México entre la Religión y la Educación
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MÉXICOENTRE
LA RELIGIÓNY LA
EDUCACIÓN.Rogelio Hernández E.
Facultad de Filosofía y Letras.Universidad Autónoma de Nuevo León.
A quien todo lo crea, ordena, y mejora; respetando el libre albedrío de nuestra ignorancia, quien, a su vez, todo lo destruye, desordena, y empeora.
A nuestro lindo pedazo de México que nos tocó pulir.
A todo aquel, que día a día, hace con excelsa productividad, lo que le da su gana.
A mi aguerrida “costilla”.
ÍNDICE
Dedicatoria i
Índice iii
Prólogo 1
Parte 1 “La Educación en México” 2
Proceso histórico. 3
Etapa prehispánica. 3
La colonial. 3
México independiente y la Reforma. 5
El porfiriato. 7
México postrevolucionario. 10
México Contemporáneo. 16
Datos Estadísticos. 17
Parte 2: La Religión en México. 18
Orígenes. 19
Análisis estadístico. 19
Situación actual. 19
Parte 3: La educación y la religión de México 21
en la globalización.
Conclusiones. 24
Notas bibliográficas. 25
Bibliografía. 26
PRÓLOGO.
Pensando en la necesidad de evaluar el grado de relación que pudiera
existir entre dos campos que en apariencia son divergentes y excluyentes,
proponemos la presente investigación para considerar dichas relaciones, así
como el efecto que se produce en dicha relación a causa del proceso de
globalización en el que se encuentra inmersa nuestra sociedad mexicana.
El alcance al que se pretende llegar es, en cierto sentido, superficial debido a los
recursos limitados de tiempo y dinero, que un curso, semestral, universitario,
permite; aún así, y por consecuencia de la fuerza del fenómeno social aquí
descrito, las conclusiones son relevantes y quizás catalizadoras de futuros
trabajos más exhaustivos.
Nos mueve principalmente el amor a nuestra patria, y su gente, pensando en las
desgarradoras estadísticas que nos muestran a un México, creciendo
sostenidamente en muchos sentidos, pero en los esenciales; como el conocer su
trasfondo histórico cultural que explique su presente y anticipe un futuro mejor;
estamos en un estadio de inmadurez controlada, que nos ata a un porvenir
confuso y difícil.
De ahí la importancia de considerar el impacto social y envolvente del proceso
globalizador, en nuestro país de los fenómenos educativos y religiosos.
PARTE 1: LA EDUCACIÒN EN MÈXICO.
PROCESO HISTÓRICO.Normalmente el proceso educativo ha estado vinculado al proyecto de
nación que se tiene en cada momento histórico dado, de ahí que haremos un
breve esbozo cronológico del proceso de cambios, en materia educativa de
nuestro país.
Etapa Prehispánica. Como en todas la civilizaciones antiguas, en los antepasados de la nuestra
sociedad, siempre existió un hábito de generar procesos educativos dirigidos
hacia los niños de temprana edad, con el fin de educarlos, aunque de manera
informal, pero, con el rigor de cumplir una necesidad específica, bien delineada,
alcanzar la supervivencia del grupo tribal.
En otras palabras: “en la época prehispánica, cada cultura formó a las
nuevas generaciones en función de su propia organización social, de los
conocimientos acumulados en la época y del futuro que querían construir. Los
rasgos comunes correspondieron a los de la civilización mesoamericana y se
diferenciaron por regiones, grupos y rasgos dominantes en cada una de las
culturas existentes” (1).
Se gestó, así, un frente desunido, tan desunido, como la gran cantidad de
culturas existentes, no solo en lo social, sino también en lo militar; dicho frente, fue
digerido, sino borrado, ante el alud de la empresa expansionista española y en lo
educativo, quedamos a merced de la idiosincrasia educativa española
prevaleciente en aquellos días.
La Colonia.Dado que nuestro país sufrió una gestación incubada en el crisol de la
mezcla de dos culturas: una dominante, la española y otra subyugada, la del
México prehispánico; es claro observar que las directrices en casi todos los
ámbitos sociales estaban definidos por la cultura española, especialmente los
relacionados con la educación, por lo que en nuestro país se establecieron las
primeras escuelas, organizadas por el clero católico, influenciadas por la corriente
de los jesuitas, que entre los siglos 16 y 18, gestaron la pedagogía eclesiástica (2).
“En la Colonia, la educación obedeció a los objetivos fundamentales de la
dominación española, con características que variaron de acuerdo con las fuerzas
sociales que actuaron en cada región y en las distintas etapas de la colonización”
(1).
Así tenemos, que en esa época el papel principal de la educación estaba
centrado en fortalecer el poder social y económico de la Iglesia, a través de una
disciplina férrea e indiscutible, dando origen, aunque muy rudimentario, al
concepto de educación tradicional.
De esa época, rescatamos notablemente a los precursores de la educación
formal en español: los frailes Bernardino de Sahagun, Tata Vasco de Quiroga,
Diego de Valadés, Diego de Landa, Juan de Zumárraga (primer obisbo y
arzobispo de México), Alonso de Molina, Toribio de Benavente (Motolinía) y
Bartolomé de las Casas, entre otros.
