que no comen-

    21. Cf. J. Munoz Sendino, Apologia de ai-Kindi>> : Misceldnea Comillas 11-12 (1942), pp. 1-40 y 339-460.

    22. The Arabic Inheritance,, en A History of Twelfth-Century Western Philosophy, ed. de P. Dronke, University Press, Cambridge, 1988, p. 115. Sabre Pedro el Venerable y su actitud hacia el Islam, cf. Ia clasica obra de J. Kritzeck, Peter the Venerable and Islam , Princeton, 1964.

    23. Cf. G. Monnot, Les citations coraniques dans le Dialogue de Pierre Alfonse, en Islam et chretiens du Midi (XII-XJV" siecles), Toulouse, 1983, pp. 261-277.

    24.

  • il II

    ,, I

    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    zarfa a ser conocido en Ia Europa cristiana hasta el siglo siguiente26 La falsafa o filosoffa desarrollada en el mundo arabe fue el principal conducto de transmisi6n de !a filosoffa aristotelica27

    Es cierto que hubo traducciones de Arist6teles realizadas directamen-te del griego a! latfn, anteriores a las versiones del arabe al latin. Pero se sabe tambien que estas traducciones no tuvieron en el mundo Iatino el eco de las versiones del arabe. Ciertamente fueron utilizadas, especial-mente por autores preocupados por el conocimiento cientffico y natural, como ya mostr6 A. Birkenmajer28, hip6tesis desarrollada en parte por otros auto res posteriores29. Pero la asociaci6n de Arist6teles con los auto-res arabes que lo desarrollaron parece indicar la importancia de los textos traducidos del arabe frente a las versiones hechas del griego.

    En este contexto se situa la proyecci6n andalusf sabre el pensamien-to europeo. Tanto la filosoffa judfa, a traves de la obra de los fil6sofos Ibn Gabirol, el Avicebr6n Iatino, y Maim6nides, como la de los hispano-musulmanes, en concreto a traves de Ia obra de Averroes, ejercieron una profunda y duradera influencia en la filosoffa latina medieval y moder-na. No se olvide que Ibn Tufayl no fue conocido en el mundo europeo hasta el siglo xvn, fascinando su novela filos6fica10 a todos los lectores europeos de la epoca de la Ilustracion, como lo prueban las diferentes versiones que de ella se hicieron desde fines de esc siglo y a lo largo del xvm, mientras que Avempace solo fue conocido indircctamente, a tra-

    26. Cf. M. Cruz Hernandez, El problema cronol6gico de las primeras citas de Ave-rroes por los escolasticos Iatinos, en Homenaje al profesor Dario Cabanelas Rodriguez, O.F.M., con motivo de su LXX aniversario, Universidad-Dcpartamcnto de Estudios Semf-ticos, Granada, 1987, pp. 253-270, articulo donde se hallaran tambien unas interesantes paginas sobre Toledo y el origen de las traducciones.

    27. Cf. Ch. Burnetr, Arabic into Latin: the reception of Arabic philosophy into Wes-tern Europe, en P. Adamson y R. C. Taylor (eds.), The Cambridge Companion to Arabic Philosophy, Cambridge University Press, Cambridge, 2005, pp. 370-404, esp. pp. 372-376.

    28. Le role joue par les medecins et les naturalistes dans Ia reception d'Aristote aux XII' et xme siecles, en sus Etudes d'histoire des sciences et de Ia philosophie du Moyen Age, Warszawa and Krakow, Wroclaw, 1970, pp. 73-87 (originalmente publicado en 1930).

    29. Cf. L. Minio-Paluello, Opuscula: The Latin Aristotle, Amsterdam, 1972, pp. 189-228. D. Jacquart, Aristotelian Thought in Salerno, en P. Dronke (ed.), A History of Twelfth-Century Western Philosophy, Cambridge, 1988, pp. 407-427; Ch. Burnett, The Introduction of Aristotle's Natural Philosophy into Great Britain: A Preliminary Survey of the Manuscript Evidence, en J. Marenbon (ed.), Aristotle in Britain during the Middle Ages, Proceedings of the International Conference of Cambridge (Trinity College, 8-11 de abril de 1994), organizado bajo los auspicious de Ia Societe lnternationalc pour l'f~tudc de Ia Philosophic Medievale Turnhout, Brepols, 1996, pp . 21-50.

    30. Ibn Tufayl, El fil6sofo autodidacto, rrad. GISL de A. Com.:\!..1. l':lltn,i:l, tdi,itin de E. Tornero, Trotta, Madrid, 3200.l.

    INTRODUCCION

    ves de las citas que de el hacen Averroes y Maim6nides. El pensamiento europeo entro en un productivo dialogo con el pensamiento filos6fico arabe, especialmente en lo referente ala raz6n, al conocimiento y al ser. Las obras de Domingo Gundisalvo, Guillermo de Auvergne y Tomas de Aquino, entre muchos otros, han dejado un clara testimonio de ello.

    LAS CONDENAS DE ARISTOTELES EN EL SIGLO XIII

    El interes por el nuevo saber fue provocando una renovaci6n del saber a lo largo del siglo XII, que implico un cambio en los contenidos de la ense-fianza yen elmismo ensefi.ante. En primer Iugar, Ia nueva estructuraci6n del conocimiento represent6 una busqueda del saber filosofico como in-tegrado por saberes distintos de los tradicionales, incorporados como vfas de acceso a Ia sabidurfa; se aprecia un desplazamiento del interes ba-cia las artes del quadrivium y se reconoce Ia importancia de Ia etica como disciplina filosofica. Las artes matematicas recuperan su interes practico, que se aplica a divcrsos saberes tecnicos, pero tambien, como dice Pedro Alfonso, a los ncgocios del siglow11 . Otros sabcrcs, como la astrologfa, !a alquimia, !a nigromancia y la mcdicina, fucron considcrados como ciencias naturales. La concepcion que de la filosoffa se fuc desarrollando revela como la raz6n humana se fue imponiendo paulatinamente sabre el valor del texto revelado. Inclufa tambien las artes mecanicas como una de sus partes, puesto que la obra del artesano, que es una imitaci6n de Ia naturaleza, consiste en reunir lo que esta separado o en separar lo que esta unido, lo que implica un conocimiento racional y cientffico de Ia naturaleza. La filosoffa fue esbozando asf infinitas posibilidades en la utilizacion del conocimiento, que mas tarde serfan explicitadas por Roger Bacon: si se sabe como actua Ia naturaleza, sera ilimitada la capacidad de modificarla32. Hay que afi.adir a este interes por elnuevo saber una nueva profesi6n, la del intelectual o maestro, que se establecio en las escuelas urbanas y en el que se fue conformando una nueva mentalidad, basada en la consciencia de su oficio que consistfa en el estudio, en el pensamiento y la reflexion y en la ensefianza de las artes. Fueron estos

    31. Carta a los estudiosos franceses, texto en M. a J. Lacarra, Pedro Alfonso, cit., p. 62:

  • li ;II

    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    los hombres que se volvieron bacia el nuevo Arist6teles que llegaba a Eu-ropa, en el que encontraron un sentimiento de autonomfa y libertad33 .

    La recepci6n de Arist6teles34 y de los textos cientfficos y filos6ficos arabes traducidos fue configurando una nueva concepcion del univer-so, en la que la ciencia, el racionalismo y el naturalismo encontraron ambientes favorables especialmente entre estos maestros que pronto en-grosarfan los claustros de profesores de las Facultades de Artes. Por el contrario, produjo una gran turbaci6n en aquellos te6logos mas conser-vadores, que promovieron una hostilidad de la Iglesia bacia el fil6sofo griego y sus principales doctrinas y bacia textos cientfficos y filos6ficos arabes. Turbaci6n que no fue nueva, sino que ya se habfa dado en el siglo anterior, como muestra el siguiente texto de Pedro de Celle, obispo de Chartres (m. 118 3):

    Ciertamente las cosas de Dios han de ser explicadas por medio de palabras divinas; no plantemos junto a! altar Ia selva aristotelica, para que no oscu-rezcamos los sacramentos de Ia fe con infinitas y superfluas inquisiciones, que , en Ciencia y cultura en Ia Edad Media, Consejerfa de Educaci6n, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 2003, pp. 293-310.

    35. Petrus Cellensis, Mosaici tabernaculi expositio, liber I; Migne, PL 202, 1059A: Certe, res Dei sermonibus divinis explicandae sunt, et non est nemus aristotelicum f!lan-tandum juxta a/tare, ut fidei sacramenta obumbremus infinitis et superfluis inquisitioni-bus, quae non sunt utiles, nisi ad subversionem audientium (II Tim. II, 14).

    36. Cf. L. Bianchi, Les interdictions relatives a l'enseignemcnt d'Arisloll" :111 XIII'" siecle>>, en C. Lafleur (ed.), L:enseignenwnt de Ia fJ/JilosofJ/;ie 7.

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    INTRODUCCION

    U. Durand y reproducido, con una ligera variaci6n, por el Chartularium Universitatis Parisiensis:

    Decretos del maestro Pedro de Corbeil, arzobispo de Sens, del obispo de Paris y de otros obispos reunidos en Parfs sabre quemar a los herejes y des-truir totalmente los libros no cat6licos37.

