Mogador

download Mogador

of 12

Transcript of Mogador

  • 7/25/2019 Mogador

    1/12

    Revista Bitcora Urbano Territorial

    ISSN: 0124-7913

    [email protected]

    Universidad Nacional de Colombia

    Colombia

    Londoo Palacio, Olga Luca

    Mogador, ciudad y cuerpo. Anlisis estructural de Los jardines secretos de Mogador

    Revista Bitcora Urbano Territorial, vol. 20, nm. 1, 2012, pp. 107-117

    Universidad Nacional de Colombia

    Bogot, Colombia

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74824041011

    Cmo citar el artculo

    Nmero completo

    Ms informacin del artculo

    Pgina de la revista en redalyc.org

    Sistema de Informacin Cientf

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portug

    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abie

    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74824041011http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=74824041011http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=748&numero=24041http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74824041011http://www.redalyc.org/revista.oa?id=748http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=748http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74824041011http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=748&numero=24041http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=74824041011http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74824041011http://www.redalyc.org/revista.oa?id=748
  • 7/25/2019 Mogador

    2/12

    DOSSIERCENTRAL

    (1) 2012: 107 - 117

    Universidad Nacional de Colombia, Bogot2020

    Mogador, ciudad y cuerpoANLISISESTRUCTURALDELOSJARDINESSECRETOSDEMOGADO

    M, Structural analysis of Los jardines secretos de Moga

    Olga Luca Londoo PalaLicenciada en Filosofa y Humanismo; Magster en Hb

    PhD con nfasis en Antropologa. International Corporaof Networks of Knowledge Iconk. Colombi

    [email protected]

    * Este artculo realiza un anlisis de la obra de Alberto Ruy Snchez (Mxico, 1951), Los jardines secretos de Mogadora partir del mtodo de anlisis de l a estructura narrativ

    una obra literaria, propuesto por Grard Genette. En el 200 1, la novela recibi el premio Clamo-Otra mirada como el mejor libro del ao.

    D

    Recibido: 20 de septiembre de 2011Aprobado 8 de junio de 2012

  • 7/25/2019 Mogador

    3/12

    enero - junio de 2012

    Olga Luca Londoo Palacio

    20108

    Olga Luca Londoo Palacio

    20108 enero - junio de 2012

    Introduccin

    Como objetivo central, en el presente artculo, a manera de

    ejercicio metodolgico, se hace un anlisis de la obra Los jardines

    secretos de Mogador, de Alberto Ruy Snchez, con base en lacrtica estructuralista, la cual se centra en el cdigo o lengua

    literaria, siguiendo el modelo de anlisis propuesto por Grard

    Genette (1972) desde tres ncleos: modalizacin, temporalizacin

    y espacializacin. Es importante tener en cuenta que para el crtico

    toda obra literaria se completa cuando el lector se encuentra con

    ella con el fin de recrearla desde la intuicin, las impresiones y

    emociones.

    Para el estructuralismo, entendido aqu como enfoque metodolgico, una narracinest organizada de manera secuencial y cada elemento de la secuencia est unido a una fun-cin especfica, constituyndose en una unidad de contenido; la totalidad de estas unidades sefundan en un modelo mediador que representa, adems, un constructo conceptual, caracters-ticas que comparte con la novela de Ruy Snchez. De esta forma, se entiende que una estruc-tura no es una realidad emprica observable sino un modelo explicativo terico representadogrficamente que hace las veces de supuesto para el desarrollo aplicativo. Esto significa queconceptualmente existe una relacin entre el mtodo y el objeto del anlisis, al establecer unaconcordancia entre modelo y referente, lo que aporta un enfoque disciplinar distinto al acos-tumbrado para leer la ciudad.

    Dice Prez-Salinas (1998) que Ruy Snchez entiende la literatura como el producto deltrabajo de un artesano, debido a que es una construccin minuciosa que se va fabricando equi-librada, armoniosa y vitalmente para que sea el mismo libro el que le hable al lector. Esto explicaque el autor presente a Mogador como el lugar ideal para contar historias mgicas y fantasiosas,debido a la gran diversidad de sueos y smbolos reflejados en los objetos, construcciones yrostros de la ciudad, y que en la novela sea visto como un espacio que representa el asombroproducido por cualquier asercin esttica, como un sitio que, de manera lenta, ensea su gran-deza vital a travs de los detalles que contribuyen a mostrar el dinamismo urbano.

    Mtodo: el modelo estructuralista de Genette

    El estructuralismo, metodologa que no tiene una raz literaria aunque s un desarrollo en

    esta rea, parte de la idea de que todos los pensamientos conscientes son producidos dentro deun modelo preestablecido y su manifestacin est condicionada por las posibilidades dadas pordicho modelo (plasmado aqu de manera grfica en la figura 1). Esto es, existe una estructurabsica que es reiterativa en los distintos niveles que deben ser propuestos y definidos a manerade modelo segn este mtodo de anlisis y que son los mismos que se presentan cuando seestudia un objeto determinado.

    Olga LucaLondoo Palacio

    Miembro grupos investigacinTECNICE y HBITAT y VIVIENDA. Partici-pa en diversos proyectos de investiga-cin en las lneas de hbitat y gestinde conocimiento. Docente posgrado y

    pregrado en investigacin, reas de pe-dagoga, estudios culturales y literatura.Coordinadora de Red de investigacinInteligencia Sintiente e identidad cultu-ral en la Universidad Nacional Abierta ya Distancia UNAD.

