N. Georgescu-Roegen - Qué puede enseñar a los economistas la termodinámica y la biología (1977)

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    CIP-ECOSOCIAL

    QU PUEDE ENSEAR A LOS ECONOMISTAS LA TERMODINMICAY LA BIOLOGA?*

    NICHOLAS GEORGESCU-ROEGEN

    * Publicado originalmente enAtlantic Economic Journal, V, Marzo 1977, pp. 13-21.

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    Los dos ltimos elementos constituyen el dficit de la operacin; la energa disipada por

    el razonamiento y la trasladada al enfriador ya no sern nunca ms aprovechables por el

    hombre para obtener trabajo. Como Lord Kelvin apunt hace tiempo, estas energas estn

    irrevocablemente perdidas para el hombre, y por lo tanto gastadas, aunque no

    aniquiladas (14, p. 125). As pues, sta es la cuarta ley de la ecologa e implcitamente,

    del proceso econmico: hagamos lo que hagamos dar como resultado un dficit en trminosde materia-energa (4, p. 95; 5, p. 279).

    Existe una excepcin importante que slo se puede ignorar a costa de un duro castigo. La

    ley que acabamos de enunciar no se aplica al proceso de adquirir conocimiento fructfero.

    Ahora est de moda identificar conocimiento con informacin e insistir en que la

    informacin se puede medir mediante la frmula presentada por Claude Shannon en la

    Teora de las Comunicaciones (es decir, de la transmisin de seales, con significado o sin

    l). Ocurre que esta frmula tambin se usa en fsica para medir la cantidad de materia-

    energa no aprovechable de un sistema. Sobre esta base, ahora muchos autores mantienen

    que cualquier conocimiento se mide por la cantidad de materia-energa aprovechable

    consumida (convertida en materia-energa no aprovechable) para llegar a l. Esto significa,

    por ejemplo, que la cantidad de informacin contenida en la ley de la gravedad de Newton

    se mide por la cantidad de materia-energa consumida por su autor en descubrirla. As, esa

    ley representara un mayor o menor conocimiento, segn que Newton hubiera tenido un

    metabolismo biolgico ms rpido o ms lento lo cual es una conclusin completamente

    absurda (5, Ap. B). Esta postura nos lleva de nuevo a los libros de balance. A pesar de la

    imposibilidad de medir el valor del conocimiento, est fuera de duda que cualquier

    descubrimiento fructfero el de la familiar rueda, por ejemplo ha ahorrado a la

    humanidad una cantidad de materia-energa aprovechable inconmensurablemente mayor que

    la consumida en el proceso hasta llegar a l.

    Algunos economistas Alfred Marshall (11, p. 63) entre ellos sealaron que el

    hombre no puede crear ni materia ni energa. El hombre, decan, slo puede crear utilidades.Pero en lo que hemos fracasado es en preguntarnos cmo incluso esta ltima proeza es

    posible si la materia-energa no puede aniquilarse ni crearse. No nos hemos planteado esta

    cuestin simplemente porque nuestra epistemologa fundamental es totalmente mecanicista.

    Jevons, podramos recordarlo, se propuso con orgullo construir la nueva ciencia econmica

    como la mecnica de la utilidad y del egosmo (9, pp. 11, 21).Ex post, podramos desear

    que Jevons, as como los otros dos gigantes en este campo Walras y Pareto no hubieran

    tenido tanto xito como tuvieron en transformar la economa poltica en una hermana de la

    mecnica, en una ciencia fsico-matemtica (15, p. 71).

    A causa de su completo xito, se le dice al principiante en las primeras sesiones de

    iniciacin que el proceso econmico es slo un movimiento circular que se sustenta por smismo y que es autosuficiente entre los sectores de la produccin y del consumo. Un tiovivo

    que, como todas las cosas mecnicas, tambin puede ser visto como un movimiento circular

    en direccin contraria, desde el consumo hacia la produccin. Este es el concepto del

    proceso econmico si miramos slo lo que ocurre al dinero, aunque incluso las muestras de

    poder adquisitivo billetes y monedas finalmente quedan inservibles y se deben

    reemplazar por otras nuevas. No se puede imaginar ni mayor ni ms fatal fetichismo con

    respecto al dinero.

