Mi experiencia de movilidad en la Pontificia Universidad ...Mi experiencia de movilidad en la...
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Marco Antonio Bonilla García. UPIITA – IPN PUC - Chile
Mi experiencia de movilidad en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Antes de vivir la movilidad académica creía que no valía la pena hacerlo, que
sólo me iba a retrasar un semestre más, que era una pérdida tiempo… vaya
que estaba equivocado.
Fue un par de amigos de la carrera quienes me dijeron que era el último
semestre en que podía postular, lo consideré y me dije “¡vamos a intentarlo!”.
Ahora estoy profundamente agradecido con ellos por compartirme tan valiosa
información. Revisé la lista de escuelas disponibles y fue impactante darme
cuenta de todas las opciones que nos ofrece el Instituto Politécnico Nacional
(IPN). Después de revisar los requisitos de cada país hice una preselección
según mi formación: Chile, Argentina y Costa Rica. Luego investigué cuáles
eran las mejores instituciones a nivel latinoamérica y me llevé una gran
sorpresa, la escuela número uno era ni más ni menos que la Pontificia
Universidad Católica de Chile (PUC). Despertó en mí una curiosidad enorme
por saber más sobre dicha casa de estudios y quedé maravillado al descubrir lo
que significaba estudiar en “la Católica”: instalaciones de primer nivel, las
mejores bibliotecas del país, profesores con suma experiencia, etc. Era un reto
que me llamaba para vivirlo.
Luego de muchos trámites y una larga espera llegó la ansiada noticia: fuiste
seleccionado para postular a la PUC. Estaba tan feliz, no lo creía, ya era un
hecho que me iba a Chile, a la prestigiosa Universidad Católica. Y así llegó el
momento de partir, dejar temporalmente a mi familia, amigos, compañeros de
México, mi raza de bronce, para escribir una nueva historia. Fue la primera vez
que salía del país, la primera vez que me subía a un avión, que dejaba a mi
familia por tanto tiempo.
Llegué entonces a Chile, y la bienvenida de este hermoso país no pudo ser
mejor: la majestuosa cordillera de los Andes. Una vista preciosa que de sólo
recordar se me eriza la piel.
Marco Antonio Bonilla García. UPIITA – IPN PUC - Chile
Enseguida despegamos en un lugar que se convertiría por un semestre en mi
nuevo hogar: Santiago de Chile, la hermosa Santiago.
La cordillera de los Andes
Marco Antonio Bonilla García. UPIITA – IPN PUC - Chile
Fue genial conocer tantos estudiantes de intercambio, que me compartieron
sus experiencias, ahí me di cuenta que lo que me esperaba sería único.
Después me di a la tarea de ir a conocer mi nueva casa de estudios, estaba
ansioso de ir y cuando vi las puertas del campus San Joaquín quedé
maravillado.
Una vez iniciadas las clases estaba muy entusiasmado por comenzar algo
nuevo, probar lo que había aprendido en el Politécnico. Las clases eran un
tanto distintas, participaban mucho, era genial. Además el campus es
espectacular, hice amigos rápidamente, la mayoría extranjeros. Después de
clases me iba a casa en bicicleta (es importante mencionar que hay carriles en
las vialidades para andar en bici) para poder recorrer las calles de Santiago y
conocer la ciudad. En Santiago puedes encontrar cualquier cosa que se te
ocurra, desde músicos, cantantes, bailarines, actores, en fin, es una ciudad con
mucha vida, siempre hay algo nuevo que conocer en Santiago: museos,
parques, teatros, etc.
Además el campus cuenta con una biblioteca excelente, salas de estudio,
préstamo de libros de cualquier tema, películas, videojuegos, definitivamente
fue el lugar que más me gustó del campus. Aunque también hay otros sitios
que a continuación muestro:
El campus San Joaquín
Marco Antonio Bonilla García. UPIITA – IPN PUC - Chile
Biblioteca San Joaquín
Patio de la Escuela de Ingeniería
Marco Antonio Bonilla García. UPIITA – IPN PUC - Chile
Laboratorio de Control Automático
El Cristo de la entrada a San Joaquín
Marco Antonio Bonilla García. UPIITA – IPN PUC - Chile
Definitivamente fue una experiencia única, las clases fueron entretenidas,
aprendí muchas cosas que no había visto en México, me volví más
autodidacta, pero también dejé en mis compañeros parte de nuestro sistema de
enseñanza, compartimos ideas, pudimos comparar los modelos educativos. Ya
no soy el mismo joven estudiante que meses atrás se preguntaba si valía la
pena irse de movilidad, ahora me iré de Santiago con mucho aprendizaje y una
eterna gratitud a mi casa de estudios, el glorioso Instituto Politécnico Nacional
que me dio la oportunidad de vivir esta maravillosa experiencia, y seguir así
poniendo “LA TÉCNICA AL SERVICIO DE LA PATRIA”.
El edificio principal de la Escuela de Ingeniería