Mitos Sobre La Muerte.

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA.TTULO DEL TRABAJO:Mitos sobre la muerte.MODULO: Gerontologa social.

ALUMNOS:

Emigdio Corts Pvel.

Pino Mena Irving Daniel.

Ortiz Sols Csar Luis.

Hernndez Vzquez Hctor Ivn.

PROFESORA:

Lic. Vzquez Tllez Virginia A.GRUPO: 3455 FECHA: 5-Diciembre-2014

INTRODUCCIN.

Desde los albores de la humanidad, el hombre ha intentado explicar el mundo que lo rodea, darle un sentido que le reconforte y, en ese intento de encontrar respuestas ante un universo ignoto, el ser humano ha dado gnesis a las ms diversas interpretaciones, muchas apoyndose en meros elementos de la ciencia y raciocinio, y otras valindose ms de nuestros sentidos, del empirismo, de nuestras pasiones y de una inexorable necesidad de creer en algo.

Este trabajo no se focalizar en desmentir una u otra corriente interpretativa, sino de uno de los temas ms frecuentes que el hombre ha afrontado desde antao: La muerte y sus mitos.

Al ser un terreno del que ninguna persona ha regresado, la muerte es un tema de difcil abordaje: Existe algo posterior a ella? Es una figura antropomorfa o amorfa? stas y muchas otras cuestiones han nacido de nuestro desconocimiento del proceso de morir. De ese vaco del conocimiento nacen los mitos, cuya definicin refiere a un relato que intenta dar una explicacin no racional a la realidad.

Los mitos no provienen de una fuente nica, muchos son alimentados de sentido religioso, tradiciones familiares o culturas. En un pas tremendamente fervoroso, en el que la familia es parte esencial de nuestra formacin ideolgica aunado a que vivimos en uno de los pases ms multiculturales que existen, los mitos son muchos.

El presente trabajo (como ya lo mencionamos anteriormente) no se propone criticar uno u otro argumento, es un brevsimo repaso de los relatos que envuelven a la muerte desde un sentido tanatolgico.

SEMBLANZAS HISTRICAS.La muerte es un asunto que el hombre ha cavilado desde hace mucho, en su condicin de ser finito ha intentado ser perenne de otras formas: Construyendo culturas e ideologas. Basta con dar un vistazo al papel que juega la muerte en nuestras culturas prehispnicas, enfatizando la civilizacin azteca, por ser una de las ms estudiadas.

Los aztecas consideraban a la muerte como parte de la vida, de esta dualidad surge un ciclo de eterna renovacin necesario para el mundo. Tanta era su fascinacin y respeto ante la muerte que era para ellos una divinidad, cuyo nombre es Mictlantecuhtli, rey del inframundo o Mictln, lugar de remanso eterno para el alma de los hombres. ste no era el nico destino de las nimas, ya que dependiendo de la manera de morir, el paraje cambiaba; tenemos el ejemplo de que las muertes relacionadas con el agua estaban destinadas al Tlalocan, que era el cielo de Tlloc, se crea que para llegar a este sitio se deba atravesar un peligroso camino lleno de culebras y donde imperaba un viento fro de navajas. A Tonatiuhichan o la casa del sol llegaban quienes moran en la guerra y las madres que haban perdido la vida en labor de parto, mientras que los muertos comunes, aquellos que no moran en sacrificios o guerras, llegaban al Mictln: El noveno piso del inframundo. Como puede verse, en el Mxico prehispnico la muerte era abrazada con respeto y sin temor.

El anterior relato tiene ciertas similitudes con la obra de Dante Alighieri, la divina comedia, en el que repasa las vicisitudes que el espritu debe soportar ante el hecho de morir. Nos referimos a dicha obra por ser uno de los ejemplos ms conocidos, pero cada cultura tiene sus teoras y escritos sobre la muerte: Ora Popol Vuh de los Mayas, ora libro de los muertos de los egipcios, ora libro tibetano de los muertos del Budismo, ora la Biblia catlica y una variet por dems diversa.

Quiz el mito ms comn es la creencia de un paraso y de un infierno, el justo premio para las personas que obraron bien en vida y el castigo para quienes no lo hicieron, conviccin que se conserva hasta nuestros das.

LA MUERTE EN LA TANATOLOGA.

Dejando atrs las semblanzas histricas nos centraremos ahora a los mitos relacionados con la muerte, pero en un sentido ms tanatolgico. Aunque algunas quimeras parecen inofensivas, los expertos en el campo afirman que son una rmora para el proceso de aceptacin de la muerte.

El duelo tiene como finalidad que la persona se recupere de la manera ms saludable en el tiempo ms corto posible, pero al ser todos diferentes, el duelo que cada uno experimenta es nico, vara en forma e intensidad, ya que tiene que ver la edad, el sexo, el vnculo afectivo, la fortaleza emocional y espiritual y la cultura de la que somos parte.

ste proceso nos lleva a nuestro primer mito: El dolor y el duelo son lo mismo. Existe una gran diferencia entre estos dos trminos, el dolor corresponde a pensamientos internos y al sentimiento infausto que deviene con la muerte de un ser querido, mientras que el duelo se refiere a aceptar las experiencias ntimas de dolor y poder expresarlas, bajo la mxima de: Interiorizar para exteriorizar. Mucha personas sufren, pero no realizan un duelo, en lugar de ser alentados a expresar su dolor, muchas veces reciben sentencias tales como: "Intenta seguir con tu vida normal", "Trata de mantenerte ocupado", "Yo te entiendo", entre otras frases que no logran reconfortar. Si bien, el duelo es un proceso individual, eso no quiere decir que se tenga que realizar en completo aislamiento, es menester que la persona se sienta acompaada por sus seres queridos.

