Menores Extranjeros No Acompañados. Mitos vs. Realidad · Mitos vs. Realidad . 2 entidades sin...
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El concepto “MENA” hace referencia al colectivo de “menores extranjeros no
acompañados”, jóvenes que han emigrado a otro país y además se encuentran sin la
compañía de un adulto a su cargo. En España, actualmente hay un total de 5.380 casos el
mayor porcentaje de este colectivo es de origen Magrebí. Este reportaje tomará los
estereotipos y prejuicios de las calles para resolver las grandes incógnitas que aún existen
a día de hoy entorno a esta problemática social, tratando de llegar a las dificultades con
las que cuentan al llegar al país de destino, y cómo será su progresiva integración.
El término “MENA” es quizá en la
actualidad un acrónimo desconocido
para la sociedad y la mayoría de la
población no solo desconoce su
significado, sino que ignora la dura
situación social que se esconde tras de
sí. Este concepto hace referencia al
colectivo de “menores extranjeros no
acompañados” y aunque diversos
autores no están del todo de acuerdo
acerca de su nomenclatura y aportan
conceptos como “niños separados”,
“menores de calle” o “menores
indocumentados” todos ellos hacen
referencia al grupo de niños, niñas y
jóvenes menores de 18 años que han
inmigrado a un nuevo país (solos o
acompañados) pero que se encuentran
separados de las personas que por ley (o
por arreglo a los usos y costumbres de su
país de origen) los tienen a su cargo,
pudiendo así acceder al país de destino
ya sea a través de una solicitud de asilo o
de forma irregular.
Este concepto, no es algo nuevo y
característico de la actualidad. Si nos
remontamos a la segunda guerra
mundial, millones de niños y niñas se
vieron obligados a emigrar sin sus padres
y madres y han sido muchos los periodos
históricos en los que las migraciones de
menores han sido masivas de unos países
a otros. En los últimos veinte años, la
llegada de menores extranjeros no
acompañados a nuestro país ha supuesto
un fenómeno migratorio con numerosas
implicaciones políticas, sociales,
culturales y económicas ante las que de
forma institucional hemos tenido que dar
respuesta pero ni las normas jurídicas ni
el sistema de protección de nuestro país
han sido capaces de ofrecer una
respuesta eficaz ante esta situación por lo
que la acción ciudadana, a través de
MENA
Menores Extranjeros No
Acompañados.
Mitos vs. Realidad
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entidades sin ánimo de lucro como
diversas ONGs como ACCEM o Unicef,
realizan un papel de vital importancia en
este proceso de adaptación.
En el último informe publicado por el
gobierno central en octubre de 2017 se
establece que en nuestro país había
inscritos en el registro un total de 5.380
menores extranjeros no acompañados.
Esta cifra es sin duda una de las más
elevadas de los últimos años
convirtiéndose así en una cifra muy
preocupante y desoladora pues no
debemos olvidar la dura situación de
vulnerabilidad con la que se encuentran
estos niños y niñas.
El mayor porcentaje de estos niños y
niñas proviene de países como
Marruecos y Argelia, aunque en los
últimos años está creciendo el porcentaje
de jóvenes provenientes del África
Subsahariana. Los principales motivos
de estos flujos migratorios son la
pobreza, la exclusión social y la falta de
oportunidades en sus países de origen.
Además, muchos países se encuentran en
conflictos armados, agitaciones políticas
o incluso persecuciones, por lo que los
niños y niñas que no puedan abandonar
el país con sus familias tenderán a
hacerlo en solitario.
El informe del Proyecto CON RED
(2004) establece una división de los
motivos migratorios atendiendo a dos
causas diferenciadas:
· Migración política
· Migración económica.
Con independencia de los motivos por
los que el o la menor de edad se sienta
obligado a emigrar, existen unas
dificultades comunes con las que todos y
todas se encuentran tras la llegada al
nuevo país. Estos son principalmente la
tramitación de documentos, el
aprendizaje y dominio de la lengua y la
ausencia de referentes familiares.
La constitución española, en su artículo
39.4 establece que "los niños gozarán de
la protección prevista en los acuerdos
internacionales que velan por sus
derechos” por lo que este colectivo debe
ser acogido por la sociedad y el estado
deberá asumir su tutela hasta su mayoría
de edad.
