MAKnual V 1.05

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Un manual con sugerencias practicas para quien esta dedicado a defender la politica en general y la gestion K en particular, en los diferentes frentes de batalla, desde el cafe, la oficina o las cenas familiares.

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MANUAL DEL MILITANTE PASIVO

DEL FRENTE CENAS Y CAFS

PARA TODOS AQULLOS QUE ACEPTAN DIARIAMENTE ARRIESGAR LA PAZ DE UNA BUENA CENA POR LA DEFENSA DE UN MODELO.

PRODUCCION: MESADEAUTOAYUDAK.BLOGSPOT.COM Comentarios a: mesadeautoayudak @ gmail.com

MAKnual Versin 1.05 (19/8/11)

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POR QU UN MANUAL DEL MILITANTE? POR QU STE?Un rol importante del militante pasivo es el de predicar. Taladrar la piedra del discurso hegemnico all donde acta, es decir en las personas. Generar vibraciones capaces de abrir una grieta por donde las gotas de agua terminen de resquebrajar la roca. Romper el espiral del silencio que nos hace sentir en minora, casi en falta. Quizs por temor o pereza, los partidarios de una idea cerramos la boca y sin querer alimentamos en algn prjimo la misma sensacin de minora. De esta manera acallamos por completo una voz que de otro modo tendra eco. Despus de infinitas cenas-debate, de casi dos aos de administrar un blog y de participar de centenas de discusiones en nuestro y otros espacios, nos dimos cuenta de que regularmente lamentbamos no haber recordado tal o cual argumento o no haber encontrado una forma ms elaborada para decir lo que dijimos. Esto nos llev a pensar en pasar por escrito las ideas, como una ayuda-memoria que a cierta edad es lo ms parecido a tener un cerebro a mano. De esa idea inicial, aumentada por las expectativas y reducida por las posibilidades, surge este Manual. Quienes lo escribimos compartimos una valoracin positiva de la poltica , y percibimos una campaa continua de desgaste contra todo lo relacionado con el juego poltico, no slo en este momento sino hace dcadas. Los logros de la poltica son presentados como hechos naturales o de poca importancia. Algunas de sus caractersticas particulares son adjetivadas como aberraciones y sus vicios son exagerados a niveles de pecado mortal, hasta instalar en la sociedad la idea de que el accionar poltico nos deja un resultado negativo, como si fuera un padecimiento al que estamos obligados por la Constitucin. Los ataques contra lo poltico se disfrazan de crticas a los procesos populares vigentes. Crticas a los procesos o movimientos que, llenos de grises y contradicciones, buscan jerarquizar la participacin de la voluntad popular en las grandes decisiones del pas. Por esto la defensa del juego poltico suele mimetizarse con la defensa de una accin de gobierno.

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Durante el siglo XX, diferentes gobiernos de diferentes signo poltico han padecido por turno el embate de esta campaa de desgaste. El juego poltico democrtico tiene muchos vicios que crecen en su interior como hongos. Algunos son evitables ; otros son intrnsecos al propio juego. La exageracin de estos vicios y la disminucin en la valoracin de los resultados positivos de la poltica instalan en la sociedad una idea de resultado neto negativo. Al final, si lo que obtenemos de los polticos es tan poco y ellos son tan malos, por qu aguantarlos? sera la pregunta no formulada pero siempre presente. El objetivo final de los promotores de esta campaa no es la destitucin de la clase poltica a la usanza militar, sino el desgaste de la relacin con sus representados: limar su fuente de legitimidad. Una clase poltica desprestigiada, jaqueada en permanencia, es un adversario ms vulnerable a los lobbies de quienes en realidad deberan ser controlados y regulados por el Estado. De esta valoracin sobre la imprescindibilidad del juego poltico surgi en nosotros la necesidad de resistir a la campaa Anti-K, esa metralla diaria de argumentos morales, religiosos, basados en el prejuicio y en la lgica de la repeticin. En otras palabras, resistimos a una larga lista de falsas verdades reveladas, de hbitos que se presentan como leyes naturales, de comparaciones con modelos inexistentes, de exageraciones moralistas, de mutacin de virtudes en vicios, todo para arrastrarnos a la conclusin de que en la Argentina la poltica no lleva ms que a un estado de corrupcin y anarqua. As, aunque superiores, los argentinos estaramos destinados a llevar una vida de infradotados. Volviendo a nuestro Manual, no se trata de un libro de ciencias polticas, ni de anlisis poltico. Es apenas un intento liviano de introduccin al abordaje de temas polticos de coyuntura con el nico fin de ayudar a quienes queremos militar en la columna pasiva de defensa del juego poltico que hoy se mimetiza con una defensa del kirchnerismo, blanco dilecto de esta campaa. Nos parece que las crticas al Kirchnerismo son las mismas repetidas durante el siglo XX contra todos los movimientos populares. Las crticas permanecen; sloPag 3

los crticos cambian (aunque viendo la longevidad de Mariano Grondona y de Rosendo Fraga, esta verdad podra revisarse). Dada esta constatacin, nos preguntamos si el Kirchnerismo no representar una nueva expresin del ave fnix popular que resurge una y otra vez despus de su muerte aparente. Hay muchos libros de anlisis poltico y varios de formacin, orientados a los militantes pasivos, y que tambin podramos llamar manuales. Hay un sinnmero de blogueros y columnistas de la prensa grfica y radial, que proveen completos cursos de formacin al mismo momento que expresan sus opiniones. A cada tema, alguna pluma se encarg de desarrollarlo imperfectiblemente y con anterioridad. Por eso, no es obra de la casualidad si los lectores de este Manual encuentran prrafos idnticos a algo ya ledo o escuchado. Pero tampoco reconoceremos que incurrimos en la copia, porque en definitiva todos nos inspiramos en la misma realidad (no importa que nos crean: nuestros abogados sostienen que con este prrafo detenemos por algunas semanas el embate legal de los autores originales). Dicho esto, es difcil escribir cuando uno siente que su aporte no mejora lo que otros ya expresaron. Con el afn de darnos entusiasmo, slo encontramos dos razones que lo defiendan frente a la oferta existente. La primera y principal es la gratuidad: esperamos que en los prrafos difciles, incomprensibles o chatos, el lector encuentre en la gratuidad algo de piedad hacia los autores y, porqu no, algo de paciencia y energa para seguir. Por otro lado, algunos libros o autores nos dejan una sensacin personal de insignificancia. Nos sentimos una nada comparados con esa pluma, con ese talento para la observacin y el anlisis. Nos despiertan una conciencia de miniscula mayscula, si la expresin existiese. Este documento no ser el caso: hemos puesto todo nuestro talento para garantizarlo. El Manual del Militante Pasivo est basado en opiniones nuestras, de quienes comentan en nuestro blog, de quienes postean en otros blogs, de quienes alguna vez cenaron con nosotros. Para peor, son opiniones acordadas en grupo, ese horno donde entran dos opiniones consistentes pero opuestas y sale un conceptoPag 4

incomprensible pero nico y acordado. Hemos aprendido ms sobre los lmites de la poltica elaborando este texto que estudiando su tema. Nuestro texto presenta partes muy diferenciadas y, como ocurre en muchas situaciones de la vida, no necesariamente les dedicamos nuestro mayor esfuerzo a las ms importantes. Por eso ni el tamao de cada seccin ni el orden establecido presuponen una jerarqua. En primer lugar presentamos la joya del Manual, fuente de todo nuestro apoyo K, una lista somera de logros del gobierno. Slo listamos aqullos que creemos contundentes y reconocidos por la mayora como positivos. Se trata de un contenido que quizs deberamos memorizar. Por lo pronto, su enunciacin en voz alta desbarata de un golpe todo planteo que busque denostar de cuajo al proceso K como dictadura stalinista, banda de chorros improvisados y empeados en saquear la Argentina, y quienes slo consiguieron evitar al caos gracias a una suerte extraordinaria. La sola enunciacin obliga a discutir de poltica, logros y errores, pero ya no de demonios sino de preferencias ciudadanas. Adems impide hundir todo el proceso como desechable. La segunda gran seccin est constituida por una lista de respuestas a enunciados anti-kirchneristas frecuentes. Se trata de breves argumentaciones concebidas para refutar las objeciones del discurso opositor anti-politico. No las consideramos nuevas o revolucionarias sino tiles y bien a mano para quien invierta su tiempo en la prdica militante, sobre todo para que, despus de una acalorada discusin, no sienta que olvid tal o cual argumento (si nos habr pasado alguna vez!). sta fue pensada como una lista amplia, pero sorprendentemente refutamos todas las objeciones con pocas respuestas. Recordemos que las crticas antiK aprovechan surcos ya creados por crticas a procesos polticos anteriores, y adems transitados una y otra vez: la pereza reflexiva o el ahorro de esfuerzos ayudan a instalar prejuicios que en realidad cuesta poco desarticular. La tercera gran seccin de este Manual est conformada por una lista de conceptos que creemos tiles para analizar cualquier coyuntura poltica. Son herramientas que podran ayudar a despejar la reflexin sobre poltica en general. Tambin son trucos de anlisis que deberan protegernos de los laberintos sin salida, de losPag 5

juegos de espejos, de las cajas negras especialistas en generar sensacin de caos y en vender paquetes imposibles de analizar, presentados como leyes naturales. Estos conceptos pueden resultar banales, entre otras razones porque son banales. Sugerimos ojearlos rpidamente por si hubiese algn tema o alguna analoga simptica que vuelva ms clara la comprensin de la realidad. Finalmente preparamos una referencia rpida en una hoja de formato reducido. Es como un machete pensado para llevar en la billetera. Como habrn visto, el Manual presenta un cdigo de versin porque lo imaginamos vivo. As como lo armamos con comentarios que hicimos y nos hicieron, pretendemos actualizarlo peridicamente con los comentarios que esperamos seguir haciendo y recibiendo.

Cmo leer este socotroco? La militancia pasiva a favor de Lo Poltico debe comenzar ahora. Aunque no tiene fecha de final, hay que aprovechar el fervor electoral del momento. En otras palabras, el tiempo es crtico. Aclaracin terminolgica Los autores de este Manual empleamos trminos en forma coloquial. No porque sea mejor para la comprensin sino porque carecemos de la formacin para usarlos en un sentido tcnico. Hacemos la aclaracin por si este libro cayese en manos formadas. Por ejemplo, entendemos Repblica como modelo de sistema poltico democrtico constitucional, y como sinnimo de democracia. Otro ejemplo... Cuando hablamos de proceso K, podramos intercambiarlo por proceso popular o proceso de juego poltico. En casi todos los puntos que defendemos al proceso K, defendemos Lo Poltico. Seguramente son crticas del mismo tipo que les han hecho a los procesos populares anteriores y que les harn a los prximos.

