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Mario Javier Bonilla Loor
Liceth Janina Solórzano Zambrano
Leila Estefanía Vera Loor
EVALUACIÓN DE PROCESOS EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
EVALUATION OF PROCESSES IN FOOD SECURITY
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VIV
Mario Javier Bonilla Loor
Liceth Janina Solórzano Zambrano
Leila Estefanía Vera Loor
Evaluación de procesosen la seguridad alimentaria
Evaluation of processesin food security
Autores:Mario Javier Bonilla LoorFacultad de Agroindustrias-Ciencias ZootécnicasUniversidad Técnica de Manabí - [email protected]
https://orcid.org/0000-0002-5207-4824
Liceth Janina Solórzano ZambranoFacultad de Agroindustrias-Ciencias ZootécnicasUniversidad Técnica de Manabí - UTM [email protected]
https://orcid.org/0000-0001-6964-0696
Leila Estefanía Vera LoorFacultad de Medicina VeterinariaEscuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí-Manuel Félix Ló[email protected]
https://orcid.org/0000-0002-1760-3815
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VIIVI
Primera Edición, mayo 2019
Evaluación de procesosen la seguridad alimentaria
ISBN: 978-9942-792-80-8 (eBook)
Editado por:Centro de Investigación y Desarrollo Profesional © CIDEPRO Editorial 2019Isaías Chopitea y Juan X Marcos Babahoyo, EcuadorMóvil - (WhatsApp): (+593) 9 8 52-92-824www.cidepro.orgE-mail: [email protected]
Este texto ha sido sometido a un proceso de evaluación por pares externos con base en la normativa editorial de CIDEPRO.
Diseño y diagramación:CIDEPRO Editorial
Diseño, montaje y producción editorial:CIDEPRO Editorial
Hecho en EcuadorMade in Ecuador
Advertencia: Está prohibido, bajo las sanciones penales vigentes que ninguna parte de este libro puede ser reproducida, grabada en sistemas de almacenamiento o transmitida en forma alguna ni por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro sin autorización previa y por escrito del Centro de Investigación y Desarrollo Profesional (CIDEPRO).
ÍNDICEPREFACIO ...................................................................................... IX
PREFACE .......................................................................................XII
CAPÍTULO 1FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA .................................................. 15
Derechos económicos o disponibilidad ........................................... 27
Causas y prevención de los problemas alimenticios ........................ 27
Derecho a la alimentación ................................................................ 29
Insuficiencia nutricional en el Ecuador ............................................ 31
Actualidad de la calidad y seguridad alimentaria ............................ 33
Soberanía alimentaria ....................................................................... 34
Métodos de medición de la seguridad alimentaria ........................... 36
Índices de disponibilidad ................................................................. 37
Índices de accesibilidad ................................................................... 39
Índice de precios al consumidor ...................................................... 41
Metodología de FAO ....................................................................... 42
El concepto estadístico del indicador de la FAO ............................. 46
CAPÍTULO 2SITUACIÓN PROBLEMÁTICA .................................................... 52
CAPÍTULO 3MÉTODOS, TÉCNICAS Y HERRAMIENTAS UTILIZADAS .... 55
Etapas aplicadas en la evaluación de la seguridad alimentaria ........ 55
Muestreo aleatorio estratificado ....................................................... 56
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IXVIII
Definición de tamaño de la muestra ................................................. 56
Población .......................................................................................... 57
Análisis cuantitativo ......................................................................... 58
Análisis cualitativo ........................................................................... 58
CAPÍTULO 4RESULTADOS OBTENIDOS ......................................................... 60
Resultado del análisis cuantitativo ................................................... 60
Análisis cualitativo ........................................................................... 65
Conclusiones .................................................................................... 69
ANEXOS ......................................................................................... 71
ANEXO 1..........................................................................................72
ANEXO 2 ......................................................................................... 75
ACERCA DE LOS AUTORES ....................................................... 77
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS............................................. 80
PREFACIO La seguridad alimentaria se basa en tres importantes pilares: La
disponibilidad de alimentos, el acceso a los alimentos, y el uso de los
alimentos.
La disponibilidad de alimentos dentro de un país, una región, o una
zona supone que esos productos existen físicamente ya sea porque han
sido cultivados, procesados, producidos o importados. Por ejemplo,
se dispone de alimentos porque se los encuentra en las tiendas y los
mercados, porque han sido cultivados en granjas o huertos locales, o
porque han sido enviados como parte de la asistencia alimentaria. Esta
noción incluye todos los alimentos disponibles en una zona, ya sea
alimentos frescos, procesados o enlatados.
La disponibilidad de alimentos puede verse afectada por alteraciones
o interrupciones en los sistemas de transporte y de producción de éstos,
entre otros factores, debido a bloqueos de carreteras, cosechas. Todas
estas circunstancias, pueden incidir en la cantidad de alimentos que
llegan a un determinado lugar. Además, la disponibilidad de alimentos
depende de ciclos estacionales en la producción y el comercio de esos
productos.
El acceso a los alimentos se refiere a la forma en la cual las personas
obtienen los alimentos disponibles. Normalmente, se accede a los
alimentos a través de una combinación de medios, entre otros, la
producción casera, el uso de excedentes o cosechas no vendidas,
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XIX
la compra, el trueque, el préstamo, los alimentos compartidos, o
suministros como los subsidios o asistencia alimentaria.
Se considera asegurado el acceso a los alimentos cuando todos los
miembros de una comunidad disponen de recursos financieros, u otros
medios, para obtener los alimentos necesarios para gozar de una
dieta nutritiva. El acceso depende del ingreso familiar disponible y de
su distribución dentro del hogar, así como del precio de los alimentos.
Depende también de los mercados y de los derechos sociales e
institucionales de las personas.
El acceso a los alimentos puede verse perjudicado por el desempleo,
la inseguridad física, la pérdida de opciones para afrontar diversas
situaciones. Cuando se habla de seguridad alimentaria no solo se
refiere a inocuidad de los alimentos, se habla del abastecimiento
y aseguramiento del producto alimenticio. No obstante, ante el
inconveniente que se plantea en español con una terminología parecida
para dos conceptos diferentes, es necesario hacer unas diferencias
conceptuales, para evitar confusiones y debates infructuosos.
Por una parte, se tiene la seguridad sanitaria alimentaria (equivalente
al “Food Safety”) (SSA) y de otro la seguridad de abastecimiento
alimentaria (“Food Security”) (SAA). Aunque ambos conceptos son
complementarios, su estudio y resolución afecta de forma asimétrica a
los diferentes grupos sociales.
Este trabajo se refiere a la segunda opción, es decir a la SAA, ya
que resulta procedente cuidar que exista el suficiente alimento para
todos los ciudadanos, independientemente de su poder adquisitivo y
ubicación geográfica.
Por estas razones, el hambre y la seguridad alimentaria se mantienen
como elementos prioritarios para las políticas alimentarías, las cuales
deberán adaptarse a los cambios demográficos y económicos, así
como a los hábitos y a las preferencias alimentarias de la población.
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XIIIXII
PREFACEFood security is based on three important pillars: Food availability,
access to food, and the use of food.
The availability of food within a country, region, or zone assumes that
those products physically exist either because they have been grown,
processed, produced, or imported. For example, food is available
because it is found in stores and markets, because it has been grown
in local farms or gardens, or because it has been sent as part of food
assistance. This notion includes all available foods in an area, whether
fresh, processed or canned.
The availability of food can be affected by alterations or interruptions
in transport systems and production of these, among other factors, due
to road blockages, crops. All these circumstances can affect the amount
of food that reaches a certain place. In addition, the availability of
food depends on seasonal cycles in the production and trade of these
products.
Access to food refers to the way in which people obtain the available
food. Normally, food is accessed through a combination of means,
including home production, the use of surplus or unsold crops,
purchase, barter, loan, shared food, or supplies such as subsidies or
food assistance.
Access to food is considered insured when all members of a community
have financial resources, or other means, to obtain the necessary
food to enjoy a nutritious diet. Access depends on the family income
available and its distribution within the household, as well as the price
of food. It also depends on markets and the social and institutional
rights of people.
Access to food can be harmed by unemployment, physical insecurity,
and loss of options to cope with various situations. When it comes to
food safety, it does not only refer to food safety, it also talks about
the supply and assurance of the food product. However, before the
inconvenience that arises in Spanish with a similar terminology for
two different concepts, it is necessary to make some conceptual
differences, to avoid confusions and unsuccessful debates.
On the one hand, there is food safety (equivalent to “Food Safety”)
(SSA) and on the other, food security (“Food Security”) (SAA).
Although both concepts are complementary, their study and resolution
affects asymmetrically the different social groups.
This work refers to the second option, that is, to the SAA, since it
is appropriate to ensure that there is sufficient food for all citizens,
regardless of their purchasing power and geographical location.
For these reasons, hunger and food security remain as priority elements
for food policies, which must adapt to demographic and economic
changes, as well as to the habits and food preferences of the population.
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Capítulo 1
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICALas fuentes utilizadas para la búsqueda de la información fueron:
Science Direct, ERIC, Google Académico y Google. Se utilizaron
dos descriptores: Evaluación de la Seguridad Alimentaria y Seguridad
Alimentaria; y se filtró la información de los últimos 10 años, para
minimizar la búsqueda.
