Montes Cató, Juan -Dominación y Resistencia en El Trabajo
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7/24/2019 Montes Cat, Juan -Dominacin y Resistencia en El Trabajo
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Doctorado en Ciencias SocialesFacultad de Ciencias SocialesUniversidad de Buenos Aires
_____________________________________________
DOMINACIN Y RESISTENCIA ENLOS ESPACIOS DE TRABAJO
.ESTUDIO SOBRE LAS RELACIONES DE TRABAJO
EN EMPRESAS DE TELECOMUNICACIONES_____________________________________________
Tesista:Mg. Juan S. Montes Cat
Director:Dr. Julio C. Neffa
Buenos AiresJunio 2006
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Agradecimientos
La realizacin de esta tesis no hubiera sido posible sin la participacin de
trabajadores, delegados y dirigentes sindicales que respondieron con paciencia mis
preguntas y aclararon mis dudas. Muchos de ellos compartieron sus archivos personales,
informacin que result de mucha utilidad. Por cuestiones de confidencialidad no es
posible mencionarlos (simplemente agradezco a Silvia, Claudio, Alberto y Jos).
A mis queridos amigos y colegas del Centro de Estudios e Investigaciones
Laborales (CEIL-PIETTE del CONICET), especialmente a Paula Lenguita, Ana Drolas,
Martn Spinosa y Ariel Wilkis. A ellos les agradezco la voluntad de consagrar muchas
horas a discutir los principales problemas abordados en esta tesis y tambin tantos otrostemas que hacen al hacer sociolgico. A Ana tambin le agradezco su enorme
generosidad cuando estuve trabajando y estudiando en Madrid.
Tambin agradezco los comentarios y la discusin de varios de los ejes que
entrecruzan este trabajo a Marcelo Delfini y Valentina Picchetti. Compaeros, amigos y
excelentes docentes del seminario Teora comparada de la negociacin colectiva y el
conflicto laboral. A Ral Bisio le agradezco el ensearme el sentido de la docencia.
A Valeria Giner y Walter Bosisio por su constante apoyo y enormecompaerismo.
Julio C. Neffa actu como director de tesis, agradezco la lectura del manuscrito .
A su vez, agradezco al CONICET, pues sin el patrocinio de esta institucin a travs de
diversas becas de investigacin, difcilmente hubiese podido dedicarme por entero a la
elaboracin de esta tesis.
Las discusiones presentes en la tesis de manera central o tangencialmente fueron
motivas por los innumerables intercambios con otros colegas del CEIL-PIETTE. Tantolos espacios formales como informales hacen a la vida de una institucin y promueven
la cooperacin de ideas y esfuerzo ms all de las reas de referencia. Retribuyo, en este
sentido, a Constanza Zelaschi, Germn Quaranta, Matas Berger, Mariano Feliz, Hctor
Anglico, Claudia Figari, Julio Testa y Hctor Cordone. A Guillermo Neiman
agradezco su enorme paciencia para resolver mis interrogantes de orden institucional.
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Agradezco a Cecilia Senn Gonzlez, Damin Pierbattisti y Federico Vocos por
facilitarme material, bibliografa y en particular por las ricas discusiones acerca de las
caractersticas del sector telefnico.
Una parte significativa del material bibliogrfico utilizado en esta tesis fue
adquirido en mi estada de investigacin en la Universidad Complutense de Madrid,
Departamento de Sociologa III. Esa inestimable experiencia se vio favorecida por el
fraternal apoyo y acompaamiento de varios docentes e investigadores de esa
universidad; en especial de Juan Jos Castillo y de su esposa Paloma Candela, gracias a
los cuales he podido conocer una porcin de lo que es la sociologa del trabajo en
Espaa. A Arturo Lahera Snchez por brindarme material especfico y extremadamente
til sobre los modelos de participacin en las empresas. A Pablo Lpez Calle, colega yamigo por compartir su tesis y sus reflexiones; tambin por guiarme en la ciudad de
Madrid. A Carlos Castillo Mendoza, por facilitarme material de su ctedra,
especialmente sus lecturas del marxismo.
A su vez, agradezco a Jean de Pea del CREALC, IEP dAix-en-Provence por su
incalculable amistad, por su generosa hospitalidad en Marsella y por las horas dedicadas
a la discusin de los problemas de Argentina.
En todo trabajo de investigacin hay implicadas cientos de tareas de ordenadministrativas, sin el apoyo de Patricia Ponte y los consejos de Ana Brandi hubiese
sido imposible avanzar, especialmente en la ltima etapa de esta tesis.
A mi padre por incentivar en m el inters por los problemas sociales y polticos.
Finalmente, agradezco la cariosa paciencia y apoyo incondicional de mi esposa
Dolores.
Para todos ellos mi profundo agradecimiento
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La sociedad no se compone de individuos; expresa
la suma de los vnculos y relaciones en que estninsertos los individuosEl capital: crtica a la economa poltica, Karl Marx
"Donde hay poder, hay resistencia. Pero esaresistencia nunca est en una posicin deexterioridad en relacin al poder".
Historia de la sexualidad, M. Foucault
Tenemos muy claro que no se trata apenas de soarsino de encaminar nuestras acciones hacia larecuperacin, como mnimo, de nuestras legitimascondiciones de trabajo. En esa tarea tenemos queestar unidosy cada vez mas y mejor organizados".
Boletn de lo pasantes telefnicos
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NDICE DE TESIS
INTRODUCCIN PAG.13
PRIMERA PARTE:CAMBIOS PRODUCTIVOS Y MUNDO DEL TRABAJO PAG.19
CAPITULO I REFORMAS ESTRUCTURALES
I.1.-CONSOLIDACIN DEL RGIMEN DE ACUMULACIN Y
REFORMAS DE LOS NOVENTA
I.2.-LA EROSIN DE LA NORMA PROTECTORA DEL TRABAJO
I.3.-LA CRISIS DEL MERCADO DE TRABAJO
PAG.20
PAG.21
PAG.28
PAG.37
CAPITULO II EL PROCESO PRIVATIZADOR Y LAS MARCAS DE ORIGEN
II.1.-LA CONVERGENCIA DE INTERESESII.2.-ANTECEDENTES DE LA PRIVATIZACIN DE ENTEL
II.3.-LAS MARCAS INDELEBLES DE LA PRIVATIZACIN:
RENTABILIDAD EXTRAORDINARIA Y CONDICIONES CUASI
MONOPLICAS
PAG.45
PAG.47PAG.52
PAG.54
CAPITULO III LAS RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIN
III.1.-LAS RELACIONES LABORALES COMO FORMA DESUBORDINACIN DEL TRABAJO AL CAPITAL
III.1.-INDIVIDUALIZACIN DEL VNCULO
III.3.-LA DESLABORALIZACIN
III.4.-FLEXIBILIDAD LABORAL
PAG.67
PAG.69
PAG.74
PAG.77
PAG.79
CAPITULO IV PERSPECTIVAMETODOLOGA DE LA INVESTIGACIN
IV1-F
UNDAMENTOS METODOLGICOS
PAG.87
PAG.87
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IV2.-UNIVERSO BAJO ESTUDIO
IV.3.-ESTRATEGIA
IV.4.-FUENTES Y TCNICAS DE RECOLECCIN DE
INFORMACIN
IV.5.-TRATAMIENTO ANALTICO ASIGNADO A LOS DATOS
PAG.89
PAG.90
PAG.91
PAG.95
SEGUNDA PARTE:PROBLEMATIZACIN TERICA Y PERSPECTIVA ANALTICA PAG.98
CAPITULO V LOS ESTUDIOS SOBRE EL TRABAJO EN EL SECTOR DE LAS
TELECOMUNICACIONES
V.1.-LOS APORTES NACIONALES A LA TEMTICA
V.2.-LAS PERSPECTIVAS INTERNACIONALES
V.2.1.-LOS ESTUDIOS LATINOAMERICANOS
V.2.2.-LAS INVESTIGACIONES EUROPEAS Y
NORTEAMERICANAS
PAG.99
PAG.100
PAG.105
PAG.105
PAG.110
CAPITULO VI FORMAS DE DOMINACIN Y DISCIPLINA
VI.1.-EL ORIGEN DEL PROBLEMA
VI.2.-EL ABORDAJE DEL CONTROL Y LA DISCIPLINA
PAG.119
PAG.120
PAG.123
CAPITULO VII EL CONFLICTO LABORAL EN LOS CENTROS DE TRABAJO
VII.1.-LA PERSPECTIVA FUNCIONALISTA Y SISTMICA
VII.2.-LA PERSPECTIVA PLURALISTAVII.3.-LA PERSPECTIVA NEOMARXISTA
PAG.139
PAG.141
PAG.146PAG.149
TERCERA PARTE:SINDICATOS Y NEGOCIACIN COLECTIVA PAG.159
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CAPITULO VIII LA DISPUTA INTRASINDICAL Y LA CUESTIN DE REPRESENTACIN
VIII.1.-LA RESISTENCIA DE LOS TRABAJADORES Y LA
RUPTURA DEL FRENTE SINDICAL
VIII.1.1.-EL CONTEXTO SINDICAL
VIII.1.2.-LOS ORGENES DE LAS DISPUTAS SINDICALES
EN LOS TELEFNICOS Y SUS PROYECCIONES EN LA
LUCHA POR LA REPRESENTACIN
VIII.2.-LA CONSOLIDACIN DE UNA NUEVA COMPOSICIN
LABORAL:LA FUERZA DE TRABAJO EMERGENTE Y AUMENTO
DE LA PRODUCTIVIDAD
PAG.160
PAG.161
PAG.161
PAG.167
PAG.182
CAPITULO IX LOS CONVENIOS Y ACUERDOS COLECTIVOS DE TRABAJO COMO
CRISTALIZACIN DE LAS RELACIONES DE FUERZA
IX.1.- LA NEGOCIACIN COLECTIVA DE TRABAJO EN LOS
NOVENTA
IX.2.- CONVENIOS Y ACUERDOS COLECTIVOS EN LAS
EMPRESAS DE TELEFONA
PAG.192
PAG.192
PAG.199
CUARTA PARTE:DISCIPLINA Y CONFLICTO:ELEMENTOS CONFIGURATIVOS DEL
ESPACIO LABORAL PAG.220
CAPITULO X DISCIPLINA E INTERIORIZACIN DEL CONTROLX.1.-LA DESESTRUCTURACIN DEL OPONENTE
X.2.-EL CONTROL DIRECTO
X.3.-INTERIORIZACIN DEL CONTROL
PAG.221PAG.222
PAG.238
PAG.246
CAPITULO XI LA CONSTITUCIN DE LA ACCIN COLECTIVA EN LOS
