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www.elsoldecuernaaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com JAIME F. RESÉNDIZ MACHÓN MARÍA DE LAS MERCEDES GARCÍA BESNÉ CALDERÓN La colocación de una figurilla como ofrenda en un bulto mor- tuorio compuesto por varios individuos, es un signo claro de los enormes cambios que vivieron las sociedades mesoamerica- nas durante los años 1200 a 1000 a.C. Donde una nueva clase comenzaba a sobresalir, como dirigentes permanentes de sus comunidades. Para esto, se valieron de una novedosa forma para transmitir información, la cultura olmeca. Figurilla Tradición C9 Prototipo Vista de frente. Preclásico Temprano Superior. 1200 — 1000 a.C./ CENTRO INAH MORELOS F F i ig gu ur r i il l l l a a o ol l m me e c c a a: : h ho om mb br r e e g go or r d do o o o b b a ab b y y f f a ac c e e Viernes 11 de octubre de 2019 29 No. 903

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JAIME F. RESÉNDIZ MACHÓNMARÍA DE LAS MERCEDES GARCÍA BESNÉ CALDERÓN

La colocación de una figurilla como ofrenda en un bulto mor-tuorio compuesto por varios individuos, es un signo claro de losenormes cambios que vivieron las sociedades mesoamerica-nas durante los años 1200 a 1000 a.C. Donde una nueva clasecomenzaba a sobresalir, como dirigentes permanentes de suscomunidades. Para esto, se valieron de una novedosa formapara transmitir información, la cultura olmeca.

Figurilla Tradición C9 Prototipo Vista de frente. Preclásico Temprano Superior. 1200 — 1000 a.C./ CENTRO INAH MORELOS

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Viernes11 de octubre

de 2019

29No. 903

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Entre los años 1200 a 1000 a. C.,periodo que los arqueólogosconsideramos ubicado a finalesdel Preclásico Temprano e ini-cio del Preclásico Medio, los

grupos mesoamericano se transformaronde sociedades igualitarias a sociedadesjerarquizadas. Es durante el PreclásicoTemprano (2500 – 1000) que surgieron lasprimeras aldeas, fue desarrollada la alfa-rería, se consolidaron las rutas de inter-cambio que se comenzaron desde el ar-caico y, sobre todo, cristalizó el pensa-miento mágico religioso que definirá aMesoamérica a lo largo de su devenir. Y, sialgo caracterizó a este periodo es la relati-va homogeneidad cultural en toda Mesoa-mérica, pues existió una gran similitud enlas formas y decoración de sus vasijas, asícomo en la factura de las figurillas cerá-micas y los temas representados en ellas,por supuesto sin dejar de reconocer lapresencia de una variabilidad regional.

Son estas figurillas cerámicas y, en ge-neral, los tres grandes temas que repre-sentan, las que nos permiten acercarnos ala religiosidad y forma de organizaciónsocial de estos grupos. Sobresale el culto ala fertilidad, ya que en la mayoría de loscasos se trata de la representación de mu-jeres en diferentes estadios, desde las nú-biles hasta las mujeres adultas e inclusiveancianas, algunas con los atributos se-xuales secundarios relativamente exage-rados, como son las caderas anchas ysenos erguidos; otras presentan un estadoavanzado de embarazo o bien cargan ni-ños de pecho (figura 1). Es muy probable-mente que, por medio de magia por simi-litud, se tratara de favorecer el nacimientode niños a través de la constante repeti-ción de figurillas de madres. Así mismo,pudieron servir como marcadores de ritode paso para las mujeres, tanto al inicio desu etapa fértil como el final del mismo. Nodebemos de olvidar que la tierra mismafue considerada “femenina”, así que mu-chas de estas figurillas se relacionan conla fertilidad de la tierra.