Moñino et al., (2009), establecen un consenso para las
recomendaciones de raciones de consumo de frutas y hortalizas frescas,
según criterios legales, tecnológicos, nutricionales, alimentarios
y de promoción de la salud en España, a partir de dichos alimentos
es un objetivo y una prioridad de la Asociación para la Promoción
del Consumo de Frutas y Hortalizas “5 al día”. La aplicación del
Documento Director por parte de la asociación facilita la selección de
alimentos enmarcados en el mensaje “5 al día”.
Angarita-Rodríguez (2010), afirma que la investigación en
nutrición comunitaria orientada a la participación social debe ser
interdisciplinaria, con el apoyo de agentes externos a la comunidad
para promover el proceso de participación activa y de investigación,
logrando mejorar la calidad de vida y la seguridad alimentaria. Indica
además que, es necesaria la participación del propio Estado, para que
apoye el proceso para el éxito de la investigación.
El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo, indica que
durante el período 2011-13 había un total de 842 millones de personas
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alrededor de una de cada ocho personas en el mundo aquejadas de
hambre crónica, es decir, que habitualmente no comían lo suficiente
para llevar una vida activa. No obstante, esta cifra es inferior a los 868
millones registrados en el período 2010-12, el número total de personas
subalimentadas ha disminuido en un 17 % desde 1990-92. Además,
se menciona que, en América Latina, se han producido reducciones
significativas tanto de la prevalencia de la subalimentación como del
número estimado de personas afectadas (FAO, 2013).
(Polanco et al., 2017) afirma, que para reducir el hambre es fundamental
lograr un compromiso a largo plazo con la integración de la seguridad
alimentaria y la nutrición en las políticas y programas públicos en
general. Mantener la agricultura y la seguridad alimentaria en un lugar
destacado de la Agenda para el desarrollo, mediante reformas amplias
y mejoras en el clima de inversión apoyadas por medidas de protección
social sostenidas, es crucial para el logro de reducciones importantes
de la pobreza y la subalimentación.
Los autores, Uauy (2015); de Mendoza (2010); Grajeda (2015) señalan
que en Latinoamérica ocurre un proceso de transición alimentaria
y nutricional en la población, observándose alta prevalencia de
retardo del crecimiento y un aumento de sobrepeso y obesidad en
los diferentes grupos etarios. Por lo cual, cree necesario orientar los
esfuerzos a la prevención en el espectro de las afecciones nutricionales
desde la desnutrición hasta la obesidad, tomando en cuenta la
diversidad cultural y las desigualdades sociales; intervenir sobre
factores condicionantes de los problemas a través de la participación
multisectorial integrando políticas y acciones del gobierno con las de
instituciones y comunidades.
Rosero et al., (2010) indican que el sector agrícola en el Ecuador
presenta algunos problemas estructurales inherentes al sector que no
han podido ser superados durante muchos años. Esto vuelve a este sector
vulnerable ante los cambios económicos, sociales y climáticos. Por
lo que es importante identificar las vulnerabilidades más importantes
para poder superarlas, siendo esta identificación una de las principales
medidas de adaptación que se puede tomar para este sector.
Frente a este escenario social, la familia campesina sufre un agresivo
proceso de desestructuración donde la venta de mano de obra, la
sobreexplotación y los bajos salarios llevan finalmente al abandono
del campo y a la expansión de la frontera agrícola. Estas consecuencias
sociales y ambientales derivadas de las estrategias industriales de
producción y de un sistema insostenible de desarrollo, deben ser
entendidas como de responsabilidad compartida y de alcance global;
y por lo tanto atendidas con políticas públicas justas e inmediatas. Sin
embargo, señala que el Gobierno Ecuatoriano apuesta por el Buen
Vivir Rural como estrategia social y política enfocada hacia un cambio
radical en la visión de desarrollo y en las estructuras económicas y
sociales del país.
Esta estrategia política constituye una nueva visión del desarrollo
rural que se plasma en la Constitución Nacional del 2008 y se
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institucionaliza estratégicamente a través de los doce objetivos
nacionales del Plan Nacional del Buen Vivir y de los cinco grandes
ejes revolucionarios de la política agraria nacional: acceso a tierras,
incremento de la productividad por hectárea, mejoramiento de la
comercialización, acceso a créditos y facilidades financieras, y
fomento a la agrobiodiversidad y multicultivo (SENPLADES, 2009;
SENPLADES, 2017)
Melgar-Quiñonez (2009), evalúa las características psicométricas
del instrumento y estima el grado de similitud entre esas mediciones.
Inicialmente, se determinó que 15 ítems tuvieron contenidos
equivalentes en los tres países. Al aplicarle el modelo matemático de
Rasch, ELCSA mostró buen ajuste a ese modelo y un comportamiento
consistente con el marco conceptual subyacente. Sin embargo, entre
Guatemala y México se detectaron diferencias mayores a 1,0 dígitos
en cuatro ítems, de los cuales uno solo presentó una diferencia
cercana a 2 dígitos. Al omitir este ítem de subsiguientes análisis se
atenuaron las diferencias en los otros ítems. Variaciones en el lenguaje,
así como en el diseño de las muestras analizadas explicarían en parte
los resultados de este estudio. A pesar de las diferencias detectadas,
ELCSA parece medir de manera similar la experiencia de los hogares
que confrontan situaciones de inseguridad alimentaria.
Delgado Burgoa & Escobar Vásquez (2009) en su libro, señalan que
en los actuales procesos de transformación que se están dando en el
mundo y en América Latina en particular, es de singular importancia
el análisis de lo que es y lo que debería ser la investigación y la
innovación de conocimientos y tecnologías para la seguridad y
soberanía alimentaria.
Además indica que los procesos de globalización de la economía
de mercado en su fase más salvaje que es el neoliberalismo, está
dejando varios efectos y consecuencias todavía impredecibles, que
hoy se conocen como el calentamiento global y el deterioro del
medio ambiente, la crisis financiera mundial, la crisis energética y
alternativas nada fiables como los biocombustibles y los transgénicos,
que ponen en cuestión la seguridad y soberanía alimentaria de los
pueblos denominados “en desarrollo”.
Jiménez (2012), analiza, en cuatro ciudades colombianas la
reproducibilidad de los resultados sobre inseguridad alimentaria
(INSA), la validez factorial y de criterio de la escala de Percepción
de Seguridad Alimentaria (EPSA) y la Latinoamericana y Caribeña
(ELCSA) en hogares urbanos y rurales, frente a tres métodos referentes
usados para declarar INSA basados en el consumo usual de energía de
todos los miembros del hogar.
Además de la reproducibilidad para EPSA fue de 0,51 - 0,56 para
ELCSA. La sensibilidad de la EPSA estuvo como resultado entre
39,6% y 40,5%, de la ELCSA entre 62,2% y 62,6%. El acuerdo frente
al referente para la EPSA estuvo entre 0,10 y 0,18, y para la ELCSA
entre 0,09 y 0,13. La eficiencia de las dos pruebas como medida
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resumen de confiabilidad es apenas mayor que la probabilidad en el
lanzamiento de una moneda. Mencionan que los resultados de estas
escalas deben usarse de manera conservadora (ELCSA, 2012).
En el marco estratégico mundial para la seguridad alimentaria
y la nutrición, ha propuesto utilizar los principios participación,
responsabilidad, no discriminación, transparencia, dignidad humana,
empoderamiento y estado de derecho a la hora de aplicar el enfoque
basado en derechos humanos a las políticas y programas relacionados
con la seguridad alimentaria y la nutrición en todos los niveles y fases
del proceso.
La integración de los principios de derechos humanos en las políticas
y programas relacionados con la seguridad alimentaria y la nutrición
puede contribuir de forma significativa a lograr medidas más eficaces
para combatir el hambre y sus causas originarias (FAO, 2014).
El Programa Mundial de Alimentos, (2009) generó un manual hace
referencia a que el propósito de una Evaluación de la Seguridad
Alimentaria en Emergencias (ESAE) es valorar el impacto de un shock
sobre la seguridad alimentaria de los hogares y comunidades ubicados
en el área afectada. Una emergencia es una situación que ocasiona
daños humanos, materiales, económicos y ambientales generalizados,
que amenazan las vidas humanas y medios de vida y sobrepasan las
capacidades de respuesta de las comunidades afectadas y el gobierno.
Señalando que una Evaluación de la Seguridad Alimentaria
en Emergencias combina información de fuentes primarias y
secundarias para coadyuvar al proceso de toma de decisiones en
situaciones de emergencia, sean estas de evolución rápida o lenta.
Además, este manual proporciona pautas sobre cómo analizar
la situación de seguridad alimentaria nutricional y los diferentes
factores que lo determinan y examina las relaciones existentes entre
ellos. Los productos clave de una Evaluación de la Seguridad
Alimentaria en Emergencias incluyen: Descripción de la situación
actual de la seguridad alimentaria nutricional; análisis de cómo
están respondiendo la población afectada, el gobierno y otros actores
ante la emergencia; pronóstico de la futura evolución de la seguridad
alimentaria y nutricional; identificación de las opciones de respuesta y
recomendaciones sobre si intervenir o no.
León, (2011) en su investigación, pretende identificar y caracterizar
la población que vive en situación de inseguridad alimentaria,
y explicar las “causas” por las cuales se encuentran en dicha
situación. Además, la investigación brinda información sobre
las distintas acciones que desde el sector público se han llevado a
cabo en materia de seguridad alimentaria, y analiza la equidad en
la distribución de los beneficios de tales acciones. De esta manera,
el estudio busca constituirse en un insumo para contribuir a la
priorización de acciones públicas en las zonas de mayor riesgo
de inseguridad alimentaria. Y, además, guiar en la formulación de
políticas adecuadas, y en la definición de los puntos prioritarios para
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la implementación de medidas dirigidas a erradicar los problemas
alimenticios en el Ecuador.
