MANUEL ACHAERANDIOTEATRO, MOTOR DE CAMBIO

MANUEL ACHAERANDIO

TEATRO, MOTOR DE CAMBIO

Manuel Achaerandio (Atxa) fotógrafo malagueño de raíces vascas, nos presenta en esta exposición una serie de fotografías que fueron realizadas entre los años 1975 y 1980. Nada casual esas fechas. Estábamos en un momento clave en nuestra historia. Se produjo la muerte del general Franco y se empezó a fraguar la democracia a golpe de reuniones. Se buscaba el consenso para la Constitución entre la UCD, PSOE, PCE, AP y la minoría catalana, el PNV se retiró de aquel proceso que concluyó en el referéndum de diciembre de 1978 con un 87,87% de apoyo.

Había que construir el nuevo país desde todos los lados y además con prudencia ya que los golpistas se mantenían alerta. Blas Piñar, líder de la ultraderecha, había entrado como congresista en aquel primer parlamento, con lo que eso significa en número de votos y, por lo tanto, en presencia del radicalismo fervoroso de la Dictadura. Rafael Alberti mimaba su texto Noche de guerra en el Museo del Prado la víspera de su estreno dirigido por Ricard Salvat en el María Guerrero, moldeando las posibles frases hirientes.

Se dice que el éxito de la Constitución radicó en su ambigüedad para no molestar a nadie y poder consensuar una Transición hacia un futuro mejor e incuestionable. Pero esa ambigüedad era la expresión de la incertidumbre. Todo era incierto porque todo era nuevo, todo por descubrir. En el fortísimo impulso de la libertad del país y de sus pueblos, se fraguaron las autonomías. En 1979 comenzó el proceso de lo que se llamó el periodo de las autonomías históricas, que concluyó en 1983. Un reconocimiento que no desvertebró ni destruyó al país. Aunque ETA y el GRAPO golpearon con fuerza, y Margaret Thatcher también. Unas autonomías que permitieron construir poco a poco todo lo que ahora tenemos, muy posiblemente –entre otras muchísimas cosas– las salas de exposiciones por las que esta selección de obra fotográfica de Manuel Atxa pueda ser expuesta reflejando ese momento de arranque y de reprís. Un periodo en el

el apartado de lo inútil. Entraban en juego tres factores claves: el dominio técnico, la mirada del fotógrafo y la percepción –esa intuición que te dice que se acerca el segundo justo, preciso, adecuado– clik del disparador.

El momento que España vivió en el cambio de la Dictadura a la Transición y la repercusión que tuvo en el sector de la escena profesional, ya había sido experimentado con anterioridad en otros países como por ejemplo Argelia, donde después de lograr su independencia, se asistió a la eclosión de un teatro vivo en el que entraron nuevos métodos de trabajo y temas abiertos sensibles a las preocupaciones sociales del momento.

Las nuevas generaciones de jóvenes que no vivieron la guerra civil, junto a la insatisfacción política y social, contribuyeron al surgimiento de compañías de teatro que quisieron usar las artes escénicas como una herramienta de transmisión de ideas y valores que en muchos casos eran contrarios al régimen. Una nueva forma de hacer teatro se fue imponiendo amparada por los jóvenes que habían podido viajar al extranjero, por los espectáculos que de forma excepcional se habían introducido en el olvidado mercado del teatro, o por el regreso a nuestro país de creadores huidos –ellos o sus padres– de la represión franquista; asimismo, los extranjeros que vinieron a vivir y a trabajar a nuestro país también facilitaron esta nueva visión de la escena, y sobre todo, una ligera mejoría en la economía así como una cierta y obligada apertura en el régimen.

Muchas compañías demandaron esa otra forma de hacer teatro, alejadas de lo comercial, de los autores conocidos, de la jerarquía de participación en las compañías oficiales o comerciales o de los salones de teatro equiparados a escaparates de meros encuentros sociales; imposibilitados por la dificultad económica para acceder a los espectáculos con los altos precios de taquilla para las clases populares y, por supuesto de cualquier tipo de subvención o ayuda oficial; motivados por transformar esta realidad y reivindicar un futuro, conocedores de su situación de deseada marginalidad con respecto al sistema, y ansiosos por conocer y ampliar las nuevas técnicas de trabajo, fueron siendo acogidos por las universidades deseosas por presentar los nuevos textos a los que habían tenido acceso –la mayoría de las veces por editoriales sudamericanas– y a los nuevos dramaturgos españoles que mostraban otra manera de hacer, inspirados en los movimientos OFF europeos y en los teatros de guerrilla de los 50 y 60 en Estados Unidos. Así nace el teatro independiente.

