Mentira de Pepe Rodriguez

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TÍTULOS PRESTADOS 800.000 JÓVENES NO ES NOTICIA J uan Pablo II está ya en México, tras haber cano- nizado al Herma- no Pedro en Guatemala y ha- berse reunido con ochocientos mil jóvenes en Toronto. Dentro de pocas horas ca- nonizará a un hombre señero de la historia del cristianismo en Amé- rica: Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe. A la vista de esta actividad, se puede decir que se cumple en el Pontífice aquello de «los muertos que vos matáis gozan de buena salud», pues poco a poco y desafiando las mil muer- tes anunciadas por algunos medios de comunicación, va a todos los si- tios y lleva a cabo todos sus pro- gramas. Pero no es sobre la activi- dad de este anciano ejemplar sobre lo que quiero escribir, sino sobre el milagro nuevamente repetido de los millares y millares de jóvenes que ha logrado reunir en torno a Cristo y en torno a él. Toronto no es una ciudad fácil, al menos para la Iglesia, como no lo es en su con- junto Canadá, ni siquiera la católi- ca Quebec. La secularización es muy alta y no hay que olvidar que fue allí donde empezaron a desta- parse los escándalos de pederastia en el clero. Además, en Canadá abundan los sacerdotes y religio- sos que se autoconsideran «pro- gresistas», con lo cual es de presu- mir que no habrán hecho mucho para llevar jóvenes al encuentro con este Papa. Sin embargo, el milagro, una vez más, se ha producido. A des- pecho de las previsiones más ago- reras, de todos los rincones del mundo, han acudido muchachos y muchachas para arropar con su ca- riño al anciano Pontífice y demos- trar que él sigue siendo para ellos un modelo, una referencia. ¿Se imaginan qué habrían dicho los periódicos si un político hubiera reunido en torno a sí a ochocientos mil jóvenes venidos de todo el mundo? Sería el gran aconteci- miento, la gran noticia. Y estoy se- guro de que algo parecido habría ocurrido si hubiera logrado seme- jante gesta un cantante o incluso un líder de cualquier otra religión. Sin embargo, lo consigue Juan Pa- blo II y son muchos los que se atreven a ignorar lo ocurrido o in- cluso a minimizarlo. Afortunada- mente, los hechos están ahí y son claros. Tanto como para que poda- mos darle a este Papa el calificati- vo de «grande», aunque segura- mente que a él el que más le gusta es el de siervo de los siervos de Dios, especialmente de los débiles y de los jóvenes. Santiago MARTÍN Pepe Rodríguez usó un documento falso para escribir «Mentiras de la Iglesia católica» «Uno de los puntos culminantes de la corrupción humana». Éstas son las pa- labras recogidas por el escritor Pepe Rodríguez para definir la llamada «Taxa Camarae», un documento falso atribuido al Papa León X, que el autor de «Mentiras fundamentales de la Iglesia católica» utilizó para la redacción de su libro. Un equipo de investigadores publica hoy, tras meses de trabajo, sus con- clusiones sobre dicho texto, citado por Rodríguez sin referencia a ninguna fuente original y que ocupa un lugar preferente entre la propaganda anticató- lica actual, confirmando la falsedad de ese «punto culminante de corrupción». Reproduce la «Taxa Camarae», falsificación a la que llama «punto culminante de la corrupción» E l escritor Pepe Rodríguez uti- lizó para la redacción de su li- bro «Mentiras fundamentales de la Iglesia católica» un documento falso. La llamada «Taxa Camarae», definida como «uno de los puntos culminantes de la corrupción huma- na», y que supuestamente se trataría de una lista publicada por el Papa Le- ón X, en la que habrían sido estable- cidos precios para recibir la absolu- ción de los pecados más horrendos a cambio de dinero, es una falsificación. Un equipo de investigadores, que cuestionó la autenticidad de la «Taxa» y ha estado indagando desde hace meses sobre el origen de dicho docu- mento, publica hoy en su página web ( www.apologetica.org) las conclusio- nes definitivas de su estudio, en las que se confirma la no-veracidad del texto reproducido por Rodríguez. La «Taxa Camarae» En su libro, Pepe Rodríguez atribuye al Pontífice León X (1513-1521) un texto simoniaco en el que quedaran absueltos todo tipo de crímenes, des- de abortos a asesinatos de obispos, pasando por violaciones de menores... a condición de pagar a la Santa Sede una cantidad determinada de dinero. En los 35 puntos de dicho documento se pueden leer cosas como: «El que por anticipado quisiera comprar la ab- solución de todo homicidio acciden- tal que pueda cometer en lo venidero, pagará 168 libras, 15 sueldos» o «el que ahogase a un hijo suyo, pagará 17 libras, 15 sueldos, (...) y si lo mataren el padre y la madre con mutuo con- sentimiento, pagarán 27 libras, 1 