Monedas complementarias para solucionar problemas socioecológicos: el caso del Sustento - Paiva, R....

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Monedas complementarias para solucionar problemas socioecológicos? El caso del Sustento. Ranulfo Paiva Sobrinho 1 Ademar Ribeiro Romeiro 2 1 Investigador colaborador del Instituto de Economía de la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP) Contacto: [email protected] 2- Profesor Titular del Instituto de Economía de la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP) Rua Pitágoras, 353 CEP 13083-857 Barão Geraldo - CAMPINAS/SP Brasil Nota: Traducción de un texto para discusión publicado en portugués por el Instituto de Economía de la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP), Brasil. El original puede ser consultado en: http://www.eco.unicamp.br/docprod/downarq.php?id=3388&tp=a Traducido al español por: Karla Córdoba Brenes. Resumen: entre los factores responsables por las dificultades y fracasos de políticas ambientales apuntados en la literatura, está el hecho de que muchos instrumentos de política dependen del mismo tipo de dinero que circula en la economía mundial, dinero creado por un sistema con fallas estructurales. En este sentido, el objetivo del trabajo es mostrar el potencial de las monedas complementarias como instrumento de política ambiental buscando solucionar problemas socioecológicos complejos a través de un prototipo denominado Sustento, delineado para auxiliar en la recuperación de la vegetación nativa en propiedades agrícolas. La gobernanza de las monedas

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Monedas complementarias para solucionar problemas socioecológicos? El caso

del Sustento.

Ranulfo Paiva Sobrinho1

Ademar Ribeiro Romeiro2

1 – Investigador colaborador del Instituto de Economía de la Universidad Estatal de

Campinas (UNICAMP)

Contacto: [email protected]

2- Profesor Titular del Instituto de Economía de la Universidad Estatal de Campinas

(UNICAMP)

Rua Pitágoras, 353 CEP 13083-857 Barão Geraldo - CAMPINAS/SP – Brasil

Nota: Traducción de un texto para discusión publicado en portugués por el Instituto de

Economía de la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP), Brasil. El original puede ser

consultado en:

http://www.eco.unicamp.br/docprod/downarq.php?id=3388&tp=a

Traducido al español por: Karla Córdoba Brenes.

Resumen: entre los factores responsables por las dificultades y fracasos de políticas

ambientales apuntados en la literatura, está el hecho de que muchos instrumentos de

política dependen del mismo tipo de dinero que circula en la economía mundial, dinero

creado por un sistema con fallas estructurales. En este sentido, el objetivo del trabajo

es mostrar el potencial de las monedas complementarias como instrumento de política

ambiental buscando solucionar problemas socioecológicos complejos a través de un

prototipo denominado Sustento, delineado para auxiliar en la recuperación de la

vegetación nativa en propiedades agrícolas. La gobernanza de las monedas

complementarias como el Sustento puede presentar estructuras institucionales mixtas,

con la participación de ONGs, gobiernos, empresas, las cuales permiten la creación y

gerenciamiento de monedas complementarias menos vulnerables a las intervenciones

monetarias de los bancos centrales.

Abstract: among the factors responsible for the difficulties and failures of

environmental policies mentioned in the literature is the fact that many policy

instruments depend on the same kind of money circulating in the world economy,

money created by a system with structural flaws. In this sense, the objective of this

work is to show the potential of complementary currencies as an instrument of

environmental policy to solve complex socio-ecological problems through a prototype

called Sustento, designed to assist in the recovery of native vegetation on farms. The

governance of complementary currencies as Sustento, may have mixed institutional

structures, with the participation of NGOs, governments, companies, which enable the

creation and management of complementary currencies less vulnerable to currency

intervention by central banks.

1. Introducción

Desde la década de 1990 algunos instrumentos de política han sido

implementados con la idea de construir soluciones ‘win-win’ que beneficien tanto la

conservación de la biodiversidad y de servicios ecosistémicos, como la mejora de la

calidad de vida de las poblaciones que dependen directamente de la naturaleza. Es un

desafío que viene siendo enfrentado por varios investigadores en diversas partes del

mundo, principalmente en las áreas rurales donde se encuentran muchos de los

remanentes de vegetación y otros ecosistemas, y donde está inserto

aproximadamente un 70% de un universo de 1.4 billones de personas

extremadamente pobres de los países en desarrollo (IFAD, 2011), los cuales

dependen de esos recursos para su subsistencia (De Clerck, 2013).