  • 7/25/2019 Mogador

    4/12

  • 7/25/2019 Mogador

    5/12

  • 7/25/2019 Mogador

    6/12

    Mogador, ciudad y cuerpo. Anlisis estructural de Los jardines secretos de Mogador

    DOSSIERCENTRALDOSSIERCENTRAL

    Temporalizacin

    Explica Tudoras (2007: 328) que en la novela de RuySnchezMogador adquiere el valor de una dimensin espa-cial que se sustrae al factor tiempo, un espacio que reactivaconstantemente, mediante elementos puramente sensoriales,la necesidad de recorrerlo en busca de nuevos indicios de laaproximacin a lo deseado. An as, desde el modelo de Genet-te, el manejo del tiempo juega un papel importante pues es elelemento que explica las relaciones que existen entre historia ydiscurso, entre realidad y deseo.

    Tiempo y orden de la historiaComo se expres antes, la historia es necesariamente li-

    neal. El narrador recrea la vieja ciudad pesquera de Mogador, hoydenominada Essaouira y le aade, a manera de paralelismo, unadimensin sensual a travs de la historia de Jassiba, la protagonis-ta femenina. Comienza contando cmo su personaje conoci y seenamor de Jassiba, al igual que ella de l. Despus de muchasnoches de amor, Jassiba queda embarazada y siente germinardentro de ella sensaciones que la conducen a solicitar a su amado

    que cree nuevas formas de contacto corporal. Ella decide exigirleque cada noche que l quiera acercarse a ella, deber narrarleun jardn existente en la ciudad, aunque all solo se conozca unjardn, herencia que Jassiba recibi de su padre. El amante iniciala bsqueda de nuevos jardines que objetivamente no encuen-tra, hasta que descubre que los jardines no necesariamente sonvegetales, sino que pueden ser imgenes que adquieren formade lugares-cuerpo. Es entonces cuando la ciudad se exhibe antel para ayudarle a descubrir los secretos urbanos, representadosen colores, aromas, miradas, gestos, rostros, caligrafas y objetos,elementos que reunidos conforman mbitos que despiertan susms ntimas sensaciones y hacen posible la narracin de sus re-latos. Es entonces cuando el narrador afirma la ciudad entera to-maba un nuevo sentido para m (p. 31).

    Tiempo del discursoEn el desarrollo del discurso se presentan las cinco tc-

    nicas o movimientos narrativos bsicos enunciados por Genette:

    Elipsis:en el primer apartado de la segunda espiral, el narra-dor dice: todos somos hijos del deseo y habitantes del aire,del agua, del fuego, del jardn (p. 83). En la obra de RuySnchez estn novelados los cuatro elementos de la natu-raleza, expuestos por el filsofo presocrtico Empdoclesen la Teora de la Cuatro Races, en la que un elemento llevaal otro y se necesita la existencia del uno para que el otrocobre vida; estas races se mezclan en forma de entes sobrela Tierra y estn sometidas a las fuerzas que explican el mo-

    vimiento del mundo en el amor que las une y el odio que lasdistancia (Abbgnano, 1973).

    En la obra literaria esta tcnica se aplica al concepto de ciudadcomo adicin de lugares, cuando el narrador va descubrien-do cada uno de los jardines urbanos, as un jardn conduce aotro y la existencia de ste lo transporta a otro, que a su vezlo traslada a otro y as sucesivamente hasta concluir deducti-vamente que Mogador es ciudad-jardn-deseo, solo tangible

    e imaginable para aquel que est dispuesto a amarla, veescucharla, olerla, palparla y degustarla; hasta descubrirel andar las dimensiones de cada espacio que la composuperponiendo y entremezclando las dimensiones fsisensoriales y emocionales.

    Sumario:en relacin con la ciudad, no es el narrador quien encia una sntesis argumental del relato. Es Jassiba, quien a vs de un dilogo sostenido con el protagonista, la desccuando afirma: Dicen que Mogador no es ciudad de jardinPero si todo el mundo est de acuerdo en llamarla la ciuddel deseo, tiene que ser tambin la ciudad de los jardinesde los ms secretos y privilegiados. Descbrelos para m. es ahora mi mayor deseo (p. 75). Es la protagonista femna la que define la ciudad y la presenta como un ente cade conducir al narrador a materializar el deseo, por el hede contar con lugares que, al igual que un cuerpo, le ofreproteccin y abrigo, visibilidad u ocultamiento y, cuya puta de entrada son los jardines que actan como smbolosmundo tctil y sensorial.

    Escena: aunque en la obra no hay muchos dilogos y los aparecen pertenecen a relatos interpolados o estn referciados a manera de analepsis, esta tcnica se puede apreen la forma como el narrador constantemente superponetrminos centrales, mujer-ciudad/jardn-cuerpos. Al comzo de la novela hay correspondencia entre el tiempo dehistoria y el del discurso; as, cuando el protagonista coce a Jassiba, nota que el cuerpo femenino est cubiertotatuajes dibujados con jena que tienen formas geomtriy es entonces cuando expresa su pensamiento al decir qson el mapa perfecto de la ciudad ideal [] las callejuelasla ciudad de su cuerpo (pp. 33 y 34), donde la ciudad eslugar para ser habitado, lo que no excluye que paralelamepueda ser tambin imaginado (Garca Canclini, 1997).