    Despus de cualquier interrogatorio a fondo, hemos de admitir que todas nuestras

    explicaciones de los fenmenos econmicos son en esencia mecanicistas. Cuando la oferta o

    la demanda se desplazan hacia arriba o hacia abajo, el mercado tambin vara, pero stesiempre vuelve a la misma posicin si la curva vuelve tambin a su antigua posicin. La

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    teora econmica que apreciamos no permite que ningn cambio deje su marca en el proceso

    econmico, sea el cambio una sequa, una inflacin o una crisis burstil.

    Respecto a ello, no puedo evitar recordar un chiste que, como alumnos de segundo grado

    en mi pueblecito natal, solamos contar sobre una fbrica de salchichas de Chicago. La

    historia contaba que en esa fbrica los cerdos entraban por un lado y las salchichas salan porel otro. Un da olvidaron aadir las especies. No es una catstrofe, solamos decir. Toda la

    fbrica se puso al revs; las salchichas malas entraban y todos los cerdos salan vivos.

    Entonces se aadieron las especies y la mquina se puso en marcha de nuevo hacia delante.

    Esta vez las salchichas salieron con especies, como tena que ser. Nos moriramos de risa,

    como nios, al pensar que hacemos que el oyente crea que la tecnologa americana puede

    mover todas las cosas hacia atrs y hacia delante segn su voluntad. Pero siendo nios como

    ramos, ciertamente sabamos la simple y suprema verdad que tal forma de deshacer las

    cosas no es nunca posible. Entonces yo no poda esperar que un da aprendera que la

    disciplina econmica se fundamenta en este tipo de movimientos de pndulo.

    Sin embargo, hay algunas circunstancias atenuantes para la adoracin filosfica de la

    mecnica por parte de los fundadores de la escuela moderna de economa. En astronoma, la

    mecnica haba hecho maravillas. Pensad en Urbain Leverrier y John Couch Adams, que

    descubrieron el planeta Neptuno, no explorando el firmamento con un poderoso telescopio,

    sino con la punta de sus lpices tras diversas series de clculos. Hoy en da sera difcil para

    cualquiera imaginar la alegra que esta proeza caus tanto entre cientficos como entre

    filsofos. Sera un sueo para un economista ser capaz de sentarse en su escritorio con

    papel y pluma y algunos datos (todos los cuales Jevons esperaba que estaran disponibles

    algn da prximo) y ser capaz de calcular la posicin que una determinada accin burstil

    del firmamento del mercado de valores tendr maana, o incluso mejor, dentro de un ao!

    Pero debido a este sueo, la ciencia econmica se ha convertido gradualmente en el lugar

    de juego de muchos, interesados principalmente en ejercicios matemticos sin relevancia

    ms all del papel en el que se hacen. El resultado final es que las matemticas han alejado

    casi totalmente a la economa de la verdadera tarea de pelearse a brazo partido con los

    hechos. Para estar seguros, uno siempre encuentra las irrelevantes elucubraciones

    matemticas precedidas por alguna explicacin de la clase de las que recuerda la poesa El

    Matemtico Enamorado, de William Rankine (12, p. 5), quizs el ingeniero mecnico ms

    brillante de la Inglaterra del siglo XIX.

    Hagamos que x signifique belleza e y cultura.

    z, Fortuna esto es esencial

    Hagamos que L sea amor dijo nuestro filsofo

    Entonces L es una funcin de x, y, z,Del tipo conocido como potencial

    Ahora integremos L respecto a dt,

    (en donde t significa tiempo y persuasin);

    Entonces, dentro de los lmites adecuados, esto es fcil de ver,

    La integral definidaMatrimonio debe ser:

    (Una demostracin muy precisa).

    El dijo: Si el asombroso curso de la luna

    se puede predecir mediante el lgebra

    los afectos femeninos pronto se deben someter a ella.

    Pero la dama se fug con un gallardo dragn,

    Y lo dej asombrado y afligido.

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    La epistemologa mecanicista es responsable de un pecado an mayor de la economa

    moderna, el de la total ignorancia del papel que juegan los recursos naturales, en el proceso

    econmico. Hablamos de tierra, efectivamente, pero slo en el sentido Ricardiano, es

    decir, como el arquetipo de un factor de produccin del tipo fondo (stock) (5, Ch. IX; 6, Ch.