La soberanía alimentaria es un concepto que fue introducido con
mayor relevancia en 1996 Vía Campesina en Roma, con motivo
de la Cumbre Mundial de la Alimentación de la Organización
para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Se entiende como la
facultad de cada pueblo para definir sus propias políticas agrarias
y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y
seguridad alimentaria. Ello implica la protección del mercado
doméstico contra los productos excedentarios que se venden más
baratos en el mercado internacional.
Este concepto, constituye una ruptura con relación a la organización
actual de los mercados agrícolas puesta en práctica por la OMC. En
contraste a la seguridad alimentaria definida por la FAO, que se
centra en la disponibilidad de alimentos, la soberanía alimentaria
incide también en la importancia del modo de producción de los
alimentos y su origen. Resalta la relación que tiene la importación
de alimentos baratos en el debilitamiento de producción y población
agraria locales.
Mientras que la Seguridad alimentaria hace referencia a la
disponibilidad de alimentos, el acceso de las personas a ellos y el
aprovechamiento biológico de los mismos. Se considera que un
hogar está en una situación de seguridad alimentaria cuando sus
miembros disponen de manera sostenida a alimentos suficientes en
cantidad y calidad según las necesidades biológicas (Turmo, 2013).
Kimura (2012), hace referencia a los Sistemas de aseguramiento de
la inocuidad y calidad se han convertido en un mecanismo clave de la
gobernanza alimentaria en los últimos años y son también populares
entre los movimientos agroalimentarios alternativos, tales como
los movimientos orgánicos y de comercio justo. En este artículo se
argumenta que los sistemas existentes se basan en la epistemología
positivista y pide una intervención feminista. Para mostrar un
ejemplo concreto de una salida feminista a partir de los sistemas de
garantía de convencionales y analiza su sistema único, comparándolo
con su homólogo convencional, Análisis de Peligros y Puntos Críticos
de Control (HACCP).
Cáceres (2016); Mancha Cáceres & Ramírez García (2018),
hacen referencia al notable crecimiento de los movimientos
agroalimentarios-orgánicos alternativos, el comercio justo, el
localismo, Slow Food, mercados de agricultores, la agricultura
apoyada por la comunidad, la seguridad alimentaria, , la soberanía
alimentaria, los organismos modificados genéticamente anti-bienestar
animal, entre otros y su atracción para los estudiosos académicos
más jóvenes ofrecen una oportunidad única para explorar maneras de
fortalecer estos movimientos utilizando la posición estructural y las
habilidades distintivas de los investigadores académicos.
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Mientras que (Nina et al., 2016), en el proyecto “Construcción e
implementación del marco de acción para la seguridad alimentaria y
nutricional del Ecuador” y la iniciativa América Latina y el Caribe sin
hambre, pretende contribuir a la consolidación y aplicación de una
Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional del Ecuador.
A su término se espera que haya contribuido con la construcción e
implementación de políticas, las instituciones estén fortalecidas
y trabajen articuladamente, los programas y proyectos estén
bien orientados hacia la problemática de seguridad alimentaria y
nutricional y que la tasa de desnutrición crónica infantil y anemia por
deficiencia de micronutrientes se reduzcan en dos y diez puntos por
año, respectivamente, en los territorios de intervención del proyecto.
(FAO, 2013), en su artículo menciona que un sistema alimentario
está formado por el entorno, las personas, las instituciones y los
procesos mediante los cuales se producen, elaboran y llevan hasta
el consumidor los productos agrícolas. Todos los aspectos del
sistema alimentario influyen en la disponibilidad y accesibilidad final
de alimentos variados y nutritivos y, por lo tanto, en la capacidad
de los consumidores de elegir dietas saludables. Además, indica,
que las políticas y las intervenciones relacionadas con los sistemas
alimentarios rara vez se diseñan con la nutrición como objetivo
principal. Para hacer frente a la malnutrición son precisas medidas
integradas e intervenciones complementarias en la agricultura y el
sistema alimentario, en la ordenación de los recursos naturales, en la
sanidad pública y la educación, así como en ámbitos de políticas más
amplios.
Los mecanismos adecuados para controlar el hambre y la inseguridad
alimentaria son esenciales para las políticas y programas de Seguridad
Alimentaria. Teniendo en cuenta las consideraciones precedentes, no
es de extrañar que ningún indicador pudiera captar la complejidad de
la seguridad alimentaria. Sin embargo, la consiguiente proliferación
de indicadores en los últimos años, quizás dificulta la situación
innecesariamente. Como resultado la mesa redonda planteo 2
iniciativas: Primero, la evaluación de los conjuntos de datos micro
disponibles en la actualidad. El objetivo es recopilar directrices sobre
la manera de aumentar la calidad de los datos sobre el consumo de
alimentos a través de la mejora del diseño de las encuestas, Investigar
la mejora de la capacidad de reflejar los datos sobre el consumo de
alimentos (ELCSA, 2012; FAO, 2013).
La seguridad alimentaria ha evolucionado desde la primera
Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre la Alimentación
llevada a cabo en 1974, donde se plantearon los fundamentos de
un sistema mundial de alimentación que “asegure la disponibilidad
suficiente de alimentos a precios razonables en todo momento”
Concepción que surge como respuesta ante una escasez de alimentos
en los años 70´s, dada por situaciones coyunturales como el alza de
precio del barril de petróleo y los fertilizantes, reducción del stock
mundial de granos, y el incremento poblacional a nivel mundial (de
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Loma-Ossorio, 2008).
En los años 80´s como consecuencia de la revolución verde, las
hambrunas en África, la liberalización del comercio, y el desarrollo
de nuevas propuestas teóricas, se considera dentro del concepto de
seguridad alimentaria la noción de acceso a alimentos (FAO, 2009).
Se introduce el enfoque de entitlementso “derechos económicos”, que
se refieren a los bienes sobre los cuales las personas pueden demostrar
su propiedad y control. Estos derechos determinan la capacidad de
acceso o tenencia de alimentos; entonces, una persona puede padecer
problemas alimenticios cuando no puede ejercer sus “derechos
económicos” (de la Piedra, 2015; CEPAL & UNICEF, 1985; Altimir
1979; Boltvinik, 2017).
Como resultado en 1983, en el Comité de Seguridad Alimentaria
Mundial, se definió a la seguridad alimentaria como “el acceso
económico y físico de todas las personas y en todo momento a los
alimentos” (FAO, 1990). Posteriormente, en los 90´s, se fueron
incorporando otros aspectos dentro del término de seguridad
alimentaria tales como calidad alimentaria, preferencias culturales,
adecuación nutricional, distribución al interior del hogar, entre otros
(Loma-Ossorio & Lahoz, 2006). Estos factores dieron origen a una
nueva concepción de seguridad alimentaria definida en la Cumbre
Mundial sobre la Alimentación en 1996.
El concepto establecido en esta cumbre y utilizado hasta la actualidad
plantea que “existe seguridad alimentaria cuando todas las personas
tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes
alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades
alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar
una vida activa y sana (FAO, 2009).
Derechos económicos o disponibilidad
Hace más de dos siglos, Malthus vaticinó en su publicación Essay
on Population (1798), terribles desastres ocasionados por el
desequilibrio entre el crecimiento geométrico de la población y el
crecimiento aritmético de los alimentos. Sin embargo, desde el año
de su publicación la población se ha multiplicado casi por seis, y la
producción y el consumo per cápita de alimentos son mucho mayores
(García Juanatey, 2016; Bergoeing, 2018).
No obstante, en este escenario donde la producción de alimentos
crece a un ritmo más acelerado que la población y existe abundancia
de alimentos, los problemas asociados al hambre y la desnutrición
siguen siendo frecuentes (Ayala, 2018; Callejas, 2016). Tal situación
se presenta como consecuencia de que “la capacidad para adquirir
alimentos hay que ganársela” Una persona puede morirse de hambre,
a pesar de que los alimentos estén disponibles, si no tiene la capacidad
para adquirirlos (Piñeiro, 2008).
Causas y prevención de los problemas alimenticios
Los problemas alimenticios vendrían dados por una ausencia de
derechos económicos y estos se asocian con varias causas. En el caso
de las personas que no producen alimentos o que no son dueñas de los
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alimentos que producen, su capacidad para comprar alimentos está
en función de los ingresos, de los precios vigentes de los alimentos,
y de los gastos que realicen en bienes no alimenticios (Magdsick et
al., 2016; Ramírez, 2002).
Para los asalariados, el acceso de los alimentos depende de las
circunstancias económicas como el empleo y los salarios; mientras
que, para los artesanos y los trabajadores de servicios está en función
de la producción de otros bienes y de sus precios. En el caso de
los individuos que sí producen sus propios alimentos sus derechos
económicos dependen de su producción, del nivel de precios de
sus productos, de los precios de otros alimentos necesarios y de los
precios de otros vienen también necesarios (Ramírez, 2002). La falta
de derechos económicos también se vincula con la participación del
Estado.