TRABAJADORES JVENES
XI.1.- FORMAS SUTILES DE RESISTENCIA Y CONFORMACIN DE
PAG.260
PAG.262
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LOS ACTORES
XI.2.- ACCIN COLECTIVA Y LUCHAS REIVINDICATIVAS DE LOS
PASANTES
PAG.273
CONCLUSIONES PAG.291
BIBLIOGRAFA 1.-BIBLIOGRAFA SOBRE TELECOMUNICACIONES
2.-BIBLIOGRAFA GENERAL
3.-BIBLIOGRAFA METODOLGICA
4.-OTRAS FUENTES CONSULTADAS
PAG.302
PAG.309
PAG.327
PAG.328
ANEXO A1.-FICHAS DE LOS CONVENIOS
A2.-GUA DE ENTREVISTAS
A3.-CODIGOS Y REFERENCIAS DE LAS ENTREVISTAS
A4.-ENCUESTA
PAG.329
PAG.335
PAG.340
PAG.343
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NDICE DE ESQUEMAS,GRFICOS Y TABLAS
ESQUEMA N 1CLASIFICACIN DE LAS MODALIDADES DE TRABAJO EN EL
MERCADO SEGN LAS RELACIONES CONSTRACTAULES Y LA ORGANZAICIN
DEL TRABAJO PAG.72
ESQUEMA N 2 TENDENCIAS SINDICALES EN FUNCIN DE LA RELACIN
ENTRE REPRESENTACIN Y PRESENTATIVIDAD PAG.284
GRFICO N 1 TASA DE DESOCUPACIN, SUBOCUPACIN HORARIA Y
TRABAJO NO REGISTRADO,TOTAL PAS (1991-2001). PAG.40
GRFICO N 2 VARIACIN DEL SALARIO REAL 1991-2001(1991BASE 100) PAG.40
GRFICO N 3EVOLUCIN DEL PBIY DEL SALARIO (1993BASE 100) PAG.41
GRFICO N 4POBLACIN POBRE E INDIGENTE (1991-2001) PAG.42
GRAFICO N 5 DIFERENCIA ENTRE EL DECIL1 1 Y 10 CON RESPECTO AL
INGRESO FAMILIAR EQUIVALENTE (1991-2001)(GBA) PAG.43
GRFICO N 6LNEAS INSTALADAS POR HOMBRE OCUPADO (CANTIDAD DE
LNEAS POR EMPLEADO) PAG.65
GRFICO N 7DOTACIN DE LAS EMPRESAS 1988Y 2000 PAG.183
GRFICO N 8 RELACIN ENTRE AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD POR
ABONADO Y VARIACIN DE LA DOTACIN PAG.184
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GRFICO N 9 FACTURACIN Y VALOR AGREGADO NETO POR EMPELADO
TELEFNICA +TELECOM MEDIDO EN PESOS- PAG.185
GRFICO N 10GANANCIA FINAL POR EMPLEADO TELEFNICA Y TELECM
(EN PESOS) PAG.185
GRFICO N 11EDAD PROMEDIO Y ANTIGEDAD DEL PERSONAL PAG.187
GRFICO N 12 AFILIACIN EN FOETRA BUENOS AIRES. (EN TRMINOS
ABSOLUTOS) PAG.190
TABLA N 1 COEFICIENTE DE GINI. EN RELACIN AL INGRESO FAMILIAR
EQUIVALENTE.OCTUBRE 1974A 0CTUBRE 2002(GBA) PAG.44
TABLA N 2COMPOSICIN ACCIONARIA DE LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS PAG.56
TABLA N 3 POSICIONAMIENTO ACTUAL DE LOS CONGLOMERADOS
LIDERADOS POR TELECOM. ITALIA-FRANCE, CEI CITICORP HOLDINGS-TELEFNICA INTERNACIONAL, AGEA/CLARN Y BELL SOUTH-MOVICOM
EN EL MERCADO LOCAL DE TELECOMUNICACIONES (FINES DE 1999) PAG.58
TABLA N 4VALOR DEL PULSO TELEFNICO,1985-1990(EN CENTAVOS DE
U$S)
PAG.60
TABLA N5COMPARACIN INTERNACIONAL DEL COSTO DE UNA CANASTA
TPICA DE CONSUMO TELEFNICO EN FUNCIN DEL SALARIO PROMEDIO
INDUSTRIAL,1996(EN DLARES,PORCENTAJE E NDICE) PAG.62
TABLA N 6 MARGEN DE UTILIDAD SOBRE VENTAS DE TELEFNICA Y
TELECOM, 1991-1999(EN PORCENTAJES) PAG.63
TABLA N 7 COMPARACIN INTERNACIONAL DE LOS MRGENES DE
RENTABILIDAD SOBRE VENTAS,1991-1996(EN PORCENTAJES) PAG.64
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TABLA N 8 EVOLUCIN DE LA PARTICIPACIN PORCENTUAL DE LOS
SALARIOS EN EL VALOR AGREGADO NETO DE LAS EMPRESAS PAG.186
TABLA N 9 NMERO DE TRABAJADORES SEGN VNCULO LABORAL EN
TELECOM Y TELEFNICA DE ARGENTINA S.A. PAG.187
TABLA N 10 NIVELES DE INSTRUCCIN DE LOS TRABAJADORES EN LA
EMPRESA TELECOM PAG.188
TABLA N 11PORCENTAJE DE AFILIADOS SEGN SINDICATO PAG.190
TABLA N 12NMERO DE CONVENIOS COLECTIVOS DE TRABAJO FIRMADOS
POR ACTIVIDAD Y EMPRESA.1991-1999 PAG.195
TABLA N 13DISTRIBUCIN PORCENTUAL DE LOS CONVENIOS COLECTIVOS
NEGOCIADOS POR SECTOR DE ACTIVIDAD ECONMICA (1991-1999)
PAG.198
TABLA N 14 NMERO DE CONVENIOS Y ACUERDOS FIRMADOS POR LAS
EMPRESAS PRIVADAS EN EL SECTOR TELEFNICO PAG.204
TABLA N 15 DISPOSITIVOS DE DISICPLINA Y CONTROL EN EMPRESAS DE
TELECOMUNICACIONES
PAG.257
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INTRODUCCIN
El espacio de trabajo constituye un mbito social que estuvo expuesto a grandes
transformaciones durante la dcada de los noventa visible tanto en las condiciones
concretas de trabajo como en las relaciones laborales que las producen. As como a
mediados de la dcada de los cuarenta comenz a consolidarse en Argentina un
conjunto de relaciones sociales y polticas que permitieron canalizar las demandas de
los trabajadores y materializarlas en conquistas laborales, desde el ao 1976 y ms
notoriamente desde 1991 oper una tendencia de naturaleza inversa destinada a que lostrabajadores y sus organizaciones de representacin perdieran capacidad de incidir en
aspectos relevantes de la dinmica laboral.
Las polticas y prcticas laborales llevadas adelante desde la asuncin del
gobierno de Menem han buscado un reordenamiento de los campos de poder,
aumentando el grado de discrecionalidad en el uso de la fuerza de trabajo por parte de
las direcciones empresariales. Los cambios en el modelo de acumulacin, en el mercado
de trabajo y en la normativa laboral constituyen los soportes ms visibles de laspolticas de desestructuracin del poder de los trabajadores. A pesar de la fuerza de
estos cambios, en este estudio sostenemos que en los espacios de trabajo se
desarrollaron otros procesos no tan evidentes que buscaron erosionar la base de
accin colectiva de los trabajadores.
Esos procesos que buscaban la implementacin de modernas polticas de
gerenciamiento lograron extenderse gracias a la puesta en prctica de un conjunto de
dispositivos de disciplina y control. En la presente investigacin, el abordaje de lastcnicas disciplinarias permitir evidenciar no solo que el desarrollo tecnolgico ampla
las posibilidades de control sobre el proceso de trabajo sino que se busca por medio de
otros dispositivos redefinir el propio contenido de lo que significa ser obrero.La tesis
pone en evidencia as la profundidad y heterogeneidad de los dispositivos disciplinarios
sobre los que se asienta la dominacin en el trabajo. Aunque dichas tcnicas poseen
una enorme capacidad para subordinar la fuerza de trabajo existen actos de resistencia
que acorde a ciertas condiciones materiales y simblicas abren la posibilidad a la
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expresin del conflicto y de ese modo recobrar los mrgenes de accin y decisin de los
trabajadores sobre los espacios de trabajo.
Para abordar estos problemas, el estudio est centrado en uno de los sectores que
ms expuesto estuvo a los procesos de reestructuracin: se trata del sector de las
telecomunicaciones. La combinacin de privatizacin, nueva cultura gerencial,
disminucin radical de la plantilla de trabajadores, desarrollo tecnolgico constituyen
solo algunos aspectos que prefiguraron un escenario sumamente complejo para el
desarrollo de las demandas de los trabajadores. En este sentido representa un caso
testigo y paradigmtico de cmo se configuraron las relaciones del trabajo en
Argentina. Especficamente la tesis se centra en las relaciones de trabajo bajo las cuales
ejercen su actividad los teleoperadores de las empresas Telecom y Telefnica deArgentina -oficinas de Capital Federal y Gran Buenos Aires- durante el perodo 1991-
2001.
Para analizar la dinmica que adopta la relacin entre capital y trabajo, la
investigacin se estructura en torno a tres ejes analticos: la flexibilidad laboral como
mecanismo que expresa el proceso de precarizacin del trabajo; la disciplina y el control
como el medio para subordinar a los trabajadores; y la resistencia y el conflicto como
emergente de la respuesta de los trabajadores y sus organizaciones.Con respecto al primer eje, la indagacin se encuentra orientada a develar los
cambios en las estrategias de negociacin a partir de la nocin de flexibilizacin laboral,
los nuevos contenidos en la negociacin colectiva de trabajo y su vinculacin con la
implementacin de la flexibilidad.
Puesto que en todo proceso de trabajo se pretende que los trabajadores cumplan
con las exigencias productivas, resulta de importancia analizar de qu modo se logra en
los mbitos de trabajo cumplir con dichas exigencias. De ah que en segundo lugar,resulte significativo analizar las tcnicas de disciplinamiento y la manera en que se
desarrollan y operan. La gerencia de las empresas tienden a una constante bsqueda y
aplicacin de los mtodos ms idneos para conseguir la mayor adecuacin laboral
posible de los trabajadores, as como la neutralizacin de aquellas prcticas que
pudieran afectar a la consecucin de las previsiones establecidas (Gaudemar, 1991).