EL TEATRO INDEPENDIENTE EN MÁLAGA: MOTOR DE CAMBIO

RAFAEL TORÁN

que Michel Foucault definió la “biopolítica” para definir como el Estado ejerce su poder sobre la manera de vivir de la ciudadanía. Pero nosotros estábamos ajenos a esto. Bastante teníamos con lo que teníamos. Ver Apocalypse now, sorprendernos con que algún avanzadillo había conseguido el primer walkman de Sony, no entender por qué China permitía un solo hijo, no tener ni idea de lo que era el “posfordismo” aunque después sintiéramos sus efectos en la producción industrial. Los más atentos al arte fotográfico moderno empezaban a recibir imágenes de una joven Cindy Sherman que convertía su cuerpo en un campo de experimentación.

Un respeto absoluto siente Atxa por el fotógrafo Antonio Meléndez que fue presidente en esas fechas de la asociación Foto y Cine (FyC), que tuvo sede en la popular calle Beatas entre 1973 y 1980. Asociación a la que Manuel Achaerandio perteneció junto a José Antonio Fernández y Antonio Romero Frías, entre otros apasionados por la fotografía. Y a tenor de la calidad de sus instantáneas, queda claro que fueron años de gran aprendizaje. La mayoría de las fotos escénicas expuestas fueron tomadas con la luz de escena. En ningún momento se hicieron pases especiales para prensa y fotógrafos como en la actualidad. No se trucó nada, no se preparó nada. Se la jugaba en un instante. O lo conseguía o toda la espera quedaba en

Y es aquí donde pone su objetivo Atxa. Por un lado en el foco malagueño de la formación teatral: la Escuela Superior de Arte Dramático (en aquel entonces Escuela de Arte Dramático) y por otro, algunos colectivos del teatro independiente. Además se centra en los tres espacios que en los años 70 dinamizaron la escena: la sala Falla del Conservatorio Superior de Música y Escuela de Arte Dramático, entonces unidos en el edificio; los Comedores Universitarios –auténtico escaparate de la escena malagueña– situado frente al Conservatorio; el patio de San Agustín donde se ubicaba la Facultad de Filosofía y Letras, lugar en el que se han visto numerosas representaciones locales, nacionales e internacionales y sede de los talleres de teatro de la universidad dirigidos por Romero Esteo. También hay algunos espacios exteriores: Torremolinos, Cortes de la Frontera y el Teatro Romano aún invadido por la que fue durante el franquismo “Casa de la Cultura”.

Estos son los espacios en los que prácticamente transcurre la exposición. Lugares vivos que acogían a un importante número de espectadores. La carencia de actividad oficial y pública, la dificultad de acceso y la ausencia de políticas de incentivación a la participación cultural, hizo que el perfil del espectador tipo se situara principalmente en los focos docentes. La universidad se convirtió en el núcleo escénico de Málaga y por aquel entonces en el monte urbano de El Ejido se centraban los importantes espacios escénicos mencionados. En aquel momento, al estar un numeroso grupo de facultades radicadas en El Ejido, era esta la zona joven de la ciudad. Tanto las propuestas de realización y producción escénica como la de exhibición se concentraban entre el patio de la facultad de Filosofía y Letras (antiguo colegio San Agustín) en pleno centro histórico de la ciudad y en los

denominados Comedores Universitarios en El Ejido. Así se creó un triángulo de tránsito cultural.

El Teatro Independiente estaba en esas. El ámbito de trabajo abarcaba el deseo de un nuevo sentido de la cultura, el anhelo por unos amplios horizontes formativos, la vehemencia de un discurso en libertad. Estas líneas impulsaban el día a día de los artistas que trabajaban la escena dentro o fuera de ella. Buscar el texto nuevo que conectara con el público por descubrir; afianzar la técnica de trabajo del actor en metodologías contrastadas; vivir para el teatro que nos llevaría a un “paraíso de felicidad colectiva.” Seiscientos euros al mes es el salario medio del actor hoy –en el mejor de los casos–.

