Métodos Exegéticos 13 Transmisión Oral

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82 13. La transmisión oral Punto de partida de este paso investigativo es la concepción de que los textos que conforman los evangelios debieron pasar por fases orales, fases rastreables en los textos de los que hoy dis- ponemos. Este procedimiento de la transmisión oral se ocupa entonces de la fase de transición oral de los textos. La reconstrucción del proceso parte de las fuentes depuradas por la crítica lite- raria. Como se sabe, la crítica literaria no sólo propone la teoría de las dos fuentes, Marcos y Q, que le sirvieron de base a Mateo y a Lucas, sino que además inquiere por las fuentes escritas que le sirvieron de base a Marcos y, en general, por la fisonomía de las demás fuentes en que se basa- ron los evangelistas. Mediante criterios bastante rutinarios depura presuntos textos previos, que se suponen más sencillos y menos extensos que los textos consagrados en los evangelios actuales. Pues bien, a partir de las fuentes reconstruidas por ella, el procedimiento de la transmisión oral investiga la fase o fases de transición oral por las que pasaron las unidades textuales. Ejemplo clásico en el que se ilustra la realización de este paso es el texto de Mc 2,1-12. En primer lugar, el texto tal cual lo tenemos hoy en el Nuevo Testamento griego es el redactado por el evangelista; la crítica redacciónal distingue en él los rasgos propios de la redacción del evange- lista; p. ej., εὐθύς, “inmediatamenteˮ, es adverbio favorito del evangelista, que aparece en 2,8.12; Por otra parte el evangelista debió encuadrar el texto que tuvo a disposición dentro de la presen- tación de su obra redactando los versículos iniciales 2,1-2. Particularmente algunos suponen que la expresión de 2,2: καὶ ἐλάλει αὐτοῖς τὸν λόγον, “y les exponía la palabraˮ, es muy propia del evangelista. Restando pues los componentes redaccionales del evangelista se tendría la unidad escrita que habría llegado a sus manos. En segundo lugar, la crítica redaccional distingue en el texto, por una parte, el relato de la cura- ción del paralítico, compuesta por 2,3-5a y 2,11-12 y, por otra, la controversia de los escribas so- bre el perdón de los pecados, que se encuentra en la parte central del texto 2,5b-10. Entre estas dos partes el relato de la curación sería más antiguo, y la controversia sobre el perdón sería poste- rior. De esta manera en el texto se reconocerían tres fases: primero, el relato de la curación; se- gundo, el aumento del texto con la controversia y, tercero, el ajuste del texto a la obra por mano del evangelista mediante los componentes redaccionales. La historia de la transmisión busca en- tonces esclarecer la transición oral del texto de una fase a otra con base en los cambios de las fuentes escritas e inquirir por las causas de estos cambios. En el ejemplo clásico de Mc 2,1-12 la finalidad de incluir la controversia sobre el perdón sería la de afirmar la autoridad de Jesús incluso para perdonar el pecado; algunas veces la autoridad de Jesús aparece en el evangelio en el contexto de su confrontación con los escribas (1,22; 11,27- 33). El problema que presenta este planteamiento es que se basa en fuentes reconstruidas hipoté- ticamente. En el ejemplo de Mc 2,1-12 ciertamente el texto pudo haber transmitido primero el relato del milagro sin la controveria y, después, quizá a causa de la confrontación con el judaísmo respecto al tema de la autoridad de Jesús, se pudo haber incrementado en la parte central del tex- to. Pero esta hipótesis no es la única que puede dar razón del texto. Pues, por una parte, el mismo evangelista pudo haber incluido la controversia dentro del texto del milagro; por otra, el texto también puede retener un hecho realmente ocaecido. Ahora bien, la seria objeción que se le plantea al procedimiento de la transmisión oral no hace de él un método inservible. El método se basa en los cambios experimentados por las fuentes en el curso de su transmisión; cuando las fuentes están realmente al alcance de la mano, entoncese el procedimiento es muy útil. P. ej. lo es para investigar los cambios en los textos comunes a Juan y a los sinópticos; o también para comparar textos de la tradición sinóptica con otros testimonios, como el Evangelio de Tomás. Por supuesto que en estos casos ya no se trata de fases de transi-