De esta manera, pretendemos desarrollar una visin que reintroduzca la cuestin
de la disciplina en el trabajo, comprendiendo no solo los cambios desde una perspectiva
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tcnica sino como un proceso por el cual las formas de dominacin simblica estn
redobladas y los trabajadores se encuentran en una situacin de vulnerabilidad objetiva
y subjetiva desde el momento en que esa relacin de dominacin se asienta sobre el
miedo, sobre la amenaza del desempleo y la precariedad (Beaud y Pilaoux, 1999). El
capital tiene un imperativo de control tanto ms necesario cuanto que la lgica de la
acumulacin le obliga a revolucionar continuamente el proceso productivo y por lo
tanto, a asegurarse que aunque las condiciones de trabajo cambien, la extraccin del
esfuerzo va a estar bajo su control (Thompson, 1989). Ahora bien, existe cierta
controversia acerca de las maneras en que dicho imperativo se concreta en la prctica en
los centros de trabajo (Coller, 1997). En esta tesis sostendremos que la forma en que se
resuelve este problema en los espacios de trabajo es por intermedio de la articulacin deformas diversas de control que responden a principios claramente definidos.
A pesar que la subordinacin cuenta con elementos materiales y simblicos que
la refuerzan, los trabajadores articulan diversas acciones de resistencia, que en algunas
oportunidades asumen la forma de acciones colectivas. Estas acciones pretenden invertir
los trminos en que se articulan las relaciones entre el capital y el trabajo. Precisamente,
el tercer eje analtico permite comprender las relaciones de trabajo como un campo
conflictual donde se despliegan diversas manifestaciones del conflicto (Edwards, 1990;Jermier, Knights y Nord, 1994; Thompson y Ackroyd, 1995; Lahera Sanchez, 2005)
imposible de reducir solo a sus expresiones ms visibles.
Las tres instancias de anlisis no presuponen compartimentos estancos sino que
estn relacionadas; representan claves analticas que hacen posible la indagacin y
comprensin del fenmeno bajo estudio. Las nociones de dominacin y resistencia nos
permiten analizar la morfologa del trabajo pero la reflexin por ellas no pueden aislarse
de la condiciones concretas en la que la actividad de los teleoperadores se desarrolla.La pregunta central est dirigida a comprender la dinmica de las relaciones de
trabajo en empresas de telecomunicaciones en funcin del marco conflictivo en que se
establecieron los procesos de flexibilizacin y disciplinamiento. Para facilitar la
operacionalizacin, hemos trabajado con una serie de interrogantes que apuntan a
resolver los siguientes nudos problemticos: qu aspectos de la flexibilidad laboral
fueron tomados en cuenta e implementadas en las empresas analizadas? en qu medida
la flexibilizacin contribuy a reformular las relaciones entre empleadores y
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sindicatos?; de qu manera el proceso de precarizacin de la fuerza de trabajo estuvo
redoblado por una estrategia de disciplinamiento?, qu procedimientos se articularon
para implementar las tcnicas de disciplinamiento?; finalmente, nos preguntamos acerca
de la naturaleza del conflicto, especficamente nos interesa develar cules fueron los
ejes del conflicto? cmo se gestaron las acciones colectivas?
La investigacin se llev a cabo fundamentalmente a travs de un estudio
cualitativo aunque se apelan a datos de orden cuantitativo- en el cual la entrevista en
profundidad y el trabajo con fuentes secundarios resultaron herramientas adecuadas para
responder la pregunta acerca de los cambios en las relaciones laborales y
especficamente el modo en que stas se configuran a partir de la relacin entre los
entramados de dominacin y las acciones colectivas de resistencia.Sin lugar a dudas animan este estudio el conocimiento y la comprensin de los
principales efectos ocasionados por las polticas econmicas y sociales durante gran
parte de los noventa sobre los espacios de trabajo. Pretendemos, a su vez, que el trabajo
aporte una reflexin terica sobre los marcos interpretativos ms pertinentes para
comprender los fenmenos sociales. Por ltimo, aspiramos tambin que las reflexiones
expuestas permitan aportar algn tipo de herramienta para la accin.
* * *La tesis doctoral est divida en cuatro grandes bloques y al interior de cada uno
por captulos. En la Primera parte Cambios productivos y mundo del trabajo el
objetivo es resaltar los atributos ms salientes de los cambios socioeconmicos y la
caracterstica del mundo del trabajo emergente. De ah que en el Captulo IReformas
estructurales, busquemos relacionar los cambios operados en el modelo de
acumulacin con la erosin de las normas protectoras del trabajo y con la crisis del
mercado de trabajo. Seguidamente, en el Captulo II El proceso privatizador y lasmarcas de origen, orientamos la atencin hacia las principales caractersticas que
contornan el proceso de privatizacin de ENTEL y las mltiples deficiencias que este
tuvo. En el Captulo III Las relaciones sociales de produccin, distinguimos tres
tipos de tendencias que se estn desarrollando en el mundo del trabajo: la
individualizacin, la deslaboralizacin y la flexibilizacin. Cierra esta primera parte de
la tesis el Captulo IV Perspectiva metodolgica de la investigacin en el que se
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delinean las principales decisiones adoptadas en el transcurso de la investigacin y las
caractersticas de las tcnicas de recoleccin utilizadas.
La Segunda parteProblematizacin terica y perspectiva analtica, est orientada a
esclarecer nuestro objeto de estudio desde el punto de vista terico. Para ello se lleva a
cabo, en el Captulo V Los estudios sobre el trabajo en el sector de las
telecomunicaciones una indagacin sobre las principales investigaciones -en el plano
nacional e internacional- que se focalizaron en el sector y que tuvieron el tema del
trabajo como una de las preocupaciones principales. En el Captulo VI Formas de
dominacin y disciplina desarrollamos las claves analticas desde las cuales
interpretamos el fenmeno estudiado. Se presentan algunas de las teoras con las cuales
se discute y se precisa el contenido del marco terico. Fundamentalmente abordamos eltema de la disciplina y el control acentuando los dilemas que encierra este problema.
En el captulo siguiente, Captulo VII El conflicto laboral en los centros de trabajo,
estudiamos en profundidad la problemtica de la resistencia en los espacios del trabajo y
las derivaciones que posee este tema hacia el del conflicto.
La Tercera parteSindicatos y negociacin colectivaest dedicada al estudio
del actor sindical, las disputas internas y el modo en que la negociacin colectiva
manifiesta la debilidad por la cual transit este actor. Para ello dedicamos el CaptuloVIII La disputas intrasindical y la cuestin de la representacin,a ubicar dentro del
espectro sindical a los sindicatos que operan en el sector de las telecomunicaciones
haciendo especial hincapi en el tema de la representacin y representatividad. En este
captulo, desarrollamos una caracterizacin de la fuerza de trabajo que tendi a
consolidarse durante la dcada y que en gran media emerge como consecuencia de los
diversos posicionamientos adoptados por los sindicatos. Puesto que la materia
negociada tambin sufri cambios resulta sumamente interesante estudiar en el CaptuloIX Los convenios y acuerdos colectivos de trabajo como cristalizacin de las
relaciones de fuerza el contenido de la negociacin colectiva. Desarrollamos las
caractersticas principales de la negociacin colectiva a nivel nacional para pasar a
analizar detenidamente el contenido de la materia negociada por las empresas Telecom /
Telefnica y los sindicatos.
En la ltima parteDisciplina y conflicto: elementos configurativos del espacio
laboral, se aborda el modo en que se despliegan la disciplina y el conflicto en los
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casos estudiados. En el Captulo XDisciplina e interiorizacin del controlse abordan
los diversos dispositivos de disciplina que organizan la actividad laboral en las
empresas, especialmente en los puestos de operadores telefnicos. Aqu distinguimos
diversas formas de disciplina retomando las discusiones del Captulo VI. En este punto
de la investigacin es de importancia comprender las tcnicas de disciplina y control en
funcin de los principios bajo los cuales estn organizados: desestructuracin del
oponente; expansin de la disciplina directa; e interiorizacin del control. Esto permitir
establecer los concretos y especficos modos en que la subordinacin tiende a
consolidarse a travs de ciertos mecanismos que buscan en su extremo ocultar las
relaciones de dominacin. En el captulo XILa constitucin de la accin colectiva en
los trabajadores jvenesindagamos la naturaleza del conflicto laboral, la capacidad delos sujetos de expresar una resistencia organizada, los orgenes del conflicto y las
posibilidades de las acciones colectivas de alcanzar los objetivos expresamente
propuestos. Puntualmente, nos centramos en un conflicto dirigido por una organizacin
de pasantes hacia fines del ao 2001.
A modo de cierre, presentamos las Conclusiones donde se pretende retomar
algunos de los hallazgos y proponer nuevos interrogantes que estimulen el estudio y
profundizacin de las reflexiones vertidas en este trabajo. De manera complementaria,adjuntamos una serie deAnexosque complementan la informacin metodolgica.
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PRIMERA PARTECAMBIOS PRODUCTIVOS Y MUNDO DEL
TRABAJO
el economista identifica y confunde la funcindirigente impuesta por el carcter del proceso colectivo
de trabajo y aquella que tiene su raz en el carctercapitalista, y por tanto antagnico, de ese proceso. Elcapitalista no es tal capitalista por ser director industrial,sino al revs: es director industrial por ser capitalistaEl capital: crtica a la economa poltica, Kart Marx(1867)
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CAPTULO IREFORMAS ESTRUCTURALES
La sociedad Argentina ha sufrido varias marcas, que como hitos que permanecen
grabados en la memoria colectiva, actan alentando o desalentando las acciones de los
sujetos. El recorte presumiblemente discutible pretende remarcar fundamentalmente tres
momentos: el primero refiere al terror sembrado por la ltima dictadura militar; el
segundo, la impronta dejada por la hiperinflacin; y el tercero, el drama de la
desocupacin. El comn denominador es que en uno y otro caso se ha promovido unatendencia centrfuga en el entramado social, imponiendo nuevas representaciones
colectivas sobre los sujetos y fundamentalmente marcando -en muchos casos
estrechando- las opciones de los trabajadores
El auge del terrorismo de Estado de mediados de los setenta y principio de los
ochenta, desarticul las organizaciones sociales reprimiendo y persiguiendo a sus
militantes. La hiperinflacin habilit y legitim en cierta medida los llamados cambios
estructurales y la implementacin del modelo neoliberal. Montado sobre ambos
procesos, la desocupacin puede leerse como un continuo que profundiz la
fragmentacin social, no slo en trminos posicionales sino en tanto que erosion los
proyectos colectivos.