Otro mito es el que afirma que hay una progresin ordenada en la experiencia del dolor. El concepto de "perodo" fue popularizado en 1969 con la publicacin de Elizabeth Kubler-Ross, Sobre la muerte y los muertos. Kubler-Ross nunca pretendi que la gente interpretara literalmente sus 5 perodos de agona. Sin embargo mucha gente hizo justamente eso, no solamente con el proceso de la agona, sino tambin con el proceso de prdida, dolor y duelo.

Una consecuencia de esto es que la gente que rodea a la persona que est de duelo cree que l o ella deberan estar en el estado 2 o en el estado 4, por ahora. Pero nada puede estar ms lejos de la verdad que esto.

Cada persona realiza su duelo de una forma nica. No pueden categorizadas sus diferentes dimensiones. Solamente nos encontramos en problemas cuando tratamos de ordenar como deberan ser las experiencias de duelo y dolor de los dems, o cuando tratamos de acomodar nuestro propio dolor dentro de pequeos compartimientos.

Muchas de las personas que sufren no se dan permiso a si mismos, o no reciben permiso de los dems para realizar su duelo. Vivimos en una sociedad que a menudo anima a la gente a que se aleje del dolor y no a que se haga cargo de l. Mucha gente ve al dolor como algo que se debe superar y no como algo que se debe experimentar. El resultado es que muchos de nosotros o pasamos el duelo en soledad o tratamos de alejarnos de nuestro dolor.

Aquella gente que contina expresando su dolor en una forma abierta haciendo su duelo a menudo es considerada como dbil. El mensaje ms comn es tienes que salir y seguir adelante con tu vida. Resistirse a las lgrimas, sufrir en silencio, y ser fuerte son tenidos en cuenta como comportamientos admirables. Mucha gente que sufre ha internalizado el mensaje de la sociedad que dice que el duelo debera hacerse de una manera silenciosa, rpida y eficiente.

Desafortunadamente mucha gente asocia las lgrimas producto del dolor con un comportamiento inadecuado y con debilidad. Las lgrimas por parte de la persona que est de duelo, a menudo generan sentimientos de impotencia en los amigos, parientes y dems personas que la rodean.

Ms que por un deseo de proteger a la persona doliente, los amigos y la familia pueden tratar de detener las lgrimas. Comentarios tales como Las lgrimas no lo van a traer de vuelta y A l no le gustara que llores se oponen a la expresin de las lgrimas.

Llorar es una forma natural de descargar la tensin interna del cuerpo, y le permite a la persona que est de duelo comunicar su necesidad de ser reconfortado. El llanto hace que la gente se sienta mejor, emocional y fsicamente.

Las lgrimas no son una seal de debilidad. En realidad, son una indicacin de la buena voluntad de la persona doliente para hacer el trabajo del duelo.

Es comn escuchar preguntas como: Todava te encuentras en esa situacin? El pensar que podemos olvidarnos del dolor es inconcebible, nunca podremos olvidarnos de nuestros dolores, pero s podemos reconciliarnos con ellos.

Para la persona doliente asumir que la vida va a ser igual que antes de la muerte es irreal y potencialmente perjudicial. Aquellas personas que piensan que el objetivo es reducir el dolor, lo pueden convertir en algo destructivo para el proceso de curacin.

Las personas que estn de duelo aprenden a reconciliarse con el dolor. Aprende a integrarse a una nueva realidad las lleva hacia delante, continuando con su vida, pero sin la presencia fsica de la persona fallecida. Con la reconciliacin llega un renovado flujo de energa y confianza, habilidad para reconocer completamente la realidad de la muerte, y la capacidad de volver a reincorporarse a las actividades normales de las personas vivas. Tambin llegamos a darnos cuenta que el dolor y el sufrimiento son una parte difcil aunque necesarios de la vida y de los seres vivientes.

A medida que la experiencia de la reconciliacin se va descubriendo, tambin nos damos cuenta de que la vida va a ser diferente sin la presencia de la persona fallecida. Al comienzo nos damos cuenta de esto con nuestra cabeza, y ms tarde empezamos a reconocerlo con nuestro corazn. Tambin nos damos cuenta que la reconciliacin es un proceso, no un resultado.

La sensacin de prdida no desaparece completamente, pero si se suaviza, y la angustia intensa causada por el dolor se hace menos frecuente. Entonces emerge la esperanza de una vida continua, mientras somos capaces de hacer un compromiso con el futuro, dndonos cuenta de que la persona fallecida nunca ser olvidada, y sabiendo que nuestra propia vida puede y debe, seguir hacia adelante.

CONCLUSIONES.

REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS.

Rojas P., S. (2005). El manejo del duelo. Mxico: Norma.

Levinstein, R. (2005). Cuando alguien se va. Mxico: Panorama.