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    13. La transmisin oral

    Punto de partida de este paso investigativo es la concepcin de que los textos que conforman los evangelios debieron pasar por fases orales, fases rastreables en los textos de los que hoy dis-ponemos. Este procedimiento de la transmisin oral se ocupa entonces de la fase de transicin oral de los textos. La reconstruccin del proceso parte de las fuentes depuradas por la crtica lite-raria. Como se sabe, la crtica literaria no slo propone la teora de las dos fuentes, Marcos y Q, que le sirvieron de base a Mateo y a Lucas, sino que adems inquiere por las fuentes escritas que le sirvieron de base a Marcos y, en general, por la fisonoma de las dems fuentes en que se basa-ron los evangelistas. Mediante criterios bastante rutinarios depura presuntos textos previos, que se suponen ms sencillos y menos extensos que los textos consagrados en los evangelios actuales. Pues bien, a partir de las fuentes reconstruidas por ella, el procedimiento de la transmisin oral investiga la fase o fases de transicin oral por las que pasaron las unidades textuales. Ejemplo clsico en el que se ilustra la realizacin de este paso es el texto de Mc 2,1-12. En primer lugar, el texto tal cual lo tenemos hoy en el Nuevo Testamento griego es el redactado por el evangelista; la crtica redaccinal distingue en l los rasgos propios de la redaccin del evange-lista; p. ej., , inmediatamente, es adverbio favorito del evangelista, que aparece en 2,8.12; Por otra parte el evangelista debi encuadrar el texto que tuvo a disposicin dentro de la presen-tacin de su obra redactando los versculos iniciales 2,1-2. Particularmente algunos suponen que la expresin de 2,2: , y les expona la palabra, es muy propia del evangelista. Restando pues los componentes redaccionales del evangelista se tendra la unidad escrita que habra llegado a sus manos. En segundo lugar, la crtica redaccional distingue en el texto, por una parte, el relato de la cura-cin del paraltico, compuesta por 2,3-5a y 2,11-12 y, por otra, la controversia de los escribas so-bre el perdn de los pecados, que se encuentra en la parte central del texto 2,5b-10. Entre estas dos partes el relato de la curacin sera ms antiguo, y la controversia sobre el perdn sera poste-rior. De esta manera en el texto se reconoceran tres fases: primero, el relato de la curacin; se-gundo, el aumento del texto con la controversia y, tercero, el ajuste del texto a la obra por mano del evangelista mediante los componentes redaccionales. La historia de la transmisin busca en-tonces esclarecer la transicin oral del texto de una fase a otra con base en los cambios de las fuentes escritas e inquirir por las causas de estos cambios. En el ejemplo clsico de Mc 2,1-12 la finalidad de incluir la controversia sobre el perdn sera la de afirmar la autoridad de Jess incluso para perdonar el pecado; algunas veces la autoridad de Jess aparece en el evangelio en el contexto de su confrontacin con los escribas (1,22; 11,27-33). El problema que presenta este planteamiento es que se basa en fuentes reconstruidas hipot-ticamente. En el ejemplo de Mc 2,1-12 ciertamente el texto pudo haber transmitido primero el relato del milagro sin la controveria y, despus, quiz a causa de la confrontacin con el judasmo respecto al tema de la autoridad de Jess, se pudo haber incrementado en la parte central del tex-to. Pero esta hiptesis no es la nica que puede dar razn del texto. Pues, por una parte, el mismo evangelista pudo haber incluido la controversia dentro del texto del milagro; por otra, el texto tambin puede retener un hecho realmente ocaecido. Ahora bien, la seria objecin que se le plantea al procedimiento de la transmisin oral no hace de l un mtodo inservible. El mtodo se basa en los cambios experimentados por las fuentes en el curso de su transmisin; cuando las fuentes estn realmente al alcance de la mano, entoncese el procedimiento es muy til. P. ej. lo es para investigar los cambios en los textos comunes a Juan y a los sinpticos; o tambin para comparar textos de la tradicin sinptica con otros testimonios, como el Evangelio de Toms. Por supuesto que en estos casos ya no se trata de fases de transi-

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    cin oral previas, sino posteriores a los sinpticos; no obstante, ellas pueden aportar luz sobre las corrientes orales determinadas por textos especficos.