MIS PADRES ME AYUDAN A INICIAR ESTE CAMINO€¦ · LECTURA: El castigo más tonto Hubo una vez un...

14
Lunes, 23 septiembre MIS PADRES ME AYUDAN A INICIAR ESTE CAMINO CITA BÍBLICA: Hechos 16, 15 «Cuando ella y su familia se bautizaron, nos rogó, diciendo: Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid a mi casa y quedaos en ella. Y nos persuadió a ir». LECTURA: Carrera de patos Cuik y Quak eran dos patitos valientes y deportistas que vivían con mamá pata. Los dos eran rapidísimos, y siempre estaban compitiendo. Echaban carreras en cualquier lugar: por tierra, mar y aire; corriendo, nadando o volando. Un día que volvían de visitar al tío Patete en lo alto del río, Cuik soltó las palabras clave: "¡el último que llegue es un ganso!", y ambos salieron nadando río abajo. Los dos conocían bien el camino, pero Quak llevaba algún tiempo preparando un truco: se había dado cuenta de que la corriente en el centro del río era más fuerte y podía ayudarle, así que, aunque mamá pata les tenía totalmente prohibido nadar por el centro del río, Cuak se dirigió hacia aquella zona, pensando "ya soy mayor para nadar aquí". En seguida se vio que tenía razón: avanzaba mucho más rápido que Cuik y le sacaba mucha ventaja. Cuik estaba indignado, porque él nunca desobedecía a mamá pata, pero por su obediencia ¡iba a perder la carrera! Según avanzaban la corriente se hacía más fuerte, y Quack cruzó triunfante la línea de meta sin darse cuenta de que se dirigía directamente a un gran remolino en el centro del río; para cuando quiso reaccionar, allí estaba dando vueltas y vueltas, sin poder salir del remolino. Sacarlo de allí fue dificilísimo, porque ningún pato tenía fuerza para nadar en aquellas aguas, y al pobre Quack, que no paraba de tragar agua, la cabeza le daba mil vueltas y no ayudaba mucho. Afortunadamente, una vaca de una granja cercana apareció por allí para sacar a Quack antes de que él solo se bebiera toda el agua del río. Y cuando le dejaron en el suelo, siguió dando vueltas durante un buen rato, de lo mareado que estaba, mientras algunos de los animales que lo habían visto se reían al ver que todo había acabado bien. Aquel día Cuick comprendió que hacía bien cuando seguía haciendo caso a su mamá, aunque al principio pudiera parecer que era peor, y Quack... bueno, Quack no podría olvidarlo, aunque quisiera, porque desde entonces, en cuanto le toca una gota de agua, cae al suelo y da tres vueltas antes de poder erguirse. ¡Y qué divertidos son los días de lluvia!

Transcript of MIS PADRES ME AYUDAN A INICIAR ESTE CAMINO€¦ · LECTURA: El castigo más tonto Hubo una vez un...

