Manual del anfitrión, de Misterios de la vida diaria por Jorge Ibargüengoitia

download Manual del anfitrión, de Misterios de la vida diaria por Jorge Ibargüengoitia

of 2

Transcript of Manual del anfitrión, de Misterios de la vida diaria por Jorge Ibargüengoitia

  • 8/17/2019 Manual del anfitrión, de Misterios de la vida diaria por Jorge Ibargüengoitia

    1/2

    MANUAL DEL ANFITRIÓN

    Cocteles de siete a diez  

    El mundo está lleno de gente con gustos estrafalarios. Hay quienesaseguran que una de las cosas que más les gusta es un buen membrillocon tinta morada, otros pasan los mejores momentos del día sentadosfrente a la televisión; he oído inclusive a una señora confesar que legustan los cuadros de Nierman, pero hasta la fecha no he encontrado anadie, repito, nadie, que diga que se divierte en “cocktail parties”, “vinosde honor”, “homenajes con botanas”, o como se quiera llamar a estasreuniones de desconocidos parados, agarrados de un vaso.

     Todos deploramos esta clase de fiestas pero muchos nosresignamos a asistir a ellas. Al grado de que todos los días ocurrenvarias y todas están repletas. No sólo nos resignamos, sino que hayocasiones, al caer de la tarde, cuando el dinero se nos acaba antes quela sed, en que paga uno la cuenta, sale uno de la cantina y se mete enel cocktail party  más cercano, que en esos momentos se presenta comouna bendición.

    Pero ni aun en esos caso dice uno “¡Qué fiesta tan divertida!”

    Los asistentes son vergonzantes, igual que los que hacen cola en elMonte de Piedad.

     —Yo estoy aquí por pura obligación. Todos los días tengo queecharme una de estas pachangas. Como tú comprenderás, ya las

    sueño. —Yo vine nomás de entrada por salida, para que el agasajado veaque hice acto de presencia y no me reclame.

    Hay otros que son más sinceros. Entran en la reunión y lepreguntan al primer conocido que encuentran:

     —¿Dónde están los alcoholes?

    Nadie da un cocktail party   en honor de sí mismo. Al contrario. Elagasajado tiene por obligación presentarse en la reunión aregañadientes, como si lo hubieran llevado a fuerzas y como si prefirieraestar en ese momento en otra parte. La expresión del agasajado debeser semejante a la de quien se sacó un reintegro en un cachito delotería. Dirá a sus más íntimos:

     —Estoy aquí porque ni modo. La señora —aquí se dice el nombrede la anfitriona— se empeñó.

    Esta actitud displicente es obligatoria en el agasajado, aun en elcaso de que él haya pagado parte de los gastos.

    Cuando las anfitrionas forman parte de un organismo y estánactuando en su capacidad oficial, nadie es responsable del éxito o elfracaso de la pachanga. En cambio, cuando la anfitriona es particular,admira al agasajado y cree sinceramente que algún beneficio va a

    derivarse de que éste conozca a don Fulano y a don Sutano, todos losinvitados la tomarán por loca.

  • 8/17/2019 Manual del anfitrión, de Misterios de la vida diaria por Jorge Ibargüengoitia

    2/2

      Lo anterior explica por qué de todas nuestras estructuras socialesla del cocktail party   es la más frágil. Una parte de los asistentes noconoce a la anfitriona, otra parte no sabe quién es el agasajado, y otraparte, a veces la más numerosa, no conoce a ninguno de los dos; entróallí por sedienta o por ociosa y porque nunca en un cocktail party  se ha

    negado la entrada a nadie, ya que el fracaso más claro es que el salónesté vacío y el único éxito posible es que esté repleto.

    Son fiestas circulatorias, igual que las serenatas en los pueblos. Va unopasando de un grupo al otro, con una copa en la mano, diciendo lasmismas frases. Para las personas de poca imaginación en inventartemas de conversación, se recomienda dejarse crecer las barbas si nolas tenía antes, o cortárselas si las tenía largas, o en el peor de los casosponerse un pedazo de cinta adhesiva en la punta de la nariz. Contrucos sencillos como éstos la noche se vuelve más amena y laconversación más fluida. Puede uno decir, por ejemplo:

     —Me levanté un buen día, me toqué la punta de las narices y notéuna purulencia… El médico me ha dicho…

    Cuando está uno platicando con una pareja de casi desconocidos y se acerca otra pareja de conocidos a medias, no hay que dejarseinhibir nomás porque no conoce uno el nombre de ninguno de loscuatro. Hay que hacer las presentaciones, que para eso son esta clasede fiestas. Se puede hacer un gesto amplio, que abarque a los cuatro, ypreguntar al mismo tiempo:

     —¿No se conocen? Todos dirán:

     —No, mucho gusto —y se estrecharán manos húmedas por lascopas que sostienen. De esta manera los cuatro recién presentadosentablarán conversación precaria sin saber con quién están hablando yel que los presentó queda en libertad de pasar al siguiente grupo, aexplicar por qué tiene un parche en las narices, o bien, que está en lafiesta por puro compromiso. (11-iv-72.)