Sin embargo, el primer gran salto en materia educativa se presentó al
promulgarse la primera cédula de creación de la Real y Pontificia Universidad de
México, la cual fue firmada en 1547, conforme a las constituciones de la
Universidad de Salamanca. La segunda y definitiva se conoce en 1551. Gracias al
esfuerzo constante del virrey Antonio de Mendoza.
El siglo XVI es en la educación superior de la colonia un periodo de
actividad fecunda, al cubrir la demanda de personal capacitado para labores
administrativas de organización y control, emanadas de las actividades
eclesiásticas y del virreinato mismo. Los colegios Universitarios se fundan a
partir de 1573, con el propósito de cumplir ese objetivo funcional; dividiéndose
estos en tres tipos de Instituciones de acuerdo a las finalidades propias de la
enseñanza:
- El Colegio de Comendadores de San Ramón Nonato,
responsable de la formación de los futuros funcionarios aptos
para ayudar a gobernar.
- Los seminarios eclesiásticos, en los cuales se formaran los
criollos que se distinguirán como profesores y clérigos.
- El Colegio Mayor de Santa María de Todos los Santos, muy
elitista para la selección de sus alumnos.
Algunas otras instancias donde se impartía la educación, eran escuelas
dedicadas a una ciencia o arte en particular, tales sitios eran el “Palacio de
Minería”, la “Academia de San Carlos”, el “Colegio de San Ildefonso” y desde
luego la “Real y Pontificia Universidad”; pero la gran mayoría de la población era
marginada de estos lugares, y sólo los que poseían cierto nivel o formaban parte
de la iglesia eran los que se educaban en dichas escuelas.
Durante la Colonia se añadió una instancia más de educación, la escuela
militar, que no fue muy tomada en cuenta por la población, hasta algunos años
después de la Independencia, cuando las academias militares se convirtieron en
centros atractivos para los hombres. Con la inestabilidad del país y las constantes
luchas por el poder, estas escuelas fueron, cada vez, tomando más fuerza.
En las provincias también hubo movimientos en pro de la educación, y entre
1765 y 1835, se gestó en el Estado de Puebla un movimiento de modernización
que culminó en la enseñanza de las ciencias médicas, en dicha entidad.
México independiente y la Reforma.Al finalizar la lucha de Independencia y teniendo consolidada la separación
independista de la Nueva España, ahora México, de la España europea, el nuevo
gobierno, como era de esperarse, tenía como prioridades lograr la integración del
vasto territorio recién independizado y lograr la unidad ideológica del nuevo país,
quedando relegada la cuestión educativa a un nivel inferior de prioridades.
Esto queda demostrado al analizar algunos de los primeros documentos
gubernamentales que regían a la nación; en los Tratados de Córdoba y en el Plan
de Iguala, no aparece en lo absoluto alguna directriz en el ámbito educativo.
Es hasta el 8 de diciembre de 1823, cuando aparece por primera vez esta
necesidad planteada en el “Proyecto del Reglamento Provisional del Imperio
Mexicano”, aunque con un fin más político que educativo; en dicho documento se
reconoce la urgencia de establecer una consonancia entre los establecimientos de
instrucción y la política del nuevo régimen social.
“Al triunfo de la guerra de Independencia se inició el largo camino de la
construcción de un Estado nacional moderno y soberano. Al proceso dado en este
sentido ha correspondido la lucha por construir un sistema educativo que
fundamente y haga posible este objetivo. Entre 1823 y 1827 se dieron también
múltiples planes de los gobiernos, que tenían como contenido una educación
estatal, unificada y gratuita para la población. En 1827 se resaltó la importancia de
la unificación de los planes de estudio y de los métodos de enseñanza, de la
gimnasia y de la formación de las mujeres. La enseñanza de la agricultura y la
producción animal se previó para el segundo nivel de la educación”. (1)
Durante el Imperio de Agustín de Iturbide, se fundan las escuelas
lancasterianas como parte del programa popular educacional.
El instituto de ciencias y artes es fundado en Oaxaca en 1826, como
resultado de las normas educativas fijadas en la constitución.
En la época de Gómez Farias, se ponen en acción los proyectos
constitucionales de 1824, en favor del sistema publico de educación, y se define
su actividad política como el gran promotor, hoy muy olvidado, de la Instrucción
popular del México Independiente, así el Estado y no el clero seria el responsable
de las nuevas decisiones en materia educativa.
La enseñanza superior del México independiente, se distribuiría en seis
establecimientos descentralizados:
1) Estudios preparatorios.
2) Estudios ideológicos y humanidades.
3) Ciencias físicas y matemáticas.
4) Ciencias medicas.
5) Jurisprudencia.
6) Ciencias eclesiásticas.
Hasta la primera mitad del siglo XIX, en la rama de la pedagogía nacional,
de aquel entonces no existía un cuerpo docente preparado formalmente, la
formación de los maestros carecía de una vinculación directa y explícita en el
proyecto socio-político imperante.
La única opción, para la formación de maestros, desde el año de 1823,
estaba representada por la Escuela Nacional Lancasteriana, primera escuela
normal, que se abrió en la segunda mitad de 1823, pero subsistió poco tiempo,
debido a la falta de estudiantes.