La prevención de los problemas de hambre y desnutrición depende en
gran medida de los mecanismos políticos existentes para proteger los
derechos. La regeneración sistemática de un nivel mínimo de rentas,
los programas de lucha contra la pobreza, la existencia de seguro de
desempleo, la distribución de la riqueza, el gasto público destinado
a fomentar el empleo, entre otras, son medidas que desde el Estado
pueden reducir o erradicar los problemas alimenticios (FAO, 2009;
López, 2019).
DERECHO A LA ALIMENTACIÓN
La cesta o canasta familiar mínima es una lista cuantificada de
productos alimentarios básicos que deberían estar disponibles y que
corresponden al modelo alimentario tradicional de la población:
alimentos principalmente glucídicos (cereales, raíces, tubérculos
y frutas), alimentos de origen animal (carne, pescado, leche, etc.),
aceite y oleaginosas. Estos productos deben satisfacer las necesidades
energéticas y de micronutrientes (FAO, 2009; Peña Montalvo, 2017).
La reagrupación de los regímenes alimentarios básicos por zona
homogénea suele hacerse a partir de zonas de producción agrícola
homogénea, o de zonas climáticas, pero los regímenes alimentarios
están vinculados también a la historia social, cultural o religiosa de
cada grupo de población (FAO 2013; Pinto, 2016). Al considerar los
hábitos alimentarios hay que tomar en cuenta los posibles cambios en
las fuentes de suministros y la evolución de los ingresos al igual que la
adaptación del ser humano a las nuevas restricciones impuestas por la
naturaleza (Pinto, 2016).
La concepción de seguridad alimentaria se enmarca “en el campo
del derecho que tiene todo ciudadano y ciudadana a estar seguro
en relación a los alimentos y a la alimentación en los aspectos de
la suficiencia (protección contra el hambre y la desnutrición), de la
calidad (prevención de males asociados con la alimentación) y de
la adecuación (ajuste a las circunstancias sociales, ambientales y
culturales)” (Maluf, 2009).
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El derecho a la alimentación fue reconocido en el primera
Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por las
Naciones Unidas en 1948. Posteriormente, en el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) firmado
en 1966 se estableció “el derecho de todos a gozar de un nivel de vida
adecuado para sí mismo y su familia, incluyendo vivienda, vestido
y alimentación, y a la mejorar continua de las condiciones de vida”.
Los Estados Partes en el PIDESC tienen la obligación de respectar,
promover y proteger el derecho a una alimentación adecuada, y a su
vez tomar las medidas necesarias para su plena realización (FAO,
2009; Echeverri, 2016; Saavedra & Barriga, 2016).
En el 2004 el Consejo de la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO) adoptó una resolución
denominada Directrices Voluntarias para el Derecho Humano a la
Alimentación, que representan la primera iniciativa de los gobiernos
para interpretar un derecho económico, social y cultural y además para
recomendar medidas encaminadas a su realización.
El objetivo de las Directrices Voluntarias es “proporcionar orientación
práctica a los Estados respecto de sus esfuerzos por lograr la
realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada
en el contexto de la seguridad alimentaria nacional”. Es decir,
las Directrices Voluntarias buscan garantizar la disponibilidad de
alimentos en “cantidad suficiente y de calidad apropiada para satisfacer
las necesidades alimentarias de los individuos; la accesibilidad física
y económica universal, a alimentos adecuados, libres de sustancias
nocivas y aceptable para una cultura determinada” (FAO, 1990;
Pautassi, 2016).
No obstante, como señala (Maluf, 2009), la materialización de las
“Directrices Voluntarias” depende en gran medida de la movilización
de la sociedad civil para lograr la adhesión de los Estados y demás
actores. Por su parte, las organizaciones no gubernamentales están
proponiendo un Código de Conducta Internacional sobre el Derecho
Humano a la Alimentación Adecuada. Entonces, el derecho a una
alimentación adecuada requiere de que todos los Estados cumplan con
sus obligaciones relativas a normas legales internacionales, y que las
políticas enmarcadas en la temática de seguridad alimentaria apunten
al cumplimiento de tal derecho.
Insuficiencia nutricional en el Ecuador
Existe una conciencia creciente en torno a la importancia que tiene
la nutrición durante la temprana infancia sobre los resultados del
desarrollo. Sólida evidencia muestra que la insuficiencia nutricional
durante el embarazo y durante los dos primeros años de vida conduce,
inevitablemente, a menores dotaciones de capital humano, lo cual
afecta negativamente la fortaleza física y la habilidad cognitiva en los
adultos. A su vez, esto conduce directamente a un reducido potencial
de generación de ingresos de los individuos y ocasiona perjuicios al
crecimiento económico nacional y al potencial competitivo. Ecuador
forma parte de un pequeño grupo de países latinoamericanos que
-
3332
reporta persistentemente altas tasas de deficiencia nutricional infantil.
Ecuador ha fallado en convertir su estatus de “país de ingreso medio”
en mejores resultados nutricionales (Orces, 2018; Kanterewic, 2015;
González & Santiago, 2016).
En el 2004, Ecuador tuvo una tasa de malnutrición crónica (baja
talla por edad o “stunting”) de 23 por ciento para niños menores de
cinco años (casi 300.000 niños con baja talla por edad) y una tasa
de desnutrición crónica grave de 6 por ciento (77.000 niños con baja
talla por edad grave). La tasa de desnutrición crónica en Ecuador es
similar a la reportada por varios países sub-saharianos (Sudáfrica 23
porciento, Ghana 26 por ciento y Botswana 23 porciento) (Tornarolli,
2007).
En 1986, la tasa de desnutrición crónica en Ecuador era de 34 por
ciento. Desde entonces, ha habido una reducción de solo 0.6 puntos
porcentuales por año. Las causas del fracaso nutricional en Ecuador
no son inmutables, sino que son el producto de fallos de políticas. Los
sectores de salud primaria y nutrición están pobremente articulados,
son propensos a la politización y ponen poca atención a la medición
de resultados (Ruiz Polit, 2018; Vera, 2016).
Ecuador puede lograr su meta de reducir la desnutrición, si adopta una
agresiva estrategia para focalizar las poblaciones relevantes con las
intervenciones apropiadas. La estrategia necesitará un fuerte marco
de rendición de cuentas, con metas claras, por el cual las agencias
relevantes rindan cuentas basadas en estándares de transparencia sobre
la producción de servicios y la calidad (Muñoz-Astudillo, 2010).
Actualidad de la calidad y seguridad alimentaria
La FAO y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA)
estimaron que 925 millones de personas sufren por hambre en el
mundo. De esta cifra, el 98% vive en los países en desarrollo, cuya
tasa de subnutrición corresponde a 16% de la población mundial (Ver
Tabla 1). Si bien la cifra total del año 2013 señala una disminución al
10,7%, sigue siendo elevada a nivel mundial y refleja que el número
de personas con hambre aumentó en los países desarrollados (FAO,
2013).
Tabla 1. Distribución del hambre por regiones
Distribución del hambre por regiones
2009 2010Millones de
personas %Millones de
personas %
Asia y el Pacífico 642 62,8 578 62,4África Subsahariana 268 25,9 239 25,8Cercano Oriente y África del Norte 43 4,2 37 4,0América Latina y el Caribe 54 5,3 53 5,7Países desarrollados 15 1,5 19 2,0 1022 100 926 100
Fuente: FAO, 2010.
Según (León, 2011), los problemas alimenticios siguen afectando
a varias partes del mundo, y en mayor medida a la población más
vulnerable. Esta situación se vio agravada como consecuencia de las
crisis financiera y alimentaria experimentadas en los últimos dos años.
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3534
En los países en desarrollo, y particularmente en la región de América
Latina y el Caribe, la inseguridad alimentaria estaría vinculada a
problemas en el acceso de los alimentos.
En los últimos años, la región ha enfrentado una crisis alimentaria
que ha reducido aún más el acceso de los alimentos de millones de
personas y ha desvanecido los avances logrados durante más de una
década en la lucha contra el hambre (Flores, 2018; Bermúdez, 2015;
Salomone, 2016; Encarnación, 2016). Sin embargo, José Graziano da
Silva señaló que “No importa si hablamos de la crisis de precios de
los commodities o de la crisis económica; la dimensión fundamental
de la seguridad alimentaria que se ve afectada en América Latina y el
Caribe es el acceso a los alimentos. Región, que es una exportadora
neta de alimentos para todo el mundo” (FAO, 2009).
Soberanía alimentaria
Ecuador es una de las primeras naciones que incorpora en su texto
constitucional la “soberanía alimentaria” (artículos 281 y 282). La
define como: artículo 281.- La soberanía alimentaria constituye un
objetivo estratégico y una obligación del Estado para garantizar que
las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades alcancen la
autosuficiencia de alimentos sanos y culturalmente apropiados de
forma permanente (Asamblea Nacional del Ecuador, 2008).
Como alternativa a la política internacional de globalización que
promueve el desarrollo de monopolios transnacionales de la
producción agrícola, surgió hace más de una década, especialmente
en Europa, un movimiento de pequeños agricultores y otros
productores de alimentos de origen animal que, en la reunión en
Roma, en 1993 aprobó el plan político llamado “Vía Campesina”. En
reuniones sucesivas fue surgiendo el concepto de soberanía alimentaria
que fue oficializado en los foros internacionales de La Habana, 2001 y
de Selingué, República de Mali, África, 2007.