    Se reprobaron aquf las doctrinas de Amaury de Bene y de David de Dinant38 , por sus tendencias panteistas y materialistas, con sus conse-cuencias religiosas y eticas, especialmente la irresponsabilidad indivi-dual y la negaci6n de la remuneraci6n en la otra vida, y se proscribfa la lectura de Arist6teles y sus comentarios en los siguientes terminos:

    Que los Cuadernos del maestro David de Dinant sean entregados antes de Navidad a! obispo de Paris y sean quemados y que ni los libros na-turales de Arist6teles ni sus comentarios sean leidos, ni en pl!blico ni en privado, bajo pena de excomuni6n. A aquel a! que se le encuentren los Cuadernos del maestro David, desde Navidad en adclantc, scr:i tcnido por hcrcjc.l'J.

    Como sefial6 el historiador y te6logo frances Jean de Launoy (1603-167S), la primera suerte de Arist6teles en Parfs tuvo Iugar en este con-cilia de Sens, seg(m expone en su obra, una de las fuentes indicadas por

    37. Decreta magistri Petri de Corbolio Senonensis archiepiscopi, Parisiensis episcopi et aliorum episcoporum Parisius congregatorum super haereticis comhurendis et lihris non catholicis penitus destruendis; texto en E. Marteney U. Durand, Thesaurus Novus anecdo-torum, 5 vols., Paris, 1717, vol. IV, p. 166. En Ia edici6n del Cartulario de Ia Universidad de Paris, H. Denifle y E. Chatelain, Chartularium universitatis parisiensis, Paris, 1889, t. I, p. 70, n. 0 11, se varia el final: ... comburendis et super libris Aristotelis a/iorumque. En adelante el Chartularium se citara como. CUP.

    38. Sobre Amaury, veanse G. Catherine Capelle, Autour du decret de 1210 III. Amaury de Bene. Etude sur son pantheisme forme!. Prefacio de M. Etienne Gilson, Vrin, Pa-ris, 1932; P. Lucentini, Ceresia di Amalrico, en W. Beierwaltes (ed.), Eriugena redivivus: Zur Wirkungsgeschichte seines Denkens im Mittelalter und im Ubergang zur Neuzeit, Hei-delberg, 1987;]. M. M. H. Thijssen, Master Amalric and the Amalricians: Inquisitorial Procedure and the Suppression of Heresy at the University of Paris>: Speculum 71 (1996), pp. 43-65. Sobre David de Dinant, vease E. Maccagnolo, lth!ice vel secreta, et hoc sub penae xcommunicationis inhibemus. Apud quem lltt't"ltitltlur quaternuli magistri David a natali Domini in antea pro heretico habebitur (I I II', I, p. 70).

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    LOS ERROIUS DE LOS FILOSOFOS

    Hegel para el conocimiento de la filosofia en la Edad Media40, titulada De varia Aristotelis in Academia parisiensi fortuna41

    Los libros apuntados podrian ser Ffsica, Sabre el alma y Metafisica, pero no se pueden afirmar con seguridad, al menos en esta interdicci6n de 1210. Quiza tambien el pseudo-aristotelico De coelo et mundo, tex-to de cuyo conocimiento a finales del siglo XII da testimonio Alexander Neckam (m. 1217), quien en su De naturis rerum menciona que Arist6-teles, en el De coelo et mundo, que podria estar fechado en el afio 1180, dice que las estrellas no son igneas42 Y este mismo autor, en su Sacerdos ad altare accesurus, que Haskins data hacia 1190, menciona las otras obras aristotelicas, pues dice alli que los estudiantes deberfan considerar la Metafisica, el De generatione et corruptione y el De anima43 . Los co-mentarios quiza fueran obras de al-Farabi, Avicena y Algazel, menciona-do este como commentator en el comentario inspirado en el De anima compuesto antes de 1210 por el ingles, estudiante entonces en Paris y luego arzobispo de Canterbury, John Blund (ca. 1175-1248). Quiza tambien se aludia a escritos de Alejandro de Mrodisia, traducidos a fines del siglo XII, inspiradores de la noetica de David de Dinant.

    Pero tambien es posible que todas esas rcferencias apunten a todos los libros que se ocupaban de ciencia natural en general, vinculados a Arist6teles, como sugiere R. Lemay4\ quien alude a un testimonio de un contemporineo, el cronista Guillermo el Breton o Armoricus (m. ca. 1225), continuador de la cr6nica De Gestis, escrita por Petrus Rigor-dus, sobre el reinado de Felipe Augusto. En ese testimonio, Guillermo, tras hablar de la herejia de Amaury de Bene y de sus seguidores, alude confusamente a los libros que se estudiaban en Paris, escritos por Arist6-

    40. G. W F. Hegel, Lecciones sabre Ia Historia de Ia Filosofia, trad. cast. de W. Ra-ces, FCE, Mexico, 2 1979, vol. III, p. 105.

    41. Impreso en Lutetiae, E Typographia Edmundi Martini, 1653, capitulum primum, p. 5.

    42. Alexander Neckam, De naturis rerum et De laudibus divinae sapientiae, ed. de Th. Wright, Logman Green, Londres, 1863, cap. VI, p. 39: Aristoteles autem in libra Coeli et Mundi probat stellas non esse igneas.

    43. Inspiciat etiam methafisicam Aristotilis et librum eiusdem de generacione et co-rrupcione et librum de anima. Texto editado por C. H. Haskins, Studies in the History of mediaeval Science, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1924; repr. Nueva York, 1960, p. 373, !ins. 45-46. El texto lo recoge S. W. Wingate, The Mediaeval Latin Version of the Aristotelian Scientific Corpus with Special Reference to the Biological Works, The Courier Press, Londres, 1931, p. 41.

    44. R. Lemay,

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    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    como los hebreos expoliaron a los egipcios, acusa a los te6logos de haber sobrepasado los ifmites establecidos por los Padres de la Iglesia por es-pfritu de vanidad>> (spiritu vanitatis), de inclinarse hacia la filosoffa natu-ral (ad doctrinam philosophicam naturaliam inclinando) y de explicar el significado de los textos sagrados >, cit., pp. 33-34.

    53. Ad hec jubemus, ut magistri artium unam lectionem de Prisciano et unum post alium ordinarie semper legant, et libris ill is naturalibus, qui in Concilio provinciali ex certa causa prohibiti fuere, Parisius non utantur, quousque examinati fuerint et ab omni errorum suspitione purgati (CUP, I, p. 138, n. 0 79).

    54. Cf. S. J. Williams: Repenser !'intention et l'effet des decrets de 1231 du papa Gregoire IX sur !'etude des libri naturales d'Aristote a l'Universite de Paris>>, en C. Lafleur (ed.), J.;enseignement de Ia philosophic au xme siecle, pp. 139-163.

    55. Gregorius IX magistris Guil/elmo archidiacono Belvacensi, Simoni de Alteis Am-bianensi, Stephana de Pruvino Remensi canonicis mandat ut libros naturalium Parisiis in Co11cilio provinciali prohibitos examinent, et quae ibi erronea seu scandali legentibus il/a-tiva invenerint, penitus resecent (CUP, I, p. 143, n. 0 87).

    56. CUP, p. 144, donde se dice en nota 2 que Miguel Escoto dedic6 a Esteban de Provins su version de los libros de Arist6teles De coelo et mundo, tal como se lee en el

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    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFO S

    y que el aristotelismo continuara difundiendose por las universidades europeas.

    Eco de estas denuncias se hallan en un autor contemporaneo, el obis-po de Acrey te6logo Jacobo de Vitry, estudiante y maestro en Parfs a comienzos del siglo, quien antes de morir en 1240 escribe en su Sermo ad scholares, la siguiente condena de Plat6n y de Arist6teles y de los Iibras naturales:

    De los fil6sofos podemos tomar algunas cosas, para conveniencia de nues-tra causa. Ciertamente Boccio, en el De consolatione, es totalmente cat6-lico y moral. Otros en cambio han afirmado muchas cosas falsas y vanas, como Plat6n, que ha sostenido que los planetas son dioses, y Arist6teles, que ha establecido como dogma que el mundo era eterno. De ahf que en los libros que Haman naturales se ha de ser muy precavido, para que no erremos a partir de una inmoderada investigaci6n ... Asf, pues, como los libros teol6gi-cos pueden ser suficientes para el cristiano, no conviene que nos ocupemos demasiado en los libros naturales57

    Ante esta situaci6n, Ia universidad de Toulouse, fundada en 1229, permitfa, en una epfstola fechada a finales de este afio, Ia lectura de los libros prohibidos en Paris, con el fin de atraer a los alumnos intcresados en ellos:

    Quien tenga deseo de penetrar mas profundamente en lo mas fntimo de Ia naturaleza puede escuchar aquf los Libras Naturales que han sido prohibidos en Paris. 2Que os faltara enronces? 2Libertad de ensefianza ? De ninguna ma-nera, porque no sujetos por las riendas de nadie, gozareis de vuestra propia libertad. 2Acaso temeis Ia maldad de los servidores o Ia tiranfa del prfncipe injusto? No temais, porque Ia liberalidad del conde tolosano nos producira suficiente seguridad, tanto respecto de nuestro salario como de nuestros sir-vientes, que vendran y volveran de Tolosa58

    Cod. Amplon. Fol., ms. 351, fol. 195: Tibi Stephana de Prouvino hoc opus, quod ego Michael Scottus dedi latinitati ex dictis Aristotelis, specialiter commendo.