Un segundo grupo de figurillas corres-ponden a las representaciones de perso-najes que tenían una gran importancia enel desarrollo de la comunidad. Los chama-nes, puesto era ocupado por personas deambos sexos, eran quienes ponían en con-

tacto a su grupo social con la sobrenatura-leza y las figurillas se distinguen por llevarun complejo conjunto de elementos, talescomo sombreros, espejos, bolsas, tocadosy báculos. Muchos de ellos están contor-sionados, es decir, los muestran en estadode éxtasis en alguno de los rituales que lespermitían contactar con los sobrenatura-les. Podemos observar dentro de este gru-po de figurillas a personajes obesos y ase-xuados, tema que será retomado por elcódigo de representación olmeca poste-riormente.

Otras figurillas muestran a adultos conbolas de hule en sus manos y portando unmáxtlatl, los cuales son considerados ju-gadores de pelota (figura 2), lo que nospermite establecer que, si bien se tratabade sociedades igualitarias, dentro de lacomunidad existían diferencias asociadasal estatus.

Por último, se encuentran las repre-sentaciones de entidades sobrenaturales,tales como personas con dos cabezas otres rostros, y que muy probablementeestán relacionadas con un culto incipientea ancestros que se remontan a tiemposmíticos y que tenían características suprahumanas (figura 3). Estas figurillas permi-ten plantear que debió de haber algún tipode comunicación con estas entidades através de sus reproducciones, un ejemplomás de magia por similitud.

Hacia finales del Preclásico Temprano,entre los años 1200 a 1000 a. C., observa-mos la aparición del llamado “estilo ol-meca”, es decir, que además de las figuri-llas cerámicas antes descritas, se tienenotros tipos de figurillas tanto modeladasen cerámicas como esculpidas en piedraverde, además de una serie de motivosdecorativos y formas en las vasijas cerá-micas inexistentes antes de este momen-to. Estos personajes y motivos están rela-cionados a una nueva ideología.

La gran mayoría de las figurillas cerá-micas de “estilo olmeca” representan a

personajes masculinos, con un modeladoanatómicamente más correcto, con cuer-pos musculosos y tocados a manera deyelmos o cascos. Las cabezas son alarga-das y en muchos casos adquieren formade pera, lo que se ha considerado la repre-sentación de deformación craneal. Losojos se representan con forma de V inver-tida, o en forma de avellana. La nariz sue-le ser corta y ancha. En la mayoría de loscasos la boca tiene una forma trapezoidaly suele colocarse con los bordes dobladoshacia abajo. Así mismo, comienza a apa-recer pequeñas representaciones en pie-dra de personajes con las mismas caracte-rísticas.

Para entender la importancia y la cali-dad de los cambios, se puede afirmar quese trata de una revolución. Como se dijoanteriormente, durante el PreclásicoTemprano hay un discurso homogéneo,con una gran variabilidad regional. Por elcontrario, el “estilo olmeca” va a multipli-car los discursos, esto es los mensajestransmitidos a través de las obras que sonproducto de este nuevo código de comuni-cación, con un estilo homogéneo, el cualno va a comenzar a mostrar variables re-gionales, sino hasta que se haya impuestoa la totalidad de la población.

Pese a su gran variabilidad regional,podemos considerar que las manifesta-ciones del Preclásico Temprano son re-presentaciones “realistas”, aún los perso-najes “abstractos” tales como los seres

duales, ya que son representaciones rea-les a las cuales se le suman elementos, seles coloca una segunda o tercera cabeza, ose construyen rostros dobles o triples. Así,para expresar que los personajes se en-cuentran en éxtasis o en un viaje chamá-nico, los artistas representaron los cuer-pos contorsionándose, tal como debió dehacerlo en la vida real el chamán en esta-do de trance.

Por el contrario, el fenómeno olmecamuestra un nivel de abstracción comonunca se había visto en Mesoamérica. Pa-ra formar un concepto, se toman elemen-tos tanto de la naturaleza, como comple-tamente abstractos a los cuales se les daun tratamiento estético homogéneo, dan-do como resultado imágenes completa-mente nuevas, tales como el “Dragón Ol-meca” o el Hombre-jaguar y el Hombre –bebé (baby face), motivo que da pie alpresente artículo. Ninguna de estas crea-ciones tiene un referente natural, ni es elsimple añadido de otro miembro, cabeza otorso. Por el contrario, se trata de todo unproceso de formación de un nuevo con-cepto, el cual está conformado por cono-cimiento previo y que tiene característi-cas completamente diferentes con res-pecto a los conceptos originales.