En el Foro, se precisó que la soberanía alimentaria se refiere a
quienes producen, distribuyen y participan en las demás actividades
consiguientes para alcanzar el objetivo del derecho a los alimentos
antes que a la simple demanda de los mercados y de las corporaciones
internacionales que reducen el comercio de alimentos a artículos de
simple conveniencia para los que pueden proveerse de ellos.
Una de las observaciones fue: “La soberanía alimentaria implica
políticas comprensivas pero su ejecución requiere cambios
radicales en las sociedades nacionales y en sus economías. Pero
algunos gobiernos, instituciones y agencias de desarrollo consideran
que la soberanía alimentaria es legítima y realizable”. La soberanía
alimentaria, en esencia, proclama el derecho de los alimentos seguros,
nutritivos y culturalmente apropiados para toda la población (Larrea
Ayerve, 2017).
En el segundo Foro Internacional lo definió: Soberanía Alimentaria
es el derecho de los individuos, comunidades y países para formular
sus propias políticas de producción agrícola, trabajo, pesca, alimentos
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3736
y tierra, de acuerdo a sus particulares circunstancias de recursos de
producción alimentaria y capacidad sustentables de sus sociedades
(Giannuzzi et al., 2017; Larrea Ayerve, 2017).
En el Ecuador a pesar de que se observa un superávit en la disponibilidad
de alimentos, una proporción de hogares no cuenta con recursos
económicos para acceder a una cantidad mínima de alimentos (León,
2010).
Métodos de medición de la seguridad alimentaria
Existen diversas variables e indicadores que permiten seguir la
evolución del nivel de seguridad alimentaria de determinados grupos
de población. Dadas las dimensiones de la inseguridad alimentaria
(crónica, temporal o transitoria) es muy difícil medirla con un solo
indicador, para captarla en sus múltiples matices se necesitan distintos
indicadores (Kopp Valdivia, 2015; Herrera & Cozzubo 2017).
La seguridad alimentaria es un concepto amplio. Aparte de considerar
la disponibilidad y la suficiencia de alimentos, debe definir como
población objeto 3 grandes grupos:
• Grupos vulnerables, los que por su condición biológica
son más susceptibles a una ingestión deficitaria de alimentos
(embarazadas, mujeres que lactan, niños, ancianos).
• Grupos en riesgo, integrados por la población con dificultades
para acceder a los alimentos por su bajo ingreso familiar.
• Grupos con estado nutricional crítico, población con
deficiencia energética crónica de segundo y tercer grados.
Los sistemas locales de seguridad alimentaria deben identificar
estos 3 grupos y apoyarse en los sistemas de información antes
mencionados para tomar decisiones y evaluar el impacto de éstas.
Para evaluar los efectos de las políticas y programas de seguridad
alimentaria y monitorear el cambio, se necesita un número reducido de
indicadores, y la capacidad institucional es una condición necesaria.
El marco político en que se desenvuelvan las estrategias de seguridad
alimentaria dependerá de cada país y es dentro de éste donde deberían
fijarse las condiciones para lograr la seguridad alimentaria y los
indicadores adecuados (Kopp Valdivia, 2015; Herrera & Cozzubo
2017; Jiménez Acosta, 1995).
ÍNDICES DE DISPONIBILIDAD
La seguridad alimentaria puede seguirse mediante indicadores de
oferta y demanda, es decir, en términos de cantidades de alimentos
disponibles con respecto a las necesidades nutricionales y de
necesidades netas de importación en comparación con la capacidad de
importación (Ramos Peña et al., 2018).
Uno de los instrumentos más usados para estimar la disponibilidad
son las hojas de balance de alimentos, cuya esencia consiste en
proporcionar un marco para el registro continuo de parámetros
cuantificables de la situación de la oferta y la demanda de alimentos,
a partir de la cual se pueden realizar evaluaciones objetivas de los
déficits o excedentes de alimentos. Resultan muy útiles, pero tienen
los inconvenientes de que este tipo de información se refiere a la
-
3938
población en su totalidad y no puede desglosarse por subgrupos de
población, además sólo se elaboran anualmente.
Para una utilización adecuada de las hojas de balance de alimentos
se requiere disponer de fuentes de información confiable y fluida, así
como la posibilidad de procesamiento rápido, de ahí que la FAO haya
elaborado programas informáticos para tal efecto (Ramos Peña et al.,
2018; Guevara, 2016; Baños, 2016).
El suministro alimentario nacional, expresado en energía, es suficiente
cuando supera entre el 10 y 20 % la cantidad requerida a nivel nacional,
para así compensar la desigualdad de la distribución de los alimentos,
y los desperdicios y pérdidas que ocurren antes de consumirlos según
la clasificación de la FAO (Jiménez Acosta, 1995).
A partir de la información que brindan las hojas de balance se pueden
elaborar índices como:
• Aporte relativo de determinados productos a la ingesta dietética
total.
• Aporte per cápita de proteínas y energía procedente de los alimentos
básicos, en términos absolutos o en porcentaje del aporte total.
• Adecuación del aporte total de energía a las necesidades
nutricionales promedio.
Estos índices permiten hacer estimaciones globales y sirven de
alerta sobre las crisis alimentarias y para los pronósticos agrícolas.
(Fernández et al., 2004).
ÍNDICES DE ACCESIBILIDAD
El conocimiento y análisis del acceso real a los alimentos que poseen
los diferentes sectores de la población permiten determinar grupos
más o menos vulnerables, precisar niveles de desnutrición y conocer
sus causas para orientar acciones concretas. Para medir el acceso a
los alimentos se pueden utilizar diferentes instrumentos, variables o
los cambios de las variables. Uno de los instrumentos más usados en
América Latina es la canasta de alimentos o canasta familiar, la cual
sirve para establecer montos de abastecimiento global alimentario y
constituye uno de los componentes indispensables para poder aplicar
junto con la información de ingresos y establecer líneas de pobreza
(Añazco & Pérez 2015; Figueroa & Boltvinik, 2016).
La inseguridad alimentaria crónica se debe a una dieta insuficiente
mantenida durante períodos prolongados a causa de la incapacidad
mantenida de los núcleos familiares para adquirir los alimentos
necesarios ya sea por las compras en los mercados o por la producción,
y por ello tiene como origen la pobreza por lo que merece políticas de
incremento del suministro de alimentos, orientación selectiva de la
asistencia al desarrollo o las transferencias de ingreso a favor de los
pobres y la ayuda a los pobres para que tengan mejor conocimiento de
las prácticas de nutrición y salud (Pedraza, 2003).
La inseguridad alimentaria transitoria deriva de una disminución
temporal del acceso a los alimentos necesarios por parte de los hogares
debido a factores como la inestabilidad de los precios de los alimentos,
-
4140
de los ingresos o del suministro de productos (producción); la
variación estacional de la producción y de los precios también favorecen
la inseguridad alimentaria transitoria de los núcleos familiares pobres
al igual que los cambios repentinos en los precios y en los ingresos que
de prolongarse, esta situación puede llevar a inseguridad alimentaria
crónica y al deterioro del estado nutricional (Pedraza, 2003; Figueroa
& Boltvinik, 2016).
A partir de la canasta de alimentos y la información que ella utiliza
pueden construirse diferentes indicadores. Cada país, de acuerdo con
los objetivos definidos y las técnicas utilizadas en la elaboración de la
canasta, decidirá qué indicadores serán los más útiles (Laure & Batres
de Bonilla, 1994; Añazco & Pérez 2015).
Entre los indicadores elaborados a partir de la canasta se destacan los
siguientes:
Costo de una canasta básica en relación con el salario mínimo
El salario mínimo representa el nivel de remuneración por debajo del
cual no se puede descender ni de hecho ni por derecho cualquiera que
sea su modalidad de remuneración o la calificación del trabajador y
tiene fuerza de ley (Lechuga Montenegro & Gómez García, 2015;
Moran et al., 2018).
El costo de la canasta se calcula con facilidad sobre la base de los
precios oficiales que tengan los alimentos que ésta incluya, dichos
precios deben obtenerse oficialmente y con una frecuencia prefijada.
Al relacionarlo con el salario mínimo permite conocer el alcance del
salario para cubrir necesidades perentorias de alimentos, al comparar
las tendencias posibilita ver la evolución del nivel de vida (Reyes &
López, 2016).
Valor de los productos básicos y de una canasta en término de
horas de trabajo equivalentes remuneradas al salario mínimo
Una unidad de medida utilizada para este análisis es el tiempo
de trabajo, es decir, las horas pagadas al salario mínimo que son
necesarias para comprar al por menor los alimentos. Se puede conocer
cómo suben o bajan los precios de los alimentos básicos medidos en
horas de trabajo.
A partir de la canasta de alimentos puede obtenerse este indicador
que mide marginalidad social y riesgo nutricional. Los núcleos
familiares cuyos ingresos per cápita no exceden al doble del costo de
la canasta básica de alimentos, se les cataloga por debajo del límite
de pobreza, mientras que aquéllas que no alcanzan este costo se les
consideran como indigentes. (Salcedo, 2005; Moran et al., 2018).
ÍNDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR
Se usa para medir los cambios en el tiempo del nivel general de
precios de los productos y servicios que un grupo de población usa,
adquiere o compra para consumo. Es un indicador económico y social
y proporciona una medida objetiva de los cambios, a partir del período
de base, en el nivel general de los precios que el consumidor paga. La
población debe ser definida ampliamente, especificando los grupos
-
4342
de ingreso y los tipos de núcleos familiares que son excluidos (Ramos
& Winkelried, 2016).