    Pausa descriptiva: son muchos los ejemplos que contienobra en los que el narrador cambia el tipo de discurso pinterpolar otras narraciones dentro de la narracin centrasepararse del hilo conductor de la narracin. Para tomar sun referente de la segunda espiral, es representativo el aptado denominado El jardn de argumentos, donde el nador se encuentra con un sabio que le habla sobre un cntlugar de la ciudad en el que se haba propuesto construirespacio comunitario para los mogadoreos y se convocpersonas de diferentes profesiones y pasiones (p. 114arquelogos, historiadores, bilogos, pintores, conversanistas, ecologistas, religiosos, regionalistas, antroplogetnlogos y arquitectos, pero al no lograr expresar en

    propuestas el sentido mismo de la vida (p. 114) ningn pyecto result favorecido. En otras palabras, los profesionano reconocen que la ciudad encierra un mundo fenomenogico, es decir, aprehensible a travs de los sentidos. En pabras de Morin (1994: 232) un espacio que podemos concporque est a la vez afuera y en el interior de nuestro proespritu. Los dirigentes de la ciudad recurrieron, entonceconsultar la opinin de diversas comisiones internacionade todos los continentes del planeta, pero, igualmente,

  • 7/25/2019 Mogador

    7/12

    enero - junio de 2012

    Olga Luca Londoo Palacio

    20112

    Olga Luca Londoo Palacio

    20112 enero - junio de 2012

    stas solo sugirieron exticas flores de la razn que sus jardi-neros llamaron argumentos (p. 117).

    Ralenti:esta tcnica se aprecia en el estilo lingstico utilizadopor el narrador para describir la ciudad, los personajes y elpaisaje, as como en los jardines que representan sus sueos.Aqu, el tiempo del discurso es mayor al de la historia. Dichasdescripciones son una forma de seducir al lector e involucrar-lo en las historias narradas a travs del montaje de escenogra-fas en las que los personajes transforman los espacios parasaberse habitantes de parasos creados por ellos mismos.

    En este punto vale la pena recordar a Carlos Fuentes quienasegura que cuando un novelista hispanoamericano intenta unnuevo lenguaje es porque quiere decir todo lo que la historia hacallado (1972: 30). En efecto, el narrador conoce el papel funda-mental que en la seduccin juegan las palabras transformadasen mbitos para dar cabida a las sinestesias4con su mezcla desensaciones, luces y sombras; igualmente, sabe que las palabrasconvertidas en metforas pueden ser herramientas que seducen;quiz por ello el narrador-contador de historias se transforma en

    la voz de la ciudad que desea atraer no solo a Jassiba sino tam-bin a sus oyentes y lectores citadinos, excluyendo de su discursolos lmites entre lo subjetivo y lo objetivo que generalmente im-ponen aquellos que se encargan de pensar la planificacin de lospueblos y ciudades.

    Orden del discursoA lo largo del discurso se presentan los dos tipos de ana-

    cronas que sugiere estudiar Genette:

    Analepsis:la evocacin de hechos pasados es la que explica larazn de que Jassiba sea como es, al rememorar la historiade su abuela y de su padre, de quienes hered el inters porlos jardines. Este es, precisamente, el motivo de la cartula

    del libro (figura 2). Cuenta el narrador que Jassiba le mues-tra una fotografa de una mujer desnuda muy parecida a ellacon slo una parte de la cabeza cubierta por una tela muyblanca con flores bordadas (p. 34). l, confundido, le pregun-ta cundo le han tomado la fotografa, a lo que ella respondeque quien aparece en la imagen, no soy yo, es mi abuela. Sellamaba como yo, Jassiba [] Lo que s sembr en mi fue lapasin por los jardines (p. 35).

    Le propone entonces ser su sueo reflejado en forma de ml-tiples jardines, y le ofrece la opcin de reconocer a Mogadordesde una mirada sensorial, entonces lo invita a que busquedetrs de cada detalle de la ciudad, de cada nuevo jardn,elementos sensibles, sensoriales y vivenciales: ser como un

    Ryad5slo nuestro, muy escondido dentro de un tiempo que

    4 Sinestesiaes la figura retrica que enlaza sensaciones percibidas por rganos

    sensoriales diferentes (Mayoral, 1994).

    5 El Ryad,segn el narrador, es una palabra mgica que se vive de diversas mane-

    ras. Significa jardn interno, un reducto de la naturaleza dentro de una casa. Por

    extensin se llama Ryad a la casa misma si incluye un patio con plantas. Tambin

    se dice de cualquier morada urbana que sea un remanso inesperado en la agita-

    cin de las calles [] como un oasis en el desierto (p. 28).

    no vivimos (p. 37). En este ejemplo se observa la forma en

    que el narrador convierte la analepsis en prolepsis.

    Prolepsis:como se apreci en el apartado anterior, la idea cen-tral del discurso es el motivo de las acciones futuras que em-prende el protagonista; esto es, la accin de la peticin queJassiba hace al narrador cuando lo insta para que le describacada noche durante muchas noches, uno a uno de los jardi-nes existentes en Mogador porque quiero que salgas de aquy regreses con el tacto enriquecido (p. 74). As, invita al per-sonaje y al lector a que recorran la ciudad y a que encuentrenlos ms minsculos detalles en ella construidos; como bienlo afirma Tudoras (2006: 388), a descubrir la profundizacinen el intuir, rastrear, percibir, detectar, seguir, descifrar y anali-zar el trayecto de los sentidos, latentemente perceptibles en

    cada jardn de Mogador.

    Espacializacin

    El espacio del texto como signoLa antigua ciudad portuaria de Mogador, hoy conocida

    como Essaouira es una ciudad fortificada de mediados del sigloXVII; est ubicada en la costa occidental atlntica de Marruecosy es considerada como un importante puerto internacional.Cuenta con ms de 70.000 habitantes y es un ejemplo de cen-

    Figura 2: Portada del libro Los Jardines Secretos de Mogador.

    Fuente: Ruy Snchez, A. (2009). Portada.

  • 7/25/2019 Mogador

    8/12

    Mogador, ciudad y cuerpo. Anlisis estructural de Los jardines secretos de Mogador

    DOSSIERCENTRALDOSSIERCENTRAL

    tro multicultural al cohabitar en ella diversos grupos tnicos eigualmente multiconfesionales. Su centro histrico fue cataloga-do por la Unesco (2001) como patrimonio mundial de la huma-nidad. La economa urbana se concentra fundamentalmente enlas industrias pesquera, maderera, textil y alimentaria; adems,en Essaouira tiene gran importancia el comercio de artesanas,joyera y marquetera. Quienes la visitan la recuerdan por sus ca-lles bulliciosas, sus pequeas plazas, monumentos, mezquitas,sinagogas e iglesias, y por estar siempre azotada por los vientosalisios (Schoroeter, 2009).

