Música chicha: Lo nuevo de fines de la primera década del siglo 21

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Construyendo Nuestra Interculturalidad. Nº5. Año 5. Vol. 4: 1-4, 2009 www.interculturalidad.org Revista cultural electrónica Año5. Nº5. Noviembre 2009. Lima-Perú. www.interculturalidad.org _________________________________________________ Música chicha: Lo nuevo de fines de la primera década del siglo 21. Arturo Quispe Lázaro [email protected] La diversidad musical de la chicha nos ha traído en esta ocasión, un nuevo estilo musical, el estilo norteño con el Grupo 5 a la vanguardia. Aunque percibimos un lento retroceso, a fines de la primera década de este nuevo siglo XXI, el estilo norteño sigue en la cúspide. Es decir, las aguas del movimiento de la chicha se van calmando del estruendoso remolino que se inicio hace dos años, a mediados del año 2007. Es en el segundo lustro de esta primera década que los grupos norteños han arribado e impactado a Lima. Una vez más la chicha se impone en la capital, y esta vez proviene también de las provincias. Además del Grupo 5, están los hermanos Yaipen, el grupo Candela, los Caribeños de Guadalupe, Grupo América, entre otros. Hay toda una discusión de si a este nuevo estilo se le debería llamar chicha o no. Sin embargo, la sola mención del término genera muchos anticuerpos. Los que están inmersos en el medio buscan que desprenderse de él, los que la miran de fuera lo usan como “arma” de ataque y de insulto con claras connotaciones peyorativas y de una velada exclusión. Desde las canteras de las tradiciones chicheras los llaman los “pitucos” de la cumbia, y los que están en la otra cantera los llaman “la chicha estilizada”. Como se observa, al margen de cualquier imposición o empecinamiento por el uso del término, esta versión de la cumbia norteña, estilizada o no, forma parte de la tradición chichera. Lo que ellos hacen también es chicha porque la denominación peruana de la cumbia se llama chicha. En realidad, en torno al término chicha se ha construido social y culturalmente una concepción negativa que genera repulsión a propios y extraños. En otra ocasión explicaré con mayor detalle sobre este tema, muy importante, porque toca uno de los puntos neurálgicos de

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La diversidad musical de la chicha nos ha traído en esta ocasión, un nuevo estilo musical, el estilo norteño con el Grupo 5 a la vanguardia. Aunque percibimos un lento retroceso, a fines de la primera década de este nuevo siglo XXI, el estilo norteño sigue en la cúspide. Es decir, las aguas del movimiento de la chicha se van calmando del estruendoso remolino que se inicio hace dos años, a mediados del año 2007. Es en el segundo lustro de esta primera década que los grupos norteños han arribado e impactado a Lima. Una vez más la chicha se impone en la capital, y esta vez proviene también de las provincias. Además del Grupo 5, están los hermanos Yaipen, el grupo Candela, los Caribeños de Guadalupe, Grupo América, entre otros.

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Año5. Nº5. Noviembre 2009. Lima-Perú. www.interculturalidad.org

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Música chicha: Lo nuevo de fines de la primera década del siglo 21.

Arturo Quispe Lázaro [email protected]

La diversidad musical de la chicha nos ha traído en esta ocasión, un nuevo estilo musical, el estilo norteño con el Grupo 5 a la vanguardia. Aunque percibimos un lento retroceso, a fines de la primera década de este nuevo siglo XXI, el estilo norteño sigue en la cúspide. Es decir, las aguas del movimiento de la chicha se van calmando del estruendoso remolino que se inicio hace dos años, a mediados del año 2007. Es en el segundo lustro de esta primera década que los grupos norteños han arribado e impactado a Lima. Una vez más la chicha se impone en la capital, y esta vez proviene también de las provincias. Además del Grupo 5, están los hermanos Yaipen, el grupo Candela, los Caribeños de Guadalupe, Grupo América, entre otros. Hay toda una discusión de si a este nuevo estilo se le debería llamar chicha o no. Sin embargo, la sola mención del término genera muchos anticuerpos. Los que están inmersos en el medio buscan que desprenderse de él, los que la miran de fuera lo usan como “arma” de ataque y de insulto con claras connotaciones peyorativas y de una velada exclusión. Desde las canteras de las tradiciones chicheras los llaman los “pitucos” de la cumbia, y los que están en la otra cantera los llaman “la chicha estilizada”. Como se observa, al margen de cualquier imposición o empecinamiento por el uso del término, esta versión de la cumbia norteña, estilizada o no, forma parte de la tradición chichera. Lo que ellos hacen también es chicha porque la denominación peruana de la cumbia se llama chicha. En realidad, en torno al término chicha se ha construido social y culturalmente una concepción negativa que genera repulsión a propios y extraños. En otra ocasión explicaré con mayor detalle sobre este tema, muy importante, porque toca uno de los puntos neurálgicos de

