LumoMag 002

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Directorio

Diseño y comunicaciónEstudio f(x)www.efedequis.com

[email protected]

LUMO MagWe want your B side www.lumomag.com

Año 2. Número 2. Fecha de publicación diciembre 2015.Realizada por LUMO. Registro ISSN en trámite.Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño puede reproducirse, almacenarse o transmitirse sin previa autorización por parte de los editores. Los artículos y opiniones vertidas por parte de los colaboradores, así como el tratamiento fotográfico son responsa-bilidad de su autor.

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ColaboradoresDetrás del lente

Julio Tovar -BarsukFotógrafo. Monterrey / Playa del Carmenwww.behance.net/barsukmx

Sergio CamusFotógrafo. CDMXsergiocamus.com

Luca Prestia Fotoreportero. Italiacargocollective.com/lucaprestia

Oscar Daniel Sandoval -HeyYet Ilustrador, calígrafo y fotógrafo. CDMXhey-yet.tumblr.com

Mauricio Bustos Romero -MautisEstudiante de Comunicación en FES Acatlán UNAM. instagram.com/el_mautits

Nirvana Geuvdjelian Fotográfa y Filósofa de las Ciencias. CDMXwww.flickr.com/photos/nirvanasq

Edgar Ramirez -AsherFotógrafo y museógrafo. CDMXvolkvolkvolk.tumblr.com

Jacqueline Muniello GuzmánFotógrafa. CDMX www.jackymuniello.com

Benjamín Armijo RicoFotógrafo

Te NegroEscritor, fotógrafo, artista visual. CDMXtenegro.tumblr.com

Hernán Josué Hernández CalvilloFotógrafo

Proyectos

Eme Uve.-VM Fotógrafo. CDMXwww.uveeme.com

Tony MirandaEstudiante de Historia en UNAM y Diseño Industrialinstagram.com/tangerinehills/

Melissa Grassie Barrón Estudiante de artes visuales en La Esmeralda. CDMXflickr.com/photos/melissagrassie

Xochitl Garcia -Nomonym BotFotófrafa. Estado de Méxicoflickr.com/photos/analogisnotdead

David Rodríguez LópezArquitecto con maestría en urbanismo y fotógrafo por el IPN.@RZBH_architects

Francisco Granados Colectivo Catapultafacebook.com/colectivo.catapulta

Isidro PérezProyecto Vëtem www.spiralstudio.com.mx

Aldo Vicencio Naufragio Colectivoflickr.com/photos/melissagrassie

Cristian PachecoKIMBALkimbal.com.mx

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Ingrid Bringas Diseñadora gráfica y poeta. Monterrey@ibbergman

Andrea Guerrero y Adrián EspinosaEgresados de la licenciatura de Filosofía e Historia de las ideas. UACM.

Christian Alejandro Gallegos Mendoza Estudiante de música en el Concervatorio de la ciudad de Celaya.

Guillermo Juárez CedilloEstudiante de sociología, escritor, cliché y promotor del whisky. CDMX@Memowski_

Aldo Vicencio@WalrusRevolver

Ángela GarduñoPeriodista, relacionista pública y lectora con devoción. CDMX@angeluxg

Luz Mar Orozco Egresada de Lengua y Literatura Inglesas por la UNAM. Violinista en la Orquesta Filarmónica de la UACM. @AlastorOnCrack

Daniel Marfiles -Señor Triste.Estudiante de Derecho en UNAM.@MarfilesDaniel

Tlacelia Escamilla MartínezEstudiante y tallerista.

Hilda MontserratLicenciada en Psicología. Michoacán@Hylda64

Emmanuel GuardiánEscritor. Estudiante y empleado independiente.

Eric Oliver Luna -ElfwineEgresado de la licenciatura en Sociología por la UAM-Iztapalapa.

Pedro Sánchez Moguel Maestro de Literatura y teatro, fotógrafo. CDMXpsmoguel.wordpress.com/

Jorge Isaac Gómez -Isa GómezDiseñador y comunicador visual. CDMXbitacoraisa.blogspot.mx/

Carlos ArteagaEmprendedor y consultor independiente. @ArteagaTurcotte

Silverio Emmanuel -C.C. OrivelisDiseñador gráfico enfocado a ilustración y motion graphics. Ciudad Juárez.diariodeacero.blogspot.mx/

Manuel guerreroArtista visual, columnista, crítico de arte.lumangueba.tumblr.com

Agradecemos: Laboratorio Comuntario de Diseñofacebook.com/TallerLabCD

En las letras

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10_Viejos Tiempos

twitter/M

arfilesDaniel

Minicuento

Los viejos tiempos

Todos los días a una hora en específico, él practicaba sus habilidades como boxeador en cualquier lugar, esto dependía de dónde se encontrara: semáforos, parques, monumentos históricos... incluso en los rincones me-nos inimaginables. El sonido de la alarma de su reloj le indicaba la hora. Eso, le hacía detenerse en la actividad de ese momento, depositando sus cosas en un lugar cercano para no perderlas de vista, y así comenzaba... Sus manos enfrente de su cara, en posición de defensa.

Los pies bien plantados sobre el suelo uno delante del otro, haciendo contrapeso con su cadera para quedar firme como un roble. Apretando sus puños con la ener-gía que detentara en ese momento; no todos los días, él podía darse el lujo de gastar tan valiosa fuerza.

Sin embargo, el no dejar de frecuentar sus habilidades lo dotaba de algo más valioso, una sonrisa en su rostro.

Por: Señor Triste @MarfilesDaniel

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Viejos Tiempos_11

Minicuento

Aquella que no se esfumaba y era el alimento para el resto del día. Practicaba esa técnica denominada «som-bra», en la cual se lanzan impactos al aire y se hacen una serie de movimientos como si se peleara con otra persona, en este caso, su sombra. Dominando todo a la perfección, jab, recto, gancho, uppercout. Los gol-pes clásicos, los más certeros y los que él consideraba fundamentales en el repertorio todo boxeador.

«Entre mejor se utilicen éstos, y se perfeccionen, no hay ningún rival imposible de derrumbar. El límite para las combinaciones es la imaginación». Así lo pensaba, y lo decía en repetidas ocasiones mientras ejecutaba su curiosa rutina. Por eso la gente lo miraba inquieta, un tanto asustada. La rapidez en sus piernas coincidía con la velocidad de sus manos. Se desconcertaban de esa actitud. En ocasiones, cuidadosamente lo rodeaban para no interrumpir su práctica, o tal vez por miedo, pensando en una posible locura. Él no prestaba ninguna atención a eso, no quería perder sus habilidades de gran peleador. Tiraba sus golpes con gran empeño, ha-cía toda una serie de combinaciones que sorprenderían a los expertos de la materia, a los más exigentes.

Un jab de izquierda para alejar al rival, recto de derecha para bajar la defensa, un gancho izquierdo a la quijada con el objetivo de trastabillarlo. Retrocediendo con presteza ante un posible contrataque. Jab de nuevo e inmediatamente un uppercout de derecha con el ansia de triunfar antes de finalizar el round...

Aún recordaba su última pelea. Los gritos de la gente enardecida, la cara hosca del rival. Las indicaciones del entrenador y posteriormente las del réferi. El soni-do de la campana, presagiando el inicio de la última función... Como toda combate, siempre comienza con las miradas, entre más atemorizante sea, la posibilidad

de infundir miedo surge y eso suma un punto a favor previamente, en el choque de los guantes. Apoyo de las esquinas, consejos. Indicaciones del réferi: no golpes bajos, pelea limpia, etcétera. Suena la campana y tam-bién comienza la pugna externa, la del público, animan-do a su peleador favorito y con esto, disparar el fervor, el ímpetu de los boxeadores. El primer acercamiento es un tanto tímido. Se desconocen mutuamente las habili-dades de los boxeadores, la cautela es la mejor opción, que no gane la presteza. Cabeza fría, los inicios de las contiendas son más fintas acompañadas de penetrantes miradas que golpes... Un jab de izquierda para alejar al rival, sintiendo si su defensa es firme o no.

De esa forma se puede medir el posible contraata-que. Recto de derecha como lanza con el objetivo de romperla. No es tan estable. Tal vez sea ágil. Abajo las manos, para recibir los golpes del contrincante, invitan-do a golpear. El rival tira un recto de mano derecha, la única opción es ladearse a la izquierda. Queda indefen-so el lado derecho de su cara. Gancho izquierdo directo a ese lugar para trastabillarlo. Girando todo el torso, integrando toda la fuerza del cuerpo. Retroceder con presteza es la única salida ante un posible contrataque.Jab de nuevo que abre un resquicio... al instante un uppercout al finalizar el round...

Con la mirada depositada en la nada, comenzaba a esbozarse una ligera sonrisa. Volteó a ver dónde estaban sus cosas para cerciorarse de que aún perma-necían a su lado. Sus manos, mostraban los golpes que le había propiciado a la vida. Y la tristeza lo invadía La hora de volver al único trabajo, que le permitió subsistir después de alcanzar la anhelada gloria, le llamaba. El tiempo de descanso concluía. Tomó su escoba y siguió con su ardua tarea de barrer las calles de la ciudad. Al final no pudo evitar recordar los viejos tiempos.

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twitter/ WalrusRevolver

12_La Melancolía

Poesía

Música de fondo,fondo musical, que viaje tan lento, que curso tan banal

Rojos, verdes y amarillos, los segundos e s c u r r e n en el parabrisas

Visible y no real, así es estar aquí, así es estar allá: u n m i n u t o e n e l a s i e n t o, otro en la cajuela

¿Done estaré? ¿Dónde llegaré? Los colores de la noche no me dicen nada

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Revo

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La Melancolía_13

Poesía

Por Aldo Vicencio@WalrusRevolver

Y el túnel se va El túnel se va E l t ú n e l s e v a

¿será todo? ¿todo será?

Viajar y no pisar Viajar y ya no estar

la tristeza, es no estar estando, cual dios herido

que desciende en un coche viejo.

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a d i c c i ó n ?

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a d i c c i ó n ?

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16_Mezcal y dos puntos

twitter.com/ArteagaTurcotte

Mezcal y :

MEZCAL Y DOS PUNTOS

Una vez que el olor de tus historias comienza, ya no hay vuelta atrás.

Esto es una sinfonía, con todas las partes que no conozco y los nombres que no he dicho.

Coqueteo con llevarte a mi interior, pero prefiero olerte un poco más: Tierra, vida, pura vida, mínimo un lustro y me diriges al momento una mirada, una ancestral.

Erradicada toda timidez de mi faz, ardes, raspas y al mismo tiempo acaricias, ahí está la primera reverencia, la primera comisión parte al interior de la simbiosis, deliciosa nota de misterio, nada ha pasado aún, nada más allá del corazón del corazón de la tierra.

A lo sincero, ya hablando en serio, no existe nada que no sea en ti natural y eso se respeta. Me doy cuenta de que la alteración no es física ni espiritual, la bitácora sigue y no se detiene.

Un momento; Edificio, institución y al mismo tiempo pasa-do renegado, envuelto de ti solo de ti.

Trato no sin éxito de buscar a la forma y en el sentido, per-derme entre tu arrullo.

Entonces, liquido te derramas en el relato y sabes a mil co-sas, otra vez, empezamos con los humores.

A lo lejos, te propones a ti mismo, te sabes presente, aun a veces negado, siempre aquí. Comienza el descenso, uno que promete reivindicarnos, que nos permite conocernos.

Al final pareciese que nos has engañado. Que el recorrido fue demasiado largo. Entonces parecemos muertos, nubes o no sé qué cosa, justo antes de que alargues tu mano. Ahora sí, nos acercamos, nos conocemos, me enseñas tu color, te presentas.

Digno de una historia de revelaciones constantes y de un título propio, aún así haces reverencia.

Caballero entre los caballeros, tú no juegas a nada, te pre-sentas y eres valido para ti mismo, sírvase de testimonio, la brevedad de la interacción continua, pero la presencia imborrable.

Eres siempre cambiante, en mi, ya dije tu eres invariable, a menos que se te encierre.

Deseoso pues de una entrevista más, un trago, este profun-do, como el mismo mar. La garganta, te pareciese pedir, te exigiere continuar, nada más y nada menos.

Sin revelar de más, te acercas antes de evaporarte, rapi-dísimo, maldición de las graduaciones.Te erradicas a ti mismo en un fuego que te consume desde el principio del proceso.

Por Carlos Arteaga@ArteagaTurcotte

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Mezcal y :

«Una vez que el olor de tus historias comienza, ya no hay vuelta atrás»

Ya sabes quienes somos, quien eres y como se forma la línea accidentada de tu vida. Interacción ajena a la realidad más próxima, solo queda decir: Gracias.

PD. Se me olvidaba, sobre los dos puntos hay que decir que el primero surge en el primer contacto, hace un aparte en la experiencia de ese día y del segundo surge en la continui-dad del día, hace que no se te olvide el encuentro, una parti-cipación de un evento trascendente y también inmanente.

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Por Andrea Guerreo y Adrián Espinosa

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FiLOCAFEíNA

«Nadie puede comprender la ver-dad hasta que prueba la bondad de un café espumoso»

Razones de un matrimonio: café y filosofía

A menudo se ha asociado al café como bebida de los intelec-tuales, y no es de extrañar, pues conocidos pintores, literatos y filósofos ingerían grandes cantidades de café para hacer fluir sus ideas. Y ahí tenemos casos claros como el del nove-lista francés, Balzac, que “tomaba cincuenta tazas de café por día como estímulo para su prolífica producción literaria. Acaso inspirado por Voltaire (ochenta tazas por día) o por Goethe (sesenta tazas).”1

Pero ¿por qué el café tomó la posición de “la bebida intelec-tual”? ¿Por qué no el alcohol? Quizá tenga que ver incluso la cuestión de la apariencia. Nadie tomaría como un intelectual a un borracho cualquiera (a menos, claro, que te llames He-mingway). De acuerdo, muchos intelectuales fueron alcohó-licos, ¿pero no es socialmente más aceptado ver a un filósofo o a un literato con una taza de café que con una copa de alcohol? Y, aceptémoslo, pensar en alcohol es casi sinónimo de diversión, no de producción de ideas.

Más allá de la apariencia, la razón pasa por el efecto que causa el café. El café pone más alerta a los sentidos, aumenta la capacidad de producción, pues, “gracias a su componente esencial, la cafeína, aumenta las habilidades cognitivas”2. Así

1 Artusi, Nicolás. Filosofía de café. http://nicolasartusi.com/2012/10/17/filosofia-de-cafe/

2 Ibíd.

pues, es un estimulante creativo. Esto no quiere decir que por tomar café, las ideas aparezcan mágicamente, pero sí ayuda a estar más alerta a lo que se está leyendo o se está pensado. Asimismo, el tomar una taza de café da la oportunidad de poner en orden las ideas. Mientras lo hueles y lo saboreas, piensas si no es tan descabellado lo que estás escribiendo, o piensas algo que quizá no habías pensado hasta ese momen-to. Por tal razón, es obvio por qué los intelectuales lo corona-ron como su bebida predilecta.