A partir de ahí, se empezaron a crear diversas escuelas normales para la
preparación de maestros, de dicho fenómeno se resalta en la creación de la
“Escuela Normal para el Profesor” (“Escuela Nacional de Maestros”) el 24 de
febrero de 1887.
En 1849 se fundaron la Escuela Normal Mixta de San Luis Potosí (en esa
entidad también se formó una para damas y otra para hombres) y la Normal del
Estado de Guadalajara en 1881, en aquella época se formaron, también, las
escuelas normales de Puebla y Nuevo León. El decreto que establecía la
Escuela Normal de Profesores de Institución Primaria apareció con fecha 17de
diciembre de 1885 y ésta se inauguró en 1887.
Finalmente, este proceso de formación de escuelas para maestros
desembocaría en el decreto de la ley constitutiva de las escuelas normales el 12
de noviembre de 1908. Dicha legislación tenía el propósito de normar y sustentar
la política de formación de maestros.
Es importante recordar que en 1841 que se creó el Ministerio de Instrucción
Pública e Industria.
El Porfiriato.De los 9 millones de habitantes que existían en el país, en 1880, más del
80% vivían y estaban condenados a prácticamente vegetar en la ignorancia y la
pobreza, la mayoría de las universidades mantenían suspendidas las cátedras
desde tiempos de la Reforma. Los institutos de enseñanza superior, creados
por el estado, no lograban aún consolidarse como instituciones sólidas en la
calidad y sistematización de la docencia.
Durante la última década del siglo XIX, los grupos educados en
universidades europeas comienzan a transmitir las tendencias empiristas del
positivismo. No sólo en las aulas, sino entre los funcionarios públicos; las ideas
modernizadoras y científicas se propagaron en muchas de las esferas del
pensamiento de los líderes de opinión que buscaban postulados objetivos y
experimentales, para el nuevo siglo que se avecinaba. La concepción de la
sociedad, como un todo integrador daba pautas de conducta para definir los
proyectos que con orden y evolución serian parte integrante de la estructura social
mexicana hasta 1910.
Por otro lado, el Colegio de San Nicolás estableció en 1880 la
administración de las profesiones, conforme a modelos franceses que dividían los
estudios preparatorios para médicos, abogados y farmacéuticos.
Justo Sierra subsecretario de Justicia e Instrucción Publica de 1901 a 1905,
y, posteriormente responsable de la Secretaria de Instrucción Publica y Bellas
Artes hasta 1911, promovió la reforma integral de la educación mexicana. El
maestro Sierra afirmaba, con sus acciones, la convicción de que sin hombres bien
preparados se hace imposible el gobierno y el progreso de las naciones. Así las
ideas universitarias de una pedagogía social, expuestas por el maestro Sierra,
conformaron el marco de actividades docentes y de investigación que habría de
tener la educación mexicana.
En la fugaz época de Madero, la situación del sistema educativo nacional
reflejaba el ambiente que reinaba en el país. El nivel superior era el más
abandonado, a pesar de las cortas y titubeantes decisiones, que tomaban las
autoridades docentes y gubernamentales, para encauzar la enseñanza propuesta
por Justo Sierra a fines del porfiriato, principalmente la fundación de la Universidad
Nacional de México.
En plena época del porfiriato se fundan las primeras escuelas para párvulos
en 1883, lo cual marca el inicio de la educación inicial, hoy tan de moda.
También, se efectuó un Congreso Nacional Agrícola en 1873, que generó en la
creación de la Escuela Regional de Agricultura de Chalco.
Quien sustentó las bases ideológicas filosóficas de la pedagogía educativa
del porfiriato fue el filósofo y pedagogo norteamericano, John Dewey (1859-1952),
quien ejerció una influencia muy sustancial en los métodos y fines de los
gobiernos del porfiriato y posteriormente en los gobiernos callistas, debido a sus
pensamientos filosóficos y pedagógicos relacionados con el positivismo y con el
pragmatismo.
En esa época existieron revistas como “Básica”, revista de la escuela y el
maestro, donde se deja asentado que las necesidades de asociación por la lucha
de sus intereses se remontan desde aquellos años. (4)
Mención muy digna merece el escritor, político, diplomático y catedrático
Don Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893) quien fue uno de los principales
promotores de la formación didáctica de los profesores y del establecimiento
formal de las escuelas normales, al igual que de la instrucción pública diseñada
para indígenas.
De esta época podríamos tomar a tres; de entre otros muchos pensadores
mexicanos preocupados por la educación; formadores de un filosofía de
educación nacional, aunque su importancia trasciende a las etapas históricas
posteriores.
El primero de ellos, Antonio Caso (1883-1946), con su postura contraria al
positivismo, ofreció recia batalla a la ideología oficial educativa del porfiriato,
tomada del pedagogo norteamericano Dewey.
El segundo de ellos, Vicente Lombardo Toledano, opositor a Caso, en el
tema de la libertad de cátedra y un profundo promotor de la educación científica,
acorde a los países socialistas. Para él, educar significa, decía, “formar hombres
de acuerdo con las necesidades de la sociedad humana que no está formada por
una sola clase de seres, sino dividida en dos grandes clases: una que posee la
tierra, las herramientas, las máquinas, todos los instrumentos que multiplican la
escasa fuerza física del hombre, y la otra clase social, la que no posee los
instrumentos que hacen posible la riqueza, la que solo tiene para vivir una
compensación pequeña que le permite conservar su existencia” (7).
