Nº 1 Tiempo Ordinario del año 2016 Discurso iconográfico del … · 2016-10-10 · resucitado y...
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Lignum Crucis — Archicofradía Santa Vera Cruz y Hermandad Santo Entierro
Cultos en honor de Ntra. Sra. Del Rosario: 7 de octubre,
misa a las 19 horas en la Parroquia de La Encarnación y pro-
cesión por las calles aledañas.
Cabildo ordinario de Hermanos: 7 de octubre a las 21 horas
en la Parroquia de la Encarnación.
Misa de inicio del Curso Cofrade 2016/2017: 8 de octubre a
las 20 horas en la Parroquia de la Encarnación.
Fiestas de Torrecuevas en honor de la Virgen Madre: del 8
al 12 de octubre, con Eucaristía a las 18:30 horas y posterior
procesión el último día.
Solemne Triduo en honor del Cristo Yacente en el Sepul-
cro: 4, 5 y 6 de noviembre a las 19 horas en la Parroquia de la
Encarnación.
Besapiés del Cristo Yacente: 6 de noviembre al término de la
Eucaristía.
Solemnidad de Cristo Rey del Universo: 20 de noviembre,
Eucaristía a las 19 horas en la Parroquia de la Encarnación.
Fiesta de la Presentación de Nuestra Señora: 21 de noviem-
bre, Eucaristía a las 19 horas en Parroquia de la Encarnación.
Agenda
La temática del discurso iconográ-
fico de nuestro nuevo paso es la
denominada apocalíptica por los
símbolos y elementos tomados del
libro del Apocalipsis que integra
dicho discurso. En la base o primer piso del lateral encontra-
mos 6 capillas separadas por parejas, donde se representan a 6
ancianos, correspondientes a los ancianos que se mencionan en
el Apocalipsis.
Entre las dos capillas de los extremos y las dos centrales hay 2
tondos en los que aparecen representados el toro y el águila. En
el otro lateral, se expondrían por tanto otros 6 ancianos y otros
2 tondos con la representación del león y el ángel. Los cuatro
símbolos de los tondos se corresponden, según la tradición
cristiana, con los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y
Juan. Por último, rematando las esquinas del primer piso hay 4
dragones coronados, justo debajo de cada uno de los faroles,
correspondientes también al libro del Apocalipsis.
Encima del primer piso ya descrito situamos a los cuatro jine-
tes a caballo, situados encima de cada uno de los tondos men-
cionados anteriormente. En cada lateral encontramos entre los
jinetes una capilla con una peineta inferior, en una de ellas si-
tuamos al Arcángel San Miguel y en la otra, en el otro lateral,
la imagen de la Virgen pisando al dragón. A su vez, tanto en la
parte frontal como en la trasera se sitúan sendas capillas, en la
frontal encontramos la imagen de Jesucristo como “El Hijo del
Hombre con la espada en la boca” mientras que en la capilla
trasera situamos la imagen de Jesucristo como “El Hijo del
Hombre con la hoz”, ambas pertenecientes al Apocalipsis.
Finalizando el conjunto, encontramos la urna en la que se sitúa
nuestro Cristo Yacente. Esta urna está coronada por un cordero
degollado, cayendo la sangre en un cáliz, encima de un libro
cerrado con los 7 sellos y portando un estandarte. En la parte
frontal y trasera de la urna se sitúan dragones, que custodian
dicha urna y sosteniendo a la vez un tondo cada uno. En el ton-
do del dragón frontal encontramos la imagen del Padre Eterno
sentado en un trono mientras que en el tondo del dragón trasero
se sitúa la imagen en relieve del Espíritu Santo en forma de
paloma, representando todos estos elementos junto al Cristo
Yacente en el interior de la urna a la Santísima Trinidad.