Esto no sucede con el alcohol, por ejemplo, pues los efectos que causa, son todo lo contrario: entorpece los sentidos, dis-minuye la capacidad cognitiva, incluso, provoca pérdida de memoria (si se ingiere en grandes cantidades, claro está). De tal manera, no puede ser de ayuda para crear ideas.

Ahora bien, una cosa es ingerir café y otra dónde se ingiere. Por supuesto, muchas veces no sabríamos que cierta persona ingería mucho café, si no la hubieramos visto en alguna cafe-tería. Schopenhauer, por ejemplo, pasaba muchas horas hacia el final de su vida en un café en Frankfurt que ahora lleva su nombre. ¿Y qué decir de los existencialistas, que pasaban largas horas en el café de Flore? Sartre y Simone de Beauvoir, siempre se encontraban ahí, hablando de temas políticos y de la existencia; citaban ahí a sus amigos y a los periodistas. Incluso, el Flore, fue una especie de estudio para ellos, pues además de pasar largas horas discutiendo temas de interés,

(Sheik Abd-al-Kadir)

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Filocafeína

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también pasaban largas horas escribiendo ahí, mientras to-maban un sorbo de café y le daban una bocanada, de vez en vez, al cigarrillo. Por supuesto que Albert Camus no dejó de visitar el café de Flore. Camus también encontró ahí paz e inspiración para poder escribir.

Si bien es cierto que el café estimula los pensamientos, las ca-feterías han sido la válvula de escape de tales pensamientos. Era mejor para estos intelectuales tomar una taza de café en un lugar público que en la comodidad de sus departamentos, porque en esos lugares podían expresar sus ideas, jugar con ellas, dialogarlas con otras personas. Justo ahí está el meollo del asunto: el diálogo con otras personas.

Acudir a un café era buscar una buena conversación sobre temas culturales, sociales o políticos. No es de extrañar en-tonces, que se produjeran tantas ideas en estos lugares. ¿Aca-so los cafés se convirtieron en los herederos de los salones literarios de París del siglo XVII? Vale recordar que en estos salones, había una anfitriona que reunía a la crema y neta intelectual, con la finalidad de con-versar sobre un tema en específico, podía ser sobre literatura, filosofía, ciencia o política. ¿Cuál es la diferencia entonces con un café? La diferencia es que estos salones eran de élite. La discusión permanecía encerrada.

Ahora bien, un café puede mantener la misma finalidad: producción de ideas, sí, pero también expresadas en el diá-logo. Ya sin la anfitriona y sin ser de élite. Quizá la nueva generación de intelectuales, necesitaba estar más cerca de la realidad, del hombre y de su existencia. Ahora “la intelec-tualidad y sus discusiones estaban abiertas a todo aquel que estaba dispuesto a escucharlas sentado junto a una taza de café”3. De cualquier manera, los cafés tomaron el liderazgo como centro de reunión intelectual. Así pues, estos jugaron (y juegan) un papel muy importante en la producción de ideas de muchos filósofos, literatos y pintores.

3 Usó, Celia. Café de Flore: París existencialista. http://www.uji.es/bin/publ/edicions/jfi13/25.pdf

Hasta aquí hemos hablado de la relación histórica entre el quehacer filosófico y el café, pero ahora es necesario regre-sarle un poco al café de la reflexión filosófica a la que tanto ha servido. Podemos pensar el café desde el punto de vista del conocimiento hasta su aspecto teológico, pasando por su estética y la reflexión sobre su propia esencia.

Hasta ahora, los filósofos se han encargado de usar al café; de lo que se trata ahora es de pensarlo.

EPiSTEMOLOgíA DEL CAFé

Estamos determinados, como especie, a conocer nuestra realidad de cierto modo. A las condiciones bajo las cuales esto sucede se les conoce como condiciones de posibilidad del conocimiento. Sin ellas, el conocimiento es imposible. Puesto que una taza de café ha estado detrás de la mayoría de las grandes ideas filosóficas a partir del siglo XIII, es justo afirmar que el café es una condición de posibilidad del conocimiento occidental contemporáneo. ¡Qué gran genio filosófico debieron tener Platón, Aristóteles y Agustín para poder producir sin tener café que ingerir! El café resuelve a su modo los múltiples conflictos entre razón, emoción y sentidos: altera la experiencia y nos sumerge en un estado de ansiedad constante, pero con ello libera a la razón de sus vín-culos materiales, posibilitando así su acción. Sólo en estrés por cafeína se comprende con lucidez.

ONTOLOgíA DEL CAFé

Es de todos sabido que el café es un ser denso, profundo y complejo. Sin embargo, es engañoso: al estar compuesto solo por agua y cafeína, tiene una cualidad dual que dirige a quien lo bebe hacia las más puras esencias platónicas, al mis-mo tiempo que lo hace a uno brutalmente consciente de las limitaciones fisiológicas de sus nervios y su vejiga. A

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www.nombrenecesario.com

diferencia del té, su eterno némesis, no se diluye: se concen-tra. No se hierve; se tuesta. No es débil, traslúcido ni santo: esconde lo que da, pero lo da sin restricciones ni compromi-sos. No es espiritual y liviano; es material y espeso. No hay espíritu, sólo viscoso cerebro. El café no es el “buen amigo” charlatán que nos consuela con un insustancial: “todo esta-rá bien”; por el contrario, el café confronta y aturde hasta la ansiedad para destilar los mejores aceites esenciales del genio. La persistente cafeína es el vehículo que conecta a la ansiedad y a la esencia. Es un demonio negro que nos hurga intrusivamente en lo recóndito de las neuronas para extraer lo que ignorábamos poseer. El café es grano; tiene una forma que no engaña ni escatima nada; no es rama ni hoja ni raíz difícil de comprender. Las variedades son claras y racionales. No hay lugar para la emotiva psicosis de la teína.

FENOMENOLOgíA DEL CAFé

Quien, después de más de dos tazas, entra en un estado de “conciencia de café”, significa su mundo de forma distinta al hombre de la vida cotidiana. El color de su vida ahora es negro y reflexivo. El cafetómano deja de ver hacia fuera para ver lo que de universal hay en él: las ideas detrás de los he-chos. La mezcla negra nos ayuda a describir con rigor los de-talles finos de la experiencia: nos regresa a la conciencia por la mañana, nos alumbra detalles ignorados y nos mantiene vigilantes ante cualquier estímulo durante el día; finalmente, nos hace especialmente sensibles a la percepción de lo esen-cial durante la noche.

ESTéTiCA DEL CAFé

Podría parecer pesado y repelente, pero en el fondo de la taza el líquido espeso causa una grata sensación de calidez y comodidad. La relación existente entre el primer aroma ma-tutino y el cafetómano es la misma que entre el espectador y la obra de arte: goce, asombro, éxtasis y pasmo estético. Por un breve y eterno instante la mente se nubla y todo se reduce a sensación pura: olor que eleva la esperanza y sabor sincero

que ancla al humano a su realidad. El tostado de su ser alude hacia el sentimiento trágico de la vida. El café no miente: nos muestra que en la vida, cruda cual es, hay una estética propia y muy válida que ha de ser disfrutada sin evasiones.

METAFíSiCA DEL CAFé

El café no te hace “uno con el uno”; te empecina en tu so-ledad y te entrega sin treguas y desnudo frente a tu propia imagen en el espejo. Su persistencia e inmediatez te dirige hacia lo real fuera de las especulaciones efímeras. En los tem-blores incontenibles de las manos y en el agitado palpitar del corazón, lo hace a uno consciente de su fragilidad corporal. Nos recuerda que no somos, héroes, sino, en el mejor de los casos, personajes destacados en una farsa que señala hacia verdades universales. El café no hace grandes relatos ni mito-lógicas epopeyas: es un cuento corto, crudo y certero.

TEOLOgíA DEL CAFé

El café, por supuesto, no es creyente ni agnóstico: es ateo sin más.

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NiCOTiNA

—¿Las mordidas dónde? —me pregunta. —«Donde quieras»—le contesto.

Entrados en cerveza hablamos de sexo durante las últimas horas del bar. Punk de fondo, mucho cigarro. Miradas, risas, tonterías. El vomito en el suelo no importaba, en esas horas nos hicimos cómplices de nuestros quereres, dijimos cosas que ningún otro sabe, las pasiones duras, la carne, la adrenalina, drogas y hoteles. Entre alcohol todos oyen pero nadie escucha, lugar perfecto para ser quien se es.

Con dos dedos pone su cigarro en la boca, lo pinta de rojo, tiene los labios gruesos y una mirada viva. Bocanada honda. Escupe el humo y me señala con la colilla, luego me dice: —Si una mujer se pone cinturón y te quiere dar por el culo… ¿le entras?

—«¿Cuál mujer?» le respondo.

Por Isa Gómez

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facebook.com/colectivo.catapulta

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C. Catapulta

El Colectivo Catapulta es un grupo de teatro emergente conformado por tres actores, dos actrices y un escenógrafo egresados de la escuela nacional de arte teatral del INBA.

Sus integrantes son: María Fernanda Vergara, Xareny Or-zal, Yair gamboa campos, Alan España, Francisco Granados y Pablo Mezz. El principal objetivo es la creación espectá-culos teatral difundiendo el trabajo de talentos emergentes, donde nuestro discurso va siempre en favor de fomentar las comunidades incluyentes, el respeto y la tolerancia.

Los miembros del colectivo se han formado con docentes como: Mauricio Jiménez, Aida López, Martín Acosta, Lydia Margüles, Jesús Díaz, Miguel Flores, Ricardo Ramírez Car-nero, Félida Medina, entre otros. Han participado juntos en diversos montajes de los cuales destacan: Máquina Hamlet (2011) Dir. Martín Acosta, Fuente ovejuna (2011) Dir. Oscar Ulises Cancino, El abanico (2012) Dir. Jesús Díaz, Los mur-mullos (2012) Dir. Mauricio Jiménez.

En este año, Colectivo Catapulta logra colocarse en uno de los mejores foros de la ciudad de México, el Foro Shakes-peare, un espacio alternativo a las ofertas teatrales de tipo comercial y subvencionado, lo cual le ha dado al colectivo mayor proyección a su trabajo y con ello posicionarse dentro de un nuevo circuito teatral con la obra «Bestias en Italia».

—Dossier

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24_Colectivo Catapulta

facebook.com/colectivo.catapulta

Sus integrantes han sido merecedores de premios y becas como: Estímulo a la creación y al desarrollo artístico que brinda el insti-tuto veracruzano 2013 (Yair Gamboa Campos). Beca del FONCA Joven en formación 2013 (Xareny Orzal). El largometraje vaho, ganador del premio del público en el festival internacional de cine de Morelia FICM 2009 (Francisco Granados). Ser un elefante, cor-tometraje ganador del premio de guion cinematográfico del fes-tival de la diversidad sexual 2012 (Pablo Mezz), Mención al mejor diseño de producción dentro del Festival Internacional de Teatro Universitario UNAM 2014 (Alan España), y en recientes fechas, el Premio de la juventud en actividades culturales/artísticas 2015 (María Fernanda Vergara).

Obras de Colectivo Catapulta:

Síguelos en:

Cucara Macara. Estrenada en Septiembre de 2014. Par-ticipante en el Festival de teatro universitario 2014; y seleccionada para su próxima participación en: 7° Proyecto POSH, 2do Festival Calavera Zempazúchitl, y 2da edición del Fringe San Miguel Festival de Artes Escénicas, Muestra Internacional de Teatro Toluca 2015, 4to Encuentro del Día Mundial del Teatro San Luis Potosí 2015, Casa ACTUM, Noviembre de 2015.

Bestias en Italia. Estrenada en el día mundial del teatro 2014, temporada Abril – Junio 2015

Ik Dietrick Fon. Temporada en Marzo de 2014 en el foro Ludwick Margules del CCC, próxima temporada en Casa ACTUM, Septiembre-Noviembre de 2015.

La media flor. Reestreno en el día mundial del teatro 2014, CENART.

colectivocatapulta.wix.comfacebook.com/colectivo.catapulta

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Hasta la fecha ha sido parte de múltiples puestas en escena. Participó como extra en la obra Hey Girl bajo la di-rección de Romeo Castellucci en el Teatro de la Ciudad. Ha participado en varios cortometrajes.

Formó parte del equipo de trabajo de la escuela del Mtro. Carlos Converso, CEAT (Centro de Estudios en el Arte de los Títeres) La única escuela de títeres en México.Actualmente es beneficiario del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico.

Ha sido parte de la compañía teatral Griego Artescena. También ha trabajado como actriz/titiritera en la obra Actualmente es becaria del FONCA en la categoría de joven en formación.

Fundó y dirigió el grupo de teatro potosino Agorafilia en el que participó como

actor, director, productor, escenógrafo y promotor de

diferentes montajes ganando premios incluyendo mejor dirección, mejor esce-

nografía y vestuario.

Participó en el largometraje VAHO de Alejandro Gerber Bi-

cecci. En 2010 en el cortometraje La Madre del Director Ernesto

Martínez Bucio. En 2011 trabaja con el Director Carlos Armella en el cortometraje Las manos

limpias. Actualmente trabaja en televisión e impartiendo talleres por parte de los programas del

INJUVE y SALUDARTE.

Ha participado en múltiples puestas en escena, es un

actor versátil ya que también se ha abierto

camino en el mundo del cortometraje.

M. FErNANDA VErgArA

YAir gAMbOA

XArENY OrZAL

ALAN ESPAñA

FrANCiSCO grANADOS

PAbLO MEZZ

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We're actorsWe're actorsWe're actorsWe're actorsWe're actorsWe're actorsWe're actors

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cargocollective.com/lucaprestia

28_Metafísica urbana

Luca Prestia

Metafísica urbanaMetafísica urbana es una breve serie de 6 imágenes tomadas con un aparato Polaroid. Las tomas son fruto de viajes a pie, en días cualquiera, con el ambiente externo de una ciudad ex industrial al norte de Italia. La luz tenue de las fotos, la extraña presencia de objetos y personas en la cuadratura enfatiza el precario equilibrio y la contínua mutación que caracteriza y une las características de una ciudad cuyos límites más externos representan territorios de paisajes y lugares impersonales, donde el espacio visual pareciera reenviar imágenes de ensueño.