suel- do por la absolución». Esta «Taxa Camarae» sería, en pa- labras de Nino Mendoza, del equipo de investigadores de apologetica.org, a LA RAZÓN, «la más disparatada» de entre las muchas ediciones falsifi- cadas que comenzaron a circular, obra de algunos polemistas protestantes cuyo objetivo era desprestigiar a la Iglesia católica. «En efecto –afirma Mendoza– existieron listas de tarifas de la curia romana o catálogos admi- nistrativos emanados por los pontífi- ces y autoridades de la curia para in- dicar el precio que los escribanos de los distintos dicasterios debían aplicar en la elaboración de los documentos donde constaba, oficialmente, la can- celación de sanciones eclesiásticas, con las que se solía penar ciertos pe- cados de particular gravedad. Estas ta- rifas auténticas son semejantes a las Juan Manuel Rodríguez Madrid pecados y las ediciones falsificadas, además de numerosa bibliografía de autores especializados sobre el tema. Una «galería fotográfica» ilustra el trabajo, mostrando en la página web algunos de los documentos usados. ¿Pero de qué original ha tomado Pepe Rodríguez el documento, uno de los pilares de su obra antieclesial, que ha sido citado por numerosos me- dios de comunicación sin cuestionar su origen? El escritor asegura que la «Taxa» que reproduce en su obra es una traducción hecha por él, de la aparecida en un libro editado en Fran- cia en la primera década de 1900 –aunque no cita de qué obra se trata– y admite que éste no contenía refe- rencia alguna al original del docu- mento simoniaco. Sin embargo y cu- riosamente, la supuesta traducción del escritor coincide hasta en el más mí- nimo detalle, desde el estilo hasta el número de caracteres y palabras usa- do, con la de un panfleto anticlerical de 1936 (asimismo sin referencia a la fuente original) editado en Barcelona, que el propio Rodríguez menciona, y también examinado por los investiga- dores de apologetica.org. Éstos pidieron al escritor que de- mostrase la autenticidad de la «Taxa» citando alguna fuente con referencia al documento original, a lo que Ro- dríguez, en un alarde de «rigurosidad científica», respondió en internet que es inaccesible por estar «conservada en un lugar oculto de los archivos se- cretos vaticanos, y custodiada por seis estrictos controles de seguridad, tres de ellos con guardias suizos armados con metralletas». Mendoza, que ha estado investigando en los archivos vaticanos sobre este tema, ha declara- do a LA RAZÓN que dicha afirma- ción no es cierta, pues los archivos se- cretos están abiertos al público especializado (historiadores, investi- gadores, docentes universitarios...), y en lo que toca a documentos de la época de la Reforma, no corre ningu- na de las restricciones que se aplican en documentos considerados con- temporáneos, como sucede en todos los archivos estatales del mundo. El autor del libro, Pepe Rodríguez, a la izquierda. A la derecha, portada de una edición falsa de las tarifas, de 1664 Efe/ P. Torrente POLÉMICA EN LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS falsas solamente en la fraseología y en los asuntos que tratan, pero son sus- tancialmente distintas en cuanto a su naturaleza, y en este sentido nada tie- nen que ver con la simoniaca “Taxa Camarae”, que pretende ser una lista de precios para el perdón de los peca- dos, algo que estaba prohibido expre- samente por los pontífices bajo pena de excomunión». Las conclusiones, publicadas en apologetica.org, llegan tras meses de estudiar decenas de documentos ori- ginales, entre los que se encuentran las listas reales de tarifas de la peni- tenciaría apostólica anteriores y pos- teriores a León X, los escritos que di- cho Papa firmó sobre el perdón de los El «rigor» de Rodríguez «Mentiras fundamentales de la Iglesia católica» pretende ser un libro riguroso. Su propio autor ha publicado que él «se limitó a ana- lizar con rigor los textos bíblicos para extraer de ellos sus conclu- siones implícitas y explícitas más importantes». Dejando de lado que en su currículum no aparece ni una sola referencia a especia- lización alguna en Sagrada Escri- tura, Historia Sagrada, Eclesiolo- gía o Cristología, por ejemplo, introduce alguna otra afirmación, cuanto menos aventurada y, des- de luego, nada rigurosa. De este modo, Rodríguez asegura que los conocidos manuscritos del Qum- rán «describen la organización y creencias de las primitivas comu- nidades cristianas», concluyendo que el cristianismo era sólo una secta judía, cuando buena parte de la comunidad científica sostie- ne que dichos documentos son anteriores al nacimiento de Cris- to, con hasta dos siglos de dife- rencia en muchos de ellos. apologetica.org FE Y RAZÓN MIÉRCOLES, 31 - VII - 2002 LA RAZÓN 36