    57. Cit. por M. Grabmann, I Papi del Duecento e l'aristotelismo I. I divieti eccle-siastici di Aristotele sotto Innocenzo III e Gregorio IX, Roma, S.A.LE.R., 1941, p. 82: Ex philosophis autem quaedam possumus assumere ad commodum causae nostrae. Boethius quidem, de consolatione, totus catholicus est et mora/is. Alii autem multa fa/sa et vana dixerunt, sicut Plato, qui planetas deos asseruit, et Aristoteles, qui mundum aeternum fuisse dogmatizavit. Unde in libris, quos naturales appellant, valde cavendum est, ne ex nimia inquisitione erremus ... Quum igitur libri theologici christiana possunt sufficere, non expedit in libris naturalibus nimis occupari. Tambien por F. Van Steenberghen, La philosophie au XJII" siecle, Publications de I'Universitt\ Louvain, 1966, p. 101.

    58. Libras naturales qui fuerant Parisius f!rohihili pull'/"11111 i//i, .utdh

  • LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    trivium, sino que tambien en metaffsica, en psicologia y en moral estos maestros prepararon el camino a los te6logos.

    En torno a 1250 apareci6 en la Facultad de Artes un entusiasmo par la filosoffa, concebida como forma suprema de la sabiduria humana. Los maestros tomaron conciencia de la especificidad y el valor de su tarea intelectual: el estudio y la transmisi6n de la filosofia por sf misma y no solo para Ia formaci6n general de los j6venes destinados a prose-guir sus estudios en una facultad superior. Los maestros de Artes fueron seguramente los mas modernos y los mas , que fue allf donde el aristotelismo produjo todos sus frutos y que en ella Se elabora el ideal mas riguroso del intelectual62.

    ~Fue la Filosofia una disciplina aut6noma a partir de esta epoca? Se ha querido buscar en diversos personajes un modelo que represente esta autonomfa: Siger de Brabante, Boecio de Dacia, incluso Tomas de Aqui-no, cuya muerte fue llorada por los artistas como una perdida irrepa-rable pidiendo a la arden dominicana los restos mortales de Tomas por considerar que habfa sido uno de ellos61 . Sin embargo, no fueron estos personajes los que ejemplificaron Ia autonomfa de Ia Filosofia, sino que hay que analizar que fue Ia philosophia y como se cntendi6.

    En los textos de los siglos XHI y xrv, el termino philosophia alude a lo que se puede descubrir par Ia raz6n y Ia observaci6n, sin apclar a un conocimiento revelado. En este sentido, Ia organizaci6n de los estudios en las Universidades asegur6 Ia autonomfa prictica de Ia philosophia, porque en las Facultades de Artes se estudiaban aquellas disciplinas que se adqui-rian porIa sola raz6n: fundamentalmente, gramitica y l6gica y, en menor medida, fisica, metaffsica y ciencias naturales. Par eso, se ha dicho que en estos momentos estas Facultades se transforman en Facultades de Filoso-ffa64. En estas ciencias los maestros por excel en cia fueron Arist6teles y los autores irabes que lo explicaban y comentaban, especialmente Avicena y Averroes, lefdos y estudiados ya en Ia Universidad de Parfs.

    La tregua que se dio a Arist6teles dur6 poco mas de diez afios. To-davfa, entre 1259 y 1262 se delataron errores de fil6sofos, pero nada permite suponer en ellos las desviaciones doctrinales que unos afios des-

    62. J. Le Goff, Los intelectuales en Ia Edad Media, cit., p. 154. 63. Ibid. , p. 154. 64. Cf. A. de Libera, Faculte des Arts ou Faculte de Philosophie? Sur l' idce de

    philosophie et !'ideal philosophique au Xlllc siecle, en T.'enseigncment des discifJ/ines ,) /,1 Faculte des Arts, cit., pp. 429-4114.

    INTRODUCCION

    pues comenzaron a ser censuradas. La prueba el escrito del franciscano Gilberta de Tournai, titulado Rudimentum doctrinae, compuesto en esas fechas65, cuyo contenido se ha querido ver como semejante al texto de Gil de Roma66. Sin embargo, los rasgos principales de ambos escritos son distintos y los yerros mostrados por Gilberta de Tournai no tienen nada que ver con los que sefial6 despues Gil de Roma67

    El conflicto entre Ia tradici6n y Ia renovaci6n volvi6 a estallar ha-cia 1267, cuando se atacaron directamente doctrinas aristotelicas que defendian un grupo de maestros en artes que han sido denominados averrofstas Iatinos, en una designaci6n discutida hoy68.

    Los te6logos parisinos cuestionaron las siguientes tesis: 1) la eterni-dad del universo, que implicaba Ia negaci6n del acto creador original de Dios; 2) la regularidad e inalterabilidad de los procesos de Ia naturaleza, lo que suponfa rechazar los milagros y admitir el determinismo astral, negando por tanto Ia libcrtad humana; 3) Ia unicidad del intelecto para todos los hombres, lo que contradecfa Ia creencia cristiana en Ia otra vida y en Ia inmortalidad del alma.

    San Buenaventura fue el primero en dar testimonio del problema que planteaba Arist6teles y el aristotelismo. Lo que le preocupaba no eran tanto los enores denunciados como las consecuencias morales que de ellos se deducfan; querfa sefialar que todo ello era secuela del mal uso de Ia filosofra, el permanecer en ella en vez de tomarla como etapa previa en Ia b(Jsqueda de Ia verdad 69 .

    Santo Tomas de Aquino compone en 1270 su De unitate intellectus contra averroistas, donde afirma el principio fundamental de su antro-pologfa, Ia union del cuerpo y del alma y la individualidad de esta. En el escribe lo siguiente:

    65. Cf. L. Baudry, Wibert de Tournai: Revue d'histoire franciscaine 5 (1928), pp. 23-61. El autor esboza Ia personalidad del franciscano, familiar del rey frances Luis IX, a quien dedic6 el tratado Eruditio rerum et principurn.

    66. Ibid., pp. 36-37, notas 1 y 2. 67. Lo puso de maniliesto Servus Gieben, Four Chapters on Philosophical Errors

    from the Rudirnentum Doctrinae of Gilbert of Tournai, 0. Min. (died 1284)>>: Vivarium 1 (1963), 141-164.

    68. El primero en haber rechazado Ia existencia de un averrofsmo Iatino fue F. Van Steenberghen, Siger de Brabant d'apres ses oeuvres inedites, Editions de I'Institut Superieur de Philosophie, Louvain, 1931. Texto reelaborado de nuevo con el titulo Maitre Siger de Brabant, Publications Universitaires, Louvain, 1977. Cf. A. M. Minecan, lntroducci6n a! debate historiografico en torno a Ia noci6n de 'averrofsmo Iatino ': Anales del Seminario de Historia de Ia Filosofia 27 (2010), 63-85.

    69. Cf. F.-X. Putallaz yR. Imbach, Profession: Philosophe. Siger de Brabant, Cerf, 1997, pp. 41-42.

    27

  • LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    Entre otros errores, parece que el mas torpe es el error por el que se yerra acerca del intelecto, en virtud del cual comenzamos a desviarnos en el cono-cimiento de Ia verdad. Desde hace algun tiempo se extiende entre muchos este error, que toma su origen en las palabras de Averroes, quien se esfuerza en afirmar que el intelecto a! que Arist6teles llama posible, y a! que el mis-mo denomina material impropiamente, es una cierta substancia separada del cuerpo en cuanto a! ser y que en modo alguno se une a el como forma; y, ademas, que este intelecto posible es unico para todos los hombres70

    Ese mismo afio de 1270 se produce la primera condena contra tesis de origen aristotelico. El miercoles 10 de diciembre el obispo de Parfs, Esteban Tempier, reprueba las trece tesis siguientes:

    Estos son los errores condenados y excomulgados, junto con todos aquellos que los enseiien o los reivindiquen a sabiendas, por el senor obispo de Parfs, Esteban, en el aiio 1270, dfa miercoles de invierno despues de Ia fiesta del beato Nicolas. El primer articulo es: Que el intelecto de todos los hombres es uno y el mismo en numero. 2. 0 Que Ia proposici6n el hombre piensa>> es falsa e impropia. 3. 0 Que Ia voluntad del hombre quiere o elige por necesi-dad. 4. 0 Que todo lo que sucede en las cosas inferiores (Ia tierra), sucede bajo Ia necesidad de los cuerpos celestes. 5. 0 Que elm undo es eterno. 6. 0 Que el primer hombre nunca existi6. 7. 0 Que el alma, que es Ia forma del hombre en cuanto hombre, se corrompe a! corromperse el cuerpo. 8. 0 Que despues de Ia muerte, el alma, separada del cuerpo, no padece por un fuego corp6reo. 9.0 Que el libre arbitrio es una potencia pasiva, no activa, y que se mueve por Ia necesidad de lo apetecible. 10. 0 Que Dios no conoce los singulares. 11.0 Que Dios no conoce nada distinto de sf mismo. 12.0 Que los actos hu-manos no estan regidos porIa Providencia divina. 13.0 Que Dios no puede conferir inmortalidad o incorruptibilidad a una realidad mortal o corp6rea71 .

    70. Tomas de Aquino, De unitate intellectus contra averroistas, Prooemium: Inter alios autem errores indecentior videtur esse error quo circa intellectum erratur, per quem nati sumus devitatis erroribus cognoscere veritatem. Inolevit siquidem iam dudum circa in-tellectum error apud multos, ex dictis Averrois sumens originem, qui asserere nititur inte-llectum quem Aristoteles possibilem vocat, ipse autem inconvenienti nomine materia/em, esse quamdam substantiam secundum esse a corpore separatam, nee aliquo modo uniri ei ut formam; et ulterius quod iste intellectus possibilis sit unus omnium hominum. Un analisis de lo que represent6 esta obra de Tomas y Ia respuesta que Siger de Brabante le clio se halla en F.-X. Putallaz yR. Imbach, Profession, cit., pp. 43-55.