    La Mogador de Ruy Snchez es la ciudad del deseo y lamateria sobre la cual construy la ciudad imaginaria que espacia-liza la mayora de sus novelas. Afirma Aouad (1998), que aunqueMogador es una ciudad tan real como su gemela Essaouira, enel escritor mexicano se torna en un espacio ficticio y simblicoque conduce a Ruy Snchez a sus races rabes y a los personajesnovelescos a que habiten sus deseos y sus sueos. En el ensayoMogador: el puerto de los secretos(s.f.), Ruy Snchez la describecomo una mano extendida al viento, rodeada de murallas; es laciudad del afuera y del adentro en la que se entretejen historias

    de mar, de llantos, de celebraciones y plegarias, de triunfos y de-cepciones, de subastas y comercios, de ruidos y silencios que seacompasan con el graznido de las gaviotas.

    En otro ensayo del autor, Los nueve regalos que me dioMarruecos (Snchez, 2006: s.p.) explica por qu se siente tan prxi-mo al mundo rabe: Primero tuve el impacto de descubrir un lugarque a pesar de la distancia geogrfica de Mxico me provocaba unapotente sensacin de reconocimiento, mucho ms grande que laque cualquier mexicano tiene al llegar a Espaa. Una extraa com-binacin de lenguaje corporal, arquitectura, geografa y objetosartesanales me hacan sentir que me adentraba en Otro Mxico.

    En la obra estudiada, Mogador no es solo ciudad, es tam-

    bin palabra, signo, seal, referente de sentido y para los senti-dos. Esto hace que el narrador la describa como un espacio queacoge a otro y, dentro de ste, a otro ms que le abre lugares amuchos ms. Es un escenario-lenguaje que la narracin relativizaal ir mostrando que cada vocablo, as como cada lugar descrito,cumple una funcin dentro de los escasos milmetros que ocupadentro de una frase sin perder la inmensidad de su significadoni su identidad semntica. As la presenta por primera vez el na-rrador: Era en Mogador la hora en que todas las voces del mar,del puerto, de las calles, de las plazas, de los baos pblicos, delos lechos, de los cementerios y del viento se anudan, y cuentanhistorias (p. 15).

    La ciudad literaria tiene forma de mujer, es un cuerpo

    femenino hecho de agua, de aire, de viento, de piedras, de es-pecias, de nubes, de voces, de sombras, de fuego. Es una ciudad-cuerpo, un jardn-mujer que hace posible ver a travs de los ojosde quien ama, de escuchar por sus odos, de hablar con sus pa-labras. Mogador es, en todas sus ilustraciones poticas, una ciu-dad, una mujer, un cuerpo, la suma de los sentidos y al mismotiempo, el espacio del viaje del deseo, un viaje mediante el cual,Mogador se convierte en la metfora ms significativa del amor,la sensualidad y el deseo [] Mogador es la ciudad de la bsque-da del eros (Tudoras, 2006: 388 y 390).

    Espacio de la estructuLa historia narrada en la novela es secuencial. Desde el

    mienzo, el narrador anuncia que fue creada sobre una estructformal circular infinita y organizada como un relato cimentpor cuatro espirales ascendentes que permiten al lector segla historia de una manera encadenada y continua. Cada espest compuesta por nueve apartados, siendo este ltimo nmuna constante dentro de la narracin: Esta es mi historia y nuveces nueve comienza (p. 18). En el ensayo 9x9 cosas quecen en Mogador (s.f.: s.p.) Ruy Snchez explica el significadonmero 9 para los mogadoreos: en Mogador nadie cuentadiez en diez sino de nueve en nueve. Y aunque conocen el cno lo ejercen con prisa, lo dejan pasar por delante en silenLes gusta el crculo incompleto, el que comienza de nuevo cia adentro antes de cerrarse: la espiral, que es el dibujo origdel arbigo nueve. Analizando la obra de Ruy Snchez, expBuchanan (2002) que el nmero nueve es, adems, la base cuadrado vdico, una retcula que utilizaban los fabricantesazulejos en Arabia para disear sobre ellos formas geomtrial que consideraban como la base de todo el sistema matemy conceban como el modelo numrico del Universo.

    Primera espiral:La bsqueda sonmbula de una voz, est copuesta por nueve relatos en los que el narrador identificapersonajes, la razn de ser de la novela y la utiliza para etizar en ver los espacios como signos. El lector se enteraque en Mogador solo existe un jardn, pero cae en la cuede que pueden existir muchos ms si se tiene la capacidadestablecer una analoga entre un jardn y el cuerpo humasi reconoce que cada expresin, cada forma y cada sospechacen posible imaginar y, hasta sentir, que construir un lulleno de flores y plantas, sirve de impronta a la ciudad coque suean los personajes del relato.

    Es en este momento cuando describe la ciudad de Moga

    como un lugar donde siempre hay plazas dentro de las zas, calles dentro de otras y tiendas dentro de tiendas hallegar a las cajas de maderas incrustadas (taraceadas) msqueas, que en sus compartimentos interiores de marquera pueden albergar, en miniatura, la esencia de un mercadhasta de un bosque: sus olores (p. 25). Paulatinamente, el rrador lleva al lector a descubrir la ciudad desde sus detams nfimos porque ah cada cosa, cada gesto, cada sones puerta y detonador de otros mbitos (p. 25). Es as coexpresa que una ciudad literaria da la posibilidad de mafestar el asombro ante los espacios que comnmente padesapercibidos, confirmndolo ms adelante cuando dque el interior de un objeto pequeo siempre es ms gray emocionante que uno inmenso (p. 134). Lo importante

    saber hallar esos sitios, que aunque muchas veces tengaapariencia de ser diminutos e imperceptibles, siempre cservan una fuerte y significativa carga semiolgica.