El porcentaje de gastos totales destinado a los alimentos es otro
indicador de accesibilidad que puede ser obtenido mediante las
encuestas de presupuesto familiar o de las encuestas de gasto e
ingresos. Si se interpreta bien es un indicador útil, pues los pobres
gastan gran parte de sus ingresos en alimentos.
A medida que los ingresos aumentan, inicialmente se mantiene estable
la proporción destinada a los productos alimenticios, que es con
frecuencia de hasta el 80 %. Se supone que cuando las necesidades de
alimentos llegan a estar satisfechas, los gastos comienzan a descender
y se puede considerar que ese es el punto en que se inicia la seguridad
alimentaria. Con los datos de gastos destinados a la alimentación se
pueden distinguir 3 tipos de hogares: Los que consiguen la seguridad
alimentaria con un costo elevado; Los que la consiguen con un
costo menor; Y los que, a pesar de destinar una gran proporción de
los recursos disponibles a los alimentos, continúan en situación de
inseguridad alimentaria (Ramos & Winkelried, 2016).
METODOLOGÍA DE FAO
La FAO ha elaborado el índice global de seguridad alimentaria familiar
(IGSAF), el cual se considera un índice compuesto que engloba varios
de los indicadores disponibles para vigilar la seguridad alimentaria en
los hogares, pero a nivel mundial más que a nivel de los países, pues
los indicadores deben basarse en datos nacionales detallados. En esta
metodología se combina un indicador de disponibilidad de alimentos
per cápita para el consumo humano, es decir, el suministro de energía
alimentaria medido en kilocalorías, y la información sobre distribución
de alimentos disponibles para obtener una estimación del porcentaje
de la población que, por término medio durante el año, no dispone de
alimentos suficientes para mantener el peso corporal y desarrollar una
actividad ligera (Mora, 2017).
Los valores del índice global de seguridad alimentaria familiar IGSAF
oscilan entre 0 y 100, representando 100 la seguridad alimentaria
completa y el valor cero presumiblemente el hambre endémica total.
Este índice se ha utilizado recientemente para explicar con bastante
precisión la variación de la seguridad alimentaria en 93 países en
Desarrollo (Jiménez Acosta, 1995).
Las fuentes de información utilizadas en la medición de la seguridad
alimentaria pueden ser variadas y deben permitir seguir la situación
alimentaria y nutricional a lo largo del tiempo, las de uso más frecuente
son:
• La vigilancia alimentaria y nutricional, para determinar los
cambios que se producen en un tiempo determinado en ciertas
variables en grupos vulnerables.
• Encuestas cuantitativas sobre consumo de alimentos, las cuales
se realizan generalmente a nivel de núcleos familiares.
• Encuestas de ingresos y gastos, se realizan sobre todo donde no
existen encuestas de consumo.
-
4544
• Encuestas rápidas, con el fin de obtener información cualitativa
acerca de la ingestión de alimentos y algunas variables
socioeconómicas de interés (Jiménez Acosta, 1995).
Novedad del comité de seguridad alimentaria mundial para
evaluar la calidad y seguridad alimentaria
El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CFS), ha solicitado
a esta Mesa Redonda que analice y discuta sobre los métodos para
“medir el hambre.” Los mecanismos adecuados para controlar el
hambre y la inseguridad alimentaria son esenciales para las políticas y
programas de Seguridad Alimentaria (SA). Sin embargo, consensuar
evaluaciones objetivas de la inseguridad alimentaria representa un
importante desafío para analistas y responsables de formular política
(Silva, et al., 2017).
Teniendo en cuenta las consideraciones precedentes, no es de extrañar
que ningún indicador pudiera captar la complejidad de la seguridad
alimentaria. Sin embargo, la consiguiente proliferación de indicadores
en los últimos años, quizás dificulta la situación innecesariamente.
Para evaluar los valores comparativos de indicadores alternativos, el
alcance del análisis y su profundidad deben ser definidos de antemano.
Un posible marco incluye los siguientes elementos:
• Atención prestada a las causas de la inseguridad alimentaria
(disponibilidad o acceso limitados) o a sus consecuencias (estado
nutricional, coste económico y social, reducción del bienestar).
• Las personas involucradas, considerando tanto el número como
la organización social, caracterizando situaciones que van desde
el estatus individual de seguridad alimentaria dentro de un
núcleo familiar, al de grupos de personas como aldeas, pueblos,
distritos o países.
• El periodo de tiempo durante el cual existe inseguridad
alimentaria, que oscila entre uno o pocos días en situaciones
graves, a varias semanas, meses o años.
• La naturaleza real o potencial de la situación (es decir, el grado
de incertidumbre sobre su posible manifestación).
• La caracterización del problema, ya que puede medirse
en términos cuantitativos (es decir, déficits de producción
alimentaria, déficits de ingresos económicos, etc.)
• La naturaleza cualitativa del problema, (es decir, si se refiere a
una dieta “diversificada”, o a la necesidad de adquirir alimentos
de maneras “socialmente inaceptables”, o cualquier otra
caracterización cualitativa).
En principio, cualquier combinación de valores o rangos de valores
para los elementos del marco anterior podría dar lugar a una definición
operacional particular de la inseguridad alimentaria, para la cual se
podría buscar un indicador “óptimo”.
-
4746
El concepto estadístico del indicador de la FAO
Formalmente, el Pou cuantifica la probabilidad de que, seleccionando
al azar un individuo de la población, éste consumirá (de media y
durante el año) un nivel de energía alimentaria por debajo del mínimo
requerido para mantener una vida saludable. Resultaría más acertado
que la definición operativa de inseguridad alimentaria que subyace
en este indicador correspondiera a “subnutrición crónica en una
población” (García Urdaneta & Pérez González, 2016).
Éste puede describirse de la siguiente manera:
• Centrado en el acceso a los alimentos como factor determinante
de la inseguridad alimentaria.
• Referencia a una población (generalmente una nación,
aunque también puede aplicarse a regiones o poblaciones
sub-nacionales).
• Referencia a un período prolongado de tiempo de la condición
de inseguridad alimentaria (es decir, una situación crónica).
• Con el objetivo de medir las condiciones experimentadas reales
tal y como se han evaluado. No se incluyen consideraciones de
riesgo.
Medida de una proporción (en una escala de cero a uno) o de un
número de personas de la población que probablemente se encuentre
por debajo de un nivel umbral mínimo. Aunque sea cuantitativa, es una
medida probabilística. Y como tal, siempre se debería tener presente
que puede verse afectada por errores estadísticos.
Describir los alimentos como energía alimentaria, descartando otras
posibles dimensiones cualitativas de la ingesta de alimentos. Una
definición operativa como ésta es ciertamente limitada, ya que no
pretende reflejar aquellas dimensiones de la inseguridad alimentaria
que pueden ser tan importantes como las incluidas. Sus principales
limitaciones son las siguientes:
• Su cálculo no depende de la posibilidad de recopilar datos
sobre individuos, ni se pretende que el indicador se utilice para
evaluar la condición de subnutrición de un individuo o grupo de
individuos específico de la población de referencia. Por tanto, no
refleja los posibles problemas individuales de idiosincrasia en el
acceso a los alimentos.
• El hecho de que se considere un año o más como período de
referencia significa que el indicador no puede reflejar situaciones
temporales de corta duración de escasez de alimentos. Éstas
pueden incluir crisis de precios de alimentos a corto plazo, cuyo
impacto solamente se refleja en la medida en que provocan
cambios a largo plazo en los hábitos de consumo alimentario de
una población.
• No refleja los casos de malnutrición relacionados con factores
que comprometen la utilización eficiente de los alimentos.
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4948
• La cantidad de energía alimentaria en la que se basa el indicador
puede no ser la mejor manera de medir la ingesta de alimentos
ya que puede obviar la dimensión de “calidad” de éstos.
Todas estas consideraciones subrayan aún más la necesidad de
combinar información de más de un indicador en la evaluación de la
seguridad alimentaria. Este conjunto de indicadores podría incluir, por
ejemplo, medidas antropométricas, factores económicos de consumo
como niveles de ingresos disponibles y cambios en los precios de los
alimentos.
Estos indicadores adicionales pueden desempeñar un papel
importante en la descripción de la situación de seguridad alimentaria
o en el diseño de políticas de seguridad alimentaria, pero no
menoscaban la validez del indicador Pou de la FAO.
La implementación del concepto estadístico que se acaba de
describir requiere de un conjunto de supuestos auxiliares, motivados
fundamentalmente por consideraciones de viabilidad y disponibilidad
de datos. El procedimiento actual de la FAO se basa en los siguientes
aspectos:
• La ingesta de alimentos se aproxima mediante las cantidades
disponibles para consumo, sin tener en cuenta los desechos de
alimentos del núcleo familiar.
• La distribución de alimentos disponibles para consumo se
analiza a nivel de núcleos familiares, obviándose de esta manera
las consecuencias de un posible reparto desigual.
• Las necesidades mínimas de energía alimentaria (MDER, por
sus siglas en inglés) se definen a nivel de la población, y no a
nivel individual.
El supuesto del modelo estadístico utilizado para realizar la inferencia
a nivel de la población es, sin duda, el más frágil de todos los que
actualmente recoge la aplicación del procedimiento. Se basa
esencialmente en la conveniencia analítica, lo que motivó la búsqueda
de un modelo estadístico flexible pero parsimonioso.