Luca Prestia nació en Torino en 1971. Se graduó en Historia moderna de la Universidad de Torino, donde también consiguió el doctorado de investigación de la misma disci-plina. Comenzó a realizar fotografía como freelance en los noventa y desde el 2000 se inscribió en el Oridine dei Giornalisti del Piemonte (Consejo de periodistas de Piemonte). Colaboró en la producción de algunos documentos de trasfondo social en calidad de fotógrafo de escena; sus imágenes fueron publicadas en revistas italianas y extranjeras, ya fueran impresas o en línea, incluso fueron utilizadas como portadas de libros. Desde hace años su principal interés es fotografía documental y de paisaje (ya sea analógica o digital). Su ultimo trabajo, terminado en el verano del 2014, es Confine di Stato publicado en volumen fotográfico.

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—Italia en días cualquiera.

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«Seis imágenes, una mirada a los límites

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Metafísica urbana_31

Luca Prestia

Luca Prestia Italia. Fotoreportero. www.cargocollective.com/lucaprestia

«Seis imágenes, una mirada a los límites

exteriores de 1 ciudad de Europa Occidental»

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32_La Torre

diariodeacero.blogspot.mx

Cuento

Mis padres y abuelos siempre le habían temido, y se encar-garon de que yo –su hijo– también le tuviera miedo.Me contaron muchos relatos, algunos más descabellados que otros. Pero todos coincidían en algo: «Jamás bajo ninguna circunstancia te acerques a la gran torre que está a las afue-ras de la ciudad. Y cuando la Luna está llena, gigantesca y amenazadora paseándose por detrás de tal torre, ni si quiera se te ocurra mirarla si no quieres volverte irreme-diablemente loco». A todas esas creencias se les impregnó siempre de un aire religioso y dogmático, era como si aque-lla torre representara alguna especie de ídolo o dios antiguo al que se le debía temer y odiar, se veía como uno de los enemigos de la deidad a la que «todos» (o al menos la ma-yoría) adoraban. Así crecí, temiéndole, desviando la mirada de la siniestra torre siempre que la Luna llena se paseaba por detrás de esa gran construcción tan lejana que apenas podían distinguirse algunos de sus rasgos. Nunca supe si era un edificio, un monumento, algún tipo de estatua o si efectivamente era simplemente una torre. Nadie jamás estaba dispuesto a tocar el tema cuando inquiría a este res-pecto; el fin para el que hubieses sido construida no lo supe sino hasta mucho después.

Por Silverio ContrerasC. C. Orivelis

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Cuento

Los años pasaron y conforme maduraba física y mentalmente, comenzaba a cuestionar a la autoridad, empezando por mis padres y mis maestros, pero ¿qué joven no hace ese tipo de cosas? Sin embargo, acompañado de mi crecimiento mental –además de corregir mis actitudes rebeldes hacia quienes me habían dado la vida y cuidado de mí– también mi pensamiento comenzó a hacerse más crítico y analítico, cuestionaba las reglas pero siempre teniendo una duda razonable y aceptando cuando mi criterio era equivocado, pero una regla siempre me pareció primero rara, después tonta y finalmente ridícula, como es de suponerse, era aquella regla de no acercarse a la torre y no mirarla con la Luna llena detrás.

Debo admitir que en un principio me atemorizaba la idea de violar la regla, pues dentro de mí algo decía que existía una muy buena razón para que dicha regla existiera, pero me convencía a mí mismo repitiéndome cantidad de prejuicios, estereotipos y normas tontas que la gente seguían empleando ciegamente aun cuando ni siquiera eran de utilidad social o moral. Fue entonces que lo decidí, me preparé para violar la prohibición, esa tonta prohibición. Faltaban cinco días para la Luna llena. Al principio realmente estaba decidido, un poco te-meroso pero decidido, conforme los días transcurrían comencé a sentirme nervioso más y más mientras veía como la Luna crecía día tras día y se acercaba a la inmensa torre.

Cumplido el plazo subí al techo de mi casa, desde la tarde, para no arrepentirme de hacerlo una vez llegada la noche. Me senté mirando hacia la torre, la luz se fue poco a poco y la Luna llena apareció. No diré que no sentía miedo, pero ciertamente no estaba aterrado como yo mismo esperaba estarlo, probable-mente me encontraba en un estado de relajación o aceptación de algún tipo, realmente no importa, lo importante es lo que sucedió después.

Me quedé inmóvil, para cuando me di cuenta mis ojos estaban clavados en la torre, la contemplaba sin pausa, ni un parpadeo interrumpió mi observación. Nunca había reparado en la inmensa construcción, jamás me quedé más de cinco minutos viéndola, pero ahora que no podía dejar de hacerlo me di cuenta de lo alta que era, se levantaba hasta penetrar el cielo, se perdía entre las partículas de la atmósfera, era tan alta que si estuviera a tan solo pocos metros de ella mi cabeza tendría que echarse hacia atrás para tratar de ver la parte más alta.

Después de un rato caí en cuenta de algo perturbador, miré y miré tanto tiempo tratando de ver la parte superior de la torre que jamás reparé en la parte inferior: en la base.

Aquella enorme columna no tenía base, de hecho, era más ancha en la parte superior y se reducía como un cono hasta terminar casi en punta en la parte de abajo pero sin tocar el suelo. Enfoqué la mirada a ese lugar, parecía haber un resplandor verdi-azul que apenas se podía distinguir, como si la torre tuviera alguna suerte de hebras, manguearas o cuerdas que se movían cerca del suelo. Miraba con tanta atención que cuando me di cuenta la Luna llena ya estaba en posición. Me paralicé, esa escena era realmente sobre-cogedora, la inmensa columna atravesaba por en medio la circunferencia de la Luna asemejando un enorme ojo cuya pupila era una fina línea, lo que pareciera ser un enorme y masivo ojo de gato. Sentí como si mi cerebro se embotara, como si mis neuronas fueran liberadas de la prisión de mi cráneo, como si se conectaran al aire y se comunicaran con el espacio mismo. Todo en un instante. Del otro lado de la conexión escuche unas palaras, palabras que al inicio no entendía, pero poco a poco los signos y símbolos que mi conciencia percibía tomaron sentido y significado. «ven» escuchaba vez tras vez, con vocablos más o vocablos menos. En un principio sentí miedo, pero poco a poco mi percep-ción del llamado se tornó sumamente familiar al grado de sentirme atraído románticamente hacia la voz. De pronto sentí una especie de abrazo, un abrazo de algo que no eran brazos, era como sentir el espacio estrechándome desde todas las direcciones. Una sensación de frío penetraba las fibras de mi sistema nervioso, podía sentir cada impulso eléctrico de mi cerero recorriendo mi cuerpo y parte de esa energía desembocando en el exterior de mí, alimentando a lo que fuera que estuviera del otro lado. Mi conciencia comenzaba a irse de mi cuerpo, estuve cerca de perder el conocimiento por completo pero la voz de un amigo me hizo volver tal como vuelve cualquiera de un sueño profun-do y perturbador. Al parecer había permanecido sobre la azotea de mi casa gran parte de la madrugada, balbuceando y pronunciando palabras que nadie podría entender.

Una gran cantidad de gente se había reunido en derre-dor de mi morada y nadie se había atrevido a acercarse por miedo. Fue sólo hasta que mi amigo se percató de lo sucedi-do que decidió subir y sacarme del trance.

Hubo muchos rumores respecto a lo ocurrido aquella noche. Muchos dieron por sentado que me había vuelto loco pues evidentemente había visto hacia la gran torre durante la Luna llena.

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Cuento

Mi amigo se preocupaba por mí, no dejaba de preguntar sobre lo que había acontecido o porqué razón había yo cometido tal estupidez al mirar a la torre durante la Luna llena. Comprendía perfectamente su preocupación y trata-ba de apaciguarlo, pero me sentía fuera de mí. Solamente pude dirigirle unas pocas palabras comunicándole que deseaba quedarme solo y pensar, que no se preocupase por mí, pues estaba completamente cuerdo. Entendí pues, que yo –por alguna razón– era de los pocos que parecía haber escapado a la locura tras cometer tal imprudencia. Aun así no me terminaba de consolar ese hecho, pues algunas histo-rias contaban que quienes no se volvían locos desaparecían poco después por razones desconocidas

No podía sacarme esa imagen de la cabeza, el enorme ojo de gato que tenía a la gran torre por pupila. Aguardé dentro de mi casa, mirando de cuando en cuando por la ventana, esperando a que los curiosos se diseminaran. La tarde llegó y el frío con ella, el cielo era como una aleación de cobre y oro, las nubes eran purpúreas y formaban gigan-tescas columnas nubosas que rozaban la estratósfera. Salí vestido con una gruesa chaqueta y una gorra vieja,

esperando que nadie me reconociera. Caminé y caminé para despejar mi mente. Contemple el bello atardecer, miré la gloria de las nubes, incluso reparé en el jugueteo de un gatito, paseé varias horas y el sol cayó, entonces me di cuen-ta: cuando quise regresar a casa entendí que estaba ya a las afueras de la ciudad. Inconscientemente atendí al llamado de la voz que me habló procedente de la torre la noche an-terior, me encontraba muy cerca de ella. La construcción se veía inmensamente más grande. Tal como pensé era tan alta que tenía que echar mi cabeza muy hacia atrás para poder ver su parte superior, la cual se perdía en el cielo y entre las nubes rojizas ya por el atardecer agonizante

Para cuando me di cuenta, estaba encaminado hacia esa columna gigantesca, la noche ya había caído recientemen-te, pero en el ambiente vibraba ahogada una luminosidad verdi-azul. Estaba tan cerca que por fin podía distinguir sus rasgos y su estructura perfectamente. Primero sentí curio-sidad pero poco a poco el terror me hizo presa, lo que vi fue lo siguiente: La torre no era más que una columna inmensa de tentáculos entrelazados entre sí, de colores metálicos con brillos especulares tornasol, estaban estriados como formados por infinidad de anillos acerados. Longitudinal-mente eran recorridos por tubos de lo que podría llamarse cristal líquido a manera de venas que trasportaban un flui-

todos y cada uno de mis sentidos

se sobre estimularon

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do resplandeciente del que provenía la extraña iluminación del ambiente. Los tentáculos nacían desde lo más alto y se retorcían sobre sí mismos, bajaban y se estrechaban hasta llegar casi hasta tocar el suelo moviéndose de forma repulsi-va cual si fueran gusanos. Justo debajo, en el terreno donde se ubicaban, podía ver símbolos grabados en la piedra, círculos y líneas, patrones concéntricos y otros tipo de símbolos que parecían pertenecer a tipografía de otros mundos o tiempos, en ese momento no lo supe con certeza.

El aire vibraba y palpitaba, se volvía más y más pesado y húmedo, una humedad fría y pegajosa. Para cuando me di cuenta estaba justo debajo de la enorme torre de tentáculos, podía escuchar sus movimientos, una mezcla de sonidos orgánicos y gelatinosos mezclados con ruidos metálicos y electrónicos que producían un eco cada vez más profundo en mi cavidad craneal. Los contemplaba ahí, justo sobre mí, regodeándose frente a mis ojos. Mis células ópticas comenzaron a estimularse cada vez más debido a la luz que parecía casi tangible. Mis oídos estaban comenzando a saturarse por toda la gama perfectamente armónica de sonidos que en ciertos momentos –al menos a mi parecer– articulaban palabras. Todos y cada uno de mis sentidos se sobre estimularon y en un momento repentino mi concien-cia dejó mi cuerpo. Cuando mi mente abandonó ese éxtasis sensorial me vi de pronto rodeado de luz, me sentí liviano

y extrañamente libre, me percaté de que flotaba, volteé la mirada hacia abajo y cuál fue mi sorpresa al verme a mí mismo de pie ahí debajo, vi cómo lo tentáculos acariciaban la cara pálida de ese cuerpo que me pertenecía, lo que fue-ra mi mirada lucía perdida, sin brillo, como si no tuviera conciencia, y de hecho así era, pues mi ser, espíritu, alma, conciencia, o lo que fuese ya no se alojaba en ese cuerpo. Lo que a continuación sucedió me aterrorizó como nada en el tiempo que yo había vivido. Los tentáculos metal–or-gánicos se estiraron para tomar mi ser corporeo y poco a poco lo envolvieron, lo tomaron de las extremidades y del tronco y con la descomunal fuerza, que seguro tenían esos apéndices, desmembraron lo que alguna vez fue mi cuerpo, no fue de un amanera sádica, pero sin dudarlo fue de mane-ra contundente, no pude evitar la necesidad de gritar y en cierto modo esperaba sentir dolor, no supe qué más hacer, intenté estirar mis manos para evitarlo, traté de volver a ese

y en un momento repentino

mi conciencia dejó mi cuerpo.

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Cuento

cuerpo, intenté con todas mis fuerzas correr, pero como en un sueño, no pude, pues no tenía manos, ni tenía pies, ni rostro, mi cuerpo no existía ya, el terror que sentí al verme a mí mismo despedazado por la multitud de tentáculos fue el más auténtico que jamás sentí.

Quise darle sentido a lo que sucedía, sentía todavía miedo y la frustración me carcomía, podría decir que se sentía como la angustia y la tristeza subían como un hor-migueo caliente por mi espalda, pero ya no tenía espalda. Observaba mi alrededor- no entiendo de qué manera-. Per-cibía las cosas por medio de mis sentidos, pero no puedo dar explicación de la manera en que recibía estímulos sin un medio. Descubrí que de alguna forma me encontraba en otro plano de la conciencia, me puse a explorar mi entorno, caí en cuenta de que estaba sumergido en lo que parecía ser una especie de líquido, o un gas, no podría explicarlo con claridad. Vi de pronto una partícula luminiscente ascender muy cerca de mí que me hizo reaccionar como queriéndo cubrir mi rostro… y vi una mano, me sorprendí puesto que -a mi pesar- mi ser corporal ya no existía, pero al perecer estaba en otra especie de vehículo de mi conciencia muy similar al de carne y hueso, una suerte de avatar espiritual. Una vez me sentí aliviado por tener un “cuerpo”, reparé en la partícula que ya había ascendido bastante, me percaté entonces de que eran muchas las que ascendían y traté de

seguirlas, subí flotando por una columna inmensa de luz que tenía por paredes multitud de tentáculos retorciéndo-se. Esa luz verdi-azul lo llenaba todo. Viajé no sé por cuánto tiempo hasta llegar a lo que podría denominar como una especia de cielo, una vasta extensión de nubes blancuzcas. Cuando hube recorrido todo aquel lugar con la mirada, capté que no era el único que se encontraba ahí, por el con-trario, multitudes de seres incorpóreos se hacían presentes subiendo -al parecer- por el mismo camino que yo había recorrido. Los miraba con detenimiento, me daba mucha curiosidad el cómo era que aquellos seres habían llegado a ese lugar si yo era el único que se encontraba en ese mo-mento frente a la torre.