Lunes, 23 septiembre

MIS PADRES ME AYUDAN A INICIAR ESTE CAMINO CITA BÍBLICA: Hechos 16, 15 «Cuando ella y su familia se bautizaron, nos rogó, diciendo: Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid a mi casa y quedaos en ella. Y nos persuadió a ir». LECTURA: Carrera de patos Cuik y Quak eran dos patitos valientes y deportistas que vivían con mamá pata. Los dos eran rapidísimos, y siempre estaban compitiendo. Echaban carreras en cualquier lugar: por tierra, mar y aire; corriendo, nadando o volando. Un día que volvían de visitar al tío Patete en lo alto del río, Cuik soltó las palabras clave: "¡el último que llegue es un ganso!", y ambos salieron nadando río abajo. Los dos conocían bien el camino, pero Quak llevaba algún tiempo preparando un truco: se había dado cuenta de que la corriente en el centro del río era más fuerte y podía ayudarle, así que, aunque mamá pata les tenía totalmente prohibido nadar por el centro del río, Cuak se dirigió hacia aquella zona, pensando "ya soy mayor para nadar aquí". En seguida se vio que tenía razón: avanzaba mucho más rápido que Cuik y le sacaba mucha ventaja. Cuik estaba indignado, porque él nunca desobedecía a mamá pata, pero por su obediencia ¡iba a perder la carrera! Según avanzaban la corriente se hacía más fuerte, y Quack cruzó triunfante la línea de meta sin darse cuenta de que se dirigía directamente a un gran remolino en el centro del río; para cuando quiso reaccionar, allí estaba dando vueltas y vueltas, sin poder salir del remolino. Sacarlo de allí fue dificilísimo, porque ningún pato tenía fuerza para nadar en aquellas aguas, y al pobre Quack, que no paraba de tragar agua, la cabeza le daba mil vueltas y no ayudaba mucho. Afortunadamente, una vaca de una granja cercana apareció por allí para sacar a Quack antes de que él solo se bebiera toda el agua del río. Y cuando le dejaron en el suelo, siguió dando vueltas durante un buen rato, de lo mareado que estaba, mientras algunos de los animales que lo habían visto se reían al ver que todo había acabado bien. Aquel día Cuick comprendió que hacía bien cuando seguía haciendo caso a su mamá, aunque al principio pudiera parecer que era peor, y Quack... bueno, Quack no podría olvidarlo, aunque quisiera, porque desde entonces, en cuanto le toca una gota de agua, cae al suelo y da tres vueltas antes de poder erguirse. ¡Y qué divertidos son los días de lluvia!

REFLEXIÓN Aunque los mayores pidan cosas que en principio puedan parecer peores, siempre lo hacen porque saben más y mejor lo que puede ocurrir, aunque no nos lo digan. VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=qm0pbaJe8zQ IMAGEN

ORACIÓN FINAL

Martes, 24 septiembre

MARÍA AUXILIADORA TAMBIÉN ESTÁ PRESENTE EN NUESTRA CASA TODO EL AÑO

EVANGELIO: Mateo 2, 11 «Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra». LECTURA: El castigo más tonto Hubo una vez un rey que quedó huérfano siendo niño y creció rodeado de militares y consejeros que hicieron de él un rey poderoso y sabio, pero insensible. Por eso se cansaba cuando la gente hablaba con pasión de sus madres. Y a tal punto llegó su enfado que decidió darles todo el poder. - Pues si tan buenas son las madres en todo, que gobiernen ellas. A ver cómo lo hacen. La noticia fue recibida con gran alegría por todo el mundo, pero resultó ser un fracaso estrepitoso. Las cosas iban tan mal que el rey tuvo que recobrar el mando al poco tiempo. Y cuando pidió a sus consejeros que averiguasen qué había fallado, estos concluyeron que las madres siempre habían dado más importancia a los problemas de sus propios hijos que a los del reino. Y así, llegaban tarde a importantes reuniones cuando sus hijos estaban enfermos, aplazaban los juicios para acudir a recogerlos al colegio, y mil cosas más. Al oírlo, el rey se puso tan furioso que castigó con el destierro a todas las madres del reino. - La que quiera seguir haciendo de madre que se vaya. Y no se quedó ni una. Poco después, a pesar de su vuelta al gobierno, el reino iba aún peor. Preguntó de nuevo a sus consejeros y estos, tras estudiar el asunto, respondieron: - La falta de madres ha creado un enorme problema de nutrición que está hundiendo al reino. Eran

ellas las que hacían la comida.