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Para evitar reiteraciones, en cada prrafo omitimos la aclaracin segn nuestra opinin o los autores creemos que . Dicho esto, cabe recordar que cada frase es una opinin de los autores, que adems suelen cambiar de opinin con facilidad. Podemos enunciarlas como mandamientos o leyes fsicas, pero son opiniones. ( a menudo nos preguntamos porqu razn una opinin sigue teniendo menos jerarqua que una ley fsica, cuando las opiniones mueven al mundo mientras las leyes fsicas slo logran que una manzana caiga sobre la cabeza de Newton y siempre con la misma aceleracin.) Agradecimientos Es apropiado agradecer la colaboracin de personas que no slo no colaboraron sino cuyas ideas robamos? Creemos que s. Agradecemos entonces al blog del Ingeniero, a Espectadores, a Arte Poltica, al Escriba. Tambin a Mara, a Musgrave, y a todos los que ah comentan y discuten. Tampoco nos olvidamos del General Susvn, de Mabel, Mara, Aberel, Ricardo, Jorge, de Ciber y sus mutiples personalidades, de Alejandra, Felipe, Bibiloni, Santix, Iris, Minaverry y Annimo (nuestro ms fiel seguidor). Por ltimo, un agradecimiento a Mara Bertoni de Espectadores, que nos ayud con la edicin de este documento. Tambin a Gustavo W., que lo arm, dndole un buen lejos, imprescindible para animrsele a semejante emprendimiento escrito. Antes de arrancar La redaccin del Manual del Militante Pasivo nos dio un buen motivo para reunirnos a cenar, discutir distintos temas, pelearnos, gritarnos, aclarar cuestiones, resolver contradicciones e inconsistencias. Si adems alguien obtiene algn otro provecho, lo consideraremos un beneficio colateral, innecesario pero no insignificante.

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LISTA DE HITOS KCon la intencin de ponernos en aprietos, los interlocutores sorprendidos con nuestro apoyo a la gestin K suelen exigirnos la mencin de alguna(s) medida(s) que respalde(n) nuestra postura. Curiosamente, mucha gente que en principio no poda citar una sola iniciativa positiva, termina reconociendo la validez de unas cuantas despus de escuchar nuestra larga lista. Al parecer, la invisibilidad de los logros es mayor de lo que creemos. Por eso recomendamos memorizar la lista para no dejar de aprovechar ninguna oportunidad. Sin embargo, tengamos en cuenta las siguientes aclaraciones antes de listar los logros. a) Nosotros consideramos logros aquellos cambios positivos implementados durante la gestin K. No nos importa si la iniciativa fue una originalidad K o si el autor primero es un sacerdote del medioevo. Tampoco nos importa la intencionalidad, es decir, si la implementaron por conviccin poltica, por devocin religiosa o por apetito electoralista. b) Un logro supone un cambio frente a lo acostumbrado o a lo esperable. Por lo tanto no califican como logro la inexistencia de bombardeos areos a la poblacin civil como sucedi en el '55, ni la gratuidad de la educacin primaria. Estos mismos criterios son vlidos para la lista de errores. Por un lado, los errores son cambios negativos realmente ocurridos: no computan las atrocidades que el matrimonio K plane pero nunca llev a cabo (sueos de miseria y destruccin o la tan anunciada devaluacin y posterior fuga) ni los males histricos no reparados (por ejemplo, las finanzas en negro del empresariado argentino, el uso de parasos fiscales, los sindicatos sin transparencia electoral, la falta de democracia en la AFA, la existencia de barras bravas, etc.).

Polticos ! Renovacin de la Corte Suprema. ! Reapertura de los juicios a los genocidas y jerarquizacin de los Derechos Humanos en la agenda pblica. ! Pase a retiro del generalato manchado al inicio de la gestin K.Pag 8

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Eliminacin del Cdigo Penal Militar (la pena de muerte es finalmente abolida en la Argentina). Eliminacin de la figura de vicario castrense. Recuperacin de los fondos de las AFJPs para la ANSES y de su poltica de inversin. Desobediencia al ultimtum pblico escrito por Claudio Escribano para el diario La Nacin. Fin de las editoriales titiriteras. Apoyo estatal a medidas de planificacin familiar y reproduccin consciente. Negativa a reprimir reclamos sociales. Cancelacin de la deuda con el FMI. Se terminan las rondas de prdica poltica, replicadas por los medios argentinos, y se limita el poder de influencia del organismo internacional. Primeras licitaciones de las concesiones viales al final de su perodo (antes se las renovaba al mismo titular, hacindolas vitalicias de hecho vitalicias. Anulacin del contrato por la elaboracin de los DNI e implementacin de solucin creada en el pas con software de cdigo abierto. Esto supone un ahorro de 1500 millones de dlares de inversin, adems del abaratamiento del DNI, que pasa a costar 50 pesos en lugar de 35 US$. Intervencin del PAMI con Ocaa.

Ampliacin de derechos ! Aumentos salariales por decreto en el inicio de la gestin. ! Convocatoria a paritarias y renegociacin de convenios colectivos en todos los gremios. ! Implementacin de la Asignacin Universal por Hijo, que llega a ms de 3.600.000 de chicos y que aument en un 25 por ciento la matrcula en el nivel medio. ! Recuperacin del salario mnimo vital y mvil. ! Plan Conectar Igualdad. Un milln de computadoras entregadas. ! Ampliacin de la cobertura de la seguridad social a travs del programa de inclusin previsional. La iniciativa alcanz a 2.400.000 nuevos titulares de derecho. ! Movilidad del haber jubilatorio. Doce aumentos de jubilaciones. 420 % en total. ! Extensin de la cobertura social a travs de la Anses al 98 % de la poblacin. ! Extensin de la jubilacin a las amas de casa. ! Despenalizacin del consumo ntimo de drogas.Pag 9

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Anulacin de los Luncheon Tickets, estafa encubierta a los aportes salariales. Lanzamiento del programa Ftbol para Todos. Apertura del Museo de la Memoria. Punto final para la cdula de identidad. Le retiran a la Polica Federal esta herramienta de obtencin y administracin de datos de la ciudadana. Implementacin del sistema nico de boleto electrnico SUBE.

Econmicos ! Reduccin de la desocupacin a menos de un dgito, del 23% al 8%. ! Equilibrio macroeconmico: supervit primario del 3 % y saldo positivo en cuenta corriente del 4.8% ! Retenciones a las exportaciones. ! Reduccin de la deuda externa, ahora inferior al 50 % del PBI. ! Tipo de cambio real competitivo y estable. ! Reduccin de la pobreza (del 55 % al 18 %) y de la indigencia (del 28 % al 5%). ! Duplicacin de exportaciones mediante la diversificacin de su composicin. ! Fabricacin nacional de 600.000 vehculos por ao. ! Aumento de la participacin salarial en el Producto Bruto Interno: del 34,3% en 2003 al 43,6% en 2008. ! Aumento del salario mnimo en 1240 pesos (era de 360 en 2003). ! Aumento de asignaciones familiares en ms del 100%. Legislativos ! Anulacin de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y de los indultos. ! Aprobacin del matrimonio igualitario. ! Aprobacin de la Ley de Medios. ! Aprobacin de la Ley de obtencin de ADN y de la creacin del Banco Gentico. ! Aprobacin de la Ley de Financiamiento Educativo, que lleva la inversin en educacin al 6 % del PBI. ! Aprobacin de la Asignacin Universal por Hijo. ! Aprobacin de la Ley 26134 de Prohibicin de Sancin de Leyes Secretas. ! Aprobacin de la ley de empleo domstico. ! Aprobacin de la ley de trabajo rural. ! Aprobacin de la ley de genricos.Pag 10

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Despenalizacin del agravio a periodistas. Creacin del Ministerio de Ciencia y Tecnologa. Modificacin de la Carta Orgnica del Banco Central que libera el uso de las reservas.

Internacionales ! Creacin del UNASUR. ! No reconocimiento al gobierno golpista de Honduras y apoyo al Presidente derrocado. ! Fortalecimiento del MERCOSUR; incorporacin de nuevos miembros. ! Creacin del Banco del Sur. ! Reposicionamiento de la Argentina en el mundo. Presidencia del G77. De todo un poco ! Condena al primer miembro de la Iglesia Catlica (capelln Von Wermich) por participacin en crmenes de lesa humanidad. ! Renegociacin de la deuda externa: salimos del default. ! Mayor perodo de crecimiento en cien aos. ! Rcord de reservas internacionales. ! Nietos recuperados son elegidos como legisladores. ! Incorporacin de mujeres a la Corte Suprema de Justicia. ! Primer mujer elegida Presidente ! Primer mujer elegida como Ministra de Defensa (mujer y adems civil).

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PREGUNTAS FRECUENTES (o FAKs)Por suerte para el ejercicio de la militancia pasiva, las crticas antiK se reducen a pocos puntos que se repiten con algn cambio cosmtico. La concentracin del discurso anti-oficialista es de tal magnitud que reitera planteos y objeciones sin importar el sector social o poltico donde se encuentre la persona. Esto facilita la preparacin de quien quiera capacitarse para dar vueltas esas objeciones. El objetivo de cualquier debate en esta etapa no es ganar sino instalar la opinabilidad de la materia. El mayor embate contra el campo popular, en este caso el Kirchnerismo, consiste en basar la crtica en axiomas de valor supremo, inopinables, como si lo criticado conformara un absoluto. De ah que se hable de los pases serios o se diga nunca se vio que. Es un debate ganado aqul que consigue instalar la posibilidad de varios caminos, todos razonables, que cada uno puede elegir en funcin de preferencias ntimas. Sin la actitud religiosa de oposicin divina, las medidas kirchneristas tendran probablemente un apoyo mayoritario. Inaudito! Un escndalo! O las nimiedades trascendentes Esto es casi una caracterstica, ms que una crtica. Bajo este formato aparece un sinnmero de denuncias cuya coincidencia pasa por el rol que asume el acusador, una especie de Farinello hipersensible, al que ofenden sobremanera cosas que a nosotros, brutos insensibles, nos parecen nimiedades con antecedentes en la Argentina y en el mundo. Incluso sospechamos que al acusador tambin le importaran un comino de haber sido realizadas por cualquier otro gobernante. En este esquema encajan como delito intolerable la mirada torcida de un diputado K, la famosa trompada de DElia, el golpe de cachete de Kunkel a la mano de Caamao, el desplante a Carla Fiorino, CEO de HP. En suma, se trata de un rechazo al estilo. No hay errores menores: cualquier hecho considerado un error merece el calificativo de institucionalmente intolerable. Los afiches con fotos de periodistas de Clarn es una amenaza que atemoriza a los periodistas. Cincuenta personas parando un da la salida de camiones de una de las plantas de Clarn es un ataque a la libertad de prensa, intolerable en un pas serio.