Me preguntaba una y otra vez en qué estaba pensando en el momento que decidí voltear a ver a la Luna llena cuando pasaba detrás de la torre de tentáculos, me repetía lo estúpido que había sido, podría haberme lamentado por largo tiempo de mi estupidez, pero algo en el aire, ese algo que se comunicaba conmigo y que al parecer lo hacía también con el resto de seres, me sacaba de inmediato de mi estado de tristeza y avivaba mi curiosidad. Vi no muy lejos del lugar por donde accedía a las nubes un enorme bulto amorfo, un ser gigantesco del que se desprendía cables a manera de extremidades que se conectaba a todas las cria-turas que se encontraban cerca… se alimentaba de ellas.

Pero algo en el aire, ese algo

que se comunicaba conmigo

y que al parecer lo hacía también

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Eran seres de otros mundos y dimensiones y a todos los había llamado para devorarlos, en cuanto acababa con unos llamaba a otros y al parecer ha sido así desde hace mucho tiempo atrás y así será por la eternidad hasta que crezca enorme como los planetas más grandes o como las estrellas más inmensas, hasta que haya devorado a todo cuanto vive en todos los mundos, dimensiones conocidas y desconocidas y si es posible tal vez devore el tiempo en su insaciable voracidad. Ahora estoy aquí atrapado, en la línea de sacrificio, tal como una vaca camina al matadero, con la diferencia de que yo sé que moriré y sé la manera exacta en que dejare de existir de este universo, pero de igual manera no puedo hacer nada pues la criatura domina y gobierna. En esta dimensión me controla. Mi mente no es más que la de un gusano comparada con la suya. Contemplaba y re-flexionaba yo todas estas cosas cuando de pronto, mientras lamentaba mi aterrador destino, percibí que ese ser poseía miles de ojos y en un instante todos y cada uno de ellos me miraban; ojos de gato y cabra, ojos de lagarto y de búho. Todos posados sobre mí… todos y cada uno de los miles de ojos. La criatura emitía sonidos guturales que arremetían contra mis tímpanos –por tratar de describirlo de alguna manera, pues ya no poseía tímpanos físicos- y como era de suponerse, no pude tapar mis oídos, esos sonidos hacían resonar mis fibras sensoriales y sacudía los niveles más recónditos de mi conciencia; me mostraba, queriendo o sin querer, mundos lejanos, mundos en decadencia y otros en

plena prosperidad, tierras rebosantes de vida y otras que eran meros páramos sin fin. Me mostraba seres y lo que podrían llamarse personas, algunos de los cuales se encon-traban en el mismo lugar del que yo provenía, me mostraba sus pensamientos y sus emociones, era como si estuviera li-cuando mi cerebro y desgarrando mis sentidos. Sentí como si las ondas sonoras emitidas por los tentáculos de la torre y el ruido gutural emitido por la inconmensurable criatura se mezclaran y me sacudieron bruscamente. La red espacial del universo se deformó estirándose y estrechándose, inclu-so se dobló y en cierto momento hasta se sobrepuso sobre sí. Todo fue oscuridad después. Si tan solo hubiera alejado la mirada en aquel momento, si mi soberbia no hubiera sido tal para cometer semejante tontería. Si no hubiera mirado aquella hipnotizante torre de tentáculos… Desperté acos-tado, por un instante creí que estaba en mi cama, hice un esfuerzo por levantarme. Alrededor de mí solo había negro, un negro sempiterno. Como lo imaginaba, no tenía cuer-po… ¿o sí? Moví lo que consideré mis brazos para verlos, frente a mis ojos se retorcían cientos de tentáculos grandes y grotescos y otros delgados como cables. La imagen de aquello me dejó atónito pero inmediatamente después una luz se reveló en un lugar apartado y de ella salió un ser que podría llamarse humano. Sabía bien lo que había ocurrido, si hubiera podido hubiese llorado, me hubiese lamentado de mi asqueroso destino, hubiese intentado descifrar por-qué había sido yo el elegido para esto… pero tenía demasia-da hambre…

con el resto de seres, me sacaba

de inmediato de mi estado de tristeza

y avivaba mi curiosidad.

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Proyecto Vetëm

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Es fundado en 2009 como un estudio de diseño multidis-ciplinar, que crea sinergia para llegar a una solución huma-namente deseable, técnicamente viable y económicamente rentable.

Se basa en la concepción humana de la pasión por mejorar cada día, imaginando soluciones creativas y sus-tentables, anhelando la síntesis, la simplicidad, la armonía y la racionalidad.

Para Spiral Studio, el ser humano es la herramienta inspiradora del diseño, tanto en sus funcionalidades como en sus formas, son el resultado del pensamiento y la expe-rimentación en pos de encontrar soluciones cada vez más adaptadas al hombre y sus necesidades.

Su metodología está basada en la filosofía del “Pensa-miento del Diseño” para resolver problemas reduciendo riesgos y aumentando las posibilidades de éxito. Ponen las necesidades humanas en el centro y a partir de ahí, obser-van, plantean prototipos y prueban.

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La exposición Vetëm. Arqueología industrial y Diseño pro-pone un ejercicio de reflexión acerca de los usos y valores aplicados a los objetos industriales olvidados. Estos consti-tuyen la materia prima para la creación de nuevos diseños funcionales con una gran carga estética. El propio lema de esta exposición nos plantea una disyuntiva que, de ante-mano, parece insuperable, la arqueología como principio conservador y el diseño como principio regenerador.

La arqueología, como disciplina que se ocupa del es-tudio de las culturas a partir de sus restos materiales, nos proporciona una directriz a seguir, la de la preservación de estos objetos. Sin embargo, Vetëm se cuestiona la mirada que imprime la sociedad sobre el objeto de uso industrial y encuentra que este es percibido como residuo, mero meca-nismo ejecutor de las funciones de la cultura, y se plantea la manera de revertir esta situación, recomponiendo sus formas para devolverlos a la cultura; eso es Diseño.

La capacidad innata del ser humano de crear nuevos objetos se suma, en este proyecto, a una rica herencia de la cultura popular, que entiende la necesidad de que no exista desecho posible, redibuja el marco del presente bajo la mi-rada analítica y crítica del artista-artesano y diseña, con la mirada reconocedora del pasado, una creación de futuro, una experiencia que concilia las herencias y los anhelos.La ejecución formal de este concepto indaga la constante de

la cultura actual, capaz de crear objetos en serie y, también, de crear desechos en serie. Es clave, en la visión de estos ar-tistas-artesanos, la valorización del «residuo» a través de su estudio y su reintroducción en la cultura, pero no como un objeto recuperado, sino como un objeto renacido a través del diseño, demostrando, que Arte y Diseño, tienen mucho que decir sobre el mundo y sus acontecimientos. Son obras con un valor estético notable, que nos ofrecen una visión esperanzada del porvenir, donde no se excluye ningún com-ponente de nuestra sociedad; Vetëm es, en definitiva, un ale-gato contra el olvido y una llamada a recordar nuestro futuro.

Contactowww.spiralstudio.com.mxfacebook.com/spiralstudiomexico

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Texto libre

Ciudades en tiempo

¡Cómo se adora a la ciudad! Su monótono y vertiginoso ritmo, certero siempre en la espontaneidad de lo desconocido. Sobre todo, se ama el hecho de ver lugares conocidos, cubiertos por las personas de todos los días. Y se ama aún más, se ama apasionadamente a la ciudad, cuando se piensa en el gigantesco mundo que lleva dentro, un mundo tan grande, que sin embargo, nos parece pequeño al vivirlo y reconocerlo frente a nuestros ojos. Éste es mi hogar, por eso amo a la ciudad, porque siempre me sorprende que sin mostrar nada nuevo me emociona, recibiéndome con la pasiva indiferencia de su calidez.

La gente se mueve como en una vieja película. Las paredes se yergue como en los viejos cuadros. Las palabras fluyen como la música de viejas canciones. Las hojas de los árboles se mecen como se pasan las de viejos libros. Y gradualmente el polvo se levanta, cubre las cabezas y después se va. ¿Alguien lo verá? No, la luz del sol, que hace visibles las maravillas arquitectónicas y las moles ruidosas, desaparece lo pequeño del respiro natural. Jóvenes entran y salen, llegan para irse, ven sin observar. ¿Miran? Tal vez. El cansancio se inyecta como la energía del sol, pero los ojos no se cierran. Los dedos se hinchan y se revientan las burbujas de piel en las manos. Luego, la oscuridad sopla su curativa frescura y los errores pasados están perdonados. Esta noche el mundo muere para nacer otra vez.

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Luz Mar Orozco Márquez@AlastorOnCrack

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Mientras el aire se mece en su hipnótico vaivén, la leve enfermedad de la calma parece no tener fin. Nuevas formas de recordar lo que nunca se olvidó. Sin lágrimas se reviven las heridas, pues se llora con la risa infantil de una alegría que se finge para no morir a causa de la asfixiante tristeza enroscada en el pecho. Resignación. El mejor consejo nacido de una concienzuda y meditabunda contemplación.

Adiós a mi reino. Adiós una vez más. Hasta otro día próximo, en el que me verás venir a sonreír de fatiga otra vez. El castigo por haber sido incapaz de esperar para irme, es no poder esperar por regresar La piel va absorbiendo la ligera llovizna que desde el cielo se despide con un fresco beso en la mejilla. Los párpados se quiebran bajo el ínfimo peso de las gotas. Sobre el rostro, la humedad se funde con la pasión… Vuelvo a ser yo.

Aquí también llueve, y el lodo se pelea a muerte con mis zapatos. Mis oídos mantienen mi equilibrio y el desgano rompe la esperanza de la recién comenzada rutina. Pero aunque este lugar me ha visto llorar por la lluvia, y me ha visto esconderme de su chispeante canción, bajo techos ajenos me he cubierto de su mojada bondad y sobre caminos casi desconocidos he agachado la cabeza para no verle. ¿Por qué? Porque este lugar no sabe que amo a la lluvia tanto como amo a la ciudad. Este lugar sólo sabe que algo añoro cuando veo a la lluvia cayendo. ¿Qué sabe de mis tardes pasadas en medio de la furia del viento? Nada conoce de mi ventana abierta ante mis ojos, ante mi escurridiza decisión de vivir. Sólo sabe que lloro y me cree como el cielo. Ni siquiera me juzga. A este lugar no le importo, pues para las piedras de este sitio no existen mis recuerdos. Y por ende, no existo yo.

El justo medio es caprichoso por no parecer perfecto, mas, al menos, es tranquilo y calmadamente se desliza entre las venas remendadas por la sal caída algún otro día. Ya no habrá más intentos testarudos por el cambio. Esto no es peor, no es mejor, es distinto por ser igual que antes… cuando no existía. ¡Ah!

Qué bueno es repasar entre las calles y las venidas el bullicio de la frescura, la prisa de la mañana, el aroma de la tarde, la fatiga de la noche y el sueño de una seca madrugada. Y es que la felicidad viene siempre en forma de sequía, porque así, se inhala una alegría silenciosa, sin la ambivalencia de los ritmos musicales que evocan viejos tiempos pasados. Duerman, ciudades, y descansen, que sin duda mañana se enfrentarán a una nueva tentación en la cual caerán sin remedio.

¿Cuál es la naturaleza de la pasión? El indomable recuerdo de los números que sin ser exactos son ciencia. Y el inefable desinterés del bolígrafo negro que se escapa diez hojas de distancia hasta llegar a una ciudad distinta, donde se es más joven, donde se está más enamorado, donde se es más imbécil, y sin esperanza se van garabateando los segundos que faltan para el alivio.¿Dónde se esconde el entusiasmo de la memoria?

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Narración

El pretextoPorÁngela Garduño@angeluxg

Es increíble lo que me estás haciendo, observo como articu-las cada palabra, esa voz penetrante y fluida como agua por mis poros me recorre, electricidad, chispas que encienden llamas desde la cabeza a los pies, me hablas de usted y seguro tienes mi edad, ¿qué hacer?

Me muestras por donde caminar, me guías con esas manos firmes, no las puedo tocar, al menos rozarlas, pero al tocarlas perdería el ensueño, no, prefiero esperar, la re-compensa será más grande y poderosa, esas manos, seguro sus caricias por mi cabello hasta llegar a la nuca y cuello de forma libre, lenta y delicada para continuar por el resto de mis ser, al pensarlo lo vivo, y tú sigues charlando de las historias del mundo.

No es que tú charla e información no sea importante pero la forma de locución, tus movimientos me llevan a otro punto, apetito de tu ser, caminas de forma cómoda, pausa-da, intento ir contigo lo más cerca, deseo ser tú sombra y vivas mi calor, energía flotando hacia ti, volteas y sólo te sonrío como niña traviesa, te como con los ojos sutilmente, cambio la mirada.

Pasamos una heladería, sin chistar compro uno y me expresas que se debe compartir, ese será nuestro gran pre-

texto, sé que me tienes en la mira, me encantaría llenarte de él esa piel canela de fuego al mismo tiempo paso mi lengua en jugueteos cremosos de vainilla, ahora ya somos dos en el juego.

Sé que debes ponerle atención al resto pero que me des palabras y esa cercanía sólo me convence de atraerte más hacia mí, sentirte en cada espacio.Siento tus labios rozando mi cuerpo, tu voz acaricia mi alma, mi sangre brota con mucha energía, el oxígeno se funde entre tus miradas; cada segundo, es toda una reac-ción en cadena, cada segundo estás en mí, me tienes a mí sin darte cuenta.

¿Cómo pasó esto? Es el calor, ¡seguro!, y el hecho de estar en un tour, tú el guía, han pasado dos días y me es-cribes que sigue pendiente el helado, hoy sólo seremos dos y nada de grupos, la conversación nos lleva a seguir en la gran fiesta de la ciudad, tenemos más en común de lo que se podría visualizar.

No deseamos parar, la noche nos va a cobijar, somos cómplices y todos mis pensamientos se van a hacer reali-dad…tu voz me lleva como esas manos en silencio pleno y vociferante que no deja que el tiempo sea constante.

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Poesía

En el póster de la psicosis

Por Ingrid Bringas@ibbergman

Tenías al sagrado corazón de Jesús a la entrada de tu casaun póster de la psicosis actual que miras de reojo cuando te levantasdespués te quedas escuchando la fuga del grifo en la cocina el goteosudasdispones un cuchillo en la mesapartes el pan en dos como a una mujerno es difícil perder la memoria, lugares, nombresestás perdidaestar perdida no es un desastrela memoria no te ayudará con nadala memoria te devorará los ojosla memoria te acariciará la espaldaninguna de estas pérdidas será devastadora si es extraño el olvidola psicosis en un póster , los santos en una canción extranjera.