En este captulo nos interesa contextualizar nuestro objeto de estudio, para
comenzar a comprender los principales elementos que fueron transformados desde la
asuncin del gobierno menemista y a partir de all delinear aquellos que impactaron ms
intensamente sobre el mundo laboral. Resulta un pasaje necesario en vistas de la cuanta
de elementos que se vieron alterados, y ms precisamente el sentido y orientacin que
ellos adquirieron.
Como sugerimos en las primeras lneas de este acpite, existe una continuidad
entre los objetivos de reestructuracin menemista y las demandas histricas de los
grupos dominantes.
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I.1.- CONSOLIDACIN DEL RGIMEN DE ACUMULACIN YREFORMAS DE LOS NOVENTA
Suele identificarse lo acontecido en la dcada de los noventa con una tendenciams basta orientada a desbaratar una serie de atributos que caracterizaron lo que
usualmente se ha denominado estado benefactor. Ms all de las discusiones en torno a
la existencia o no de un estado con estas caractersticas en Argentina, o de su carcter
hbrido1con relacin a las experiencias europeas, lo cierto es que puede identificarse un
punto de inflexin a mediados de los setenta y especficamente en el ao 1976, con el
golpe militar2. A partir de ese momento comienza la transicin hacia un nuevo rgimen
de acumulacin que dar por tierra con ciertos rasgos que constituyeron la base deldesarrollo productivo argentino.
Esta inflexin en el entramado de produccin y su reflejo en la estructura social
tuvo un objetivo definido, buscar que el capital recupere el control perdido sobre el
proceso de trabajo3a travs de una constelacin de acciones represivas sin precedentes
y restituir de ese modo la autoridad patronal en las empresas. En este sentido, el golpe
militar gener una profunda transformacin estructural en el plano sociocultural,
indicativo de la posterior implementacin del nuevo rgimen de acumulacin.Las medidas llevadas adelante para generar una retraccin en las conquistas
laborales durante la dictadura fueron bastas y profundas y abarcaron la suspensin por
tiempo indeterminado de las negociaciones colectivas de trabajo y los montos salariales
eran fijados por el Poder Ejecutivo; a travs de la Ley 21.161 se suspendi el derecho a
huelga y toda medida de accin directa; la ley 21.356 suspendi la actividad gremial; se
facultaba al Ministerio de Trabajo a intervenir discrecionalmente los sindicatos; la Ley
21.400 prohiba cualquier medida grupal de accin directa; se declar la
1 Para su discusin pueden consultarse las contribuciones de Neffa, Julio C. (1998a) y LoVuolo, Rubn M. y Barbeito, Alberto C. (1998), especialmente el "Apndice terico acerca delfuncionamiento y crisis del estado de Bienestar".2 Puede sin embargo, rastrearse algunos intentos previos de imposicin de los rasgosneoliberales. Como sostenan a mediados de los aos setenta, Bisio, Forni y Neffa (1974) lapoltica de Krieger Vasena -Ministro de economa del Ongana- tena como objetivo imponer enel plano econmico transformaciones con un corte decididamente neoliberal.3 El movimiento obrero acompaado por la accin estatal haba logrado imponer desdemediados de la dcada de los cuarenta, en los espacios de trabajo, condiciones menos rgidasque las prevalecientes durante los aos anteriores. El resultado fue un desafo al control que
antes ejercan los empleadores sobre las condiciones en que se desempea la fuerza de trabajo(James, 1981).
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prescindibilidad de los empelados pblicos, autorizando a dar de baja sin sumario
previo; se suspendi la vigencia del Estatuto del docente; se anularon o modificaron 125
artculo de los 300 que constitua la Ley de Contrato de Trabajo por estimarlos
demasiados favorables a los trabajadores (Cordone, 1999; Corts y Marshall, 1991).
Adems se llev a cabo una poltica de secuestro y desaparicin de delegados y
activistas sindicales.
Sobre este legado, las reformas de los aos noventa lograrn imponer un
conjunto de polticas destinadas a profundizar y llevar a cabo de manera acelerada y
profunda aquellas medidas que facilitarn de manera definitiva la transformacin del
modelo de desarrollo. En efecto, durante los aos noventa se produjo el pasaje de un
estado benefactor perifrico a un estado neoliberal postsocial de signos diametralmenteopuestos; un giro copernicano en las formas, agentes, mecanismos y reglas de
regulacin social de las relaciones entre sociedad y Estado (Neffa, 1998). La
transformacin no solo afect la fisonoma del Estado sino tambin las acciones
llevadas desde esa instancia. Este pasaje fue fundamentalmente: a) drstico (shock); b)
auto-mutilante en su carcter de agente directo de la produccin (privatizacin); c)
minimizador, ya que releg su rol como coordinador de los flujos econmicos vitales y
principalmente su responsabilidad de productor de normas e instancia legitimadora delos criterios de regulacin. Si llama la atencin la velocidad que adquieren los cambios
en los noventa en relacin con la mutacin que sobrevino al Estado, no lo hace menos
las escasas resistencias polticas significativas articuladas, frente al cambio que se
impona y que en trminos histricos estaba ntimamente asociado con las polticas
econmicas y sociales de la dictadura.
Un indicador elocuente de la incapacidad de llevar adelante un conjunto
articulado de acciones que supusiese algn nivel de resistencia a las polticas que seavecinaban es la fractura que sufre la CGT en la Central San Martn y Azopardo4. La
4 En la CGT San Martn se encolumnan los sindicatos mercantiles, gastronmicos, de la carne,de loa construccin, mecnicos, plsticos, telefnicos, textiles, sanidad, ferroviarios,vitivincolas, azucareros, taxistas, del caucho, personal civil de la Nacin, calzado, mineros,seguros, molineros y del vidrio. En esta CGT convivan tres sectores: los 15 (Smata, sanidad yplstico); los ultramenemistas (gastronmicos) y los andreonistas) Uocra, carne ycomercio). En la CGT Azopardo se alinean los gremios de la alimentacin, camioneros,docentes, empleados estatales, metalrgicos, telegrafistas, tranviarios, martimos, de Obras
Sanitarias, de farmacias, de las universidades, qumicos, periodistas, viajantes, La fraternidad,judiciales, madereros y petroleros privados. Al interior de esta CGT tambin se conforman tres
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divisin manifiesta la puja por el lugar en la estructura de poder y el posicionamiento
con respecto al proyecto econmico y poltico que se estaba delineando a principios de
la dcada de los noventa. Por su parte, en 1992 un conjunto de sindicatos constituye la
CTA5, expresando otro peldao del conflicto hacia el interior del campo sindical.
El fundamentalismo de los grandes "equilibrios macro econmicos" satur el
escenario de manera elocuente a partir de la hiperinflacin de fines de los ochenta, y esa
preocupacin obsesionante por la estabilidad se convirti en un valor dominante de gran
eficacia electoral que desplaz a futuro toda preocupacin por acuerdos o compromisos
polticos o sectoriales que tuvieran por objeto el "equilibrio social" -empleo, lucha
contra la pobreza, redistribucin de ingresos- (Bisio, 1999). Esta obsesin guardaba
estrecha relacin y principio de explicacin con la hiperinflacin de 1989, que produjeraprofundos efectos en la sociedad argentina y en sus cuadros dirigentes.
Desde la perspectivas ms ortodoxas el diagnstico de la crisis que vena
arrastrndose desde mediados de los setenta y que hace eclosin de forma generalizada
a fines de la dcada de los ochenta es a grandes rasgos el siguiente: la crisis es producto
del aumento excesivo de los salarios, lo cual estuvo asociado a una expansin en los
gastos del Estado a travs de la accin del Estado de Bienestar y por lo tanto del
consiguiente endeudamiento estatal, tendiendo a incrementarse el costo del factortrabajo gracias a la expansin de la seguridad social, de una legislacin protectora del
trabajo frente al despido y accidentes laborales. A su vez, la falta de coordinacin entre
la poltica de ingresos y la presupuestaria provoc que la lucha del banco central en
contra de la inflacin condujera de manera inevitable a profundas fricciones econmicas
generando un aumento de la tasa de inters que afectaba y generaba dificultad al capital.
La combinacin de estos elementos y el efecto acumulativo produjo una disminucin en
la rentabilidad del capital. Ante un escenario de estas caractersticas, la solucin alproblema no poda darse solo a travs de un cambio de gobierno, se requera por el
contrario una transformacin esencial en las estructuras institucionales del sistema
grandes agrupamientos: los miguelistas (UOM, viajantes y Supe); los ubaldinistas (UTA,OSM y viajantes) y una lnea ms opositora (Ate, Ctera y periodistas). Los bancarios, Luz yFuerza y de Correros quedan como independientes (Senn Gonzlez y Bosoer, 1999).5El 14 de noviembre de 1992 se conforma la Central de Trabajadores Argentinos. Segn elartculo 2 del Estatuto la zona de actuacin de la CTA ser todo el territorio de la RepblicaArgentina y al mismo podrn adherir sindicatos de primer grado, uniones, asociaciones o
federaciones de trabajadores que acepten los principios, propsitos y fundamentos de la entidadde tercer grado
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socio-poltico, como as tambin un cambio en las relaciones de poder cristalizadas en
su interior. Para la ortodoxia neoliberal supona hacer retroceder a los sindicatos, reducir
las demandas, cambiar el patrn de consumo, desmantelar y reestructurar el Estado,
desregular y minimizar la intervencin estatal y concomitantemente reforzar el poder
del mercado (Hirsch, 1992).
Esta mirada sobre la realidad olvida que el Estado no constituye una entidad
exgena a la economa o un mero instrumento de los sectores capitalistas que acta
garantizando el aumento de la tasa de ganancia versin neoclsica-; tampoco es un
actor que regula, integra y asegura la reproduccin capitalista perspectiva de la
denominada reformulacin de la teora del Estado -. El Estado es ms bien objeto y
resultado de la lucha de clases. De este modo no resuelve las contradicciones del capital,sino que las reproduce en forma poltica (Clarke, 1992). En el mismo sentido, el
Estado acta como mediacin en el conflicto clasista y por ello su accionar refleja las
transformaciones y cambios en la correlacin de fuerzas sociales; por lo mismo, los
propios actores sociales actuarn para inducir al Estado a llevar polticas que los
favorezcan (Feliz y Prez, 2004).