    4, 5). A pesar de ello toda la historia, pasada y presente, prueba sin la menor duda que el

    control sobre los recursos naturales ha sido la fuerza conductora de los grandes movimientosde personas y de todos los conflictos entre naciones.

    Que el proceso econmico est inseparablemente ligado al medio ambiente material es

    obvio. Pero por qu debe la gente luchar por los recursos naturales arriesgando sus vidas no

    es cuestin sencilla. El hecho de que la dotacin de recursos naturales que puede utilizar la

    humanidad sea finita no es suficiente por s mismo como explicacin. Tambin necesitamos

    las enseanzas de la termodinmica.

    A la verdad elemental de que la materia-energa no puede ser ni creada ni destruida, la

    termodinmica aade que la materia-energa se est degradando continuamente desde una

    forma disponible a una no disponible, independientemente de si la vida est presente o no y,

    por lo tanto, con independencia de si la usamos para obtener trabajo o no. Esta es la quinta

    esencia de esa ley que tiene el formidable nombre de ley de la entropa, sobre la cual vamos

    a tener noticias cada vez ms frecuentemente (si atendemos a la inclinacin que sigue la

    literatura). La ley simplemente dice que la entropa, entendida como un ndice relativo de la

    energa no disponible en un sistema aislado,1aumenta constantemente.

    Muchos fsicos ven la ley de entropa como la ley suprema de toda la existencia (3, p.

    74). Sin embargo, curiosamente, esta ley tiene un fundamento antropomrfico. Este

    fundamento requiere la distincin entre materia-energa disponible y no disponible, una

    distincin que slo puede realizar un intelecto humano segn las necesidades e intereses

    propios del hombre. Un espritu puro o un intelecto proveniente de un mundo con un modo

    de vida distinto al nuestro posiblemente no podra llevar a cabo tal distincin, pues carecera

    de base para ver la diferencia entre las dos cualidades de materia-energa que nosotros

    percibimos.

    La distincin entre estas categoras separa lo que tiene valor econmico materia-

    energa disponible y lo que no tiene valor materia-energa no disponible, es decir,

    residuos en un sentido termodinmico.2Los residuos en este sentido consisten, por ejemplo,

    en los gases de escape de un automvil o en las partculas de oro esparcidas en innumerables

    alfombras en el mundo. Sin embargo, no es slo por este motivo por el que la

    termodinmica es fundamentalmente una fsica del valor econmico, como Carnot

    estableci que era (4, p. 92; 5, p. 272).

    Uno quizs podra pensar que el calor disipado por friccin o el transferido al enfriador

    podra de alguna forma volver a la caldera y as ser utilizado de nuevo para obtener trabajo.

    Ese calor no ha sido aniquilado, no es cierto? Si esto fuera posible, podramos usar la

    1Uno no debera encubrir los aspectos complejos de la nocin de entropa; pero para el propsito presente,

    la definicin que se da arriba es suficiente. El concepto en traje de gala carece de representacin intuitiva yes tan embrollado que, de confiar en algunos expertos, incluso no lo entienden bien todos los fsicos (5, p.147).2

    Un residuo en el sentido ordinario puede contener slo poca materia-energa disponible, si tiene algo. Taldesperdicio consiste principalmente en basura y deshechos garbo-junk como propuse llamarlo que

    todava representa energa disponible, pero con una forma inservible (vidrio roto, herramientasfragmentadas, etc). El garbo-junk se puede reciclar; la materia-energa no disponible no se puede reciclar(7).

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    misma materia-energa una y otra vez, tal y como aparentemente podemos usar los billetes y

    monedas en nuestras transacciones corrientes.3 Qu bonito sueo, de nuevo, no tener que

    explotar continuamente las entraas de la tierra para obtener materia-energa!

    Lamentablemente, la termodinmica nos despierta de este sueo para conducirnos a la cruda

    realidad. La degradacin de la materia-energa disponible se produce no slo continuamente,

    sino tambin irrevocablemente.