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Poesía

Hombre a idea,i d e a a h o m b r e la sombra aterriza y camina, respira los nervios de la soledad.

Por Aldo Vicencio@WalrusRevolver

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Letra a soga,s o g a a l e t r a , las manos estrujan la posibilidad, y la posibilidad abraza el pescuezo.

L a b i o s a z u l e s s e d e s p i d e n ,sulfuran miedo,se quiebran en promesas, y la sombra baila en el aire al son de la soga.

Determinaciones a cabezas,c a b e z a s a d e t e r m i n a c i o n e s , como caídas que se disparan a los ojos y enseñan el cráneo.

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La sección

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Patrones de repetición

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Kimbal

Christian Pacheco es un diseñador especializado en el dise-ño de patrones de repetición. La temática y estética de sus piezas son el resultado de una mezcla de la cultura popular mexicana con una profusión de texturas y colores, consi-guiendo su sello personal. Ha sido publicado en diferentes ediciones de diseño en Francia y Estados Unidos y expuesto en galerías de Estados Unidos, España, Italia y Argentina, así como en el Museo de la ciudad de México, el centro cultural Franz Mayer y el Museo Mexicano del diseño. Ha incursionado en áreas tan diversas como el diseño indus-trial, diseño textil y proyectos de decoración de interiores y arquitectura para empresas como Daewoo, Warner, Xel-Ha y ROW Arquitectos. Kimbal, como también se hace llamar, nos comparte un poco más acerca de su trabajo a través de la siguiente entrevista.

Patrones de repetición

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Kimbal

Diseño de patrones de repetición influenciados en la gráfi-ca de la cultura popular, prehispánica e indígena de nuestro país, la característica que los distingue es que se desarrollan a partir de una estructura reticular contemporánea. Erróneamente se piensa que el diseño tradicional se en-

cuentra ausente de orden y estructura, cuando es todo lo contrario, la gráfica prehispánica e indígena cuenta con un alto nivel de abstracción, desconocer el contexto nos hace interpretarlos como simples grecas decorativas, lo que puede aparentar ser un rombo escalonado en realidad encarna una visión sintetizada de la cosmogonía en muchas culturas, este tipo de símbolos están presentes en diversas civilizaciones representando ideas universales cargadas de fuertes trasfondos conceptuales y espirituales, el reto es estilizar las imágenes y reproducirlas con una estética que comparta una coherencia gráfica por medio de una retícula o cuadrícula.

Siempre me sentí obsesionado por el lenguaje geométrico de los patrones, las casonas coloniales de la ciudad de Mé-rida se encuentran tapizadas con pisos de pasta de estilo francés y recuerdo como me sentía impresionado por los grabados de M.C. Escher,impresos en los libros de mate-máticas de la SEP de los años 80s, (aunque nunca fue mi materia favorita).

Dos proyectos marcaron el inicio de mi afición por los patrones: un grafiti para el Museo de la ciudad de México realizado en el año 2008 y un proyecto textil con el tema de la lucha libre; ambos me sirvieron como plataforma para dar a conocer mi trabajo en las redes sociales y el resultado fue tan satisfactorio que usé recurrentemente esta técnica, tratando de añadir una mezcla de elementos tradicionales.

La primera fase del proceso es la definición del problema delimitando los objetivos del proyecto, la segunda es una exahustiva recopilación de referencias gráficas, la tercera un análisis de la forma seguido de mucho bocetaje y final-mente estructura; la clave es geometría y retícula, mi pro-ceso se nutre de la investigación de dichos elementos, creo en la inspiración pero como parte de una metodología y no como el medio en sí para producir un resultado efectivo.

El diseño de interiores, realizando celosías y pisos de pasta, así como el grabado láser y corte CNC sobre muebles se han convertido en los proyectos han generado interés en mi trabajo, estos fueron determinantes para dar el siguiente paso en mi carrera; reproducir los patrones en formato tridimensional,involucrando cuestiones técnicas de las que antes no me preocupaba, sin embargo permitió adentrarme en procesos de producción y retroalimentarme con exper-tos de otras áreas de diseño.

¿Cómo defines tu trabajo? Mencionas que tu trabajo se caracteriza por una profunda investigación del contexto histórico y etnográfico ¿Cómo es que sintetizas toda esa información en un patrón geométrico?

¿Cómo fue que llegaste a hacer lo que haces?

¿Cómo tu proceso de trabajo?

¿Cuáles son las áreas de la industria que solicitan con mayor frecuencia tu trabajo y por qué?

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Entrevista

Es parte natural de todo lenguaje evolucionar, la identidad del diseño mexicano contemporáneo se nutre de las ten-dencias globales en cuanto a nuevos materiales, métodos de producción y una nueva generación de diseñadores mexica-nos ha retomado los simbolismos de los pueblos de nuestro país reinterpretándolos; el poder visual de sus formas y su capacidad contenedora de complejos significados se pue-den encontrar en expresiones como la artesanía popular y el bordado tradicional; sin embargo la función del símbolo va más allá de lo meramente ornamental, el reto está en conocer a fondo sus significados para usarlo con una inten-ción y de esta manera redefinir su uso, dotando al diseño nacional de una personalidad única.

En México existen polos opuestos en cuanto al tema del diseño, uno que desdeña el tradicionalismo tachándolo de repetitivo sin propuesta, este pretende imitar otros estilos de escuelas internacionales, realizado con pirotecnia visual pero sin contenido ni identidad.

El otro extremo es nacionalista pero se limita a la re-producción fiel de fórmulas establecidas sin innovación en los procesos, su propuesta es complaciente, superficial y anodina, sin aportación por parte del diseñador,resultado de una deficiente o nula labor de investigación acerca del significado de las formas.

Afortunadamente en las últimas décadas ha surgido una oleada emergente de diseño que ha puesto a nuestro país y a las propuestas de sus diseñadores en el centro de atención, la clave de esto ha sido la experimentación con mano de obra y materiales artesanales aplicando formatos y procesos industriales además de soluciones alternas de diseño.

El proyecto que realicé para la empresa ROCOCO ocupa un lugar importante pues confiaron en mi trabajo sin tener un portafolio consolidado, sin embargo el proyecto que me permitió darme a conocer de manera internacional es la mesa “Agave” para la empresa MOMÉ pues formó parte de una exposición internacional llamada MIDIM que tuvo como una de sus sedes el salón internacional del mueble en Milán.

Creo que se puede resumir en una frase de Milton Glaser: «Existen tres posibles respuestas ante un diseño: "si", "no" y "WOW!" …hay que aspirar a WOW!»

Definitivamente un hexágono.

A pesar de ser de formación gráfica, involucrarme en técni-cas como el torneado de madera me ha permitido descubrir la versatilidad del material. Yucatán cuenta con una extensa variedad de maderas tropicales de texturas, colores y vetas que permiten experimentar consiguiendo resultados inte-resantes.

¿Qué nuevos significados crees que genere la mezcla de los códigos visuales indígenas y prehispánicos ejecutados por medio de nuevas tecnologías?

Desde tu área ¿Cuál es tu percepción del panorama del diseño en general en México hoy en día?

¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción a nivel profesional?

¿Qué esperas de la gente al momento de entrar en contacto con tu obra?

Si fueras una forma geométrica ¿Cuál serías?

¿Cuáles son los materiales y tecnologías con los que más te gusta trabajar?

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La sección

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facebook.com/cristian.conh

Poesía

Tienes un poco de prisaintentas siempre estar a tiempoprocuras que la cantidad siempre sea la adecuada Kcal. Km. besos pesosTe embriagas un par de noches por semanacon cualquier cosa.Ves la pantalla de tu celular finges sólo prestarle atención a la hora.Transpiras en escala de grises escupes rosa.Culpas a la culpa. Consigues un amigo de género animalpretendes ser amigo humano

Por El Hombre Casa

Monótono monoanimal anónimovía rutinaria

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Poesía

donde todose vuelve familiar

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ia Alguien quiere cruzar por completo la calle más solitariae s t r e c h a Alguien espera quieto a contar los milanos que a medio día se revelan Alguien se esconde de los espejos e incomoda a sus reflejos Alguien deja la huella de sus manos en la pared más vieja Alguien dice algo en voz altA l g u i e n p r o n u n c i a t u n o m b r e

Mono monótonoAnónimo animalRutinaria vía

Aun puedes dejarte caeral espacio irreconocible

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Texto Libre

Vieja ciudad de hierro: Imaginario urbano de la

Ciudad de México. Por Luis Manuel Guerrero

@Luis_Goethe_Tzu

Vivo en la Ciudad de México desde hace veintiún años, concretamente al sur, en los límites de la capital y otros de los estados que conforman la división territorial de México ¿Por qué esbozar mi situación geográfica primero que nada? Por una razón que ha sido fundamental para mi experiencia de la ciudad: la movilidad.

Este distrito en una acelerada expansión año tras año, desde su reconocimiento como capital hace ya más de cien-to noventa años, en parte por un crecimiento demográfico considerablemente alto, y en parte por una política centra-lista, ha devenido en una necesidad por establecer alternati-vas para transitar por la ciudad. Desde el aspecto peatonal, hasta el gran Sistema de Transporte Colectivo que excede su capacidad al trasladar a millones de ciudadanos día con día desde un extremo a otro, andar por la ciudad resulta una aventura de la cual se podrían extraer cientos de argu-mentos para historias.

Estudio a una hora y media de mi hogar a la escuela, eso quiere decir que paso tres horas en transporte. Suficien-te tiempo muerto, se podría pensar.

No quisiera eufemizar con el lector en mis palabras y persuadirlo de tal modo que imagine una ciudad de México infernal. No retiro mi postura sobre lo complicado que resulta en ocasiones ir a un destino, que en ocasiones, el tiempo de viaje aumenta si existe un contratiempo vial o en el servicio, sin embargo, dentro del tiempo que paso afuera, en el limbo entre la calma del hogar y el destino, durante

esas tres horas en el transporte, he sido más consciente de mi estar-en la ciudad.

Quizás en los albores de la modernidad, y con un pensamiento romántico que me siento seducido a utilizar, la ciudad representaba un estrato más reducido y con una notoria vacuidad sobre la gente que la habitaba; existían más espacios libres en el cine, en el transporte, en las aceras mismas por las que se caminaba.

Existía una actitud de asombro ante las imponentes y contadas edificaciones que se alzaban. El paisaje se mos-traba entonces como un lienzo de grandes posibilidades y aspiraciones en las condiciones de vida.

Hoy en día, al menos en la manera en cómo lo vivo y advierto, son pocas las pocas que se escapan de nuestra mirada: en un frenesí neobarroco, el imaginario urbano , y desde luego la imagen, es un pastiche cuya composición desafía las convenciones del entendimiento. Es común ver por la ciudad como la configuración de una zona residen-cial llega a ser de un solo piso y enseguida advertimos un edificio de más de ocho. Frente a un terreno baldío sin señales de propiedad, encontramos una franquicia, de cual-quier tipo de servicio, y doblando la esquina, el comercio informal endulza el ojo con una miscelánea de productos. A cinco minutos de una unidad habitacional consumada, una nueva oleada de personas se abren paso para habitar un lugar, comenzando desde la obra negra. Un pastiche dentro del pastiche. Irónicamente, lo común, lo frecuente es que

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Texto Libre

cada rincón del entorno urbano sea diferente. Todo y, por la saturación misma, nada nos resulta interesante. De ser afín la metáfora del lienzo de infinitas posibilidades, en cierta medida, alrededor del mundo, tenemos muchos ejemplos, cientos, miles de ejemplos de cómo se puede configurar una ciudad, incluso si la planeación urbana no figura dentro de un proyecto de gobierno.

La ciudad, al ser construida en base a las necesidades de una sociedad, cambia a la par que estos requerimientos lo hacen: se demuele un edificio, se expanden ciertos terrenos, se cambian los usos del suelo. La ciudad no se mantiene quieta pues el mismo ciudadano solicita un espacio habi-table. Esta dispuesto a cambiar toda una imagen de verlo necesario, a veces sin la opción de elegir, como ocurrió en el terremoto que asoló a la capital en 1985.

En cuanto al imaginario urbano en la ciudad de Méxi-co, resumo lo dicho anteriormente en su calidad amorfa e incomprensible en una totalidad ontológica. Su carácter di-námico, mercurial, en el cual convergen cientos de épocas: edificios coloniales, ballenas sosteniendo líneas del metro de acabado non finito ,arquitectura brutalista.

¿Acaso enuncio todo esto con cierto pesimismo? Si bien se yergue una duda enorme por el espacio circundante al ciudadano, pienso en las posibilidades estéticas de esta experiencia urbana. Un gran banco imaginal pasa desaper-cibido de algo tan sencillo como caminar por un mercado ambulante.

Este pensamiento no es algo nuevo. Dentro de Méxi-co,en la década de los 90 la ciudad de México fue un gran laboratorio de experimentación dentro del arte contempo-ráneo. Artistas como el belga Francis Alys , que trabajando en esta década, significa el acto mismo de trasladarse, andar por la ciudad como una práctica artística sobre la cual pro-blematizar ( Véase The collector )desde ese sencillo acto, incursionando en la toma del espacio público con acciones muy sutiles como alzar la mirada, provocando una ruptura con la cotidiana manera de vivir el tránsito por un lugar,

como se puede ver en su pieza Cuentos patrióticos , inter-vención realizada en el zócalo de la ciudad.

En otro enfoque, piezas como El Obelisco roto portátil para mercados ambulantes del artista mexicano Eduardo Abaroa retoma algunos aspectos del entorno de la ciudad habituales, como es el caso del plástico y las estructuras metálicas para erguir puestos ambulantes de mercado, lo-grando una especie de camuflaje.

El Obelisco roto portátil para mercados ambulantes de Abaroa resulta, según Gabriela Cepeda, en: “Un remake pirata para tianguis de la pesada escultura de hierro de Barnett Newman, que se relaciona inmediatamente con su Stonehenge Sanitario de 2006 [una imitación de Sto-nehenge hecha con baños químicos apilados] para hablar de su inquietud por el arte en el espacio público: ¿Para qué sirve?, ¿cómo se instrumentaliza?, el espacio público como disfunción pública”.

A pesar de este redescubrimiento de la experiencia ur-bana ejemplificada a grosso modo con estos dos artistas, el advertimiento de esta compleja estructura cultural y social fue tratada alrededor de veinte años antes por el arte, pero no desde una perspectiva visual, sino musical, el integrante del colectivo rupestre mexicano Rodrigo ‘’Rockdrigo’’ González.