    71. Isti sunt errores condempnati et excommunicati cum onmibus, qui eos docuerint scienter vel asseruerint, a domino Stephana, Parisiensi episcopo, anna Domini MCCLXX, die mercurii post festum beati Nicholai hyemalis. Primus articulus est: Quod intellectus omnium hominum est unus et idem numero. 2. Quod ista est fa/sa vel impropria: Homo intelligit. 3. Quod voluntas hominis ex necessitate vult vel eligit. 4. Quod omnia, que hie in inferiori-bus aguntur, subsunt necessitati corf}()YI/nl celcstium. S. IJuod 11111111111s esl l'ilT/11/S. (>. ()uod nunquan1 fuil pri11111: .. ; ho111o. 7. ()flo,/ tlllillld, ~Jilt' 1'SI fount f,untnti ...... \t'ttlllclllllt !JIIIId hfllitn,

    INTRODUCCION

    Estas trece tesis contienen una crftica y reprobaci6n de cuatro gran-des cuestiones: la negaci6n del conocimiento del universo por Dios y de la providencia divina, la afirmaci6n de la eternidad del universo, la uni-dad del intelecto agente y la negaci6n de la libertad del hombre.

    En ese mismo afio aparece una obra conocida por los tftulos Errores philosophorum y Tractatus de erroribus philosophorum, que ha sido atri-buida a Gil de Roma, tambien conocido por el nombre de Egidio Romano o Egidio Colonna Romano, en la que se aprecian doctrinas vinculadas a las tesis desautorizadas. Es la obra que se va a traducir aquL

    GIL DE ROMA Y EL TRACTATUS DE ERRORIBUS PHILOSOPHORUM. AUTO RIA Y ESTRUCTURA

    Nacido en Roma hacia el afio 1243, ingres6 entre 1260 o 1263 en los Ermitafios de San Agustfn, orden religiosa aprobada por el papa Alejan-dro IV en 1256. Sc sabe que fue enviado a estudiar a Parfs entre los afios 1268 y 1272, donde fue discfpulo de santo Tomas, scg(m el testi-monio del bi6grafo de este, Guillermo de Tocco.

    Se enfrent6 al obispo de Paris, Esteban Tempier, con ocasi6n de la condena de 1277, por su actitud crftica hacia algunos maestros de teolo-gfa y por no querer retractarse de varias tesis de inspiraci6n tomista y de otras que se asemejaban a las que defendfan algunos maestros en artes. Incluso se dice que declar6 lo siguiente respecto de las tesis condenadas: No hay por que preocuparse, pues esas proposiciones no han sido for-muladas previa convocatoria de todos los maestros parisienses, sino que las ha formulado a petici6n de unas pocas mentes estrechas72.

    Poco despues de la condena del 7 de marzo le fueron censuradas cincuenta y una tesis de su Comentario al libro I de las Sentencias73 Ademas, como entre las tesis condenadas en 1277, posiblemente contra

    corrumpitur corrupto corpore. 8. Quod anima post mortem separata non patitur ab igne cor-parco. 9. Quod liberum arbitrium est potentia passiva, non activa: et quod necessitate move-tur ab appetibili. 10. Quod Deus non cognoscit singularia. 11. Quod Deus non cognoscit alia a se. 12. Quod humani actus non reguntur providentia Dei. 13. Quod Deus non potest dare immortalitatem vel incorrupcionem rei corruptibili vel mortali (CUP, I, pp. 486-487, n. 0 432).

    72. En J. Le Goff, Los intelectuales en la Edad Media, cit., p. 153. 73. Cf. Aegidii Romani, Opera omnia III, 1. Apologia, ed. y comentarios de R. Wie-

    lockx, Olschki, Florencia, 1985. La Apologia es un breve escrito en el que Gil se defiende de Ia censura de sus cincuenta y una tesis. Cf. tambien C. Luna, Fragments d'une repor-tation du commentaire de Gilles de Rome sur le premier livre des Sentences. Les extraits des mss. Clm. 8005 et Paris, B. N. Lat. 15819: Revue des sciences philosophiques et theologiques 74 (1990), pp. 205-254; 437-456. Cf. E. Hocedez, La condamnation de Gilles de Rome: Recherches de theologie ancienne et medievale 4 (1932), pp. 34-58.

    29

  • LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    santo Tomas de Aquino, estaba la reprobaci6n de la tesis de la unidad de la forma sustancial, que el mismo Gil sostenfa, escribi6 entre 1277 y 1278 el Liber contra gradus et pluralitatem formarum y afirm6 que la posicion de los defensores de la pluralidad de las formas era contraria a la fe cat6lica74 Fue obligado a abandonar la universidad sin haher con-cluido todos sus estudios. Pero antes de ausentarse de Paris escribi6 su De regimine principum, uno de los libros mas lefdos y comentados en epocas posteriores, figurando en las bibliotecas de prfncipes y reyes y habiendo sido estudiado por Cristina de Suecia en el siglo XVII para formarse en la ciencia de reinar. Esta obra estaba dedicada a Felipe el Hermosa, futuro Felipe IV de Francia, de quien fue preceptor y de quien mas tarde se se-par6 para apoyar a! papa Bonifacio VIII, en la polemica que rey y papa sostuvieron acerca de la relaci6n entre los dos poderes, el espiritual y el temporal. Parece que la obra fue mandada traducir al frances por el rey Felipe III hacia el afio 1282 con el titulo Livre dou gouvernement des rois et des princes75 . Fue usado por Felipe el Hermoso, cuando ya era rey Felipe IV, para subrayar el caracter esencialmente espiritual del poder eclesiastico y asf poder oponerse al papa Bonifacio VIII.

    March6 a Italia, donde permaneci6 y donde ocup6 diversos cargos en la orden agustiniana, hasta que en el afio 1285, tras aceptar la re-tractaci6n que le habfa pedido su amigo el papa Honorio IV, regres6 a Paris donde concluy6 sus estudios y donde fue profesor de teologfa hasta 1292, en que fue nombrado prior general de su orden. Bonifa-cio VIII lo nombr6 arzobispo de Bourges en 1295, cargo que ocup6 hasta el afio 1316 en que muri6 en Avignon, despues de haber tornado parte activa en Ia polftica eclesiastica de su epoca76

    Entre sus libros77 cabe destacar sus comentarios y exposiciones a obras aristotelicas como la Fisica, el De caelo, el De anima y los Analiticos Pas-

    74. Cf. Ed. Oman, Tatum posse, quod est in ecclesia, reservatur in summa pontifice. Studien zur politischen Theorie bei Aegidius Romanus, Verlag Konigshausen & Neumann, Wiirzburg, 2004, pp. 11-12.

    75. Cf. Ch. F. Briggs, Giles of Rome's De regimine principum: Reading and Writing Politics at Court and University, c. 1275-c. 1525, Cambridge University Press, Cambrid-ge, 1999, p. 9.

    76. Cf. P. Glorieux, Repertoire des maitres en theologie de Paris au xuf siecle, 2 vols., J. Vrin, Paris, II, 1934, pp. 293-308; P. Glorieux, La Faculte des Arts et ses maitres au XIII" siecle, J. Vrin, Paris, 1971, pp. 148-152. Mas actualizados: F. del Punta, S. Donati y C. Luna, Egidio Romano, en F. Bartoccini y M. Caravale (dirs.), Dizionario bior;rafico dcgli italiani, Istituto della Enciclopedia Italiana, Rom a, I ')l)l, 1'1'- ll '! HI; H. Patar, I )iclimmtlin alm:~c< des philosopbcs nu'di

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    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    cion de los fil6sofos) de Algazel (m. 1111), pero en donde Ia selecci6n de fil6sofos es expresi6n directa del corpus filos6fico del siglo XIII, re-presentado fundamentalmente por los arabes y el judio Maim6nides80 Es un texto que atestigua las luchas doctrinales en Ia Universidad de Paris en los afios previos a su com posicion y en el que su au tor den uncia los errores que allf ve8 1.

    El texto fue impreso en Viena en 1482 bajo el nombre de Gil de Roma, en una edici6n que no se encuentra82. Barthelemy Haureau83 se-fial6 Ia existencia de un manuscrito en Ia Biblioteca Nacional de Francia, describiendolo de Ia siguiente man era: . A continuaci6n Haureau transcribe lo que Gil de Roma dice del fil6sofo arabe Alkindi. Ernest Renan, al hablar de los adversarios de-clarados del averrofsmo, se hace eco del texto como original de Gil de Ro-ma84. Otros autores continuaron atribuyendoselo hasta que Pierre Man-donner, tras haberlo aceptado inicialmente, se desdijo despues diciendo que

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    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    nes que segun el tienen que ver fundamentalmente con las doctrinas de-nunciadas en Ia condena de 1270. Articula el tratado en trece capftulos. Los tres primeros estan consagrados a los errores de Arist6teles, siendo Ia eternidad del universo Ia tesis fundamentalmente criticada. Los capf-tulos IVy V estan dedicados a Averroes, del que se destaca Ia tesis de Ia unicidad del intelecto. En los capftulos VI y VII se compilan los errores de Avicena, del que se subraya Ia negaci6n de Ia realidad de un orden sobrenatural. De Algazel se ocupa en los capftulos VIII y IX, de quien afirma que Dios solo puede hacer aquello que ha hecho. Los capftulos X y XI estan empleados en reprender las opiniones de Alkindi sobre el determinismo universal y Ia consiguiente falta de libertad en el hombre. Finalmente, en los dos ultimos capftulos, el XII y el XIII, es Maim6ni-des, o Rabbi Moises, quien niega Ia posibilidad de que Dios sea capaz de crear accidentes independientemente de Ia sustancia, aunque reconoce que acierta al rechazar Ia doctrina de Ia eternidad del universo. En esos capftulos, tras exponer las tesis reprobables, hace un resumen conciso de todas elias. Se ha sugerido que, al parecer, una segunda parte debfa seguir a este texto, en el que el autor realizarfa una crftica mas profunda de ellasn. Es una obra que ofrece por vez primera en cl mundo cristiano las fuentes de los errores; no apunta a los autorcs que los mantienen, sino a sus fuentes. Veamos cuales son estas.

