Más allá de la huelga - Joxerra Bustillo

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  • 7/30/2019 Ms all de la huelga - Joxerra Bustillo

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    Ms all de la huelga

    Como es sabido, la mayora de sindicatos y organismos sociales vascos, excepto CCOO y

    UGT, han convocado una huelga general de 24 horas para el prximo mircoles 26 deseptiembre. Se trata de intentar poner freno a los mltiples recortes sociales y medidaseconmicas retrgradas que se estn impulsando desde la Unin Europea, el Gobiernoespaol y las administraciones autonmicas de Iruea y Gasteiz. Ser la quintaconvocatoria de huelga general desde que se inici la actual crisis y todo indica que nova a ser la ltima.

    Son tantas las razones que se renen en este momento para defender la necesidad deuna huelga de estas caractersticas, que no tendra espacio en este artculo parareferirme a todas ellas. Los ataques continuados que se han proyectado desde el poderhan afectado a tantas y tan diversas reas y sectores, que es prcticamente imposible

    que ningn ciudadano pueda salir indemne de los mismos. Las medidas implementadashan deteriorado las condiciones de vida de la gran mayora social de Euskal Herria, laclase trabajadora. Y lo han hecho recortando derechos y prestaciones a trabajadores enactivo, a trabajadores en desempleo, a pensionistas, a jvenes, a estudiantes, en fin, alentramado social mayoritario.

    Unas medidas que, para sonrojo de los gobernantes que las estn ejecutando sin piedad,no han venido derivadas de la avaricia o la desenfrenada bsqueda de beneficios detrabajadores, funcionarios y pensionistas, sino de la codicia y el afn de lograr la mayorplusvala en el menor tiempo posible de los banqueros, inversores y especuladores quedan forma a eso que los medios se empean en disfrazar bajo el inocente apelativo demercados. Por lo tanto, no existen excusas para hacer odos sordos a una convocatoriabien fundamentada, seria y sostenida por un abanico plural de sindicatos y organismossociales, amn del bloque soberanista de izquierdas en construccin.

    Pese a ello, existen dos vas de crtica que conviene clarificar. Por un lado se encuentranaquellas personas que consideran que su participacin activa en la huelga les supone unasensible merma en sus ingresos salariales. Es cierto, y ms teniendo en cuenta lasituacin de crisis econmica general que atravesamos. A estas personas les dira, noobstante, que en esta vida es importante el ejercicio de la solidaridad entre iguales. Esdecir, que quienes ahora disponemos de un trabajo y un salario seamos conscientes deque hay miles y miles de trabajadores, especialmente los ms jvenes, que no disponende trabajo ni de salario. Somos precisamente quienes estamos en activo quienes

    tenemos ahora la posibilidad de protestar en forma de huelga. Los desempleados, pordesgracia, no pueden parar porque carecen de empleo.

    Otro argumento esgrimido por algunos ante la huelga del 26 de septiembre se centra encuestionar la eficacia de la misma, aduciendo que una huelga de un da no es suficientepara detener los planes de los actuales gestores capitalistas. Dicen que habra que darun salto adelante convocando una huelga general de varios das o incluso de unasemana. Puede que seamos muchos los que podamos sintonizar con la teora delargumento, pero la clase trabajadora vasca debe tener los pies en el suelo. Si ya escomplicado convertir en xito una huelga de 24 horas, qu respuesta podra obtener lade una semana? No por querer lo mximo debemos obviar lo bsico. Ya veremos en el

    futuro si es necesario endurecer el formato de la protesta. Pero lo que toca en estemomento es conseguir que la jornada del 26 sea un triunfo de la mayora social ante loscontinuados ataques a sus derechos.

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    Unos derechos conquistados en base al sacrificio de anteriores generaciones a lo largo demuchas dcadas y que tenemos el deber de defender y preservar ante la batera deagresiones que estn padeciendo. Existe una tendencia muy humana y comprensible quecircunscribe las cuestiones globales al modo en que le afectan a uno de forma personal.El pensionista al que han impuesto el pago de medicamentos puede ser ajeno a lasituacin del inmigrante ilegal desplazado de la atencin en los ambulatorios. El joven

    desempleado que ve recortada su ayuda tendr poco que ver con el funcionario a quienhan suprimido la paga de Navidad. Pero aunque no lo vivan as, todos ellos estn siendovctimas de una misma estrategia neoliberal, consistente en detraer parte del dineroque corresponde a las clases mayoritarias para ponerlo en manos de las minorascapitalistas que dominan el actual estatus quo.

    Mientras no seamos capaces de vislumbrar lo que est sucediendo como una gigantescatransferencia de rentas a favor de los capitalistas, seremos incapaces de plantear unarespuesta adecuada y conforme con el desafo planteado. La subida del IVA, el copagosanitario, los recortes en la enseanza y en la Administracin, el retraso en la edad dejubilacin, la congelacin de las pensiones y las dems medidas puestas en prctica

    forman parte de una estrategia global del capitalismo del siglo XXI. Una estrategia hastaahora ganadora, ya que la izquierda no ha sabido por el momento dar una contestacincontundente a la misma.

    Ante esta catarata de recortes y medidas restrictivas de derechos, la izquierda poltica ysocial de este pas no puede continuar a la defensiva. Debe implementar acciones endemanda de la supremaca de lo pblico sobre lo privado en todas las reas, seansanidad, enseanza, transporte o servicios sociales. En demanda de una banca pblica alservicio de las mayoras sociales y no de las elites empresariales. En demanda de unasrelaciones laborales en las que se valoren los derechos de los trabajadores por encimade las ansias irrefrenables de beneficio de los patronos. Una izquierda poltica y socialque sea capaz de plantar cara a los privilegios de la Iglesia Catlica en materia deimpuestos, en ayudas a sus colegios o en la inmatriculacin de edificios. Una izquierdaque demande sin rubor la eliminacin de los gastos militares del Presupuesto, la drsticareduccin de los gastos en cuerpos de seguridad armados o la supresin de ayudas allobby energtico-nuclear.

    Ms all de la huelga del 26 de septiembre tenemos por delante un desafo an mayor,consistente en estructurar un bloque social que ponga sobre el escenario los valores dela izquierda en toda su dimensin, sin disimulos, haciendo frente a la ofensiva ideolgicaque han orquestado durante estos aos de crisis los sectores neoliberales que dirigen elentramado institucional, empresarial y meditico que gobierna el mundo occidental. Eldel 26 ser un pequeo nuevo paso, puede que insuficiente en s mismo, pero

    absolutamente necesario en el reto de construir un bloque social hegemnico que pongafin al deterioro sociopoltico que se vive en Euskal Herria.

    Joxerra Bustillo Kastrexana, periodista

    [Artculo publicado en el diario Gara el 18 de septiembre de 2012]