En su único cassette grabado formalmente, Hurbanis-torias es un conglomerado de las impresiones vertidas en música de un habitante de la ciudad para el cual, en un ejer-cicio poético marcado por una serie de detalles sarcásticos sobre la vida diaria, compone una narrativa subalterna a los discursos modernistas que para la década de los setenta per-manecían como el pilar de los proyectos del Estado-Nación.

Armado por sólo una guitarra, una armónica y una peculiar voz, este músico nacido en Tamaulipas marcó pro-fundamente el imaginario que se construyó sobre la ciudad. En una de sus canciones titulada Vieja ciudad de hierro, Rockdrigo canta:

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Vieja ciudad de hierro / de cemento y de gente sin descanzo/si algún día tu historia tiene algún remanso / dejaría de ser ciudad. / Con tu cuerpo maltrecho / por los años y culturas que han pasado / por la gente que sin ver has albergado / el otoño para ti llegó forzado.Ya que te han parado el tiempo, / te han quitado la promesa de ser viento / te han quebrado las entrañas y el silencio / ha volado como un ave sin aliento / de ha marchado lejos / tu sonrisa clara y en tus azulejos / han morado colores que son añejos / y ahora ya no brillan más.Capital de mil formas / de recuerdos que se mueren entre el polvode tus carros / de tus fábricas y gentes / que se hacinan y tu muerte no la sienten /

¿Qué harás con la violencia de tus tardes y tus noches en tus calles? / y tus parques y edificios coloniales / convertidos en veloces ejes viales...

Es de gran importancia la obra de Rockdrigo en, reitero, la conformación de una volátil y fugaz concepción de la ciudad, pues, si se considera que esta canción fue escrita aproximadamente en 1982, para hoy, más de treinta años después de esta valoración del entorno urbano,se ha conso-lidado la imagen de una capital de mil formas.

Hoy en día, después de hacer una breve semblanza del problema del complejo imaginario que prevalece en el inconsciente colectivo, y la manera en que se abordó por parte de tres artistas, quisiera resaltar una cosa muy impor-tante, y es ese carácter dinámico de la imagen urbana. Hoy mismo, en la Ciudad de México, o en la capital de cualquier otro país en el que se lea esto, algo se esta construyendo o destruyendo. La imagen monumental se derrumba y se re-configura a una velocidad abrumadora. Nos enfrentamos a una incertidumbre imaginal que sobrepasa la razón. Detrás de ella, se prepara una nueva presentación ahora descono-cida. Sea desagradable o una representación fidedigna y perfecta de lo que previmos, todo ello cambia en razón de la sociedad. Andar por la ciudad, observarla, vivirla, resulta en una suerte de introspección.

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La sección

ViviendasAsí me reciben cuando llego a visitarlos: Por favor pase usted, esta es su casa. Mire, aquí vivimos y de noche nos acurrucamos para compartir el sueño, jun-tos con pegados.

Mas de tres millones de habitantes de la Ciudad de México viven en vecinda-des establecidas hace más de cien años en el corazón de la ciudad. Estas están en colonias como la Cinco de Mayo, Guerrero, Tepito, etc. Sus habitantes se dedican al comercio informal, puestos de comida y oficios temporales. Con frecuencia los habitantes comparten el espacio de una habitación con sus fa-miliares, a veces otros trabajadores, niños y abuelos, dos o tres perros y gatos. Todo cerquita, todo cercano. Cuatro paredes dentro de las que transcurren las vidas de seres humanos.

Por Jacky Muniello@jacky_muniello

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www.nombrenecesario.com

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La sección

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Serie

Jacky Muniello

Fotógrafa

Viviendas

_Autor

_Actividad

_Contacto www.jackymuniello.com@Jacky_muniellofacebook: Jacky Muniello

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www.nombrenecesario.com

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Viviendas

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Viviendas

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psmoguel.wordpress.com

Texto libre

Almas

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Diario escucho tus maullidos tristes, desgarrados, pidiendo auxilio,quizás llorando.A veces, cuando me asomo al balcóny estás ahí, como un viejo calcetín sin partumbado en la basura,lloro contigo,pues yo también soy un viejo calcetín sin par.

Nos hemos vistodirecto a los ojos

y hemos permanecido quietos, en silencio,

sin acercarnos muchopara no transgredir nuestras soledades,

diferentes pero iguales.Y aun así,

cada que escucho tu voz de madrugada

corro a asomarmepara decirte

que no estás solo,pero para entonces ya te has ido.

Por Pedro Sánchez@psmoguel_photo

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Texto libre

Por Tlanezi Escamilla

Evelyn, volaba...Entre la masa absurda, ridícula, de cuerpos saltando y contorsionándose al ritmo de electrónica en un antrillo del centro de la ciudad, se encontraba ella; rodeada de ebrios, terriblemente sola... Conocía a la mitad de gente en el lugar, pero estaba tan indispuesta que ignora-ba los «hola» mal pronunciados a esas horas de la madrugada.

Ese día en la mañana lo había visto de lejos, con su habitual prisa y el nerviosis-mo propio de un adicto al encender su cigarrillo, tan predecible como decir que va a llover mirando el cielo tornarse de color violeta, lo acompañó de incognito hacia la máquina de café, lo vio recibir un mensaje y dirigirse al subterráneo.

Evelyn pensó que sería una tierna travesura atravesársele en el camino, quería ver su rostro de sorpresa al verla, imaginaba ser recibida con un beso, un te amo y entró detrás de él.

La multitud la distrajo un poco y le per-dió el rastro por unos segundos; su cora-zón ya agitado y sus ojos buscaban entre la masa humana, detrás de ella, escuchó a unas ancianas comentar: —¡Pecado-res!... ¡tápenle los ojos a los niños! Giró la cabeza en la dirección que señalaban las viejas y ahí lo encontró; entregado en un beso con alguien igual que él...

Evelyn creyó perder las piernas y se sostuvo en una columna del lugar. Des-pués de un rato, tomó fuerza y salió del lugar, blanca, ceniza, sin alma. Por eso, esa noche estaba en ese antro, porque era la salida conocida para su pena, atascarse en alcohol y compartirse con otras manos, pero no fue suficiente; aún lo recordaba, así que tomó el trago más largo que pudo con variedad de pasti-llas, se dirigió a las escaleras, subió hasta el último piso, lloró, gritó, se arrancó unos cabellos, se enterró las uñas en los labios, y desde mi lugar, pude ver como Evelyn, volaba.

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Texto libre

Emmanuel Guardián@famas_cronopios

José era un hombre muy ocupado, se la pasaba en la oficina, todos los días, con jornadas de trabajo exte-nuantes; de lunes a viernes de 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde, era un fantasma vestido con un fino traje de lana, de corte Slim y zapatos bien lustrados, en su portafolio no cargaba más que facturas, reportes de ventas y números de clientes, varios que ni siquiera conocía en persona.

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Texto libre

Trabajaba como gerente regional de ventas en una com-pañía transnacional; realmente no era lo que el hubiera querido para su joven vida, con apenas 25 años, tenía todo lo que un hombre de su edad pudiese desear: un carro de lujo, un apartamento en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, un buen salario y un armario ciertamente respetable, que podría ser, si la ropa habla-ra, adecuado para la actitud tan apática que por dentro llevaba pero que jamás reflejaba.

El no quería eso para su vida, anhelaba algo más, siempre soñó con ser escritor, con viajar alrededor del mundo y con captar imágenes de lugares y personas con la vieja cámara fotográfica que su padre, muerto ya hace más de una década, le había regalado con el fin de que buscara su propio camino e hiciera lo que más le gustaba en esta vida.

Por un giro inesperado de la vida, su padre partió en medio de un violento accidente automotriz, del cual no se hubiera salvado aunque hubiese habido un ángel para salvarlo; chocó contra un muro de contención en su auto, iba a más de 150 km/h, cuando el límite de velocidad era de 120 km/h. Esa partida inesperada, volvió a José en un ser gris, el no haberle dicho adiós

al único ser que en su vida se había preocupado por él, dejó un vacío casi tan grande como el mismo universo; una parte de el se fue con su padre y jamás regresaría; su madre, a pesar de que continuaba viva, nunca mostró tanto interés como lo hizo su contraparte masculina; ella, una señora elegante, con mucho porte y estilo, siempre estuvo más ocupada en compromisos sociales que en darle cariño y comprensión a José, que de niño, siempre se refugió en libros y enciclopedias, para com-batir ese vacío con mundos imaginarios, era la manera más agradable de escapar de esa realidad, una realidad que sólo le importaba a ese hombre, alto, delgado y siempre tan comprensivo, que se fue sin siquiera decir adiós.

José, sin guía alguna y con su madre tan ausente como siempre, no supo que camino seguir; todos esos sueños que estaban tan fuertemente sostenidos por su padre, se desmoronaron como si se tratara de un edificio viejo; era tiempo de elegir una carrera universitaria y sin ánimos de continuar con aquel anhelo de convertirse en un redactor de su propia vida, decidió inclinarse por algo que no era ni remotamente afín a él, se decidió por estudiar administración, un triste recordatorio de que su existencia poco a poco iba perdiendo esa esencia que su ahora difunto padre tanto admiraba.

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—La nada eterna está muy bien si vas vestido para la ocasión.

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—La nada eterna está muy bien si vas vestido para la ocasión.

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Los espacios públicos, por definición han sido creados para albergar gente de forma masiva, sin embargo, en algún punto del tiempo se encuentran en total soledad y a su vez hablan de la soledad que a veces como fotógrafo se tiene en la interacción con este espacio, espacio que cuenta con mobiliario, y en muchas ocasiones está destinado a un uso muy privado, que implica desnudez y pudor. Donde las personas se apropian de dichos espacios y los hacen suyos, aunque sea por un instante, compartiendo momentos que pueden ser definitivos en sus vidas. ¿Cuántas personas no se han hecho novios en una banca del parque, y cuantas rela-ciones han acabado en el mismo lugar? ¿Cuántos humanos comparten mas que un tiempo y un lugar si no su espacio vital esperando la atroz e inhumana lucha por un lugar en el vagón del metro?

En esta serie se aborda el reconocimiento del espacio pu-blico, cuando no alberga nada ni nadie, solo es lo que en la mas abstracta de sus definiciones esta destinado a ser: un espacio, pero al mismo tiempo alberga todo, ¿Por qué? Por que en el imaginario de la ciudad todo es una posibilidad y cada espacio puede ser íntimamente o no, un espacio propio

Todo este trabajo se ha desarrollado en fotografía análoga en variedades de película, tanto fresca como caducada, no tiene mayor postproducción que ajustes básicos de niveles, y eliminación de partículas de polvo.

Algunas de las imágenes presentadas se han recabado desde hace poco mas de 8 años.

Por VMFB_ vm35mm

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«En el imaginariode la ciudad todo es una posibilidad y cada espacio puede ser íntimamente o no, un espacio propio»

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76_Una breve historia

Texto Libre

¿Qué cuál historia? ¡muy fácil! cada vez que caminé por ahí, algo pasaba. Tal vez un error, no contemplado por mí, fue el pensar que todo lo que recordaría, sin problemas. ¡Pero que tonto fui! ¡sí a mí, se me olvidaba hasta el cambio de las tortillas en la «maquinita» de la papelería!Momento; ¿de verdad se me olvidaba? Las tortillas sí, el cambio, no lo recuerdo muy bien.Camino por la calle, y mientras trato de evitar uno esos artilugios llamados «bici-taxis» (bueno, creo que yo debería ir por la banqueta, pero…), llega a mi otro pedazo de historia, como retazo de tela que se usa para parchar.

Me gusta andar por caminos que yo imagino no pisados ni recordados. Es entonces que puedo andar por la misma calle gris y sofocante (como lo es en estos días de julio), o la misma que también puede ser apagada, sólo perturbada con el murmullo de los puestos de antojitos que surgen, como hongos, por las noches (algo muy común desde hace tiempo), ape-sadumbrando el aire nocturno, con un humo mezcla de aceite requemado y quien sabe que más.La calle que camino tiene historia. No sé si esté registrada en algún libro, pero yo le adjudico esa característica.

Y ese recuerdo es el del amor. ¡Ah!, porque toda historia debe de tener ese toque de romanticismo, si no, no es historia. Pero bueno, hay que tener cuidado; no hay que hacer historia de la historia. Y es que la historia es rígida, algo tersa y concreta; ¿Cómo registro el cuándo le tomé la mano a esa niña de ojos cafés, casi negros? No tengo ni fecha exacta, ni mucho menos la hora; lo único que recuerdo es que ella me gustaba. Eso, también es historia. Dejemos el amor, como siempre, tan hermoso como complicado; tan ladrón de atenciones. Inevitable de repetir.

Hoy caminé por esa calle, pero avancé más. Me aventuré hasta llegar a la calzada y mientras fumaba un cigarro de esos de «capsula», me senté en una poco, casi nada, ergonómica banca de aluminio. Sí, efectivamente, esas bancas de las paradas del transporte público son tan o igual de incómodas, que los asientos de los micros a los que esperan. Aun así, son la gloria, después de un buen rato caminado. Cielo e inferno en una sola figura. ¡Qué contradicción!

Una (breve) historia de la calle

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Una breve historia_77

Texto Libre

Por Eric Luna—Elfwine

Era de noche, ya. El cielo despejado con un calor de verano, como cualquier otro verano, hacía que el respirar (¡y yo fumando!) fuese algo pesado. Y ahí entre cables del tendido eléctrico, salidos de quién sabe dónde, con los postes, como alfileres esperando que las nubes se enredasen en ellos, miré al cielo. Y ahí esta-ba, impávida, luminiscente; tan serene, tan mía: la luna. Y es que ella y yo, como muchos, tenemos nuestra historia; llena de amor, de risa, de melancolía. Hemos discutido, y le he llorado. ¡Pero esa es otra historia, y la cantaré después!Y entonces ahí, pensando en que se terminaba mi cigarro, escuche una voz,

maléfica, oscura: «¡Préstame un varito carnal! Hoy por mí, mañana por ti». En mi absorto por mirar la Luna, cometí el error más fatal que todo caminante nocturno (o diurno) en la calles, puede cometer: apendejarse (o en buenas palabras, descuidarse del rededor). Yo que, comparándome con el gran Aní-bal en sus viajes legendarios, no pude más que terminar vilmente ultrajado en mi de por sí, economía en desarrollo. No sé por qué, pero recordé que el dólar se vende en estos momentos a casi diecisiete pesos. ¡Da igual!, está nefasta creatura de la noche, me despojó de cinco pesos.Es entonces que después del sobresalto, decido moverme de aquel sitio;

espacio, sin llamar mucho la atención, no vaya a ser que…Sí tú has caminado por las calles de la ciudad, encontrarás muchas historias

y, en cada una, la historia de la ciudad. No hay que temer; inevitablemente la historia sigue su curso y no queda más que vivirla.Un amor, una muerte; un ligue, una bronca. La ciudad es brava, pero en parte, ese es su encanto.Y si la calle que caminas es nueva cada que la andas, t

en por seguro que la historia también lo es.

