(Marx _(1835_)_ Reflexiones de Un Joven en La Elección de Una Profesión)

download (Marx _(1835_)_ Reflexiones de Un Joven en La Elección de Una Profesión)

of 5

description

...

Transcript of (Marx _(1835_)_ Reflexiones de Un Joven en La Elección de Una Profesión)

  • Volver al Archivo Marx/Engels

    Karl Marx

    Reflexiones de un Joven en La

    Eleccin de una Profesin[1]

    Escrito: Por Marx entre el 10 y 16 de agosto de 1835.Primera Edicin: en Archiv fr die Geschichte des Sozialismus und derArbeiterbewegung, 1925. Traducido del latn.Traduccin: La traduccin del ingls fue terminada por Juan Diego Prez el 23 deagosto de 2007 en Quito-Ecuador desde la versin en ingls proveniente de Marx -Engels Collected Works, Volumen 1.Esta Edicin: Marxists Internet Archive, agosto de 2009. La nota al pie a sidore-editada para esta edicin.

    La naturaleza, en s misma, ha determinado la esfera de la actividad en la que el animaldebe moverse, y lo hace pacficamente dentro de esa esfera, sin intentar ir ms all de ella,sin tener incluso una nocin de cualquier otro campo. Al hombre, tambin, la Deidad dio unobjetivo general: el de ennoblecerse as mismo y a la humanidad, pero l lo dej buscar lamanera de lograr este objetivo; l lo dej elegir la posicin social que ms le satisfizo, de lacual puede fortalecerse as mismo y a la sociedad.

    Esta eleccin es un gran privilegio del hombre sobre el resto de la creacin, pero al mismotiempo es un acto que puede destruir su vida entera, frustra todos sus planes, y lo hace infeliz.Por consiguiente, considerar seriamente esta eleccin es ciertamente el primer deber de unjoven que est empezando su carrera y no quiere dejar sus asuntos ms importantes paraarriesgarse.

    Todos tenemos un objetivo, que nos parece grande; y, realmente, para la conviccin msprofunda, es as, la ms profunda voz del corazn lo declara de esta manera, la Deidad nuncadeja al hombre mortal totalmente sin una gua; l habla suavemente pero con certeza.

    Pero esta voz puede ahogarse fcilmente, y lo que nosotros tomamos como inspiracinpuede ser el producto del momento, que quizs tambin puede destruirse por otro. Nuestra

    Marx (1835): Reflexiones de un Joven en La Eleccin de una Profesin https://www.marxists.org/espanol/m-e/1830s/1835-viii-10.htm

    1 de 5 02/04/2014 19:30

  • imaginacin, quizs, est en el fuego, nuestras emociones agitadas, los fantasmas revoloteanante nuestros ojos, y nos zambullimos precipitadamente en lo que nuestro impetuoso instintosugiere, qu llegamos a imaginamos que la Deidad nos ha sealado. Pero lo que nosotrosabrazamos ardientemente pronto nos rechaza y ah vemos nuestra existencia entera en lasruinas.

    Debemos examinar, por consiguiente, seriamente, si realmente hemos estado inspirados alescoger nuestra profesin, si una voz interna lo aprueba; o, si esta es un engao, y lo quenosotros tomamos como un llamado de la Deidad fue una autodecepcin. Pero, cmopodemos reconocer esto, sino rastreando la fuente de la propia inspiracin?

    Respecto al mpetu, este promueve la ambicin, y puede fcilmente produce la inspiracin,o lo que nosotros tomamos por inspiracin; pero la razn no puede refrenar al hombre que estentado por el demonio de la ambicin, y se zambulle precipitadamente zambulleprecipitadamente en lo que sus impetuosos instintos le sugieren: l ya no escoge su posicinen la vida, ahora esta es tomada por casualidad e ilusin.

    No somos llamados para adoptar la posicin que nos ofrece las oportunidades msbrillantes; quizs no es lo que, en la larga serie de aos, podamos sostenerlo, nunca noscansaremos, ni se diluir nuestra pasin, nunca permitamos que nuestro entusiasmo crezcaimpersonalmente, excepto si vemos nuestros deseos incumplidos, nuestras ideas insatisfechasy debamos "descubrirnos" contra la Deidad y la maldicin de la humanidad.

    Pero no slo es la ambicin la que puede despertar el entusiasmo sbito por una profesinparticular; quizs pudimos haberla embellecido en nuestra imaginacin, para hacerla parecerlo ms alto que la vida puede ofrecer. No hemos analizado, ni considerado la carga entera, lagran responsabilidad que se impone en nosotros; slo lo hemos visto a distancia, y la distanciaes engaosa.