El origen del movimiento Teatro Independiente se da en España a inicios de los 60, aunque se considera 1955 como el año de arranque de este movimiento aunque fuese en una etapa de preparación, y en Málaga, como en Andalucía, llega en dos hornadas. La primera es a finales de los 60 y coincide con la aparición del grupo de Miguel Alcobendas; la segunda surge a mediados de los 70, poco antes de la muerte del dictador y acompaña la historia de los primeros años democráticos.

En esta exposición del ingeniero Manuel Achaerandio, las fotografías han sido agrupadas en seis bloques temáticos que el autor ha propuesto. Por un lado las fotos a color irrumpiendo en contrastada alegría del grupo Mojigangas en una actuación en Torremolinos, un intento de llevar el teatro a la calle. Otro bloque centrado en el foco más personal de Manuel, ya que fue miembro del grupo Tespis surgido en la Escuela de Arte Dramático, y además incluye fotografías de algunas muestras del alumnado. Un tercer bloque dedicado a dos grupos foráneos Aula 6 de Granada y Ditirambo Teatro Estudio de Madrid, que estuvieron vinculados con Málaga por intercambios de actores y por ser Málaga lugar de acogida permanente de sus trabajos. Un cuarto bloque dedicado a Romero Esteo porque recoge fotografías de sus montajes presentados en el patio de San Agustín, y en un quinto bloque entran fotos de dos grupos independientes del momento: Toná y Aguarrás que se fusionaron. Para terminar la exposición hay un sexto bloque que el autor ha querido dedicar a retratos de algunos protagonistas de aquella época.

Se observará en la exposición la juventud de los protagonistas. El teatro en aquel entonces y en cualquier provincia tenía que ser solo cosa de jóvenes. De qué se iba a vivir si no existía ni un mercado equilibrado que atendiera las demandas ni las ofertas culturales;

obsoleta del hecho escénico. Por eso, preocupados y ocupados en esta tarea de conseguir una comunicación más emotiva que intelectual, más orgánica que simbólica y abstracta, más vivencial que preciosista, relegan la estética y la perfección expresiva a un segundo plano y se centran en la pureza de esa comunicación.

Aula 6 de Granada contó siempre con la admiración del público universitario y teatrero malagueño, debida sobre todo por la precisión de sus montajes, sus complejidades y la transmisión de la seriedad profesional. Jorge Molina, actor argentino afincado en Málaga y que trabajó y colaboró con grupos malacitanos, terminó trabajando con ellos y desde entonces Granada se convirtió en su ciudad.

A medida que ARA –el teatro de Ángeles Rubio-Argüelles con compañía y escuela propia y privada– se debilitaba hacia el final de la Dictadura e inicio de la Transición política, desde la ESAD se generaron agrupaciones de alumnos/as y exalumnos/as que decidían constituir grupos de teatro en un principio aficionados que posteriormente iniciaban el camino hacia la profesionalidad. El caso más notable de aquella época fue el de Tespis Pequeño Teatro. Este grupo constituido por algunos miembros del profesorado y alumnado de la ESAD, fue el que consiguió mayores logros y reconocimientos en aquel periodo. Es cierto que contaba con una buena estructura organizativa, con un profesional muy bien preparado para las puestas en escena y con la disposición de la infraestructura de la Escuela para la ejecución de sus planes.

Al margen de la creación del grupo escénico, la ESAD se fue convirtiendo en un lugar de encuentro de teatreros porque organizaban eventos que atraían a la cada vez más amplia familia teatral. Las celebraciones del Día Mundial del Teatro, acompañadas de representaciones o de conferencias de personas notables de la escena, convertían a la escuela en un foco de atención.

La llegada desde Argentina de Luis Jaime-Cortez y su incorporación a la Escuela de Arte Dramático significó el aprendizaje o al menos, aproximación a las metodologías del actor de los grandes maestros: Stanislavski y Bertolt Brecht principalmente. El dio a Tespis el sentido artístico, mientras que Leo Vilar –otro de los nombres claves de la historia del teatro malagueño– puso la gerencia y producción de Tespis. Un reparto de funciones que dio muy buenos resultados, convirtiéndose en la agrupación malagueña de mayor proyección pero de corta existencia.

si no existían circuitos organizados, si no había la más mínima señal de proyección laboral. Apenas existían actores de edad. Que existiera esa división hizo mucho daño al repertorio teatral. Los grupos no podían seleccionar textos con papeles para edades medias o mayores. Antes bastaba que la obra se trabajara en clave de farsa –siéndolo o no– o, en todo caso que una fuerte caracterización expresionista le permitiera ocultar su evidente juventud.