    4

    Es imposible aspirar los gases de escape de un automvildesde otro carburador y conducir con l otra vez. Eso sera equivalente a tener una milagrosa

    fbrica de salchichas como la de la historia de mi niez. La naturaleza, con o sin nosotros,

    mezcla y revuelve las cosas ordenadas convirtindolas en desorden, y no tenemos medios

    para deshacer esta degradacin entrpica.5Toda la existencia se mueve en una sola direccin

    en contraste con los fenmenos puramente mecnicos que se pueden mover igualmente

    hacia delante o hacia atrs, o de atrs a delante. Por supuesto, es esencial aadir que slo

    en relacin al torrente de nuestra consciencia6 tiene sentido la proposicin la entropa

    aumenta constantemente. No tiene sentido hablar de aumento en el tiempo si no tenemos

    bases para averiguar cul de los dos momentos va primero.

    Debido a la ley de la entropa, entre el proceso econmico y el medio ambiente hay un

    nexo dialctico. El proceso econmico cambia el medio ambiente de forma irrevocable y es

    alterado, a su vez, por ese mismo cambio tambin de forma irrevocable. La humanidad se

    puede extinguir (como probablemente lo har), pero no volver a vivir en cuevas (o en los

    rboles) si alguna vez vuelve a vivir de la misma forma exacta en que lo hizo en el

    pasado. Para recordarlo, las curvas de oferta no son reversibles, como Marshall

    correctamente pensaba (11, p. 808); y como yo prob ms tarde, no podemos ir de arriba

    abajo en la misma curva de demanda (4, pp. 171-83).

    Volviendo a la biologa, uno pensara en primer lugar en Alfred Marshall. Ya que fue l

    quien en repetidos lugares habl de la economa como una rama de la biologa

    ampliamente interpretada y nos advirti que La Meca del economista descansa en la

    biologa ms que en la dinmica econmica (11, pp. XIV, 772). Sin embargo, Marshall nosigui su propio llamamiento. Slo existe el color peculiar de su mtodo de exposicin y su

    famosa comparacin de las empresas de una industria con los rboles de un bosque.

    Una interpretacin del proceso econmico en un estilo biolgico es el mrito ms

    destacado de Joseph Schumpeter, mrito que es an mayor dado que nunca razon a partir

    de la analoga. Ex post, podemos encontrar razonable al comparar los inventos y las

    innovaciones con las mutaciones biolgicas, antes y despus de la difusin. An as,

    Schumpeter no recurri a este artificio. Simplemente describi el impacto de los inventos e

    innovaciones como tales en el proceso econmico, de la misma forma en que un bilogo

    describe el papel que juegan las mutaciones en la evolucin. Ni utiliz ilustraciones de la

    biologa para explicar la diferencia entre aumento cuantitativo e innovacin cualitativa, queanima su distincin entre crecimiento econmico puro y desarrollo econmico. Aada

    sucesivamente tantos vagones correo como quiera, nunca resultar un ferrocarril (13, p.

    3Digo aparentemente porque, como ya se apunt, incluso estas muestras se consumen y finalmente se

    convierten en materia inservible.4

    La afirmacin no es redundante. Los automviles en un cruce giratorio se mueven continuamente de unaposicin a otra, pero no irrevocablemente lejos de cualquier posicin (5, pp. 196-7).5 Quieres des-revolver un huevo revuelto? Mzclalo con comida de pollo y alimenta con ello a un pollodicen algunos. Pero ignoran muchos hechos: mientras tanto el pollo ha envejecido, parte de la comida y

    del huevo se han transformado en materia-energa no aprovechable, y alguna materia-energa adicional hatenido el mismo destino. La cuestin es que no se puede violar la ley del dficit antes enunciada.6

    Me parece que no es necesario disculparse por el uso de este trmino, que est perfectamente claro ytambin ilumina con frecuencia asuntos filosficos sutiles si bien su uso result desagradable al menos auno de mis comentadores.

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    64n) es la forma incisiva mediante la cual Schumpeter razon como bilogo sin abandonar

    el dominio propio de la economa.

    Pero un hecho inadvertido prueba de forma sorprendente, y mejor que cualquier otra

    cosa, cun esencialmente biolgica era la visin de Schumpeter sobre el proceso econmico.

