Mayo-Junio-Julio Año 2009/3 N. - Mariannhill

Mayo-Junio-JulioAño XXXII

2009/3

N.O 150

20 09

AÑO

CENTENARIO

M-150.QXP:MaquetaciÛn 1 7/7/09 08:46 Página 1

No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hace-mos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puedesucederle a personas y países, porque la crisis trae progre-sos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace dela noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los des-cubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la cri-

sis, se supera a sí mismo sin quedar superado.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos ypenurias, violenta su propio talento y respetamás a los problemas que a las soluciones. Laverdadera crisis es la crisis de la incompeten-cia. El inconveniente de las personas y los paí-ses es la pereza para encontrar las salidas y lassoluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin de-

safíos la vida es una rutina, una lentaagonía. Sin crisis no hay méritos. Es enla crisis donde aflora lo mejor de cadauno, porque sin crisis todo viento escaricia.

Hablar de crisis es promoverla ycallar en la crisis es exaltar el con-formismo. En vez de esto, trabaje-

mos duro. Acabemos de una vezcon la única crisis amenazadora, que

es la tragedia de no querer luchar porsuperarla.

Albert Einstein

En ttiieemmppooss

de ccrriissiiss

FOTO: TYMOTEUSZ TELEGA CMM


PORTADA: © Mariannhill - España

Familia MariannhillMayo-Junio-Julio • Año XXXII • 2009/3

N.O 150

en tiempos de crisis ...................................................................................................... 2

A los cien años de la muertede un atleta de Cristo .............................................................................. 4 - 9

en el exilio de emaús .............................................................................................. 10-11

el testimonio de una sobrinadel Abad Francisco ............................................................................................ 12-13

el testimonio de una nieta de Gandhi .............. 14-15

Francisco pfanner: nacido para ser santo 16-18

Centenario de la muerte del Abad Francisco (Viii) ................................................................ 19-22

La huella inglesa de mariannhill .......................................... 23-26

Cumpleaños de la Hna. sales:cien años de vida .................................................................................................... 27-30

Historia del Vicariato Apostólico de trinidad (Casanare / Colombia) .............. 31-35

mariannhill ............................................................................................................................................ 36-37

Ven a formar parte de nuestra Familia ................................................................................................ 38

Nuestra página vocacional (n. º 43) ........................ 39

educar ...................................................................................................................................................................... 40

El Boletín “Familia Mariannhill” se envía gratis alos bienhechores y amigos de Mariannhill y de su la -bor misionera. Y se sostiene con los donativos de suslectores.

Se autoriza la reproducción de artículos de “Fa mi liaMariannhill”, citando su procedencia y enviando dosejemplares a su Redacción.

Editor: Misioneros de MariannhillC/ Los Zúñiga, 2. E-37004 SALAMANCA (España)Tel. y Fax: 923-22 18 85

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MARIANNHILL EN COLOMBIA

Separata: oracional de la Familia mariannhill(Fascículo N.oo 23)

3FAMILIA MARIANNHILL 150Mayo- Junio- Ju l io 2009|3


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La vida del Abad Francisco

Su grito fue: “Sic currite ut comprehendatis” (Corred, pues, demodo que lo alcancéis). Él fue el primero de los atletas misione-ros de Mariannhill, porque fue el que comenzó esta carreramisionera por Cristo y porque siempre marchó por delante detodos. Tenía prisa por hacer más cosas; tenía prisa por llegar amás gente; tenía prisa por enrolar a más participantes en lamisma carrera. Porque lo que de verdad le urgía era predicar elEvangelio de Cristo. Decía: “Nuestro campo de trabajo es unaparte del Reino de Dios y éste no tiene fronteras”.

Con espíritu deportivo, emprendedor y superador de dificulta-des, el Abad Francisco comenzó la aventura de Mariannhill a sus54 años. Cuando murió, veintisiete años después, su Monasteriocontaba con más de 300 monjes misioneros y de aquella casamadre dependían casi una treintena de estaciones misioneras.

El pelo rojo de su cabeza delató desde niño la fogosidad desu corazón. La práctica de deportes como la lucha y el alpinis-mo, los trabajos realizados en la labranza familiar, la autodisci-plina que desde joven se impuso, ayudaron a forjar en él eseespíritu deportivo, emprendedor y superador de dificultades,que nunca perdió. La oración, la disciplina y la penitencia tra-pense, las fatigas apostólicas, los sufrimientos físicos y las humi-llaciones morales mantuvieron siempre tonificado su espíritu.

Con la candela de los moribundos en la mano, a modo detestigo en una carrera de relevos, y gritando “Luz”, pisó la líneade meta y entró en aquel estadio, donde se oyen los aplausosque de verdad valen y cuentan. Alcanzó así la corona de gloriaque no se marchita.

Había dejado escrito: “Fíjate en el cielo y alégrate. Alégrateporque estarás delante de Dios y le verás. Luchemos y suframos conalegría, coraje y perseverancia hasta el fin”. No podía hablar deotra manera el que vivió como esforzado atleta de Cristo.

A los 100 años de la muerte de un atleta de Cristo




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La muerte del Abad Francisco

Del P. Joseph Biegner OCR/CMM, fiel compañero del AbadFrancisco desde los tiempos de la fundación en Bosnia y queestuvo con él en la misión de Emaús durante los últimos cuatroaños de su vida, tenemos la constancia de cómo fue su muerte,acaecida en la madrugada del 24 de Mayo de 1909, a los 84años de edad.

Quince días antes de que ésta ocurriera, el Abad se vio obli-gado a permanecer en cama. Conociendo la voluntad férreadel Abad, aquel hecho fue la señal cierta de que su fin estabaya próximo. Diez días antes de la muerte el P. José le adminis-tró por última vez el Sacramento de la Unción. Hacia el medio-día del domingo 23, el P. José, después de rezar los salmospenitenciales, tuvo que salir para bautizar a un niño a punto demorir. El lugar estaba a una hora de camino de la misión. Devuelta a casa, el P. José se perdió y sólo pudo llegar a la misiónhacia las 3.30 h. de la madrugada. El Abad Francisco, acompa-ñado por las hermanas y por los hermanos, había fallecido unasdos horas antes.

La Hna. Angela Michel CPS, que acompañó al Abad los últi-mos quince años de la vida de éste, nos dice que murió en susbrazos; que su agonía duró unos quince minutos; que unoscinco minutos antes de su muerte miró a todos; que agarró confuerza la cancela de los moribundos y, después de tres respira-ciones profundas, expiró.

La comitiva fúnebre llegó al Monasterio de Mariannhill el 26de Mayo hacia las 11.00 h. Las exequias tuvieron lugar al díasiguiente y se le dio cristiana sepultura en el lugar por él mismoindicado: “He escogido para mi sepultura un trozo de tierra a lasombra de las enormes ramas de una higuera, que se encuentraentre el Convento y el Monasterio. Allí he decidido encontrarme conmi querido Señor y Salvador el día de la resurrección. Así tendré amano un árbol, por si me tengo que subir a él, como le ocurrió aZaqueo”.

Y allí está enterrado su cuerpo, que descansa en la paz mien-tras su gloria pervive entre nosotros.



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La herencia del Abad Francisco

La herencia del Abad Francisco hay que buscarla en la obramisionera que nos dejó, en sus escritos, en el ejemplo de suvida, en el desenlace de su muerte. Del Abad nos interesa todo.Nos interesa el mandato misionero que nos encomendó: lo quehizo y lo que no hizo. Pero también nos interesa identificar biencómo lo hizo: el modo y la manera de su quehacer y padecer.Y, aún más, nos debería interesar conocer el espíritu que le ani-maba y el pozo de donde bebía: sus más radicales y últimasmotivaciones.

La herencia que el Abad Francisco ha legado a la entera Fa -milia Mariannhill y a los que con el paso del tiempo hemos veni-do a ser sus hijos e hijas es una riqueza, que nos ha sido dadacon el fin de hacerla permanecer en el tiempo, sacando partidode sus muchas virtualidades. No recibimos esta herencia paradejarla guardada o enterrada sino para ponerla a trabajar y aproducir. Se podría decir que la herencia recibida es a la par unreto, que debe ser asumido con decisión.

Hoy el número de los que aún siguen sin creer o de los quehan dejado de creer en Cristo no disminuye. El mandato misio-nero de Cristo sigue en vigor. La Iglesia sabe bien que se juegasu identidad en el cumplimiento fiel de dicho mandato. Portodo ello la entera Familia Mariannhill se ve urgida a seguir evan-gelizando con el mismo empeño e idéntico talante como lo hizonuestro Abad.

Bien sabemos que Mariannhill es sólo una manera de colabo-rar con la misión universal de la Iglesia en bien de la humanidad.Los hijos e hijas del Abad Francisco somos un pequeño grupo detrabajadores en la viña del Señor. Ello no nos desanima. Lo quenos debe importar es que cuando vuelva el Señor nos encuentretrabajando en su viña, multiplicando los talentos que nos dio. Lamemoria de nuestro Abad, en el centenario de su muerte, nosestimula a seguir siendo esforzados y diligentes obreros, merece-dores de la recompensa que Dios da a los que le son fieles.

P. Lino Herrero Prieto CMMSuperior Provincial




El lunes 24 de Mayo de 1909, mientras la Iglesia cele-braba la fiesta de María Auxiliadora, aún dentro de la octava de laAscensión, hacia las dos de la madrugada, el Abad Francisco pidióque le entregaran la candela de los moribundos y la sujetó firme-mente con su mano temblorosa. Suspiró dos o tres veces. Luegose quedó inmóvil y abrió unos ojos muy grandes, como si con-templara un destello de la hermosura celestial. Un maravilloso res-plandor transfiguró su rostro. Instintivamente, la hermana Inéssiguió la mirada del moribundo. La buena religiosa creyó ver a laReina del cielo que entraba en la estancia para recoger a su hijofiel y llevarlo a su Reino de luz imperecedera. Unos momentosdespués, el Abad Francisco inclinaba la cabeza y su corazón deja-ba de latir. Su última palabra fue: “¡Luz!”. “¡Ruegue por nosotros,padre!”, murmuró la hermana Inés mientras le cerraba los ojos.

El dibujo adjunto trata de recoger ese momento de su muer-te. El abad Francisco, con el rostro transfigurado y la vela de losmoribundos, apagada y humeante, en su mano, sólo tiene ojosya para la nueva realidad que le sale al encuentro y le abraza enJesús, mientras le toma de la mano en María. Todo ello visto osospechado por la hermana de la Preciosa Sangre que le aten-día en esos momentos y que le cerró sus ojos a la luz de la Tierrapara que los tuviera ya, siempre abiertos, para la del Cielo.

En él aparece también, atravesándolo todo, el símbolo delancla, tan ligado, en un sueño que tuvo el Abad Francisco, a laVirgen María. Un sueño que realizó a lo largo de toda su singladu-ra africana, como apóstol de los zulúes. Sobre ella se pueden apre-ciar, de arriba a abajo y de izquierda a derecha: Las siglas de las doscongregaciones africanas del Abad Francisco Pfanner: “CMM”, laCongregación de los Misioneros de Mariannhill, y “CPS”, la Con -gregación de la Preciosa Sangre. El nombre de la estación misione-ra de su exilio y de su paso a la Casa del Padre: “Emaús”. Una pala-bra: “Luz”, su última palabra aquí en la Tierra y testimonio de supa so al Cielo. Y una fecha: “24 de Mayo de 1909”, la fecha desu nue vo y definitivo nacimiento a la Vida que no tiene fin.

P. Juan José Cepedano Flórez CMMMisionero de Mariannhill

�En el exilio de Emaús


FAMILIA MARIANNHILL 150Mayo- Junio- Ju l io 2009|3

El 14 de noviembre del 2008 una mujer llegó a Mariannhill enSudáfrica. Fue primero llevada al Monasterio y luego visitó elConvento y, allí, tomando una taza de té con nosotras, nos contósu historia.

Su nombre es Elfriede Maria Anna Pfanner y es bisnieta deAntonio Pfanner, el hermano mellizo de Wendelin Pfanner, elAbad Francisco. Su padre George era el más pequeño de 16 her-manos y cayó muerto en 1943 durante la Segunda GuerraMundial. Ella nació en Langen, cerca de Bregenz, en 1936 y allífue a la escuela. Más tarde dejó Vorarlberg, se casó y ahora viveen Londres (Inglaterra).

Elfriede tiene un historial médico muy doloroso: hace tres añosle tuvieron que amputar un pecho y hace bien poco le diagnosti-caron un cáncer de páncreas y, además, problemas de corazón. Losmédicos le aconsejaron que hiciera lo que todavía deseara antes dela intervención quirúrgica. Así que contrató un viaje a la India; pero

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Langen-Hub, pueblo natal del Abad Francisco en la región de Vorarlberg (Austria).FOTO: ARCHIVO CMM

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estando ya su maleta preparada, tropezó y se rompió el codoizquierdo. El viaje se tuvo que cancelar. Sin saber cómo interpretaraquellos repentinos contratiempos, empezó a rezar a su tío (ElAbad Francisco), del cual sólo sabía que, en sus días se fue a Sudá -frica y realizó allí trabajo misionero. Siente que tiene que poner suvida en orden y, después de muchos años sin hacerlo, se confiesa.La fractura del brazo se cura y empieza a considerar apalabrar otroviaje. Lo que le ofrecen tienen que ser en Noviembre y con desti-no a Sudáfrica. Aterriza en Durban. Al domingo siguiente de su lle-gada, el guía turístico tomó al grupo y le llevó a ver la región de lasMil Colinas. Ya de camino, el guía les dijo: “Vamos a parar en estaiglesia. Aquí cantan de maravilla y seguro que les encantará”. Así haceElfriede y, después de la celebración, menciona que un tío suyohabía fundado una misión en Sudáfrica, pero que ella no sabía másacerca de él, excepto que el nombre de la misión era Mariannhill.“Bien – dijo el guía – esto es Mariannhill”.

La curiosidad de Elfriede empezó a trabajar. En aquella sema-na el grupo tuvo un día libre; ella alquiló un taxis y se fue a Ma -riannhill. “Estoy tan abrumada que no puedo pensar”. Visiblementeconmovida, se pregunta: “¿Cómo es posible?” Ahora cree que tuvoque romperse un brazo para poder cancelar el viaje a la India yvenir, en cambio, al Natal. Cree que su tío (El Abad Francisco) haescuchado su oración, aunque ella estaba enfadada con él, pensan-do que no se preocupaba por ella. “¡Estoy tan traumatizada! Ésta esla primera vez que empiezo a tener esperanza. Hasta me parece men-tira. Parece que no voy a poder con ello. ¿Cómo se han dado la vuel-ta todas las cosas?”. Ya tiene en su bolsa dos libros sobre su famo-so tío. Ha visto diferentes fotos de él y, de inmediato, se ha queda-do con la que está en color, porque en ella su tío sale muy bien.Todo es demasiado para ella: “¿Así que ésta es, de hecho, su funda-ción? ¿Sus monjes? ¿Y ustedes, sus hermanas?” Le explicamos lascosas y le dimos una vuelta por el Convento y luego le llevamos alcementerio donde está el monumento al Abad encima de su sepul-tura. Al día siguiente alguien se encargó de llevarla a Emaús.¿Quién sabe lo que su tío quiere hacer todavía por ella? “Tengoesperanza. Les dejo a los médicos hacer. Espero que voy a seguir vivien-do”. Eso fue lo que nos dijo al despedirse, ya que a principios deaño tendría que someterse a la operación.

Hna. Annette Buschgerd CPSMisionera de Mariannhill



El testimoniode una nieta

de GandhiEla Gandhi, nieta

del MahatmaGandhi.

Gandhi, siendo todavía un joven abogado, vivió en Durban(Natal / Sudáfrica) desde 1893 hasta 1914. Fue en 1895 cuan-do visitó por primera vez el Monasterio de Mariannhill, a 18 Km.de Durban. Después de la visita escribió un artículo en el perió-dico The Vegetarian, en el que, entre otras cosas, dice: “La carac-terística que más llama la atención en el lugar –Mariannhill– es quela religión está visible en cada rincón. Hay un crucifijo en cada habi-tación y una pequeña pila con agua bendita a la entrada de lamisma. Aunque los monjes no lo profesen en su fe, basándose sim-plemente en la experiencia, sostienen que la dieta vegetariana lesayuda mejor a crucificar la carne”.

Después de realizar otra visita al Monasterio de Mariannhill,dijo al P. Bernard Huss CMM, quien le había recibido: “Padre, eltrabajo que hace aquí me sorprende. He oído mucho de la explota-ción de los nativos por los misioneros. ¡Qué mentira! Yo lo he vistopor mí mismo y tengo que admitir que no puede haber otro méto-do mejor para la educación de los nativos de África del Sur que la



que se aplica aquí. Usted sabe que yo una vez dije que me gustaCristo y su doctrina, pero no los cristianos. Hoy yo deseo corregiresta afirmación. Padre, si yo hubiera encontrado más personascomo usted, pienso que me hubieran gustado los cristianos tam-bién. Adiós, P. Bernard Huss. Desearía que todos mis amigos visita-ran a los monjes de Mariannhill y vieran con sus propios ojos lo quehe visto. Pienso que ellos cambiarían su opinión sobre el problemade los nativos en África del Sur”.

El profesor Kurt Reinelt realizó un estudio sobre La discusióndel Mahatma Gandhi con el cristianismo. Este pensador, hablan-do de la fascinación que experimentó Gandhi delante de lasestaciones del vía crucis en el claustro del Monasterio deMariannhill, afirma: “Según mi parecer el encuentro con los mon-jes trapenses de Mariannhill ha influido en Gandhi mucho más delo que normalmente se indica en todos los escritos acerca deGandhi… Y puede incluso ser posible que la contemplación del mis-terio de la Cruz fue el giro decisivo de la actitud de Gandhi hacia lano violencia y el sufrimiento, y, en cierto sentido, hacia el caminode auto redención”.

Hay un video, colgado en Internet, donde una nieta de Gandhiofrece un testimonio sobre el impacto que causó en su abuelo elencuentro con la comunidad monástica de Ma rian nhill. ElaGandhi, que así se llama esta mujer, es una reconocida activista delos derechos humanos y fue miembro del Par la mento de Sud -áfrica. Actualmente es editora de la revista Satyagraha; es tambiénSecretaria del Fondo Gandhi para el Desarrollo y hermana deArun Gandhi, Presidente del M.K. Instituto Gandhi para la No-vio-lencia. Según ella la visita que realizó su abuelo al Monasterio deMariannhill influyó en su vida entera de una manera decisiva. Loque le impresionó fue el hecho de ver a hombres y mujereshaciendo lo que predicaban, viviendo y poniendo en práctica loque ellos creían. “Esto le inspiró inmediatamente a cambiar su pro-pio modo de vida. Aquí es cuando se produjo su transformación”. Dehecho aquellas visitas a Mariannhill inspiraron a Gandhi dejar sutrabajo de abogado bien pagado y establecer un ashram.

The Observer



FRANCISCO PFANNER

nacido para ser santo

FOTO: ALFONSO VOORN CMM



HHay un refrán africano que dice: “La mejor manera de hon-rar a los muertos es arar sus campos”. Muchas veces lo he oídoen la celebración del primer aniversario de la muerte dealguien que era el cabeza de familia. En cierto momento de lacelebración, utilizando las palabras del refrán aludido, unanciano se dirige al que va a tomar el puesto del difunto–generalmente el primero de sus hijos varones– , animándolea continuar el trabajo de su padre. Desde ese mismo momen-to ya nadie más recordará con dolor a la persona fallecida,sino que, por el contrario, ésta pasa a ser considerada y hon-rada, con gozosa gratitud, como un vivo.

Con ocasión del primer centenario de la muerte del AbadFrancisco me vienen a la memoria dos cosas relacionadas conél. Una de ellas es la que acabo de mencionar sobre esta cere-monia fúnebre, cargada de enseñanza y significación. La otraes una experiencia que viví al visitar en cierta ocasión a unamujer enferma en un hospital. Al darme cuenta de que en lamesita de noche tenía, entre otras, una estampa del AbadFrancisco, le pregunté por qué la tenía. Y me contestó: “Por queyo siento que algo especial sale de ese hombre. Me cae muy bien”.

Una persona, que a los cien años de su muerte es todavíarecordada y recordada de tal manera, tiene que ser una per-sona muy especial. Descubrir lo que hace que esta personasea tan especial es parte de los objetivos que perseguimos contodas las celebraciones que estamos teniendo con ocasión delcentenario de su muerte. Todas estas celebraciones nos ayu-darán a recordar quién era el Abad Francisco y las cosas quehizo y dijo. Pero estas celebraciones nos tienen que ayudar adescubrir algo más importante. No se trata de volver a recor-dar de nuevo sus palabras: “Si nadie va, iré yo”, sino de descu-brir lo que le empujaba a decir eso y hacerlo luego realidad.Descubrir esa motivación es lo que necesitamos, si queremoshonrar al Abad Francisco como se merece. La memoria de suvida nos dice que esta motivación era Cristo mismo, a quienel Abad Francisco se entregó de tal manera, que vino a ser uninstrumento en las manos mismas de Cristo. Esta dimensióndel Abad Francisco, en cuanto instrumento en las manos deCristo, es la que de hecho más nos importa después de tantosaños de su muerte. Lo que hace grande a una persona es loque dijo e hizo; lo que hace santa a una persona no es sin mássu rectitud sino su fidelidad al plan de Dios.



Descubrir y probar esta fidelidad es el objetivo del proce-so de beatificación de cualquier persona. El Abad Franciscocomo tal, al igual que otros fundadores, incluso aunque tuvie-ra una santidad ejemplar, no puede ser un objetivo para todoslos que le seguimos. A lo sumo, él es alguien que camina connosotros o un compañero en la escuela común del únicoMaestro que es Cristo.

Es por ello por lo que se afirma que ninguno sigue al fun-dador sino que uno sigue a Cristo con el fundador. Sólo algu-nas veces uno puede seguir a Cristo como lo hizo el fundador.Ningún fundador, y menos el Abad Francisco, se ha presenta-do como un modelo a ser seguido. A lo sumo, como lo hizoSan Agustín, se atrevieron a decir: “Si alguno quiere imitarnos,no se lo impidáis; pero solamente en la medida en que nosotrosimitemos a Cristo. Si nosotros no imitamos a Cristo, entonces él nodebería imitarnos”. El Abad Francisco fue un auténtico y realimitador de Cristo. Con Cristo y como Cristo hizo, él intentórealizar lo que vino a ser su programa de vida y su oración:“Hacer siempre la voluntad de Dios”. En el modo cómo él hizola voluntad de Dios descansa aquel especial poder que vienede él y que invita a otros a imitarle.

Que esta celebración del Centenario de la muerte del AbadFrancisco sea para los que nos reconocemos sus seguidores untiempo de gracia, lleno de apreciación y de ánimo. Con estasdos actitudes podemos responder a la invitación que nos hahecho el Cardenal Napier de promover la devoción al AbadFrancisco en cuanto “padre de la fe” de innumerables Católicosen África del Sur.

Se puede empezar a realizar esta promoción recorriendoel sendero de la oración, que comienza al rezar con él, se con-tinúa al rezar por él, hasta que uno acabe –en el caso de queno lo haya hecho ya– al rezar a través de él.

P. David Fernández Díez CMMMisionero de Mariannhill

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““LLoo mmááss aattrroozz ddee llaassccoossaass mmaallaass ddee llaa ggeenntteemmaallaa eess eell ssiilleenncciioo ddee llaa

ggeennttee bbuueennaa””..

GGAANNDDHHII

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I Centenario de la muerte del Siervo de Dios,

Abad Francisco PfannerFundador de la Trapa misionera de Mariannhill

y de la Congregación de las Misioneras de la Preciosa Sangre

1909 - 24 de Mayo - 2009


FAMILIA MARIANNHILL 150Mayo- Junio- Ju l io 2009|320 FAMILIA MARIANNHILL 150Mayo- Junio- Ju l io 2009|320

Dunbrody: el trapense FranciscoPfanner se convierte en misionero

El P. Francisco, en cuanto prior del Monasterio deMaria Stern, asiste en Septiembre de 1879 al CapituloGeneral de los Trapenses en Sept-Fons (Francia). En esareunión oye la petición de Mons. Ricards, obispo en laProvincia del Cabo en África del Sur, que con carta derecomendación del Papa León XIII, pide monjes parafundar un monasterio en aquella parte del mundo. Elsilencio en la Sala Capitular quedó roto cuando se oyóuna voz: ““SSii nnaaddiiee vvaa,, iirréé yyoo..”” Grande fue la sorpresa porla frase misma, pero mayor aún al darse cuenta todos dequién la había pronunciado: el P. Francisco Pfanner, queestaba a punto de ser nombrado abad del monasterio porél fundado. Realizados los arreglos pertinentes, el tra-pense convertido en misionero vuelve a Maria Stern. Allíescoge 32 monjes que le acompañarán en la aventura.

El 28 de Julio de 1880 la expedición trapense llega aDunbrody, al terreno que el obispo Ricards había escogidopara la nueva fundación. Aquello se parecía más a un de-sierto que a una tierra manando leche y miel, de la que leshabía hablado el obispo. Al día siguiente el P. Francisco, enpresencia de Mons. Ricards, pronuncia un discurso: ““AABBoossnniiaa lllleegguuéé ccoonn ssóólloo 44 hhoommbbrreess,, aaqquuíí hhee ttrraaííddoo mmááss ddee 3300..AAllllíí eennccoonnttrréé uunn ggoobbiieerrnnoo ddeeggeenneerraaddoo yy nnoo ttuuvvee pprrootteecccciióónn jjuurríí--ddiiccaa aallgguunnaa;; aaqquuíí eennccuueennttrroo uunn ggoobbiieerrnnoo yy uunnaa aaddmmiinniissttrraacciióónnrreegguullaarreess.. EEnn BBoossnniiaa ttuuvvee pprriimmeerroo qquuee ccoommpprraarr eell tteerrrreennoo;; aaqquuííyyaa lloo tteennggoo.. AAllllíí ttuuvvee qquuee ccoonnsseegguuiirr ppoorr mmíí mmiissmmoo llooss mmeeddiioossffiinnaanncciieerrooss;; aaqquuíí ccuueennttoo ccoonn uunn tteessoorroo yy uunn pprrootteeccttoorr,, eell sseeññoorrOObbiissppoo.. PPoorr eessoo eessttooyy ddeecciiddiiddoo aa vviivviirr yy mmoorriirr aaqquuíí.. CCoommoo llooss



Así fueron los comienzos de la fundación en Dunbrody.

“Hoja volante” publicada desde Dunbrody.

FOTOS: ARCHIVO CMM


eessppaaññoolleess ccuuaannddoo lllleeggaarroonn aa MMééjjiiccoo,, qquuee qquueemmaarroonn llaass nnaavveessppaarraa vveerrssee oobblliiggaaddooss aa sseegguuiirr aaddeellaannttee,, yyoo qquueemmoo eell ppuueenntteeddeeccllaarraannddoo ppúúbblliiccaammeennttee:: ““NNoo rreettrroocceeddeerréé jjaammááss..””

Pasaron dos años, rezando y trabajando, y la tierra nodaba el fruto esperado y al obispo se le acabaron losrecursos para mantener a los monjes que se había traí-do de Europa. El P. Francisco se volvió a Europa a bus-car medios materiales y colaboradores. Él mismo noscuenta aquella campaña de propaganda: ““RReeccoorrrríí ddeessddeeeell mmaarr ddeell NNoorrttee aall mmaarr MMeeddiitteerrrráánneeoo yy ddeessddee eell mmaarr NNeeggrrooaall OOccééaannoo AAttlláánnttiiccoo...... DDii llaa vvoozz ddee aallaarrmmaa,, pprreeddiiccaannddoo yyppiiddiieennddoo...... ppoorr aaccttiivvaa yy ppoorr ppaassiivvaa.. MMee pprreesseennttéé eenn ccaatteeddrraa--lleess ee iigglleessiiaass rruurraalleess,, eenn ccaappiillllaass yy ccaassaass ddee llaabbrraannzzaa,, eenn cceenn--ttrrooss ddee ttooddoo ttiippoo,, lllleeggaannddoo aa vveecceess aa pprroonnuunncciiaarr ttrreess oo ccuuaa--ttrroo sseerrmmoonneess oo ccoonnffeerreenncciiaass eenn uunn mmiissmmoo ddííaa...... DDuurraanntteettooddoo eessttee ttiieemmppoo nnuunnccaa eessttuuvvee aaffóónniiccoo nnii ccoonnssttiippaaddoo,, nniissiiqquuiieerraa ccaannssaaddoo.. EEnn eessttooss vviiaajjeess ccoommíí hhaabbiittuuaallmmeennttee ddee mmiibboollssiilllloo:: ppaann yy ffrruuttaa..””

Realizando esta campaña el P. Francisco se enteraque el obispo Ricards ha presentado quejas contra él y,aunque luego el prelado se retractará de tales acusacio-nes, el P. Francisco desde Europa ordena a sus monjesque salgan de Dunbrody. Él emprende viaje de vuelta ysus monjes salen para el Natal, donde el obispo Jolivetles acoge benévolamente. Recién llegado de Europa sele ofrece un terreno para la nueva fundación, que noconvence al P. Francisco: ““ HHee ccoommeettiiddoo yyaa uunnaa ttoonntteerrííaa yynnoo qquuiieerroo qquuee ssee ccoommeettaa oottrraa..”” El mismo P. Francisco seencarga de comprar el terreno más idóneo para sus pro-pósitos. El 4 de Diciembre de 1882 formaliza la comprade una finca cerca de Pinetown. Los monjes celebran laNavidad en las afueras de Durban y al día siguientetodas las carretas de aquel “Monasterio rodante” se po -nen en marcha en dirección a lo que será la fundaciónde Mariannhill.



LA

HUELLA INGLESADE MARIANNHILL

“Escrito está en mi alma

vuestro gesto”.(GARCILASO, Soneto V. Verso 1º)

No hace mucho, cuando leí (en el suplemento “Alfa yOmega” del periódico ABC) que los Misioneros de Mariannhilliban a celebrar este año el centenario de la muerte de su funda-dor, el Abad Franz W. Pfanner, sufrí una sacudida emocional, unaespecie de estremecimiento lírico incapaz de reprimir y quise, almomento, aportar mi granito de arena en apoyo de este acon-tecimiento. Inmediatamente, mi primera reacción fue volver losojos al libro que llegó a mis manos hace más de 40 años: Elrebelde obediente (Der Gehorsame Rebell), de Wilhelm Hüner -mann (Ediciones Combonianas. Madrid, 1965), una ágil y lla-mativa biografía del rebelde Pfanner, traducida por MarianoHerranz, cuya relectura me devolvió, al instante, un aire de otraépoca, un grato recuerdo de profesores y condiscípulos, unanostalgia envuelta en cerradas nieblas palentinas y un olor ahierba recién cortada proveniente de las laderas austriacas, queyo imaginaba al leer las primeras páginas, y que, años mástarde, recordé en un viaje en tren de Munich a Viena, pasandopor las hermosas ciudades de Salzburg (ya visitada) y Linz.




Cuando los primeros mariannhiles se establecieron en Españanada más empezar la década de los 60 del pasado siglo, no vinoel escándalo con ellos, sino las sorpresas que depara lo diferen-te. ¿Quiénes eran aquellos curas alemanes (así decía la gente)que llevaban fajín rojo y que, personas como mi beata abuela,creían que eran obispos? ¿Quiénes eran esos que formaban uncolectivo de diferentes nacionalidades en un país que casi habíadejado de mirar a Europa desde la época imperial? ¿Quiéneseran los que, aparte de su idioma nativo, también hablabanotros y tenían el inglés por bandera en un tiempo en el que elestudio de los idiomas en España estaba en pañales? Pues ni másni menos que los seguidores de Francisco Pfanner, pioneros enestablecer el inglés como asignatura principal del currículo esco-lar, adelantándose, no exagero, en más de dos décadas al restode los colegios e institutos españoles que todavía seguían con elfrancés de siempre. Este English touch de Mariannhill, tan sor-

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Llegada de alumnos al Colegio-Seminario de Mariannhill en Palencia.Comienzo de la década de los 60.

FOTO: LUKAS A. METTLER CMM


prendente y llamativo entonces, se basó en dos razones de enor-me peso: 1ª. Porque era la principal herramienta de comunica-ción, heart of the matter (la esencia, el meollo), en la labor misio-nera en Sudáfrica (Durban y su amplia zona) y en Zimbabwe(antes Rhodesia), en la extensa región de Bulawayo, la ciudadsureña más importante del país. Y 2ª. Porque de sobra sabían queel inglés, koiné actual, era ya el number one de los idiomas, que,por muchísimas razones, se imbricaba, se entrometía y contami-naba todos los ámbitos de la actividad humana en el mundo.

Ese retraso idiomático en España lo comprobé yo mismocuando dejé Mariannhill e hice el Preuniversitario (año 1968) enun centro salmantino. Fui el primer y único estudiante de inglésde todo el instituto, y el Director del centro y la De legaciónProvincial tuvieron que buscar con urgencia una profesora paramí solo, así que debí resultar el estudiante más caro de España.


Primeros alumnos del Colegio-Seminario de Mariannhill en Palencia junto acuatro de sus formadores, los PP. Galo, Francisco, Beltrán y Felipe.

FOTO: LUKAS A. METTLER CMM



Pero antes, cuando en Palencia manejaba aquellos textos deMangold, bastante buenos a mi juicio, y veía a mis superioreshablar varios idiomas, y sobre todo spikear el inglés con soltura,yo sentía, en mi adolescencia, una envidia tremenda. “Algún díahablaré inglés como ellos”, pensé más de una vez. Luego, con labase allí adquirida, la universidad (donde menos inglés aprendí),y una larga estancia en Escocia, se logró el sueño.

La huella, es decir, la siembra del Umfundisi Pfanner no sólodio fruto religioso (el más importante) en los rebeldes en Áfricay otros lugares y en los rebeldes que le siguieron en el sacerdo-cio, sino que también fructificó en otras parcelas de la vida: per-sonales, sociales, educativas, culturales, académicas, etc., por lasque cientos de antiguos alumnos (de inglés, por supuesto, ytambién alemán) estamos y estaremos siempre agradecidos.

Así que, bienvenida y gozosa sea la celebra-ción de este Centenario, a la que me sumode todo corazón, y larga vida le deseo a lagran Familia de simpatizantes, ex-alum-nos, bienhechores y, sobre todo, a lasrebeldes mesnadas guerreras de her-manas religiosas y curas con fajín rojo,para que sigan educando y ayudando alos más débiles allí donde sea menester,sin perder de vista, metafóricamentehablando, el faro de la alta y majestuo-sa torre de Mariannhill, cerca deDur ban, convertida hace dé -cadas en todo un símbolo,como una forma de buscartambién un poco de aliviopara el espíritu.

José Alonso Pascual(Catedrático de Inglés)

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Cumpleaños de la Hna. Sales

Cien años de vida



La Hna. M. Sales Stöcklein CPS, misionera de la PreciosaSangre, quien desde 1964 hasta 1987 vivió y trabajó en elSeminario Menor, que por entonces los Misioneros deMariannhill regentábamos en la ciudad de Palencia, cumplió elpasado 25 de marzo cien años de vida. Junto al Hno. WaldemarHahn CMM pude asistir a dicha celebración, que tuvo lugar enHeilige Blut (Holanda), Casa Madre de la Congregación, dondeviven algunas hermanas que trabajaron con nosotros enPalencia: Hna. Leocada, Hna. Fidelitas, Hna. Lucina, Hna. Armella,Hna. Walfrieda.

Conocí a la Hna. Sales en septiembre de 1969, cuando a laedad de nueve años llegué al Seminario de Mariannhill enPalencia, para comenzar el bachillerato. Entre todos los que allívivíamos: superiores, formadores, profesores, religiosas, emplea-dos, alumnos, desde un primer momento me llamó la atenciónla Hna. Sales, pasando y repasando con una mopa de grantamaño los pasillos del Seminario, cuyo brillo nunca perdieron.Tres o cuatro veces al año se realizaba la matanza de varios cer-dos y allí estaba la Hna. Sales dirigiendo eficientemente el despie-ce de los mismos y la posterior preparación de los embutidos. Yjunto a su reseñable laboriosidad, la Hna. Sales des tacaba por suseria religiosidad. Siempre me impresionó verla de rodillas.Cada 24 de enero, su fiesta onomástica, los alumnos le regalá-bamos un ramo de flores, que inmediatamente ella ponía a lospies de la Virgen. Con el paso de los años, estando de misione-ro en Zimbabwe, donde ella estuvo antes de venir a España,pude comprobar que allí recordaban a la Hna. Sales tal como yola había conocido desde niño en Palencia: trabajadora incansa-ble y religiosa cabal.

Durante mi formación teológica en Salamanca (1976-1982),cada vez que nos desplazábamos a Palencia, participábamos enla misa diaria en la capilla de las Hermanas. Allí vi por primeravez a la Hna. Sales con gafas, leyendo un libro antes de comen-zar la celebración. Empecé a intuir entonces que la Hna. Salesera una persona culta y que se cultivaba.

Recuerdo su amabilidad con motivo de mi ordenación sacer-dotal en 1982. Antes de marchar a Zimbabwe en el otoño de1983, estuve trabajando un curso completo en nuestro Se -minario de Palencia como Director Espiritual de los seminaris-


tas. Durante ese año conocí aún más a la Hna. Sales y mi admi-ración por ella no dejó de crecer. Para mi era una mujer de unasola pieza. Por entonces yo ya tenía conocimiento de lo que elSiervo de Dios Abad Francisco Pfanner, fundador del Mo nas -terio de Mariannhill en Sudáfrica y de la Congregación de lasMisioneras de la Preciosa Sangre, decía acerca de éstas. Él que-ría que sus religiosas y misioneras fueran mujeres fuertes, tra-bajadoras, piadosas para que así pudieran evangelizar eficaz-mente a las mujeres africanas. Y cada vez que veía a la Hna.Sales me decía para mí que ella encarnaba bien el ideal de reli-giosa y misionera que tenía el Abad Francisco. Durante esecurso fui su confesor. Sólo me es permitido decir que su diccióndel inglés era clara, distinta y perfecta y que siempre yo que-daba edificado después de oírla en confesión.

Cuando cerramos nuestro Seminario en Palencia y la Hna.Sales marchó a la Casa Madre que su Congregación tiene enHolanda, seguimos en contacto por carta. Su caligrafía era per-fecta, incluso cuando por el temblor de la mano, uno pudieraesperar que no fuera así. Guardo alguna de sus cartas y esimpresionante comprobar cómo se puede ver a la par su tem-blor y la perfección en la caligrafía. Recuerdo que una vez me


La Hna. Sales junto a la Hna. Walfrida y el Hno. Waldemar, a la derecha. A la izquierda, la Hna. Fidelitas y el P. Lino.



escribió: P. Lino, aquí somos muchas Hermanas y bastante mayoresy con relativa frecuencia tenemos que ir al cementerio para darsepultura a alguna de ellas. Cuando volvemos del entierro siemprenos preguntamos quién será la siguiente a la que enterraremos. Tepuedo decir que nunca acertamos.

La Hna. Sales siempre ha sido para mí un referente nítido devida religiosa y misionera. Su porte noble, su hablar comedido,su equilibrio temperamental, su fidelidad al trabajo y a la ora-ción empezaron por llamarme la atención. Luego me causaronadmiración. El recuerdo de todo ello siempre me ha movido aintentar la imitación de todo lo bueno que en ella he vistodesde el principio.

Querida Hna. Sales, con motivo de su cumpleaños, en esta oca-sión tan especial –cien años–, la Familia entera de Mariannhill ledesea mucha felicidad, que aunque vaya en singular es mucho másque felicidades en plural. Y, junto a nuestros buenos deseos, la pro-mesa de oración por usted y sus intenciones.

P. Lino Herrero Prieto CMMMisionero de Mariannhill

FOTOS: FAMILIA STÖCKLEIN

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El P. Lino felicitando a la Hna. Sales.


hhHISTORIA DEL VICARIATO

APOSTÓLICO DE TRINIDAD(Casanare / Colombia)

Hace unos meses que los Misioneros de Mariannhill comenzaron a trabajar en el Vicariato Apostólico de Trinidad,que se encuentra en el Departamento de Casanare, de laRepública de Colombia. Están empezando a desarrollar su trabajo desde el Centro Misionero María Auxiliadora en las Montañas del Totumo.Monseñor Javier Pizarro Acevedo OAR, Vicario Apostólico de Trinidad, escribe para los lectores y amigos de la FamiliaMariannhill, la historia de este Vicariato Apostólico.

Para entender en pocas palabras la historia del este Vicariato deTrinidad, debemos partir de la historia del Vicariato Apostólico deCasanare, hoy dividido en dos jurisdicciones eclesiásticas: Diócesis deYopal y Vicariato Apostólico de Trinidad.

El Vicariato Apostólico de Casanare fue creado por su San ti dad elPapa León XIII, el 17 de junio de 1893, con el Breve “Romani Pontífices”.

En ese mismo momento se encomienda la misión a los Agus tinosRecoletos y se nombra como primer Vicario Apostólico al Padre Eze -quiel Moreno, quien ha sido canonizado como santo. Volvían, así, estosreligiosos al terreno de misión que habían evangelizado durante másde 200 años hasta principios del siglo XIX, cuando tuvieron que aban-donar el territorio.

Son, pues, más de cien años de historia conformada por cuatroépocas diferentes.

Primera época: Desde la creación del Vicariato hasta la separación de la Prefectura Apostólica de Arauca en 1915, hoy Diócesis de Arauca

Esta primera época se caracteriza por un trabajo misional heroico enuna región inhóspita, apartada del resto de la República por la distancia



Mons. Javier Pizarro Acevedo OAR, bendiciendo la primera piedra de la

Catedral de Trinidad.

FOTO: VICARIATO TRINIDAD / COLOMBIA



y la escasez de vías transitables. El trabajo misionero-evangelizador fuemuy difícil por la extensión del territorio y los grandes peligros que pre-sentaban la región y el clima.

El desarrollo de Casanare prometía un futuro próspero. Se crearonlas primeras parroquias y se afianzó su infraestructura. Comenzaron lasfundaciones de casas religiosas.

El convenio de misiones ayudó a impulsar la educación por parte dela Iglesia, ante un abandono crónico por parte del departamento deBoyacá, al cual pertenecía este territorio.

Segunda época: Desde la separación eclesiástica de Araucahasta la creación de la Intendencia de Casanare, el 15 de mayo de 1974 y la posterior erección en departamento

La segunda época se destaca por el hecho doloroso en la historiadel territorio: la revolución sucedida entre los años 1950 y 1953. El tra-bajo evangelizador se vino abajo por estas circunstancias adversas. Losaños siguientes se distinguieron por una reconstrucción lenta, que másbien fue una prolongación de vida lánguida. La reconstrucción de lasiglesias y de las casas curales tuvo que ser asumida por el gobiernonacional. La emigración de la gente de la región hacia Bogotá, capitalde la República y a otras regiones del departamento de Boyacá, seintensificó en los años de la violencia y quedó como costumbre gene-ral para familias con más estudio y mejores medios económicos.

Sin embargo también se dio el fenómeno contrario, puesto que elterritorio empezó a recibir una silenciosa inmigración de colonos veni-dos de los pueblos boyacenses más próximos. Mientras el desarrolloeconómico y político se retrasa, se va cambiando el perfil casanareñocon las costumbres cristianas y familiares y los hábitos de trabajo agrí-cola que traen los campesinos boyacenses.

La labor misionera se simplificó por el bajo número de habitantes,pero continuó siendo arduo el desplazamiento hacia diversos pueblos yveredas muy distantes entre sí, por la escasez de medios adecuados decomunicación, agravada por la miseria reinante.

En esos años se funda el Seminario Menor “San José” de Tá ma ra, seordenan los primeros sacerdotes incardinados y se aumentan las casasreligiosas.

Tercera época: Desde la creación de la Intendencia de Casanarehasta la división eclesiástica del Vicariato de Casanare paraconformar la diócesis de Yopal y el Vicariato Apostólico deTrinidad el 27 de noviembre de 1999

La tercera época se caracteriza por el desarrollo acelerado deCasanare, tanto en lo civil como en lo eclesiástico. Son años de impul-


so y adelanto. Últimamente la explotación petrolera en la zona ha con-tribuido en gran parte a acelerar el progreso. También ha sido posibleimpulsar la obra misionera y se ha ido construyendo una iglesia madura.

Con la nueva modalidad de Educación Contratada se impulsa la edu-cación, se abren instituciones de enseñanza media y se organizan gran-des internados. Vienen nuevas comunidades religiosas femeninas, a lascuales se suma la comunidad masculina de los Hermanos de la Salle.

Se desarrollan las primeras zonas urbanas. Se multiplican las institu-ciones educativas oficiales. En el Vicariato de Casanare se continúa la for-mación y ordenaciones de clero propio, lo cual facilita la labor en regio-nes más alejadas de los centros tradicionales.

Cuarta época: Desde esta última división eclesiástica hasta nuestros días

La cuarta etapa se inicia el 27 de noviembre de 1999, cuando suSantidad el Papa Juan Pablo II crea una nueva jurisdicción eclesiásticadesmembrada del Vicariato Apostólico de Casanare y a su vez le cam-bia el nombre a este último por el de Vicariato Apostólico de Trinidad.

El clero propio venía en aumento, el desarrollo de la zona occiden-tal, conocida como pie de monte llanero, pedía ya la creación de unadiócesis, lo cual se hace efectivo en la fecha indicada.


El P. Marco Antonio Saavedra Quiel CMM con algunos miembros de la comunidad cristiana de la vereda de la Candelaria.

FOTO: CMM/COLOMBIA


El Vicariato, ahora con nuevo nombre, queda conformado por elterritorio, dentro del Departamento de Casanare, ubicado en la regióndel llano medio y llano extremo oriental, hasta las riberas de los ríosCasanare y Meta. Sigue encomendado a los Agustinos Recoletos, dis-puestos a continuar con este territorio, como colaboración a la obramisionera de la Iglesia Colombiana. La sede es trasladada al pueblo deTrinidad, de donde toma su nombre el Vicariato. Abarca en su totalidadlos municipios de Trinidad, San Luis de Palenque, Orocué y Maní, y laszonas orientales de Hato Corozal, Paz de Ariporo y Tauramena. La exten-sión del nuevo territorio posee una superficie aproximada de 27.075 kiló-metros cuadrados y una población cercana de 67.692 habitantes.

El Pueblo de Trinidad, sede del Vicariato, es de fundación colonial,cuna de próceres de la independencia nacional. Pueblo con larga tradi-ción parroquial y misional. Es la población más desarrollada de toda elárea central del llano casanareño. Relativamente importante como puer-to fluvial sobre el río Pauto, que desemboca al importante río Meta. Estácomunicado con el interior del país por buena carretera y por los ríosPauto y Meta con los más alejados de la región, al menos en el tiempode lluvias. Está distante de El Totumo a unas tres horas en carro. Es allídonde han empezado a trabajar los Misioneros de Mariannhill.

Monseñor Javier Pizarro Acevedo, OARVicario Apostólico de Trinidad


El P. Ignacio Kaungu CMM con algunos de sus alumnos de la Escuela de Totumo

FOTO: CMM/COLOMBIA


El carisma «Mariannhill», suscitado porel Espíritu Santo en la Iglesia a través delSiervo de Dios Abad Francisco Pfanner, estáconstituido por una espiritualidad y unamisión.

Nuestra espiritualidad tiene su centro enCristo Redentor, quien por nuestra consagra-ción religiosa ha venido a ser nuestro únicobien (pobreza), nuestro único amor (casti-dad) y nuestro único Señor (obediencia).Vivimos esta consagración en comunidad.Son notas características de nuestra espiritua-lidad la oración al Corazón de Cristo por la sal-vación de todos los hombres; la celebracióndiaria de la Eucaristía para que la Sangre deCristo siga lavando a la humani dad entera; yla devoción a María, Madre del Redentor yMadre de los redimidos. La fiesta de nuestraCon gregación es el 2 de febrero, en que cele-bramos a María presentando a Jesús en elTemplo como Luz de las naciones. Pa tronos yProtectores de la Con gre ga ción son: SantaAna, San José, San Benito, San Francisco Javiery Santa Teresa del Niño Jesús.

Nuestra misión es un servicio a la misiónde la Iglesia y consiste en la evangelización delos pueblos que aún no creen en Cristo, pro-moviendo su liberación integral y la formaciónde las nuevas Iglesias locales. También formaparte de la misión de nuestra Congregaciónla animación misionera del Pueblo de Dios, lapromoción y formación de vocaciones misio-neras y el desarrollo de cauces para que elPueblo de Dios colabore en la mi sión univer-sal de la Iglesia con su oración, sacrificio ylimosna.

MariannhillUn CarismaEclesial



Una CongregaciónMisionera

Una FamiliaUniversal

Mariannhill es una Congregaciónreligiosa y exclusivamente misionera, quenació el 2 de febrero de 1909, al de cretar elPapa San Pío X la separación del Monasteriode Mariannhill de la Orden Trapense.Nuestra Congregación (Cmm) es una comu-

nidad internacional, integrada por sacerdotes y her-manos.

Desarrollamos nuestra actividad mi sio nera enSudáfrica, Zimbabwe, Zam bia, Mozambique, Kenia,Bostwana y Papúa-Nueva Guinea. También tenemos co -munidades en Alemania, Austria, Suiza, Ho lan da, Italia,

Polonia, Canadá, Estados Uni dos y España, que se dedican a la Animación misio-nera del Pueblo de Dios y a la for mación de jóvenes con vocación misionera.

Colaboramos estrechamente con las Hermanas de la Preciosa Sangre (Cps),fundadas por el Abad Francisco Pfanner.

Niños, jóvenes, familias, enfermos nos ayudan ennuestra tarea misionera y forman con nosotros y lasHermanas de la Preciosa Sangre la Familia Mariannhill.

Como familia no olvidamos a los que nos ayudan ypor ellos cada día re zamos en nuestras comunidades y seofrece una misa diaria en la Congre ga ción.

Como familia no olvidamos a los que nos ayudaron:nuestros difuntos. Tamb ién cada día por ellos rezamosen nuestras comunidades y por su descanso eterno se

ofrece una misa diaria en la Congregación.Como familia invitamos cordialmente a

otros a formar parte nuestra.




• siendo sacerdote o hermanomisionero.

• Rezando y ofreciendo sacrificiospor las misiones y por vocacionesmisioneras.

• Ayudándonos a contactar conjóvenes que tengan inquietudesmisioneras.

• suscribiéndote a la revista “Familiamariannhill” y dándola a conocer.

• Apoyando con tus donativos los proyectos de desarrollo yevangelización que llevan a cabonuestros misioneros.

• enviándonos intenciones de misa.• ofreciendo herencias y legados.• Comprometiéndote a un objetivo

concreto:

Beca Futuro misionero (2.000 € al año)envío de 10 Kg. de ropa a nuestras misiones (42 €)Adquisición de la Biografía de nuestro Fundador (12 €)Adquisición del libro“La Cruz y sus caminos” (10 €)

FORMA DE AYUDATRANSFERENCIA: Cuenta corriente n.o 0019 4167 00 4010001660, BanCorreos [DeutscheBank]: c/ Gran Vía, 25-29. 37001 Salamanca, a nombre de Misioneros de Mariannhill.

GIRO POSTAL: Misioneros de Mariannhill • C/ Los Zúñiga, 2 • 37004 Salamanca

Nombre y Apellidos .....................................................................................................................................

Dirección ...........................................................................................................................................................

Código Postal y Población..........................................................................................................................

Provincia..............................................................................

Ven a formar parte de nuestra FamiliaVen a formar parte de nuestra Familia

FOTO: JOSÉ FRANCISCO FLORES ZAMBRANO CMM



N.o 43NUESTRA PÁGINA VOCACIONAL

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: ARN

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SCHMITT CMM

“Veneramos al Abad Francisco Pfanner, Fundador de Mariannhill y gran pionero de la evangelización. Le recordamos especialmente cada 24 de mayo, aniversario de su fallecimiento”.

(Cons. CMM, 248)

Este busto del Abad Francisco se encuentra en la capilla de la CasaGeneral de los Misioneros de Mariannhill en Roma. No está allí coloca-do para recibir culto, pues su Causa está dando todavía los primerospasos. Se ha querido poner allí para hacer vida lo que dice el número denuestras Constituciones, arriba citado. Quien se sienta llamado a venir aformar parte de nuestra familia religiosa y misionera encontrará en ElAbad – como así nos gusta llamarle – un modelo con una especial fuerzade atracción.

Si la memoria del que fuera Fundador de Mariannhill es tan determinanteen la vocación y en la vida de cada uno de sus hijos misioneros, su recuer-do se vuelve especial cuando cada 24 de Mayo se celebra el aniversario de sumuerte. Y este año –si cabe– aún más, porque hace cien años que aquélla ocu-rrió. Sujetando una candela encendida en la mano –a modo de testigo–cruzó la línea de meta. Nos ha pasado el testigo para le relevemos y así siga-mos corriendo por la causa santísima del Evangelio.


www.mariannhi l l .org

EDUCAR

Educar es lo mismo queponerle un motor a unabarca…Hay que medir, pesar, equilibrar…

Pero para eso uno tiene que llevar en el alma un pocode marinero, un poco de poeta, un poco de pirata y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñarque ese barco –ese niño–mientras uno trabaja,irá muy lejos por el agua…

Soñar que ese navíollevará nuestra carga de palabras y pensamientoshacia puertos distantes, hasta islas lejanas…

Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.

F. GAINZA

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: MANOS UNIDAS


Mayo-Junio-Julio Año 2009/3 N. - Mariannhill

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Transcript of Mayo-Junio-Julio Año 2009/3 N. - Mariannhill