Pero a medida que se avanza en el proceso democrático y se produce el cambio de lenguaje estético, se empieza a demandar la credibilidad en la escena, lo convincente. Ya no es tan importante el mensaje o el enfático discurso contra lo represivo en cualquier orden, ahora el público empieza a demandar emoción y argumento. Para ello es necesaria la credibilidad.

La presencia en la exposición de fotografías del grupo madrileño surgido desde la RESAD, grupo emblemático y uno de los más serios y coherentes con sus postulados, Ditirambo Teatro Estudio, aporta el testimonio de un colectivo que fue ejemplo de cómo la autoexigencia –propia del momento– terminó por destruir al propio grupo. Les unía una misma ideología entendida en términos muy amplios más allá de los estrictamente políticos o sociales; lo que buscaban era una misma actitud ante lo que llamaban “las estructuras”, “ante esa sociedad maquinal e inhumana que nos rodea”, en definitiva, una misma filosofía. Propusieron un “Teatro de grupo”.

Como algunos otros, Ditirambo Teatro Estudio fue un colectivo muy preocupado en establecer un nuevo tipo de relación con el público al que, según ellos, el teatro oficial y comercial estaban engañando o mal formando, mostrando una imagen parcial y

Manuel Atxa se centra con esmero en sus montajes: Antígona de Sófocles en una puesta en escena brechtiana para el Teatro Romano (1975); El retablo del flautista de Jordi Teixidor, sin duda el montaje con el que irrumpieron hacia el gran público, su auténtica carta de presentación (1975). Danza macabra de Strindberg en el que sorprendió el coro que Luis Jaime-Cortez introdujo ampliando el efecto dramático de una obra prácticamente intimista (1976). Mi querida familia, un montaje colectivo en el que se fueron sumando breves trabajos de interpretación con el alumnado, hasta repletar el escenario de un variopinto paisaje de personajes que componían nuestra fotografía urbana de aquella época (1977). Y para finalizar aunque no se ha presentado ningún testimonio del montaje, Tespis se despidió con La loca fiesta de los Pepes (1977), todos ellos brindando en escena –a cual más estrafalario– ante un público divertido y abierto a la desmesura.

A diferencia del periodo de la Dictadura en el que sobresalía un nombre propio por ser prácticamente el único, Ángeles Rubio-Árgüelles, durante la Transición y primeros años democráticos fue la pluralidad de la cantidad de compañías que surgieron la tónica reinante. Pero hubo otro nombre propio que por su implicación en la vida cultural malacitana y por su aportación al sector de las artes escénicas en concreto y su proyección internacional, se ha ganado el respeto y la admiración de todos, o de casi todos: Miguel Romero Esteo.

A su regreso a Málaga, abandonando Madrid donde residía, se hizo cargo del Taller de Teatro y del Taller de Poesía en la universidad y posteriormente dirigió el Festival Internacional de Teatro. Desde ambas plataformas: Universidad y Festival consiguió una notable influencia en muchos

Toná G.T.I. (1975): Historia en dos actos de Rafael Torán (1976); El matapulgas de Pimpaux, creación colectiva (1977); El muñeco viejo de A. Lucas Millán (1977); Recuerdos para una guerra larga, creación colectiva (1978).

Dintel (1976): Hijo pródigo de Miguel Gallego (1977); Triángulo de Miguel Gallego (1978); Sketch, creación colectiva (1978); De cómo un hombre se encontró solo en 3 segundos… de Miguel Gallego (1979); Málaga hoy (recital poético) de Juvenal Soto (1979); Retablo para un tiempo presente de Martínez Ballesteros (1979); El convidado de Martínez Mediero (1980); Angélica en el umbral del cielo de E. Blancoamor (1980); Una historia más de Miguel Gallego (1980); Amor de D. Perlimplín con Belisa en su jardín de Federico García Lorca (1980); Pic Nic de Fernando Arrabal (1981).