    Un importante artculo de fe Neo-Darwiniana es que las mutaciones son reversibles. El

    color del ojo de la Drasfila cambia adelante y atrs. Esta postura, sin embargo, tiene

    grandes dificultades en responder del hecho innegable de la irreversibilidad en la evolucin.

    Schumpeter evit cuidadosamente este callejn sin salida explicando que los cambios

    pequeos no representan innovaciones en el sentido que le daba al trmino.7 Ninguna

    innovacin econmica consiste en aadir un mostrador a una tienda o en ampliar el

    escaparate. Unos treinta aos despus, un bilogo eminente, R. Goldschmidt, se alz contra

    el Neo-Darwinismo desde esta postura schumpeteriana (pero ignorando a su predecesor).

    Goldschmidt sostuvo que slo la aparicin exitosa de un monstruo no una mutacin

    insignificante puede explicar la evolucin (8, pp. 309-9). Y ciertamente, la primera

    locomotora represent un monstruo exitoso en relacin a los viejos vagones de correo.

    Mi propia razn para afirmar que la economa debe ser una rama de la biologa

    interpretada de forma amplia, descansa en el nivel ms elemental de la cuestin. Somos una

    de las especies biolgicas de este planeta, y como tal estamos sometidos a todas las leyes

    que gobiernan la existencia de la vida terrestre. Efectivamente somos una nica, pero no

    porque hayamos obtenido el control total sobre los recursos de nuestra existencia. Los que

    piensan as nunca han comparado nuestra propia lucha por la existencia con la de otras

    especies, la de la ameba si deseamos un buen caso de anlisis. No podemos estar seguros de

    que para un intelecto imparcial de otro mundo, que estudiara la vida terrestre tal y como un

    bilogo estudia el mundo de los micro-organismos (por ejemplo), la ameba no apareciese

    como una forma de vida con ms xito.

    Pero ese intelecto posiblemente no fracasara al sealar otra caracterstica, la nica

    caracterstica que diferencia a la humanidad de todas las otras especies. En nuestra jerga esta

    caracterstica es que somos la nica especie que en su evolucin ha violado los lmites

    biolgicos.

    En la era Eocena vivi un cuadrpedo, el Eohippus, no mayor que un sabueso. A travs

    de sucesivas mutaciones biolgicas en los aproximadamente cuarenta millones de aos que

    siguieron, ese animal evolucion hasta convertirse en el poderoso caballo de nuestro tiempo.

    Cualquier progreso biolgico logrado por cualquier especie ha sido el resultado de una

    sucesin de ventajosas mutaciones. El hombre no es una excepcin a esta ley. Pero esta

    forma de progresar tiene dos grandes inconvenientes: en primer lugar, las mutacionestambin podran ser perjudiciales o incluso letales, y en segundo lugar, el proceso es

    extremadamente lento.

    El que la humanidad haya sido capaz de salvar el primer inconveniente es una cuestin

    discutible.8Sea como fuere, la humanidad ha tenido la suerte de encontrar una forma ms

    7 Y en una nota a pie lleg a decir, con el coraje caracterstico de los grandes pensadores, que no es posibledecir con exactitud cuando un cambio deja de ser pequeo (13, p. 8), reconociendo, por tanto,

    implcitamente (como hizo en otras acciones) que la ciencia no puede prescindir completamente deconceptos dialcticos (4, pp. 22-31; 5, pp. 45-52).8

    Aunque me inclino a pensar que dada la astucia de las mutaciones no hay forma de evitar este elementoque ha contribuido a la extincin de innumerables especies y que todava funciona ante nuestros propiosojos en muchos ejemplos.

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    rpida para el mejoramiento Darwiniano. Los hechos son claros y, si los reunimos

    adecuadamente, dan lugar a un dibujo esclarecedor.

    Hace unos veinte millones de aos, uno de nuestros antepasados biolgicos, elProcnsul,

    era un animal de carga. Por qu agarr el palo? Seguramente que no naci con l en la

    mano. Igualmente seguro es el hecho que este hbito se asoci por accidente a unsentimiento definido de que con el palo el brazo se volva ms largo y ms poderoso.9As es

    como ocurri que la especie humana comenzara a usar miembros separados rganos

    exosomticos, como Alfred Lotka propuso llamarlos con los que no nacemos.