Los instrumentos de política propuestos son comúnmente designados como

‘market-based’, aunque aún haya discusión sobre la tipología de los mismos (Pirard,

2012). Son ejemplos los ICDPs (Integrated Conservation and Development Projects),

implementados a partir del trabajo de (Ferraro y Kiss, 2002) y, más recientemente, el

pago por servicios ecosistémicos (PSE) (Pattanayak et al., 2012). Esos instrumentos

son motivados por la tentativa de ofrecer alternativas a los propietarios rurales para

preservar y/o recuperar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en sus

propiedades, tomando en cuenta los costos de oportunidad relacionados (producción

agrícola perdida y costos de protección y recuperación). A pesar de la existencia de

experiencias exitosas, aún hay desafíos a ser superados, especialmente en relación a

qué hacer “cuando el recurso financiero cese” (Fisher, 2012).

Muradian et al (2013) han argumentado que durante las últimas dos décadas

los investigadores fueron llevados a ser complacientes con las aparentemente ideales

soluciones del tipo ganar-ganar, asumiendo sin mucha reflexión que simples

herramientas de política (ya sea ICDPs o PESs) podrían resolver problemas complejos

de políticas públicas. También señalaron que este hecho desvió la atención de los

responsables y de los ejecutores de las políticas, de las cuestiones centrales relativas

a la calidad y efectividad de la elaboración de normas y reglas donde hay conflicto de

intereses, la validez de las suposiciones en que se basan las decisiones y el desafío

de enfrentar los trade-offs. Los investigadores concluyen que un modo más efectivo

de enfrentar los desafíos socioambientales sería a través de una estructuración de

políticas más específicas a los diferentes contextos, en las cuales un esquema de PES

constituiría apenas una opción entre un conjunto de soluciones.

Consideramos correctas estas consideraciones y procuramos dar un paso

adelante y presentar un instrumento de política que creemos tiene gran potencial en

atender las exigencias de efectividad al enfrentar problemas socioecológicos

complejos y contexto-específicos. Iniciamos la discusión con la siguiente pregunta:

¿por qué los instrumentos de política ambientales deben depender solamente de un

tipo de dinero?

Tanto las iniciativas relacionadas a ICDPs, así como, PES y REDD+

dependen exclusivamente de un único tipo de dinero, el ‘fiat money’ creado a partir de

deuda y con pago de interés positivo (Griffin, 2010; Wray, 1998). Este tipo de dinero es

creado tanto por el gobierno, como por instituciones financieras (Milne, 2009).

Conforme muestran los análisis históricos (Reinhart e Rogoff, 2008) y los resultados

evidentes de la más reciente crisis financiera, tal sistema posee fallas estructurales

(Lietaer et al., 2010; Duncan, 2005), las cuales se mantienen operantes de modo que

posiblemente, otras crisis puedan surgir como ya apuntan algunos analistas (Mauldin e

Tepper, 2013; Pento, 2013; Turk e Rubino, 2013).

De esta forma, los instrumentos de política que dependan de un tipo de dinero

son vulnerables, una vez que este dinero es emitido por una estructura con fallas

estructurales y sujeta a ‘crashes’ de tiempo en tiempo, lo que puede resultar en la

escasez del dinero disponible para los programas basados en tales instrumentos

(Fisher, 2012), así como en efectos colaterales negativos de las políticas monetarias.

Por ejemplo, desde el inicio de la crisis económica los bancos centrales de EUA,

Europa y UK, han impreso cantidades de dinero sin precedentes en la historia de la

humanidad, a través de la política monetaria ‘quantitative easing’, inflacionando los

precios de los commodities agrícolas (FAO, 2013), haciendo que algunos agricultores

se rehúsen a aceptar incentivos ambientales como REDD+ y deforesten sus bosques

para plantar palma (Elaies guineensis) como el caso descrito por (Buttler et al., 2009).

Argumentamos que si quisiéramos construir soluciones para conservar lo que

aún queda y, principalmente, reducir la pobreza en los lugares donde la población

depende para sobrevivir de los servicios ecosistémicos y la biodiversidad, necesitamos

de nuevos tipos de dinero que sean menos vulnerables a los efectos colaterales,

negativos producto de las políticas monetarias de los bancos centrales.

Concordamos con (Lietaer et al., 2012) que es necesario pensar en nuevas

forma de crear ‘money’ para encontrar soluciones a los desafíos de este siglo. En ese

sentido es necesario aumentar el entendimiento sobre ‘money’, qué es, quién puede

crearla, sus diferentes tipos y, principalmente, cómo delinear nuevos sistemas

monetarios con monedas complementarias, teniendo en vista los problemas

socioecológicos.