Esta capacidad de abstraer diferentesconceptos con el propósito de establecertodo un discurso con una simple imagen,será sin lugar a dudas uno de los grandeslegados de la cultura olmeca a Mesoamé-rica, ya que este proceso de abstracciónserá retomado por la mayoría de los pue-blos que habitaron esta súper área cultu-ral y cada uno formará así su propio me-dio de comunicación. No sería posible queexistiera el Temálacatl de Axayácatl, me-jor conocido como “Calendario Azteca” olas pinturas de Bonampak o la Tumba deHuijazoó, si no se hubiera dado este pasocrucial en el código de representación ol-meca.

Pero, ¿qué es el “estilo olmeca” ?, quetambién ha sido denominado “Cultura Ol-meca”, “Tradición Olmeca” e inclusive“Fenómeno Olmeca”. Si bien hasta el mo-mento se sigue debatiendo este tema, enun principio se pensó que correspondía auna de las culturas más antiguas de Me-soamérica, “la cultura Madre” y, debido aque la mayoría de los grandes monumen-tos se encuentran en la región de la Costadel Golfo, se propuso que nació entre los

estados de Veracruz y Tabasco. Se tratabade un “Gran Imperio Olmeca”, el cual co-lonizó grandes partes del territorio me-soamericano, ya a través de las rutas deintercambio o la conquista, el cual trans-mitió o llevó el “estilo olmeca” a regionestan apartadas como los valles centrales deOaxaca, las montañas de Guerrero, lacuenca de México, la costa de Chiapas yGuatemala, y Honduras.

Sin embargo, conforme se ha ido avan-zando en las investigaciones, especial-mente en las áreas externas a la Costa delGolfo, se ha encontrado la presencia deelementos olmecas en lugares contempo-ráneos a los de la Costa del Golfo. Una ex-plicación considera a la “cultura olmeca”como un producto pluricultural y plurilin-güístico, el cual fue consecuencia del na-cimiento de clases dirigentes a partir delfinal del Preclásico Temprano, entre losaños 1200 a 1000 a.C. Estas nuevas clasesdirigentes utilizaron las rutas de inter-cambio, que permitieron la comunicaciónentre los grupos igualitarios, para trans-mitir un nuevo discurso ideológico mar-cadamente diferente al anterior. Y quizásel mayor logro cultural de la nueva jerar-quía fue que este nuevo discurso es unsistema de comunicación no lingüístico,por lo que no estaba limitado a una solalengua y permitía transmitir una grancantidad de información relacionada alculto naciente, los ancestros, los sobrena-turales, la naturaleza y forma del cosmos.Es decir, la transmisión de toda una nuevacosmogonía que, si bien debió tomar co-mo base los conocimientos previos de losgrupos sociales, los reinterpretaron con elpropósito de justificar la nueva realidadsocial.

Parte de este discurso ideológico pode-mos observarlo en una figurilla cerámicarecuperada recientemente en una investi-gación arqueológica en el valle de Chau-tla, En el valle se pudo encontrar eviden-cia de ocupación del periodo que nos ocu-pa, del 1200 — 1000 a.C. No es el propósitodel presente artículo hacer una exposi-ción en referencia al contexto arqueológi-co en el cual se encontró esta figurilla,basta con mencionar que fue parte de laofrenda de un entierro secundario de va-rios individuos, que se encontró en unárea de enterramiento con más de 80 in-dividuos. El propósito principal es tratarde establecer su posible significado, paralo cual debemos extendernos en tresgrandes temas. El primero se refiere a de-

finir lo que se denomina el “Estilo Olme-ca”, el segundo, es la definición de la tra-dición de figurillas que muestran perso-najes obesos sedentes y que se presentanen los sistemas de representación que sonanteriores a lo olmeca. Por último, debe-mos establecer dentro de los conjuntosmás evidentes del código de representa-ción olmeca a qué conjunto pertenece lafigurilla y su posible significado.

