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MITOLOGÍA CLÁSICA Unidad Didáctica Nº 3

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MITOLOGÍA CLÁSICA

Unidad Didáctica Nº 3

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I Las historias más importantes de la Mitología Clásica.

A) La Guerra de Troya.

B) La Creación del Hombre.

C) Oráculos y Sibilas.

D) La belleza de Adonis.

E) El mito de Edipo “El del Complejo”...

F) La bestia Polifemo y la bella Galatea.

II Relación de dioses menores y su significado.

III ¿Han muerto los Mitos Clásicos?

IV El Teatro Clásico.

A) La Tragedia.

B) La Comedia

V Los Juegos Olímpicos.

VI Equivalencia de nombres

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I Las historias más importantes de la Mitología Clásica.

A continuación, veremos de forma breve, algunas de las historias mitológicas más conocidas. Es curioso observar, como de ellas parten numerosas narraciones que se repiten en novelas, óperas, cine, teatro, etc.

A) La Guerra de Troya.

Texto de Homero invocando a la Musa para que le inspire en el relato de la cruel Guerra de Troya.

Si nos remontamos al principio de la historia, parecer ser que el origen del conflicto tiene lugar durante la boda entre Peleo y Tetis. A las nupcias asistieron todos los dioses del Olimpo salvo Eris, la diosa de la Discordia. Esta, ofendida por no ser invitada al banquete lanzó a la mesa de invitados una manzana con la inscripción “A la más bella”. Lo que supuso el enfrentamiento entre las diosas Atenea, Afrodita y Hera, que pensaron que iba dirigida a cada una de ellas.

Para poner fin al conflicto, las diosas, decidieron elegir a un juez en la tierra, que

sentenciaría quien de las tres era la más merecedora del título a la belleza. Y escogieron a Paris, príncipe de Troya. Para ganar, Atenea le ofreció sabiduría y triunfos en la guerra. Hera, poder y riquezas. Y Afrodita, lo que el rey más deseaba: a la mujer más bella del mundo. Esta mujer era Helena de Troya, esposa del rey de Esparta, Menéalo.

Paris, recogió la manzana y se la entregó a Afrodita, que como recompensa le aseguró el amor de Helena. Esta, abandonó a su marido y huyó a Troya. Entonces Agamenón, el hermano de Menelao y rey de la poderosa Micenas, organizó una expedición de mil naves contra la ciudad para vengar la afrenta, y conquistar Troya.

La caída de Troya tuvo lugar cuando los griegos, capitaneados por Ulises, dejaron a las puertas de la ciudad un inmenso caballo de madera. A los troyanos se les explicó que era una ofrenda a la diosa Atenea. Todos lo creyeron y quisieron tener entonces el caballo en sus dominios. Por lo tanto, derribaron las murallas de la ciudad para que el caballo entrara.

Tan solo un hombre conocía la verdad, Laocoonte, sacerdote de Apolo, que tras consultar el oráculo, trató en vano de avisar a sus compatriotas. Esto le costó la vida, ya que fue atacado por dos serpientes de mar que acabaron con él y sus dos hijos. Al caer la noche los guerreros griegos alojados en el vientre de madera, atacaron e incendiaron la ciudad.

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Esta Guerra, que se desarrolló durante diez largos años, es una de las historias más conocidas del mundo grecorromano. Homero nos la narra a través del extraordinario libro de “La Ilíada”. Lo mejor de todo, es la posibilidad de que algunos de los hechos sean verídicos, ya que las últimas excavaciones arqueológicas han revelado que efectivamente la ciudad de Troya se destruyó por un fuego devastador en el siglo XII a. de C.

En 1870, el comerciante alemán Heinrich Schliemann se propuso demostrar que la Guerra de Troya no había sido solo fruto de la imaginación del poeta Homero. Invirtiendo parte de su fortuna viajó a Turquía y siguiendo las indicaciones de “La Ilíada”, comenzó a excavar en la colina de Hissarlik descubriendo las ruinas de Troya junto a la civilización Micénica. Con esto, se demostró que existió la ciudad de Troya, que existió la cultura micénica y que hubo una guerra. No obstante, es importante señalar que “La Ilíada” es una narración ficticia, especialmente en la parte mitológica, que escapa de una completa interpretación histórica.

El motivo real de la Guerra no parece ser que Helena abandonase a Menelao, para fugarse con Paris a Troya. Si no, más bien, que los griegos se cansaron del monopolio comercial que ejercía Troya sobre el único acceso posible al Mar Negro. Seguramente decidieron destruir la ciudad del conflicto. Homero narra detalladamente las dificultades de la contienda, explicando el hambre, la peste y las miles de bajas que tuvieron lugar durante estos años.