Como sugieren Hirsch, Bonefeld, et.al. (1992) el carcter de las diferentes
formaciones que el capitalismo desarrolla se encuentra definido por una estrategia dedominacin, por un modelo de acumulacin y por una estructura hegemnica. De este
modo las crisis agudas se producen cuando en el marco del modelo de acumulacin y
una estrategia hegemnica determinada, resulta dificultoso movilizar suficientes
contratendencias a la cada de la tasa de ganancia y cuando la consiguiente valorizacin
del capital requiere de una transformacin capitalista. Es en el marco de esos procesos
en los cuales para restablecer el proceso de acumulacin, resulta esencial transformar
dicha estructura. Basta resaltar que no se trata de una interpretacin economicista uobjetivista pues las crisis remiten a condiciones sociales concretas, a estrategias de
acumulacin especficas y las estructuras hegemnicas logran instituirse producto del
modo en que se desenvuelve la lucha entre los sectores dominantes y las clases
subalternas.
La correspondencia histrica entre una estrategia y un modelo de acumulacin
junto con un modelo de dominacin caracterizan un bloque histrico. Es por ello que
una crisis estructural supone que la reestructuracin de la acumulacin debe estar
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acompaada por una reorganizacin correspondiente del modo de dominacin. Resaltar
la preeminencia del factor econmico es hacer una lectura teleolgica del desarrollo
histrico, y subordinar el proceso de lucha a un esquema determinista. Esta
subordinacin conlleva en s el peligro de ser, a final de cuentas, tautolgica: en primer
trmino se abstrae un modelo o norma de tendencias histricas dispares, y luego se
aprecia el significado de estas mismas tendencias a la luz de ese modelo. La distancia
entre el modelo y la realidad trae como consecuencia una sobreestimacin del grado de
cambio que el capitalismo ha experimentado (Bonefeld, 1992: 91). Por lo tanto las
tendencias producto de las estrategias y modelo de acumulacin son reales, pero slo en
su relacin con la lucha y, por lo tanto, objeto y resultado de la lucha
En efecto, en Argentina si bien la dictadura constituye un punto de inflexinentre un proceso de acumulacin basado en la sustitucin de importaciones a otro
primordialmente financiero (Rapoport, 2004; Rofman, 2000; Neffa, 1998), el xito
mayor de ella fue articular una nueva correlacin de fuerzas favorable al capital (Bonnet
y Glavich, 1993). El elemento que an quedaba pendiente era configurar un esquema de
reestructuracin regresiva que permitiera un nuevo salto en el proceso de acumulacin,
pero para ello an haca falta aplicar con toda fuerza la violencia del dinero proceso
hiperinflacionario- y una creciente sub-utilizacin de la fuerza de trabajo. La violenciadel dinero est implcita en las economas capitalistas, la reproduccin de la vida se
articula en torno a la compra-venta de mercancas y por lo tanto al acceso al dinero. La
desaparicin del valor del dinero (hiperinflacin) o la ausencia misma de la posibilidad
de acceder a suficientes cantidades del mismo (desempleo, deflacin salarial) impone la
violencia de las relaciones dinerarias sobre la poblacin (Feliz y Prez, 2004: 204).
Ambos elementos tendern a debilitar la resistencia de los trabajadores durante los aos
venideros.El gobierno menemista ser el que vehiculice e imprima de manera profunda la
transformacin del Estado y la reestructuracin del entramado productivo. Si bien este
proceso resulta una clave de interpretacin significativa para develar las
transformaciones sociales operadas a partir de la instauracin de un gobierno de corte
conservador, es imprescindible vincular dicho desbaratamiento estatal con los cambios
en la estructura socioeconmica que caracteriz el modelo de la economa argentina.
Ambos procesos -transformacin del estado y reorganizacin econmica- se articulan en
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un movimiento ms amplio que reside en la transformacin del modelo de acumulacin.
La diferencia de la poltica econmica llevada adelante por el gobierno de Menen con
otras experiencias en la materia fue que tuvo como objetivo hacer al mismo tiempo un
profundo ajuste estructural respecto de la situacin generada luego de la segunda
posguerra y produjo un verdadero cambio de rgimen de acumulacin (Neffa, 1998).
En el plano legal, una serie de leyes inaugurarn esta nueva etapa: por un lado la
Ley de Convertibilidad (n 23.928), paridad un dlar un peso (que suprime toda
indexacin precedente de contratos6, entre los que se incluan los salarios); por otro, las
leyes de Reforma del Estado (n 23.696) y de Emergencia Econmica (n 23.697).
Los mbitos de injerencia de estas normas son amplios, entre otros aspectos,
abrieron la posibilidad de privatizar las empresas pblicas. Se redujeronsignificativamente las barreras aduaneras, liberalizndose el comercio exterior y la
inversin extranjera. A su vez, se aument la presin fiscal y de manera significativa se
suprimieron los principales mecanismos de control del Estado sobre la economa a favor
de las "reglas del mercado"7; aunque en otros casos como en lo referente a la normativa
laboral el accionar estatal tendi a re-regularizar como se ver en el aparatado
siguiente cuando abordemos las leyes sancionadas-. Por otra parte, se redujo el gasto
pblico, se produjo una descentralizacin estatal y se traslad una serie de competenciasal nivel provincial y municipal (escuelas y hospitales).
De tal forma, muchas de las medidas promovidas a partir del golpe de 1976
encontrarn su definitiva implementacin en la dcada de los noventa. La dictadura
militar contribuy de manera sustancial a la interrupcin de un modelo de acumulacin
basado en la industrializacin mediante sustitucin de importaciones (ISI), imponiendo
un nuevo comportamiento econmico y social basado en la valorizacin financiera.
Entre 1976 y 1983, comienza a cambiar "el modo de regulacin, y de manera sustanciallas formas institucionales del Estado, la moneda, la competencia, la insercin
internacional y la relacin salarial. La economa se abri de manera abrupta al
6Ms adelante veremos como las tarifas de servicios telefnicos no respetaron las normas deprohibicin de indexacin.7Esta es una forma eufemstica de referirse a la no intervencin del Estado. Queda claro que poraccin u omisin el Estado asume un papel fundamental. En este sentido coincidimos con Felizy Prez (2004: 180) cuando resaltan que el capital buscar la intervencin activa del Estado afavor de sus intereses. El capital no slo no esperar que el mercado resuelva sus problemas
sino que pretender que, en caso que fuera necesario, la coaccin mercantil sea complementadapor alguna forma de coaccin directa, en especial mediante la accin estatal.
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comercio exterior especialmente en cuanto a bienes de consumo durables y de
produccin, afectando seriamente a la industria nacional. El estancamiento de la
demanda interna desalent a los empresarios y gener un desplazamiento de las
inversiones hacia el mercado financiero especulativo, facilit la fuga de capitales al
exterior, al mismo tiempo que aceler el crecimiento de la deuda externa" Neffa (1998:
269). La dictadura es en efecto, el antecedente y condicin de posibilidad de las
polticas econmicas y sociales impuestas a partir del gobierno peronista liderado por la
fraccin menemista.
Por su parte, el nuevo patrn de acumulacin produjo una modificacin en la
relacin capital-trabajo, pues facilit que el capital impusiese una dinmica de
predominio sobre el conjunto de los trabajadores. Esto se manifiesta claramente por unaregresividad en la distribucin del ingreso y un aumento de la exclusin social8. A su
vez, el predominio tambin se afianz entre los sectores del capital mediante la
transferencia de recursos desde las pequeas y medianas empresas, que sufrieron el
impacto del proceso de desindustrializacin, la cada del mercado interno y la apertura
econmica de bienes y capitales. El proceso de acumulacin ya no estaba enlazado a la
expansin de la produccin industrial interna y al consumo de los sectores populares,
sino que ahora la clave era la acumulacin mediante inversiones especulativas. De estamanera, la estrategia tendiente a imponer nuevos comportamientos sociales y el
aniquilamiento de posibles alternativas, permite destacar otro de los rasgos presentes en
la consolidacin del nuevo patrn de acumulacin.
En resumen, lo acaecido en la Argentina entre el ao 1991 y 2001 resulta por
dems emblemtico, en trminos de ese huracn neoliberal que tendi a extenderse y
aplicarse a travs de un conjunto de dispositivos institucionales. Como sugiere Azpiazu
(2001: 10) la intensidad que asumieron tales transformaciones, sumada a la celeridad yconvergencia temporal en su implementacin, convierten a la experiencia argentina en
un ejemplo casi pionero por su adhesin plena a los parmetros neoliberales ms
preciados: privatizacin, desregulacin, apertura y subordinacin del trabajo al capital."
8
Recordemos que dicha imposicin hubiera sido imposible sin la eliminacin de trabajadores,delegados, sindicalistas y activistas sociales durante la dictadura.
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I.2.-LA EROSIN DE LA NORMA PROTECTORA DEL TRABAJO
Para que el proceso de acumulacin logre restablecer el poder del capital uno delos objetivos manifiestos consista en desactivar los elementos constitutivos de la
legislacin laboral forjada a mediados de la dcada del cuarenta. Recordemos que los
rasgos esenciales se consolidaron a partir del ascenso del primer gobierno peronista. En
gran medida los trabajadores lograron plasmar de manera acumulativa las conquistas
laborales en la legislacin y las nuevas leyes se caracterizaron por ser protectora de las
relaciones individuales de trabajo y por una tendencia hacia la intervencin estatal en el
rea de las relaciones colectivas de trabajo (Cordone, 1999; Bunel, 1992; Goldn, 1977).Si bien los gobiernos previos al menemismo haban comenzado a erosionar las
conquistas laborales, an la normativa contemplaba elementos protectorios con respecto
a los trabajadores y haba logrado soportar diversos embates. El ms cercano al
elaborado por el gobierno menemista fue durante la gestin radical. En esa oportunidad
la denominada Ley Mucci planteaba una modernizacin y democratizacin de los
sindicatos. El fracaso de esta propuesta adquiri nuevos bros de la mano del por
entonces Secretario de Trabajo Caro Figueroa-. El proyecto inspirado en la normativa
espaola tena el propsito de modernizar las relaciones laborales a travs de la
descentralizacin de la negociacin colectiva articulando los diferentes niveles (rama y
empresa); fortalecer la autonoma de las partes en la creacin de normas; diferenciacin
geogrfica de la estructura salarial; procedimiento y modalidades para la solucin de
conflictos como materia de negociacin colectiva y la incorporacin de los trabajadores
del sector pblico a la negociacin colectiva. En gran medida este proyecto tambin
naufrag pues suspenda transitoriamente la discusin salarial
El argumento central, a principios de los noventa, sostena que resultaba
necesario para modernizar y adecuar la fuerza de trabajo a la nueva realidad
productiva eliminar las rigideces impuestas por los sindicatos al Estado y las empresas.