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Pepe Rodriguez usó documento falso en su "conocido" libro: "Mentiras de la Iglesia Católica"

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TÍTULOS PRESTADOS

800.000 JÓVENESNO ES NOTICIA

J uan PabloII está yaen México,

tras haber cano-nizado al Herma-no Pedro enGuatemala y ha-berse reunidocon ochocientos mil jóvenes enToronto. Dentro de pocas horas ca-nonizará a un hombre señero de lahistoria del cristianismo en Amé-rica: Juan Diego, el vidente de laVirgen de Guadalupe. A la vista deesta actividad, se puede decir quese cumple en el Pontífice aquellode «los muertos que vos matáisgozan de buena salud», pues pocoa poco y desafiando las mil muer-tes anunciadas por algunos mediosde comunicación, va a todos los si-tios y lleva a cabo todos sus pro-gramas. Pero no es sobre la activi-dad de este anciano ejemplar sobrelo que quiero escribir, sino sobre elmilagro nuevamente repetido delos millares y millares de jóvenesque ha logrado reunir en torno aCristo y en torno a él. Toronto noes una ciudad fácil, al menos parala Iglesia, como no lo es en su con-junto Canadá, ni siquiera la católi-ca Quebec. La secularización esmuy alta y no hay que olvidar quefue allí donde empezaron a desta-parse los escándalos de pederastiaen el clero. Además, en Canadáabundan los sacerdotes y religio-sos que se autoconsideran «pro-gresistas», con lo cual es de presu-mir que no habrán hecho muchopara llevar jóvenes al encuentrocon este Papa.