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la cultura peruana.1

Algunas producciones musicales chicheras que en estos años, a pesar de la gran difusión mediática de la “chicha estilizada” (como otros llaman al Grupo 5 y a aquéllos del mismo corte), han tenido una gran acogida y han acrecentado la popularidad de los grupos chicheros fuera de los circuitos de impacto mediático como la televisión. Uno de ellos es José María Palacios, Chacalón Jr., hijo del gran Lorenzo Palacios, Papá Chacalón, y el otro es Toño Domínguez con su agrupación Centella, quienes por estos años han seguido trabajando y presentándose día a día en los diversos chichódromos ubicados en los barrios de la gran Lima.

Eso sí, habría que evitar concebir a la cultura chicha, término usado a falta de uno mejor, como un simple efecto de lo anómico, y que su razón de ser, según algunos, es debido a la desviación de la norma y a la falta de valores. Concebirla así es no trascender lo epidérmico, y no distinguir niveles de análisis, y aún, lo delictivo como fenómeno social no se agota con la simple alusión de lo anómico. Por ello, lo recomendable es distinguir los niveles de análisis, lo contrario puede llevar a la confusión y tomar los efectos como causas.

Mención aparte es el de Abelardo Gutiérrez, el gran Tongo con su grupo Imaginación. Tongo en este segundo lustro de esta década ha adquirido una gran notoriedad en el ámbito mediático, básicamente televisivo, y se puede decir que su trascendencia, en estos últimos años, se debe a la forma cómo el ingresa e impacta en el ambiente “oficial” de los medios. El es tomado como un personaje bufonesco, que por su gracia y carisma logra ingresar a los programas televisivos. Estos le invitan con el propósito de divertir a su auditorio deseoso de una risa fácil y de mofarse de la anatomía y de las ocurrencias graciosas de un personaje como Abelardo Gutiérrez. Su exposición en los medios audiovisuales le ha permitido a Tongo tener una sintonía que no solo se restringe a las personas que gustan de su música, del ambiente chichero, sino además de un espectro más amplio de la ciudad de Lima. Tongo, en estos años, ha tenido casi la misma resonancia mediática que los grupos de “chicha estilizada”. Hay que decir, sin embargo, que Tongo no es nuevo en el ambiente de la música chicha, tiene una gran trayectoria en este medio musical, de continuidad y persistencia de más de 30 años de carrera artística. Algunos han señalado con admiración que la gente se burla de él, y que los programas recurren a él para hacer reír a su público. La presencia de lo popular en los medios de comunicación “oficial”, hoy en día no es casual. En la presente década del nuevo siglo, lo popular ha ido ganando terreno en los medios audiovisuales, si antes tenían presencia era solo en los programas periodísticos para denunciarlos y en algunos programas humorísticos para provocar risa por ser portadores de “mal gusto” o tontos de capirote.2

1 En el artículo La cultura chicha, esbozo algunas ideas al respecto, ver:

http://www.scribd.com/doc/19532735/Arturo-Quispe-Lazaro-La-cultura-chicha-en-el-Peru 2 Hay que recordar que las bromas que se hacían de los provincianos que recién “bajaban”, en los años 1950-

60, tenían como argumento que ellos eran tontos: un criollo vivo le vendía el monumento de la Plaza San Martín a un paisano serrano, y este “tonto” se lo compraba. Esa era la idea. Una persona que llega a la ciudad sin malicia y con una aureola de ingenuidad en su rostro, de la que el criollo se aprovechaba.