Lombardo Toledano, siempre luchador social, organizó la “Federación
Nacional de Maestros” y luchó incansablemente por la institucionalización de la
enseñanza socialista.
El tercero de estos grandes impulsores de la educación en esa época sería,
sin lugar a dudas, el Lic. José Vasconcelos (1882-1959) quien promovió una
filosofía ecléctica para la educación nacional, expuesta en su libro “De Robinson a
Odiseo”; fue el Lic. Vasconcelos quien proyectó crear una Secretaría de
Educación de orden federal, con tres áreas de acción el Departamento Escolar, el
Departamento de Bibliotecas y el Departamento de Bellas Artes; instituyó los
desayunos escolares y fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de
México.
Las aulas universitarias, con la rectoría del Lic. Vasconcelos, cobraron un
cambio trascendental bajo su influencia y dirección. Como contraposición a las
influencias positivistas que aún prevalecían en el ámbito educativo, el dinámico
rector propició el desarrollo de las actividades humanísticas que se beneficiaban
con la participación de los miembros mas destacados del grupo de intelectuales
del llamado “Ateneo de la Juventud” José Vasconcelos, Antonio Caso, Ricardo
Gómez Róbelo, Alfonso Reyes, Jesús T. Acevedo, Manuel Gómez Morín y
Lombardo Toledano.
México Postrevolucionario.Mientras se efectuó la lucha armada y aún después de ella, la
infraestructura del sistema académico nacional estaba en pésimas condiciones,
citamos de ejemplo, el caso del Distrito Federal, teniendo tan solo 344 escuelas,
de las cuales solo funcionaban 148, no es difícil imaginar las condiciones del resto
del país.
En la educación mexicana existen dos corrientes a partir de mediados del
siglo XIX, pero fundamentalmente en el siglo XX, la de los conservadores y los
liberales. Por lo que se advierten dos políticas opuestas en la educación, a
manera de reflejo de esas posiciones contrarias; los conservadores sostenían la
enseñanza religiosa, los dogmas de la Iglesia católica, el principio de autoridad
eclesiástica y civil, la idea de que nuestra nacionalidad dio principio en la
conquista española, etcétera; los liberales, se empeñaban en la plena libertad de
enseñanza, el término del monopolio en la educación, una instrucción basada en
la ciencia, la popularización de la enseñanza, principalmente de la primaria, la
democratización de la instrucción superior, la obligatoriedad de la enseñanza y el
laicismo como medio para acabar con el fanatismo y errores científicos.
El 5 de febrero de 1917 se promulga la actual Constitución mexicana en la
ciudad de Querétaro, en base a los principios dictados por los liberales en 1857,
los carrancistas tomaron en consideración las propuestas del activo grupo de
maestros que participaron en la revolución para la redacción del articulo 3o. que
legalizaba la enseñanza libre y se responsabilizaba al estado de la instrucción
publica.
En 1917, Venustiano Carranza, también reconoció la necesidad de separar
la Universidad del Gobierno federal, como un organismo administrativo autónomo,
decía Carranza: “La Universidad, libre, corresponderá a los altos fines para que
fue creada, subsistiendo ajena a las fluctuaciones de la política, independiente del
poder público libre de toda intervención oficial y sin sus limitaciones: la esclavitud
burocrática y la tutela ministerial con que fue establecida” (7).
Dicha autonomía, se logró en 1929, trayendo como consecuencia una
constante insuficiencia capacidad de financiamiento para enfrentar la demanda de
los servicios de educación superior.
Hacia 1933, el clima político de México se nacionalizaba gracias a los
propulsores del socialismo; el ámbito educativo nacional aún no consolidaba una
clara definición, ni de su pedagogía, ni de los objetivos de estudio, las herencias
de la filosofía vitalista de los años veinte, vivían aun en el ánimo académico de
maestros y algunos de los intelectuales.
En ese año se celebró el primer Congreso de Universitarios Mexicanos, en
la Cd. de México, para discutir la función social de la enseñanza; teniendo como
marco de discusión las posturas encontradas, ya mencionadas de Antonio Caso y
Vicente Lombardo Toledano, pugnando cada uno, respectivamente, por la libertad
de cátedra y por la imposición de la educación marxista científica.
El 25 de septiembre de 1921 se creó la Secretaría de Educación Pública,
teniendo como titular al Lic. José Vasconcelos, con la que puso en marcha su
proyecto para la alfabetización de la población rural mientras que se procuraba,
paralelamente, elevar el nivel cultural del país.
Entre 1921 y 1923, bajo el auspicio de recién formada Secretaría, se
publica la revista “El Maestro” y por primera vez, en la historia de México podía
accederse, a través de traducciones, a ensayos y artículos que fueron publicados
regularmente en la revista El Maestro, de 1921 a 1923. Destacó por su buena
calidad y actualidad de su contenido, los 75 000 ejemplares de cada tiraje,
llevaban un mensaje y una enseñanza alentadora a los maestros de todo el país.
Debido al impulso de las autoridades educativas, bien convencidas de la
necesidad educativa del país; el número de profesores de instrucción primaria
aumentó de 9,560, que había en 1919 a 25,312 maestros en 1921.