Este trabajo tiene por objetivo contribuir a este entendimiento. En la

sección 2 se discute el significado de moneda complementaria y se presentan algunas

de las iniciativas para solucionar problemas socioecológicos. En la sección 3 se

presenta sucintamente el delineamiento del Sustento, moneda complementaria

delineada para incentivar la reforestación de propiedades agrícolas privadas y el

fortalecimiento de la economía local. Finalmente en la sección 4, las conclusiones.

2. ¿Qué es moneda complementaria?

Lietaer (1998) define moneda complementaria como un acuerdo dentro de una

comunidad para aceptar una moneda no-nacional como medio de intercambio. Este

tipo de moneda es llamada complementaria porque su intención no es la de sustituir la

moneda convencional, más la de ejecutar funciones sociales que la moneda oficial no

fue proyectada para realizar. Es también complementaria porque la mayoría de los

participantes utiliza la moneda nacional normal en paralelo con la moneda

complementaria. Ocurren casos en que una simple transacción incluye pagos

parciales con ambas monedas simultáneamente.

Kennedy et al. (2012) explican que el objetivo de una moneda

complementaria es conectar recursos ociosos con necesidades existentes, aún

después de haber realizado transacciones con moneda convencional. Ejemplos de

recursos ociosos varían desde personas con capacidad para ejecutar tareas manuales

y/o intelectuales, aulas de clase inoperantes, etc. Ejemplos de necesidades la

plantación de árboles en propiedades rurales, cuido de las áreas reforestadas (hacer

podas, rondas, etc.), entre otros.

Para que una moneda complementaria funcione, esto es, cumpla con el

objetivo de conectar recursos ociosos con necesidades insatisfechas, es vital que las

personas que deseen crearla sepan cómo delinear el sistema adecuadamente

(Kennedy et al., 2012).

Existen miles de experiencias con monedas complementarias; sin embargo,

son escasas las experiencias enfocadas en atender finalidades socioecológicas

(Lietaer y Belgin, 2011). El número de esas monedas implementadas en la práctica

para solucionar los problemas socioecológicos aún deberá crecer en los próximos

años, en la medida en que más personas las entiendan, aprendan a delinearlas y a

implementarlas. Existe un marco teórico relacionado al tema del delineamiento de

sistemas con monedas complementarias, construido a partir de la observación y

análisis tanto de experiencias reales que fracasaron como de experiencias que

tuvieron éxito (Kennedy et al., 2012).

Presentamos algunas de las experiencias con monedas complementarias

destinadas a solucionar problemas socioecológicos que ya fueron implementadas, así

como otras que aún están en la fase de delineamiento, o sea, no implementadas.

El sistema de moneda complementaria UN Spaarpas creado por la alcaldía

de Roterdam busca alcanzar varios objetivos gubernamentales: reducir el volumen de

residuos destinados a los rellenos sanitarios, promover el uso de transporte público,

generar un aumento en la conciencia ecológica y la práctica del consumo sostenible.

Esta moneda fue proyectada para estimular al consumidor a adoptar un

comportamiento ecológico a través de una tarjeta de recompensa ‘reward card’.

“Puntos Verdes” (green loyalty points) eran ganados cuando los residentes de la

ciudad separaban sus residuos para reciclaje, usaban transporte público o compraban

localmente. Esos puntos podían ser convertidos en tiquetes de transporte público o

descuentos en la compra de productos ecológicos (Joachain y Klopfert, 2012).

Los puntos circulaban en un sistema cerrado y el escaneo de las tarjetas en

las tiendas participantes alimentaba los datos en una central de cuentas de los

residentes que participaban del sistema. La iniciativa fue fruto de una alianza entre el

gobierno local (alcaldía), negocios locales y organizaciones no gubernamentales. NU

fue introducido en la ciudad de Roterdam en mayo de 2002, en condición de proyecto

piloto que duró hasta octubre de 2003, y al final de ese periodo 10.000 habitantes

tenían la tarjeta, alrededor de 100 establecimientos comerciales se sumaron al

proyecto y 1.5 millones de puntos habían sido lanzados (Joachain y Klopfert, op cit).