    Segunda espiral:Jardines a flor de piel, es la utopa del deconvertida en las palabras que conforman las historias codas. El narrador cita Las nuevas noches de Shajrazad, segda parte de Las mil y una noches, donde alude a la necesidque siente Shajrazad de no ser amada, sabiendo que su vdepende del contar una historia nueva cada noche. Esta

  • 7/25/2019 Mogador

    9/12

    enero - junio de 2012

    Olga Luca Londoo Palacio

    20114

    Olga Luca Londoo Palacio

    20114 enero - junio de 2012

    tambin la solicitud que Jassiba hace a su amante, pero conla intencin contraria, la de encontrar el amor cada noche,como producto del nacimiento de la posibilidad de un nuevorelato-jardn para narrar.

    En esta espiral, el narrador interpola nueve historias, todasellas de carcter sensorial, que corresponden a nueve jar-dines hallados en Mogador y le sirven como motivo paramanifestar que los sentidos se despiertan con cada elemen-to que va encontrando a su paso; es como un aprendizajesensorial de los lugares de la ciudad, que facilita la entrada alugares desconocidos, a partir de amplias descripciones enlas que se destaca el valor que adquieren la sinestesia y lametfora, imgenes literarias que describen las sensacionessensoriales tctiles, auditivas, olfativas visuales y gustati-vas que identifican las ciudades, sean reales o imaginadas.A continuacin se citan y presentan solo algunos ejemplosde este universo sensorial entre los muchos que podran serrescatados dentro de la narracin:

    El tacto, est presente en la mujer que tiene la palma de la

    mano tatuada con un diseo que representa un jardn y cuyosignificado lo expresa el narrador cuando afirma que cadada debemos construir un paraso con nuestras manos (p.81), especialmente si se habita en una ciudad amurallada quenecesita proteger el valor que encierran los muros que le tra-zan lmites con el exterior: Muchas veces hay una escriturasecreta en este jardn diminuto. Palabras indescifrables queno se leen pero se tocan y dicen cmo ser feliz (p. 82), len-guaje que explica que para comprender los espacios de lasciudades o de los cuerpos, tambin hay que sentirlos a travsdel tacto, aunque la sensacin al tocarlos sea imperceptiblecomo lo es cada detalle del jardn tatuado.

    El odo, adquiere relevancia en muchos apartados de la no-

    vela, como cuando se describe la tienda de instrumentosmusicales, muy caracterstica de Mogador, en la que existen,por ejemplo, tambores cuyos cueros se afinan con el sol y setemplan al fuego y flautas de maderas, piedra y de barro (p.85) que permiten emitir diversos sonidos y solo se resignan alsilencio mientras la ciudad duerme. La ciudad adquiere voza travs de las historias que narra el halaiqu; tanto la ciudadcomo el cuerpo de la mujer amada no son solo las voces hu-manas que las representan, tambin son sus sonidos, sus rui-dos, sus algarabas, sus murmullos, sus ecos y sus silencios losque las hacen nicas e, incluso, incomparables.

    El olfato, sentido tambin muy destacado en la narracin,se encuentra, adems de muchas otras partes, en las cajas

    hechas de cedro de arz con olor a nesma de felicidad (p.96), decoradas con incrustaciones de formas geomtricas tanperfectas que en s mismas adquieren la idea de un jardn.Tambin est en la gran variedad de plantas que vende la mu-jer del Jardn de lo invisible, una tienda de especias dondeconfluyen los delirios del sabor de varios mundos (p. 99). Deesta forma, el olor acapara la exuberancia de otros mundosque no se encuentran en Mogador, pero que ayuda a que elnarrador internalice las sensaciones e impresiones olfativas ylas haga suyas.

    La vistase hace presente en todos los jardines narrados, porejemplo en la historia del arquitecto-mago que fue posedopor tres grandes pasiones: el incondicional inters por la flora,la placentera sensacin de poder trabajar con las manos y lapasin por las formas geomtricas (p. 92); al reunir naturale-za, tacto y geometra el narrador no solo expresa que los jar-dineros logran visualizar la belleza de ese lugar urbano, sinohacerla visible a quienes deseen apreciarla en su conjunto oen cada una de sus partes. Igualmente, el sentido de la vistaest en la apreciacin de los objetos, como en los hilos entre-tejidos de una tela fabricada por una tribu peruana sobre laque estn bordadas en alto relieve y con llamativos coloreslas plantas de maz, algodn y la flor de la coca, como si fuerauno de nuestros tratados de botnica (p. 106).

    El gustoes tal vez el sentido al que menos recurre el narrador.An as, se encuentra en el jardn de unas plantas que exigenmuchos cuidados para que de ellas brote una efmera flor quetiene los colores del arco iris y es utilizada en la industria pas-telera con la idea de lo efmero. Con el mismo nombre (arcoiris) los habitantes de Mogador identifican un bizcocho mul-

    ticolor muy tpico y representativo de la ciudad, cuya materiaprima es la flor cambiante mogadorea. Dice el narrador Estoes lo que se llama una cultura de la flor del Arco Iris. Y porextensin del trmino un cultivo simblico de ella (p. 125).