- De acuerdo. Contratad un ejército de cocineros -dijo el rey. Pero tras contratar miles de cocineros, las cosas no mejoraron. Esta vez los sabios encontraron una nueva razón para el desastre: - La falta de madres ha creado un enorme problema de higiene que está hundiendo al reino. Eran ellas

las que limpiaban. - No hay problema ¡Contratad un ejército de mayordomos! -respondió el rey, muy irritado. Pero tras contratar a los mayordomos, las cosas siguieron igual. Una vez más los sabios creyeron encontrar la causa: - La falta de madres ha creado un enorme problema de salud que está hundiendo al reino. Eran ellas

las que curaban las pequeñas heridas y ahora todas se infectan y se vuelven graves. - ¡¡Pues contratad un ejército de enfermeros!! -gritó furioso el rey. Pero los miles de enfermeros contratados no mejoraron nada. Y tampoco los economistas, sastres o decoradores. Ni siquiera el descubrimiento de grandes minas de oro que permitieron al rey contratar cuantas personas quiso. No encontraba la forma de sustituir totalmente a las madres. Hasta que un día, mientras paseaba, vio discutir a unos niños. Los había visto jugar mil veces como amigos, pero ahora discutían con tanta ira y desprecio que el rey se acercó para calmarlos. - Tranquilos, chicos. Los amigos deben tratarse con más cariño ¿Es que por una sola pelea vais a dejar

de quereros? Los niños, avergonzados, detuvieron la pelea y se marcharon cabizbajos. Mientras se alejaban, el rey los oyó susurrar. - Oye, ¿tú sabes qué es eso de quererse? -dijo uno. - Sí, claro, es un invento muy moderno de un amigo de mi abuelo -respondió el otro haciéndose el

experto - Nos lo enseñarán en la escuela dentro de un par de años. El rey lo comprendió todo en un instante. Ahí estaban todos los problemas del reino: ¡nadie estaba enseñando a los niños lo que eran el amor y el cariño! Entonces pensó en quién contratar para hacer esa labor, pero no encontró a nadie: era algo que siempre habían enseñado las madres, y en eso nadie podría sustituirlas. Y arrepentido por su injusticia y dureza de corazón, mandó buscar y contratar a todas las madres que había expulsado, pagándoles un altísimo salario solo por hacer de madres. Y en poco tiempo el reino resolvió sus problemas y superó ampliamente su antigua prosperidad.

Pero algunos tampoco tardaron tiempo en protestar al rey por estar pagando un salario a quienes harían gratis su trabajo de madres. Y el rey, para refrescarles a todos la memoria, decidió retirar su rostro de todas las monedas del reino, y sustituirlo por la imagen de una madre con su hijo, y una inscripción que decía: “Ni este ni ningún reino serían nada sin el amor de sus madres.” REFLEXIÓN ¿Pensamos alguna vez en todo lo que hacen nuestras madres por nosotros? ¿Les damos las gracias? ¿Cuántas veces les contestamos mal cuando nos dan consejo o nos intentan guiar en nuestro camino? VÍDEOS https://www.youtube.com/watch?v=jX-HU5DDjms https://www.youtube.com/watch?v=5PcJR7FsFSo IMAGEN

ORACIÓN FINAL

Miércoles, 25 septiembre

DON BOSCO, EL MEJOR PADRE, MAESTRO Y AMIGO QUE PODEMOS TENER

CITA BÍBLICA: 1 Timoteo 5, 10 «Que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha mostrado hospitalidad a extraños, si ha lavado los pies de los santos, si ha ayudado a los afligidos y si se ha consagrado a toda buena obra».