Ciertamente no se trata de una evolucin lineal, si bien existe una tendencia general, no
ha estado exenta de contramarchas producto de las presiones de grupos empresariales, la
resistencia sindical, los condicionantes de los organismos externos y de las coyunturas
electorales.
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La reforma laboral promovida desde la poltica gubernamental se dirige
esencialmente a desactivar el principio de estabilidad en el empleo, de irrenunciabilidad
de los derechos adquiridos, de indemnidad (el trabajador no debe sufrir perjuicios
materiales o morales a causa del trabajo), de asuncin del riesgo empresario y de
aplicacin de la norma ms favorable (Fernndez Lamadrid y Caubet, 1993). Este
quiebre en los principios rectores oper gracias a la modificacin de las normas e
instituciones que determinan el uso y reproduccin de la fuerza de trabajo teniendo
objetivos claros: modificar la correlacin de fuerza al deteriorar el poder de los
trabajadores9 restableciendo las atribuciones de control y disciplinamiento de los
empresarios respecto a los asalariados en cuanto a las normas regulatorias de las
condiciones de ingreso y egreso de los trabajadores; en funcin de las regulacionessalariales; con respecto al marco normativo de las relaciones colectivas; en relacin a la
canalizacin del conflicto; y en funcin de la seguridad social y riesgos de trabajo.
En el ao 1991 bajo el argumento de controlar la desocupacin y el trabajo en
negro se sancion la Ley Nacional de Empleo n 24.01310 que incorpora varias
innovaciones como el sistema de contrataciones promovidas diferenciadas en cuatro
formas: fomento de empleo, lanzamiento de actividad, prctica laboral para jvenes y
trabajo-formacin. El carcter promocional se basa en la reduccin de lascontribuciones patronales entre el 50% y 100% -segn la modalidad- a las cajas de
jubilaciones correspondientes, al INSSPyJ, a las cajas de asignaciones y subsidios
familiares y al Fondo Nacional del Empleo y en la disminucin del monto de
indemnizacin en caso de despido. Este modo de operar en el carcter indeterminado
del contrato laboral ser caracterstico del perodo (1991-2001) y la flexibilidad
contractual a partir de ese momento adquiere diversa vas como las modalidades
contractuales de tiempo determinado (plazo fijo o por obra, contrato por temporada,contrato de trabajo eventual, agencias de de empleo eventual, contrato de trabajo de
9Como plantea ajustadamente Martha Novick (2001) el nuevo modelo de relaciones de trabajono hay que evaluarlo solo en el plano de las medidas econmicas sino que afectsignificativamente la propia identidad sindical.10 Las diferencias entre las dos CGT con respecto a la poltica laboral del gobierno se haceevidente ante las debates previos a la promulgacin de la ley: la CGT Azopardo manifiesta quela ley tena el nico fin de liberar de responsabilidades a los empleados y hacer ms fciles ybaratos los despidos (Diario Gremial, 14 de agosto 1990); mientras que la CGT San Martnsostena que la norma abre la posibilidad de una mayor recaudacin provisional, la
reincorporacin al sistema de los desocupados y un reaseguro para los trabajadores activos(citado por Matsushita, 1999).
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grupo o equipo; que preexistan a la modificacin de la normativa); actividades
laborales que no adoptan las modalidades de un verdadero empleo como pasantas,
becas, planes de empleo de carcter administrativo; la modificacin del perodo de
prueba; la instauracin de un rgimen paralelo de contratacin laboral; la contratacin
de trabajos o servicios temporarios o eventuales y la modificacin del rgimen
indemnizatorio (Neffa y otros, 2005).
La norma se aleja del principio del derecho argentino que indica la necesaria
causalidad objetiva para la contratacin temporaria (Feldman, 1995). Si bien las
modalidades promovidas remiten a ciertas causales al referirse a los rasgos propios de
los trabajadores edad, encontrarse en situacin de desempleo o primer empleo- ya
dejan de remitir a causas asociadas con la actividad o el puesto -como por ejemplo laestacionalidad-.
Si bien las modalidades promovidas aumentaban el grado de discrecionalidad
empresarial, formalmente se mantena algn grado de control en manos de los
sindicatos (Battistini y Montes Cat, 2000) ya que para la implementacin de estas
formas de contratacin era necesario aprobarlas mediante los convenios colectivos de
trabajo11.
La nueva legislacin ampli las potestades para el desarrollo de losintermediarios privados en el mercado de trabajo como las empresas de contratacin de
trabajo temporario12, eslabn sumamente importante para comprender el proceso de
tercerizacin productiva y externalizacin de la fuerza de trabajo. A travs de este
recurso tambin de operaba sobre las cargas sociales.
En 1995 a travs de la ley de Fomento del Empleo se agregan dos nuevas
modalidades contractuales como la de fomento especial de empleo por medio de la cual
no existe derecho al preaviso ni a indemnizacin. A su vez, se habilita el Contrato aaprendizaje, en esta modalidad el empresario y el aprendiz estn exentos de aportes y
11En 1992 solo 28.7 de los convenios pactados incorporaron este tipo de clusulas aumentandopaulatinamente durante toda la dcada por ejemplo en el ao 1998 alcanza a prcticamente el50% de los CCT negociados- segn la informacin del Ministerio de Trabajo12 En el campo de la intermediacin del mercado de trabajo existen una variedad deorganizaciones sociales destinadas a la insercin laboral con una diferenciacin creciente segnlgicas organizacionales y el grado de institucionalizacin. Giner y Zelaschi, 2003; Neffa y
otros, 2001; Forni y Anglico, 2001; Giner, 2000 han profundizado el anlisis de este temadesde el punto de vista estadstico como as tambin a partir de estudios de caso.
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contribuciones que conforman la Contribucin Unificada de la Seguridad Social13. A su
vez, la ley sobre Rgimen Laboral para Pequeas y Medianas empresas (n 24.467)
otorgaba la posibilidad a estas empresas de utilizar las formas promovidas pero sin
previa negociacin colectiva de trabajo.
En 1998 la ley de Reforma Laboral (25.013) va a derogar las leyes de
modalidades promovidas de 1991 y 1995 y extiende el perodo de prueba de 1 mes hasta
6 meses (aunque pasado el primer mes los empleadores y asalariados deben contribuir a
la obra social y al fondo para subsidios familiares). En este ao en el marco del cambios
de Ministro de Trabajo Erman Gonzlez en lugar de Caro Figueroa- y en medio de un
proceso electoral se produce un viraje en la poltica del gobierno privilegiando una
mejor relacin con la CGT concediendo y estableciendo mecanismos destinados aasegurar el control sindical sobre la negociacin colectiva (Battistini y Montes Cat,
2000).
Si bien uno de los argumentos esgrimidos para incorporar estas modalidades fue
su contribucin a la generacin de empleo, en la prctica implic un desplazamiento de
otras formas de contratacin en la medida en que el aumento neto de desempleo
asalariado fue inferior al nmero de trabajadores contratados bajo esta modalidad;
adems un segmento determinado de empresas concentr su uso tanto en nmero comoen frecuencia (Feldman, 1995).
13 La seguridad social y en especial el caso de las obras sociales constituye un eje deimportancia de las reformas. Como sugiere Claudia Danani, en relacin a la dirigencia cegetistaesta concentr sus esfuerzos en obtener la limitacin de la competencia (va la exclusin de lamedicina prepaga) y la postergacin de la implementacin de la reforma. En este caso, elinstrumento fue el aplazamiento de la depuracin de los padrones y la demora no fue la simplepostergacin del condenado a muerte que trata de ganar das de vida contra una sentenciainapelable, sino la readecuacin a nuevas condiciones, para aliviar o invertir el impacto de susefectos indeseables. Efectos indeseables como el estrechamiento en lo poltico- institucional,que debilitara el poder sectorial. As, desde 1992 se haba visto a OSECAC acelerar lareorganizacin para un funcionamiento acorde a parmetros empresariales; a partir de 1993, elInstituto de Servicios Sociales del Personal de Seguros estudi formas de cubrir rpidamente el20 % de ingresantes permitido por la ley original , con grupos familiares de 15 ciertascaractersticas; se vio a varias Obras Sociales haciendo convenios entre s y con empresas demedicina privada en carcter de "socios", para mejorar sus condiciones de competencia. Se vio aobras sociales, finalmente, pensando sistemas de exclusin de los que aparecan como "afiliadosindeseables". El paradigma ha sido la preocupacin por la afiliacin de los trabajadores de laconstruccin, porque "... ganan poco, tienen muchos hijos y se enferman mucho" (Danani, 1998:
12).
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Las indemnizaciones por causas injustificadas tambin sufrieron cambios,
disminuyendo las erogaciones que las empresas deban pagar en caso de despido. En
principio, las leyes de Reforma de Estado y de Emergencia Econmica limitaron el
monto de la indemnizacin y eliminaron el tope de tres Salarios Mnimos Vitales. La
ley sobre Pymes cambi los plazos de indemnizacin y estableci para los trabajadores
contratados a partir de la vigencia de dicha ley.
Otro elemento de importancia que se reform fue lo atinente a las
remuneraciones y salarios. El decreto 1334/91 sobre Negociacin Salarial y
Productividad fue en este sentido fundacional en la medida en que solo podan darse
aumentos salariales atados a parmetros de productividad, negando todo tipo de
mecanismos indexatorios de acuerdo a lo expresamente determinado por la Ley deConvertibilidad. De all la importancia del modo en que se defina el clculo de
productividad14que deba ser pactado en el mbito de la convencin colectiva. A travs
del decreto 333/93 se introdujo una ampliacin en el sistema de pagos en especie a
travs de los denominados Tickets que constituyen aportes no remunerativos y por lo
tanto no son computados a los efectos del Derecho del Trabajo y adems los montos por
ellos representados quedan excluido de la base imponible de aportes y contribuciones.