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twitter.com/rzbh_architects

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Una ciudad dentro de otra ciudad que contiene otra ciudad.José Emilio Pacheco

David Rodríguez López@RZBH_architects

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Toda mi vida he tenido contacto con la ciudad, incontables veces la he recorrido en su más extenso abanico de lugares que nos ofrece. Contemplar el espacio urbano, ha sido grato y crítico a la vez. Todos sus espacios en cierto momento adquieren unidad, al compartir una experiencia significativa y colectiva. Al mismo tiempo, muestran la crudeza de la coyuntura nacional. Es por eso, que la ciudad es más que un espacio físico y geográfico, me atrevo a decir que es un espacio simbólico, contestatario y cultural. Es el espacio del encuentro y el desencuentro.Con solo caminar en ella, te das cuenta que la ciudad se construye y reconstruye incesantemente. Se puede observar congelada su con-versión desde la arquitectura prehispánica, pasando por las grandes edificaciones del siglo XVI al XIX y llegar hasta los enormes corporati-vos verticales; característicos de la actualidad.

Desde el piso 52 de la Torre Latinoamericana, mi iris muestra su capa-cidad de dilatarse y contraerse, para regular la cantidad de luz natural que ilumina y colorea la ciudad. Es una vista generosa, sintiendo como el aire circunda tu rostro. Un lugar donde eres capaz de percibir el contraste de las edificaciones, los diminutos trayectos que dibujan los peatones, los flujos medianamente veloces de los automóviles; desde ahí, puedes descifrar un interminable universo citadino.

Una vez abajo, al interior de un espacio abierto, se muestra su contexto histórico combinado con el lúdico, generando un uso específico sobre el sitio. Lugares radicalmente transformados con fuentes de agua danzante y luces de todos colores por la noche. Jóvenes e infantes exhiben su disfrute, conjuntamente los adultos lo hacen desde su paseo y contemplación.

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Foto-narrativa

Distintos usos y apropiaciones hacen presencia, mientras observas interactuar a un niño con el agua, puedes apreciar el baile peculiar de un adolescente y, al mismo tiempo, avistar un contingente estudiantil so-bre la avenida más próxima; haciendo uso del espacio urbano de manera distinta, convirtiendo las calles en altavoces para exigir lo que necesitan. En esta ocasión, ¡Justicia! Un artista se suma al movimiento expresando su clamor en el asfalto. Al llegar la noche, otros más iluminan con antorchas sus protestas, generando un espacio público alternativo.

Hoy en día, la ciudad nos expresa que resguarda un collage de escenarios simultáneos. Nos muestra que

«Es el espacio del encuentro y el desencuentro»

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Foto-narrativa

su interior también es refugio de la pobreza, centro de movimientos sociales y conflictos reprimidos; un lugar donde se expresan las políticas sociales fallidas de la nación. Una ciudad que muestra cada vez más su descontento y conflicto político–social.

Sin embargo, también se observa que la ciudad es un lugar enigmático de todos y para todos; es decir, le da la bienvenida a los de arriba y a los de abajo. La ciudad se conforma de una estructura social y física, muy volátil y poco predecible; pero sobre todo muy asombrosa y diversa. Es por eso, que debemos salir y hacer uso de lo que nos pertenece, ser inclusivos y generar esa fiesta de lo colectivo y lo social; siendo lo esencial para la ciudad.

«Es el espacio del encuentro y el desencuentro»

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Proyecto

NaufragioSobre la poesía y Colectivo Naufragio

Por Aldo Vicencio

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Naufragio Colectivo_85

La poesía no es otra cosa más que la llama de caverna que alumbra al mundo en medio del vacío. Con su lumbre no solo forma a partir de carne y hueso sombras de criaturas primigenias y dioses, sino también, quema la piel de quién se sabe perteneciente a la oscuridad. Quién mira la noche con la piel encrespada, mira la nada despellejado, entre sombras que le susurran: el mundo es eterno en medida de que tu vida sea frágil. El hombre tenderá, entonces, a la vulnerabilidad más infinita de todas.

Hombre, llama y vacío; poeta, poesía y mundo. Parecie-ra que en los momentos donde es riesgoso, para la mayoría, asumir el compromiso de entregarse a la poesía, habla –en realidad– la malsanidad de pensar al quehacer poético como la reverberación de un lenguaje delirante y jocoso,

o la recta memoria revestida de racionalidad y orden. Se teme decir: «Soy la indefección en el vacío. Me alumbra el deseo de arder en la noche». La oscuridad alimenta la llama de la metáfora, que alumbra y aviva la experiencia de lo sensible, es decir, se crea el mundo a partir de la sinestesia de los sentidos, y se reconoce el hecho de siempre fragmen-tar lo real en un sinfín de posibilidades.

Esta situación ahuyenta a quienes ven en escribir poe-sía un acto de franca arrogancia y megalomanía. Nada más diferente de ese panorama. En realidad, invita a dejar de depender solo de un plano donde se está solo en la vir-tualidad o en la materialidad. Se invita a sentir el mun-do a través de nuestra perenne condición, a recrearlo mil y un veces.

Los místicos y poetas han descubierto que Dios ha muerto, pero tam-bién, que Dios es la vivencia de lo no sentido, de lo ausente, es decir, de la nada. Dios es la experiencia del vacío. En la poesía encontramos pues, la máxima experiencia de todas: la de la vulnerabilidad.

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Proyecto

Colectivo Naufragio es un conjunto de jóvenes poetas mexicanos que ha surgido como una respuesta a los hori-zontes de la poesía mexicana contemporánea. Su trabajo, es en primer lugar, la búsqueda individual de cada uno de sus miembros por conformar una propuesta poética atractiva, y sobre todo, profunda y capaz de multiplicar las posibi-lidades de superar, revolucionar lo que es la realidad en la contemporaneidad.

En segundo lugar, Naufragio es la reunión de esfuerzos por promover a la poesía como medio de ruptura con lo que se concibe como normal y cotidiano. La pluralidad y contraste de las perspectivas poéticas de cada uno de sus integrantes, reunidas en los eventos que realiza el colectivo, dan a conocer al público una alternativa más dentro de los muchos movimientos poéticos de la Ciudad de México y todo el país.

Y es que, finalmente, el gran deseo de Colectivo Nau-fragio, es la búsqueda por conformar una corriente artística capaz de convocar y divulgar lo que la poesía puede hacer: evidenciar y alimentar la transitoriedad del mundo.

Actualmente, Colectivo Naufragio esta conformado por los poetas Alejandro Massa Varela, Aldo Vicencio, José Luis Álvarez, Abraham Pérez-Aragón, Adrián Mendieta Moctezuma, Bruno Bellmer y Cristopher Yescas .

Facebook: Colectivo Naufragio Twitter: @ NaufragioColec

«El gran deseo de Colectivo Naufragio, es la búsqueda por conformar una corriente ar-tística capaz de convocar y divulgar lo que la poesía puede hacer: evidenciar y alimentar la transitoriedad del mundo.»

Síguelos

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Poesía

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Hace tres días que el alma tiene sed, está cansada de caminar por el desierto del Sáhara.

Pide a gritos un poco de lluvia, para zacear la sed de sus labios secos. Que se desmoronan poco a poco cada vez que los toca el viento.

Y tiene miedo de morir tan sola en un lugar tan lejos. Cierra los ojos y en sus oraciones pronuncia tu nombre.

Por Hilda Montserrat López@Hylda64

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La obscuridad se acerca y ellacorre dejando pétalos de flores.Después desaparece entre unatormenta de arena, que le penetra en el corazón.

A lo lejos se escuchan,hermosas melodías provenientes del Japón.

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Sergio Camus—Mi principal inspiración para hacer fotografía es la vida misma. Me gusta registrar en imágenes los hechos, lugares, personas y toda esa cotidianidad que cada día me forma como ser humano; intento hacerlo de una manera natural, es decir, sin alterar la escena; intento formar un discurso visual con una estética y composición agradables sugestio-nado por los artistas.

www.sergiocamus.comsergiocamus.vsco.co36veinticuatro.tumblr.com

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Sergio Camus

www.sergiocamus.com

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Por Guillermo Juárez @Memowski_

La libélula

Me daba la mano y juntos odiábamos al mundo. Cuando los dientes apretujaba, Chabelita transmitía por sus venas un torrente de energía que le brotaba hasta la palma de la mano. Yo aspiraba su aroma de vaini-lla cada que sus poros se acercaban a los míos: aspiraba sus anhelos, sus pretensiones, sus pensamientos y hasta sus miedos. Con las uñas mordis-queaba mi palma en cada ocasión que prensaba sus parpados.

—¿Vos estas segura de esto Chabe? – su nombre casi entero era Thelma Isabel, sólo yo me atrevía a llamarle por el diminutivo del segundo, solo yo y nadie más – esto tienes que hacerlo por mero gusto y no por moda, Chabe, queri-da ¿Estas segurísima?

—¡Más segura que nunca, mi estimado!—Tenía ella una de esas miradas a las cuales uno nunca

podría contradecir.Faltaban sólo once días para que Calixto y Roberto regresaran a su natal Tijuana: tomaron la decisión en cuanto cerraron el restaurante en el cual laborábamos los tres, mismo al que le pusieron una manta que más o menos decía «Hamburguesas Tony, próximo cierre por la economía que nos dejó el presidente de la onda ranchera». Ambos individuos tenían una apariencia hardcore según lo establecido por la chaviza loca que conformaba a mi generación: pantalones entuba-dos, cabello lacio y un tanto largo, gorros en la cabeza (en ambas) y un sinfín de tatuajes en los brazos.Calixto y Roberto, ambos bajo el apellido de los Buendía por el sim-ple defecto de ser hermanos, sabían hacer muy bien solo dos cosas en la vida: cocinar hamburguesas al estilo norteño y tatuar a sus amigos, o a quien se dejara.Chabe y yo nunca fuimos novios, tampoco amigos, más bien fuimos los amantes con los cuales nos éramos infieles a nosotros mismos. Nada rimbombante a los diecisiete años de edad que ambos tenía-mos, nada fuera de alguna teoría liquida ni tan excluida de algo que pudiera expropiarse el reino de la prosa. El mundo a nuestros pies era una analogía barata en toda ocasión en que asegurábamos

habernos comido al sol. Cuando me confesó su inquietud acerca de tatuarse el abdomen me entró un pánico digno de pegarle un grito al cielo ¿Por qué una mujer como ella, tan preocupada por no ser como la mayoría, decidió arremeter en contra de su piel con tinta tal y como lo haría cualquier adolescente?, no era fácil digerir la no-ticia en cuanto recordaba que mis padres terminaron amándola por tener aspecto de «niña buena» todo un monumento a la rebelión en contra de la generación del Y O L O. Fui criado bajo el seno de una familia conservadora que por «seno» solo entendía una función continua de las matemáticas… sigo esperando el día en el cual haya tantas personas tatuadas en el mundo que la discriminación será exclusiva para todo aquel que no tenga un tatuaje. Isabel es una niña encantadora que es menor que yo por pocos me-ses, dos para ser exactos, y digo niña porque al cerrar los ojos puedo imaginarla siempre con su estatura de un metro con cincuenta y cinco centímetros que combina a la perfección con su delgada figura, detalle que me provoca quererla defender de una simple cu-caracha o de una tercera guerra mundial que se atreva a arremeter en su contra. A diferencia de las chicas nerd que nos venden las pelí-culas hollywoodenses, Chabe es una nerd atractiva para las dos cosas redondas que tengo por pupilas: su promedio de nueve punto ochenta y ocho en la preparatoria, sus ganas de estudiar biología en la univer-sidad y su peculiar caminar distraído con dos libros abrazados a su pecho le delatan en cuanto se observa que su mochila es lo suficiente-mente grande para guardar esos dos libros y otros diez más.Sus pupi-las son dos grandes canicas color café que regalan luz cada que el sol se atreve a entrar a través de ellos, pienso porque aun así lo quiero, que yo le veo con ojitos de amor y de ternura sobreprotectora: sé que hay muchos peces en el mar, pero no toques a mi maldito pez, dicen por ahí. El cabello que en sus raíces es totalmente lacio cae como cascada hasta que rompe con sus hombros provocando que el sur sea domina-do por unas ondas electromagnéticas en su forma más estática. Bajo la blusa se le esconde un abdomen perfectamente moldeado que, para

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la mayor de mis suertes, sólo yo conozco; el tono de piel que guarda celosamente todo su cuerpo ayuda a formar un lienzo sobre el cual puedo escribir su nombre con cada uno de mis dedos.Ignoro la cantidad de veces que habrá leído de pies a cabeza el dic-cionario, pero todo el tiempo a su lado me permitió descubrir que la palabra más odiada por ella era «moda». La moda: una cárcel cuyas puertas permanecen atiborradas de los desterrados por el reino de la antigüedad, prisión que se da el rimbombante lujo de otorgar turnos en forma de fichas a sus próximos candidatos para la formal prisión.

—Chabe, corazón ¿Para qué quieres un tatuaje en el abdo-men si sabes que tus padres te matan si descubren que ya conoces para que sirve una ombliguera?

—He querido hacer algo distinto antes de salir de la prepa-ratoria, además, no me quiero tatuar cualquier cosa por simple moda.

Nos miramos sonrientes con esa clase de miradas que crucifican. Sinceramente yo hubiera preferido que Jesús pagara mis deudas en lugar de mis pecados.

—¿Ah no? ¿Y qué es entonces lo que quieres tatuarte?—Una libélula, querido.—¿Why?—Son veloces, libres, hermosas y tienen un detalle aún más

importante… no son mariposas. Es difícil reír a su lado, no porque reprima contra el estómago mis ganas de reír, sino porque cada instante se convierte en una risa nueva que debe ser analizada antes de liberarse. Existen risas sarcás-ticas, otras irónicas y las más atrevidas suelen ser estallidos de feli-cidad: pero la risa es la fugacidad del alma ¿Cómo planear el trans-curso de un segundo? Si se me liberan mariposas en el estómago y no debo decirlo, porque la Chabe prefiere las libélulas y le cuesta reconocer la frontera existente entre la gracia y la burla.