El modelo logarítmico normal se probó frente a dos alternativas (una
distribución normal y una distribución beta) y mostró un ajuste de
datos muy superior para un número limitado de conjuntos de datos
sobre el consumo alimentario individual.
Sin embargo, existe la preocupación legítima de que el modelo
logarítmico normal puede no ser lo suficientemente flexible como
para reflejar los cambios en la distribución de acceso a los alimentos,
especialmente si tales modificaciones afectan a los dos “colas” de
la distribución de manera opuesta. Por esta razón, la Dirección de
Estadística de la FAO está buscando actualmente modelos alternativos
que permitan mayor flexibilidad en la representación de la distribución
del consumo de alimentos.
Por último, se dice que se necesita tomar una serie de decisiones sobre
los criterios de estimación y los datos que se utilizan para producir
-
50
una estimación real. Los aspectos cruciales en este contexto son la
estimación de los parámetros para la distribución de acceso a los
alimentos a través de una población dada, y el nivel de consumo
de alimentos concebido como un umbral. Se utilizan tres fuentes
principales de datos:
• Datos demográficos sobre las características de la población,
proporcionados por fuentes oficiales (División de Población de
la ONU, encuestas demográficas y de salud -DHS, por sus siglas
en inglés.)
• Evaluaciones de la disponibilidad de alimentos a nivel nacional,
según se recoge en las Hojas de Balance de Alimentos de la
FAO, FBS, (por sus siglas en inglés), elaboradas para un gran
número de países en el mundo basándose en datos oficiales de
producción y comercio, así como en las estimaciones de los
usos alimentarios y no alimentarios de los principales productos
básicos.
Datos de ingresos familiares representativos a nivel nacional y
encuestas de gasto HIES, con información sobre el gasto en alimentos.
Capítulo 2
SITUACIÓNPROBLEMÁTICA
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5352
SITUACIÓN PROBLEMÁTICACuando una persona, hogar, comunidad, región o nación gozan
de seguridad alimentaria es cuando sus miembros tienen en todo
momento acceso físico y económico para adquirir, producir, obtener
o consumir alimentos sanos y nutritivos en cantidad suficiente como
para satisfacer sus necesidades de dieta y preferencias alimentarias de
modo que puedan tener vidas dinámicas y saludables; No obstante,
la seguridad alimentaria no es homogénea en el interior del
país, existen ciertas zonas geográficas que presentan una mayor
concentración de hogares que no pueden acceder a una canasta básica
de alimentos. Sin embargo, en la lucha del gobierno para erradicar
la extrema pobreza y desigualdad ha subdivido al país en distritos
siendo el distrito Jama-Pedernales el priorizado en la zona.
La inseguridad alimentaria puede perjudicar de manera duradera a
las futuras generaciones y también puede ocasionar daños físicos a las
personas provocando desnutrición; ésta, al convertirse en un estado
prolongado, incluso puede ocasionar la muerte. En el distrito Jama-
Pedernales la inseguridad alimentaria se vincula a la dificultad de las
personas/hogares en acceder a una canasta de alimentos que satisfaga
las necesidades básicas.
La seguridad alimentaria requiere diversas condiciones previas antes
de conformar un riesgo, aunque el nivel más habitual está asociado
a problemas de vulnerabilidad social, ubicada en problemas de
accesibilidad a los alimentos cuyo origen está en las anomalías del
desarrollo (INEC, 2003).
En el Distrito Jama-Pedernales existen 78381 habitantes, que su gran
mayoría son de zonas rurales, con ingresos económicos menores al
salario básico, generando que las familias no tengan la capacidad
adquisitiva para satisfacer los requerimientos alimenticios básicos.
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55
Capítulo 3
MÉTODOS, TÉCNICAS Y HERRAMIENTAS UTILIZADAS
MÉTODOS, TÉCNICAS Y HERRAMIENTAS
UTILIZADASEl presente estudio se realizó en los cantones Jama y Pedernales de
la Provincia de Manabí (Distrito 13D10) (ver Figura 1), la modalidad
y tipo de investigación fue descriptivo y cualitativa, los datos se
obtuvieron mediante encuestas y ficha de observación, aplicándose la
estadística interferencial Pou propuesta por la FAO, además se utilizó
un muestreo aleatorio estratificado.
Figura 1. Mapa del Distrito Jama-Pedernales y sus Circuitos
Fuente: SENPLADES Zona 4
Etapas aplicadas en la evaluación de la seguridad alimentaria
1. Definir el objetivo (Evaluación de la seguridad alimentaria en
el Distrito Jama-Pedernales).
-
5756
2. Establecer los temas de interés (fuente de ingresos económicos,
actividad laboral, necesidades alimentarias, origen de alimentos,
tipos de cultivos).
3. Determinar los problemas prioritarios de la población: la
disponibilidad de alimentos en la región, el acceso a los
alimentos, o la utilización de los alimentos.
4. Conocer la situación de seguridad alimentaria de la población
y la manera en la cual las personas intentan satisfacer sus
necesidades alimentarias
Muestreo aleatorio estratificado
El muestreo aleatorio estratificado Consiste en la división previa de la
población de estudio en grupos o clases que se suponen homogéneos en
función de un carácter determinado y después se muestrea cada grupo
aleatoriamente, para obtener la parte proporcional de la muestra. Este
método se aplica para evitar que por azar algún grupo de la población
en estudio este menos representado que los otros (ELCSA, 2012).
El objetivo principal de un diseño muestral fue hacer uso eficiente del
presupuesto asignado para un estudio obteniendo un estimativo tan
preciso como sea posible de una cantidad de la población.
Definición de tamaño de la muestra
En estadística el tamaño de la muestra es el número de sujetos que
componen la muestra extraída de una población, necesarios para que
los datos obtenidos sean representativos de la población.
Una fórmula muy extendida que orienta sobre el cálculo del tamaño de
la muestra para una proporción es la siguiente:
Z: Intervalo de confianza
P: Proporción verdadera
E: Error de muestreo aceptable
N: Tamaño de la población (núcleos familiares)
Datos:
Z: 1,96
P: 0, 5
E: 0, 05
N: 15676
El número núcleos familiares a encuestar fue de 375+2=377.
POBLACIÓN
La población de este proyecto está conformada por 78381
habitantes, distribuidos en 15676 núcleos familiares que son las
-
58
unidades objeto de la investigación, según la distribución de 9 distritos
codificados de la siguiente manera 13D10C01 al 13D10C09. (Ver
Anexo 1 y 2).
Recopilación de información mediante entrevistas
Las entrevistas se realizan como parte de la evaluación mediante
conversaciones con distintas personas, se aplicaron entrevistas
semiestructuradas.
ANÁLISIS CUANTITATIVO
Se aplicó un cuestionario a 377 núcleos familiares en el distrito Jama-
Pedernales, con el objetivo de evaluar la seguridad alimentaria. El
cuestionario contenía 16 preguntas, relacionas a la fuente de ingresos
económicos en el núcleo familiar y necesidades alimentarias.
ANÁLISIS CUALITATIVO
Se aplicó una ficha de observación encada visita a los a 377 núcleos
familiares para observar aspectos como: Infraestructura de servicios
básicos, presencia de organizaciones de asistencia y el entorno en el
distrito Jama-Pedernales.
RESULTADOS OBTENIDOS
Capítulo 4
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RESULTADOS OBTENIDOS
RESULTADO DEL ANÁLISIS CUANTITATIVO
Dentro de las actividades laborales que más realizan como parte de
sus ingresos económicos, los encuestados mencionan a la producción
agrícola con un 25%, la producción pecuaria con un 23% y la actividad
pesquera con un 19% (ver Gráfico 1).
Gráfico 1. Actividades laborales que son
parte de ingresos económicos
El 69% de la población indicaron que perciben ingresos por menos
de $300 dólares mensual, demostrando que los ingresos económicos
son relativamente bajos (ver Gráfico 2).
Gráfico 2. Ingresos económicos mensuales percibidos
Es importante mencionar que estas comunidades investigadas viven
en su gran mayoría con ingresos que no llegan ni siquiera a cubrir
la canasta básica familiar, razón por la cual la población del distrito
Jama-Pedernales, se encuentra en grupos de riesgo alimentario según
lo establecido por (Jiménez Acosta, 1995).
El Gráfico 3 demuestra que el 30% de los encuestados consideran
como primordial a los vegetales y legumbres, un 27% a los cereales y
en tercer lugar están las carnes con un 22% y en el último lugar está
las frutas con un 16%. Es importante indicar que en este 5% de Otros
alimentos primordiales están los lácteos.
Gráfico 3. Alimentos primordiales en la canasta básica
Respecto a la procedencia de los alimentos, el 64% de los encuestados
mencionan que sus alimentos provienen de la compra de víveres en
mercados, alimentos provenientes de la pesca (17%) y de la recolección
mencionan como tercera opción con un 15% (ver Gráfico 4). Es
importante indicar que el 84% de los alimentos que se consumen son
alimentos sin procesar.
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Gráfico 4. Procedencia de los alimentos que consume
El 53% menciona que sus alimentos los siembran en tierras ajenas,
mientras que el 33% lo hacen en tierras propias y un 10% mencionó
que en otros lugares % (ver gráfico 5). Es necesario destacar la
importancia del auto consumo de alimentos, ya que puede hacer la
diferencia entre inseguridad alimentaria crónica o transitoria según
(Pedraza, 2003).