La figurilla de cerámica es completa-mente sólida y representa a un personajesedente, con un cuerpo infantil mientrasque el rostro es de un adulto. Lleva a ma-nera de tocado lo que parece ser una pielque le tapa la cabeza y una parte de lamisma cae sobre su hombro derecho. Lacabeza presenta una forma similar a la deun número ocho, ya que la parte superiores bulbosa y se adelgaza a la altura de lasien y vuelve a ensanchar para mostraruna mandíbula muy prominente con elmentón saliente. No se observa represen-tación de las cejas, a diferencia de la tradi-ción local del Preclásico Temprano, cuyascejas son un elemento diagnóstico parareconocerlas. Los ojos se realizaron pormedio de un punzonado con forma de Vinvertida. La naríz es aguileña, fina y rec-ta. Las mejillas relativamente grandes nollegan a ser rechonchas, y la boca es pe-queña y trapezoidal, sin que las comisurasse doblen hacia abajo. El tronco es el deuna persona con una gordura media, sinllegar a una obesidad mórbida, sin embar-go, se observa claramente los senos y elabultado abdomen. Al igual que la mayo-ría de las figurillas con este tipo de repre-sentaciones, se muestra asexuado y des-nudo.

Las diferencias en el modelado del pieizquierdo y la mano derecha, ocasionauna sensación de tensión y movimiento,lo que genera una fuerte dualidad entre laprimera impresión estática de la posiciónde la figurilla, con la evidente tensión delpuño cerrado derecho y la pierna flexio-nada izquierda Figuras (8, 9 y10).

De acuerdo con la clasificación de Ro-sa M. Reina Robles, este tipo de figurillascorresponden a la tradición C9 Baby FaceIncipiente. Si bien no lo dice de maneraexplícita, es evidente que asocia esta tra-dición a lo denominado “Estilo olmeca” ypodemos verlo en las similitudes que

muestra el rostro con ejemplos tales comolos gemelos de Azuzú, de los cuales nadiepodría cuestionar su filiación olmeca yaque son parte de la escultura monumentalde la región de la Costa del Golfo.

Ahora bien, sin ánimo de hacer unalarga disertación en referencia al estilo, lagran mayoría de los autores utilizan la de-finición propuesta de Meyer Schapiro.“Por estilo se entiende la forma constante—y a veces los elementos cualidades y ex-presión constantes— del arte de un indivi-duo o de un grupo” (Schapiro 1962: 7). Sinembargo, esta definición no tiene relaciónalguna entre el proceso de formación deldiscurso y su manifestación. Desde unaperspectiva de la semiótica de HumbertoEco, debemos considerar que el “estilo” noes otra cosa que la manifestación del sis-tema sintáctico de un código de represen-tación gráfico, es decir, la manera a travésde la cual se van a manifestar las ideas deun mensaje, las cuales conforman el sis-tema semántico. Así, la conjunción delplano de las ideas, o el plano del conteni-do, con el plano de la expresión, esto es laforma de representar las ideas, forman lossignos del código.

Por lo tanto, con base en esta propuestasemiótica, el “estilo olmeca” se define co-mo la manifestación del sistema sintácti-co del código de representación olmeca, elcual, por una parte, permite la compren-sión del mensaje sólo a aquellos que ten-gan el conocimiento del código y, por otra,establece las pautas estéticas para esta-blecer la pertenencia al código particular.

Es decir, cualquier persona puede hacer larepresentación de un hombre, sin embar-go, sólo una persona que conozca y estéfamiliarizada con el código de representa-ción olmeca podrá representar a un hom-bre que, además, sea olmeca.

Pese a que el sistema sintáctico definela forma, volumen y manera de represen-tar los conceptos, es lo suficientemente“elástico” como para permitir variablesregionales. De tal manera, desde estaperspectiva semiótica, se está estable-ciendo no sólo la existencia de un “estiloolmeca” sino además se están distin-guiendo las variantes regionales confor-me al código de representación olmecaque pasó de ser de la exclusividad de unaclase dirigente a convertirse en la mani-festación del pensamiento religioso de to-da la comunidad para el siguiente periodo,el Preclásico Medio Inferior (1000 — 800a.C.).