En Bélgica el programa de moneda complementaria E-portemonnee fue

implementado en el municipio de Overpelt, que cuenta con aproximadamente 15.000

habitantes. El objetivo de este sistema de moneda complementaria fue el de promover

comportamientos sostenibles entre los ciudadanos. Para alcanzar esto, el sistema

funciona con dos listas: una lista de acciones sostenibles, por ejemplo, adopción de

electricidad ecológica y participación en cursos de compostaje; y una lista de premios

como tiquetes de entrada para la piscina municipal, tiquetes para transporte público y

bombillos económicos. Al adoptar acciones sostenibles de la primera lista, los

participantes ganan puntos que pueden utilizar para obtener los servicios o productos

a partir de la segunda lista.

A diferencia del UN Spaarpas, en el E-portemonnee no existe un programa de

fidelidad (green points) y la acción de las empresas se limita a apoyar con incentivos.

Para la divulgación e implementación de esta experiencia, la participación del gobierno

municipal fue imprescindible. El proyecto está en funcionamiento y en vías de

expansión para otras ciudades alrededor (Joachain y Klopfert, 2013).

En Brasil, Lietaer (2001, p. 196) cita el programa ‘Lixo que não é lixo’ (Basura

que no es basura) desarrollado en la ciudad de Curitiba, como un ejemplo de moneda

complementaria para atender objetivos ambientales, y que podría ser llamado

‘Garbage which is your money’ (Basura que es tu dinero). En ese programa la

población era estimulada a separar sus residuos y cambiarlos por alimentos y otros

utensilios ofrecidos por el programa.

La experiencia del Banco Verde Vida, en Espíritu Santo (ES), es otro ejemplo.

Según COIMEX (2013), el Banco Comunitario Verde Vida (BCVV) promueve la

circulación de una moneda social basada en los principios de economía solidaria

desde 2008 en la región de Grande Aribiri, atendiendo directamente diez barrios. Su

propuesta consiste en promover el intercambio de materiales reciclables como aceite

de concina, latas y botellas PET por la Moneda Verde. Con ella, el morador puede

hacer compras en algunos establecimientos comerciales de la región o puede

intercambiarla por alimentos directamente en el “Supermercado Solidario”, abastecido

por el BCVV. En 2010, se realizaron 1.924 transacciones que resultaron en el

intercambio de 30 toneladas de botellas PET, 4 mil litros de aceite y 480 kilos de latas.

Todo el material es vendido a empresas de reciclaje. El valor recaudado es usado para

el abastecimiento del Supermercado Solidario, además de sufragar los gastos de la

sede del banco (COIMEX op cit).

Finalmente, en Japón se delinea una experiencia de restauración para el

Lago Biwa (ver Lietaer et al. 2012). El lago Biwa es uno de los lagos más grandes de

Japón y uno de los más degradados antrópicamente. Buscando recuperarlo, la

alcaldía de Shiga viene delineando un sistema de moneda complementaria para

revitalizarlo sin aumentar su deuda pública, pues tal recuperación será hecha con la

moneda complementaria Biwa Kippu, la cual no es convertible con el yen. La

administración pública a través de ley municipal obligará a los habitantes de la ciudad

(excepto los que presenten alguna incapacidad física o intelectual) a pagar un monto

anual en Biwa Kippu. Para obtener esa moneda, los habitantes deberán realizar

actividades que busquen restaurar el referido lago, las cuales varían desde retirar los

desechos, capturar especies invasoras, colectar plantas acuáticas no endémicas,

entre otras.

La alcaldía también hará alianzas con organizaciones no gubernamentales

para que estas ayuden en la ejecución y monitoreo de las actividades realizadas por

los moradores de la ciudad. En contrapartida, los Biwa Kippu podrán ser revertidos en

favor de las ONGs, las cuales podrán tener más personas para ayudarles en sus

actividades en el lago, así como utilizar los Biwa Kippu para adquirir servicios y

materiales que sean comercializados en la red de negocios que los acepte.

En la próxima sección presentamos el primer prototipo de moneda

complementaria denominado Sustento.

3. Sustento: un prototipo de moneda complementaria para finalidades

ecológicas

La moneda complementaria denominada Sustento ($T) fue delineada con el

objetivo de: (1) aumentar la reforestación de áreas rurales privadas con sistemas

agroforestales compuestos tanto por especies nativas como exógenas al bioma al que

pertenecen, con el fin de que los agricultores se adecúen al Código Forestal brasileño

cuando sea necesario; (2) fortalecer la economía local al servir como medio de

intercambio en las actividades económicas del lugar donde será implantada.