Sin embargo, el milagro, unavez más, se ha producido. A des-pecho de las previsiones más ago-reras, de todos los rincones delmundo, han acudido muchachos ymuchachas para arropar con su ca-riño al anciano Pontífice y demos-trar que él sigue siendo para ellosun modelo, una referencia. ¿Seimaginan qué habrían dicho losperiódicos si un político hubierareunido en torno a sí a ochocientosmil jóvenes venidos de todo elmundo? Sería el gran aconteci-miento, la gran noticia. Y estoy se-guro de que algo parecido habríaocurrido si hubiera logrado seme-jante gesta un cantante o inclusoun líder de cualquier otra religión.Sin embargo, lo consigue Juan Pa-blo II y son muchos los que seatreven a ignorar lo ocurrido o in-cluso a minimizarlo. Afortunada-mente, los hechos están ahí y sonclaros. Tanto como para que poda-mos darle a este Papa el calificati-vo de «grande», aunque segura-mente que a él el que más le gustaes el de siervo de los siervos deDios, especialmente de los débilesy de los jóvenes.

Santiago MARTÍN

Pepe Rodríguez usó un documento falso paraescribir «Mentiras de la Iglesia católica»

«Uno de los puntos culminantes de la corrupción humana». Éstas son las pa-labras recogidas por el escritor Pepe Rodríguez para definir la llamada «TaxaCamarae», un documento falso atribuido al Papa León X, que el autor de«Mentiras fundamentales de la Iglesia católica» utilizó para la redacción de su

libro. Un equipo de investigadores publica hoy, tras meses de trabajo, sus con-clusiones sobre dicho texto, citado por Rodríguez sin referencia a ningunafuente original y que ocupa un lugar preferente entre la propaganda anticató-lica actual, confirmando la falsedad de ese «punto culminante de corrupción».

Reproduce la «Taxa Camarae», falsificación a la que llama «punto culminante de la corrupción»

El escritor Pepe Rodríguez uti-lizó para la redacción de su li-bro «Mentiras fundamentales

de la Iglesia católica» un documentofalso. La llamada «Taxa Camarae»,definida como «uno de los puntosculminantes de la corrupción huma-na», y que supuestamente se trataríade una lista publicada por el Papa Le-ón X, en la que habrían sido estable-cidos precios para recibir la absolu-ción de los pecados más horrendos acambio de dinero, es una falsificación.

Un equipo de investigadores, quecuestionó la autenticidad de la «Taxa»y ha estado indagando desde hacemeses sobre el origen de dicho docu-mento, publica hoy en su página web(wwwwww..aappoollooggeettiiccaa..oorrgg) las conclusio-nes definitivas de su estudio, en lasque se confirma la no-veracidad deltexto reproducido por Rodríguez.

La «Taxa Camarae»En su libro, Pepe Rodríguez atribuyeal Pontífice León X (1513-1521) untexto simoniaco en el que quedaranabsueltos todo tipo de crímenes, des-de abortos a asesinatos de obispos,pasando por violaciones de menores...a condición de pagar a la Santa Sedeuna cantidad determinada de dinero.En los 35 puntos de dicho documentose pueden leer cosas como: «El quepor anticipado quisiera comprar la ab-solución de todo homicidio acciden-tal que pueda cometer en lo venidero,pagará 168 libras, 15 sueldos» o «elque ahogase a un hijo suyo, pagará 17libras, 15 sueldos, (...) y si lo matarenel padre y la madre con mutuo con-sentimiento, pagarán 27 libras, 1 suel-do por la absolución».

Esta «Taxa Camarae» sería, en pa-labras de Nino Mendoza, del equipode investigadores de apologetica.org,a LA RAZÓN, «la más disparatada»de entre las muchas ediciones falsifi-cadas que comenzaron a circular, obrade algunos polemistas protestantescuyo objetivo era desprestigiar a laIglesia católica. «En efecto –afirmaMendoza– existieron listas de tarifasde la curia romana o catálogos admi-nistrativos emanados por los pontífi-ces y autoridades de la curia para in-dicar el precio que los escribanos delos distintos dicasterios debían aplicaren la elaboración de los documentosdonde constaba, oficialmente, la can-celación de sanciones eclesiásticas,con las que se solía penar ciertos pe-cados de particular gravedad. Estas ta-rifas auténticas son semejantes a las

Juan Manuel RodríguezMadrid

pecados y las ediciones falsificadas,además de numerosa bibliografía deautores especializados sobre el tema.Una «galería fotográfica» ilustra eltrabajo, mostrando en la página webalgunos de los documentos usados.