Una vez que hemos establecido a quenos referimos con “estilo olmeca”, pode-mos darnos cuenta que tanto en las regio-nes culturales de la Costa del Golfo y elAltiplano Central, se presenta dentro de latradición del Preclásico Temprano (el có-digo de representación del PreclásicoTemprano) la presencia escasa de perso-najes obesos, muchos de los cuales sonanteriores a la tradición olmeca del BabyFace. Es muy probable, que estos seres, aligual que las mujeres con los rasgos se-xuales secundarios exagerados, están re-lacionados a la abundancia y, por lo tanto,a la fertilidad por parte femenina y la fe-cundidad en su contraparte masculina.

Sin embargo, esta armónica dualidadentre lo femenino y lo masculino asociadoa la fertilidad presente durante finales delPreclásico Temprano se rompe conformeaparece y se consolida el código de repre-sentación olmeca. La mayoría de las figu-rillas olmecas son personajes masculinos,siendo sumamente escasas las represen-taciones femeninas, generalmente en po-sición sedente y cargando infantes. El per-sonaje obeso y sedente, poco a poco se vaa convertir en uno de los tres temas prin-cipales del código de representación ol-meca, los cuales son: El Dragón Olmeca, Elhombre-jaguar y el bebé.

Es muy importante establecer quecuando se hace referencia a las socieda-des igualitarias, no se trata de sociedadesdonde todos comparten un mismo nivel,por el contrario, hay marcadas diferen-cias de estatus. Sin embargo, la principal

Cerámica del Preclásico Temprano Inferior. 1500 —1200 a.C./ MUSEO REGIONAL CUAUHNÁHUAC. Figurillas del Preclásio Temprano Inferior. 1500 — 1200 a.C./ MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA

Figurilla del Preclásico TempranoInferior. 1500 — 1200 a.C. Representa aun Chamán./ COLECCIÓN LEOT — VINOT.

FIgurillas de seres fantásticos. Preclásico Temprano Inferior. 1500 — 1200 a.C./MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA

Vaso con el grabado del Dragón Ol-meca. Preclásico Temprano Superior.1200 — 1000 a.C./ MUSEO NACIONAL DEANTROPOLOGÍA

Vaso con el grabado del Hombre-jaguar. Preclásico Temprano Superior.1200 — 1000 a.C./ MUSEO NACIONAL DEANTROPOLOGÍA

Figurilla Tradición C9 hueco. Preclási-co Temprano Superior. 1200 — 1000a.C./ MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA

Hacia finales del PreclásicoTemprano, entre los años 1200 a1000 a. C., observamos la apari-ción del llamado “estilo olmeca”

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característica de las mismas, es que todaslas personas del grupo social nacen con elmismo estatus y tienen la misma oportuni-dad de avanzar en la escala social de la so-ciedad igualitaria, dependiendo de sus ca-pacidades e intereses. Por el contrario, enlas sociedades clasistas, la principal carac-terística es que una persona nace con un es-tatus diferente al del resto del grupo por elsimple hecho de pertenecer a una clase di-ferente. De tal manera, hay un gran rompi-miento entre el hombre obeso, asociado a lafertilidad, y el “Baby Face olmeca”, el cualen su discurso establece la existencia de ni-ños con un estatus especial, adquirido o en-tregado por los sobrenaturales desde el mo-mento mismo del nacimiento.

Este gran rompimiento en la forma depensar de las sociedades igualitarias a lassociedades clasistas, debió tener una fuertejustificación en el plano ideológico. Si bienen el plano económico, la propuesta es queun linaje comenzó a controlar las rutas deintercambio a través de las cuales se mo-vían los objetos que portaban el nuevo códi-go, a nivel súper estructural, la adquisiciónde estatus se debió de concentrar en la po-sesión y comprensión del nuevo código, elcual va a establecer una gran diferencia en-tre el linaje que gobierna, con el resto de loslinajes involucrados en el grupo social.