    Nuestra propia razn no puede aconsejarnos; para esta, la decisin no se apoya por laexperiencia ni por la observacin profunda, se engaa por la emocin y se deslumbra por lafantasa. Entonces a quin debemos volver nuestros ojos? Quin debe apoyarnos dndenuestra razn nos desampara?

    Nuestro corazn dice: Nuestros padres, que han recorrido el camino de vida y hanexperimentado la severidad del destino.

    Y si nuestro entusiasmo todava persiste, si continuamos amando una profesin y creemossu llamado despus de haberla examinado a sangre fra, despus de percibir sus cargas ydificultades, entonces debemos adoptarla, entonces nadie har que nuestro entusiasmo nosengae ni que la impaciencia nos lleve lejos.

    Mas no siempre podemos lograr la posicin a la cual creemos que somos llamados,nuestras relaciones en la sociedad estn relativamente preestablecidas antes de que estemosen una posicin de determinarlas.

    Marx (1835): Reflexiones de un Joven en La Eleccin de una Profesin https://www.marxists.org/espanol/m-e/1830s/1835-viii-10.htm

    2 de 5 02/04/2014 19:30

  • Nuestra constitucin fsica es a menudo un obstculo amenazante, y no permite a nadiemofarse de sus derechos. Es verdad que podemos subir sobre esta; pero entonces nuestracada es la ms rpida de todas, de ah que somos aventurados en construir sobre las ruinasdesmenuzadas, entonces nuestra vida entera es un forcejeo infeliz entre los principiosmentales y corporales. Pero aqul, que es incapaz de reconciliar sus internos elementos enpugna, cmo puede resistir la tensin tempestuosa de vida, cmo podra actuarserenamente? Y es exclusivamente desde la calma que esos grandes y finos hechos puedensurgir; es el nico terreno en el que las frutas maduras se desarrollan con xito.

    Aunque no podamos trabajar de largo, y casi nunca de buena gana con una constitucinfsica que no se satisface a nuestra profesin, el pensamiento, no obstante, surge del sacrificiode nuestro bienestar ante el deber, acta vigorosamente aunque seamos dbiles. Pero sihemos escogido una profesin para la que no poseemos el talento, nunca podremos ejercerlamerecidamente, comprenderemos pronto, con vergenza, nuestra propia incapacidad ydecimos que somos seres creados intiles, los miembros de la sociedad, incapaces de cumplirsu vocacin. Entonces la consecuencia ms natural es el desprecio de s mismo, y qu es msdoloroso, que el sentirse por todos como el menos capaz de lo que el mundo exterior puedeofrecer. El desprecio de s mismo es una serpiente que en la vida roe el pecho de uno, a la vezque chupa la sangre de la vida del corazn y lo mezcla con el veneno de misantropa ydesesperacin.

    Una ilusin sobre nuestro talento, para una profesin a la cual hemos examinadoestrechamente, es una falta que toma su venganza sobre nosotros mismos, y aun si no seencuentra con la censura del mundo externo, que da lugar al dolor ms terrible que puedeinfligir en en nuestros corazones.

    Si hemos considerado todo esto, y si las condiciones de nuestra vida nos permiten escogercualquier profesin que nos guste, podemos adoptar lo que nos asegura el valor ms grande:aquel que est basado en las ideas de cuya verdad nos convencen completamente, que nosofrece el alcance ms amplio para trabajar para la humanidad y para nosotrosmismos, paraacercarse ms al objetivo general para la que cada profesin es un medio: la perfeccin.

    El mayor mrito de un hombre es aquel que da una gran nobleza a sus acciones y a todossus logros, que lo hacen invulnerable, admirado por la muchedumbre y que lo elevanteriormente.

    Pero el mrito solo puede asegurarse por una profesin en la que no seamos herramientasserviles, en la cual actuemos independientemente en nuestra propia esfera. Slo puedeasegurarse por una profesin que no exija actos reprensibles, ainclusive aquellos reprensiblessolo en su apariencia exterior, una profesin que los mejores pueden seguir con noble orgullo.Una profesin que asegure esto en el ms gran grado no siempre es la mejor, pero siempreser la preferida.

    Pero as como una profesin que no nos da ninguna seguridad de su mrito nos degrada,

    Marx (1835): Reflexiones de un Joven en La Eleccin de una Profesin https://www.marxists.org/espanol/m-e/1830s/1835-viii-10.htm

    3 de 5 02/04/2014 19:30

  • debemos ciertamente sucumbir bajo las cargas de quien se ha basado en ideas que lasreconoceremos posteriormente como falsas.

    Casi no tenemos ningn recurso para la autodecepcin, y lo que una salvacindesesperada es aquella que se obtiene por la traicin de s mismo!