    Simplemente los fabricamos.10

    Con estos miembros separados ahora podemos volar ms alto y rpido que cualquier

    pjaro, transportar ms peso que cualquier elefante, ver en la oscuridad mejor que una

    lechuza, y nada en el agua ms deprisa que cualquier pez. Mantener nuestro capital

    constante como decimos en economa significa mantener nuestros rganos

    exosomticos en buena forma, tal y como queremos hacer con los endosomticos. Que un

    da desaparecieran de nuestra existencia nuestros rganos exosomticos sin duda significara

    una catstrofe an mayor que cualquier importante amputacin endosomtica.

    Pero este nico tour de force evolutivo de la especie humana no ha sido slo pura

    ventaja. Diversas situaciones difciles tienen sus races en l.

    La primera es el conflicto social que durar mientras el hombre permanezca sujeto a una

    actividad manufacturera que requiera una produccin socialmente organizada y, por

    necesidad, una organizacin social jerrquica que consiste en gobernados y gobernantes

    en el sentido ms amplio de este trmino. Una sociedad sin clases una sin reyes ni

    presidentes, sin comisarios ni presidentes del consejo, incluso sin capataces podra existir

    slo si la humanidad volviera al estadio en que la produccin era una cuestin puramente de

    familia (por muy extensa que sta fuese). Dejando de lado tal resultado, el conflicto sobre

    quin va a bajar a la mina o a arar durante los helados vientos de marzo y sobre quin

    debera comer caviar y beber champagne estarn con nosotros para siempre, a pesar de las

    pretensiones de los diversos esfuerzos de los que presumen de salvadores sociales.

    Permitidme poner los puntos sobre las es en esta importante cuestin. Otras especies

    las hormigas, las abejas y las termitas, por citar casos familiares viven en sociedad y estn

    comprometidas en una produccin organizada. Sin embargo, no conocen ningn tipo de

    conflicto social. La razn que explica la diferencia existente entre estas especies y el hombre

    es que ellas llegaron a vivir en sociedad por evolucin endosomtica, no exosomtica. En

    estas especies, cada individuo nace con un soma particular correspondindole un papel

    determinado, y slo ese papel. En su sociedad, quin ser un mandarn y quin ser un rick-sha se decide por nacimiento. Adems sus rick-shas naturalmente odiaran hacer otra cosa

    que no fuera lo que les corresponde biolgicamente. En la sociedad humana, normalmente

    9Vale la pena observar aqu que las mutaciones biolgicas tambin ocurren por accidente, pero el

    accidente por s mismo no es suficiente. La mutacin con xito debe adaptarse al complejo preexistente deactividades vitales. Lo mismo es cierto incluso para los descubrimientos (inventos) e innovaciones quetodas son producto de un afortunado accidente presenciado por una mente preparada (10, pp. 259-81).Ocurri un simple accidente cuando el candelabro de la catedral de Pisa empez a balancearse; pero

    Galileo lo presenci y le llev a descubrir la ley del pndulo.10

    Muchas otras especies hacen uso de cosas que no son parte de su soma. Los pjaros construyen nidos,

    por ejemplo. Pero ninguno ha transgredido vlidamente su modo de vida endosomtico. El caso msinteresante que conozco es el del Galpagos woodpecker finch, que corta pequeas ramitas exactamenteen la medida adecuada para hacer salir a cada gusano.

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    nacemos iguales endosomticamente. Es imposible con slo examinar el soma de un

    recin nacido decir si ste es un presidente de banco o ste otro un obrero portuario.

    La segunda situacin difcil es que el mismo tipo de desigualdad prevalece entre

    naciones. Los hombres siempre han estado divididos en especies exosomticas (el trmino

    razas no describira suficientemente la diferencia). En los tiempos en que los antiguosegipcios construan las pirmides, una proeza que todava miramos con gran admiracin, los

    europeos estaban al nivel econmico del hombre Croman. Las mismas diferencias

    exosomticas, si no incluso mayores, prevalecen hoy. Comparemos la situacin de los

    Estados Unidos con la de las tribus del Kalahari.

    Tomemos una pareja, una mujer de Amrica y un hombre de la India. Aunque de razas

    distintas, en principio (al menos) deberan ser capaces de perpetuar la especie humana.