B) La Creación del Hombre

Es la segunda historia más conocida dentro del mundo mitológico. Hemos visto cómo los clásicos explicaron el origen del Universo y con él, el de los dioses. También se plantearon una explicación sobre el origen del hombre. Cuestión que en la actualidad no ha terminado de aclararse, aunque sin duda, dista mucho de ser semejante en algo a la explicación que sobre este tema dieron griegos y romanos. Llamábamos a la creación de los dioses por la mitología Teogonía. Pues bien, los temas que hablan sobre la creación del hombre reciben el nombre de Antropogonía (del griego “Anthrôpos, es decir, “Hombre” y “Gonos”, “Generación”)

En un principio, existió una parca explicación que no debió ser muy convincente para los clásicos. Dionisio, el dios del vino, asistió un día a un extraño banquete. Allí, fue asesinado y después devorado por los Titanes. Cuando Zeus se enteró de los hechos, se puso muy furioso y terminó aniquilando a los Titanes. La leyenda decía que de las cenizas de los mismos nacieron los hombres. Así, tenían una doble descendencia: por un lado, ascendencia criminal (por parte de los Titanes) y por otro lado, ascendencia divina (por parte de Dionisio)

Aunque sin duda, el mito más extendido, es que el hombre fue creado por Prometeo. Héroe del que hablamos en la anterior unidad. Hesíodo, nos narra en su Teogonía, que todo comienza en Mekoné, allí tras la separación de los hombres y los dioses; Prometeo hace una partición desigual de una víctima sacrificada, los hombres se llevan la mejor parte, es decir, la carne y vísceras, mientras los dioses solo tienen derecho a los blancos huesos. Zeus simulará entonces dejarse engañar pero interiormente prepara su castigo, les priva del fuego y de los cereales. Cuando Prometeo roba de nuevo al dios el fuego, Zeus castiga al hombre con la creación de la mujer, Pandora.

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Es interesante subrayar que a menudo los mitos distinguían entre la creación del hombre y de la mujer. Hesíodo, por ejemplo, en el mito de Prometeo, no dice nada sobre el proceso de creación del hombre y en cambio sí se detiene detalladamente en el de la mujer. Según él, Zeus ordenó a Hefesto que modelase su bello cuerpo, a Atenea que la vistiese con gusto y enseñase a tejer, a Afrodita que le mostrara los dotes de seducción y a Hermes que le otorgase un corazón engañoso. El nombre de la primera mujer, Pandora, significó “don de todos los dioses”.

Las Cinco Edades

Para los griegos no todas las épocas, desde el origen del hombre, fueron iguales. Existió un tiempo en el que estos vivían como los dioses, gozando de una felicidad completa. Esta leyenda relatada por Hesíodo, en “Los trabajos y los días” y por Platón, en “El Político”, nos narra cómo cinco edades de hombres habitaron la Tierra.

Las tres primeras, y la última, se asociaban a metales como el oro, la plata, el bronce y el hierro. La Edad de Hierro coincidía con la Antigüedad de Grecia y Roma. También hubo una edad, conocida como la raza de los Héroes, que combatieron en las batallas de Troya y Tebas.

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Es curioso, Hesíodo mostró interés en enseñarnos que ocurrió con el destino de cada edad. Los hombres de oro y plata se convirtieron tras su muerte en demonios, los de bronce en el pueblo de muertos del Hades y los héroes en objetos de culto por las ciudades. Si aún continúa la Edad de Hierro ¿cuál será nuestro futuro?

C) Oráculos y Sibilas

Los oráculos (ya conocemos el de Apolo en Delfos) eran muy frecuentes en Grecia y Roma. Su origen partía de la curiosidad innata en el ser humano por tratar de predecir el futuro. Resulta curioso que esto ocurriese de manera tan espectacular en una civilización totalmente inclinada a la razón.

Los griegos vivían purificándose constantemente para recibir respuestas divinas de sacerdotes y sacerdotisas. Para ellos, era preciso saber ver e interpretar cualquier

acontecimiento. Estas predicciones podían clasificarse en dos categorías:

Las basadas en la interpretación de acontecimientos y señales exteriores, por ejemplo observando el vuelo de ciertas aves.

Las basadas en lo que decían los oráculos a través de sacerdotes y sacerdotisas. Sus palabras, generalmente pronunciadas bajo los efectos de alucinógenos, creían que eran puestas en sus bocas por los dioses del Olimpo.

En un principio, el origen de los oráculos se situaba en cuevas y cavernas que eran consideradas sagradas. Tenían, por lo general, un entorno misterioso para inspirar miedo y respeto a todos los que se acercaban. Muchas veces se escogían fuentes termales para que exhalaran inquietantes vapores. Los hombres de la Antigüedad creían firmemente que estaban habitadas por los dioses. Después el lugar de culto se trasladó al templo.