Discurso iconográfico del nuevo trono
Nº 1 Tiempo Ordinario del año 2016
Boletín informativo de la Primitiva Archicofradía de la Santa Vera Cruz y Real Hermandad del Santo Entierro
Lignum Crucis — Archicofradía Santa Vera Cruz y Hermandad Santo Entierro
Los primeros cultos que celebramos en la Cofradía a uno
de nuestros Titulares fueron en noviembre de 2009 en
honor del Cristo Yacente. Se veneró durante esos días la
Imagen del Cristo fuera de su urna en un sencillo altar,
finalizando con un besapiés. Esta imagen que se ha vuelto
habitual en nuestros altares de cultos después de varios
años, aunque entonces fue muy novedoso. Esta Cofradía
entendió que debía realizar Cultos internos y no sólo exter-
nos como la Estación de Penitencia, ya que mediante los
Cultos expresamos nuestra relación con Dios y la estrecha-
mos de forma más íntima, rindiéndole Honor y Gloria.
Además, a través de ellos nos reunimos en hermandad para
asistir juntos a la Eucaristía y compartir nuestra Fe.
Te hemos contado... Sabías que...
Nos ha llegado por la tradición cristiana que la Virgen Santí-
sima, que veneramos en España bajo la advocación de Nues-
tra Señora del Pilar el 12 de octubre, y estando Ella aún en
esta vida mortal, se apareció al apóstol Santiago en Zaragoza
en el año 40 d. C. sobre un pilar para darle ímpetu en su
apostolado.
Pero una de las cosas más extraordinarias de la intercesión
de la Virgen del Pilar es el milagro del “cojo de Calanda”,
en el siglo XVII, por el cual se le devolvió a un hombre la
pierna que le había sido amputada; hecho que quedó consta-
tado por los médicos y autoridades eclesiásticas y civiles de
la época.
En la vida cristiana se nos han presentado modelos a seguir
hacia la santidad. Queremos recordar aquí a algunos de estos
testigos que hoy nos guían desde el Cielo y nos iluminan con
su ejemplo de vida.
Santa Teresa del Niño Jesús: recordada el 1 de octubre, esta
joven carmelita nos enseñó un camino hacia la santidad carac-
terizado por la inocencia, la simplicidad y el amor a los de-
más, viviendo con gozo el regalo de Dios.
San Francisco de Asís: el fundador de la Orden Franciscana
es recordado en el santoral el 4 de octubre por haber dedicado
su vida a los pobres y necesitados, renunciando a la riqueza y
entregándose a una vida de predicación y viajes allá donde
Dios le encomendase. Con sus palabras y actitudes
nos mostró cómo seguía el mismo camino hacia
Cristo con su vida sacrificada, sencilla y entregada
a los demás.
Santa Teresa de Jesús: doctora de la Iglesia y
agregada a la Orden los Carmelitas, la cual reformó junto a
San Juan de la Cruz, la recordamos el 15 de octubre. Mani-
festó desde siempre una vida cercana a Dios, de carácter místi-
co, mostrando una fe sincera y enseñándonos un camino de
crecimiento espiritual hacia la ascensión con Dios.
Nombramos también a otros
santos recordados en este mes,
como San Luis Beltrán, predi-
cador sencillo y llano que llevó
el Evangelio a América meridio-
nal o a los Papas San Juan
XXIII, cuya vida estuvo dedica-
da a la caridad, a la fraternidad y
a la renovación de la Iglesia
hacia un lado más humano, y
San Juan Pablo II, el eterno
misionero de Dios, que llevó su
Palabra a todos los puntos de la
Tierra.
Testigos de la Fe
Lignum Crucis — Archicofradía Santa Vera Cruz y Hermandad Santo Entierro
… ESPERO LA RESURRECCIÓN DE LOS
MUERTOS Y LA VIDA DEL MUNDO FUTURO.
Nosotros creemos firmemente, y así lo esperamos, que del
mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de
entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los
justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo
resucitado y que Él los resucitará en el último día (cf. Jn 6, 39
-40). La muerte pone fin a la vida de la persona en la tierra, y
al tiempo que dicha persona ha tenido para acercarse a Dios,
que le dio la vida. Los que mueren en la gracia y la amistad
de Dios y están perfectamente purificados, viven para siem-
pre con Cristo. Son para siempre semejantes a Dios, porque
lo ven «tal cual es» (1 Jn 3, 2), cara a cara (cf. 1 Co 13, 12;
Ap 22, 4).