Inicialmente fue delineado para atender las necesidades de los agricultores del

asentamiento rural con agricultura familiar localizado en Machadinho d’Oeste,

Rondônia, Brasil; sin embargo, puede ser aplicado a otras regiones (Paiva Sobrinho,

2014).

En casos donde el Código Forestal no obligue al registro de reserva legal, el

objetivo del Sustento es incentivar la reforestación con sistemas agroforestales

buscando aumentar la oferta de servicios ecosistémicos, aumentar la diversidad de

renta para los agricultores y el fortalecimiento de la economía local haciéndola más

resiliente, pues conforme (Lietaer et al., 2012) la adopción de monedas

complementarias en las economías aumenta su resiliencia, volviéndolas menos

susceptibles a las crisis económicas.

El Sustento posee características diferentes de iniciativas como el pago por

servicios ambientales (PSA), siendo la principal de ellas la relacionada a la forma en

que el Sustento es creado, esto es, la administración del sistema lo crea cada vez que

un agricultor reforesta áreas de su propiedad con especies propias del bioma donde la

propiedad está inserta, así como con especies exóticas al bioma, siendo estas últimas

con finalidad comercial. El propietario debe mostrar cuales son las cantidades de

especies exóticas y nativas que pretende usar en la reforestación de las áreas de su

propiedad. Así, el Sustento es una moneda respaldada por especies nativas y

maderas comerciales.

La segunda diferencia está en la gobernanza del Sustento. A diferencia de los

otros instrumentos de política ambiental que dependen de un gobierno local, regional o

nacional, el Sustento puede ser creado y administrado por una ONG, sociedad civil

organizada o grupo de empresarios, o un sistema de administración híbrido entre

poder público, empresas y ONGs; lo que lo torna más flexible y adaptable a diferentes

contextos socioecológicos. De esa forma, se puede aumentar el poder de la sociedad

civil organizada para solucionar sus problemas socioecológicos.

La entidad constituida será responsable por la creación y destrucción del

Sustento, por la emisión y otras tareas, como ser responsable por la cobranza de

posibles tasas que los participantes deban pagar, así como la administración de las

mismas para su correcta utilización.

En este prototipo se adopta como medio de soporte del Sustento el medio

digital, esto es, el Sustento es una moneda digital. Además, el Sustento dejará de

existir cuando la última especie comercializable sea cortada (en caso de ser madera

de corte). Podrá ser creado nuevamente solamente si hubiera la necesidad de

reforestar áreas agrícolas con especies nativas y/o comerciales exógenas al bioma. La

función de medida de valor de la moneda complementaria es atribuida al Real (R$),

esto es, un Sustento ($T) igual a un Real (R$).

Entre los requisitos que el agricultor debe atender para participar del sistema,

debe estar de acuerdo en que: (a) aceptará, cuando sea necesario, ayuda de otros

propietarios para la implementación de las áreas a ser reforestadas; (b) irá,

personalmente o con familiares, a prestar ayuda en la implementación de las áreas a

ser reforestadas en otras propiedades. Esta condición también se aplica en periodos

donde haya necesidad de cuidados como el raleo, corte de leguminosas y corte de

maderas comerciales. El objetivo de este requisito es estimular la cooperación entre

los agricultores y reducir los costos de mano de obra en las actividades de

mantenimiento de las áreas reforestadas.

También debe aceptar que un porcentaje de la madera comercial producida

en su propiedad después de la adopción del Sustento, sea cedida a los demás

participantes del sistema, que son: la administración del Sustento, así como personas

y empresas que también participan del sistema aceptando el Sustento como medio de

intercambio por sus productos y/o servicios. Esa es una manera de distribuir el lucro

de la venta de las maderas a los participantes que actúan dentro del sistema, que

consiste en una moneda de fidelización, pues, las personas reciben incentivos por

usarla.

La confianza en el sistema es un factor crítico para que los agricultores y

demás potenciales participantes puedan participar del mismo. A fin de garantizar

transparencia así como el funcionamiento adecuado del sistema para atender los

objetivos propuestos, se sugieren algunas medidas: (a) monitoreo de las propiedades

que participan del sistema, sea por actividad de campo y/o por medio de imágenes

satelitales. En vista de que el Sustento prevé la distribución de renta producto del

comercio de las especies comercializables plantadas en las propiedades de los

agricultores, hacia los participantes del sistema, estos pueden monitorear las áreas

reforestadas, pues ellas constituyen el respaldo del Sustento; (b) monitoreo de las

actividades de la administración del Sustento, ya sea por una comisión fiscalizadora

compuesta por agricultores, representantes de ONGs y/o gobiernos; así como, de ser

posible, por una auditoría externa. Junto con la actividad de monitoreo se busca

garantizar que la cantidad de Sustentos creados sean equivalentes a la cantidad de

área reforestada.