Para que los sacerdotes y sacerdotisas interpretasen los oráculos, cuyo lenguaje resultaba incomprensible al resto de los mortales, eran necesarios:

Un ritual de purificación.

Una ofrenda de sacrificio.

El pago de un tributo, al principio en especie y más tarde en dinero.

Los sacrificios eran ofrendas para atraer el favor divino. Con ellos se agradecía a un ser superior los bienes recibidos y a la vez se pedía perdón por las faltas cometidas. Los sacerdotes llevaban a cabo sus celebraciones con gran severidad, vestían impecables ropas blancas y se coronaban con las plantas consagradas al dios al que se le realizaba el sacrificio. Los animales que iban a ser servidos para honrar al dios o la diosa:

Si se consagraban a los dioses del Olimpo: debían estar sanos, ser blancos y disponerse en un altar elevado. Siempre se sacrificaban por la mañana.

Si se consagraban a las divinidades del mundo del Hades: eran, por el contrario, negros. Se disponían en un foso y se sacrificaban durante la noche.

En Roma definían como “víctimas” a los animales grandes a los que solían dorar sus astas y como “hostias” a los pequeños a los que adornaban con lazos y hojas. Una vez más, observamos cuántos cultos celebrados hoy en día, han heredado las formas de las antiguas civilizaciones clásicas.

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Entre los oráculos más famosos destacaremos:

El consagrado a Apolo en Delfos

El de Dodona consagrado a Zeus

El de Epidauro, consagrado a Asclepios / Esculapio, el dios de la medicina.

El del héroe Trofonio.

Junto a los sacerdotes y sacerdotisas, también destacaron unas mujeres adivinas denominadas Sibilas. Inicialmente eran sacerdotisas de Zeus, pero después, también lo fueron de otras divinidades. Varrón mencionó a diez Sibilas poseedoras del don profético: la Sibila de Persia, la de Delfos, la de Libia, Eritrea, Cumas, Samos, Helesponto, Cimerios, Frigia y Tíbur.

La más famosa fue la de Cumas. Vivía en una gruta, que estaba considerada como santuario de Apolo y escribía sus profecías en hojas sueltas. Así nacieron los conocidos Libros Sibilinos que contenían los destinos de Roma. Los sacerdotes los guardaban celosamente y los consultaban siempre que ocurría alguna fatalidad. En los periodos de crisis, el deseo de conocer el porvenir se hacía aún más vivo. La importancia de estos libros era tal, que para poder consultarlos se requería un permiso especial del Senado Romano.

D) La belleza de Adonis

Este conocido mito procede de una leyenda Siria. El rey de ese país Tías, tenía una hija llamada Mirra. La cólera de Afrodita llevó a Mirra a cometer incesto, ayudada por su nodriza Hipólita, durante doce noches con su padre. Al enterarse Tías, quiso matarla, y ella avergonzada pidió la protección de los dioses, los cuales compadecidos la convirtieron en el árbol de la mirra.

Al cabo de diez meses la corteza del árbol de la mirra se rompió y de ella salió un niño precioso que recibió de Afrodita el nombre de Adonis. Después, fue entregado por esta a Perséfone para que lo cuidara.

Cuando Adonis se convirtió en un apuesto joven, las dos diosas quedaron prendadas de su enorme belleza, por lo que muy pronto empezaron las disputas. Zeus quiso zanjar rápidamente el problema, para evitar mayores conflictos, por lo que decidió que Adonis viviera un tercio del año con Afrodita y otro tercio con Perséfone (casi siempre buscaba la misma solución) El resto del año podía vivir dónde y con quien él quisiera. Adonis decidió pasar las dos terceras partes del año con Afrodita.

La muerte del joven fue causada por la herida mortal de un jabalí durante una cacería. Según la leyenda el accidente lo provocó la cólera de Artemisa. En otras narraciones, su muerte fue provocada por los celos de Ares que amaba a Afrodita, y no quería que Adonis permaneciera con ella casi todo el año.

Desde el momento de su muerte, en Biblo, pasaba un río al que llamaron Adonis. Todos los años tomaba un tinte rojo el día que se conmemoraba su fallecimiento. Las rosas y las anémonas conmemoraban el trágico suceso, ya que se teñían de rojo por el color de su sangre.

En Siria, cada año se celebraban fiestas en su honor. Instauradas por la diosa Afrodita, varias jóvenes plantaban semillas en lo que se llamaban Jardines de Adonis. Las plantas regadas con agua caliente eran forzadas a nacer y a morir rápidamente como un símbolo de lo que ocurrió con él.

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E) El mito de Edipo “El del complejo”...

Edipo es el protagonista de una de las leyendas más conocidas de la mitología griega después de la Guerra de Troya. La historia tiene su origen en unos poemas épicos que no se han conservado. Sin embargo, este personaje se hizo célebre sobre todo a través de la Tragedia Clásica que estudiaremos en uno de los capítulos de esta unidad. El mito pertenece al Ciclo Tebano y era llamado así porque todas las narraciones del mismo, estaban ligadas a la ciudad de Tebas.