    AUTO RES CRITICADOS. TRADUCCIONES LATINAS DE SUS TEXTOS 93

    Asf, pues, las doctrinas que son desaprobadas en el libro pertenecen a seis autores: Arist6teles, al que se le concede una mayor importancia, por ser origen y >: Revue mio-scolastique de Philosophic 2.1 (1':121), pp. 3'17-.H9. Sobre e l uso que santo Tom:is de Aquino haec del De bona fortuna vease Thomas Aquinas, Summa Theologiae. Volume 24, The Gifts of the Spirit, IA-liAF., 68-70, eel. de E. D. O'Connor, Cambridge University Press, Cambridge, 2006, Appendix 6, pp. 142-147.

    99. Aristotelis Opera cum Averrois Commentariis, Venetiis apud lunctas, 15 62-157 4; vol. IV. Reimp., Minerva, Fn\ncfort M., 1962. De cste gran comcntar.io a Ia Fisica nose conserva el original arabc.

    100. Averrois Cordubensis Commentarium Magnum in Aristotelis De anima Iibras, ed. F. Stuart Crawford, The Mediaeval Academy of America, Ca mbridge, Mass., 1953. De este comentario tampoco existe el texto original arabe.

    101. Aristotelis Opera cum Averrois Commentariis, vol. VIII. Edici6n del texto arabe: Tafsir md ba'd al-tabf'a (Grand Conzmentaire de Ia Metaphysique), texto arabe esrablccido por M. Bouyges, Beirut, 3 vols., 1938-1952. En adelante, Tafsfr.

    102. Avicine perhypatetici philosophi: ac medicorum facile primi opera in luce redacta: ac nuper quantum ars niti potuit per canonicos emendata ... , Venetiis, mandato ac sumpti-bus Octaviani Scoti, 1508. Continet: De anima seu VI Naturalium, Metaphysica, De nat. animalium, etc. Reimpressio eiusdem ed., Frankfurt am Main, 1961. Avicenna Latinus, Liber de Philosophia Prima sive Scientia Divina. Ed. de Ia trad. latina medieval de S. Van Riet, introd. de G. Verbeke, 3 vols., Brill, Leiden, 1977, 1980, 1983 . Edici6n del texto arabe: AI-Shifd'. Ildhiyydt (La curaci6n. Metaffsica), ed. de M. Y. Moussa, S. Dunya y S. Zayed, introd. de I. Madkour, El Cairo, 1960.

    103. Avicenna Latinus, Liber de Anima seu Sextus de Naturalibus. Ed. de Ia trad. latina medieval de S. Van Riet, introd. de G. Verbeke, 2 vols., E. Peeters, Louvain y Brill,

    .15

  • LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    al-Si{a', en su artfculo 11. Sorprende que, habiendo usado la Fisica de Arist6teles y el comentario a Ia Fisica de Averroes, no se sirviera de la Pi-sica de Avicena. Quiza Ia raz6n de ello esta en que esta fue traducida frag-mentariamente: solo las partes primera y segunda y el pr6logo de Ia parte tercera, aunque, como ha mostrado Jules Janssens10\ ejerci6 influencia en autores del siglo XIII, sobre todo a partir de 1250.

    De Algazel toma textos de la Metafisica y de Ia Fisica de su obra Las intenciones de los fil6sofos (Maqasid al-falasifa) 105 , obra escrita para exponer las doctrinas de los fil6sofos y luego refutarlas en su Tahafut al-falasifa (La destrucci6n de los fil6sofos). De Alkindi utiliza su escrito De radiis stellarum, tambien conocido por el titulo con el que es cita-do en los Errores, Theorica Artium magicarum, cuyo original arabe no se conserva106 Finalmente de Maim6nides las citas estan tomadas de su gran obra titulada Dalalat al-ha'irfn (Guia de perplejos) 107, traducida por dos veces al hebreo con el titulo More nebukim, primero por Samuel ibn Tibbon, terminada el 30 de noviembre de 1204 pocos dfas antes de la muerte de su autor, el13 de diciembre de 1204; poco mas tarde volvi6 a ser traducida por Yehuda al-Harizf.

    2Que se sabia en el mundo Iatino de estas obras que cl autor del Erro-res philosophorum cita como fuentes de crrorcs? 2Cuando fueron tra-ducidos estos textos?

    De la Fisica de Arist6teles108, el au tor del Tractatus pudo conocer cualquiera de las dos versiones que sc habfan hecho en el siglo XII lOY.

    Lei den, 1968, 1972. Edici6n del texto arabe : Avicenna's De Anima: Being the Psychologi-cal Pa1t of Kitiib Al-Shifii', ed. deE Rahman, Oxford University Press, Londres, 1959.

    104. J. Janssens, The Reception of Avicenna's Physics in the Latin Middle Ages>>, en A. Vrolijk y J. P. Hogendijk (eds. ), 0 ye Gentlemen. Arabic Studies on Science and Lite-rary Culture in Honour of Rernke Kruk, Brill, Lei den, 2007, pp. 55-64.

    105. Maqiisid al-faliisifa, con introd. y comentarios de S. Dunya, Dar al-ma'arif, El Cairo, 1965. Maqiisid al-faliisifa: Las intenciones de los fil6sofos, traducci6n de M. Alonso, Juan Flors Editor, Barcelona, 1963 ,

    106. Edici6n del texto Iatino de M. Th. D'Aiverny y F. Hudry, AI-Kindi. De radiis: Archives d'Histoire Doctrinale et Litteraire du Moyen Age 41 (1974), pp. 139-260.

    107. Daliilat al-ha'irfn, ed. de H. Atay, Ankara, 1974. Edici6n del texto hebreo de ai-Harizf, Moreh Nebuchim, ed. de Leon Schlossberg, vol. I, Londres, 1851, vok II y III, Viena, 1874 y 1879. Le guide des egares: traite de theologie et de philosophie, par Moise ben Maimoun, dit Maimonide, ed. del original arabe en caracteres hebreos y trad. francesa deS. Munk, A. Franck, Paris, 3 cols. 1856-1866, trad. cast. de D. Gonzalo Maeso, Trotta, Madrid, 52008.

    108. Cf. A. Mansion,

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    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    na118 . Mas tarde, Roberto Grosseteste (m. 1253) y Guillermo de Moerbeke realizaron versiones del texto 119

    Respecto de los Meteorologica, parece que hubo una traduccion, al menos del cuarto libro, debida a Enrique Aristipo, aunque es posible que tambien vertiera allatin los tres primeros libros120 Gerardo de Cremona tradujo al menos los tres primeros libros121 El cuarto libro lo vertio Miguel Escoto junto con el Comentario medio de Averroes. La traduc-cion completa de !a obra !a realizo Guillermo de Moerbeke (m. 1286)122 en el afio 1267, por lo que pudo ser conocida por el autor del Errores philosophorum.

    El De anima fue uno de los primeros textos aristotelicos en ser tra-ducido en el siglo XII, en version de Jacobo de Venecia, texto del que se conservan unos ciento veinte manuscritos123 . Guillermo de Moerbeke reviso !a version de Jacobo entre 1260 y 1270 y tambien tradujo, ha-cia 1268, los capitulos 4-8 y comienzo del 9 dellibro III; posiblemente, Miguel Escoto tradujo !a version arabe anonima y trozos de Ia versi6n de Ishaq b. Hunayn en el Gran comentario de Averroes 124

    De la Metafisica se hicieron varias versiones. La primt;ra version, parcial, se debe a Jacobo de Venecia, quien, adem~1s de otros diversos textos, tradujo directamente del griego al latin, entre 1125 y 1150, Ia conocida por el nombre de MetafJhysica vetustissima, que compren-dia los libros I-IV.4 (hasta l007a31). Una scgunda version, prcscnta-da como una revision de !a anterior, es !a conocida como Metaphysica vetus, que concluye en la misma parte que la primera, es decir, al co-

    (Translatio Vetus): Traditio 49 (1994), pp. 320-330; Aristoteles Latinus, IX 1: De gene-ratione et corruptione. Translatio Vetus, ed. de J. Judycka, Brill, Lcidcn, 1986.

    118. Cf. Ch. Burnett, The Coherence of the Arabic-Latin Translation, p. 278, n." 37: Liber Aristotilis de generatione et corruptione.

    119. Aristoteles Latinus, VIII, 1-2: De caelo. Translationes Roberti Grosseteste et Gui-llelmi de Moerbeke, ed. de F. Bossier, en Aristoteles Latinus Database (ALD1), ed. de J. Brams y P. Tombeur, Brepols, Turnhout, 2003.