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Ahora, esa situación ha cambiado en algo. Lima está conformada por más del 90% de migrantes provincianos o descendientes de ellos, y habitan en los más de 40 distritos ubicados en los barrios populares. Es decir, la ubicua presencia de lo popular es inevitable en Lima y los medios masivos, para alcanzar sintonía tienen que recurrir a personajes de dicho sector que han tenido particular relevancia y han sobresalido en estos años. Por ello la presencia de lo popular en los mass media responde a este contexto en el cual nos encontramos. Actualmente, los medios para alcanzar sintonía realizan programas, series de televisión hurgando la vida de los personajes populares y mostrando el esfuerzo que realizan aquellos que provienen de los barrios o de las provincias alejadas y olvidadas del país, por labrarse un camino y un futuro en medio de las grandes adversidades que le impone las asimetrías sociales, culturales y las múltiples discriminaciones y exclusiones de una ciudad como Lima. Es en este contexto, que Tongo y tantos otros personajes populares han sido “adoptados” por los medios oficiales para sus fines crematísticos y a su vez, estos personajes han llegado a otros espacios sociales más amplios de Lima. En estos años de vorágine e impacto de la “chicha estilizada” (Grupo 5, Hermanos Yaipén, Candela, Caribeños de Guadalupe, etc), los otros estilos de la chicha siguen vigentes, incluso han reaparecidos las agrupaciones chicha que hicieron noticia en los años 80, 90: Randy y los Genéticos, Génesis, Banda G; Chacalito, etc., y han aparecido nuevas agrupaciones de chicha: Danny Escalante y su grupo Los foráneos, Los Delfines de la cumbia, con músicos de larga trayectoria en el ambiente de la chicha. Ellos retoman sus actividades musicales en los diversos chichódromos. Las agrupaciones musicales de estos estilos de chicha tienen una ardua actividad durante la semana, de manera ininterrumpida, y lo hacen sin la promoción y al margen de los medios de comunicación formales (prensa escrita, televisada y radial). Algunos de ellos tienen su programa en las poquísimas emisoras de radios populares que difunden este estilo de música chicha en Lima, como también en radios locales de los barrios urbano-populares. Las producciones musicales chicheras, las composiciones que hacen los grupos cada cierto tiempo, o cada año, no tienen por finalidad las ventas de las mismas, ni generar conciertos ni giras dentro o fuera del país como hacen los grupos de otros géneros musicales. Por el contrario, lo que buscan con las nuevas grabaciones es alentar al público de cada uno de los grupos a continuar asistiendo a las fiestas chicha. Esto es lo medular, porque saben que de la venta de los discos no viven, ni sacaran dividendo alguno. Sin embargo, los grupos continúan produciendo una o dos composiciones por año, lograrán renovar los lazos entre el grupo y sus seguidores, y de ese modo, también evitarán la fatiga y/o cansancio que produce el solo escuchar las mismas canciones todo el tiempo. De ahí la permanencia de la música chicha y de su circuito. De crear producciones musicales todo el tiempo y buscar que ellas impacten en su público. De este modo, animan a sus seguidores a asistir a las fiestas.

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Algunos grupos musicales y autores chicheros, siguiendo esta lógica, recrean a su estilo las composiciones musicales de otros géneros musicales que han tenido un gran impacto en el público. Uno de ellos es Vico y su grupo Karicia, que en el 2009 ha recreado la canción Huayayay, tema folklórico de Los Kjarkas, a su propio estilo. Y sus seguidores han apreciado nuevamente esta composición a estilo de Vico. En su programa de radio, los oyentes que llamaban para enviar saludos sabían la letra y cantaban un fragmento de la canción. Otras de las producciones que han sido grabadas en el 2009 y que han tenido un gran éxito ha sido el “Chaca-retro”. Este es un mix que incluye un segmento de cuatro canciones: El cartero, Pueblo joven, Mi lamento, y Luchando triunfaré, cantado por José María Palacios, hijo del gran Lorenzo Palacios, Papá Chacalón, entre otros temas. Otras composiciones que han tenido un gran impacto es Mil amores, que ha sido cantando por igual tanto por Chacalón Jr., y su grupo La Nueva Crema, como por Toño Domínguez y su grupo Centella. Ambas son agrupaciones que tienen su propia audiencia, un público cautivo. Algunos chicheros que gustan de las canciones de Chacalón Jr., no gustan de las canciones de Toño, y viceversa, pero también hay quienes gustan de ambos (como yo), y que asisten a las fiestas de cada uno por igual. Ambos grupos tienen un gran arraigo popular. Las composiciones interpretadas por Toño Domínguez con su grupo Centella Otro día sin verte, Mil amores han tenido un gran impacto y sintonía en su público. De ese modo, Toño ha visto crecer su popularidad en estos años, y lo hemos podido comprobar en el festejo por su 9no. año de existencia en julio de 2009. Otro que ha acrecentado en popularidad en tiempos actuales es el gran Abelardo Gutiérrez, el popular Tongo. Sus temas El hijo de nadie, Navidad de un preso y Yo no soy celoso, han tenido y tienen una gran sintonía. En suma, como ha ocurrido con las versiones anteriores de la música chicha, en esta ocasión, a pesar del gran influjo de la chicha estilizada de origen norteño, ahora con un poco menos entusiasmo que hace unos meses, las otras versiones de la chicha siguen su rumbo y continúan produciendo, creando y presentándose en las fiestas chicheras todos los días de la semana, de lunes a viernes.

Cómo citar este artículo: Quispe Lázaro, Arturo. Música chicha: Lo nuevo de fines de la primera década del siglo 21. Revista Electrónica Construyendo Nuestra Interculturalidad, Año 5, Nº5, Vol. 4: 1-4, 2009. Disponible en: http://www.interculturalidad.org/numero05/docs/0402-Musica_chicha_Lo_nuevo_en_el_siglo_21-Quispe_Lazaro,Arturo.pdf [Consultado: día, mes y año]