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Si conocemos el pasado o archivo del acusador, esta acusacin se evapora enseguida. Seguro hay apoyos a personas o gobiernos llenos de estas nimiedades que le dificultarn sostener su mscara de Farinello. Sea que aceptaron los vuelos de la muerte del tigre Acosta como un efecto colateral inevitable, o que toleraron el pedido de Cavallo para que los cientficos fueran a lavar los platos, o la reduccin salarial del 15% de De La Ra (que adems resulto ser inconstitucional) o Menem manejando una Ferrari con exceso de velocidad, o el asesinato de Kosteki y Santilln (hay tanto crimen tolerado en la poltica argentina, que no es difcil encontrar alguno tolerado por nuestro interlocutor), podremos concluir que la intolerancia a estas nimiedades es slo una reaccin del tipo alrgica por su intolerancia a las medidas de fondo y trascendentes del gobierno. Ahora bien, si estamos frente a un nuevo que goza del privilegio de un archivo en blanco y que se permite hablar como si fuese un paracaidista hngaro, entonces slo nos resta colocarnos en su mismo rol. Esto es: establecer una discusin entre Farinellos SuperSensibles, criticar a todos los polticos, empresarios, curas, actores, peatones, viejecillas, ladrones, policas y concluir que la Argentina, e incluso el mundo, es (son) un lugar inhspito para sujetos con nuestra sensibilidad. En poltica conviene tener a mano una buena lista de nimiedades de opositores, como el mtasenlo en el culo de Reutemann, el apoyo de Duhalde a Caamao despus del golpe a la institucin al pegarle a un diputado de la Nacin, casado y con hijos, o la falta de respeto de Macri hacia la titular del Poder Ejecutivo. No caigamos en la trampa de defender las nimiedades por ser exactamente eso, nimiedades. Al contrario, agreguemos ms y ms ejemplos de nimiedades intolerables para que la discusin termine rpidamente en un empate donde concluiremos que ningn poltico est realmente exento de cometer estas atrocidades. De hecho, ninguno tiene la dimensin moral que nosotros, gente sensible, exigimos. Llegados al empate, cuando ambos Farinellos concluimos que todos los polticos de Argentina y el mundo son un asco y nos dan miedo, y tenemos miedo, slo resta proponer el exilio, con absoluta sinceridad. Dado que ningn poltico en gatera nos garantiza un pas sin aspectos intolerables, habra que pensar en partir, quizs al Tibet.

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Recin despus cabe sugerir un plan B que consiste en analizar los crmenes cometidos de mayor a menor trascendencia. Sin negar que todos son Muy Trascendentes, invitemos a nuestro interlocutor a crear dos subgrupos: uno para los delitos Muy-Muy Trascendentes y otro para los delitos Slo Muy Trascendentes. Esto lleva a la jerarquizacin de las ofensas pblicas y a determinar si los gritos de un diputado son ms o menos dainos que la orden presidencial de reprimir a una fuerza policial con muchas chances de terminar matando inocentes. Si el intendente de Quitilipi que roba un aire acondicionado es ms o menos daino que la cerealera que exporta mil millones de dlares en negro. Es que, al menos por ahora, la poltica argentina no est en el nivel de resolver los temas Slo Muy Trascendentes, por ejemplo el mal uso que algunos diputados hacen del castellano. Por desgracia, el debate pblico est en el nivel de resolver los temas Muy-Muy Trascendentes an no resueltos, por ejemplo si debemos apoyar los vuelos de la muerte y las apropiaciones de chicos o no. Quin no se ha topado con alguien que considera igual de intolerable 1) los gritos de Kunkel en el Congreso de la Nacin, 2) la apropiacin de chicos de padres desaparecidos, 3) la trompada de Caamao a Kunkel? Todo adjetivado de la misma forma (intolerable), todo en el mismo nivel. En esta discusin debemos evitar la trampa de argumentar que algo malo no es intolerable o no es atemorizante para no regalarle al otro el rol de doncella sensible. En caso de cometer este error, nos encontraramos en una situacin difcil de defender mientras el otro nos tildara fcilmente de negadores o defensores de ese hecho que reconocemos negativo. Por un lado, la medida de lo intolerable/atemorizante depende exclusivamente de la sensibilidad de nuestro interlocutor (que no podemos conocer ni refutar). Por otro lado, siempre queda mejor parado quien dice ser ms sensible. El objetivo consiste en, lo antes posible, reemplazar las calificaciones (es decir, si un hecho es malo o terriblemente malo) por las prioridades (es decir, evaluar qu hecho es peor que otro). Con esta lista de prioridades ms fcil de compatibilizar, podemos cambiar el eje del debate y discutir qu candidato de los posibles parece cometer menos cosas peores. Esto se llama desindexar la discusin.Pag 14

Es como dos profesores que les toman examen a los mismos pibes. Uno los califica con notas que van del 2 al 4, mientras el otro les pone entre 6 y 8. El primero cree ser ms exigente o que aspira a ms nivel y deja al segundo como un laxo o tolerante, cmplice de la decadencia. Para salir de esta situacin, pidmosle a cada docente que identifique al mejor alumno y que ordene a los siguientes. As obviamos el valor bruto de la nota, pero discutimos la valoracin relativa de cada talento. Con esto solamente, surgirn mayores coincidencias que parecan improbables cuando se discuta por nota aislada. Todo es un escndalo intolerable. Dicho esto, prioricemos los temas y discutamos qu gobierno consideramos menos escandaloso.

Lo formal importa? Casi como reconociendo que carecen de argumentos de fondo, muchos crticos disfrazan la crtica con un planteo formal: - Nstor no hace reuniones de gabinete. - Nstor no hace conferencias de prensa. - No busca consenso. - Cambia lo que hizo el anterior. Es una larga lista de crticas que slo escuchamos cuando las acciones del gobierno no son apreciadas. Nos gustara encontrar a alguien que apoye una medida pero que al mismo tiempo la critique porque no fue aprobada por consenso o discutida en el gabinete. A alguien que aprecie a un gobierno pero decida no votarlo porque no hace reuniones de gabinete. A Menem lo votaron porque haca reuniones de gabinete? Porque consultaba a sus asesores? O por las medidas que tom, llevndose puesto a tantos atrasados que defendan las empresas del Estado? No lo habrn votado porque cambi maneras histricas de llevar las empresas del Estado? Cuando YPF se privatiz, se rompi con una tradicin de un siglo. Lo mismo Entel, Correo, Aguas Argentinas, etc.

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No hay que debatir formas cuando la crtica es de fondo. Forcemos la discusin a la escena poltica. Quien critica las formas de un gobierno porque no le gusta el fondo es quizs un cnico, pero entiende de poltica, mira el fondo y lo rechaza. En cambio, quien critica las formas por las formas viene rechazando todos los gobiernos de los ltimos cincuenta aos: es un bobo poltico. Con stos, no hay nada que discutir. Para ellos, el mundo es pop. Si fuera por lo formal, no discutiramos. Vayamos al fondo de nuestras diferencias.

El estado de crispacin La mayora de las personas conocidas que no acuerdan con los K aseguran rechazarlos por su estilo. Pero rechazar por el estilo es una caracterstica imposible de medir, una percepcin bsicamente individual con una ventaja enorme: no necesita defensa ni fundamentacin ya que una percepcin individual no es refutable (el interlocutor slo puede coincidir o no: cmo rebatir a alguien que protesta contra un estilo que a mi me resulta agresivo, viste?). Este argumento provoca una primera sorpresa: una gran cantidad de personas muy diferentes, que no coincidiran en determinar si una tortilla est muy salada o sosa, s coinciden en describir con lujo de detalles la percepcin de un carcter, en realidad de dos: el de Nstor y el de Cristina. Si fusemos ligeros en nuestras conclusiones, diramos que la declarada percepcin de estilo es en realidad un guin editado por un tercero influyente, que permite mantener un discurso crtico sin tener que defenderlo ni explicarlo. La segunda y mayor sorpresa es el fenmeno estadstico. Mientras todos los antiK dicen objetar el estilo y no las grandes lneas polticas, en cada eleccin no lideran como oposicin quienes sugieren mantener las grandes lneas K y slo cambiar el estilo (por ejemplo, Sabatella). En cambio, ganan quienes se oponen con fervor a la obra de los K, quienes les frenan las votaciones e intentan colocar cuantas piedras en el camino encuentran. La misma poblacin que declara estar harta de la crispacin no vota a Farinello, sino a partidos que con vehemencia y pasin intentan romper todo lo realizado porPag 16

los K. Partidos que se opusieron a la nueva Corte Suprema, al recupero de las AFJPs, a la ley de medios, a la ley del matrimonio igualitario, a la poltica de desendeudamiento con reservas y muchos etcteras ms. Esta misma poblacin vota a lderes que con crispacin y grosera acusan a la Presidenta de ser una desquiciada, bipolar, violenta, integrante de una banda de ladrones, que miente al llorar a su difunto marido, que no lo vela en el cajn sobre el que derrama lgrimas falsas, que es Ceaucescu, y a la que se refieren en pblico como Esa Mujer lo cual invita a sospechar que en privado hablan de La Yegua. Estos lderes de la oposicin no se detienen ante la idea de que los K representan la voluntad popular, de que estn ah por mandato varias veces renovado. Dnde van los votos de quienes dicen objetar nicamente el estilo? Por equivocacin, estos electores no le llenan las urnas a Sabatella ni piden la candidatura de Farinello. Al contrario, votan por partidos que les toleraron el estilo a Menem o a Duhalde y que ahora objetan todas las medidas de fondo K. Qu es ms violento: los gritos que anuncian la incorporacin de millones de ancianos a la ANSES o el decir pausado que invita a los investigadores del Conicet a lavar los platos? O es que quienes objetan el estilo eligen hacerlo para no explicar porqu se oponen a las acciones kirchneristas? Finalmente nos queda una pregunta de fondo: acaso eso que llaman estilo no es en realidad parte esencial del proceso poltico que llamamos Kirchnerismo? Yendo an ms lejos, habra sido posible alcanzar lo alcanzado con otro estilo? Un dato de la realidad es que ninguno de los calificados como no confrontativos logr que la Argentina avanzara contra las prebendas del poder. Ser posible hacerlo, o el silencio y la parsimonia son resultantes de la renuncia a la lucha? Bienvenidos aqullos que trabajan por la inclusin y la justicia sin gritos, siempre que prefieran renunciar al silencio antes que a la lucha. Porque hay tantos crispados entre los partidos que se oponen a la crispacin? Y si la crispacin no fuese el problema?Pag 17

No es ella, y tampoco otro Es fcil jugar a ser Farinello y encontrar pruebas de apetitos objetables (cuando no inmorales) detrs de CFK o de cualquiera de sus funcionarios. A los objetadores seriales que critican a Cristina con los argumentos es inaudito! o yo soy muy sensible se los desactiva con la pregunta quin entonces?. Es fcil ponerse en la posicin del objetador moral, que se niega a votar a quien consume productos transgnicos o viste ropa fabricadas en hilanderas clandestinas de Asia. Con algo de exageracin, cualquier accin descalifica a un candidato. Desde ese discurso, lo difcil es sostener a otro de partidario de la poltica argentina, entre los que no se encuentran ni la Madre Teresa ni el propio Farinello (quienes seguramente, despus de pasados por el tamiz objetador, se revelarn como criminales que usan papel no reciclado en detrimento del Amazonas). En este punto no debemos aceptar la respuesta esquiva de no tengo ninguno o son todos una mierda. Elegir es una responsabilidad cvica y adems poder elegir es la base del anlisis poltico. Quien no se esfuerza por elegir no ejerce su obligacin ciudadana: es un perezoso que deja de remar en un bote donde el resto s remamos, donde nos arremangamos, pensamos, discutimos, estudiamos y formamos una opinin. No debemos permitir que el perezoso se cubra con el tinte de demasiado crtico para opinar como un inmaculado. Si tiene capacidad de anlisis como para sentirse libre de dedicarles crticas destructivas a todos, tambin debe tenerla para poner a los candidatos en un orden: esto es elegir. Elegir es priorizar, ni ms ni menos. Quien no sabe priorizar, debera aceptarse incapaz de criticar. En poltica como en todo, afirmar que algo es lo menos malo equivale a afirmar que es lo mejor. La primera expresin slo muestra el desagrado de quien la dice. Podemos imaginar esa vuelta idiomtica en boca de Hitler cuando la entrega de la medalla olmpica a un competidor negro ganador: lo habr llamado el menos malo.