    Esas profesiones que no son tan envueltas en la vida misma concernientes con las verdadesabstractas son las ms peligrosos para el joven cuyos principios no son todava firmes y cuyasconvicciones no son todava fuertes e inflexibles. Al mismo tiempo estas profesiones puedenparecer ser las ms excelsas si han sido tomadas de raz en nuestros corazones y si somoscapaces de sacrificar nuestras vidas y todos los logros por los ideales que aspiramos en ellos.

    Ellas pueden dar felicidad al hombre que tiene una vocacin para estas, mas destruyen aquin los adopta imprudentemente, sin reflexin, rindindose al impulso del momento.

    Por otro lado, tenemos ms consideracin en las ideas que basan nuestra profesin endarnos un alto status en la sociedad, refuerzar nuestro propio mrito, y hace nuestrasacciones indiscutibles

    Uno que escoja una profesin que valore favorablemente, se estremecer a la idea de serindigno de ella; solo actuar noblemente si su posicin social es la de un noble.

    Mas la gua principal que debe dirigirnos en la eleccin de una carrera es el bienestar de lahumanidad y nuestra propia perfeccin. No debe pensarse que estos dos intereses pudieranestar en conflicto, que uno tendra que destruir el otro; al contrario, la naturaleza de hombreest constituda de tal modo que solo puede lograr su propia perfeccin trabajando para laperfeccin, para el bien de sus semejantes.

    Si uno solo trabaja para s mismo, quizs puede volverse un famoso del aprendizaje, ungran sabio, un poeta excelente, pero nunca puede ser perfecto, verdaderamente grande.

    La historia llama a esos hombres los ms grandes, los que se han ennoblecido trabajandopor el bien comn; la experiencia aclama como el ms feliz a quien ha hecho el ms grandenmero de la personas felices; la religin misma nos ensea que el ideal de vida por quienestodos se esfuerzan por copiar se sacrific por causa de la humanidad, y quin se atrevera aponer al nada los tales juicios?

    Si en la vida hemos escogido la posicin desde la cual podemos trabajar ms por lahumanidad, ninguna carga nos puede doblegar, porque son sacrificios en beneficio de todos;entonces experimentaremos una no pequea, limitada, egosta alegra, pero nuestra felicidadpertenecer a millones, nuestros hechos se vivirn calladamente, pero por siempre por eltrabajo, y sobre nuestras cenizas se vertern las ardientes lgrimas de la gente noble.

    Marx

    Marx (1835): Reflexiones de un Joven en La Eleccin de una Profesin https://www.marxists.org/espanol/m-e/1830s/1835-viii-10.htm

    4 de 5 02/04/2014 19:30

  • _______________

    [1] REFLEXIONES DE UN JOVEN PARA LA ELECCIN DE SU PROFESIN - es unensayo escrito por Marx para los exmenes escolares en El Gimnasium Real Frederick WilliamIII en Trveris, en agosto de 1835. Solo siete pginas del examen de Marx se han conservado.El ensayo antedicho, para la eleccin del escritor, un ensayo en latn sobre el reino de Augustoy un ensayo religioso, un latn inadvertido, una traduccin del griego, una traduccin enfrancs, y un folio sobre matemticas (todos publicados en Marx/Engels, Historisch-KritischeGesamtausgabe, Erste Abteilung, Atan 1, Zweiter Halbband, Berln, 1929, S. 164-82). En eloriginal hay numerosas acotaciones, presumiblemente hechas por el maestro de historia yfilosofa, el entonces director de colegio del gimnasio, Johann Hugo Wyttenbach, que no sereproducen en la edicin presente. l tambin hizo el comentario siguiente: "Bastante bueno. Elensayo es marcado por una riqueza de pensamiento y una narracin sistematizada buena. Perogeneralmente el autor aqu ha cometido mucho un error 'peculiarmente busca expresionespintorescas detalladas para la elaboracin. Por consiguiente muchos pasajes subrayan la faltala claridad necesaria y de definicin; y, a menudo, la precisin en las expresiones separadas ascomo en los prrafos enteros". En ingls, este ensayo se public en 1961 en los EstadosUnidos, en el peridico The New Scholasticism, Vol. XXXV, No. 2, Baltimore-Washington, elpp. 197-20 1, y en las Writings of the Young Marx on Philosophy and Society, Garden City,Nueva York, 1967, el pp. 35-39.

    Marx (1835): Reflexiones de un Joven en La Eleccin de una Profesin https://www.marxists.org/espanol/m-e/1830s/1835-viii-10.htm

    5 de 5 02/04/2014 19:30