Toda la legislación existente sobre los
derechos y deberes de los MENA se
encuentra recogida en el “Protocolo de
menores extranjeros no acompañados”
promulgado en el año 2007 en el que se
determina que se le deberá ofrecer una
plaza a cualquier menor no acompañado
en un centro residencial de acogida.
Cuando un menor alcanza la mayoría de
edad se le podrá conceder un permiso
temporal de residencia si ha participado
de forma adecuada y activa en los
programas de formación de la entidad
pública en la que estaba viviendo y si su
estancia en la residencia de acogida es
superior a 5 años, obtendrá el permiso
definitivo de residencia.
Desmontando estereotipos:
Dentro de las diferentes temáticas y
problemáticas relacionadas con los
MENAs y, más allá de aspectos como el
tipo de recursos disponibles o los
diferentes procesos de inserción social o
laboral para el colectivo, una de las
grandes cuestiones que aparecen
recurrentemente es el de la alarma social
y el rechazo hacia el colectivo por
amplios sectores de la sociedad. (Moreno
Márquez, 2012)
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Algunos de los estereotipos que se
transmiten entre la sociedad pueden ser:
- “Estos menores son muy
conflictivos”. Este tipo de pensamiento
ha llegado a generar rechazos en cuanto
al reparto de recursos para este colectivo.
Con el paso de los años se han dado casos
de renuncias a establecer recursos para
MENA’S y en algunos casos, como en la
alavesa Nanclares de Oca, se han llegado
a recoger firmas vecinales con intención
de rechazar ubicaciones para estos
menores. Este prejuicio se ve
incrementado por el fuerte impacto
mediático que ha dado la prensa en casos
de MENA’s con algún tipo de problema
en su conducta o que ha podido realizar
ciertas infracciones, englobando y
etiquetando así irracionalmente a todo el
colectivo.
Otro aspecto que contribuye a esta idea
prejuiciosa, por ejemplo en el caso de
Gipuzkoa, lugar de un alto grado de
acogimiento de estos menores, es que
desde instancias forales se difunde que
en torno a un 10% del total de los
MENAs acogidos en este territorio
tendría un carácter conflictivo. Sin
embargo, siendo una media de 120
menores, se convertiría en una pequeña
cifra, hecho que pasa desapercibido para
una parte de la población. (Moreno
Marquez, 2012).
Es destacable así mismo, que, dentro de
estos centros de la comunidad autónoma
del país vasco, un alto porcentaje de
personas responsables que trabajan en
estos centros de acogida, coinciden en
que el perfil mayoritario que convive en
los centros son menores sin ningún tipo
de problemática añadida; se trata de
MENA’s procedentes de familias cuyo
origen se encuentra en zonas rurales de
Marruecos y que su fin último es la
consecución de empleo. Sin embargo,
hay una pequeña minoría de menores que
presentan una problemática de carácter
delincuente, o metidos en el consumo de
drogas. Generalmente, en contraposición
del anterior grupo, éstos proceden de
zonas urbanas y de contextos familiares
desestructurados.
El principal problema yace en el
predominio de las noticias relacionadas
con MENAs problemáticos, aun siendo
minoría (Gobierno Vasco, 2009). Esto
finalmente ofrece una visión general
negativa y estereotipada de todo el
colectivo y favorece la idea de que los
MENAs sean juzgados como un riesgo
social que compliquen la convivencia
dentro de la sociedad.
- Su nacionalidad de origen. La
nacionalidad marroquí, como puede
verse en diferentes encuestas, es siempre
el colectivo más rechazado por la
población autóctona (Cea D´Ancona,
2007; Calvo, 2008; Ikuspegi, 2008;
2009; Rinken, Silva, Velasco y Escobar,
2009) pues suele asociarse más a
problemáticas como la delincuencia o el
tráfico y consumo de drogas. En todo
caso, no pueden dejarse a un lado en este
caso otras variables tales como el
racismo y la xenofobia para explicar
dicha valoración.