LECTURA: ¿Sabes silbar? En sus “Memorias del Oratorio” (1873), Don Bosco narra la siguiente anécdota que le pasó. Tenía entonces unos 30 años. Fue el encuentro que tuvo con un muchacho de nombre Bartolomé Garelli el 8 de diciembre de 1841: “En el día de la Inmaculada Concepción de Maria estuve a punto de vestirme los Sagrados Ornamentos para celebrar la Santa Misa. El sacristán, José Comotti, viendo a un joven en el lugar lo invitó para que viniera a ayudar a Misa. - No sé – le respondió el joven avergonzado. - ¡Ven! – le contestó el otro- quiero que ayudes a misa. - No sé – repitió el jovencito-. Nunca lo he hecho. - ¡Qué animal eres! – dijo el sacristán furioso – Si no sabes ayudar a misa ¿para qué vienes a la sacristía? Y diciendo esto tomó un plumero y le golpeó el hombro y la cabeza del muchachito. - ¿Qué haces? – grité yo en alta voz- ¿Por qué lo golpeas? - Porque viene a la sacristía y no sabe ayudar a misa. - Ha hecho mal… - Y a Vd. ¿qué le importa? - Es mi amigo. Llámalo inmediatamente. Tengo que hablar con él. El muchacho llegó mortificado. Tiene la cabeza rapada, la chaqueta con manchas de cal. Era un joven inmigrante. Entonces le pregunté con amabilidad: - ¿Has escuchado Misa? - No –dijo. - Ven a escucharla, luego te hablaré de algo que te va a gustar. Terminada la misa y la acción de gracias lo llevé al Corito y yo con la cara bien alegre le hablé y le dije: - Buen amigo, ¿cómo te llamas? - Bartolomé Garelli.

- ¿De dónde eres? - Del pueblo de Asti - ¿Qué oficios tienes? - Soy albañil. - ¿Está vivo tu padre? - No, ya murió. - ¿Vive tu mamá? - También ella murió. - ¿Cuántos años tienes? - Dieciséis. - ¿Sabes leer y escribir? - No… - ¿Sabes cantar? - No… - ¿Sabes silbar? Aquí Bartolomé se rio. Era lo que yo quería. Comenzábamos a ser amigos. - ¿Hiciste la primera Comunión? - Todavía no. - ¿Te has confesado? - Si, cuando era más chico. - Y, ¿vas al catecismo? - No me atrevo. Los chicos se ríen de mí. - Y si yo te enseñara el Catecismo ¿vendrías? - Si, con mucho gusto, con tal de que no me peguen. - Quédate tranquilo. Ahora que eres mi amigo nadie te tocará… Y ¿cuándo quieres que empecemos? - Cuando Vd. Quiera. - ¿Ahora mismo? - Si, con mucho gusto. Don Bosco se arrodilló y rezó el Ave María. Sobre este hecho, cuarenta y cinco años más tarde dirá a sus salesianos: “Todas las bendiciones llovidas del cielo son fruto de ese primer Avemaría dicho con fervor y recta intención”. Terminado el Avemaría Don Bosco le hizo a Bartolomé una primera catequesis y lo invitó a volver el siguiente domingo a otras catequesis, pero trayendo algunos amigos más. Así, al domingo siguiente, vinieron los primeros nueve jóvenes a la catequesis con don Bosco. Con esto había nacido la gran obra de los ORATORIOS SALESIANOS.

REFLEXIÓN ¿Conocíamos la historia de Don Bosco? ¿Rezamos nosotros? ¿Nos interesamos por saber más cosas sobre Jesús, María…? VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=yNzB_PZuCrU IMAGEN