La ley Pyme habilit el fraccionamiento del aguinaldo (previo acuerdo convencional).Un elemento que tambin sufri alteraciones, aunque las disputas fueron
intensas en este campo, es la normativa colectiva de trabajo. El objetivo de las empresas
era desarticular la homogeneidad en el plano de la negociacin colectiva llevando las
convenciones a una unidad menor de negociacin obteniendo con ello minar el poder
sindical. Esto se logr gracias al decreto 2284/91 que permita a las partes signatarias de
los convenios elegir el nivel de negociacin sin estar atados al nivel precedente. En
1996 bajo una nueva avanzada sobre la regulacin colectiva se eleva un proyecto quefacultaba a la representacin sindical en la empresa a celebrar convenios;
reconociendo a las partes legitimadas la eleccin del nivel de negociacin. A su vez,
habra la posibilidad a que dentro de ciertas limitaciones se modificasen las normas
legales referidas a categoras y funciones, tiempo de trabajo, estructura de las
remuneraciones, sueldo anual complementario, suspensin y extincin de contrato de
trabajo, sentando el principio de que las convenciones colectivas de mbito menor
14
Para una discusin sobre los sistemas y criterios adoptados para la medicin de laproductividad, ver Novick, Bisio, Catalano, y Deibe (1996).
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prevalecen sobre las de mbito mayor. El proyecto no fue aprobado pero muchas de sus
clusulas se trataron de introducir va reglamentaciones (Neffa y otros, 2004). En gran
medida los elementos establecidos en el proyecto dan cuenta del horizonte hacia el cual
estaban dirigidas las propuestas.
Como se dijo, la legislacin incorpor la distincin entre Pymes y no Pymes
facilitando la negociacin de condiciones indemnizatorias, descansos, vacaciones,
jornada y sueldo compensatorio, por debajo de los establecido por el convenio marco.
La novedad con respecto a esta ley es la atribucin concedida a la negociacin
colectiva de apartarse, an en perjuicio de los trabajadores, de algunas normas o
instituciones reguladas en al ley (Goldn, 1997: 156) profundizndose la tendencia
hacia la descentralizacin de la negociacin colectiva de trabajo al habilitarse laposibilidad de acordarse convenios por empresa. Recurdese que los convenios
firmados por empresa implica la posibilidad de que los sindicatos acuerden CCT
directamente con empresas de manera unitaria y no a travs de un conjunto de ellas
agrupadas en rama o actividad. Sin embargo, el sindicato firmante representa a los
trabajadores de una actividad, rama u oficio y no directamente a una empresa15. Algunas
de las demandas pronunciadas por los empresarios estaban dirigidas precisamente a
reformar este criterio, posibilitando la creacin de sindicatos de empresa. En uncontexto de fuerte debilidad de los sindicatos, presumiblemente hubiese significado un
mayor grado de subordinacin de los representantes sindicales a los empleadores16. Esta
tendencia se agudiz en el caso de quiebras en la medida que la Ley de Concursos y
Quiebras17 estipulaba que el CCT quedaba sin vigencia durante tres aos y se poda
firmar un convenio colectivo de crisis que facilitaba la implementacin de
15En Argentina no existen legalmente sindicatos de empresa. Existen negociaciones colectivasde trabajo a nivel de empresa, pero no Sindicatos que su representacin se limite legalmente auna sola empresa. Decimos legalmente porque si una empresa es la nica en su actividad elsindicato puede adquirir rasgos de sindicato de empresa. En gran medida los sindicatos queoperaban en las empresas estatales pueden ser rotulados con estas caractersticas.16En esta lnea Corts y Marshall (1999) expresan que los empresarios sostenan que los costosasociados con las regulaciones vigentes atentaban contra la competitividad, la negociacincolectiva fortaleca el poder sindical lo cual impactaba sobre los costos laborales y que elconjunto de protecciones ahondaba la indisciplina laboral.17 Las disposiciones de la Ley 24.522 (Ley de Concursos y Quiebras) estableca adems desuspender la vigencia del convenio colectivo el hecho por el cual los acreedores laborales (lostrabajadores) lo eran de la quiebra y no de los adquirientes o continuadores. De esa manera los
nuevos adquirientes (esto facilitaba el dispositivo de quiebras fraudulentas) no asuman lasdeudas ni con los trabajadores ni con el sistema de seguridad social.
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condiciones por debajo de lo estipulado por la legislacin y los convenios de la rama a
la cual dependa la Pyme.
Un punto clave en este proyecto y de varios intentos sucesivos18- es el de
eliminar la ultractividad. Recordemos que ella es una nocin medular del derecho
laboral (Ley n 14.250) en la media que constituye un mtodo para evitar que al trmino
de la vigencia de un CCT se produzca un vaco de normas colectivas. En los hechos
implica que si las partes no acuerdan un nuevo CCT, el que rige a los trabajadores sigue
siendo el ltimo CCT firmado. Por el contrario, su eliminacin implicara que al vencer
un CCT el que norma las condiciones de trabajo sera la Ley de Contrato de Trabajo que
en general contiene condiciones mas desfavorables para los trabajadores en la medida
que constituye un piso para los convenios colectivos, es decir las partes negociadoras nopueden suscribir en los CCT condiciones por debajo de las impuestas por la Ley. Esto
explica las numerosas tentativas empresariales por excluir la ultra-actividad y en gran
medida el vigor de las organizaciones sindicales por defenderlo.
Si bien la negociacin colectiva de trabajo sufri significativos cambios en el
contenido de la materia negociada (como se ver en el captulo IX) la estructura de
negociacin no fue alterada esencialmente19. La estructura de la negociacin colectiva
formal20
al concluir la dcada de los noventa es muy similar a la de diez aos atrs, apesar de los fuertes cambios econmicos y regulatorios que se produjeron en este
perodo en la media en que persisti el principio de ultra-actividad, las estructuras
representacin sindical y en tanto que las estructuras sindicales retuvieron el control de
la negociacin descentralizada (Marshall y Perelman, 2002) a travs de la posibilidad
que sean las entidades de orden superior las que se encuentran habilitadas a firmar
convenciones colectivas de trabajo.
Hasta aqu se han detallado las principales reformas dirigidas ha incorporarnuevas figuras contractuales, cuyo impacto no solo erosiona la relacin por tiempo
18Por ejemplo la Ley de Reforma Laboral (n 25.250 del ao 2000) bajo el gobierno de De laRa estableca un sistema de cada de la ultra-actividad para los Convenios.19 Nos referimos principalmente al control por parte del sindicato de mayor grado sobre lanegociacin colectiva de trabajo. Como veremos ms adelante, hubo cambios que cambiaron laconfiguracin por ejemplo en el porcentaje de convenios negociados en el nivel de la rama y dela empresa.20En las empresas existen constantemente negociaciones de carcter informal, es decir que enmuchos casos son producto de acuerdos de palabra. Histricamente han existido este tipo de
negociaciones y en etapas en que la negociacin colectiva fue cancelada las comisiones internasapelaron a este recurso.
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indeterminado sino abaratando los costos de entrada y salida de los trabajadores;
simultneamente se introdujeron reformas en la regulacin del salario y en el marco
normativo de las relaciones colectivas de trabajo. Como se ha sealado, este proceso de
transformacin productiva previsiblemente- encontrara resistencias por parte de los
trabajadores. Es por ello que el gobierno en el poder necesitaba tambin en el plano
legal contar con algn tipo de instrumento que colocase un freno a las expresiones
colectivas de descontento, especialmente las huelgas. Para ello en 1990 previo a la
privatizacin de las principales empresas estatales- y a travs del decreto 2184 se
reglament el derecho a huelga habilitando de ese modo al Poder Ejecutivo decretar la
ilegalidad siempre que se considere afectada una actividad que preste servicios
esenciales. Esta nocin abarca aquellos servicios cuya interrupcin total o parcialpueda poner en peligro la vida, salud, libertad y al seguridad de las personas. Por lo
tanto el margen de aplicacin era lo suficientemente ambiguo como para abarcar un
conjunto variado de actividades. El decreto estableca la obligatoriedad de prestacin
de un servicio mnimo, el incumplimiento de esta norma era sancionado declarando la
ilegalidad de la medida de fuerza. En caso de sancionarse la ilegalidad los empleadores
podan despedir a los trabajadores involucrados sin cumplir las obligaciones que les
corresponde segn la Ley de Contrato de Trabajo. El efecto disciplinador de esta normaes manifiesta y contribua junto con el resto a desmantelar la cohesin de los sindicatos.
La reforma a travs del decreto 1792/1992 que reglamenta la ley 24.028/1991-
tambin dio mayor margen a los empleadores en lo que respecta a las protecciones
contra accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, limitando los montos
mximos de indemnizacin; imponiendo al juez la determinacin de la causalidad
laboral y no laboral en la produccin de accidentes (Rubinstein, 1997) y establece la
obligacin de denuncia ante un accidente de trabajo. En 1995, se aprueba la ley 24.557,se reforma nuevamente la norma. El sistema de riesgo de trabajo sugera un giro total en
el sistema vigente, a travs de una concentracin de las facultades normativas,
produciendo una desjudializacin al sustraer del fuero laboral y llevarlo a una instancia
administrativa. La ley de 1995 al circunscribir la responsabilidad por enfermedades a
las enumeradas en el sistema legal, plantea una nocin de siniestralidad que se
construye legalmente, donde el infortunio laboral no es cualquier hecho, sino aquel que
se considera como tal en la legislacin. Y al intentar desjudicializar el ejercicio del
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derecho obrero que emana de esta normativa, se limita la posibilidad de ampliar ese
derecho en el mbito judicial a travs de la interpretacin juridisprudencial (Prez,
2003: 94)
Esta ley, se vincula en una maniobra alentada a proporcionar previsibilidad
econmica en los costos del sector empresarial y los costos (de siniestralidad) para el
sector asegurador, garantizando una demanda de los grupos de inters beneficiarios del
rgimen de acumulacin (Prez, 2003). No solo se apuntaba a travs de la modificacin
de la norma reducir los costos en caso de accidente, sino que signific un importante
negocio para las empresas ubicadas en este rubro. En esta misma lgica se inscribe la
modificacin del sistema de jubilacin (sistema dual de capitalizacin y de reparto) que
afianz aquellos sectores ligados a la acumulacin financiera. De all que el rgimen decapitalizacin tiene costos que aparecen sumamente elevados, tanto de manera
manifiesta a travs de las comisiones de las AFJP, como implcitas por medio de los
costos de las compaas de seguros, el costo de recaudacin, etctera. Estos costos son
particularmente significativos si se considera que el funcionamiento del nuevo rgimen
no ha significado una reduccin en el presupuesto del la ANSeS -el organismo de
administracin del rgimen de reparto- (Rofman, 1999).