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Seamos ciudadanos responsables, elijamos: el mejor o el mal menor. Pongmosle nombre a nuestra preferencia.

Dictadores de alma o la primera dictadura asintomtica Que los K son unos dictadores es un supuesto que ningn opositor digno pone en duda. Son hegemnicos, todo poderosos, tienen Kaja ilimitada, y quienes los apoyan se han dejado tentar por el dinero o han sucumbido al temor. Sin embargo, sostener este supuesto y compatibilizarlo con datos de la realidad plantea a la oposicin un difcil Sudoku. Nstor es un dictador, pero pierde la capital en 2007 y no la interviene. Nstor es hegemnico, pero pierde las elecciones en 2009 por goleada. La Kaja y el temor no le funcionaron? Cristina es atemorizante, pero su propio vice, de quien nadie dira que es un hombre de carcter, salta a la oposicin. No aparece muerto, no lo tiran, no renuncia o se declara enfermo? El Congreso es una escribana K, pero Cristina pierde la votacin ms importante de su gobierno como la 125. Cristina tiene a sus propios diputados esclavizados, pero muchos le votan en disidencia cuando tratan el proyecto de ley sobre matrimonio igualitario y la 125. Cristina es atemorizante pero el presidente del Banco Central decide irse a la oposicin tras pegar un portazo en medio de una accin estratgica de desendeudamiento. Se trata de Redrado, otro a quien nadie podra calificar de valiente o jacobino. Los K controlan a la prensa y los periodistas, pero los medios de mayor penetracin son furiosamente antiK. La mayor audiencia ve programas y lee diarios donde una larga lista de periodistas no teme burlarse de la Presidenta ni calificar a los funcionarios K de estafadores, chorros, usurpadores de la bandera de DDHH, cmplices de Irn, coimeros, chantajistas y muchos etcteras. Quizs los periodistas estn atemorizados y corrompidos por la plata, pero actan como si no. La oposicin tiene una sola solucin para este Sudoku. Los K son dictadores pero bobos. Son aterradores pero los periodistas y empresarios argentinos son extremadamente valientes. Tienen Kaja ilimitada y dispuesta a comprarlo todo pero la oposicin es incorruptible.

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Tenemos as la primera dictadura asintomtica del planeta. Una dictadura que incide sobre la realidad como si fuera una repblica, pero que todos sabemos dictadura porque as lo afirman tantos. En la Argentina tenemos experiencia en dictaduras. En ellas nadie critica, la TV es complaciente, los diarios adulan y el Estado mata.

No tienen Plan o Cmo tener xito sin plan? No tienen un plan de industria. No tienen un plan para la plantacin de papa extica. No tienen Plan. Esta objecin se parece a la que gira en torno a las reuniones de gabinete o a las tomas de decisin sin previa consulta con la oposicin. Qu clase de objecin es sa? A quin le importa cmo la Presidenta lleva su gobierno o cmo ordena su escritorio si cumple los objetivos? Si logra resultados, por qu exigirle un plan? Slo objeta esto quien carece de argumentos para criticar un rumbo que le disgusta. Le resulta ms fcil reprocharle al Presidente que llame a sus ministros fuera de hora. En general, el establishment suele exigirles un Plan a los gobiernos ms populares. Por otra parte, es el nico actor que puede exigir plan, ya que los dems exigen pan, paz, trabajo, libertad. La popular exige resultados. Es fcil tener un plan de accin fijo y escrito cuando el rumbo gubernamental emprendido coincide con la voluntad del poder, de sus think tanks y con todo su cardumen de economistas y politlogos. En ese caso, el plan no slo existe sino que est redactado de antemano y preaprobado. Lo nico no incorporado es la voluntad popular, la negociacin de intereses en conflicto de los simples ciudadanos. En otras palabras, la poltica no est incorporada al Plan. Dicho esto, carecer de un plan no es sinnimo de carecer de un rumbo o de ser imprevisible. De hecho, el rumbo de los dos gobiernos K ha sido muy claro y previsible. Sus grandes lneas aparecen en los discursos de Nstor y sobre todo dePag 20

Cristina. Adems su orientacin es clara: entre dos opciones estratgicas que se presenten, podemos prever cul intentarn tomar. Si bien no hicieron todo lo que previmos, s fue previsible todo lo hecho en sus grandes lneas. Esto es un plan de accin poltica, que incluye a la poltica, sus vayvenes, sus incertidumbres y los cambios de voluntad popular. La exigencia de un Plan es slo otra crtica escondida al rumbo dado. Nadie se queja de la falta de Plan si el rumbo lo convence. No hay repblica democrtica que pueda guiarse por un Plan, y para qu tenerlo si no va a seguirlo. Con elecciones cada dos aos, la democracia tiene una lgica imposible de escribir en un plan. De hecho ni siquiera siguieron un plan aqullos que, como Martnez de Hoz, se libraron de la presin cambiante de la voluntad popular. En realidad, Joe padeci la presin suya y de sus secuaces. Por eso privatiz algunas empresas, nacionaliz otras, arruin algunos sectores industriales, favoreci a otros. Claro que, ex post, present su Plan en un libro, como mostrando una lgica detrs de la rapia, como aquellos reyes que despus de coronarse a golpe de espada hacan gala de una genealoga que probaba su origen divino. Mejor hablemos de logros o de fracasos, y no de planes. Si la gente est mejor, con mayor inclusin y un mayor grado de derechos, qu importa si el gobierno lo consigue sin Plan, sin reuniones de gabinete, sin conferencias de prensa y sin consultar a sus ministros o secretarios. Habr que ver si sta no es una forma mejor de gobernar. No importa tener plan; importa tener rumbo. Y sin rumbo nadie logra lo que lograron estos gobiernos. Si no es magia, es devocin religiosa.

No me molesta que Moyano sea negro, sino que defienda a los negros Es histrico que la oposicin a los procesos populares le endilgue al sindicalismo una dirigencia conformada por ladrones, estafadores y delincuentes capaces de cualquier tropela, que slo militan para enriquecerse y aumentar su cuota de poder

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destructivo. Es una verdad que nunca necesit pruebas: bast con haberla reproducido las veces suficientes en forma de titulares. Igual que con la gripe A, bast repetir la amenaza de que vena a acabar con todos para que nos comportramos como imbciles: con barbijos, desinfectantes, dispuestos a dejar de besarnos al saludar y a hablar siempre por interfon. Hoy le toca a Hugo Moyano... Sus detractores no necesitan investigaciones judiciales, ni le reconocen el derecho a una legtima defensa, para sentirse libres de concluir que es un negro ateo y ladrn, un rico lleno de propiedades ocultas. Lo ms sorprendente es que esa acusacin sirve para descalificar cualquier accin que realice el gremio de camioneros o la CGT. Si nos entersemos de que Sarmiento pas vales indebidos en sus viajes, deberamos objetar su plan de escuelas? Adems de que posee propiedades millonarias, tambin escuchamos que Moyano habra formado parte de la Triple A. Sin embargo, nadie puede sostener que la actual CGT acta como CGT de la Triple A o es siquiera su Heredera. Sin contar que quienes denuncian esta pertenencia ideolgica jams se animaran a sealarla si realmente creyesen en este supuesto. ste es el orden de las respuestas que deberamos desarrollar ante nuestro interlocutor... Primero: quin es Moyano? Moyano est antes que los K en la arena nacional. Se enfrent a Menem y a su flexibilizacin laboral, cuando apoyarlo pagaba bien. La defensa de los intereses de sus bases no es reciente y eso tuvo su premio, al menos desde los votos de quienes se beneficiaron con su conducta (Si buscara caerle simptico al Jockey Club, Moyano s sera sospechoso). Segundo: la razn penal. Como cualquier ciudadano, Moyano debe ser investigado y, ante una condena, ser encarcelado. Incluso ms: si un representante poltico como Moyano tuviese un procesamiento firme, debera dar un paso al costado (aunque la ley no lo obligue, sera recomendable). Esto tambin corre por ejemplo para Macri, y por supuesto para tanto pedfilo que sigue dando misa y viviendo de la ddiva despus de haber sido procesado.

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Tercero: el contexto. En la historia argentina no hubo otro perodo de gobierno donde se hayan iniciado ms demandas y encarcelado a ms jerarcas del sindicalismo. En este perodo K, ningn sector puede sentirse intocable: FF.AA, Iglesia, sindicatos, funcionarios como Jaime. Las demandas no parecen tener los frenos de siempre. Podemos creer que es poco o mucho, pero no podemos negar la reduccin de impunidad. Sin embargo, quienes no quieren a los sindicalistas prefieren considerarlos culpables ya juzgados pero impunes gracias al accionar de los jueces, que son todos corruptos: sta es una salida muy conveniente para evitar la discusin poltica. Cuarto: la respuesta poltica. Pensemos en una CGT cuyas medidas de accin directa consiguen ampliar los derechos de una cantidad de tipos que por sometimiento de realidad econmica estaban obligados a facturar. En otras palabras, imaginemos que PyMEs como Techint o Clarn terminan incorporndolos como asalariados, no slo con el sueldo acorde sino, an ms importante, con condiciones de trabajo aseguradas: descansos, cascos, baos, vacaciones, etc Se abren entonces las siguientes preguntas: Por qu la inclusin de estos trabajadores debera ser criticada por la sospecha de Moyano y sus campos o mansiones? An ante la posibilidad de encarcelamiento por el peor de los crmenes, estas medidas no dejan de ser positivas. Ms preguntas... Por qu los empresarios detestan a Moyano? Acaso este hombre debera gustarles? Por qu, en cambio, los camioneros apoyan a su conduccin? Por qu los trabajadores en negro suean con ser sindicalizados, y por qu no fueron sindicalizados? Cmo lograr que lo sean? Dialogando con los empresarios? Todas estas preguntas llevan a romper con la idea de los sindicalistas detestados, que nadie quiere, venidos de Marte y que nada hacen por sus representados. Si son chorros, a la crcel con ellos. Pero no por las sospechas que alimentan los titulares de los diarios o los zcalos de los noticiero de TV, sino por hechos probados y por una condena judicial. An cuando sta lleve igual tiempo que la causa por la recuperacin de chicos apropiados o el juicio y encarcelamiento a empresarios con fondos no declarados en su economa.Pag 23

Por otra parte, sus acciones polticas positivas deben ser reconocidas y apoyadas como tales. De lo contrario, estaramos objetando por sospechas sobre personas, y sin tener en cuenta procesos polticos reales. Qu hizo la CGT por los trabajadores agremiados? sta es la pregunta poltica. Flexibiliz o incorpor? Aument salarios? Mejor las condiciones de trabajo? Es esperable que un buen sindicalista provoque una reaccin contraria en el empresariado.