El Sustento funciona como un sistema y está compuesto por las siguientes

partes: el emisor y gerenciador del Sustento; los propietarios de tierras que quieren

adecuarse al Código Forestal brasileño (cuando sea necesario) y/o agricultores que

deseen aumentar sus áreas forestales a fin de obtener lucros oriundos del comercio de

especies comercializables; empresas que poseen actividades relacionadas al asunto,

por ejemplo, negocios relacionados al suministro de plántulas de especies nativas de

biomas brasileños y/o especies exóticas, cercas de madera, cables para cercas,

seguros agrícolas, entre otros; empresas que quieran participar del sistema al aceptar

el Sustento como forma de pago por sus productos; ciudadanos que quieran utilizar el

Sustento como medio de intercambio en el comercio local.

Es importante involucrar a las instituciones que estén más próximas a los

productores rurales, como las instituciones de extensión rural, pues en teoría, existe

una relación de confianza entre ellos. Una vez que tales instituciones divulguen

información sobre el Sustento a los productores rurales, estos últimos podrán confiar

más en el sistema y estarán motivados a participar activamente del mismo.

Son varios los beneficios esperados después de la implementación del

Sustento, los cuales son citados a continuación.

- Para los biomas: aumento de la cantidad de área reforestada con especies

nativas.

- Para la sociedad: ganancia de servicios ecosistémicos en su región producto

de la reforestación de las áreas deforestadas; un nuevo medio de intercambio

(Sustento) para fortalecer la economía local, así como renta adicional debido a su

participación en el sistema Sustento.

- Para los agricultores: cumplir con la legislación forestal (cuando sea

necesario), adquirir un nuevo medio de intercambio y renta adicional por el comercio

de especies exógenas.

- Gobiernos: atender objetivos sociales y ambientales sin utilizar sus limitados

recursos financieros (reales). Aumentar la sostenibilidad del sistema socioecológico al

insertar un nuevo tipo de moneda que es menos susceptible a eventuales reducciones

de oferta de moneda corriente en las economías.

4. Conclusión

Aunque aún sean escasas las experiencias con monedas complementarias

para solucionar problemas socioecológicos, las experiencias existentes en diferentes

países, como es el caso del WIR en Suiza (Lietaer et al., 2012), muestran que cuando

el sistema está bien delineado se pueden atender los objetivos propuestos y ante eso,

hay un enorme potencial de aplicación de tales monedas para ayudar en la

construcción de soluciones a los problemas ambientales y sociales.

Con relación al Sustento, aunque sea un prototipo, se percibe que es posible

crear soluciones para los problemas que actualmente dependen de recursos

financieros. Se espera que en los lugares donde será implementado, aumenten las

áreas reforestadas, así como que sirva de enlace entre las demandas no atendidas y

los recursos ociosos existentes en el lugar. Además, se espera que los participantes

del sistema tengan a su disposición más de un medio de intercambio para sus

productos y servicios, que sea mínimamente influenciado por eventuales crisis

financieras, las cuales generalmente tornan escaso el dinero emitido por el banco

central.

Las monedas complementarias pueden acelerar el desarrollo de soluciones

para varios problemas socioecológicos, siempre que se cuente con personas que,

independientemente de su formación intelectual y profesional, comprendan qué es el

dinero y principalmente, el concepto de moneda complementaria. Conforme citan

(Kennedy et al., 2012), una de las fases más difíciles en la implementación de tales

monedas es que las personas adquieran nuevas ideas sobre dinero (su naturaleza,

quien puede crearlo y su delineamiento).

Estamos en una fase de transición con respecto a lo que se entiende por

‘dinero’ y, en breve, presenciaremos una diversidad de tipos de dinero: los

corporativos como los creados por Amazon.com, Apple y otros; las monedas

criptográficas como el ‘bitcoin’ y asociadas; así como el dinero creado por

comunidades organizadas para solucionar sus problemas socioecológicos.

Se espera que este texto sirva como incentivo para que nuevos

investigadores se involucren en el delineamiento de diferentes tipos de dinero

(monedas complementarias) para solucionar los problemas socioecológicos.

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