    Todava el Homo Indicus constituye una especie exosomtica distinta a la del Homo

    Americanus. El primero cocina con un artilugio primitivo quemando estircol seco, el otro

    con un horno microondas con encendido automtico, autoajuste y autolimpieza, el cual

    recientemente ha revolucionado la forma de cocinar americana. La cuestin es que no puede

    existir relacin exosomtica entre los dos. Si el burro, que constituye un vehculo usado por

    el Homo Indicus, cae en una zanja y se rompe una pata, ningn neumtico radial de acero

    podra reparar el pinchazo.

    La moraleja para nosotros, los economistas, es que no deberamos sorprendernos de que,

    a pesar de los inmensos esfuerzos financieros llevados a cabo por los Estados Unidos, no se

    haya logrado ningn desarrollo econmico sustancial en aquellos pases que constituyen

    especies exosomticas diferentes de la nuestra. La cuestin se refuerza ms por el hecho de

    que el xito completo ha coronado estos esfuerzos en pases que ya se encontraban en una

    fase exosomtica avanzada. Pero volvamos a ser vctimas del fetichismo hacia el dinero.

    Con la ayuda financiera, las naciones subdesarrolladas slo podan comprar miembros

    separados correspondientes a especies exosomticas occidentales, por lo tanto inadecuados

    para su beneficio. Nuestra propia I&D est buscando nuevos artilugios que apenas se

    adecuan a la estructura exosomtica de estos pases subdesarrollados. Tambin podemos

    intentar injertar una aleta a un pjaro que necesita un ala mejor. Mediante nuestro avance en

    el campo del desarrollo de lo subdesarrollado con mucho dinero, pero slo con dinero

    (indirectamente, con nuestros propios miembros separados), no hemos mejorado la suerte de

    las masas. En su lugar, hemos creado una pequea isla de especies exosomticas

    occidentales que consiste en nacionales locales que desde el punto de vista exosomtico son

    totalmente extraos al resto de la gente.

    De hecho la tragedia verdadera es todava mayor y consiste en que como resultado del

    imperialismo exosomtico occidental, incluso el I&D local no est haciendo el trabajonecesario a saber, buscar medios que puedan mejorar la matriz exosomtica al nivel

    existente en cada caso. Es elemental que si uno an no sabe leer y escribir, no tiene

    sentido matriculado en la facultad. Hace doce aos, en una conferencia sobre agricultura de

    subsistencia, seal en una entrevista que el desarrollo de lo subdesarrollado requiere que

    alguien imagine como se puede mejorar una matriz exosomtica dada. Sustituir tal matriz

    por otra es un plan absurdo (y quizs no sea honesto). Pero mejorar cualquier matriz

    exosomtica requiere un conocimiento considerable de sus articulaciones especficas, no de

    las articulaciones de alguna otra matriz, para tener xito. Necesitamos estudiar la matriz en

    cuestin, no desde un silln lejano, sino desde un contacto ntimo con su funcionamiento.

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    De la Economa Ambiental a la Economa Ecolgica

    Por esta razn, dije que, un Cuerpo de Paz no es suficiente. Necesitamos un Ejrcito de

    Paz.11La cuestin es si podemos movilizarlo a tiempo.

    Queda algo por decir sobre la tercera situacin difcil ocasionada por la evolucin

    exosomtica del hombre y convertida, por el reciente embargo del petrleo, en centro de

    atencin general. Se trata de que la humanidad se ha vuelto adicta al uso de recursosminerales, consecuencia del hecho de que todos nuestros rganos exosomticos se producen

    a partir de dichos ingredientes. No voy a debatir en este lugar cules son los elementos del

    problema y las restricciones impuestas por la ley de entropa.12 Es suficiente plantear, como

    una conclusin, dos ideas que considero cruciales para nuestra actitud hacia el problema de

    la escasez.