Lo s de buena fuente o la sospecha posta-posta La sospecha es una gran arma de difamacin a mano del poder no electoral, la verdadera oposicin. Sus instaladores reemplazan a los jueces en la definicin de culpables, y se convierten en grandes ganadores de las nuevas condenas. Entre estos instaladores de sospechas, se encuentran las corporaciones mediticas. Y si creemos que el acceso a la justicia es restrictivo, imaginemos lo que significa el acceso a los medios: slo los grandes anunciantes y los propios dueos de medios acceden a la mquina de generar sospechas y por lo tanto de impartir justicia. Como vimos en el caso Moyano, la sospecha de su enriquecimiento ilcito es suficiente para invisibilizar el salto de inclusin salarial y de mejoras laborales que logr la CGT. Slo por repetida, la sospecha se torna en verdad irrefutable, sin derecho a rplica o defensa y como si esto fuera poco, con valor poltico superior. As la sospecha de un afano denosta todo el proyecto de Asignacin Universal por Hijo o la recuperacin de los fondos administrados por las AFJPs. Otro ejemplo de banalizacin es el imaginario donde todos los polticos son unos chorros corruptos, y donde la justicia no los condena porque la aprietan. No es necesario comprobar una sospecha para usarla; tampoco es necesario justipreciarla, medirla, pesarla. Una sospecha posta-posta es como un comodn: le gana a cualquier realidad. Los medios de comunicacin son los nicos con poder suficiente para instalar sospechas de peso (otrora poda hacerlo la hoy depreciada iglesia catlica). De esta

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manera juzgan y condenan al escarnio pblico por encima de las voces que se atrevan a levantarse en contrario. El extremo de este privilegio aparece encarnado en el notero de CQC que infiltra micrfonos en organismos pblicos para investigar, juzgar y condenar al funcionario de conducta reprochable en el prime time de TV. Quin le dio autoridad para eso? Quin fiscaliza los intereses y prejuicios del notero a la hora de decidir a quin investigar y a quin no? Cmo repara el programa a los espiados cuya conducta no revel nada reprochable (esto no significa que sea lcito investigar an a los verdaderos malhechores). Los medios son los grandes ganadores de esta estupidez instalada del son todos chorros y son todos impunes. Lo interesante es que en la Argentina faltan crticas serias a nuestros tribunales como institucin responsable de impartir justicia. No slo la Corte Suprema goza de un altsimo prestigio entre oficialistas y opositores, sino que los tribunales en general no reciben crticas de la oposicin poltica. Alguna figura meditica como Oyarbide genera rechazos, pero ningn opositor sostiene que la justicia argentina es un hazmerrer o un antro de corrupcin. Con este alto nivel de aceptacin, cmo sostener que tanta gente culpable por sospechas posta-posta nunca haya sido procesada? Por qu tribunales tan poco objetables, que procesaron a Jaime, Pedraza, Zanola, Macri, todos tipos con fuerte poder (recordemos que a Mauricio lo procesaron cuando an tena cierta oportunidad nacional, cuando muchos lo vean como el gran ganador de 2011), no se les animan a los corruptos y delincuentes que los periodistas escracharon postaposta? Y si las sospechas fueran falsas? Y si fueran opiniones no comprobables como la que nos haca creer que Rock Hudson era amante de Doris Day? Por qu mejor no discutir poltica de hechos? O acaso alguien aceptara, en tanto argumento poltico para votar a los K, frases como sospecho que CFK guarda en un cajn contratos por cien mil millones de dlares con China, y que los mostrar una vez ganadas las elecciones?

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Mantengamos las sospechas como sospechas. Convertirlas en verdades elimina la posibilidad de discusin poltica y les da mucho poder a los instaladores de sospechas.

Tu pasado te condena Algunos creen que el apoyo a la gestin K se basa en un planteo teocrtico, como si apoyramos este proceso poltico porque las personas que lo llevan adelante son sobrehumanos o han sido agraciados con la infalibilidad papal. Para ellos cualquier muestra de inters humano o una contradiccin en la historia de cualquier actor poltico relacionado al Kirchnerismo, aunque sea el aguatero, permite concluir que el proceso llamado kirchnerismo es una estafa de la A a la Zeta. En poltica slo importa qu hacen los polticos hoy y qu creemos que harn en un prximo mandato, que es cuando apoyamos sus gestiones. De hecho, nadie seguira eligiendo a un prcer por lo que hizo en el pasado si hoy el mismo prcer defendiese cosas aberrantes o cuestionables (la fidelidad del ciudadano hacia su representante vale lo que un cacahuete). En principio, la arqueologa poltica es el arte de buscar hechos pasados que comprometan la pureza poltica de cada funcionario. En realidad es el recurso de quien no encuentra hechos actuales comprometedores. Los K tienen apoyo por lo que hacen. Para romper el vinculo de la gestin kirchnerista con sus simpatizantes, la oposicin debera opinar sobre las acciones de hoy y sobre las esperables de maana, no sobre sospechas de lo que pas o de lo que pensaron aos atrs porque no tendran importancia poltica ni an ciertas (y sobre sospechas posta-posta no se puede construir una opinin poltica). El pasado le importa a la justicia, a quien tenga que reclamar algo de entonces, pero no a quienes se benefician con acciones de hoy. Podemos exceptuar de esta premisa algn hecho aberrante, acciones que afecten nuestra moral, pero nunca decisiones polticas pasadas. Quizs, y slo decimos quizs, en una Argentina futura y esplndida donde sobren candidatos que nos garanticen la realizacin de proyectos de crecimiento, justicia, inclusin, podramos darnos el lujo de comenzar a filtrar candidatos por sus acciones pasadas, dndoles prioridad a los de pedigree. Incluso podramos filtrarlos segn un medidor de sospechas populares (llammoslo sospechmetro) y, porqu no, por cuadro de ftbol.

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En una situacin de exceso de candidatos, los ciudadanos podemos rechazar candidatos por cualquier boludez. Mientras tanto, cuando las opciones son Duhalde, Macri, De Narvez, Alfonsn, Carri, no podemos darnos ningn lujo. Lo que hizo o pens slo importa en trminos de ayudarnos a contestar la nica pregunta que importa: qu creemos que har en un prximo mandato?

Usan el tema de los DDHH para fines electorales o los K no son derechos ni humanos Un reclamo ms especfico de tu pasado te condena se refiere al uso electoral que los K hacen de los Derechos Humanos, y a la denuncia de que en realidad nunca militaron en su defensa. Esta crtica suele provenir de personas para quienes los DDHH carecen de importancia, y para quienes la militancia en organizaciones de izquierda debera llevar a la crcel. El reproche se basa en la bronca de que el kirchnerismo haya usufructuado de una bandera que estos crticos consideran un trapo. Si los K izaron esta bandera para ganar elecciones, bienvenido sea. Esto es justo lo que esperamos de nuestros polticos: que hagan carne nuestras causas preciadas y las lleven adelante. Si lo hacen por conviccin o por votos es casi lo mismo, aunque es preferible que sea por los votos porque las convicciones pueden cambiar con la edad. Los votos es la moneda con la que los ciudadanos apretamos a nuestros polticos honestos para que compartan nuestras convicciones. Cuidmonos de aqullos a quienes nuestros votos no logran incentivar: o bien se trata de fundamentalistas peligrosos o bien alguna otra moneda los tiene cautivos. Podramos argumentar que la bandera de los DDHH no le importaba a nadie, incluso que en trminos electorales sigue sin importarle a mucha gente. Pero sin duda esta bandera honr a los Kirchner ante muchos y ante el mundo; termin siendo bueno electoralmente y muy bueno para la comunidad. Qu mejor resultado podemos pedirle a la poltica? La bandera de los DDHH no arrastraba ningn voto. Los K la levantaron y hoy quizs pague electoralmente. Doblemente bueno.

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El desastre del INDEK ste es el caso ms fuerte de las nimiedades trascendentes En un pas donde las estadsticas no le importan a nadie, que se toque el INDEC se ha transformado en la razn de nuestra decadencia futura inevitable. Diarios indiferentes a los asesinatos de la dictadura, a los crmenes de Kosteki y Santillan, al despido de miles de empleados tras las privatizaciones, a la reduccin salarial de De la Ra y tanto abuso ms hoy no dejan pasar dos das sin lamentar la manipulacin del precio del queso fresco. Primera aclaracin obligada: el tema no tiene ms importancia que antes slo porque alguien crea en la manipulacin. Sigue siendo el INDEC, en un pas donde sus indignados rara vez se indignaron por algo (a lo sumo por el corralito). Por otra parte, cuando discutimos esta cuestin, no aceptemos la equiparacin entre ajustar el INDEC y negar la inflacin. No es lo mismo no comunicar algo que actuar como si ese algo no existiese. De hecho, si de verdad creyese que no hay inflacin, lo primero que hara el gobierno es no tocar nada en el Instituto Nacional de Estadstica y Censo (para qu modificar la medicin si cree que la inflacin es cero?) Tampoco aceptara ajustes salariales del 25% si estuviera convencido de que la inflacin es del 8%, ni saldra a pelear con Coto por el precio de la carne picada. Mal o bien, el gobierno acta contra la inflacin porque la reconoce. Asimismo no debemos aceptar que las modificaciones al INDEC son la fuente de todos los males. Santa Fe y varias provincias tienen un INDEC provincial no modificado y all las inversiones no llegan a paladas, ni el dilogo entre las partes aflora como yuyo, ni el gobernante acuerda todas sus medidas con la oposicin. Slo son provincias cuyos gobiernos no modificaron el funcionamiento del INDEC. Ni ms ni menos. Por otro lado, no podemos discutir este tema sin mencionar los bonos ajustados por CER, que el gobierno canje a los tenedores de deuda externa en el proceso de canje de 2005. Esos tenedores de bonos indexados ganan millones de dlares por ao por cada punto de inflacin que marque el INDEC.Pag 28

Esto genera fuertes incentivos para tocar los datos, tanto por un Estado preocupado por controlar sus finanzas como por los grandes tenedores de bonos ocupados en mejorar las suyas. Por qu la oposicin es tan rpida para denunciar la corrupcin estatal y la cantidad de coimeros que anidaban en el INDEC, prestos a manipular datos por la Kaja del gobierno, pero nunca imagina la existencia de coimerosque anidan en el INDEC prestos a manipular datos por la caja de los bonistas? As como la discusin de las AFJPs no puede darse sin mencionar la montaa de plata que pas de los banqueros al control del Estado, no podemos discutir sobre el INDEC sin hablar del ahorro anual que significa para el Estado y de quin se llevara ese ahorro en otras circunstancias. Podemos estar en desacuerdo, podemos preferir las formas y los funcionarios anteriores, pero no podemos negar que aqu se habla de muchos billetes, y que los medios que fogonean esto saben perfectamente de quin es este dinero. Admitamos, a lo sumo, que deberan entregar el INDEC a un organismo de prestigio para que lo administre, sin cipayos que les regalen puntos a los bancos y sin funcionarios que defiendan las arcas del Estado ms all de las normas. De todos modos, con instalar la idea de que detrs del INDEC hay un montn de guita que pasa de manos, la discusin esta ganada. Aunque la perdamos. Discutir sobre el INDEC no es discutir de formas, sino de intereses. Hay mucho dinero detrs de las formas en que se acta. Asegurar la transparencia del INDEC antes de su intervencin slo revela que en ese entonces los medios no protestaban.