Gráfico 5. Lugar de siembra de alimentos consumidos
En el Gráfico 6 se puede observar que el 53% de los encuestados
menciona que no realizan crías de animales en corral, mientras que el
47% mencionó que si lo hacen, lo que nos permite decir que alrededor
de la mitad de las personas tiene animales de cría en casa.
Gráfico 6. Cría animales de corral
Respecto al lugar donde comen los miembros del hogar (ver Gráfico
7), el 88% de los encuestados indicaron que comen es su casa y el
7% en casa de parientes.
Gráfico 7. Lugar donde comen los miembros del hogar
Respecto al tipo de combustible que se utiliza para cocer los
alimentos, el combustible que más se utiliza es el Gas con un 81%,
mientras que como segunda opción tienen la leña con un 19% (ver
Gráfico 8), la referente a otros tipos de combustibles se mencionó al
carbón.
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Gráfico 8. Combustible que se utiliza para cocer los alimentos
Las hortalizas y legumbres son los cultivos que más frecuentes en los
alrededores de las casas (39%), mientras que como segunda opción se
tiene a los frutales (27%), y en tercer lugar será el de los cereales (10%)
(Ver Gráfico 9), referente a otros tipos de cultivos se hace referencia
al plátano.
Gráfico 9. Tipos de cultivos que existen alrededor de la casa
El 77% de los encuestados indicó que el mayor problema es el acceso
a los alimentos, seguido de la disponibilidad a los alimentos como
el segundo problema (13%) y mala utilización de los alimentos (9%)
(Ver Gráfico 10).
Gráfico 10. Problemas con los alimentos
ANÁLISIS CUALITATIVO
El 98% de las personas indicaron que no poseen servicio de agua
potable, evidenciando la necesidad total de servicios de agua potable
(ver Gráfico 11). El 94% de las personas mencionaron que no
disponen de alcantarillado sanitaria (ver Gráfico 12).
Gráfico 11. Disponibilidad de suministro de agua potable
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6766
Gráfico 12. Disponibilidad de alcantarillado sanitario
El Gráfico 13, demuestra que el 93% de las personas no reciben ningún
tipo de ayuda, además, los encuestados indicaron que antes las recibían
del INNFA o de otras instituciones, evidenciando la inexistencia de
ayuda social.
Gráfico 13. Presencia de organizaciones de ayuda
El 57%, de los encuestados manifestaron que depositan la basura en
el recolector, en segundo lugar en huecos (20%), mientras un 12% lo
queman y un 9% lo botan en las quebradas (ver Gráfico 14).
Gráfico 14. Lugar para depositar la basura
El 75% de los encuestados manifiesta que existen inundaciones, y
las razones que se mencionan son: Cuando llueve en invierno y se
desbordan los ríos y la zona cuenta con rías que suben el caudal
con la marea (ver Gráfico 15). No obstante, el 75% indicó que en
la actualidad los ríos están secos, mientras que solo un 15% dijeron
que están inundados, pero no al punto de desborde, sino más bien
caudalosos (ver Gráfico 16).
Gráfico 15. Áreas inundadas
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6968
Gráfico 16. Estado de los causes de los ríos CONCLUSIONES
Se determinó, en base a la evaluación de la seguridad alimentaria, que
el distrito Jama-Pedernales se encuentra en un estatus de grupos en
riesgo, ya que la inseguridad alimentaria se liga a la dificultad que
tienen los núcleos familiares para acceder a una canasta básica que
satisfaga las necesidades alimenticias además de que la inseguridad
alimentaria se encuentra ligada al factor acceso a los alimentos.
Se evidenció que los problemas de inseguridad alimentaria y
malnutrición de los núcleos familiares del distrito Jama-Pedernales
son transitorios, a pesar de que el 69 % de la población tiene ingresos
económicos que no superan los 300 dólares, a estos núcleos familiares,
no se les cataloga como inseguridad alimentaria y nutricional
en riesgo, porque al alrededor del 50% de los núcleos familiares
producen alimentos para consumo propio, el mismo que satisface los
requerimientos mínimos alimenticios, sin embargo estas actividades
deben ser respaldadas por programas de ayuda comunitaria, con su
respectivo seguimiento.
De acuerdo a los resultados obtenidos, se recomienda que los
Gobiernos Autónomos Descentralizados del Distrito Jama-Pedernales
incluyan en sus Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial
(PDOT) programas de desarrollo comunitarios, articulados con
los programas gubernamentales que cumplan con los objetivos del
Buen vivir, con la finalidad de implementar y mejorar la tecnología
agropecuaria y formar mancomunidades que garantice la seguridad
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70
alimentaria, calidad de vida de la población y fortalezcan las
capacidades y potencialidades de la ciudadanía.
La participación de la comunidad constituyó un componente
fundamental en la evaluación. Fue esencial contar con la colaboración
de las autoridades del Distrito y Circuitos. ANEXOS
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7372
ANEXO 1. CUESTIONARIO PARA MEDIR LA SEGURIDAD
ALIMENTARIA EN EL DISTRITO JAMA-PEDERNALES
Fuente de ingresos económicos en el núcleo familiar.
De las siguientes actividades laborales, ¿Cuáles son parte de los ingresos económicos?
Actividad Laboral:
Comercio Actividad Pesquera
Producción Pecuaria Producción Artesanal
Producción Agrícola Servidor Público
Otros Especifique:
¿En qué intervalo se encuentra el promedio económico mensual que percibe?Ingresos Económicos:
Menos de $ 300
De $ 300- $ 600
De $ 600- $ 900
Mayor a $ 900
¿Recibe donación de alimentos?:
Si No Otros:
¿El salario mensual satisface en su totalidad las necesidades alimentarias?
Si No Otros:
Necesidades Alimentarias.¿Cuál cree que es alimento primordial en la canasta básica?
Frutas Vegetales y legumbres
Cereales Carnes (res, cerdo, pollo, pescado, etc.)
Otros Especifique:
¿De cuál de las siguientes opciones, provienen los alimentos que consumen?
Origen de alimentos que se consumen:
Pesca Recolección de Alimentos
Caza Compra víveres en mercados
Otros Especifique:
La mayoría de alimentos que consumen son:
Alimentos procesados
Alimentos sin procesar
¿Dónde se siembran los alimentos que consumen?
Tierras Propias
Tierras ajenas
Huertos familiares
Otros Especifique:
¿Realizan trueques? (Alimentos por trabajo, alimentos por alimentos, etc.):
Si No ¿Por qué?:
¿Crían animales de corral?:
Si No
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¿Dónde comen las personas del hogar?
Casa propia Centros de asistencia
Casa de parientes Restaurantes
Otros Especifique:
¿Qué combustible utilizan para cocer los alimentos?
Gas Leña
Otros Especifique:
¿Poseen reservas de alimentos?
Si No Otros Especifique:
¿Poseen reservas de combustible?
Si No Otros Especifique:
¿Qué tipo de cultivos existen alrededor de la casa?
Frutales Hortalizas y legumbres
Cereales Ninguno
Otros Especifique:
¿Cuál cree que sea el mayor problema con los alimentos?
La disponibilidad de alimentos
El acceso a los alimentos
La mala utilización de los alimentos
Otros Especifique:
Ninguno
ANEXO 2
FICHA DE OBSERVACIÓN
Infraestructura
¿Cuentan con suministro de agua potable? Si No
Descripción:
¿Cuentan con alcantarillado sanitario?
Si No
Descripción:
Presencia de otras organizaciones de asistencia.¿Observa la presencia de otras organizaciones en la zona?
Si No
Descripción:
¿Qué tipo de ayuda realizan estas organizaciones?
Social Agropecuaria
Educativa Otros
Descripción:
Entorno¿Se observan terrenos cultivados?
Si No
Otros
Descripción:
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¿Dónde depositan la basura?
Recolector Queman
Quebradas Huecos
Otros
Descripción:
¿La están reciclando?
Si No
¿Por qué?
Descripción:
¿Existen áreas inundadas?
Si No
¿Por qué?
Descripción:
¿Cómo están los cauces de los ríos?
Secos Inundados Otros
¿Por qué?
Descripción:
Nació en Manabí, Ecuador; Ingeniero Agroindustrial y Doctor de
Investigación en Ciencias (Ph.D.) Agrarias, Alimentarias y Agro
– Ambientales. Realizó estudios sobre micorrizas arbusculares,
trabajo que realizó en los laboratorios de la carrera de Agraria
de la Universidad de Pisa, Italia; además realizó una Maestría en
procesamiento de Alimentos en la Universidad Agraria del Ecuador.
Luego de haber estado por varios años en Europa, en 2018 regresó
a Ecuador. Se vinculó al cuerpo de docentes e investigadores de la
Pontificia Universidad Católica del Ecuador con sede en Manabí, y
luego a la Universidad Técnica de Manabí. El principal interés de
Mario es el estudio de las micorrizas arbusculares en Sudamérica.
En la actualidad se desempeña como docente investigador a tiempo
completo.
MARIO JAVIER BONILLA LOORACERCA DE LOS AUTORES
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Doctora de Investigación en Ciencias Agrarias, Alimentarias y
Agro-Ambientales en la Universidad de Pisa, Italia. Realizó un
Máster en Calidad y Seguridad Alimentaria en la Universidad
de País Vasco, España. En el 2012 se graduó como Ingeniera
Agroindustrial en la Escuela Superior Politécnica Agropecuaria De
Manabí MFL. En los últimos 5 años ha participado en proyectos e
investigaciones internacionales en el área de Alimentos, Genéti