- No hacen nada, ni estudian ni
trabajan. A pesar que una gran parte de
la sociedad peque de un pensamiento
erróneo sobre la formación de estos
jóvenes, la realidad es que éstos tienen la
idea de conseguir empleo bien
interiorizada, siendo su esperanza
conseguirlo. La formación para el
empleo figura como una de las
prioridades en la intervención que es
llevada a cabo con estos menores. El
sistema educativo del que gozamos,
ofrece diferentes posibilidades centradas
en la orientación al empleo una vez se
superen los dieciséis años y siempre y
cuando cuenten con su Número de
Identificación de Extranjeros (Bravo,
2005).
- “No trabajan porque no quieren”.
Continuando con la idea anterior, el
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hecho de que muchos MENAs no
trabajen no se corresponde con la idea de
que son ellos los que no quieren trabajar,
sino que la inserción laboral es una de las
mayores dificultades que afecta a este
colectivo. Teniendo en cuenta que
muchas veces su proyecto migratorio se
debe al deseo de estos adolescentes por
conseguir un permiso de trabajo que
ayude a obtener su permanencia legal en
nuestro país una vez superada la mayoría
de edad. La crisis económica vivida en
España ha afectado a la gran parte de su
población, sin embargo, ha tenido un
impacto significativo para estos jóvenes
y sus intentos de alcanzar su objetivo
profesional. A este factor económico, se
añaden los prejuicios y rechazo social
debido a su condición de origen, es decir,
el hecho de ser inmigrantes.
- Atención a problemas psicológicos.
Hay aspectos que engloban la vida de los
MENA que no se tienen en cuenta o no
se les da la importancia que
verdaderamente tiene. Uno de estos
casos se trata de la necesidad la atención
a diversos problemas
psicológicos presentada por éstos. La
mayoría de los profesionales que ejercen
su labor en la atención a MENA señalan
esta necesidad como un punto débil del
sistema. Esta problemática surge en
algún momento del proceso migratorio
que han de realizar los menores que
deben abandonar su país de origen.
A pesar de que estas dificultades son
detectadas frecuentemente, no suelen
abordarse de una manera sistematizada y
rigurosa, más allá de algunas
experiencias pioneras. No tratar estas
dificultades fomenta la agravación de
esta problemática, conllevando a graves
obstáculos a la hora de llevar a cabo una
correcta adaptación social que ya cuenta
con un rechazo general de la sociedad
hacia este colectivo, lo que de manera
indirecta puede ayudar a que estos
jóvenes caigan en riesgos sociales como
el consumo de drogas, violencia,
delitos…. Los tratamientos psicológicos
ofrecidos resultan poco efectivos por no
adaptarse al contexto cultural de estos
jóvenes (que desconfían de este tipo de
intervenciones) y las dificultades de
comunicación. (Bravo Arteaga, A.,
Santos González, I., Fernández del
Valle, J. 2010)
Con intención de demostrar,
grosso modo, tanto el desconocimiento
como los prejuicios o estereotipos que
puede tener la sociedad en la que
vivimos ante este colectivo, se ha
realizado una pequeña investigación
basada en una entrevista a varias
personas con diferentes perfiles, desde
jóvenes universitarios hasta personas de
la tercera edad.
Con esto se pretende remarcar la
importancia de diseñar e implementar
programas o jornadas que den visibilidad
a esta temática para conseguir una mayor
sensibilidad por parte de la sociedad y al
mismo tiempo, eliminar estos
pensamientos incorrectos sobre los
MENAs.
https://drive.google.com/open?id=1Y1R
4B0rkMRZyE1T5tcU21usNizqc87Y_
Aspectos Clave
Profundizando sobre los contenidos que
aborda esta temática se procederá a
realizar un análisis descriptivo de los
mismos:
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Se deben mencionar los factores de
riesgo previos y la consecuencias de su
estancia en España (López, 2013).
En relación a los factores de riesgo
previos, se pueden citar los siguientes:
Familia de cogida problemática.
(dejadez, poco control…).
Menor nivel escolar. (y casos de
analfabetismo).
Historial delictivo previo (delitos
en su país de origen).
No existe un proyecto claro sobre
migración, es decir, no vienen
con la vida planeada, sino de
forma improvisada.
No conocen a otros que
previamente hayan pasado por su
misma situación. (compatriotas).
En cuanto a los factores de riesgo
durante la estancia en nuestro país; Falseamiento de la edad. (casos
en los que se asume como menor
a alguien que ya se encuentra en
la edad adulta). -> en estos casos,
por ejemplo, adultos se ven
obligados a seguir ciertas normas
o pautas que, por su edad
cronológica real, ya no les
correspondería.
Cambios constantes de centro o
ciudad (lo que dificulta crear un
clima de confianza con los
integrantes de la institución o
contexto habitual).
Escasa implicación en
actividades grupales o
comunitarias.
Tendencia a relacionarse
únicamente con su grupo de
amigos en situación similar, sin
interaccionar con los del país de
destino.
Relación con la familia nula o
mala (en caso de que tenga una
familia de acogida).
Escaso conocimiento de la
lengua española.
Desinterés por aprender la lengua
y cultura del país al que han
emigrado.
A pesar de ello, cabe destacar que,
generalmente, no se trata de un colectivo
conflictivo, y trata de integrarse y acatar
las normas de los centros donde residen.
Otro aspecto clave que debemos tener en
cuenta es el impacto emocional que esta
experiencia genera en los MENAs. Se
trata de un aspecto menos abordado que
el resto, pero de mucha más importancia
de la que realmente se le da, por eso han
de desarrollarse programas y estrategias
de apoyo y terapia.
Los centros residenciales de acogida
además de cubrir las funciones básicas
de los y las menores (alimentación,
salud, higiene…) jugarán un papel muy
importante en la integración e inclusión
del colectivo pues servirán como punto
de apoyo y referencia a la hora de
enseñar y reforzar el idioma y realizarán
funciones de tutela de los y las jóvenes
cubriendo sus carencias afectivas del
mejor modo posible. Asimismo, es
también importante la presencia del
mediador cultural o educadores que
tengan formación cultural que facilite la
comunicación con este colectivo, debido
a que pueden mostrar cierto recelo a
compartir su historia, sus vivencias,
información sobre su familia y su país, o
a mostrar sus sentimientos.
En el caso de que se dude de la minoría
de edad de algún supuesto MENA, el
protocolo a seguir será el siguiente:
Traslado al hospital para realizar
la prueba oseométrica que nos
permite saber la edad
cronológica real.
A partir de ahí, se tomará como
edad la menor que se obtenga de
ese informe médico.
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Opción A) Si el resultado es de
minoría de edad, será incluído en
el registro de los MENA.
Opción B) Si el resultado
informa de mayoría de edad se
seguirán las actuaciones
pertinentes desde el Cuerpo
Nacional de Policía.
Implicaciones y propuestas en el
contexto educativo.
Las intervenciones españolas destinadas
a los Menores Extranjeros No
Acompañados se encuentran recogidas
dentro de los artículos 59 y 59 bis de la
ley orgánica 4/2000, de 11 de enero o
en la normativa española de protección
internacional. (Alonso, M.A., 2017).
Los equipos educativos tienen un papel
muy importante dentro de la integración
de este colectivo. Normalmente, los
MENA son tratados al igual que el resto
de sus compañeros autóctonos dentro
del aula y siguiendo el mismo plan de
estudios (sin ningún tipo de adaptación
curricular), sin embargo, existen
situaciones en las que se debe realizar
una intervención específica con mayor
atención en algún chico o chica. En
muchos aspectos, es requerida una
mayor formación de profesionales
implicados en esta atención puesto que
la tramitación de papeles, pautas
culturas o un simple aspecto como el
idioma, son determinantes para el
seguimiento e integración del menor en
todos los ámbitos. (Bravo Arteaga, A.,
Santos González, I., Fernández del
Valle, J. 2010)
Siguiendo a Alonso (2017), dentro de
los centros de acogida son dos las
etapas diferenciadas. La primera de
ellas consiste una etapa inicial para
detectar las necesidades y expectativas
del menor. Se caracteriza por la
observación, el conocimiento del
menor, el inicio del aprendizaje del
idioma y el desenvolvimiento en el
entorno físico y social más próximo. La
segunda etapa consiste en el diseño del
programa individualizado, así como de
su desarrollo, teniendo el centro de
acogida una triple acción combinada:
asistencia, prevención y atención
psicoeducativa especializada. Para
conseguir esto se usan programas con
diversos objetivos:
Programas de vida cotidiana y
convivencia en el hogar donde
desarrollan habilidades
domésticas y hábitos personales.
Programas de desarrollo
personal y social con el objetivo
de fomentar habilidades sociales
entre otras.
Programas de aprendizajes
culturales y curriculares donde
el aprendizaje del idioma es el
principal objetivo.
Programas de integración
sociolaboral. Impartición de
cursos de inserción laboral.
En estos programas siempre es
requerido el acompañamiento
individualizado y un trabajo
Imagen: Prueba oseométrica
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socioeducativo global para obtener los
resultados esperados.
Tanto los recursos como los programas
destinados a este colectivo son escasos
dentro de todo el territorio nacional,
basándose únicamente en el aprendizaje
del idioma o en aspectos culturales.
Estos programas son una adaptación de
aquellas programaciones destinadas a
los adultos inmigrantes destinando las
cuestiones culturales a los centros de
protección donde la formación de
profesionales, anteriormente destacada,
normalmente mediadores y educadores,
es insuficiente y muy solicitada.
A la hora de intervenir con estos
menores son varias las necesidades que
se han destacado a nivel nacional.
Todas las regiones de España indican la
falta de recursos para llevar a cabo las
diferentes fases y etapas de intervención
cuando un menor extranjero no
acompañado llega a España. Asimismo,
la demanda de profesionales en
formación intercultural es cada vez
mayor a la hora de tratar el elemento
atencional con ellos, lo que genera una
falta de atención individualizada. Por su
parte, la falta de obtención de trabajo
debido a la crisis económica de nuestro
país, dificultad la estancia de estas
personas puesto la obtención del
permiso de trabajo y consecuentemente
de residencia son retrasados. (Bravo
Arteaga, A., Santos González, I.,
Fernández del Valle, J. 2010)
A nivel autonómico, al igual que en
otras comunidades de España, el
fenómeno MENA se ha estancado
llegando a reducir sus cifras, por lo que
este colectivo no plantea un reto para
las instituciones de protección. El
sistema de protección de estas
instituciones está a cargo de la
Consejería de Bienestar Social y
Vivienda, y no es lo mismo que el
sistema de reforma; todos los MENA
pasan por el sistema de protección, pero
no todos llegan al de reforma puesto
que se considera que no la
necesitan. (López, J. 2013).
A modo de conclusión:
Es necesario hacer hincapié en la
falta de información que tiene la
población sobre aspectos básicos en los
que se ve englobado este colectivo:
quiénes son, cuáles son sus necesidades,
qué intervenciones se llevan a cabo con
ellos… Esta falta de visibilidad repercute
en el fomento de creación de estereotipos
y prejuicios hacia los mismos, dando
lugar a una visión falsa y negativa de los
MENAs.
Tras un amplio proceso de
revisión bibliográfica, se pone de
manifiesto la importancia de diseñar y
ejecutar un protocolo de intervención
con estos menores a nivel nacional. A
pesar de que hemos leído diferentes
proyectos y programas llevados a cabo
con estos jóvenes, en cada comunidad se
lleva a cabo un tipo de protocolo. Del
mismo modo, hay poca información
sobre dichos programas, al igual que
pocos datos que aborden cifras que
pensamos importantes. Hay un gran
desconocimiento sobre el número de
MENAs que llegan a España y esto
puede hacer que se le dé menos
importancia de la que realmente tiene,
pues puede haber muchos más menores
extranjeros no acompañados de los que
se habla, lo que puede llegar a restar
urgencia a la problemática y revelar a un
segundo plano la necesidad de diseñar
programas.
Es también importante recalcar la
necesidad de contratar a un mayor
número de profesionales para trabajar
con este colectivo. En muchas ocasiones
no solo falta información, sino también
habilidades y competencias para resolver
los problemas que van surgiendo.
Es importante considerar para
una mejora de las condiciones de vida los
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centros de acogida. Muchos de ellos no
gozan de los recursos suficientes para
satisfacer las necesidades de estos niños
y niñas, ni de los programas apropiados
de intervención.
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