La historia se remonta a Agenor, rey de Tiro. Este, tenía una hija llamada Europa a la que Zeus raptó y sedujo convirtiéndose en toro blanco. Su padre, desconsolado, envió a sus hijos a buscarla. Uno de ellos, Cadmo, decidió consultar el oráculo de Delfos y allí se le indicó seguir a una vaca blanca que llevaba el signo lunar hasta que cayera agotada, justo en ese lugar debería fundar una ciudad. La vaca blanca le condujo hasta Beocia, donde fundó Tebas. Instaurando la ciudad, Cadmo y su esposa Armonía envejecieron cediendo el trono a sus hijos.

Y así fue como llegamos a Layo, nieto de Cadmo, que por su juventud no pudo subir al trono de Tebas y fue exiliado. Durante su camino encontró refugió en Élide, reinado de Pélope, quien le expulsó por encapricharse de su hijo e iniciarle en la homosexualidad. Pélope, también le maldijo prohibiéndole engendrar hijos, si lo hacía su hijo le mataría y se casaría con su madre.

Cuando Layo creció, consiguió finalmente el trono de Tebas y se casó con Yocasta. Con su matrimonio desobedecía la maldición de Pélope. Las cosas se complican aún más porque su mujer quedó encinta. Al nacer el hijo de ambos, decidieron temerosos abandonar al niño en la montaña. Cuando el niño nació, fue salvado por los pastores de Corinto, y le llamaron Edipo. Su nombre significaba “pies hinchados”, porque la correa que lo tenía atado le había hinchado los tobillos.

La Tragedia comienza cuando Edipo se convirtió en un apuesto joven y descubrió que de niño había sido abandonado. Sin pensarlo, acudió al oráculo de Delfos para descubrir sus orígenes, y tras conocer a sus padres, Layo y Yocasta, emprendió el camino a Tebas. Durante el trayecto tuvo un altercado con un carruaje y tras un breve enfrentamiento, sin saberlo, mató a su padre y a su auriga (personaje que gobernaba los carruajes en las carreras del Circo)

Al llegar a las puertas de Tebas, Edipo se halló frente a la Esfinge. Un monstruo con busto de mujer y cuerpo de león que mataba a todos los que no acertaban sus enigmas. Tras proponerle un acertijo, Edipo lo resolvió sin dificultad, y esta, despechada, se suicidó. Vencida la Esfinge, los tebanos le acogieron como a un salvador, ofreciéndole el trono y la mano de la reina que había quedado viuda y que sin saberlo era su propia madre.

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De esta unión incestuosa nacieron Eteocles, Polinices, Antígona e Ismene. Después la peste asoló la ciudad y el oráculo reveló que debía aparecer el asesino que había matado al rey Layo durante uno de sus viajes para que cesara la desgracia sobre Tebas. El nuevo rey, Edipo, decidió investigar el crimen y pronto descubrió que el asesino era él mismo, que sin querer había terminado con la vida de su propio padre.

El final, propio de una de las más célebres Tragedias, terminó con el exilio, la ceguera, y la muerte en Colona de Edipo. Yocasta, su madre y mujer, al conocer la relación que había tenido con su hijo, se suicidó.

F) La bestia Polifemo y la bella Galatea.

Polifemo era un célebre Cíclope con un solo ojo en medio de la frente. Vivía en la costa de Sicilia y era hijo de Neptuno y la ninfa Toosa. Como era caníbal, aterrorizaba a todos los que osaban a acercarse a su morada. A pesar de su brutalidad, Polifemo tenía sentimientos y un día se enamoró de la bella nereida Galatea.

Tras un primer encuentro entre ambos, la nereida quedó presa del miedo, mientras el cíclope se propuso ir ablandado su ferocidad para conquistarla. Comenzó a perseguirla desesperadamente, y enseguida descubrió que Galatea amaba a Acis, un joven pastor. Polifemo, sin pensarlo decidió matarle. Un día, encontró a los amantes en la orilla del mar. Galatea aterrorizada se zambulló en el agua, mientras Acis trató de seguirla. Pero el pastor fue alcanzado por Polifemo quien lo arrojó contra una roca causándole la muerte. Desde ese día, Galatea lloraba a los dioses y les rogaba la inmortalidad de su amado. Estos, incapaces de cambiar el Destino de las Moiras, solo pudieron transformarlo en un río que corría cerca del Etna.