Es por el viento de cola o cuestin de cola Todo lo bueno es fruto de un viento de cola, casi inevitable, una fatalidad, y todo lo malo es fruto de un plan premeditado trazado en la mesa intima del kirchnerismo. Quin no escuch este planteo en palabras menos evidentes? Ante la mencin de cualquier logro de la poltica K, nunca falta quien argumente con el viento de cola, que en el imaginario es un viento civilizador y de progreso que inevitablemente sopla cuando la soja toca cierto precio mnimo. Un viento de cola que ayuda slo al gobierno nacional y a ningn otro: ni a Macri en CABA, ni aPag 29

Binner en Santa Fe. Se trata de un planteo de fe, que no acepta prueba en sentido contrario. El propio planteo tiene una faceta interesante. Un gran viento de cola hace que un barco se desplace ms rpido y con menos esfuerzo, pero no asegura la llegada al puerto deseado. Ya sea al paraso o al infierno, un viento de cola lleva rpido pero el rumbo es mrito del capitn. Volviendo al fondo de la cuestin, slo alguien con una pobre concepcin de la poltica puede creer que el dinero surge en un camino nico e inexorable de xito. De ser as, no existiran los Emiratos rabes, pases con viento de cola pero donde la mujer no puede ni manejar y donde un par de familias s maneja todo. La poltica tiene mucho que hacer en poca de crisis y en poca de bonanza, y segn la poltica los caminos difieren tanto como Bahrain de Suecia. El primer argumento contra la hiptesis del viento de cola consiste en recordar que Menem tambin tuvo el suyo: los ingresos extraordinarios por las privatizaciones y el acceso a la deuda en montos y tasas histricamente excepcionales. Sin embargo, sus decisiones sobre cmo aprovechar ese viento fueron polticamente distintas. El segundo argumento es preguntar de qu forma la soja ayuda a cambiar la corte de Menem, a nombrar a Zaffaroni, a reiniciar los juicios, a promulgar las leyes de medicamentos genricos, de medios, de matrimonio igualitario, a implementar el DNI Nac & Pop a 50 pesos y tantos etcteras que figuran en La Lista de Logros y que no tienen que ver con el crecimiento, ni con los recursos ni mucho menos con el precio sojero (en todo caso, la soja por las nubes podra construir la Argentina que so Martinez de Hoz: mucha soja y pocas zapatillas; una peonada disciplinada y unos hacendados disciplinantes). Hay una discusin de fondo sobre cunto de la solvencia del Estado proviene o no de la soja. Si sta desapareciera de la noche a la maana, el gobierno actual y cualquier otro debera hacer un viraje feroz. Que conste: tambin debera virar si de la noche a la maana Brasil devaluase 50% su moneda, o si la ANSES tuviese que devolver los fondos a las AFJPs, o si el Banco Central recuperase la independencia menemista a manos de Pedro Pou, o si las fbricas de automviles se mudasen a Brasil, o si los ros de las represas bajaran su cota extraordinariamente.Pag 30

Muchos hechos drsticos haran cambiar la poltica, bsicamente porque la poltica argentina se basa en muchos pilares, lo cual es positivo. De hecho, los recursos del Estado provienen de distintas medidas: - El mantenimiento del dlar lo ms alto posible, que a su vez mantiene la exportacin no agropecuaria tambin en el nivel ms alto posible. - El mantenimiento del consumo, que lleva a un nivel de mercado interno excepcionalmente alto y a una actividad excepcionalmente alta. - La inclusin social de jubilados; y la AUH, que permite reforzar el mercado de consumo interno y mantener una paz social en una poca con fuertes tensiones redistributivas. - Las retenciones a la soja, que impiden que una soja recontraalta se transforme en hambre para la mesa argentina porque frena su precio interno, y que generan recursos pblicos por el impuesto que significan las retenciones. - El recupero de las AFJPs, que permiti que el Estado dispusiera de los recursos necesarios para incluir a dos millones de jubilados y para indexar las jubilaciones semestralmente. Sin estas medidas, la soja de cola solo servira para que los productores se beneficien con un excedente an ms extraordinario. Sin duda, tener multimillonarios en el pueblo es bueno (suelen comprar ms, consumir ms servicios, dar mejores propinas en los restaurantes) pero no generan ningn derecho. Todo lo que desborda es por su propia voluntad y a la velocidad que les da placer. En cambio, tener un Estado rico genera derechos, reparte segn la necesidad (y no segn el placer del rico de turno), construye infraestructura, mejora el acceso a bienes pblicos, mejora la igualdad. Quien crea que es lo mismo, seguramente no vive de las propinas. Muchos de los logros K son polticos, no requirieron de mayor caja. Si alguien dice que cualquiera lo hara mejor, que comience por aceptar que lo que ocurre es bueno.

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Falta seguridad jurdica Otro argumento opositor gira en torno a la falta de seguridad jurdica, que ahuyenta inversiones. No importa que el nivel de inversin sea tan alto como el pico de la era menemista; siempre escucharemos este mantra. Es cierto que durante la era K las inversiones extranjeras en infraestructura, sas que requieren mucho dinero y recuperables a muy largo plazo, no logr los niveles s alcanzados durante el Menemismo. Pero tambin es cierto que en esa poca los capitales inversores exigan una seguridad jurdica que les garantizara un retorno mnimo alto, tarifas dolarizadas y ajustadas por la inflacin de EEUU, el reconocimiento del CIADI como tribunal arbitral, la limpieza de empleados y deudas en las empresas, la posibilidad de vender compaas a precio vil y de aceptar los pagos en bonos depreciados pero tomndolos a precio total. Si stas fueron las condiciones bajo las cuales los capitales extranjeros se sintieron seguros, quizs debamos pensar que lo mejor para los argentinos es financiarnos por las nuestras aunque nos tome ms tiempo realizar las mismas inversiones. Antes de seguir, un somera aclaracin El Menemismo es una poca recordada como de seguridad jurdica, pero los contratos de concesin se renovaban sin pasar por nuevas licitaciones como deca la Ley. Los contratos de trabajo se flexibilizaban an despus de que el comprador hubiera comprado la compaa privatizada, lo cual significaba un cambio favorable, pero fuerte cambio al fin en sus condiciones de licitacin. A las telefnicas se les permiti rebalancear tarifas, lo cual les cambi el perfil de ingresos basndose en los abonos, menos propensos a la competencia que se acercaba, antes que en el minuto de larga distancia. Tambin a las telefnicas les renovaron sus perodos de explotacin monoplica. En realidad, no hubo seguridad jurdica en esos aos. Slo hubo privilegio para el capital, seguridad en la rentabilidad. La verdadera seguridad jurdica obliga a mantener las reglas estipuladas con antelacin. Un oferente de una ruta por peaje podra decir de haber sabido que me renovaban la concesin por otros diez aos, habra ofertado ms y habra ganado.

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Sin embargo, no hay reclamos entre empresarios. stos slo reclaman al Estado y nunca a otro privado con privilegios: es como si existiese un pacto de no protesto porque maana me puede tocar a mi. Otro ejemplo de verdadera inseguridad jurdica seria un Presidente que asume por un periodo de seis aos no renovables, y que en el medio abusa de este poder para levantar esa restriccin. No es ilegal, pero seguro que provoca inseguridad jurdica por haber cambiado las condiciones previas. Por ltimo, y despus de argumentar que lo que se recuerda como seguridad jurdica no fue tal cosa y que las inversiones que hoy ahuyentamos bien ahuyentadas estn, pasemos a la seguridad jurdica per se. Preguntmonos entonces: es bueno que un pas mantenga las reglas tal cual estn? Uno dira que a mayor previsibilidad, mayor facilidad de inversin y mayor capacidad de comprensin para los ciudadanos. Incluso culturalmente resulta ms fcil vivir en un pas donde sabemos qu nos depara cada accin, aunque ms no sea en cuanto a la accin punitiva del Estado. Pero acaso por esto deberamos entender que no podemos modificar reglas y condiciones que consideramos necesario cambiar? Vale la pena sacrificarse para mantener algo que creemos un error, slo para que no se debilite la visin de inamovible que queremos dar? (ver polticas de Estado). La proclamada seguridad jurdica sirve para mantener las reglas de juego a favor de las empresas.

Un pas imprevisible o hay que dar seales Esta crtica se basa en la creencia de que un Presidente es un banderillero nutico, alguien cuyo trabajo consiste en enviarles seales a todos con los cdigos que cada uno aprecia. As, si los banqueros de Wall Street consideran que un tipo vestido de payaso es alguien serio, los Presidentes deberan vestirse de payaso? Si despedir gente en parva es seal de progreso, los Presidentes que quieran progresar deberan preparar el despido de millones? Segn esta crtica, desaparece la responsabilidad de los analistas econmico y poltico. No es responsabilidad del analista analizar un proceso y pronosticar si vaPag 33

a crecer o no, si va a defaultear o no, si van a huir o no, mas all de cmo vista el Presidente, qu modales tenga o cmo hable? Por qu el Presidente debera facilitarle el trabajo al analista, vistiendo trajes que el analista asocia con un tipo serio o con un pronstico? La previsibilidad de un proceso depende, entre otras cosas, de la capacidad anticipatoria de quien lo analiza. Para Altamira, candidato del Partido Obrero que espera cada ao el fin del capitalismo, EEUU es un pas imprevisible. Cuando le preguntamos a Redrado o a Melconian sobre el futuro de la Argentina, sus pronsticos sern poco precisos (la inflacin puede entrar en un espiral galopante, aunque tambin podra no ocurrir) y encima rara vez aciertan. Esto significa que nuestro pas es imprevisible, que est errado? En cambio para Miguel Bein, a quien nadie puede acusar de ciego kirchnerista, la Argentina no es imprevisible. De hecho, sus pronsticos para las variables macroeconmicas en los ltimos aos tienen mrgenes de error del orden del 15%, que no es suizo pero que tampoco definiramos como imposible de prever. Es ms, la mayora de las veces, sus pronsticos son acertados. As, la imposibilidad de pronosticar un proceso no siempre habla del proceso sino tambin del talento de quien pretende pronosticarlo. No todos los procesos son previsibles por todos los analistas. Es responsabilidad de los banqueros y empresarios pasar a retiro a los suyos despus de casi una dcada de incapacidad. Quin sostuvo en 2009 que la Argentina ira a default y que el matrimonio K renunciara apenas perdiese las elecciones legislativas? Quin dijo que subiran el dlar por las nubes antes de fugarse? Hoy parecen pronsticos slo dignos de Carri, pero en su momento fueron analistas serios quienes los sostuvieron y muchos inversores vendieron sus bonos a precio de quiebra a partir de esos anlisis. Lo grave es que no han tomado medidas de cambio en su equipo de analistas sino que esperan que el gobierne cambie el rumbo o la forma en que enva seales. Quien pretende inflacin cero, devaluacin cero, aumento salarial cero, mercado creciente y renta garantizada, no pretende previsibilidad sino un bono del tesoro suizo. Pero claro, esas inversiones pagan un inters del 0,25%, y a quien invierte en ellas no se lo llama empresario sino rentista. Un Estado que garantice estas

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condiciones para sus empresarios, con tasas de ganancias altas, se encontraba nicamente en la Argentina de los 90. Esperamos no repetir la experiencia. El Presidente debe facilitarles el anlisis de la coyuntura a todos los analistas? Debe darles las seales que necesitan para interpretar un proceso econmico y poltico?