Paralelos a estos grupos del teatro independiente, aparecen otros que no se mencionan, bien por ser de institutos (Zebra) –aunque esta fuera una de las agrupaciones más activas e incluso cantera de bastantes protagonistas del teatro malagueño posterior–, o bien por tener escasa vida, aunque sus propuestas fueron de las más interesantes que se realizaron como el caso de GENT-A. Este grupo creado en torno a la facultad de Filosofía y Letras, estaba formado por jóvenes cercanos a los movimientos anarquistas y su modo de hacer pretendía acercarse a las teorías de Artaud.

De todas formas se asiste a un momento en el que todo empieza a cambiar. Algunos de los grupos se fusionan (Toná y Aguarrás) o crean otro nuevo (Dintel con La Caleta). En los 80 surgen nuevos grupos como Acuario o Brea, que entran ya de lleno en la lucha de la profesionalización, inexistente hasta entonces.

El deseo de vivir de su trabajo hace que las compañías ajusten al máximo sus textos a las demandas de los nuevos públicos más cercanos, hecho que dispara las creaciones propias. Esa ansiada profesionalidad se sustenta en el cambio democrático que la sociedad vive, en el desarrollo del estado autonómico y posteriormente en la entrada definitiva del mercado en la cultura en los 90. Pero eso es ya otra historia.

Esta es la relación de grupos y entidades teatrales que estaban presentes en la época que ocupa esta exposición (1975-1980), si falta alguno háganmelo saber. Una época muy marcada por la necesidad de hacer, de construir, de iniciar caminos, de labrar un futuro, de cambiar un

jóvenes escritores y en futuros actores y directores que a la postre, contribuyeron a cambiar el panorama heredado de la Dictadura.

También preparó la puesta en escena con jóvenes universitarios de tres producciones emblemáticas en la historia del teatro malagueño: El amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, de García Lorca, La pájara pinta, de Alberti y el montaje ceremonioso de La vida es sueño de Calderón; todos representados en el patio de San Agustín. Posteriormente con la preparación de Yvone, princesa de Borgoña, de Michel de Ghelderode, terminó la experiencia en la que el alumnado no soportó por más tiempo las –para ellos– exigentes minucias de Romero Esteo en la puesta en escena, y no se llegó al estreno de la obra. Manuel Achaerandio nos presenta aquí fotografías de El amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín y de La pájara pinta.

Tras el final de Tespis, su director Luis Jaime-Cortez reúne a tres compañeros más y forman el grupo Mojigangas en 1978. Un intento tal vez de desintoxicación con el que hacer teatro con un grupo más reducido y por lo tanto más manejable, sin problemas de traslados, ni de escenografías, ni aparatajes técnicos. Un teatro de bolsillo para hacerlo en plena calle. Y por lo tanto un teatro colorista, simpático, alegre, vistoso, transmitiendo un momento nuevo en la sociedad española. Atrás quedaban las pesadumbres y las arduas reflexiones. Era el momento de la acción y la diversión.

El colectivo Toná-Aguarrás responde a la necesidad de fusionarse por parte de los grupos para poder ser más eficientes y conseguir resultados que le acercaran a la profesionalización. Les unía una mirada ideológica similar y un gusto estético cercano. De hecho, no tuvieron ningún problema a la hora de seleccionar sus respectivos montajes anteriores y adecuarlos al nuevo colectivo. Tampoco lo tuvieron para elegir el nuevo texto que harían conjunto y su autor: El barco de papel de Romero Esteo.

Ambos grupos sentían cercanía por el mundo expresionista y por lo abstracto. Tenían conciencia de la lucha antifranquista y creían en el teatro como herramienta de cambio.

Estos dos grupos independientes fusionados en un solo colectivo están presentes en la exposición de Manuel Achaerandio, pero similares a ellos están otros que constituían entre todos la plataforma más combativa que la historia del teatro malagueño ha dado.

paisaje, de un deseo enorme por comunicar, de un extraordinario ambiente de emprendedores, de muchísimo esfuerzo y muchísima escasez, de una extremada ilusión por expresarse, convencidos de que se salía de una etapa oscura y que estaba todo por hacer. Y es ahí donde aparece este fotógrafo Manuel Achaerandio para captar y retener para la historia esos momentos. Son solo cinco años y no están todos los que vivieron esa época, pero si está bien recogido el mismo motivo y ha dado pie esta exposición a que se hable del inicio de un motor, de una modernidad que nos ha llevado al día de hoy. Fue un motor de cambio que arrancó y que nadie sabía hasta cuando.