Las aventuras de este cruel cíclope no terminan aquí, pues en otro mito se narra como un día el héroe Ulises, mientras regresaba a Ítaca, recaló junto a sus hombres en la isla del Cíclope. Polifemo no tardó en descubrirlos, porque de manera imprudente se adentraron en su cueva para buscar comida. A pesar de que le pidieron hospitalidad arrojó a dos de los compañeros de Ulises contra el suelo aplastándolos y después se alimentó con su carne. El resto de la aterrorizada tripulación no pudo escapar porque una roca, que solo podía mover la fuerza de un cíclope, tapaba la salida.

Al día siguiente, hubo otras dos nuevas víctimas. Entonces, Ulises, decidió que la situación no se podía prolongar por mucho más tiempo si quería salir con vida de allí. Su ingenio le hizo buscar una estaca de madera que endureció al fuego. Al anochecer, Polifemo regresó de pastorear sus rebaños, devoró vivos a otros dos compañeros del héroe. Mientras, Ulises, le iba ofreciendo escudillas de vino para emborracharlo. Al poco tiempo, cayó rendido de sueño y embriaguez y entonces aprovecharon todos para clavarle la estaca endurecida al fuego en su único ojo.

A día siguiente, el herido Polifemo, sin poder ver donde se ocultaban los hombres de su cueva, movió desesperado la roca que tapaba la entrada para que saliesen los animales y los hombres con ellos, y así mediante el tacto poder capturarlos. Pero Ulises y sus hombres ya habían planeado pegarse al vientre de los carneros más grandes. Bajo sus lomos estaban seguros. El final de la leyenda narra como Polifemo, mientras dejaba escapar a su rebaño, a la vez dejaba libre a la Expedición.

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II Relación de dioses menores y su significado. A continuación estudiaremos algunos dioses menores que tienen mucha importancia a la

hora de comprender el origen de ciertas palabras. También veremos la representación de algunos conceptos abstractos que los griegos y romanos personificaron, como la figura de la muerte o la de la justicia:

ANTEROS: hermano gemelo de Eros, era el dios del amor correspondido y según otras

leyendas el vengador del amor despreciado.

ASCLEPIO / ESCULAPIO: era el dios de la medicina. A sus templos consagrados,

acudían los griegos y romanos para hallar el remedio de sus enfermedades.

CIRCE: era una maga cruel, diosa de los hechiceros. Habitaba en un palacio, desde donde encantaba a los paseantes y marineros, a los que robaba y convertía en animales.

EOLO: estaba considerado (como Céfiro) el dios de los vientos. A todos los tenía

encerrados en un antro profundo y podía provocarlos y aplacarlos a su antojo.

EOS / LA AURORA: era hermana de Helios, el dios del Sol, y de Selene, la diosa de la Luna. Precedía el nacimiento del día y con sus rosados dedos abría las puertas de Oriente, esparciendo el rocío en las hojas y haciendo florecer flores y plantas.

FEME / LA FAMA: estaba considerada como la diosa de “la Voz Pública”. Como era lógico pensar, vivía rodeada de las personificaciones de la Credulidad, el Error, la Falsa Alegría, el Terror, la Sedición y los Falsos Rumores

FOBO: era el dios del miedo. Del nombre de este dios, derivan todas las palabras relacionadas con la “fobia”.

HEBE: personificaba la juventud.

HÉCATE / TRIVIA: era la diosa de la noche, de magos, brujos y hechiceros, que le

rendían culto con perros y corderos negros sacrificados. Todo esto, evolucionará en los “aquelarres” de brujas posteriores.

HIBRIS: es la personificación del exceso y la rebeldía, los peores males para los griegos,

que además eran cruelmente castigados por los dioses.

HIMENEO: “el himen” femenino, de nuevo es una derivación etimológica del nombre de este dios, cuya función era presidir los cortejos nupciales. En las bodas era invocado como símbolo de buen augurio.

HIPNO / SOMNUS: era la representación del sueño, con el que dominaba a dioses y mortales. Uno de sus mil hijos, llamado Morfeo, le vigilaba mientras dormía en su palacio. De estos nombres derivan términos como hipnosis, sueño o morfina.

ILÍTIA / UTERINA: presidía los alumbramientos y daba aliento a las parturientas. Con esto, resulta fácil adivinar de dónde procede el término útero.

MOMO: era el dios protector de escritores y poetas. También representaba el sarcasmo,

aleccionando con sus críticas a dioses y hombres.

NÉMESIS / LA VENGANZA: se encargaba de suprimir cualquier desmesura, como el exceso de felicidad o la soberbia en los mortales. Según el helenismo “Todo cuanto sobresalía a su condición, se exponía al castigo de los dioses”.

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NEREO: “El viejo del mar” era el dios bienhechor de los marineros.

NIKE / LA VICTORIA: podemos imaginar en que diosa se inspiró una conocida marca deportiva. Representaba “La Victoria”.