    Tercera espiral: Jardines del instante, contiene nueve haikus6,que pueden entenderse como splicas erticas y delirantesdel amante para acercarse a Jassiba, para soar cmo poseer-la, para imaginar su cuerpo que es, finalmente, el jardn que lms desea. Dentro de la estructura de la novela, esta espiralpuede entenderse como la forma interiorizada e ntima de laciudad, que finalmente es la que permite un acercamiento aldeseo como epteto de Mogador, esa ciudad que permite asus moradores soarla y descubrir en ella aquello que crean

    intocable, inaudible, inodoro, invisible o que no contena nin-gn sabor. A fin y al cabo, los sueos de sus habitantes tam-bin son una manera de construir una ciudad.

    Cuarta espiral:Jardines ntimos y mnimos, tambin compues-ta por nueve jardines que el narrador va descubriendo en subsqueda y deben ser entendidos como metforas que ex-plican, argumentan y justifican su anhelo por no dejar morirla pasin que siente por Jassiba. Desde la voz narrativa estosnueve jardines se caracterizan por ser pausas descriptivasdentro del relato primario. Son:

    El jardn ms ntimo: utiliza la metfora creada por el poetaMichaux cuando visit Mogador, compr una manzana y se

    meti dentro de ella buscando tranquilidad; y la respuestadada por el filsofo Bachelard a esta ancdota que el narra-dor denomina el jardn de Michaux (p. 133). Con esta analo-ga metafrica, se destaca la importancia que adquieren losespacios ntimos que debe propiciar toda ciudad, buscandoque sus habitantes encuentren en muchos de los lugares que

    6 El Haikes una forma lrica de origen japons compuesta de tres versos de 17

    slabas distribuidas as: cinco (5) para el primer verso, siete (7) para el segundo y,

    cinco (5) para el tercero (Jaramillo y Manjarrs, 1998).

  • 7/25/2019 Mogador

    10/12

    Mogador, ciudad y cuerpo. Anlisis estructural de Los jardines secretos de Mogador

    DOSSIERCENTRALDOSSIERCENTRAL

    la componen, lo que podra denominarse una dinmica apa-cible que conlleva al goce de lo urbano.

    El jardn mnimo de piedras al viento: cuenta que a Mogadorllega el aire de los nueve vientos, encargado de anunciar lasalida del sol y mover un jardn de piedras, ocasionando soni-dos muy particulares. Este jardn, construido por un jardineropensionado, hace las veces de reloj urbano al marcar el naci-miento de cada da con cascabeles que emiten tonalidadesmuy frgiles y del que su constructor afirma: es el ms belloque puede existir sobre la tierra (p. 136).

    El jardn de nubes: hace alusin a las fuentes que existenen Mogador y se centra en el relato de un hombre que lo-gr bajar el agua de las nubes por medio de una red con-formada por tringulos invertidos donde la humedad delas nubes se impregnaba, en forma de roco, a cada hilo. Secondensaba cayendo hacia el vrtice de cada tringulo quea su vez recibe el agua de los tringulos que lo precedenarriba (p. 138). Cuenta el narrador que gracias al ingenio desu fabricante, logr que los pobladores de Mogador dejaran

    de estar condenados a muerte por causa de la sequa queidentifica a ese territorio.

    El jardn sin regreso: describe los jardines del Palacio AzulAl Azrak, ubicados entre Samarkanda y Bagdad, como unaidea muy cercana a la imagen que se tiene del Paraso. Acla-ra el narrador que, aunque en Mogador existen documen-tos que niegan la existencia del palacio, todos saben querecorrerlo y admirar la grandeza de sus jardines es garantade que en ese momento surge un sentimiento profundode felicidad. Estos jardines son concebidos como un hitourbano por su arquitectura. Los pobladores de Mogador loconocen como el palacio del deseo debido a que conside-ran que su forma geomtrica se acoge a las leyes de aque-

    llo que se desea y, adems, nos arrebata lo que anhelamostorpemente y nos entrega por sorpresa lo que sabamosque necesitbamos tanto (p. 143).

    El jardn de voces: las flores ardientes en el terreno deljardinero ciego fascinado por la flor que busca al sol, seencuentran refundidas en un antiguo rincn de Mogador;segn afirma el narrador, all hasta las piedras crecen porcausa de la humedad. Es el relato de un escribano que ofre-ce sus servicios a un jardinero ciego, quien se encuentra in-teresado en escribir los sonidos de su jardn. En el tiempodel discurso va por el sonido n [] 1327: ecos de gotassobre el fuego, [] [que] se repiten en intervalos de diezgotas, todas iguales (p. 151). Pero como el jardinero no pue-

    de confiar en las anotaciones hechas por otro, inventa unapartitura elaborada con piedras de ro, y la concibe comoun mapa tctil de los sonidos de su jardn (p. 152) porquepara l, si no existen los sonidos tampoco pueden existir loslugares ni los espacios, debido a que lo invisible es lo queda sentido a todos los sentidos (Tudoras, 2006: 397).

    El jardn canbal: habla de unas plantas carnvoras que po-see en su jardn interior un carnicero de Mogador, quien gozamirando cmo en su Ryad canbal una planta asfixia a otra

    y siempre hay otra ms que le har lo mismo (p. 156). sitio imperceptible de la ciudad es visto como un lugar no seado debido a que encierra los mismos significados deespacios citadinos que huelen a carne cruda y a excremede murcilago (p. 155). Este relato empaa la Mogador el narrador vena describiendo, como queriendo decir qen los sitios urbanos tambin aparece la imagen de sucieque se ve y se respira en muchos de sus espacios, aunquetos sean calles recnditas o rincones apartados.