Escuela de Arte Dramático (1954)Miguel Pino, Títeres (1959)Teatro Estudio 68 (constitución: 1968). Director: Miguel AlcobendasCafé-Teatro (creación 1970). Director: Jacinto EstebanTeatro Cacao (constitución: 1971). Director: Carlos Navarro Corral de comedias ARA (constitución: 1972). Director artístico: Óscar Romero; Directora general: Ángeles Rubio-ArgüellesAguarrás (constitución: 1973). Director: Rafael ParradoTespis Pequeño Teatro (constitución: 1973). Director: Luis Jaime-Cortez, Leo Vilar Toná (constitución: 1975). Director: Rafael ToránZebra Teatro (constitución: 1976). Director: Ángel Baena. Instituto de Bachillerato Sierra BermejaDintel (constitución: 1977). Director: Miguel GallegoGent’A (finalización de la actividad 27-03-1977)Mojigangas (constitución: 1978). Director: Luís Jaime-CortezAcuario Teatro (constitución: 1978). Director: Diego Guzmán Ortega La farola (constitución: 1978/79). Director: Miguel Romero EsteoTeatro del Laboratorio (constitución: 1979). Director: Rafael Torán. Instituto de Bachillerato Cánovas del Castillo

A continuación se expone una relación con los nombres de las agrupaciones del momento y su fecha de creación; los títulos de las obras montadas o preparadas, aunque algunas sin estrenar, pero ello nos da una visión más amplia de la tendencia literaria de interés para los colectivos; por último el autor y la fecha de estreno:

Estudio 68 (1968): El proceso de Lucullus de Bertolt Brecht (1968); Historias para ser contadas de Óscar Dragun (1968); El vuelo de Linnbberg de Bertolt Brecht; Biderman y los incendiarios de Max Frish –estas dos últimas piezas no llegaron a estrenarse–.

Café-Teatro (1970): creado por Jacinto Esteban a la vuelta de su periodo en Madrid, escenificó piezas de varios autores de café teatro durante ese mismo año.

Cascao (1971): El juglar y el silencio de Carlos Navarro, 1974; Yipi yu, yipi yu, creación colectiva, 1976; Erase una vez, creación colectiva, 1978.

Aguarrás (1973): Dios en el banquillo de J. Manuel Heredia (1974); El lugar donde mueren los mamíferos de Jorge Díaz (1974); Los esclavos de Martínez Ballesteros (1974); Homenaje a Miguel Hernández, creación colectiva (1975); Poetas malagueños, creación colectiva (1975); El rabo de José Ruibal (1977); Los mendigos de José Ruibal (1977); Espectros de Henrik Ibsen (1978).

Tespis (1973, con fecha de registro de agosto 1975): Antígona de Sófocles (1975); El retablo del flautista de Jordi Teixidor (1975); Danza Macabra de A. Strindberg (1976); Mi querida familia, creación colectiva (1977); La loca fiesta de los Pepes, creación colectiva (1977).

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MANUEL ACHAERANDIO

TEATRO, MOTOR DE CAMBIO

La década de los años 70, fue en muchos sentidos extraordinaria. Su-puso el fin de una larga dictadura y el inicio de un nuevo período democrático en España. Pero también, y al amparo de esto, supuso mucho más.

El Teatro, como otras de las muchas manifestaciones culturales, se imbricó en esa época tan especial, y fue uno de los escenarios de las inquietudes y luchas de un pueblo por manifestarse. Fue sin duda alguna, uno de los motores de cambio de una sociedad que en aquellos momentos, lo deseaba y lo exigía. El Teatro Independiente de la década de los 70, fue así mismo una muestra clara de que la Creación no tiene límites, o no debería tenerlos.

Arte, Ingenio, Ilusión y unas ganas tremendas de decir algo en aquel momento tan importante. Todo esto llevó a la gestación de un gran número de grupos de teatro, algunos al amparo de las Escuelas de Arte Dramático de la época, pero otros, la gran mayoría, por el tremendo ímpetu de unos emprendedores que hicieron del teatro su forma de expresión más significativa.

Durante algunos de estos años, tuve la oportunidad de participar en muchos de estos trabajos, así como de fotografiar a los diversos grupos que se acercaban a este extraordinario ambiente que se creó en Málaga durante aquella época.