José Vasconcelos rechazó la postura de la filosofía pragmatista de la
escuela propuesta por el pensador norteamericano Dewey, aunque sin hacer a un
lado el trabajo manual escolar que se requiere aunado a los procesos de
razonamiento.
A la llegada al poder del presidente Plutarco Elías Calles su propuesta de la
enseñanza popular cobraba otro sentido durante este régimen; la alfabetización
era un aspecto necesario para habilitar a la población a participar activamente en
nuevas fuentes de trabajo vinculadas a labores de producción a gran escala, con
manejo de maquinaria, que exigía entrenamiento previo de los trabajadores,
además de una programación y control de calidad adecuado, a través de
especialistas que, hasta ese período, no existían en suficiente cantidad ni calidad.
El modelo callista prevaleció, hasta que tomó el poder presidencial el Gral.
Lázaro Cárdenas, el modelo nuevo mostraba una finalidad radicalmente distinta a
la mesiánica idea del Lic. José Vasconcelos; enseñar y alfabetizar para preparar la
infraestructura industrial; satisfacer las demandas de los grupos que presionan al
Estado con establecimientos de educación superior y actividades artísticas y
culturales. Durante los años de 1934 y 1940 se implanta y practica un sistema de
educación socialista a nivel nacional, promovido esto valientemente por el
presidente General Lázaro Cardenas.
Al término del régimen callista, México contaba con cinco universidades
estatales en los centros de mayor desarrollo de la época:
a) Universidad de Puebla, fundada en 1917.
b) Universidad Autónoma del Estado de Michoacán, fundada en 1917.
c) Universidad Nacional del Suroeste, inaugurada en 1922.
d) Universidad de Guadalajara, fundada en 1925.
e) Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, decretado como
Universidad el 10 de enero de 1923.
En 1937, bajo el auspicio del presidente Cárdenas, se creó el Instituto
Politécnico Nacional, que sin necesidad de promulgar ninguna ley, o decreto
especifico, comenzó a funcionar en dicho año, dentro de la estructura de la
secretaria de Educación Publica, para favorecer a los egresados de la educación
media en aspectos específicos de las ciencias aplicadas y las técnicas
industriales.
El programa educativo del presidente Cárdenas estaba basado en los
siguientes puntos:
1. Multiplicación del número de escuelas rurales.
2. Control definitivo del estado sobre la enseñanza primaria y secundaria.
3. Precisando su orientación social, científica y pedagógica.
4. Su carácter de escuela no religiosa y socialista.
5. Atención preferente a la educación agrícola.
6. Sobre las enseñanzas de tipo universitario, destinadas a preparar
profesionistas liberales.
La educación superior de carácter privado se inició durante el cardenismo
como una respuesta de las clases acomodadas a la imposición del materialismo
histórico para las escuelas nacionales como lo establecía el artículo tercero,
además, de la rebeldía de los jaliscienses para aceptar la imposición
gubernamental de una filosofía para la enseñanza universitaria.
Otro grupo regional, protegiendo sus intereses económicos y sociales creó
sus propios centros educativos, como el “Instituto Tecnológico de Estudios
Superiores de Monterrey”, el cual fue organizó por los industriales neoleoneses
para adiestrar sus propios recursos humanos, técnicos y administrativos
destinados, principalmente, a los establecimientos industriales y financieros de
una próspera iniciativa privada regional que, en pocos años, se distinguiría como
una agrupación importante de presión al estado político.
Francisco Larroyo (1912-1981), quien era un filósofo de vocación y oficio,
desarrolló entre 1940 y 1960 su concepción pedagógica.
El 25 de marzo de 1950 los representantes de once universidades y doce
institutos superiores acordaron la fundación de la Asociación Nacional de
Universidades e Institutos de Enseñanza Superior como un organismo dedicado a
fomentar las acciones favorables a sus establecimientos y a las necesidades del
país.
Asimismo la ANUIES fungiría como una unidad consultiva, de investigación
y análisis de los asuntos de carácter pedagógico o administrativo, que
contribuyera a mejorar los servicios educativos para atender la demanda de
personal especializado de toda la República.
Durante la gestión del presidente Adolfo López Mateos se lleva a cabo en el
país en materia educativa un proyecto denominado “Plan de Once Años”, donde a
su vez se editan los primeros textos para la educación primaria, incluyéndose una
asignatura para el estudio del idioma español, denominada “Lengua Nacional”.
Esta etapa para muchos maestros de la actualidad que aún viven, la recuerdan
como la época de oro de la educación, debido al reconocimiento que se le daba a
la labor social del docente, así como la existencia de excelente material de texto.
Al Presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) correspondió afrontar la
heterogeneidad del sistema mediante un programa educativo que incluía la
incorporación de textos gratuitos para toda la primaria. Con la aplicación del plan
de Once años, el Estado enfatizó la conducción del “proceso mental y emocional”
de los escolares; las escuelas publicas cumplirían la función de enlace entre la
recreación infantil.
En 1965 se publican y distribuyen los libros de texto gratuitos en todo el
país.
A partir de 1970 el gobierno nacional organiza y coordina,
sistemáticamente, un programa nacional de “reforma educativa” para todos los
niveles de enseñanza como respuesta institucional a las demandas sociales,
políticas y económicas de la población de los centros urbanos del país.
El Presidente Luis Echeverría inició su sexenio el 1 de diciembre de 1970.
Educar, para el régimen de Echeverría, consistió, inicialmente, en habilitar a la
población a la participación masiva en la actividad económica y cultural para
superar las condiciones del subdesarrollo, mediante una estrategia educativa de
tendencia nacionalista y actualizada con procedimientos eficaces para la
enseñanza; el mexicano educado podría contrarrestar la subordinación
colonialista, la influencia de los medios masivos de comunicación y la injerencia
sistemática y acumulativa de mensajes y valores transmitidos con un afán
comunista, por los representantes del mercado de bienes y servicios.
La reforma educativa de 1970 intentó cubrir tres aspectos fundamentales:
a) La actualización de los métodos, técnicas e instrumentos para
dinamizar el proceso enseñanza - aprendizaje.
b) La extensión de los servicios educativos a una población
tradicionalmente marginada, mediante la aplicación sistemática de
medios pedagógica modernizados.
c) Flexibilidad del sistema educativo para facilitar la movilidad
horizontal y vertical de los educandos entre la diversidad de tipos y
modalidades del aprendizaje.
Es de resaltar que en el aspecto científico la educación tuvo un impulso con
el Instituto Nacional de la Investigación Científica, quien reunió la colaboración de
mas de ochocientas personas en 1969, para elaborar un estudio de la ciencia y
tecnología en el país que sirvió para determinar los objetivos y funciones del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología fundado en 1971.
México Contemporáneo.Durante las décadas de los setentas, ochentas y noventas, México
experimenta una incertidumbre total, debido a cambios, ajustes, reformas y
modernizaciones educativas, las cuales todavía hoy no tienen un concenso
generalizado. En dichos años la tan anhelada unidad pareciera que no se
consigue, más bien permanece en un debate sin fin. El país entra en crisis, una y
otra vez, y se cuestiona tanto al sistema presidencialista, como el unipartidismo
político. Se suceden severas crisis económicas, devaluaciones, el SNTE se
fragmenta y surgen tendencias disidentes en su seno. De la misma forma, las
escuelas normales sufren cambios, revisiones de planes y programas;
afortunadamente, en 1984, se eleva el plan de estudios de la Escuela Normal al
nivel de licenciatura.
Hoy proliferan una gran cantidad de escuelas particulares tendientes a
ofrecer respuesta a la demanda que el gobierno, no puede ofrecer, debido a las
condiciones impuestas de manera externa, y por consecuencia del liberalismo
comercial en el que está comprometido nuestro gobierno.
Muchas de estas escuelas, persiguen tan solo un fin mercantil, dejando de
lado las nobles aspiraciones de tantos precursores del sistema educativo nacional;
estas escuelas muchas veces, sin el respaldo técnico real de una institución formal
ofrecen mercaderías educativas en las áreas de moda: computación e inglés,
emigrando incluso a niveles de licenciatura, con estándares inadecuados de
calidad.
En la educación básica, las escuelas particulares han tomado la tendencia,
seudoglobalizante de tomar nombres en inglés, pensando que de esa manera son
más atractivos desde el punto de vista mercantil.
Otra tendencia actual es la de incorporar a los sistemas educativos nuevas,
relativamente para nuestro país, opiniones de formación educativa escolar como
los sistemas montesori, constructivista, conductista, etc. así como la incursión,
cada vez mayor, de las iglesias al abrir opciones escolares con trasfondo
eclesiástico, esto como consecuencia de los cambios de nuestra constitución de
los años noventa, promovidos por el Lic. Carlos Salinas.
Algo que ha sido positivo, en cuanto a iniciativa, más no en la operación, es
la obligatoriedad de cursar el nivel preescolar previo a la educación primaria.
Se considera positivo porque se le da una mejor dimensión a esa etapa de
educación inicial tan importante en todo ser humano.
DATOS ESTADÍSTICOS. No queremos inundar esta breve investigación con datos por demás
conocidos, sin embargo para sustentar nuestras conclusiones observemos lo
siguiente: en 1997, de los 93 millones de mexicanos, alrededor de 79 millones no
asistieron a una biblioteca el año anterior; de ellos, 39 millones están alfabetizados
y se encuentran en plena edad productiva (6). Sólo el 12% de los adultos
mayores de 24 años tienen un grado de educación superior; el índice promedio de
esolaridad nacional es de 7.3 años; la taza de rezago educativo es de 52.6%;
índice nacional de analfabetismo de mayores de 15 años es de 10.6%, el general
es de 9.8% al año 2000.(8)
Esto tiene una conexión dentro de los diferentes periodos gubernamentales,
el presupuesto designado a las tareas educativas en diferentes gobiernos
nacionales, varió considerablemente, en función de la óptica de la necesidad de
una buena educación proporcionada por el gobierno federal, así tenemos los
siguientes datos:
Lázaro Cárdenas destino el 12.6 %
Ávila Camacho disminuye al 10.2 %
Miguel Alemán al 8.3 %
Adolfo Ruiz Cortines mantuvo en 8.9 %
En la actualidad este porcentaje es aún menor.
PARTE 2: LA RELIGIÓN EN MÉXICO.
ORÌGENES.Nuestro sistema religioso concentrado poblacionalmente de manera
mayoritaria en la Iglesia Católica, del orden del 89% (8) es una consecuencia del
sincretismo cultural como forma de crecimiento que ha adoptado la religión
católica, desde los tiempos del emperador romano Constantino.
Así, en nuestro país tomando creencias y cultos paganos, pero
transformados o maquillados a la tradición católica, dio origen a nuestra cultura
religiosa.
De manera imprevista, para la Iglesia Católica, perdió en el último siglo la
mayoría absoluta de fieles, a causa de la importación de “nuevas” percepciones
religiosas, especialmente del tipo evangelista que han tenido aceptación,
primordialmente en los estados del sureste y del norte de la república.
Hoy en día es difícil asegurar, que la religión católica vaya a permanecer
como la principal religión de nuestro país, esto motivado no solo por la influencia
de las nuevas doctrinas, sino también por el aumento de la educación poblacional,
que cuestiona muchos de las actividades de la Iglesia Católica Apostólica y
Romana, en nuestro país.
ANÁLISIS ESTADÌSTICO.
En nuestro país existen 89,664,000 católicos bautizados, con un número de
6,382 católicos por cada sacerdote y un número de 6,939 habitantes por
sacerdote (9).
SITUACION ACTUAL.En nuestro país es una tradición, no soportada con argumentos, decir que
se es católico, producto del “noble” deseo de rendir homenaje a quienes nos
heredan una conciencia religiosa, esta situación de mantener una herencia de
convicción es lo que ha favorecido a la iglesia predominante, y en algunos casos
oficial, en México.
Desafortunadamente, se han importado religiones que en el extremo
opuesto de la católica, no tienen el menor respaldo histórico, y sí, mucha
necesidad de tomar fieles católicos, aún a pesar de promover antivalores como la
pérdida del nacionalismo, la falta de amor a la vida, actividades rituales ajenas a
las normas de urbanidad y salud más obvias, etc.
Para el ciudadano común le resulta difícil poder distinguir donde inicia la
verdad religiosa, ajena a la verdad comercial; y donde empieza el fanatismo
enfermizo; sólo la buena, clásica y pulcra educación puede y será siempre la llave
del conocimiento, aún del religioso.
PARTE 3: EDUCACIÓN Y RELIGIÓN DE MÉXICOEN LA GLOBALIZACIÓN.
EDUCACIÓN Y RELIGIÓN, DE MÉXICO EN LA GLOBALIZACIÓN.
El proceso de globalización acapara todos los ámbitos de la vida humana
contemporánea, incluidos los conceptos educativos y los religiosos. A nivel
mundial aproximadamente el 50 % de los niños en edad escolar no asisten a
ninguna instrucción oficial, lo que provoca una baja calidad de vida, y por ende
pueden ser víctimas de mercaderes religiosos que a manera de estupefaciente les
hacen ingerir diversas posturas religiosas.
Los gobiernos a nivel mundial, para remediar tal situación han tratado de
fomentar, en su opinión particular, las religiones o preceptos de las mismas, que
consideran no dañan la integridad de los más desprotegidos, atenuando así este
fenómeno de movilidad religiosa. Según un informe de la Oficina Internacional de
la Educación, perteneciente a la UNESCO (5), aplicado en 140 países, revela que
más de la mitad de los estudiantes tienen una materia de religión, de manera
obligatoria.
No todos los casos de migración religiosa, tanto de personas como de
principios religiosos, son dañinos; tomemos el ejemplo de la comunidad menonita
instalada en el estado de Chihuahua, México, que practicando su religión se han
mantenido al margen de su entorno, trabajando de manera productiva y pacífica.
También es necesario considerar que a través del proceso globalizador,
que se inició desde hace varios siglos, se han transmitido ideas, que no
necesariamente contrarias a las percepciones religiosas, sí han permitido tener luz
para tomar decisiones en este renglón religioso, por ejemplo, las ideas liberales
que se gestaron en Europa, en materia educativa, durante el siglo XVIII, llegaron a
nuestro país y a partir de mediados del siglo XIX tuvieron importante impulso,
moldeando el perfil del proceso educativo mexicano de la actualidad; y las leyes
liberales de la Reforma sentaron las bases de una educación libre, laica y
regulada por el gobierno.
Esto debido a que en los primeros años de vida independiente la educación
estuvo ligada los ministerios encargados también de la vida religiosa en el país; el
primer ministerio que se encargó de la educación pública fue la Secretaría de
Estado y del Despacho de Relaciones Exteriores e Interiores (1821-1836), le
siguió el Ministerio del Interior, que además del ramo de Instrucción Pública se
encargaba de los Negocios Eclesiásticos y de Justicia (6).
En 1856 forma parte del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia,
Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública (6).
El segundo Imperio 1864 -1867, crea sus propias instituciones, la educación
estuvo entonces atendida por el Ministerio de Instrucción Pública y Cultos (6).
Al triunfo definitivo del proyecto liberal en 1867, por parte del gobierno del
Lic. Benito Juárez, se estructura la “Secretaría de Estado y del Despacho de
Justicia e Instrucción Pública”. Siguiendo el espíritu de las Leyes de Reforma le
imprime a la enseñanza pública el carácter de laica, gratuita y obligatoria, esta
secretaría se encargará de la educación hasta 1905.
