La postulación de formulaciones científicas sobre las características de las personas a quiénes se trata de formar en el sentido postulado como valioso, que faciliten la contextualización del andamiaje técnico o instrumental a la naturaleza propia de estas personas, cuya identidad está definida de manera pluridimensional.

Desde la perspectiva del planeamiento estratégico, una institución está caracterizada por la naturaleza de los procesos que en ella se gestionan con la intención de realizar su “misión” y plasmar su “visión”. En el ámbito de los servicios educativos, las instituciones diseñan, administran y acreditan procesos orientados a la formación y desarrollo de las personas; como expresamente lo declaran en su “misión”.

El proceso esencial y central en una institución educativa, en consecuencia, es generado para facilitar la formación de personalidades y para lo cual diseñan y articulan una serie de escenarios, actividades y acciones con tal propósito. El nombre con el cual se conoce dicho procesos en el ámbito educativo es el de “proceso pedagógico”, que consiste en la interacción entre agentes y medios tangibles e intangibles, a partir de intenciones concretas y con funciones y roles plenamente articulados para la conformación de una comunidad de aprendizaje y enseñanza dedicada a vivenciar procesos permanentes de procesamiento y elaboración de información cognoscitiva, afectiva, ética, social, estética, etc., direccionados intencionadamente a procurar su conversión en rasgos de personalidad, necesarios para interactuar de manera característica en los entornos que son propios de los sujetos de la educación.

El diseño y el desarrollo de la intervención intencionada para formar una personalidad se instrumenta a través de una propuesta pedagógica que ayuda al educando a: En términos sintéticos, la intervención formativa trata de integrar tres tipos de estructuras, las mismas que son:

La postulación de estimaciones valorativas sobre el por qué y el para qué educar, a partir de una comprensión de la realidad en la que se encuentra inmersa la institución educativa, así como de las proyecciones en las dimensiones del desarrollo personal y social de los educandos en proceso de formación.

La postulación de formulaciones técnicas que procuren concretar las estimaciones valorativas orientadas a formar a una persona en todas sus dimensiones a fin de que pueda planificar y realizar su propio proyecto de vida.

La postulación de formulaciones científicas sobre las características de las personas a quiénes se trata de formar en el sentido postulado como valioso, que faciliten la contextualización del andamiaje técnico o instrumental a la naturaleza propia de estas personas, cuya identidad está definida de manera pluridimensional.

En consecuencia, el manejo articulado y sostenido de las tres estructuras mencionadas, caracteriza la compleja tarea de la formación de la personalidad desde una visión holística y para lo cual las instituciones educativas diseñan y gestionan su “Proyecto Educativo Institucional” (P.E.I.) estableciendo las coordenadas a través de las cuales se desarrollará el proceso formativo de los sujetos de la educación, ya que el propósito más genuino de todo proyecto educativo, educativamente hablando, lo constituye el ayudar a que cada educando construya su propia personalidad. Dicha personalidad lo comprende cómo ser total: en lo orgánico, en lo psíquico y en lo espiritual.