Y es que, según afirma la Iglesia, esta vida perfecta con la
Santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con
ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventu-
rados se llama "cielo". El cielo es el fin último y la realiza-
ción de las aspiraciones más profundas del hombre, el estado
supremo y definitivo de dicha. Por lo que vivir en el cielo es
«estar con Cristo» (cf. Jn 14, 3; Flp 1, 23; 1 Ts 4,17). Los
elegidos viven «en Él», aún más, tienen allí, o mejor, encuen-
tran allí su verdadera identidad, su propio nombre (cf. Ap 2,
17); «Pues la vida es estar con Cristo; donde está Cristo, allí
está la vida, allí está el reino» (San Ambrosio, Expositio
evangelii secundum Lucam 10,121).
Declara la Autoridad magisterial de la Iglesia que por su
muerte y su Resurrección, Jesucristo nos ha "abierto" el cielo.
La vida de los bienaventurados consiste en la plena posesión
de los frutos de la redención realizada por Cristo, quien aso-
cia a su glorificación celestial a aquellos que han creído en Él
y que han permanecido fieles a su voluntad. El cielo es la co-
munidad bienaventurada de todos los que están perfectamente
incorporados a Él. Este misterio de comunión bienaventurada
con Dios y con todos los que están en Cristo, sobrepasa toda
comprensión y toda representación. La Escritura nos habla de
ella en imágenes: vida, luz, paz, banquete de bodas, vino del
reino, casa del Padre, Jerusalén celeste, paraíso: «Lo que ni el
Durante el mes de noviembre nos acordamos de nuestros
seres queridos difuntos, y lo hacemos especialmente por los
que fueron hermanos de nuestra Archicofradía. Por ello,
recordamos aquí a Dolores Martín Callejón, viuda de Rafael
Quintana y madre nuestra hermana María Dolores Quintana
Martín, que descansa ya en la Gloria Eterna. También que-
remos recordar a nuestro antiguo Hermano Mayor Antonio
Rivas Franco en el aniversario de su fallecimiento, dado que
fue y es un ejemplo a seguir para nuestra hermandad Acom-
pañamos en su dolor a las familias y rogamos una oración
por ellos.
Requiescat In Pace
¡Creemos!
Memento
EDITA
Secretaría, Vocalía de Formación y Juventud y Vocalía de Nuevas Tecnologías
de la Primitiva Archicofradía de la Santa Vera Cruz y Real Hermandad del Santo Entierro
veracruzysepulcroalmunecar.wordpress.com
ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo
que Dios preparó para los que le aman» (1 Co 2, 9). «¡Cuál
no será tu gloria y tu dicha!: Ser admitido a ver a Dios, te-
ner el honor de participar en las alegrías de la salvación y
de la luz eterna en compañía de Cristo, el Señor tu Dios
[...], gozar en el Reino de los cielos en compañía de los jus-
tos y de los amigos de Dios, las alegrías de la inmortalidad
alcanzada» (San Cipriano de Cartago, Epistula 58, 10).
En la gloria del cielo, los bienaventurados continúan cum-
pliendo con alegría la voluntad de Dios con relación a los
demás hombres y a la creación entera. Ya reinan con Cristo;
con Él «ellos reinarán por los siglos de los siglos» (Ap 22,
5; cf. Mt 25, 21.23). Es la paga que reciben los que mueren
en la gracia y la amistad de Dios y están perfectamente pu-
rificados: viven para siempre con Cristo. Es la gloria de ser
admitido a ver a Dios, tener el honor de participar en las
alegrías de la salvación y de la luz eterna en compañía de
Cristo, el Señor tu Dios, gozar en el Reino de los cielos en
compañía de los justos y de los amigos de Dios, las alegrías
de la inmortalidad alcanzada. El Cielo es nuestra meta, y en
esta vida luchamos para ganarlo. Los que mueren en la gra-
cia y en la amistad de Dios, pero impuros o no del todo pre-
parados, aunque están seguros de su eterna salvación, su-
fren después de su muerte una purificación, a fin de obtener
la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.