En el ao 2000 se llevar a cabo otra reforma que deja intacto la imposibilidadde remitirse a la legislacin civil y la finalidad de lucro de las ART- al ampliar el monto
de las prestaciones dinerarias as como los aportes de las empresas a las ART; se
posibilita incorporar enfermedades no enlistadas; ampla la nmina de los
derechohabientes cuando se produce la muerte como resultado de una accidente; y se
instrumenta la vuelta al sistema de prevencin en 1979 en la medida que el nuevo
sistema no haba logrado los objetivos para el cual haba sido diseado: fomentar la
prevencin y mejorar el sistema de reparacin.A las caractersticas excluyentes de la normativa laboral hay que aadirle el
hecho que el conjunto de trabajadores no registrados no estaban amparados por la
reglamentacin en caso de accidente de trabajo. Este aspecto es tributario de los
avatares que sufri el mercado de trabajo, que en principio constituy otro aspecto sobre
el que se superpone el conjunto de dispositivos de gestin que permitir un mayor grado
de discrecionalidad empresarial.
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I.3.-LA CRISIS DEL MERCADO DE TRABAJO
Mientras las usinas intelectuales neoliberales pregonaban la necesidad derealizar una ciruga sin anestesia para extirpar los problemas del pas y presionaban
sobre la idea de que no haba otra salida, "los costos no deseados" de este proceso
volvan a recaer sobre los mismos sectores de la sociedad que haban recado en el
pasado; aunque ahora avanzaba sobre los sectores medios que vieron redireccionadas
sus trayectorias en una tendencia cuesta abajo.
El trabajo, que haba dado forma a unos de los procesos de mayor integracin
social y poltica vividos en nuestro pas desde mediados de los aos cuarenta, delineabaahora, va su escasez, un mundo plagado de incertidumbres. La reestructuracin
regresiva de la economa argentina (Nochteff, 1999; 1998) pona en evidencia, en los
primeros aos de la dcada de los noventa, la incapacidad para generar puestos de
trabajo estables, en cantidad suficiente y con remuneraciones adecuadas (Neffa y otros
2004, 2001; Panigo y Prez, 2002; Beccaria, 2001; Salvia, 1997) operando como un
factor fuertemente disciplinario de los actores sociales y de las organizaciones
sindicales en particular.
Una de las variables que manifiestan ms claramente la crisis del mercado de
trabajo es la desocupacin21. En el periodo caracterizado la tasa de desocupacin se
triplic (de 6.3 a principios del ao 1991 a 19 puntos a fines del 2001); impactando ms
intensamente en jvenes y mujeres. Si un rasgo caracterstico de la crisis de la
desocupacin se sustenta en el fuerte aumento del total de desocupados tambin se
21Gran parte de los sectores dominantes (conglomerados empresarios, partidos polticos, partedel establishmentacadmico y ciertos sectores del sindicalismo) sostuvo durante mucho tiempoque el aumento de la tasa de actividad registrada durante los noventa estaba relacionada con elhecho que un gran nmero de individuos al sentirse seducidos por los salarios ms elevados ylas posibilidades de consumo deciden dejar la inactividad y entrar al mercado laboral. Los altoscostos laborales, las rigideces de contratacin y las restricciones opuestas por los sindicatos,seran en este marco las causas del problema de la desocupacin y la precarizacin de lascondiciones laborales. En realidad el aumento de la tasa de la actividad es producto de la cadaen el salario de la unidad familiar lo cual presiona a otros integrantes al mercado laboral vista laescasez de ingresos. Como sostienen Santacargelo y Schorr, (2000: 75) producto de lareduccin salarial y de la creciente regresividad distributiva, un nmero cada vez mayor deindividuos debi ingresar al mercado de trabajo lo cual implic un incremento en la oferta demano de obra que, en el marco de un sistema econmico caracterizado por un reducido
dinamismo en lo que a creacin de empleos refiere, determin un incremento del desempleo yun empeoramiento en las condiciones laborales de la mano de obra ocupada
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manifiesta a travs del crecimiento relativo de la desocupacin de larga duracin.
Durante toda la dcada se observa un crecimiento constante en la intensidad de la
desocupacin -ms de 3 meses- llegando a alcanzar a prcticamente el 50% de la
poblacin desocupada -46.4 para el caso del Gran Buenos Aires- (Neffa, Salas y Giner,
2004). Ambos elementos y fundamentalmente la desocupacin constituye una
modalidad tpica de disciplinamiento en la media en que la amenaza de despido redefine
la subordinacin del trabajador, erosiona desde all su capacidad de negociacin y deja
al trabajador indefenso llevando a que este acepte peores condiciones de trabajo para no
quedar desempleado.
A su vez, el deterioro del mercado laboral tambin se refleja cuando analizamos
la evolucin de la sub-ocupacin horaria22, es decir a travs de un variable que nosindica el porcentaje de trabajadores que estn desarrollando su actividad por debajo de
la jornada normal23. En gran medida indica la precariedad del mercado de trabajo pues
muchos de esos trabajadores no trabajan un mayor nmero de horas porque no cuentan
con la posibilidad de hacerlo. La subocupacin puede comprenderse as como asociada
a la desocupacin por responder a la misma naturaleza de problemas.
Ambos procesos afectaron intensamente a los sectores ms dinmicos de la
economa produciendo una mutacin en la estructura econmica. De ah que lasactividades que se desarrollan durante los aos noventa son aquellas que estn asociadas
con la prestacin de servicios, algunas actividades comerciales y en ramas industriales
vinculadas con la explotacin de las ventajas comparativas de carcter esttico con una
baja intensidad relativa en el uso de trabajo, con una reducida calificacin en la mano de
22
Refiere a aquellos trabajadores que trabajan menos de 35 horas semanales. Esta categoradiferencia entre aquellos que demandan y no trabajar un nmero ms elevado de horas; de ahla diferencia entre la categora subocupacin demandante y no demandante23La estructura horaria tendi hacia una polarizacin del tiempo de trabajo (Prez, 1999). Entre1991 y 1999 los asalariados que trabajan menos de 30 horas por semana han aumentado suparticipacin en el total de asalariados (del 12% al 18%). Por otro lado, los asalariados quetrabajan ms de 45 horas semanales tambin aumentaron su participacin respecto al total deasalariados (del 36% al 50%). Por el contrario, los asalariados que trabajan una jornadanormal (30 a 45 hs.) han dejado de ser el grupo ms numeroso, como lo era a principios de ladcada, reduciendo su participacin en el total de asalariados de un 52% en 1991 a un 31% en1999. En consecuencia el aumento de trabajadores en jornadas (subocupados horarios) ysobreocupados han crecido en detrimento de empleos realizados a lo largo de una jornada
normal (Neffa y otros 1999).
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obra24 y con retribuciones salariales menores al de otros sectores (Santarcagelo y
Schorr, 2000).
Mientras que el PBI se expandi a una tasa media de variacin anual del 3,5%
entre 1991 y el 2001 (Feliz y Prez, 2004) desde de la vigencia de la convertibilidad, el
nuevo rgimen de acumulacin redujo sensiblemente la anterior elasticidad elevada del
empleo respecto del aumento del PBI, de manera que por el incremento de la
productividad y la intensificacin del trabajo, inclusive en los momentos de expansin,
fue baja la capacidad para generar nuevos empleos e incorporar desocupados que
cubrieran puestos vacantes (Neffa, Salas y Giner, 2004). En la fase recesiva esta
tendencia se agudiza
El impacto del modelo econmico no solo se expresa travs de la exclusin delmercado de trabajo de miles de trabajadores, tambin la calidad del empleo generado
cuenta con un componente de precariedad elevado. As los asalariados en situacin de
no registro25aumentaron de manera significativa durante la dcada de los noventa. Si
bien el valor a inicios de la dcada era elevado, prcticamente aument diez puntos en
1991 afecta a 28.9 por ciento de asalariados estimndose a fines del 2001 en el orden de
38.5 por ciento-. Adems de los menores costos implicados para el empleador se
calcula que un trabajador no registrado puede ganar hasta un 40% menos que otrocontratado de acuerdo a las normas legales- el grado de vulnerabilidad es mayor en la
medida en que no se beneficia con las disposiciones del convenios colectivo de trabajo y
al no poder cotizar tampoco puede ser representado por el sindicato (Battistini, 1999;
Galn, 1995).
24 Un fenmeno vinculado al de las habilidades exigidas por los puestos de trabajo es lasobrecalificacin de muchos trabajadores con lo cual se produce una prdida en el conjunto dela sociedad en la media que se desaprovechan las calificaciones de la fuerza de trabajo (Kulfas yRamos, 1999)25El trabajo no registrado es el que sin ser ilcito en s mismo no est declarado a una o variasautoridades que deberan tener conocimiento de l y, de ah, se sustrae a la reglamentacin o alos impuestos, o lleva una reduccin de las prestaciones de la seguridad social (Galn y
Feldman, 1997). En trminos estadsticos, puede obtenerse el valor del trabajo no registrado atravs de una variable Proxy -la utilizada usualmente es la que refiere al descuento jubilatorio-.
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GRFICO N 1TASA DE DESOCUPACIN, SUBOCUPACIN HORARIAY TRABAJO NO REGISTRADO, TOTAL PAS (1991-2001).
0
10
20
30
40
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
Deso cupacin Suboc upacin Horaria
Trabajo no registrado
Fuente:Neffa, Giner y Salas (2004) Ceil-Piette en base a la EPHdel INDEC
La erosin en las condiciones de trabajo, tambin se ve reflejado al tomar en
cuenta la evolucin del salario.Si bien la estabilidad de los primeros aos de la dcada
permiti una recuperacin salarial, a poco de evaporarse estos efectos el deterioro fue
revelador de la dinmica adoptada por el modelo econmico instaurado. La disminucin
del salario entre el 2001 y 1991 (base 100) fue del orden de los 10 puntos, lo cual indica
un profundo deterioro en el poder adquisitivo de los trabajadores asalariados.
GRFICO N 2VARIACIN DEL SALARIO REAL 1991-2001(1991BASE100)
80
85
90
95
100
105
110
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
Fuente: Delfini (2005) en baseEPH del INDEC y MECOVI
A su vez, es importante resaltar la evolucin del salario con respecto al PBI.
Mientras el producto bruto interno creca (hasta 1998 cuando se entra en una etapa
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profundamente recesiva), el salario sufra una cada constante. Esto indica que el
modelo de desarrollo no responda a la tan mentada teora del derrame, sino que por
las propias caractersticas del modelo econmico, los trabajadores quedan en una
situacin de profunda desigualdad al momento de evaluar la distribucin de
beneficiosos.
GRFICO N3EVOLUCIN DEL PBIY DEL SALARIO (1993BASE 100)
106 103
109
117122
118
100
90919394
99
93
60
70
80
90
100
110
120
130
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
pbi salario
Fuente:Delfini (2005