    El jardn de vientos: se identifica y presenta nuevamenthalaiqu(contador-narrador del relato) para realizar un listade cmo leer, nombrar e interpretar algunos elementosla naturaleza que est inserta dentro del casco urbano; de a la arena, a los granos de sal, a los techos surgidos demaderas de los rboles, al agua de las fuentes, al viento, aflores, a aquello que no se ve y a los sonidos de las piedracuentero ritual argumenta que quien sepa interpretar los nificados de esa naturaleza, que por la costumbre de mirdiariamente, aparece a los sentidos de muchos como unlencio annimo; asimismo, todo aquel que lea los sonidos

    su entorno tendr la capacidad de narrar una historia digde ser contada y convertirse, como l, en la voz mediada el recuerdo, y al mismo tiempo contar con la habilidadrevelar lo que ocurrir en el futuro de la ciudad.

    El jardn de fuego: cuenta la historia de un jardinero qdescubri que el fuego se hace presente en las races deplantas, y por consiguiente afirma que un jardn de racestambin un jardn de chispas. As se hace presente el mdo de la incertidumbre que alimenta las pasiones humanadquiere la belleza de un incendio; por ser las llamas subrrneas, es a travs de ellas como se comunican todas las dades del globo terrqueo y toman decisiones, algunas vepara bien, aunque otras para ocasionar dao a sus habitan

    La flor solar: es el noveno y ltimo relato de esta espiral yla novela. Aqu el halaiquse identifica como el narradorlas historias, como el jardinero ciego que debe inventar la toria de esa noche y seguir adherido eternamente a la espque lo conduce a buscar jardines para narrar y as podertar con Jassiba e, igualmente, a buscarla a ella para enconms jardines que se constituyan en el motivo de su narracde sus sueos y de sus deseos, oficios a los que dedica tosu tiempo. La obra concluye con este jardn, una preguntsu posible respuesta: Dnde terminan las historias quecuentan en la plaza? Tal vez en nosotros que las escuchamy las hacemos nuestras (p. 174).

    Es necesario anotar que en cada uno de los relatos qconforman las espirales segunda y cuarta, el narrador inclcodas que se reconocen por estar escritas en bastardilla, enque consigna las palabras que dice a Jassiba mientras desnsu cuerpo cada noche, al tiempo que le va describiendo el jardescubierto ese da. As, las palabras se convierten en el vehcpara construir el sentido de ciudad desde la interpretacin lbasada en el significado sensorial de los espacios compiladosesa ciudad-cuerpo del deseo, que tiene, al mismo tiempo, forurbana y cuerpo de mujer.

  • 7/25/2019 Mogador

    11/12

    enero - junio de 2012

    Olga Luca Londoo Palacio

    20116

    Olga Luca Londoo Palacio

    20116 enero - junio de 2012

    Otro elemento que cabe destacar es que a lo largo de laobra y al inicio de cada parte y cada narracin, aparecen impresas

    caligrafas de cdigos rabes, de los que el autor realiza su tra-duccin a manera de glosario. Es decir, la novela tambin tienelo que Baquero (1975: 228) denomina estructura cifrada en as-pectos tipogrficos. Estas grafas se repiten y sirven como signosidentificadores de cada una de las cuatro espirales (figura 3). Porser estos cdigos dibujos que representan enunciados, Ruy Sn-chez las adjunta como material ilustrativo de la obra y las anunciacon el ttulo de Caligrafas de Hassan Massoudy7.

    El autor de la novela concluye con una Mnima nota jar-dinera y agradecimientos (pp. 177-181) en la que afirma que lonarrado no es producto de su imaginacin o de su invencin, sinouna compilacin de historias que muchas mujeres le han conta-do en torno al deseo. Como punto final anexa una lista de agra-

    decimientos para quienes lo llevaron a conocer o le describieronun jardn existente en cualquier lugar del mundo.

    Conclusiones

    Una obra narrativa es, ante todo, un sistema de elementosestructurales, que en el modelo de Genette surgen de una histo-ria posible, del discurso que la reconfigura y de la narracin que laarticula para ser comunicada. Es importante tener en cuenta quetanto la creacin literaria como los modelos de anlisis que exis-ten para estudiarla se deben concebir como una actividad quetiene rasgos propios, por enfrentar un sinnmero de fenmenos

    discursivos que exigen una contextualizacin particular que pue-de ser vista interdisciplinarmente.

    Las acciones propuestas por Genette para deconstruirla novela, en este caso aplicadas a Los jardines secretos de Mo-gador de Ruy Snchez, conforman un sistema. Dichas acciones

    7 Hassan Massoudy (Irak, 1960) es un calgrafo que de una forma artesanal ha de-

    dicado su vida a traducir artsticamente las frases de grandes poetas y escritores

    (Massoudy, s.f.)

    estn en permanente interaccin y no pueden ser vistas aislada-mente, sino como un trabajo de reelaboracin que presupone un

    conocimiento ms profundo de la obra estudiada. El modelo deanlisis se aprecia, adems, como una estructura ideolgica quepermite ver la representacin de la realidad del mundo hipotti-co que el escritor desarrolla en torno a la ciudad de Mogador yde manera paralela al anhelo y necesidad de acercarse al cuerpode la mujer que ama, construyendo reiteradamente la analogaentre ciudad y cuerpo.

    A partir del anlisis conjunto de los planos de la expre-sin y del contenido, es posible acercarse a definir una lgicade la imaginacin sensible y, especialmente, a encontrar lasdecisiones que Ruy Snchez fue tomando durante la escritura,la mayor parte de ellas confluyentes en la comparacin tcitao explcita entre la ciudad y el cuerpo femenino, con el fin de

    definir la esencia del relato y, a su vez, dar sentido al acto na-rrativo.

    El mtodo de anlisis elegido para estudiar la novela deRuy Snchez es el que contribuye a ordenar el sistema simblicopresentado en el discurso, pues permite una mediacin entre lossujetos cognitivos (autor-lector) y el objeto por conocer (la ciu-dad, sus habitantes, sus smbolos y referentes) al establecer unmodelo que sirve como constructo simblico y conceptual, quemuchas veces se escapa de la percepcin consciente del lector yes el que logra el conocimiento del lugar literario como espacioen el que es posible establecer la analoga entre la ciudad y elcuerpo, concibiendo a la primera como una metfora de la arqui-tectura humana.