Es un recuerdo de la gente de Teatro, que crearon tan buenos espectáculos, adaptándose a los cambios de esos momentos.

Manu Atxa

mojigangas, de luis jaime-cortezLas mojigangas fueron cortas representaciones de origen muy antiguo,

normalmente satíricas y cómicas, representadas con figuras y en muchos casos con máscaras. Este fue el punto de partida para este espectáculo de Luis Jaime-Cortez, que apoyado por Yane Agius, Jesús Calvo y Jorge Molina, presentó a mediados del año 1978.

Entre unos preciosos títeres hechos artesanalmente y que se representaban a ellos mismos, y una graciosa puesta en escena, fabricaron ilusiones y sátiras en las calles de Torremolinos, el mes de agosto de ese año.

Luis, que acababa de cumplir 30 años y cumplía su segundo año en Málaga, dejaba una vez más su impronta con un espectáculo callejero, que sobre todo, no podía pasar desapercibido.

Ahora hace un año que Luis nos dejó. Atrás quedaron sus direcciones en el grupo Tespis Pequeño Teatro, sus clases y su magisterio en la ESAD, su llegada a París, su Théâtre du Hibou, su familia, sus innumerables amigos... Él hubiera querido estar aquí sin duda para disfrutar de estos recuerdos. Nosotros lo haremos por él. Personas como Luis, siempre están con nosotros.

mojigangas TORREMOLINOS

1978

mojigangas TORREMOLINOS

1978

mojigangas TORREMOLINOS

1978

gruPo tesPis el retaBlo del Flautista

CORTES DE LA FRONTERA / 1975

gruPo tesPis antÍgona

TEATRO ROMANO DE MÁLAGA / 1975

esad / tesPisAlumnos de la Escuela de Arte Dramático de Málaga, con la colaboración

de algunos de sus profesores, impulsaron en el año 1975, el grupo de teatro independiente Tespis Pequeño Teatro.

Fue una especie de aire nuevo, infundido en parte por Luis Jaime-Cortez, su primer director, que ayudó a darle un carácter muy especial al grupo.

Antígona de Sófocles, en una versión libre del propio Luis, que se representó en el Teatro Romano de Málaga, en julio de 1975.

El Retablo del Flautista, de Jordi Teixidor, igualmente en un montaje muy creativo de todo el colectivo, dirigido por Luis Jaime-Cortez, en julio de 1975.

Danza Macabra, de August Strimberg, con su presentación con un semicírculo de asientos con los invitados a la boda. Se representó en la ESAD de Málaga en marzo de 1976, y en el certamen internacional de teatro de Sitges, en octubre de 1977.

Mi Querida Familia, trabajo colectivo de improvisación, que coordinó y dirigió Luis Jaime-Cortez, en febrero de 1978.

Pero también la ESAD seguía produciendo y creando espectáculos con su alumnado. Cada año se presentaban en los escenarios del Conservatorio. Normalmente ejercicios colectivos como Gruta, Grito hacia Roma, Los Tarantos,  y obras significativas como El Tartufo de Moliere.

gruPo tesPis danza macaBra

SITGES / 1977

gruPo tesPis danza macaBra

MÁLAGA / 1976

gruPo tesPismi Querida Familia

MÁLAGA / 1978

gruPo tesPismi Querida Familia

MÁLAGA / 1978

esad trabajo colectivolos tarantos MÁLAGA / 1980

esad trabajo colectivolos tarantos MÁLAGA / 1980

esad trabajo colectivotraBajo Fin de curso

MÁLAGA / 1978

esad trabajo colectivogruta

MÁLAGA / 1978

ditiramBo / aula 6Aparte de los numerosas grupos que se crearon en

Málaga, otros grupos profesionales de teatro vinieron con sus espectáculos a nuestra ciudad, Ditirambo y Aula 6 fueron algunos de ellos.

El desván de los machos y el sótano de las hembras, una obra de Luis Riaza, representada en dos niveles. Un llamativo montaje de Ditirambo en Málaga. Octubre de 1978.