    120. Cf. L. Minio-Paluello, Henri Aristippe, Guillaume de Moerbeke et les traduc-tions latines medievales des 'Meteorologiques',, cit., pp. 58-59.

    121. Cf. Ch. Burnett, The Coherence of the Arabi-Latin Translation>>, p. 279, n." 38: Liber Aristotilis methaurorum tractatus iii.

    122. Aristoteles Latinus, X, 2: Meteorologica. Translatio Guillelmi de Morbeka, ed. de G. Vuillemin-Diem, 2008, 2 vols.

    123. Aristoteles Latinus, XII, 1: De anima. Translatio Jacobi, ed. de J. Decorte, rev. J. Brams, en Aristoteles Latinus Database (ALD1), ed. de J. Brams y P. Tombeur, Brepols, Turnhout, 2003.

    124. Cf. L. Minio-Paluello, Le texte du 'De Anima' d'Aristote: Ia tradition latine avant 1500, en Opuscula. The Latin Aristotle, pp. 250-276.

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    INTRODUCCION

    mienzo dellibro IV (1007a32), realizada durante la segunda mitad del siglo xn y editada junto a la anterior125 . A finales del siglo XII o comien-zos del XIII casi toda la Metafisica fue trasladada al latin por un autor anonimo, identificado en algunas ocasiones con Gerardo de Cremona, lo que supondria que fue traducci6n del arabe al latin; es la conocida por Metaphysica media, en la que solo faltaba ellibro XI, que no fue utilizada hasta mediados del siglo xm126 Hubo una cuarta version, la Metaphysica nova, realizada junto con el gran comentario de Averroes por Miguel Escoto, de una amplia circulacion por creerse que era el texto completo, en la que sin embargo se omitian los libros XI, XIII y XIV, el comienzo dellibro I (hasta 987a9) y el final dellibro XII (des-de 1075b11). En ultimo Iugar, antes de 1272, Guillermo de Moerbeke tradujo Ia obra directamente del griego al latin 127

    Qucdan las dos obras atribuidas a Aristoteles, el De vegetabilibus o De plantis, cuyo autor fue probablemente Nicolas de Damasco (si-glos 1 a.C-1 d.C.), que fue traducido al latin por el ingles Alfredo de Sareshel (m. dcspues de 1217) l2X, y cl De bona fortuna, del que ya se ha dicho que no es mas que una suma de extractos de los Magna Moralia y de Ia Etica Nicomaquea.

    Las obras de Averroes no comenzaron a ser traducidas allatin hasta una fecha posterior a 1220. Se sabe de las dificultades habidas para es-tablecer Ia fecha de inicio de sus traducciones129 La biografia de Miguel Escoto proporciona informacion precisa, por lo que se puede confirmar

    125. Aristoteles latinus, XXV, 1-1a: Metaphysica, lib.J-IV.4: Translatio jacobi sive

  • LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    que sus traducciones fueron las primeras en ser realizadas allatin, en-tre 1220 y 1230, fecha en que ya reside en la corte de Federico II de Sicilia y :('Japoles130 La primera influencia de Averroes se halla en un pe-quefio tratado, escrito hacia 1225 por un maestro en artes, titulado De anima et de potenciis eius, en el que su au tor muestra conocer la version arabe-latina de Metafisica con el comentario de Averroes y su comenta-rio a! De anima131 Miguel Escoto parece haber sido el traductor de las tres obras citadas por el autor de los Errores Philosophorum, es decir, los comentarios mayores a Fisica, De anima y Metafisica, aunque se haya discutido Ia atribucion de las tres a dicho traductor132

    Las obras avicenianas estuvieron disponibles para los Iatinos desde Ia segunda mitad del siglo XII. La Metafisica fue traducida por Domingo Gundisalvo o por Gerardo de Cremona133 , aunque se ha sostenido que este ultimo no desempefio ningun papel en Ia version de este texto avice-niano134. El De anima o Libra sexto de los Naturales fue vertido a! latin por Domingo Gundisalvo con Ia colaboraci6n de o Avendauth, probablemente el judfo Abraham Ibn Dawud, que expul-sado por los almohades de Cordoba se establccio en Toledo l1acia 1160 y compuso textos sabre astronomfa y filosoffa . fue cl quien escribi6 Ia dedicatoria de Ia traducci6n a Juan, arzobispo de Toledo 135

    El texto de Algazel, Las intenciones de los fil6sofos, tambien estuvo disponible a partir de Ia segunda mitad del siglo Xll. Fue vertido allatfn por el Maestro Juan, probablemente Juan Hispanoll6 Esta version lati-

    130. Sobre los traductores Iatinos de Averroes, cf. H. Daiber, Lateinische Oberset-zungen arabischer Texte zur Philosophic und ihre Bedeutung fiir die Scholastik des Mit-telalters. Stand und Aufgaben der Forschung, en J. Hamesse y M. Fattori (eds.), Rencon-tres de cultures dans Ia philosophie medievale. Traductions et traducteurs de l'antiquite tardive au XIV" siecle, Publications de I'Institut d 'Erudes Medievales, Louvain-la-Neuve/ Cassino, 1990, pp. 203-250; espec., pp. 236-239.

    131. Cf. R. A. Gauthier,

  • LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    tal de catorce errores que resume en el capitulo segundo y que tienen que ver con Ia eternidad del universo, con la generacion y la corrupcion, con la no resurreccion de los cuerpos y con Ia existencia de un numero limita-do de motores celestes o angeles. El punto de partida de todos los errores es Ia consideracion de que Aristoteles crefa que no podfa haber ningun cambio sin un movimiento precedente, por lo que el movimiento no pudo tener nunca un comienzo, porque si hubiese comenzado, entonces serfa algo nuevo, lo cual no se puede dar sin un movimiento previo. Serfa absur-do por tanto pensar que el primer movimiento ha tenido un movimiento anterior. Lo mismo puede decirse respecto del tiempo. En consecuencia, 143 En el capitulo tercero pone de manifiesto como estos errores se deben al hecho de considerar a Dios como un simple agente natural, como una causa instrumental; sin embargo, Dios es Ia causa primera y su causalidad es independiente, distinta de la causalidad que se da en Ia naturaleza, por lo que no presupone nada ni ningun movimiento anterior. La creacion no es un cambio ni un movimiento; es solamente un simple flujo de las cosas desde el Primero>> (simplex defluxus rerum a prinw) 144 Concluye el capitulo y el estudio de los errores de Arist6teles diciendo que no se ha comprendido la verdad tal como lo dice la fe: 145

    De Averroes (m. 1198) el au tor recoge doce errores, que luego resume en el siguiente capitulo. Comienza diciendo que confirm6 con mayor em-pefio los mismos errores del Filosofo, sostenidos con terquedad e ironia, por lo que, afiade, debe ser inculpado mucho mas que el Fil6sofo, porque ataca mas directamente nuestra fe>> (quia magis directe fidem nostram impugnavit) 146 Sefiala que Averroes fue crftico contra las gentes de reli-gion, contra los cristianos e, incluso, contra los musulmanes, por afirmar todos ellos Ia creacion del universo a partir de la nada. Mas adelante amplfa la crftica a los teologos de las tres religiones (loquentes in tribus legibus, videlicet in lege Christianorum, Sarracenorum et Maurorum) 147 El anonimo au tor indica varios pasajes de los comentarios de Averroes a Ia

    143. Errores philosophorum, ed. cit., p. 4, n. 0 3. 144. Ibid., p. 14. 145. Ibid. Cf. F. van Steenberghen, Maitre Siger de Brabant, cit., p. 72; F.-X. Putallaz

    y R. Imbach, Profession, cit., p. 57. 146. Ibid., p. 16. 147. Ibid., pp. 18-20. Segun el editor (p. 21, n. 48), hay discusi6n en torno a! uso de

    sarracenorum y maurorum, cuando h:1hrL1 que tspn:~rsc lJill' dijcr:1 iwleomm.

    INTRODUCCION

    Metafisica y a la Fisica en los que ridiculiza a los hombres de religion: >, loquentes in lege sua appellat voluntates149 ; emplea el termino loquentes sin saber que este vocablo Iatino no es mas que una traduccion literal de Ia voz arabe con Ia que se designa a los teologos: mutakallimun, que literalmente sf signifi-ca los que hablan>>150 No esta claro, sin embargo, a que se refiere cuando dice que los llama . Segun el editor15 \ Averroes, en el comen-tario 4 del libro VIII de Ia Fisica, no utiliza el termino voluntades, sino involventes, es decir, el que envuelve, el que oscurece el Coran; sospecha que el autor uso un manuscrito corrompido, en el que aparecfa la palabra voluntades en vez de involventes, que es lo que se halla en el texto 152

    Averroes, segun el autor, sostiene Ia eternidad del mundo. Indica que se contradice a! afirmar en el comentario a! libra XII de la Metafisica que todas las sustancias intelectuales son eternas y acto puro, mientras que en el comentario allibro III del De anima manifiesta que ninguna forma estc'i completamente libre de potencia salvo Ia forma primera 153 Rechaza Ia Trinidad, pues de sostener que Dios es uno y trino se seguirfa que estarfa compuesto, lo cual es un absurdo>> 154 Niega que Dios conozca los particulates, porque son infinitos, lo cual implica Ia negaci6n de Ia pro-videncia divina. finalmente, rechaza Ia tesis mas conocida de Averroes en el mundo Iatino, Ia de la existencia de un (mico intclccto para todos los hombres 155

    148. Ibid., p. 16, n." 1. 149. Ibid. 150. Un analisis de las afirmacioncs contenidas en el primero de los errores sefialados

    por el autor en Averroes, especialmente del sentido del termino loquentes y su compren-si6n por el autor de Errores philosophorum y del problema de Ia eternidad del universo, se halla en H. A. Wolfson, The twice-revealed Averroes>>, en J. F. Ross (ed.), Inquiries into Medieval Philosophy, Greenwood Publishing, Westport, Conn., 1971, pp. 211-241; re-impreso en Studies in the History of Philosophy and Religion, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1973.