PAN: era el genio de los pastores y rebaños, y acompañaba a Dionisio en su cortejo. Su

cuerpo era mitad hombre y mitad animal. Tenía los cuernos, las patas y las orejas de un macho cabrío, lo que le confería robustez pero también fealdad. Esta, era la razón por la que le rechazaban todas las ninfas y muchachos, a los que perseguía sin descanso.

PLUTO: era el dios de la riqueza. Fue cegado por Zeus, para no distinguir a los hombres a

la hora de distribuirlas.

SILENO: Con su nombre eran conocidos los sátiros que llegaban a la vejez. A él, se atribuye la educación de Dionisio. Cuando creció, pasó a formar parte de su cortejo, donde estaba siempre borracho. A pesar de su embriaguez continua, mostraba en todo momento un gran ingenio, inteligencia y sabiduría. Y por eso, se le invitaba a todos los festines de los dioses. De su nombre deriva la palabra senectud.

TÁNATO: hermano de Hipno, personificaba la muerte y vivía en el Hades. En la

Antigüedad era representado como un esqueleto. Llevaba un manto negro y portaba una espada o una hoz en una mano, y una clepsidra en la otra. A su alrededor aparecía revoloteando una mariposa, símbolo de la vida futura. Es curioso, como desde entonces, la imagen de la muerte ha sido siempre la misma.

TEMIS / LA JUSTICIA: encarnaba la Justicia Divina y era representada empuñando una

espada con una mano mientras con la otra sostenía una balanza. Una venda le tapaba los ojos, queriendo indicar que la justicia no entiende de rango, riquezas o intereses particulares. Además, se la situaba sobre un león para denotar que la justicia siempre se acompaña de la fuerza. Como vemos esta es la imagen de Justicia, también hoy en día.

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III ¿Han muerto los Mitos Clásicos?

Uno de los objetivos más importantes de este curso es demostrar que la mitología continúa muy presente hoy en día. En los siguientes apartados veremos cuál fue el origen de la Interpretación, del Teatro o de los Juegos Olímpicos.

Muchas óperas han elegido como motivo principal el mito de Orfeo, Edipo o Dafne. El cine, por otra parte, ha inspirado sus películas en la leyenda de Hércules, Jasón o la Guerra de Troya. Y qué decir, de los innumerables jardines y fuentes barrocas o renacentistas adornadas con los principales dioses y diosas del Panteón Olímpico, como Neptuno, Venus o Apolo.

También el arte de la pintura ha creado muchos motivos basados en los mitos; como las representaciones de Cupidos o amorcillos, o la personificación de la muerte en un esqueleto con guadaña, lo que resulta a todo el mundo familiar. ¿Quién no ha visto nunca el famoso cuadro de “Las Tres Gracias” de Rubens o la despiadada pintura de “Saturno devorando a sus hijos” de Goya?. Los monarcas y nobles, principales mecenas de las artes, desde siempre se han complacido en la contemplación del desnudo a través de temas mitológicos. Por lo tanto, nunca han faltado en sus encargos a los más prestigiosos artistas de todos los tiempos.

IV El Teatro Clásico.

A) La Tragedia.

Para Aristóteles la mimesis, o el arte de actuar, era algo inherente al hombre, es decir, nacía con la humanidad. Nosotros nos vamos a interesar en conocer el origen de la interpretación, por ser algo que no ha muerto con las primitivas civilizaciones de Grecia y Roma.

Todo comienza en el siglo III a. de C. durante los rituales dionisíacos. En ellos, la exaltación religiosa y la embriaguez, propiciaban delirios místicos. Así, la Tragedia proviene, en un principio, de una evolución de los cantos alegres y tristes que narraban los pasajes de la vida de Dionisio y eran representados por actores.

Tespis, fue el primero que encarnó la figura de Dionisio. En un principio, los griegos le acusaron de impostor, sin embargo, con el tiempo, acabó convirtiéndose en una figura popular y querida. Poco a poco, se fue aceptando la idea de que mediante una actuación se podían aproximar los dioses a los hombres. Los cristianos también lo harían más tarde en los Autos Sacramentales.

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Con las actuaciones los autores buscaban producir el fenómeno de catarsis, es decir, purificar las almas por medio de la descarga emocional provocada por el drama. Al principio eran improvisaciones, pero con el tiempo se fueron transformando en textos líricos en verso. En ellas se daban;

Un coro dividido en dos partes. Cada parte preguntaba, y la otra respondía alternativamente

Un exarco, para responder a los coristas y cantantes. La función del exarco se fue enriqueciendo hasta incluir la representación. Su nombre que en un principio significaba “el que responde”, más tarde cambió al de “el que actúa, imita o finge”.

En un principio, la Tragedia no se dividía en actos como ahora. Si no en partes cantadas y partes dialogadas, y su contenido era principalmente el mito. Además hasta el siglo VI a. de C, solo se representaba la leyenda de Dionisio. Después, las narraciones se ampliaron a otras historias de dioses y héroes. En todas ellas predominaba la idea de "hybris" o ruptura del orden divino por la soberbia y los defectos de los humanos.