—Mi vida, ¿Qué tienen de malo las mariposas?

—Todo mundo ya se tatuó una mariposa. Las libélulas son más hermosas, nadie se ha dado cuenta de ello… si yo hubiera escrito cien años de soledad a Mauricio Babilonia le hubieran seguido siempre un par de libélulas.

Después de un sinfín de discusiones y conceptualizaciones acerca de la moda accedí a pagar el próximo su tatuaje como un regalo atrasado de cumpleaños; con lo poco que había quedado de mi últi-mo sueldo junto a los Buendía me alcanzaría para alimentarme una semana de refrescos y hot dogs, salidas al cine todo un mes (sólo los miércoles, que es el día en que es más barato un boleto para equis función) y para un paquete de galletas que tanto le gustan a la Cha-be, sin embargo, ella coincidió conmigo en que era muy buena idea dejar como regalo de cumpleaños sólo el tatuaje y las galletas.Los hermanos Buendía no tenían algún lugar especial para rayar la piel, un viernes saliendo de clases tuvimos que ir a improvisar casi todo a su casa en medio de objetos y muebles empaquetados y listos para su pronto flete: tomamos un sofá de la sala y lo envolvimos to-talmente con hule, desinfectamos con alcohol las agujas en botellas de Coca Cola, Roberto tomó un trozo de tela como cubre bocas y pusimos a sonar todo el Pablo Honey; Tatuajes Buendía, una obra de arte en la piel al alcance de su salario mínimo.Chabe se recostó sobre el sofá recién momificado. La única indicación que dio respecto al tatuaje fue que la cola de la libélula saliera del mis-mo lugar donde le cortaron el cordón umbilical a ella. Puse su cabeza en mis piernas ante la inevitable ausencia de almohadas mientras Boris, el gato, subía a las piernas de Calixto. El trabajo correspondió a Roberto, quien empezó a sacar una cantidad considerable de plumo-nes de distintos colores mientras se colocaba el tapabocas.

—Isabel, juro que será la última vez que lo preguntaré ¿Estas segura de esto?

Asintió afirmativamente con la cabeza mientras se mordía los labios con los nervios de una adolescente. Lo único que propuse respecto a dicho tatuaje fue la posición del mismo: la libélula en el hemisferio

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norte de su sexo, en su abdomen mirando hacia su rostro, las alas desplegándose a través de sus costillas y las antenas señalando hacia su corazón.

—¿Antenas para qué? No seas bobo: los anisópteros tienen unos enormes ojos, unas 30.000 facetas dispuestas de tal forma que le permiten aproximadamente 360º de campo visual, no un par de inútiles antenas de mariposa.

—Corazón ¿Quieres una libélula que no esté nunca de moda o no?

Nadie más que yo había puesto sus manos sobre su abdomen des-nudo, hasta que ella misma alzó temerosa su blusa para que Roberto posara el plumón sobre su piel con el único fin de marcar el boceto de la próxima obra.

—Brother, tómala de la mano antes de ponerle la tinta per-manente –Roberto me miró con esa mirada cómplice que llevaba el sarcasmo hasta sus últimas consecuencias– es la primera vez, posiblemente le duela mucho: quizá le duele más que cuando dé a luz al primer hijo de ambos.

El chiste fue malo, pero el conjunto de imágenes que provocó en mi imaginación fue de lo mejor. Los preparativos hicieron que Pablo Honey se rindiera y que The Bends comenzará a sonar de las suyas, confieso que esta jugarreta fue obra mía ante el High & Dry que en-loquece a Chabe. La máquina para tatuar se posó sobre su abdomen con el zumbido de una abeja para dejar su polen en forma de gotas coloridas que se impregnaron sin chistar sobre su piel, ya no había vuelta atrás, si el hubiera no existe nosotros lo inventamos.

Los colores de la libélula poco a poco fueron adquiriendo tonalidad mientras Isabel se mordía los labios tremendamente cuando algún huevecillo de abeja le dolía más de lo normal, entonces se disponía a clavar sus pupilas en mis pestañas como un par de dagas. Me daba la mano y juntos odiábamos al mundo. Cuando los dientes apretuja-ba, Chabelita transmitía por sus venas un torrente de energía que le brotaba hasta la palma de la mano. Yo aspiraba su aroma de vainilla cada que sus poros se acercaban a los míos: aspiraba sus anhelos, sus pretensiones, sus pensamientos y hasta sus miedos. Con las uñas mor-disqueaba mi palma en cada ocasión que prensaba sus parpados.

Dos horas después de haber iniciado el proceso, Roberto secó el sudor de su frente y yo le sequé la brisa en el rostro a Chabe. Todo había finalizado por fin y ella sonreía exhausta como quien acaba de dar a luz.

En mi habitación matamos al tiempo todo el fin de semana. En mi generación ya no existían fotógrafos, solo adolescentes armados con una Nikon. Según lo dispuesto por la moda, todos morían por pre-sumir buen ojo al tomar fotografías de algunas adolescentes en ropa interior; después de los diafragmas y las tangas para ellos no habría alguna otra cosa digna de entrar en el reino de la fotografía.

Ante mi fracaso como fotógrafo «contemporáneo» y la revolcadera que Cartier–Bresson y Nachito López se dieron en sus respectivas tumbas, monté mi primera exposición fotográfica en los cuatro muros que nos mantuvieron encerrados aquel sabado y domingo, invitando a la Chabe a ser el único público y jurado. Aquella habi-tación era el oasis que nos mantenía protegidos del mundo exterior gobernado por cualquier cosa que tuviera que ver con la moda

Premio al primer y último lugar de aquel concurso sabatino: refres-co, galletas y chetos de bolita. Cuando el jurado anunció su retirada el ganador del concurso hizo una sesión fotográfica de la libélula que ante la inflamación de la piel mantenía su condición de ninfa.

El domingo por la mañana sentí un cosquilleo en las fauces de mi estó-mago que hizo que me levantara estremecido de la cama: había dormido abrazado a Isabel toda la noche y supuse que dicho cosquilleo eran los síntomas habituales del enamoramiento post-puberto; cuando me puse de pie observe como la libélula en pleno éxtasis de la metamorfosis revo-loteaba sin poder liberarse del abdomen de mi amada. A lo largo de ese día descubrimos que la libélula calmaba sus ansias prófugas en cuanto Isabel reía a carajadas por los besos de bebé que le propinaba en la barri-ga. Bajé a la cocina por un vaso con agua cuando oí su grito aterrorizado bajando rápidamente por las escaleras.

—¿Qué pasa Isabelina? —La libélula –sollozó rompiendo el silencio de la casa– la

libélula no se mueve, está gris, quiere morir.

Me daba la mano y juntos odiábamos al mundo.

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Levanté poco a poco su blusa para descubrir que la libélula estaba más viva y colorida que nunca.

—Corazón, está más revoltosa que nunca: José Revueltas se queda corto a comparación de ella.

—En verdad no entiendo que pasó Joaquín, cuando bajaste por agua perdió su color y dejó de moverse.

Aquel domingo comprendimos que lejos de mí también podía morir el anisóptero.

El lunes llegamos muy temprano a la preparatoria tomados de la mano, era un día nublado; Isabel se quitó el abrigo y lució por los pasillos una ombliguera que dejaba respirar a la libélula. Nunca vi llegar este día, nunca imaginé en ella una prenda de vestir que derrochara tanta ternura como sensualidad. El insecto sonreía y saludaba a todos a su paso con palabras sutiles y rimbombantes: «Buenos días amable caballero, buenas tardes hermosa dama, ¿Qué tal la tarde pequeño Jorgito»

Pasadas algunas horas la libélula aprendió a hablar varios idio-mas: inglés, francés, alemán, maya, italiano, otomí y el de nuestras miradas.

Al mediodía el sol comenzó a acosar a la libélula y comenzó a agitarse; quería escapar del abdomen de la Chabe pero aún encon-traba en mi cercanía motivos suficientes para quedarse. Una hora después inició la siguiente clase, me dispuse entonces a acompañar a Isabel a su salón de clases, mismo que se encontraba al extremo contrario del plantel. Caminamos mientras la libélula seguía des-pertando envidias ajenas y el orgullo de mi acompañante. En el salón de biología encontramos la fuente del siguiente disturbio: la maestra Rebeca justo esa mañana se había tatuado una libélula en el antebrazo que también dirigía las antenas hacia su corazón, nada extraordinario hubiera acontecido de no ser porque se tatuó una libélula macho: ambos anisópteros, víctimas furtivas de la excita-ción, salieron volando por los aires dejando desnudo el antebrazo de la maestra y el hermoso abdomen de Isabel.

Intentamos devolver a ambos insectos a su lugar, pero era de-masiado tarde para el inminente desastre: la hembra voló de mujer en mujer depositando sus huevecillos en cada celula de piel que en-contraba a su paso. Al término de algunos cuantos minutos la libélu-

la se reprodujo y se convirtió en moda; morenas, gorditas, blancas, delgadas, de cabello ondulado, lacio o amarinado tenían una libélula en el pie, en el hombro, en los brazos, en el rostro, en la entrepierna, en la pierna y las más osadas en el abdomen. Fue cuestión de horas para que cada adolescente de la preparatoria tuviera su libélula p e r s o n a l i s i a d a.

La moda, como un mecanismo regulador de elecciones asociado al gusto colectivo. La moda, como tendencia repetitiva. La moda, como una costumbre que marca a la época. La moda, como globa-lización. La moda, como un fetiche. La moda, como un insecto. La moda, como más de lo mismo, pero de nueva cuenta.

Isabel enfureció calladamente, lloró un poco y se recostó sobre mis piernas como en el momento en que se dio origen con tinta a la libé-lula. Nos rodeaba un jardín enorme con cientos de flores amarillas que nadie además nosotros conocía en aquella escuela, pues rara vez alguien se atrevía a descubrir que había detrás de la biblioteca.

Cuando la tarde comenzó a caer cientos de mariposas desterradas de la prisión de la moda convirtieron al jardín en el nuevo reino de lo anticuado. Atiborraron las flores y sus pistilos tomando su res-pectiva ficha de turno, una de ellas, impacientada por las largas filas, se recostó sobre el ombligo pequeño de Isabel y se quedó dormida: impregnó su figura sobre el lienzo que representaba la piel tersa de mi Chabe.

—¿Qué decías de las mariposas Isabelina?—Decía yo que igual mañana traeré una ombliguera.

Su sonrisa estremeció a toda la ciudad. Ninguna moda puede ser mala si florece del abdomen de mi Chabe.

[…] y que nada nos rescate de este cuento.

Me daba la mano y juntos odiábamos al mundo.

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La sección

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Hey Yet_99

Serie

Hey Yet

Ilustrador, calígrafo y fotógrafo.

Ciudad de México

La esencia de la ciudad

_Autor

_Actividad

_Lugar

_Contacto hey-yet.tumblr.cominstagram: hey_yetfacebook: HeyYet

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www.hey-yet.tumblr.com

100_Hey Yet

Photo Serie

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hey-

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r.com

Hey Yet_101

Photo Serie

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102_by Tony Miranda

Photo Serie

instagram.com

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Serie

Tony Miranda

Ciudad de México

Sin título

_Autor

_Lugar

_Contacto Twitter: @tonyschuirerinstagram: tangerinehills

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gram

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erine

hills

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104_Diaspora

Photo Serie

flickr.com//nirvanasq

Serie

Nirvana SQ

Fotográfa y Filósofa de las Ciencias

Ciudad de México

Diaspora

_Autor

_Ocupación

_Residencia

_Contacto flickr.com/nirvanasq

Irse: abandonar, pasar, cambiar, migrar… Esta serie es una abstracción visual en torno a cómo la sub-jetividad interna cambia, buscando nuevas formas de habitar y habitarse a sí misma. Es un breve ensayo sobre los modos en que la subjetividad trata de alejarse se sí y acoplarse a espacios desconocidos aún, pero de su propio territorio.

The Invisible Horizon –Thought Diaspora.Floating, as it might be both unmoveable and in-

tangible. A Horizon for the yet unthought.

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Photo Serie

flickr.

com

//nirv

anas

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Threshold Diaspora –Just SlideThrough the Looking Glass, into the Seeing Glass. Arriving from Going, Seeking from Finding. …Defocus

Scatter Brain –Nucleic Diaspora.Never put all your ideas in just one basket. Also, don't count your chickens before the ideas hatch.

The Outsider Outside –Diaspora LightsGo out, look out, see out.When turning in-side-out, the space does matter –as much as its surface and folding.

Intro-verted –Diaspora PassagesStill on the inside, the shifting shifts, the passing passes and the drops drop.."Travel Light" they say.

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The Album

Serie: AzulAutor: Brenda Álvarez

@bcobn

Serie: AzulAutor: Brenda Álvarez

@bcobn

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The Album

Sin títuloAutor: Josue HernándezFacebook: hernan.j.hernandez.35

Sin títuloAutor: Pedro SánchezInstagram:@psmoguel_photo

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The Album

El cariniceroSerie: Cotidiano urbanoAutor: Mauricio Bustos

@el_mautits

Sin títuloAutor: Pedro Sánchez

Instagram:@psmoguel_photo

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The Album

Serie: La diversidad de la playaAutor: Julio Tovar Barsukwww.barsuk.com.mx

Serie: Lineas callejerasAutor: Melissa Grassieflickr.com/melissagrassie

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The Album

Autor: Xochitl Garcia a.k.a NOMONYM BOTTécnica: Análoga 35mm

flickr.com/analogisnotdead

Ya casi nadie abre, a muchos los han asustado, ya sabe usted quiénes.

Autor: Mauricio Bustos@el_mautits

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The Album

Título: Noviembre 21Autor: Ashervolkvolkvolk.tumblr.com

Autor: Xochitl Garcia a.k.a NOMONYM BOTTécnica: Análoga 35mmflickr.com/analogisnotdead

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Serie: Lineas callejerasAutor: Melissa Grassie

flickr.com/melissagrassie

Serie: Lineas callejerasAutor: Melissa Grassie

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Título: Nunca nos faltó nada, ni humildad ni lujosAutor: Mauricio Bustos@el_mautits

Título: Nunca te alejes de la familiaAutor: Mauricio Bustos@el_mautits

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The Album

Serie: Ella en el bañoAutor: Té Negro

tenegro.tumblr.com

Autor: Xochitl Garcia a.k.a NOMONYM BOTTécnica: Análoga 35mm

flickr.com/analogisnotdead

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The Album

Autor: Xochitl Garcia a.k.a NOMONYM BOTTécnica: Análoga 35mmflickr.com/analogisnotdead

Sin títuloAutor: Pedro SánchezInstagram:@psmoguel_photo

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Notas

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