ORACIÓN FINAL

Jueves, 26 septiembre

EN ESTA CASA HAY MÁS QUE CLASES: EL CENTRO JUVENIL, LA IGLESIA, LOS DEPORTES…

CITA BÍBLICA: Esdras 3, 9-10 «Entonces Jesús con sus hijos y sus hermanos, Cadmiel con sus hijos, los hijos de Judá y los hijos de Henadad con sus hijos y sus hermanos los levitas, se presentaron todos a una para dirigir a los obreros en la casa de Dios. Cuando los albañiles terminaron de echar los cimientos del templo del Señor, se presentaron los sacerdotes en sus vestiduras, con trompetas, y los levitas, hijos de Asaf, con címbalos, para alabar al SEÑOR conforme a las instrucciones del rey David de Israel». LECTURA: El inagotable pozo de las maravillas Loren era un niño al que lo que más le gustaba era estar tumbado mirando al techo, o sentado tranquilamente ante el televisor. Sabía que a sus padres no les gustaba mucho que pasara tantas horas así, pero le gustaba la comodidad de aquella vida y, después de todo, tampoco iba tan mal en el colegio... Cierto día, saliendo de excursión, Loren se sentó un rato a descansar y cuando quiso darse cuenta, se había descolgado del grupo y estaba perdido. Pero justo entonces, al ponerse en pie, se quedó de piedra al descubrir un pequeño enano que caminaba rápidamente entre los árboles. Iba tan enfadado gruñendo y gritando, que no se dio cuenta de que una gran roca bajaba rodando por la colina. Y de no ser por los reflejos de Loren, que saltó para apartar al enano, la roca lo hubiera aplastado. Tras recuperarse del susto, el enano se mostró tan agradecido, que no dejó de insistir hasta convencer a Loren para que le acompañase a un lugar secreto de los enanos. Así, caminando por entre las montañas, llegaron a un pequeño claro en cuyo centro se veía algo parecido a un pozo. - Este es un pozo mágico- explicó el enano-. Cada poco tiempo aparecen unos regalos estupendos, y

quien está aquí cuando salen puede quedarse con ellos y disfrutarlos cuanto quiera. Loren no sabía si creerse aquella historia, pero en aquel mismo instante surgió del pozo una bicicleta impresionante. - ¿Puedo quedármela? - preguntó Loren.

- ¡Claro, es toda tuya! ¡Que la disfrutes! Loren se acercó y estuvo durante un buen rato mirando la bici, emocionado. Finalmente, la probó. Pero no por mucho tiempo, porque sin previo aviso todo desapareció, y el trasero de Loren acabó de golpe en el suelo. Y se hubiera enfadado mucho con el enano, de no haber visto salir del pozo el disfraz de su héroe favorito, con todos sus complementos especiales. Otra vez estuvo contemplando aquella maravilla unos minutos, y otra vez, al poco de vestirse completamente y comenzar a jugar, el regalo desapareció. Y así fue desfilando ante los ojos de Loren todo aquello que más le gustaba, pero ni una sola cosa duró mucho tiempo. Al principio el niño se enfadó, pues quería conservar todo aquello para llevarlo a casa, pero comprendiendo que no iba a ser posible, se conformó con disfrutar cada una de las maravillas que el pozo ofrecía, hasta que no pudo más. Cuando descansaba junto a su amigo el enano, este le explicó que así había funcionado siempre aquel pozo: constantemente hacía regalos maravillosos, y constantemente esos regalos desaparecían poco después. Y le contó también cómo todos terminaban aceptando que el pozo era mejor así, ofreciendo algo nuevo cada vez. El tiempo pasó tan rápido que cuando se dieron cuenta todo el mundo llevaba horas buscando a Loren. Al oír los gritos, el enano salió huyendo, y sólo tuvo tiempo de decir: - No puedo dejar que me vean, ni que recuerdes dónde está este lugar. Pero para que no me olvides te

haré un regalo. Y entregándole un pequeño paquetito, le dijo antes de desaparecer: - Es una copia chiquitita del pozo, pero es igual de mágica. Si aprendes a mirarla, te dará todas las

alegrías ¡Adiós, y gracias por salvarme! Con el jaleo que se armó cuando lo encontraron en medio del bosque, Loren se olvidó de su regalo hasta unos días después. Decidió abrirlo encerrado en su cuarto, como si se tratara de un secreto, sólo para descubrir que era un simple reloj de mesa con una imagen de Loren jugando junto al pozo. “Enano bromista”, pensó “ya me parecía que tener una copia del pozo sería demasiado”. Y se sentó sobre la cama a practicar su especialidad de dejar pasar el tiempo. Pero cuando la aguja del reloj avanzó cinco minutos, un pequeño resplandor salió del mismo, y su alegre imagen se deshizo en mil pedazos, para cambiarse por la de un niño solitario y aburrido. Y lo mismo ocurrió cinco minutos después, y cada vez que pasaban cinco nuevos minutos en los que no había hecho nada.