Los elementos imprescindibles en la Tragedia, fruto del teatro moderno, eran:

El enredo, la complicación de los hechos.

La sorpresa mantenida hasta el final.

La moraleja final, que servía de ejemplo al cada vez más numeroso público. Se representaron conflictos del hombre contra el hombre, el hombre contra los dioses o el hombre contra las ideas. A estos conflictos los llamaron “agónes”. Y a la secuencia de agones, “agonía”. En definitiva el sustento de lo trágico.

Durante el gobierno de Pisístrato, el Estado, patrocinó por primer vez, una Tragedia de Tespis. A estas les siguieron las de Frínico, y Esquilo “el padre de la Tragedia” como le llamaban los atenienses.

Esquilo escribió obras como “Los Persas”, “Los siete contra Tebas”, o “La Orestíada”, y con él llegó la figura del segundo actor, el decorado de las escenas, la invención de las máquinas para representar el vuelo, y las máscaras más expresivas. Todo, a la vez que interpretaba sus propias obras y dirigía los espectáculos.

Otro genio de la Tragedia, sería Sófocles, adinerado y amigo de Pericles, en cuyo gobierno sin la amenaza de los persas, se desarrollaron como nunca el pensamiento, la filosofía y el arte. Este, hizo que Sófocles llegara a ocupar altos cargos en el gobierno de Atenas.

Sófocles, inventó el tercer actor, por tanto las situaciones se llenan de más incidentes y peripecias. En sus obras, los personajes actúan en una agonía que solo sucumbe cuando el Destino se cumple. Siete son sus obras conservadas, “Antígona”, “Electra”, “Las Traquinias”, “Edipo Rey”, “Ayax”, “Filoctetes” y “Edipo en Colono”.

Contemporáneo de Sófocles, Eurípides, muestra en sus obras a la gran Atenas en su declive. La religiosidad se tambalea y la Tragedia refleja la crisis en la que se haya la ciudad. El escepticismo traduce la realidad como es. Como buen racionalista critica a los dioses, y para desacreditar el Olimpo, inventa el descenso imprevisto y escandaloso de lo que se llamó “deus ex machina”, un dios bajado con una máquina que descendía al final de la trama y muestra sus puntos de vista para poner fin a situaciones imposibles. Sus dioses perdían de este modo el poder que tenían antes, además se mostraban fuera de la escena humana. Por eso no eran muy difíciles de traer con máquinas sencillas. Para Eurípides un dios, no pasaba de ser una metáfora inventada por el hombre.

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B) La Comedia.

El nacimiento de la Comedia, también estaba ligado al culto al dios del vino, Dionisio. De hecho, la palabra Comedia significaba Komos (desfile), por el cortejo que se realizaba en Atenas en las fiestas del dios, y odé (oda, canto). Su aparición se retrasa a un siglo después de la Tragedia y surge durante las ceremonias “falofóricas” en las que los griegos llevaban en procesión un gran falo como símbolo de fecundidad. Mientras cantaban himnos al dios, hacían chanzas y burlas a los espectadores.

Después del sacrificio de un animal, entonaban cantos festivos mientras los espectadores dialogaban con el cortejo en desafíos cargados de ironía. Así, vemos que la principal diferencia entre la Comedia y la Tragedia, es que la primera nació del pueblo y no de intelectuales. Nadie desde entonces escapaba de la representación, ni dioses ni héroes. Pensemos que en el siglo IV a. de C, Alejandro Magno había sometido a Grecia. Es el momento de la decadencia de la civilización, el mejor momento para hacer reír.

El vestuario de los actores variaba según su posición social, los hombres libres usaban túnica larga de dos mangas, los esclavos un traje con tan solo la manga izquierda y las clases marginadas un manto corto. Las mujeres llevaban una túnica de color azafrán sujetada en la cintura por una faja y un manto bordado de púrpura.

La comedia evoluciona en tres fases:

Las primeras comedias son la sátira pura y simple. Las máscaras tenían un aspecto parodiador, caricaturesco o de criatura fantástica

A continuación, en una segunda fase, las comedias ya no atacan como las anteriores, a las Instituciones. Atenas, ha perdido completamente su hegemonía política y está abierta a numerosas influencias extranjeras. Incluso importan divinidades de fuera. Las consecuencias serían que la polis desapareció del alma del pueblo, la religión se trató de manera cada vez más irreverente y los temas mitológicos se convirtieron en simples parodias. Las máscaras tenían un aspecto grotesco.

Finalmente la comedia se transformó en una trama banal de acciones individuales con carácter familiar. Los protagonistas eran ciudadanos medios, sin preocupaciones políticas o inquietudes filosóficas. La riqueza es un tema siempre presente, al igual que un final feliz. Mientras el público reía, la cultura griega sucumbía. Las máscaras solo tenían un aspecto simbólico.