Espiral, un espectáculo muy innovador, con textos y dirección de Miguel Alarcón donde, según palabras de Miguel “La luz, el sonido y las máquinas, elaboran un discurso con planteamiento cinematográfico”. Sala de la ESAD de Málaga, en noviembre de 1978. Algunas fotos están realizadas en su taller de teatro en Granada, en enero de 1979.

ditiramBo el desVÁn de los macHos Y el sÓtano de las HemBras

MÁLAGA / 1978

aula 6esPiral

GRANADA / 1979

aula 6esPiral

GRANADA / 1979

aula 6esPiral

GRANADA / 1979

aula 6esPiral

GRANADA / 1979

miguel romero esteoMiguel Romero Esteo nació en Montoro, provincia de

Córdoba, pero es hijo de Málaga, a donde se trasladó en la infancia. Aquí escribió muchas de sus obras, y también dirigió obras de autores de otras generaciones.

Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, un bonito sainete de Federico García Lorca, y La Pájara Pinta, de Rafael Alberti, fueron representadas en el patio de San Agustín, en la antigua Facultad de Filosofía y Letras, por La Farola, grupo de teatro formado en parte por alumnado universitario y de la ESAD.

Ambos montajes los realizó Miguel Romero Esteo durante el año 1978.

gruPo la Farolaamor de don PerlimPlÍn con Belisa en su jardÍn

MÁLAGA / 1978

gruPo la Farolala PÁjara Pinta

MÁLAGA / 1978

gruPo la Farolala PÁjara Pinta

MÁLAGA / 1978

otros gruPos de teatro indePendienteFueron muchos y numerosos sus montajes teatrales. La mayoría, sin

grandes recursos, hicieron espectáculos teatrales que dejaron huella. Estos montajes son una pequeña muestra de ello.

El Matapulgas de Pimpaux, obra colectiva del grupo Toná, representada en los comedores universitarios, en enero de 1978.

Espectros, del noruego Henrik Ibsen, montaje del grupo Aguarrás, dirigida por Jesús Franco que hizo el papel de Madre, y Pepe Aparicio hizo el papel de Hijo. Se representó en febrero de 1978.

El Barco de Papel, de Miguel Romero Esteo, en un montaje del grupo Toná-Aguarrás, y representada en la Casa de la Cultura de Málaga, en enero de 1979.

Recuerdos para una guerra larga, obra colectiva del grupo Toná-Aguarrás, representada en el Corral de Comedias ARA, en febrero de 1979.

gruPo tonÁel mataPulgas de PimPauX

MÁLAGA / 1978

gruPo aguarrÁsesPectros

MÁLAGA / 1978

gruPo aguarrÁsesPectros

MÁLAGA / 1978

gruPo tonÁ-aguarrÁsel Barco de PaPel

MÁLAGA / 1979

gruPo tonÁ-aguarrÁsrecuerdos Para una guerra larga

MÁLAGA / 1979

retratos de algunos de los actoresrealizadas entre 1976 Y 1981

Pedro FernÁndez ana sePÚlVeda

Victoria aVilÉsjorge molinajesÚs calVo Y nacHo casado

Victoria aVilÉsVictoria aVilÉs

Estar en el sitio adecuado y en el momento adecuado, no sucede siempre. La suerte, posiblemente buscada en muchos casos, se alía a veces para hacerlo posible.

Tuve la oportunidad de vivir de cerca y participar a veces, de toda esta explosión de creatividad, y en muchas ocasiones de genialidad, que en la década de los años 70 supuso la gestación de numerosos grupos de Teatro Independiente, tanto amateurs como profesionales, en Málaga y en otros muchos lugares de nuestro entorno.

Este es un pequeño ejemplo de ese período tan especial que tuve la suerte de vivir tan de cerca. La excusa de las fo-tos me permitió compartir muchos de esos momentos.

Manu Atxa

DIPUTACIÓN DE MÁLAGAPresidenteElías Bendodo Benasayag

diputado delegado de culturaVictor Manuel González García

EXPOSICIÓNorganizaDelegación de CulturaDiputación de Málaga

director de cultura y educaciónPedro Bosquet Blanco

asistencia técnica Lola González Revuelta

espacio expositivo Pacífico 54diputación de málaga

CATÁLOGOeditaDelegación de CulturaDiputación de Málaga

imprimeImagraf

textosRafael ToránManuel Achaerandio

FotografíasManuel Achaerandio

diseño gráficoMyriam de Luis

depósito legalMA - 346 - 2017

málaga.es/culturama@culturaMVA

24 DE MARZO AL 12 DE ABRIL

ESPACIO EXPOSITIVO PACÍFICO 54

DIPUTACIÓN DE MÁLAGA