Las leyes sern buenas, pero tambin son robadas Entre los argumentos que escuchamos cada tanto, figura el de las leyes buenas que no son de los K: se las robaron a los socialistas, a la Carri, al budismo zen, etc Al parecer, porque alguien las pens o sugiri antes, no tiene ningn mrito el gobierno que finalmente las implement. Es como aplicar el copyright a la poltica. Yo tuve la idea, vos no pods llevarla a cabo y si lo hacs no hay reconocimiento. As abolir la esclavitud en EEUU no fue mrito de Lincoln, sino de un joven talabartero que hace cien aos en Glascow una maana se dijo los americanos deberan abolir la esclavitud. Cunta ms apertura podemos pedirle a un gobierno que implementa ideas de otros? La ley de medios y la ley de matrimonio igualitario fueron proyectos concebidos antes de la propia formacin del Frente para la Victoria, y la inclusin social es una idea anterior al nacimiento de CFK. Deberamos prohibirle implementar medidas en esa direccin? El mrito poltico es de quien implementa las ideas. Para quien las pens, quedar el rdito intelectual.

Curriculum Vitae, hundido! Alguien arroja un dato histrico de un diputado del FPV, y as pretende probar que la ley universal es falsa. JAH! Fulano vot a favor de las AFJPs en el '94, Mengano apoy a Grosso para intendente en el '83. Luego agrega: ves que todo esto es una truchada, una mierda, chorra, montonera, atea, petitera?. Nosotros repreguntamos: quin apoyara hoy a un tipo que vota en contra de los avances sociales o a favor de los genocidas slo porque treinta aos atrs se opuso a la Revolucin Libertadora o porque hace doscientos defendi a San Martn cuando cruz los Andes?Pag 35

Lo mismo aplica al revs. Salvo algn hecho aberrante, si en los '90 era un imbcil pero hoy es un buen gerente de nuestros intereses y todo indica que seguir sindolo, ste es un poltico para votar. No nos hace falta el test del CV, ni siquiera conviccin: slo nos hace falta creer que hoy va a actuar conforme a nuestros intereses. Quien es hoy es lo que vale. No es un juicio moral, es un juicio de inters mezquino por parte de los ciudadanos. Me sirve o no me sirve?

La inseguridad, el INDEC de la oposicin Un dato contundente para comparar ndices de inseguridad urbana es la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes. Los pases miden las muertes ms o menos de la misma forma, no as otros delitos como el robo y el hurto, sin mencionar que es ms fcil esconder un reclamo de hurto que un cadver. La Organizacin Panamericana de la Salud (que Guillermo Moreno todava no cop), insiste en su intento de convencernos de que la Argentina mejora este ndice desde su nivel mximo de 7,6 homicidios por 100.000 habitantes ocurrido en 2002 hasta el nivel de 4,4 en 2008. Ademas nos ubica en el continente con niveles parecidos a los de EEUU, Chile y Uruguay aunque por encima de Canad y por debajo de Brasil y Mxico. Nuestro continente tiene niveles que duplican los de Europa occidental, lo cual nos habilita para exigirles mejoras a nuestros gobiernos. Dicho esto, tambin es cierto que segn la OMS la Argentina se encuentra en una buena posicin regional. El siguiente grfico muestra las series de 1995 a 2008 para varios pases de la regin segn la OMS. Quien quiera verificar puede ingresar a: http://www.paho.org/Spanish/SHA/coredata/tabulator/newTabulator.htm y armr su propia versin.

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Tasa de Homicidios9 8 7 Por cada 100.000 Hab 6 5 4 3 2 1 0 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Aos EEUU CHILE CANADA ARGENTINA URUGUAY

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La seguridad total es un objetivo inalcanzable, y siempre habr un crimen que nos deje el miedo a flor de piel. Pero en nada ayuda a nuestra calidad de vida que los medios bombardeen a la ciudadana, y le generen terror con fotos y noticias de crmenes espantosos que se repiten a diario y durante toda la jornada . Esta accin terrorista de los medios explica porqu, en pases con el mismo ndice de muertos cada cien mil habitantes (es decir, donde la realidad es parecida), la percepcin de la inseguridad es tan diferente (sus habitantes viven con tanto o ms miedo). As lo muestra el grfico basado en la encuesta peridica que realiza la Universidad Vanderbilt bajo el pomposo nombre de El Barmetro de las Amricas sobre la percepcin de la inseguridad en 2010 Otra vez, quien quiera verificar los datos puede hacerlo en www.vanderbilt.edu/lapop/ab2010/2010-comparative-enrevised.pdf

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Probablemente la Argentina sea el pas americano ms psictico en trminos de la relacin entre criminalidad real y percepcin del delito. A quin se lo debemos? Es cultural? Es histrico? Cunto ayudan los medios ? Acaso incide la campaa de desprestigio a Lo Poltico? La respuesta debe ser una mezcla de todo esto y nadie tiene la respuesta con precisin. Para los autores de este Manual, los medios del poder en Argentina llevan a cabo una accin que no dudamos en catalogar como terrorista. Una accin terrorista puede no dejar vctiminas, como sera el caso de una bomba que estalla en un colegio fuera del horario escolar: no habra vctimas, pero la ciudadana quedara paralizada por el terror. se es el objetivo de los terroristas modernos: no cobrarse vidas (que por muchas que sean, son siempre pocas) sino cobrarse las mentes, aterrorizar en grandes cantidades para influir en las decisiones polticas. Una accin que difcilmente puede matar a diez puede fcilmente aterrorizar a millones. Por su parte, la metralla meditica instala un terror sin autor, que en realidad se concluye provocado por la incompetencia del gobierno y de la poltica en general para sacarnos de este estado insoportable. La poltica nos mata sera el mensaje. As como un estado de alegra general resulta en un mayor apoyo al gobierno (aunque, como vimos, el mundial del '78 no bast para dar vuelta una opinin desfavorable), un estado de terror permanente, en especial sin enemigo externo en quien descargar las culpas, erosiona el apoyo a cualquier gobierno. Por eso, quien influya en el estado de terror, influir en el apoyo a la clase poltica.

As como creernos los ms vivos no nos hace ms vivos aunque lo creamos con conviccin, creernos un pas devastado por la inseguridad tampoco nos confirma como un pas devastado por la inseguridad. La sensacin de inseguridad afecta el vnculo de los ciudadanos con sus polticos. De aqu el inters de tantos por exagerarla.

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Son todos unos corruptos La frase se enmarca dentro de las sospechas posta-posta sin confirmacin de la justicia. Aqu la clave est en pensar si ste es un gobierno cuyo eje es la corrupcin, si la poltica est supeditada a la coima, o si la sospecha posta-posta de la coima busca quitarles visibilidad a los logros polticos. Probablemente aqu ocurra algo parecido a la inseguridad. Recordemos que segn nuestra percepcin seramos el peor de Amrica pero segn datos de la OMS estamos entre los cinco pases ms seguros del continente. Si el eje de este gobierno fuese la corrupcin, por qu no dejar todo en manos de los privados y pedirles, como hicieron tantos gobiernos antes, una tajada que venga ya lavada? Por qu no pedir plata por dejarles las AFJPs a los bancos? O por salvar Aerolneas Argentinas sin nacionalizarla? O por aumentar las tarifas y liberar los mercados de precios? O por cajonear la ley de medios (cuntos cnicos vaticinaban un acuerdo con Clarn apenas las papas quemaran)?. Ms preguntas Cunta plata ganan con los Derechos Humanos? Con la ley de medios? Con la ley de matrimonio igualitario? Con la indexacin de las jubilaciones, con la AUH, con la inclusin jubilatoria entre otras acciones polticas? Harn un buen gobierno para seguir robando? En Santa Fe, Ciudad de Buenos Aires y otras provincias gobiernan desde hace varios perodos partidos contrarios al Kirchnerismo. Ocupan el Poder Ejecutivo; son mayora en el Legislativo provincial, y eligen y controlan a sus jueces. En estas provincias No-K distan de prosperar los juicios contra tanto empresario, poltico, intendente, diputado K que deberan ser corruptos compulsivos. Acaso esto significa que esos partidos pactaron algo a cambio de no juzgar a los corruptos conocidos? Los empresarios K, todos chorros, no actan en Santa Fe, Capital Federal, Mendoza, etc.? Por qu no aparece una infinidad de casos si estamos ante una plaga irrefrenable? Pero en ltima instancia, tenemos aos por delante para enjuiciarlos si la sospecha posta-posta de la coima fuese cierta. Mientras tanto, nos quedan como activo los aos de buena administracin u, quin dice, quizs las sospechas sean erradas yPag 40

esta gente termine siendo inocentes. En ese caso, las sospechas posta-posta habrn sido producto del embate de poderosos que se niegan a ceder terreno. Si todo lo hacen para coimear, por qu no trabajan para las corporaciones y los ricos? O las corporaciones en Argentina son cuqueros que rechazan coimear? Por qu stas detestan a los K y amaron a Menem y a los militares? No ser que hay algo que los K no aceptan hacer ni por coima?

Schoklender se roba la guita de nuestros abuelos Schoklender es el caso de un sospechoso que termina en Tribunales, desafectado de todas sus funciones en la fundacin donde se desempeaba. Dicha institucin se presenta como querellante y como actor activo a favor de la investigacin. Estamos ante una situacin prometedora en un pas donde los sospechados nunca llegan a ser investigados y, cuando llegan como el padre Grassi, gozan del respaldo casi cmplice de la institucin usurpada para delinquir. Ni siquiera tenemos que ver el desfile de personalidades defensoras Ral Portal. La justicia investiga con todo su fuerza. Nadie sale en defensa de Schoklender; nadie sale a matizar su accionar. No podemos pedir ms. Schoklender no rob dinero pblico, porque el gobierno pag contra la entrega de los avances. A lo sumo, le rob a la Fundacin Madres de Plaza de Mayo: es como el tesorero de la empresa Roggio que roba plata que la constructora cobr por una obra realizada para el Estado. Se trata de un hecho delictivo lamentable, pero no de fondos pblicos: el proceso de control del dinero una vez pagada la obra ya no es competencia estatal. De hecho, nadie le exigira al Estado que ponga inspectores en cada empresa para que los tesoreros no se roben los cheques o los gerentes de marketing no los malgasten en campaas innecesarias. Dicho esto, es auspiciosa la celeridad del proceso, saber en profundidad qu delitos se cometieron y qu omisiones de control. Bien podemos desear que no se cometan delitos, pero eso equivale a soar con vivir en un templo tibetano. Lo que la poltica puede ponerse como objetivo es investigar los casos sospechosos y llevarlos a juicio en caso de encontrar fundamentos.