    Finalmente, el estructuralismo como gua para analizar laestructura novelesca, cuya forma novedosa, dispuesta a travsde espirales ascendentes, contribuye a confirmar que existe unacorrelacin entre sus elementos; es decir, entre las ideas plantea-das en torno a la ciudad y el tema de la ciudad-mujer; entre loselementos narrativos y las posibilidades creativas que el narradorutiliza en el juego del lenguaje, los smbolos y las figuras retricasms utilizadas; entre la historia central y los relatos interpoladosque complementan la obra y ayudan a darle sentido.

    Figura 3: Estructura tipogrfica de la novela. Significados de las espirales: Primera Espiral, El jardn perdido; Segunda Espiral, De amor y de esperanza; Tercera Espiral, El porvenir;

    Cuarta Espiral, Nosotros somos el jardn (pp. 182-183). Fuente:Ruy Snchez, A. (2009). Los jardines secretos de Mogador. pp. 13, 77, 127 y 131.

    Primera Espiral Segunda Espiral Tercera Espiral Cuarta Espiral

  • 7/25/2019 Mogador

    12/12

    Mogador, ciudad y cuerpo. Anlisis estructural de Los jardines secretos de Mogador

    DOSSIERCENTRALDOSSIERCENTRAL

    Bibliograf

    ABBGNANO, N. (1973). Historia de la Filosofa. T.1. Bar-

    celona: Montaner y Simn.

    AOUAD, O. (1998). Mogador, puente colgante entre las

    dos orillas del Atlntico. Essaouira: Universidad de

    Convivial.

    BAQUERO, M. (1975). Estructuras de la novela actual.

    Barcelona: Planeta.

    BENVENISTE, . (1995). Problemas de lingstica gene-

    ral, T.1 y 2., 13 ed. Mxico: Siglo XXI.

    BUCHANAN, R. (2002).Alberto Ruy Snchez: arquitecto

    del deseo. Kentucky: Universidad de Louisville.

    ESSAOUIRA.COM. Essaouira, la cautivadora. Consulta-

    do el 6 de agosto de 2011. En: http://www.essaoui-

    ra.com/espa/presentation_essaouira.htm

    FUENTES, C. (1972). La nueva novela hispanoamerica-

    na. Mxico: Cuadernos de Joaqun Mortiz.

    GARCA CANCLINI, N. (1997). Imaginarios urbanos.

    Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires.

    GENETTE, G. (1972). Discurso del relato. En: FigurasIII. Barcelona: Lumen.

    GULLN, R. (1980). Espacio y novela.Barcelona:

    Antoni Bosch.

    JARAMILLO, J. y MANJARRS, E. (1998). Pedagoga de

    la escritura creadora. Bogot: Magisterio. Coleccin

    Aula Abierta.

    LVI-STRAUSS, C. (1995). Antropologa estructural.

    Barcelona: Paids Ibrica.

    MASSOUDY, H. Caligrafa. Web personal. Consultado

    el 8 de septiembre de 2011 en: http://hassan.mas-

    soudy.pagesperso-orange.fr/esp.htm

    MAYORAL, J.A. (1994). Figuras retricas. Madrid: Sn-

    tesis.

    MORIN, E. (1994). El mtodo. El conocimiento del cono-

    cimiento. Madrid: Ctedra.

    PREZ-SALINAS, C. (1998). La literatura y el deseo:

    una entrevista con Alberto Ruy Snchez. En: Revis-

    ta Reforma, Mxico, 212 (3).

    PIAGET, J. (1968). El estructuralismo. Buenos Aires:

    Proteo.

    RUY SNCHEZ, A. (2009). Los jardines secretos de Mo-

    gador. Voces de tierra. Mxico: Alfaguara.

    RUY SNCHEZ, A. (2006). Los nueve regalos que me

    dio Marruecos. En: ETTE, Ottmar. ArabAmericas.

    Enredos literarios del hemisferio Americano y el mun-do rabe. Frankfurt: Biblioteca Iberoamericana, No.

    110, pp. 261-275.

    RUY SNCHEZ, A. (s.f.) Mogador: el puerto de los

    secretos. Consultado el 4 de agosto de 2011 en:

    http://www.angelfire.com/ar2/libros/otromog.

    html.

    RUY SNCHEZ, A. (s.f.) 9x9 cosas que se dicen

    Mogador. Consultado el 6 de agosto de 2011

    http://www.angelfire.com/ar2/libros/Cosas9x

    html

    SCHOROETER, D. (2009). Merchants of Essaouira: U

    ban Society and Imperialism in Southweste

    Morocco, 1844-1886. Cambridge Univers

    Press

    SAUSSURE, F. (1983). Curso de lingstica gener

    Madrid: Alianza.

    TODOROV, T. (1974). Las categoras del relato lite

    rio. En: Anlisis estructural del relato. Buenos Air

    Tiempo contemporneo, pp. 155-192.

    TUDORAS, L.E. (2006). El viaje de los sentidos en

    jardines de Mogador. En: Revista de Filologa Rom

    nica. Universidad Complutense de Madrid, Anejo

    pp. 387-398.

    TUDORAS, L.E. (2007). El cuerpo: sueos, deseos

    jardines orientales a flor de piel. En: Revista de lologa Romnica. Universidad Complutense de M

    drid, Anejo V, pp. 323-334.

    UNESCO (2001). World Heritage Convention. Medi

    of Essaouira (formerly Mogador). Consultado e

    de agosto de 2011 en http://whc.unesco.org/e

    list/753.