Loren empezó a comprender ¿Y si los regalos del pozo fueran los propios minutos? ¿Sería eso a lo que se refirió el enano con saber mirar? Así todo tendría sentido: por eso no podía acumular regalos, porque el tiempo no puede pararse, y por eso tenía que aprovechar los regalos que llegaban, porque una vez que se esfumaban ya no volverían nunca. Entonces pensó en sus propios minutos, todos esos que pasaba ante el televisor o tumbado en su cuarto ¡no volverían nunca! Y se dio cuenta de que, como con los regalos del pozo, tenía que empezar a disfrutarlos cuanto antes. Desde entonces parecía que hubiera dos o tres Loren en casa. Allá donde estaba, aprendía a abrir los ojos para descubrir a cada momento qué fantástico regalo le había hecho el pozo del tiempo. Y aprendió a ver un libro que no había leído, un juego al que no había jugado, un amigo con el que no había hablado, una lección que no había aprendido... De cada cosa que le rodeaba aprendió a hacer un regalo que disfrutar al máximo. E incluso, cuando veía el televisor, parecía que miraba con más interés, porque ya no estaba dispuesto a desperdiciar ninguno de los regalos del pozo mágico del tiempo. REFLEXIÓN En nuestro colegio tenemos muchas formas de aprovechar el tiempo. Contamos con cantidad de grupos, lugares y personas que nos ayudan a pasar ese tiempo del mejor modo posible. Conozcamos nuestro colegio. VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=_r1_xHlpLaE IMAGEN

ORACIÓN FINAL

Viernes, 27 septiembre

EN ESTA CASA HAY MÁS QUE CLASES: GRUPOS DEPORTIVOS, TEATRO, OTROS NIVELES,

EXTRAESCOLARES… CITA BÍBLICA: Jeremías 18, 2 «Levántate y desciende a la casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras». LECTURA: Los problemillas del arca En el arca de Noé los animales llevaban tanto tiempo que empezaron a organizar juegos y actividades para divertirse. Pero no tuvieron mucho cuidado, y en uno de los juegos, un pájaro carpintero terminó haciendo un agujero en el fondo del arca. El agujero empezó a crecer, y en poco tiempo comenzó a entrar muchísima agua. Uno a uno, distintos animales trataron de arreglarlo, peleándose incluso por ser los que salvaran el barco, pero ni siquiera la presa del castor pudo hacer nada. Empezaron a asustarse y pensaron que el barco se hundiría, pero entonces la abeja explicó a todos cómo ellas siempre trabajaban todas juntas y en equipo, cada una haciendo lo que mejor sabía, y todos comenzaron a organizarse y ayudarse: los pájaros tiraban todos juntos del barco hacia arriba, los elefantes y otros animales grandes llenaban sus bocas de agua para sacarla del barco, los más rápidos iban de acá para allá juntando materiales que los que construían nidos y madrigueras utilizaban para arreglar el boquete cada vez mayor. Así, todos trabajando, consiguieron frenar un poco el hundimiento, pero no pararlo. Desesperados, siguieron buscando si faltaba algún animal por ayudar. Buscaron y buscaron, pero en el barco no había nadie más. Pero de repente, un pez se coló en barco, y los animales se dieron cuenta de que ¡aún no habían pedido ayuda a todos los animales del mar! Pidieron al pez que buscara ayuda para salvar el barco, y acudieron peces y peces, y hasta una gran ballena que terminó por cubrir el agujero mientras el resto de animales reparaban el barco. Y así fue como todos los animales se salvaron con la ayuda de todos. REFLEXIÓN En nuestra casa no estamos solos. Contamos con muchos grupos que nos pueden ayudar a crecer como personas. Simplemente tenemos que unirnos a ellos, colaborar, conocerlos, participar en ellos y haremos que nuestro colegio y nuestra casa sean mejores.

VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=dHp54s618vo Mickey Mouse nos invita a su casa. Nosotros también podemos conocer nuestra casa y participar en ella. IMAGEN

ORACIÓN FINAL