Así que, en este periodo de 1200 a 1000 a.C., los personajes masculinos están en tran-sición entre dos códigos diferentes, en el delPreclásico Temprano el hombre es celeste,fertilizador, obeso y señor de la abundancia,pero en el código de representación olmecaese hombre se va a convertir en el infante,obscuro, telúrico, legado por los ancestros yproducto de un linaje que viene de tiemposmíticos. De ahí que el “Baby Face olmeca”es un personaje que concentra varios dis-cursos y temas representativos entre loscuales podemos mencionar, aunque no de-limitar, tres: el del hombre gordo, el del bebéelegido y una serie de personajes transicio-nales entre estos dos mensajes, como es elcaso de la figurilla C9 Transicional que nosocupa.

De tal manera, podemos observar que elrostro del personaje de la C9 Transicional esel de un adulto, al igual que el del “Babyface” llamado “Señor de Atlihuayán” quefue encontrado en Morelos (figura 11), aun-que éste no presenta ni las mejillas tan hin-chadas ni los ojos en forma de L. Sin embar-go, el cuerpo de la C9 Transicional por susproporciones y la forma de brazos y pies sonlos de un infante, a diferencia del Señor deAtlihuayan cuyos brazos, piernas y torsoson los de un hombre fornido. Pero en am-bas piezas podemos observar la misma di-

cotomía, la unión de elementos infantilescon los de un personaje adulto.

Esta dualidad puede referirse a dos dis-cursos. Por una parte, tenemos al “niño quenace adulto”, en la medida en el cual esteniño está imbuido de la fuerza de los sobre-naturales, es decir, este niño lleva la “carga”,el “destino” de un adulto. Por otra parte, te-nemos al “adulto que se conserva niño”,aquel personaje que fue entregado por lossobrenaturales en el momento de su naci-miento y que conserva esta esencia hasta elmomento de su madurez. Esa esencia quecomparte con sus antepasados es lo que lepermite establecer comunicación con losancestros.

En cuanto al lugar donde fue encontradaesta figurilla C9 Transicional, el área dondefueron depositados diferentes entierros, sinlugar a dudas debió de tener un estatus es-pecial con referencia al resto del asenta-miento. Se trataba de un lugar particular-mente sagrado, donde se acumuló la fuerzade las personas enterradas. Así, los antiguos

pobladores del asentamiento reunieron avarios individuos que habían sido previa-mente enterrados en un “bulto sagrado” yéste fue depositado en compañía de esta fi-gurilla como ofrenda para acrecentar lafuerza del lugar, así como darles un últimolugar de descanso que correspondía a su es-tatus y a su capacidad de mediadores conlos sobrenaturales. La figurilla que lesacompañaba, hace referencia tanto a su co-nocimiento y derecho a conservar los ele-mentos del código de representación olme-ca, como a su condición dual, la de hombrescuya fuerza mántica provenía por su dere-cho de nacimiento, esto es, los niños - hom-bres. De tal manera tanto el rostro, el cuerpoy el tocado son, sin lugar a dudas, productodel código de representación olmeca y susintaxis, es decir, el “estilo” corresponde aeste sistema pluricultural y plurilingüísticocon el cual la nueva clase dirigente legitimósu gobierno sobre las sociedades que vivie-ron entre el 1200 — 1000 a.C. y que pudieronestablecer esta comunicación a través de las

rutas de intercambio que controlaban estosgrupos dirigentes.

El código de representación olmeca fueel gran invento que permitió la transmisiónde esta nueva ideología y que, posterior-mente, dio pie a los sistemas de comunica-ción de los diferentes grupos sociales queconformaron Mesoamérica.

COORDINACIÓN EDITORIAL:GISELLE CANTO AGUILAR

Señor de Atlihuayán. Figurilla Tradición C9 hueca. Preclásico Temprano Superior. 1200 — 1000a.C./ MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA

Figurilla Tradición C9 Prototipo Vistatres cuartos. Preclásico TempranoSuperior. 1200 — 1000 a.C./ CENTRO INAHMORELOS

Figurilla Tradición C9 Prototipo Vistalateral. Preclásico Temprano Superior.1200 — 1000 a.C./ CENTRO INAH MORELOS