    151. Errores philosophorum, ed. cit., p. 17, nota 42. 152. Comentario a Ia Fisica, ed. en Opera omnia Aristotelis ... cum Averrois Corduben-

    sis Commentariis, Venctiis apud Iunctas, 1562-1574; reimp. Minerva, Franfort M., 1962, vol. IV, fol. 342v I: Et hoc, quod dicunt loquentes nostrae legis, immo involventes ...

    153. Errores philosophorum, ed. cit., p. 20, n. 0 5. 154. Ibid., p. 20, n. 0 7. 155. Ibid., p. 22, n. 0 10. Cf. F. van Steenberghen, Maitre Siger de Brabant, cit., p. 72;

    F.-X. Putallaz yR. Imbach, Profession, cit., p. 57.

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    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    Los errores que atribuye aAvicena (m. 1037) son dieciocho en el ca-pftulo sexto, desdoblados algunos de ellos en un total de veintidos en el capftulo septimo. Son errores aristotelicos, no propios de Avicena, pero reiterados por el. El autor critica que Avicena sostiene Ia doctrina de Ia unidad de Ia forma sustancial en el compuesto, tesis que, como hemos dicho anteriormente, Gil de Roma defendio siguiendo a santo Tomas, siendo una de aquellas por las que fue obligado a retractarse tras Ia con-dena de 1277 y que permite a Concetta Luna sostener que Gil de Roma no fue el autor de este tratadito.

    Sefiala como error Ia tesis de Ia eternidad del universo, porque Avi-cena, dice, no ha entendido que Dios obra segun el orden de su sabidu-ria. Sefiala como extravfo la doctrina emanatista, a saber, que del primer principio solo procede o emana un solo ser y no muchos, que de unas in-teligencias celestes proceden otras inteligencias y las almas de los cielos y que las formas son inducidas desde la ultima de las inteligencias celestes, es decir, el intelecto agente o dador de las formas, y no desde los agentes propios. Registra tambien que el filosofo musulman desvario sobre el co-nacimiento divino de los particulares y sobre los atributos divinos.

    El autor de los Errores philosophorum critica en Avicena su pensa-miento religioso, centrado en Ia cuestion de la profecfa y de las pricticas rituales de Ia religion. Dice que se equivoco sobre ella a! sostener que es un hecho natural y a! hacerla depender de la relacion natural que el alma mantiene con las almas celestes y con el intelecto agente, aunque esta de acuerdo con el al haber afirmado que el profeta es superior a quienes no son profetas, que oye la palabra divina y que ve o puede vera los angeles de manera visible156 Finalmente, sostiene que Avicena erro sobre el valor que tienen las oraciones, las limosnas y las preces, de las que dice que estan bajo el orden de la naturaleza y que no estan ordenadas a la felicidad sobrenatural, con lo cual niega el orden sabre-natural, pues la felicidad del hombre que el defiende depende de sus obras y consiste en la contemplacion de la ultima inteligencia (beatitudo nostra consistat in contemplando ultimam intelligentiam) 157, segun se

    15 6. Un analisis de esta vision que el au tor del tratado hace del pensamiento religio-so de Avicena ha sido realizado por Chr. van Nispen tot Sevenaer,

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    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    la radiaci6n de poder o fuerza. Esta obra contiene, segun A. de Libe-ra, la primera formulaci6n neta del desvfo astrol6gico del pensamiento de Arist6teles, articulando dos tesis distintas: La disposici6n de las es-trella dispone [disponit, es decir, ordena, arregla, rige] el mundo de los elementos y todo lo que esta compuesto a partir de ellos, en cualquier Iugar y tiempo que sea>>; . Esta figuraci6n es la que autoriza las previsiones y los pron6sticos163

    En el texto se le atribuyen dieciocho errores en el capitulo decimo y solamente quince en el capitulo undecimo, donde unifica errores que en el capitulo anterior estaban desdoblados. Lo que Gil denuncia en el texto de Alkindi es sobre todo el determinismo universal, afirmando que las cosas futuras dependen de la disposici6n de los cuerpos celestes>> (fu-tura pendere ex condicione supercaelestium corporum) 16\ lo que implica que quien conoce la disposici6n de los cuerpos celestes conocera lo pasa-do y lo futuro. Consider6 que todo sucede por necesidad. Neg6 el libre arbitrio, al privar a los individuos de sus acciones propias y al afirmar que el movimiento de la voluntad esta bajo los cuerpos celestes y que los cuerpos celestes y su disposici6n dirigen nuestras operaciones dcsdc el principia hasta el fin (credens corpora supercaelestia et dispositionem eorum, in qua incipimus aliquid operari, dirigere operaciones nostras a principia usque ad (inem) 165 Finalmente, afirm6 una concepcion natu-ralista de la religion, de la oracion, del culto e incluso de los sacrificios, al sostener el poder de las palabras cuando se implora a Dios, de las que derivan rayos que Bevan a cabo de manera natural lo que deseamos (ab ipsis verbis et ab ipso desiderio, cum precamur Deum, derivantur aliqui radii qui natura/iter efficiunt quod optamus) 166.

    El ultimo autor del que se ocupa es Maim6nides (m. 1204), llamado por los Iatinos Rabbi Moises, de quien comienza diciendo que sostiene superficialmente (secundum super(iciem) lo afirmado en el Antiguo Tes-tamento y que acierta al no aceptar la doctrina del Filosofo de la eterni-dad del universo, aunque en muchas otras cosas se desvio de la verdad de la fe cat6lica167 Le asigna once errores en el capitulo duodecimo y

    163. Cf. A. de Libera, Penser au Moyen Age, cit., pp. 262-263. 164. Errores philosophorum, ed. cit., p. 46, n. 0 1. 165. Ibid., p. 54, n. 0 15. 166. Ibid., p. 50, n. 0 8. Cf. Alkindi, De radiis, ed. cit., cap. 6, p. 233. Cf. A. Palazzo,

    Philosophi aliter loquuntur de prophetia, pp. 182-183. 167. Ibid., p. 58.

    INTRODUCCION

    quince en el capitulo tredecimo, al desdoblar algunos de los anteriores. El primer error que le atribuye tiene que ver con la Trinidad divina, al haber afirmado en el capitulo 51 (50) de la primera parte de su Gufa que en Dios no hay ningun tipo de multiplicidad, ni realni de razon: (Propter quod sequitur in Deo non esse trinitatem, cum tres personae sint tres res) 168 ; por ello, dice Gil, en el capitulo 70 (71) de la misma Gufa, habla burlonamente de los sabios cristianos que sudan e investigan sobre la razon de la Trinidad>> (derisorie loquitur de sapien-tibus christianis insudantibus et inquirentibus de ratione trinitatis) 169. Se equivoc6 tambien respecto de los atributos divinos, al creer que sabidu-rfa y bondad estan de manera equfvoca en Dios y en los hombres, cuan-do las realidades que las perfecciones de los hombres han derivado de las perfecciones divinas, por lo que no puede haber perfecta equivocidad. Es mas, segi'ln el autor del texto, Maimonides dice que las perfecciones divinas no estan verdaderamente en Dios, sino que elias se dicen por vfa de remoci6n o son predicadas de el por via de causalidad.

    Otro error de Maim6nides tiene que ver con la realidad de los cuer-pos celestes, al sostener que son animados, y con el movimiento de es-tos cuerpos, al afirmar que el tiempo y el movimiento de estos cuerpos nunca acabara, aunque hayan tenido comienzo. Erro tambien sobre Ia profecfa, creyendo que es cosa natural y que depende de la disponibi-lidad del hombre y no de Ia gracia de Dios. Nego tambien que Dios pueda crear accidentes sin sustancias y que tenga providencia sobre los individuos; solo la tiene sobre la especie:

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    LOS ERRORES DE LOS FILOSOFOS

    naturali; sed solum es ibi peccatum rationme prohibitionis) 171 , porque el matrimonio pertenece a la ley natural y antes de que la ley fuera dada fornicar era lfcito.