    La primera es sustituir el principio sagrado de maximizar la felicidad por un nuevo

    principio ms adecuado para una entidad virtualmente inmortal, como es una nacin o el

    conjunto de la humanidad. Maximizar la utilidad descontada como predican los

    economistas convencionales slo podra tener sentido para un individuo porque, siendo

    mortal, el individuo no est seguro de que pueda estar vivo ni siquiera maana. Es, sin

    embargo, totalmente inepto para la humanidad confiar en los ejercicios matemticos por

    muy respetables que puedan ser sus autores que descuentan el futuro. Est justificado, sin

    duda, que la humanidad crea que existir durante un perodo prcticamente ilimitado y que

    se comporte en consecuencia. Por lo tanto, como gua para la conducta de la humanidad,

    recomiendo encarecidamente que deberamos adoptar el principio de minimizar el

    arrepentimiento.

    Mi segundo punto est relacionado con la actitud que ahora prevalece hacia el problema

    entrpico de la humanidad. De una forma u otra la tecnologa nos salvar de cualquier

    agujero en el que podemos caer. Venga lo que venga, encontraremos un camino como

    apuntan la mayora de los economistas. No es esta la forma en que hemos sobrevivido

    desde la poca de los faraones e incluso antes? Siempre aparece una posicin tecnolgica

    para que sigamos adelante incluso ms felices que antes, insisten por su parte los fieles a la

    tecnologa. Desde Washington slo escuchamos cosas sobre el Proyecto de Independencia y

    los maravillosos inventos que estn en perspectiva como resultado de nuestra habilidad

    superior en financiar y llevar a cabo I&D. A pesar de todo, el famoso informe para la

    Comisin de Energa Atmica escrito por Palmer C. Putnam hace veinticinco aos prueba

    que no se ha logrado ningn progreso sustancial de ningn tipo en este relativamente largo

    perodo. Las viviendas con calor solar y los molinos de energa elctrica dibujados en ese

    informe no difieren de forma significativa de las diapositivas expuestas por los

    representantes de varios organismos gubernamentales en cualquier reunin privada que

    pueden conseguir sobre el programa. Tambin nos separan veinticinco aos del prximo

    siglo, cuando segn los proyectos ms conservadores habr al menos seis mil millones denosotros y muchos menos libres placeres naturales. Qu bases tenemos entonces para

    contar con ser salvados por el uso directo de energa solar y an mantener el actual tren de

    vida de los pases avanzados?

    La filosofa de nuestros guas administrativos parece apoyar alguna otra posicin

    tecnolgica desde que la estrategia pblica es o esto o nada como un representante de

    ERDA explic en una reunin en Nueva York (17 Mayo 1976). No se les ocurre en

    absoluto a estos expertos que hay una tercera alternativa, que debe considerarse incluso en

    una posicin tecnolgica que disponga del reactor nuclear reproductor. Esta alternativa es

    11Honolulu Bulletin, 2 de marzo, 1965.12 Con relacin a este problema ver miEnerga y Mitos Econmicos.

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    CIP-ECOSOCIAL

    pasar con menos la base elemental de todos los procesos economizadores (a pesar de

    aquellos que sufren de crecimiento-mana).

    Ahora, uno puede preguntar cunto es vuestro menos? A esta pregunta no tengo

    respuesta cuantitativa, simplemente porque nadie puede obtener los datos necesarios y

    significativos. Esta es una situacin dominada por imponderables de todo tipo. Uno debeadmitir que se deben hacer algunas cosas a pesar de la ausencia de nmeros (4, p. 46). Esta

    es la situacin. En vez de sealar con precisin cunto menos, podemos establecer un

    programa bioeconmico mnimo para mostrar de qu manera podemos arreglrnoslas con

    menos, o incluso sin ello (6, pp. 30-35).

    Algunos artculos de consumo gritan por ser incluidos en un programa de este tipo.

    Pensad, en primer lugar, en el hecho de que ahora golpeamos las rejas del arado de futuras

    generaciones con espadas apocalpticas actuales. Pensad tambin en el uso contradictorio y

    despilfarrador del carrito de golf para transportar a los jugadores de un agujero a otro. Si esta

    es la forma en que se debe jugar al golf, entonces tambin tendramos que usar un palo de

    golf electrnico enganchado a la carreta, para que ni siquiera tuviramos que bajar. Por qu

    no accionarlo todo tambin por control remoto desde un silln de casa? Eso hara del golf un

    gran juego. Desafortunadamente, esa gran diversin sera estropeada por la termodinmica,

    la bioeconoma y, antes que nada, por esta audiencia.

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