Nueva Armonía. ¿Un sueño inalcanzable? Socialistas utópicos.
Neópolis - WordPress.com · 2013. 6. 23. · El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es...
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Neópolis
Ciudades, Suburbios… ¿Contenedores?
Orlando De La Rosa Tirado
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Editor
Ana I. Carrasquillo Soto
Correctores
Alexandra Sánchez Soto
Jossie A. Smith Ríos
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo
ni en parte, ni registrada en o trasmitida por un sistema de recuperación de
información, en ninguna forma o medio, sea mecánico, fotoquímico, magnético,
electro-óptico, digital, fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito del
autor.
Primera Publicación
ISBN: 978-1-61887-072-8
Impreso por:
Digital Group Color Printing, Inc.
951 Calle Las Palmas
San Juan, Puerto Rico
787-725-5467
diciembre 2011
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Dedicado a los que vendrán…
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El futuro tiene muchos nombres.
Para los débiles es lo inalcanzable.
Para los temerosos, lo desconocido.
Para los valientes es la oportunidad.
Víctor Hugo
Construcción del hotel Bayside Marina, Yokohama, Japón.1
El Autor
Orlando De La Rosa Tirado es Doctor en Urbanismo, egresado con honores del
Posgrado de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
donde además fue galardonado con la medalla Alfonso Caso y se posdoctoró en
Urbanismo. Posee una Maestría en Planificación Urbana Regional de la Escuela
Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico (UPR), donde fue
distinguido con el Premio del Colegio de Ingenieros y Agrimensores. Profesor de la
Facultad de Estudios Generales y del Departamento de Geografía de la Universidad de
Puerto Rico. