Mi credo pedagógico de John Dewey
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SARA BARRIOS RUBIO 2º MAGISTERIO PRIMARIA A TENDENCIAS CONTEMPORÁNEAS DE LA EDUCACIÓN
MI CREDO PEDAGÓGICO DE JOHN DEWEY
Artículo 1º: Lo que es la educación
La educación se debe a la participación del individuo en la conciencia social. Forma sus
capacidades, acumulando conocimientos que le permiten participar en los recursos
intelectuales y morales de la humanidad.
La educación se realiza estimulando las capacidades de los sujetos según las
necesidades sociales que existan. De esta forma, actúa como miembro de una unidad (la
sociedad) y da sentido mediante la interacción con otros a dichas acciones.
Este proceso educativo posee dos aspectos, uno psicológico (básico, siendo el
punto del que parte la educación) y el social (necesario para interpretar las capacidades
del niño, traducírselas a sus equivalentes sociales, y adaptarles de esta forma a la
civilización). La educación no puede ser considerada como un compromiso de dichos
aspectos, los cuales tampoco pueden descuidarse ni subordinarse.
Hay que tener en cuenta que al tratar al individuo como un ser activo, hay que
conocer sus capacidades, su finalidad, uso y funciones. Debido a los cambios que se
producen en la sociedad, es imposible preparar a los niños para un determinado futuro o
unas determinadas condiciones.
El individuo es un individuo social y la sociedad una unión de ellos.
Artículo 2º: Lo que es la escuela
La escuela se trata de una institución social, al ser la educación un proceso social. Debe
representar la vida real del niño, adaptándola a sus situaciones, por lo que es entendida
también como un proceso de vida.
Una función de la escuela es simplificar al niño la vida social que le rodea,
adaptándola a sus capacidades. Debido a esto, tiene que surgir de su vida cotidiana e
irse separando gradualmente de ella, asegurando de esta manera su correcto desarrollo
adaptando sus antiguas experiencias a nuevas ideas, conocimientos o valores (necesidad
psicológica y social).
Sin estas ideas, la educación fracasa. La escuela debe preparar e instruir al niño
para su futuro y su correcto desarrollo e involucración en él.
La educación moral debe entender la escuela como una vida social, preparando y
ayudando al individuo a establecer las relaciones correctamente, formando unidades de
trabajo y pensamiento. Este proceso debe conllevar la estimulación y control del niño.
El maestro debe ser un miembro de la comunidad de la escuela, encargado de
que el niño reciba las influencias beneficiosas para él.
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Los exámenes que pasen deben valorar su aptitud social y comprobar los
aspectos a mejorar.
Artículo 3º: Las materias de enseñanza
La educación del niño y la vida social deben encontrarse relacionados para el correcto
desarrollo de este, partiendo las materiales escolares de dicha vida social relacionada
con las propias actividades del niño.
Rechaza que la educación se unifique en el estudio de las ciencias o el estudio de
la naturaleza, así como que diversas asignaturas como literatura o historia sean la base
de dicha unificación.
La base primaria de la educación se basa en las propias capacidades del niño,
siendo el centro de correlación las capacidades expresivas o constructivas. Representan
formas de actividad social, introduciendo mediante ellas a los niños en los contenidos
que se desea que se adquieran.
La enseñanza actual de las ciencias debe realizarse asociándolas a experiencias
anteriores de los niños. Se debe trabajar a parte de las ciencias el lenguaje debido a que
es un instrumento social y medio de comunicación, pudiendo interactuar gracias a él con
el resto de los individuos que forman la sociedad, y adaptarse a la vida social.
Si la educación es considerada vida, debe tratar aspectos de arte, cultura y
comunicación, así como aspectos científicos. Debe ser concebida como una
reconstrucción continua de la experiencia de los individuos, enseñando a los individuos
en el momento idóneo, siguiendo su naturaleza.
Artículo 4º: La naturaleza del método
El método debe elaborarse en función del desarrollo de las capacidades e intereses del
niño, conociendo su orden y actuando en función a ello. Hay que entender al niño como
un ser activo, permitiéndole seguir su naturaleza.
A la hora de educar al niño, hay que centrarse en sus acciones y observarle,
trabajando y enseñando a partir de dichas acciones.
Se debe emplear la imagen como el gran instrumento de enseñanza, por lo que lo
que aprendan de las materias serán imágenes que ellos formen. Por ello, es apropiado
educar la imaginación de los niños y hacer que continuamente generen imágenes
pudiendo relacionar así los nuevos contenidos con su experiencia.
También se debe hacer que los símbolos empleados en la escuela se encuentren
contextualizados, para que los niños puedan darles sentido. Los niños no son tabulas
rassas, sino que tienen ideas ya formadas previamente.
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Es de gran importancia también prestar atención a los intereses del niño, los
cuales nos indican su estado de desarrollo, siendo esta una manera de conectar con el
mundo del niño y conocer para qué está preparado aprender. Dichos intereses deben ser
espontáneos, es decir, no deben estar fomentados ni reprimidos.
También hay que atender a las emociones, las cuales tampoco deben estimularse
sino dejar que surjan libremente, intentando conducirlas por el camino correcto.
Artículo 5º: La escuela y el progreso social
La educación, para Dewey, es la base a partir de la cual se puede lograr el progreso y la
reforma social. Entiende la escuela como el fin primario más efectivo.
Dicha educación tiene que estar basada en la conciencia social, y ser capaz de
adaptar la actividad individual a ella, consiguiendo únicamente de esta forma la
reconstrucción social. La educación debe tener en cuenta los ideales individuales y los
sociales, siendo esta individual a la vez que social.
La educación es la encargada de producir la ética y el deber moral de la
sociedad. A través de ella, la sociedad establece sus fines y la dirección que quiere
seguir. De ello se nutre la educación para conocer y atender las necesidades sociales,
instruyendo al docente en función a ello y dotándole de los medios necesarios para
conseguir satisfacer dichas necesidades. Este debe educar a los individuos en el ámbito
académico y formarles para su posterior introducción en la sociedad, enfocándoles en la
dirección idónea y enseñándoles a convivir en ella. El maestro es máxima autoridad
además de un servidor social, destinado a mantener el orden y guiar a la sociedad.
La educación tiene que unificar la ciencia y el arte, para poder conseguir un
desarrollo integral del individuo, y adaptarlas al servicio social.
Por tanto, el individuo se forma a nivel individual, pero también a nivel social,
enfocando su enseñanza a su correcto desarrollo y convivencia en la sociedad.