Métrica
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Mtrica
EJERCICIOS DE MTRICA ESPAOLA1.- A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron,
presas de patas en l.
Otras dentro de un pastel
enterr su golosina.
As, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.
FLIX MARA SAMANIEGO2.-Cerca del Tajo, en soledad amena,
de verdes sauces hay una espesura,
toda de hiedra revestida y llena,
que por el tronco va hasta el altura,
y as la teje arriba y encadena,
que el sol no halla paso a la verdura;
el agua baa el prado con sonido
alegrando la vista y el odo.
GARCILASO DE LA VEGA3.- Elisa, ya el preciado
cabello, que del oro escarnio haca,
la nieve ha variado.
Ay! Yo no te deca:
_Recoge, Elisa, el pie, que vuela el da?
FRAY LUIS DE LEN4.- Antes de cinco das ser lo que te auguro.
Te vers prisionero de combate muy duro.
Obtendrs la victoria.Puedes estar seguro.
Ganars la corona del mejor oro puro.
GONZALO DE BERCEO5.- Anda y ve y dile a tu madre,
si no me quiere por pobre,
que el mundo da muchas vueltas...,
y ayer se cay una torre.
ANNIMO6.- Y, antes que poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
MANUEL MACHADO7.- Muerto se qued en la calle
con un pual en el pecho.
No lo conoca nadie. FEDERICO GARCA LORCA8.-Abenmar, Abenmar,
moro de la morera,
el da que t naciste
grandes seales haba.
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida;
moro que en tal signo nace,
no debe decir mentira (...) ANNIMO9.-La tarde ms se oscurece
y el camino que serpea
y dbilmente blanquea
se enturbia y desaparece . ANTONIO MACHADO10.- Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cmo se pasa la vida
cmo se viene la muerte
tan callando. JORGE MANRIQUE11.- Aqu la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado! FRAY LUIS DE LEN12.-Fuego a quien tanto mar ha respetado
y que, en desprecio de las ondas fras,
pas abrigado en las entraas mas,
despus de haber mis ojos navegado,
merece ser al cielo trasladado,
nuevo esfuerzo del sol y de los das,
y entre las siempre amantes jerarquas,
en el pueblo de luz arder clavado.
Dividir y apartar puede el camino;
mas cualquier paso del perdido amante
es quilate al amor puro y divino.
Yo dejo la alma atrs, llevo adelante,
desierto y solo, el cuerpo peregrino,
y a m no traigo cosa semejante. FRANCISCO DE QUEVEDO
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