Así, hoy en día, tenemos al menos los mexicanos, la oportunidad teórica de
escoger libremente nuestro credo religioso, que definitivamente estará relacionado
con el deseo de aplicar los conocimientos educativos que tenemos a la mano;
decir, en materia religiosa, “lo importante es creer, no importa que, solo cree”, es
cercenar una parte de nuestro intelecto.
CONCLUSIÓNES.Brindamos un esbozo de problemas no resueltos.
Uno, la integración de padres en la escuela (que antes procuraban que sus
hijos hicieran la tarea, ahora critican el quehacer de los maestros, especialmente
“¿a dónde van mis colegiaturas?, es necesario que los padres asumamos la
convicción de que los responsables de la educación de los hijos somos los padres
al 100%, la escuela sólo debe ser una herramienta con la que debemos colaborar.
Otro problema, los maestros no siempre son congruente con lo que
enseñan, ejemplo rápido: en las escuelas se conmemora el día mundial de la
alimentación, cada 16 de octubre, pero se permite el establecimiento dentro de las
escuelas de coperativas que venden fritangas y cocas, lo peor muchos de los
maestros las consumen.
Más problemas: el existe un analfabetismo que es real, en cuanto la
población no tiene los medios para superarlo, sin embargo existe otro
analfabetismo llamado cultural o virtual, que es el de las personas, que sabiendo
leer y escribir, no aman ni viven ninguna cultura, excepto la que se le presenta en
los medios de comunicación.
Estos problemas que hemos esbozado, podría argumentarse que no tienen
relación con la religión, sin embargo, suponemos y porque no confiemos que sí,
debido a que una coexistencia, consonante a principios fundamentales, absolutos
e inmutables, entre la religión y la educación moldearían y aún favorecerían un
desarrollo más sano a nivel de gobiernos, pero sobre todo a nivel individual.
¿A qué principios fundamentales, absolutos e inmutables nos referimos? a
muchos, pero solo mencionaremos algunos en los que seguramente estaremos de
acuerdo, cualquier tipo de ideología y doctrina religiosa: la condena de quitar la
vida a un conciudadano; la condena de la violencia, especialmente a infantes; los
multicitados derechos humanos; el derecho a la autodeterminación individual; y
sobre todo el derecho a la educación.
Nuestro país progresará en ambos sentidos, el religioso y el educativo; si y
sólo si cada mexicano toma con seriedad la responsabilidad de pensar que
únicamente tiene una oportunidad en la vida para experimentar aquel pensamiento
del poeta que dijo: “quien no vive para servir, no sirve para vivir”.
NOTAS BIBLIOGRAFICAS.(1) www.oneworld.net (2) www.monografías.com/trabajos/11 (3) www.jalisco.gob.mx/srias/educación/consulta/educar/03/03Galvan.html (4) Galván Lafarga, Luz Elena; “UN RECORRIDO POR LA HISTORIA DE LA
EDUCACIÓN HOY EN DÍA”; www.jalisco.gob.mx/srias/educación/consulta/educar/03/03Galvan.html
(5) http://portal.unesco.org/es/ev.php@url ID=12326&URL DO=DO TOPIC&URL SECTION=201.html
(6) http://www.monografias.com/trabajos7/edme/edme.shtml(7) lhttp://www.universidadabierta.edu.mx/Biblio/M/Mendez%20Maria-Historia%20de
%20la%20educacion.htm(8) http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/tematicos/mediano/ent.asp?
t=medu06&c=3273(9) http://www.cem.org.mx/estadistica/
Conferencia del Episcopado Mexicano. Iglesia en México
BIBLIOGRAFÍA.(1) www.oneworld.net (2) www.monografías.com/trabajos/11 (3) www.jalisco.gob.mx/srias/educación/consulta/educar/03/03Galvan.html (4) Galván Lafarga, Luz Elena; “UN RECORRIDO POR LA HISTORIA DE LA
EDUCACIÓN HOY EN DÍA”; www.jalisco.gob.mx/srias/educación/consulta/educar/03/03Galvan.html
(5) http://portal.unesco.org/es/ev.php@url ID=12326&URL DO=DO TOPIC&URL SECTION=201.html
(6) http://www.monografias.com/trabajos7/edme/edme.shtml(7) lhttp://www.universidadabierta.edu.mx/Biblio/M/Mendez%20Maria-Historia%20de
%20la%20educacion.htm(8) http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/tematicos/mediano/ent.asp?
t=medu06&c=3273(9) Conferencia del Episcopado Mexicano. Iglesia en México
http://www.cem.org.mx/estadistica/(10) ENCICLOPEDIA HISPÁNICA, Ed. Barsa Planeta; España; 2002.(11) Patterson, F.W.; “Breve Historia de la Obra Misionera Cristiana”; Casa
Bautista de Publicaciones, 1992.(12) “Ley de Organizaciones Religiosas y Culto Público”, Ed. Porrúa, 1994.(13) Ganem Alarcón, Patricia: “ESCUELAS QUE MATAN”, Ed. Interwriters,
México D.F. 2002.(14) Torres, Rosa María; “ITINERARIOS POR LA EDUCACIÓN
LATINOAMERICANA”, Piados, Argentina, 2002.