¿Pero de qué original ha tomadoPepe Rodríguez el documento, unode los pilares de su obra antieclesial,que ha sido citado por numerosos me-dios de comunicación sin cuestionarsu origen? El escritor asegura que la«Taxa» que reproduce en su obra esuna traducción hecha por él, de laaparecida en un libro editado en Fran-cia en la primera década de 1900–aunque no cita de qué obra se trata–y admite que éste no contenía refe-

rencia alguna al original del docu-mento simoniaco. Sin embargo y cu-riosamente, la supuesta traducción delescritor coincide hasta en el más mí-nimo detalle, desde el estilo hasta elnúmero de caracteres y palabras usa-do, con la de un panfleto anticlericalde 1936 (asimismo sin referencia a lafuente original) editado en Barcelona,que el propio Rodríguez menciona, ytambién examinado por los investiga-dores de apologetica.org.

Éstos pidieron al escritor que de-mostrase la autenticidad de la «Taxa»citando alguna fuente con referenciaal documento original, a lo que Ro-dríguez, en un alarde de «rigurosidadcientífica», respondió en internet quees inaccesible por estar «conservadaen un lugar oculto de los archivos se-cretos vaticanos, y custodiada por seisestrictos controles de seguridad, tresde ellos con guardias suizos armadoscon metralletas». Mendoza, que haestado investigando en los archivosvaticanos sobre este tema, ha declara-do a LA RAZÓN que dicha afirma-ción no es cierta, pues los archivos se-cretos están abiertos al públicoespecializado (historiadores, investi-gadores, docentes universitarios...), yen lo que toca a documentos de laépoca de la Reforma, no corre ningu-na de las restricciones que se aplicanen documentos considerados con-temporáneos, como sucede en todoslos archivos estatales del mundo.

El autor del libro, Pepe Rodríguez, a la izquierda. A la derecha, portada de una edición falsa de las tarifas, de 1664

Efe/ P. Torrente

POLÉMICA EN LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

falsas solamente en la fraseología y enlos asuntos que tratan, pero son sus-tancialmente distintas en cuanto a sunaturaleza, y en este sentido nada tie-nen que ver con la simoniaca “TaxaCamarae”, que pretende ser una listade precios para el perdón de los peca-dos, algo que estaba prohibido expre-samente por los pontífices bajo penade excomunión».

Las conclusiones, publicadas enapologetica.org, llegan tras meses deestudiar decenas de documentos ori-ginales, entre los que se encuentranlas listas reales de tarifas de la peni-tenciaría apostólica anteriores y pos-teriores a León X, los escritos que di-cho Papa firmó sobre el perdón de los

El «rigor» de Rodríguez«Mentiras fundamentales de laIglesia católica» pretende ser unlibro riguroso. Su propio autor hapublicado que él «se limitó a ana-lizar con rigor los textos bíblicospara extraer de ellos sus conclu-siones implícitas y explícitas másimportantes». Dejando de ladoque en su currículum no apareceni una sola referencia a especia-lización alguna en Sagrada Escri-tura, Historia Sagrada, Eclesiolo-gía o Cristología, por ejemplo,introduce alguna otra afirmación,

cuanto menos aventurada y, des-de luego, nada rigurosa. De estemodo, Rodríguez asegura que losconocidos manuscritos del Qum-rán «describen la organización ycreencias de las primitivas comu-nidades cristianas», concluyendoque el cristianismo era sólo unasecta judía, cuando buena partede la comunidad científica sostie-ne que dichos documentos sonanteriores al nacimiento de Cris-to, con hasta dos siglos de dife-rencia en muchos de ellos.

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