    La obra acaba con una breve oraci6n dirigida a Cristo, en la que el autor sostiene que

  • LO S ERRORES DE lOS FllOSOFO S

    la que existe la sola sustancia, despues otra por Ia que es animado, despues otra por Ia que es animal, despues otra por la que es hombre; y lo mismo dicen de las otras formas sustanciales de las cosas178

    La teorfa de !a unicidad de las formas 179 ya habfa sido defendida por San Alberto Magno desde el decenio de 1240-125 0, sefialando en su De spiritu et anima que !a unicidad de Ia forma sustancial es Ia verdadera ensefianza de los fil6sofos Arist6teles, Avicena y Averroes e, incluso, fue compartida por san Agust.fn180. Un incidente entre Tomas de Aquino y Juan Peckham, ardiente defensor de Ia teorfa pluralista, comprometi6 Ia posrura de Tomas, que fue desaprobado en una sesi6n academica solem-ne por el conjunto de los maestros en teologfa presentes allf, incluidos los de su propia orden religiosa181 Fue una cuesti6n de suma importancia porque ponfa en juego !a humanidad de Cristo182. Pero, curiosamente, !a doctrina de !a unidad de Ia forma sustancial no fue condenada en Ia mas posterior condena de 1277, donde sf fueron afectadas tesis defendidas por santo Tomas, entre elias la unidad del universo, Ia individuaci6n en las especies espirituales y en las materiales, Ia localizaci6n de las sustancias separadas y su relaci6n con el mundo ffsico , Ia excelencia del alma y de su operaci6n intelectual en dependencia de las condiciones del cuerpo y, en fin, el determinism a bajo el cual Ia voluntad realiza su operaci6n m . Sin embargo, por instigaci6n de Robert Kilwardby, dominico igual que santo

    178 . Respondeo. Dicendum, quod circa ordinem fomzarum est duplex opinio. Una est Avicebron, et quorumdam sequacium eius; qui dicunt, quod secundum ordinem generum et specierum sunt diversae formae substantiates sibi invicem advenientes, sicut est substan-tia, est corpus, est animatum, et est animal. Dicunt ergo, quod quaedam forma substan-tia/is est per quam est substantia tantum, et postea est quaedam alia per quam est corpus, deinde est et alia per quam est animatum, et alia per quam est animal, et alia per quam est homo; et sic dicunt de aliis (armis substantialibus rerum (Quodlibet IX, a. 5).

    179. Una breve historia de Ia aparici6n y desarrollo de las dos teorias puede verse en D. A. Callus, The origins of the problem of the unity of form , en]. A. Weisheilp (ed.) , The Dignity of Science. Studies in the Philosophy of Science presented to William Humbert Kane, O.P., The Thomist Press, Washington, 1961, pp. 121-149.

    180. Ex his omnibus accipitur, quod sententia omnium Philosophorum est, quod vege-tabile, sensibile, et rationale in homine sunt una substantia. Et hoc expresse dicit Augusti-nus in libra De spiritu et anima (Summae de creaturis, II, q. 7, a. 1, en B. Alberti Magni, Opera omnia, cura ac Iabore Steph. Caes. Aug. Borgnet, Volumen trigesimum quintum. Secunda pars Summae de creaturis, Parisiis apud Ludovicum Vives, 1896, p. 90b) .

    181. Cf. E. H. Weber, La personne humaine au XIII' siecle,]. Vrin, Paris, 1991, p. 160. 182. Cf. C. Luna, La Reportatio della lettura di Egidio Romano sui Libro III delle

    Sentenze>>. Tambien E. H. Weber, La personne humaine, cit., pp. 114-115. .183. Cf. P. Mandonnet, Siger de Brabant et l'averroisme latin au xm siecle, cit.,

    pp. ccxlvii-ccxlviii.

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    INTRODUCCION

    Tomas y arzobispo de Canterbury, Ia tesis fue condenada en Oxford el dfa 18 de marzo de 1277, aplicindola al alma humana:

    Estos son los errores condenados por fray Roberto Kilwardby, arzobispo de Canterbury, de acuerdo con todos los maestros regentes y no regentes en Oxford el jueves anterior a Ia festividad de San Cutberto184 En cuestio-nes fisicas ... 12. Que [las almas] vegetativa, sensitiva e intelectiva son una forma simple1H5

    Contra Robert Kilwardby cornpuso el dominico Gil de Lessines (m. 1304), seguidor de santo Tomas, su De unitate formae186 , lo que muestra que Ia cuesti6n de Ia unidad o pluralidad de las formas sustan-ciales fue debatida con posterioridad a las condenas de 1277.

    Respecto a Averroes, el autor de Errores lc reprocha el ataque que realiza contra toda revelaci6n porque entiende Avcrroes que las revela-ciones exponen Ia doctrina de Ia creaci6n de Ia nada, Ia creatio ex nihilo. Sin embargo, en el texto que funda el Islam, el Coran, cste tipo de crea-ci6n no aparece explfcitamente menciomdo. Alii se dice que Dios crc6 el cielo del humo (4 '1 ,J I). En elm undo islamico b cuestion apareci6 tar-diamente1 H7. En el Fasl al-maqdl (Tratado decisivo)IHH Avcrrocs sc apoya en el versiculo coranico para probar que los cielos fueron crcados de algo cterno. En el Tahafut al-tahafut (La destrucci6n de Ia destrucci6n) cntiendc esta crcaci6n a partir de algo eterno como ser movido eterna-mcntc por Dios, descrito por cl eu tcrminos religiosos como (muhdat) ctcrnamente por Dios1x9

    184. Esta festividad es celebrada por !a Iglesia el dfa 20 de marzo. El dfa 18 cay6 el afto 1277 en jueves.

    185 . Jsti sunt errors condempnati a fratre R. Kilewardebi archiepiscopo Cantuarensi de consensu omnium magistroum tam non regencium quam regencium apud Oxoniam die ]avis proxima ante festum sancti Cutberti ... 12. Item quod vegetativa, sensitiva et intellec-tiva sint una forma simplex (CUP, I, pp. 558-559).

    186. Cf. M. de Wolf, Le Traite De unitate formae de Gilles de Lessines, Institut Supe-rieur de Philosophic de I'Universite, Lovaina, 1901, pp. 77-78.

    187. Cf. H. A. Wolfson, The Kalam Problem of Nonexistence and Saadia's Second Theory of Creation>> ; Jewish Quarterly Review 36 (1946), pp. 371-391.

    188. Averroes, Philosophic und Theologie von Averroes, ed. del Fasl al-maqiil y del Kashf'an manahiy por M. ]. Muller, Munich, 1875; reimp., Weinheim, 1991, p. 13. Trad. castellana; Averroes, Sabre filoso(fa y religion . Introducci6n y selecci6n de textos R. Ramon Guerrero, Cuadernos de Anuario Filos6fico, Serie de Filosoffa Espanola, Pamplona, 1998, pp. 90-91.

    189 . Tahafut al-tahiifut, ed. de M. Bouyges, Dar el-Machreq, Beirut, 1930, III, 34-38, pp. 162-165 ; Tahafut al-tahiifut (The Incoherence of the Incoherence), traducci6n, in-

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    LOS ERRORES DE lOS FllOSOFOS

    Critica la teorfa de la emanaci6n sostenida por Avicena, dentro de la cual se enmarca su pensamiento religioso, desde el momento en que el fil6sofo persa reconoce el caracter social del hombre y la necesidad de una organizaci6n de Ia sociedad que regule las relaciones entre los hombres. Para ello, precisa de un legislador, inspirado por Dios, que en-sene a los hombres Ia ley divina por Ia que se debe regir en Ia sociedad y que le permitini alcanzar su felicidad suprema, el retorno a su origen, a Dios190 Este legislador es el profeta, que requiere de condiciones natura-les extraordinarias que solo se realizan muy raramente. Instituye el culto para recuerdo del arden divino, en el que Ia oraci6n desempeiia un papel fundamental, que no escapa al determinismo que domina el universo avi-ceniano. El autor inculpa en los tres ultimos artfculos las opiniones que cree err6neas en relaci6n con este pensamiento religioso: el naturalismo en el que Avicena situa la profecfa, el culto y Ia felicidad suprema del hombre 191 AI hacerlo, el autor de Ia obra, que no se propuso compren-der en su profundidad el pensamiento aviceniano, queria advertir de los peligros que habfa en las ideas del fil6sofo persa.

    Finalmente, hay que destacar el ataque contra Alkindi por ser de-fensor del determinismo astral, que suponia una servidumbre del alma respecto del mundo superior. En el mundo cristiano era vista como una idea exotica procedente del mundo arabe, donde los fil6sofos afirmaban que las realidades delmundo superior celeste influyen en las potencias y formas del alma que presiden Ia acci6n humana por mediaci6n de Ia luz de las estrellas, donde estan contenidas las virtudes y las potencias de los motores del mundo superior. El universo es asf un campo de energias en correspondencia las unas con las otras segun una relaci6n jerarquica y en Ia que aparece Ia interrelaci6n entre necesidad y contingencia 192 .

    En suma, Ia obra titulada Errores philosophorum ilustra claramente Ia recepci6n de Arist6teles y de los fil6sofos arabes y judfos en medias tradicionales cristianos, a Ia vez que informa sabre Ia aceptaci6n de algu-nas de sus doctrinas y sobre el rechazo de otras en un mundo intelectual en cambio y en transformaci6n y receptivo a las novedades procedentes de la filosofia griega y arabe, en gran parte constitutivas del pensamiento occidental a partir del siglo XIII.

    troducci6n y notas de S. Van den Bergh, Luzac, Londres, 1954; reimpr. University Press, Cambridge, 1978, pp. 96-98.

    190. Avicena,AI-Shi{a'. AI-IIdhiyyat, X, 2, pp. 411-412. 191. Cf. Chr. van Nispen tot Sevenaer,

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    Capitulo 1 DE LA COMPILACION DE [LOS ERRORES DE] ARISTOTELES

    Puesto que de un dato incongruente se siguen muchas cosas err6neas 1, asf de un solo principio falso el Fil6sofo ha expuesto muchos errores.

    1. Crey6 que nada estaba en una disposici6n distinta de aquella en Ia que estaba antes a no ser por un movimiento precedente2 Consider6 sin embargo que no habfa nada nuevo