El autor más importante dentro del mundo de la Comedia fue Plauto. Sin temer la vulgaridad, por la que sería criticado, cultivó como tema a la gente sufridora y humilde, y para mantener la atención de la audiencia hacía que sus personajes planificasen sus acciones a escena abierta con lo que conseguía una total participación por parte el espectador.

En Roma, el arte dramático, nunca fue tan importante como en Grecia. Para ellos, nunca fue una manifestación de su espíritu, una necesidad educativa moral o cívica, sino, un simple entretenimiento.

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V Los Juegos Olímpicos

Hoy en día, los Juegos Olímpicos tienen una importancia mundial. Por lo tanto, es interesante descubrir sus orígenes, que de nuevo vuelven a estar en el mundo clásico y dentro del contexto de la mitología.

Los espectáculos que en Grecia se consagraban a un dios, eran conocidos como Juegos. Los Juegos que más destacaron en el mundo clásico fueron:

Los Juegos Olímpicos se celebraban en Olimpia, en el Peloponeso y estaban consagrados a Zeus, ya que allí se encontraba uno de sus templos más importantes. Sucedían en la estación de verano, cada cuatro años a partir del 22 de junio y duraban cinco días. A este período, se le conocía como la Olimpiada. Eran tan importantes que desde el año 776 a. de C. los griegos los utilizaron para medir el tiempo.

Durante el primer día, se realizaban sacrificios en honor a Zeus. En el segundo, los atletas competían en carreras pedestres. Y en los sucesivos días, se desarrollaban luchas, boxeo, o una mezcla de ambas, llamada Pancracio. También eran muy importantes las carreras de caballos. En ellas, solo podían participar los atletas con más riqueza, porque los carros, que eran muy costosos, tenían que ser propiedad del corredor.

Los juegos más populares eran los constituidos por el Pentatlón. En ellos, había una prueba de velocidad, una de salto de longitud, lanzamiento de jabalina, lanzamiento del disco y un ejercicio de lucha, similar al Pancracio.

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Todas las pruebas estaban presididas por jueces imparciales, y los vencedores obtenían como premio una corona de olivo. Sin duda, la mayor satisfacción para una atleta, era el prestigio social que se alcanzaba tras proclamarse vencedor (algo muy parecido a lo que sucede hoy en día)

Los triunfadores volvían a su patria en un carro tirado por cuatro caballos blancos mientras los poetas inmortalizaban sus hazañas para la posteridad. Además vivían hasta su muerte de las arcas del Estado.

Estos juegos continuaron hasta el año 394 d. de C. En esta fecha el emperador Teodosio los suspendió por su carácter pagano.

VI Equivalencia de nombres:

El objetivo de este curso no es, en ningún momento, conocer “al dedillo” la cantidad de nombres que aparecen a lo largo de estas tres unidades. Mucho menos el saber de memoria la correspondencia del nombre del griego al latín. La siguiente lista es a título informativo:

GRIEGOS LATINOS

Afrodita Venus

Ananké Necesidad

Apate Engaño

Ares Marte

Artemisa Diana

Asclepio Esculapio

Ate Error

Atenea Minerva

Bía Violencia

Cárites Gracias

Cloris Flora

Coros Saciedad

Cratos Poder

Crono Saturno

Deimos Terror

Deméter Ceres

Dike Justicia

Dionisio Baco

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Enio Belona

Eós Aurora

Eósforo Lucifer

Erebo Tinieblas Infernales

Erinias Furias

Eris Discordia

Eros Amor

Euménides Furias

Eunomía Disciplina, Orden

Fanés Luz

Filotis Ternura

Fobos Miedo

Ftono Envidia

Gea Tierra

Gueras Vejez

Hades Plutón, Infiernos

Hefesto Vulcano

Helios Sol

Hemera Día

Heos Aurora

Hera Juno

Heracles Hércules

Hestia Vesta

Hipnos Sueño

Homónoia Concordia

Hybris Desmedida

Irene Paz

Lete Olvido

Leto Latona

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Limos Hambre

Manía Locura

Ménades Bacantes

Metis Prudencia

Mnemosine Memoria

Moira Destino

Moiras Parcas

Momo Sarcasmo

Némesis Venganza

Niké Victoria

Nix Noche

Peito Persuasión

Penía Pobreza

Pento Tristeza

Perséfone Proserpina

Plutos Riqueza

Poiné Castigo

Ponto Mar

Poros Recurso

Poseidón Neptuno

Potos Deseo Amoroso

Psiquis Alma

Rea Cibeles

Selene Luna

Tánatos Muerte

Temis Justicia

Tique Fortuna

Urano Cielo

Zeus Júpiter