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Si Hebe, algunos funcionarios o el mismsimo Papa fueron cmplices en la estafa, la justicia investigar todo eso y mucho ms. No parece que esta justicia, que proces a Pedraza, a Jaime, a Macri, a Grassi y a tanto genocida, se detenga ante apellidos notorios. Lo que no debemos hacer es transformar cada sospecha en condena, an cuando sospechemos con mucha conviccin. Schoklender fue despedido. Su equipo, separado. Est procesado y probablemente termine preso, as como quienes colaboraron con l. A menos que soemos con un pas sin delito, esta historia es de las ms positivas: un delito resuelto y seguramente condenado. Por qu el procesamiento de Macri no genera reaccin en contrario? Por qu espiar polticos y vctimas no genera reaccin donde s genera reaccin el robo?

Caso Clarn. Es una pelea entre socios: ayer amigos, hoy enemigos Una crtica frecuente consiste en acusar a los K de haber sido amigos y defensores del grupo Clarn para luego comenzar con la avanzada crtica. Una acusacin de conveniencia o de advenedizos. Admitamos que efectivamente fue as, que el gobierno de Nstor no tuvo la fuerza o el coraje (nunca sabremos cul de los dos) para enfrentarse con el multimedio y que, como todos los gobiernos anteriores, acord una paz por la cual la clase poltica no toca el dominio de Clarn mientras cree que a cambio Clarn respetar su juego. Es una paz que todos intentaron sin xito, y Nstor tambin. En realidad, lo que sorprende en estos ltimos 25 aos de democracia es el embate que CFK inici contra la posicin dominante del grupo Clarn y de su pasado. El hecho de que antes no se hayan animado slo revela el poder del multimedio. Por otra parte, este cambio tan radical prueba que la acusacin de ser socios en la corrupcin era una sospecha posta-posta. Por eso sta es una buena noticia que debemos celebrar y respaldar. La pregunta siempre es nos gusta lo que pensamos que va a hacer?. Desde esta perspectiva, hara bien en dejar de votarla quien crea que en su prximo mandato CFK acordar con Clarn una paz como las anteriores, con la consecuente recuperacin de su posicin dominante, y todo a cambio de un par de valijas y algunos titulares con buena onda. Los dems, tengamos lista la boleta.Pag 42

El eventual pacto de Nstor refleja su sentimiento de debilidad frente a Clarn, parecido al de sus antecesores. Lo importante es que CFK pudo romper con esta tradicin. Apoyamos o no apoyamos que los Presidentes de la Argentina tengan ms poder que Clarn? El embate contra Clarn Los ms razonables aceptan que sta es una pelea con dos actores considerados iguales. Los ms extremos sostienen que el gobierno tiene mayor responsabilidad en tanto y en cuanto debe dar ejemplo de sobriedad, tranquilidad, etc... Es poco probable que el discurso fuera el mismo si el conflicto se diera entre un polica y un par de piqueteros resistentes a la autoridad (encima con vehemencia). Pero ste es el doble estndar inevitable. Aqu lo importante es sealar que en una repblica ningn ciudadano debe tener el poder de oponerse al Estado, an ante lo que considere un abuso. En caso contrario, eso mostrara que este ciudadano tiene poder suficiente para obedecer la ley slo cuando la cree no abusiva. De esta manera, le exigira al Estado que sea persuasivo antes de ser obedecido. Ahora bien, qu pasara si a este mismo ciudadano le resultara abusiva una ley que al resto le parece justa? Por qu el resto debe someterse a la ley y al poder del Estado y este ciudadano no? No olvidemos que los tribunales estn para quien busque resistir una accin considerada abusiva. En una repblica, pulsear contra el Ejecutivo es pulsear contra la voluntad ciudadana. Los representantes lo son de toda la ciudadana: no importa lo que crea quien pretende desobedecerlos. No es una pulseada entre dos personas que discuten por un tema personal, como ocurrira si Magnetto estuviese jugando al ftbol con la Presidenta. Es una pulseada entre, por un lado, Magnetto o Herrera de Noble y, por otro lado, la Constitucin, las representaciones basadas en ella y los poderes que ella otorga. El derecho a rebelarse implica sacar los pies del plato, salirse del sistema, perder el amparo del sistema actual, volverse ilegal. Todos tenemos derecho a (el deber de?) rebelarnos contra un gobierno abusivo, con todas las fuertes consecuencias que esto implica.

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No es lo mismo quien acta en representacin de todos los argentinos que quien acta en su propia representacin. Si una persona vale un voto, el Estado son 40 millones y Clarn uno o algunos. No son dos iguales en discordia; es uno que se niega a someterse al poder de todos.

El caso Noble: importa el resultado? La igualdad ante la ley no pasa por el resultado de un juicio o de una inspeccin, sino por la obligacin de todos los ciudadanos de someterse a ella(s). Cuando Carri se alegra por el resultado negativo de los ADN, muestra que su compromiso era con el inters de la Sra. de Noble ms que con la ley. En las aduanas los ricos y poderosos tienen que abrir, como todos, el bal de su auto para probar que no traen contrabando. La Seora ms poderosa de la Argentina se neg a hacerlo por ms de una dcada y el Estado, juicio y algn juez destituido mediante, consigui finalmente que se la sometiera a inspeccin. Que se haya encontrado o no contrabando es secundario. El paso importante (y digno de celebrar) es que el Estado logr finalmente poner a todos en igualdad ante la ley. Muchos cremos que los ADN daran positivo, dada la resistencia feroz que opusieron o quizs por el simple deseo de que ms nietos recuperen su identidad. Incluso es probable que el resultado negativo haya decepcionado a ms de uno. Pero stas son sensaciones personales que nada tienen que ver con la poltica y con las acciones del Estado. El Estado no puede garantizar culpabilidad ni inocencia, slo debe garantizar que todos, an el ms poderoso, sea indagado y juzgado, incluso cuando no quiera, por quienes no quiera y con los peritos que no quiera. En definitiva, eso nos ocurre a todos los argentinos de a pie: somos inspeccionados, indagados y juzgados an contra nuestra voluntad y por autoridades que no escogemos. Como en el caso de la aduana, en el caso de los apropiadores slo stos, o a veces ni ellos sino el entregador, sabe(n) de dnde provienen los chicos. El resto de la sociedad puede investigar a partir de sospechas o de inspecciones de rutina. El valor en juego era la igualdad ante la ley, y sta consiste en que todos podemos ser investigados.Pag 44

Por qu los poderosos tendran un derecho exclusivo a ser investigados en caso de culpabilidad certera? De ser as, el juez slo podra investigar una vez que los haya condenado?

Los medios K Los antiK suelen criticar el reparto de publicidad oficial a favor de los medios llamados K (en realidad, se trata de medios que no acatan la agenda impuesta desde la sede de Clarn en la calle Tacuar). Algunos exigen la aplicacin de una justa proporcin que al parecer se aplica segn la (mayor) cantidad de lectores de cada medio, y que se presenta como una ley natural inobjetable. Lo nico inobjetable de esta proporcin es que beneficia a los grandes: justo a aqullos que, por acuerdos espurios con el Proceso, se quedaron con el control del papel prensa, con una posicin hegemnica sobre la clase poltica debilitada y luego con emisoras de radio y canales de TV. Los grandes son poseedores de la fuerza suficiente para disputar las pautas publicitarias de las grandes compaas, cuando no exigirles exclusividad (quin no recuerda cuando Perfil sali hace diez aos y Clarn logr apretar a sus anunciantes para que no pautaran en el entonces nuevo diario?). Por qu el Estado debe repartir igual pesos por lector y no igual pesos por medio? Esta frmula aumentara la cantidad de voces diferentes ya que fomentara su aparicin. La voz de Clarn no desaparece por no recibir publicidad del Estado (incluso podramos sostener que, por el inters de sus lectores, Clarn debera cumplir con el compromiso de difundir lo que el Estado tenga que anunciar). Distinto es el caso de un medio con dificultades financieras porque se dirige a un pblico minoritario o porque los gerentes de las grandes empresas anunciantes no comparten su criterio editorial. Qu mejor entonces que asistir el mantenimiento de una nueva voz para garantizar la libertad y pluralidad de opinin? Si alguien quiere quejarse, que se queje porque el Estado no estimula a otros medios pequeos: medios dirigidos a minoras tnicas, sexuales, sociales, en especial aqullos contra los cuales acta el prejuicio de los grandes contratadores de publicidad.

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Por qu la sobrevida de los medios debe depender del gerente de marketing de Movistar y no del Estado? Le confiamos a esta empresa la poltica de libertad de expresin? Debera sorprendernos que una situacin as favorezca al ms grande, que en una especie de espiral ascendente desaparece todo lo que no es hegemnico? Una ltima palabra sobre libertad de prensa y de opinin Reclamar por la libertad de un colectivero acusado de cruzar un semforo en rojo no significa defender el transporte pblico ni el derecho a transitar. Defender al dueo de un diario, incluso a un periodista, no es sinnimo de defender el bien pblico de la libertad de expresin ni de la libertad de prensa. Cada concepto tiene su definicin. Los dueos de los medios y los periodistas actan igual que el colectivero que busca nuestro apoyo tratando de que lo asociemos con la libertad misma. Es legtimo que lo intenten; somos bobos si lo logran. Por qu la realidad del mercado meditico impeda que los medios reflejaran el apoyo a una poltica capaz de conquistar votos de la mayora? No debera ser natural que gran parte de los medios representara esta visin? 678: intrascendente y/o intolerable La critica ms importante a 678 reclama que este programa de Canal 7 se hace con dinero pblico, que el Estado gasta plata en un programa crtico de los medios, y que la plata es de todos, de nuestros viejos. Sus difusores parecen olvidar que esta emisora existe desde que existe la televisin, y que por dcadas gast dinero pblico. Antes esto no pareca enfurecer a nadie, como hoy no enfurece el dinero pblico que se gasta para mantener el Teatro Coln, las plazas y distintos espectculos. Como (volvamos atrs) tampoco molestan los comunicadores histricos, desconocidos, intrascendentes de Canal 7, que le hablaban a nadie sobre noticias sin importancia. Eso nunca pareci un malgasto a tener en cuenta. Recin cuando invierte en un programa que genera pasin, con un nivel de audiencia inusitado para los estndares de Canal 7, con el reconocimiento de muchas personas crticas de la televisin privada, el Estado provoca un odioPag 46

visceral, crispado en un sector de la audiencia, por lo general entre personas que confiesan no mirar 678. Por lo visto el Estado logr incorporar un producto que algunos no aprecian pero que tantos otros parecan necesitar. Acaso est mal que el Estado favorezca la pluralidad? Eliminar 678 de Canal 7 volvera la situacin al status anterior, con un nicho de televidentes desatendido por las fuerzas del mercado. Por qu no exista 678 en una oferta que inclua (y sigue incluyendo) programas sobre aves, tortugas, peras, autos?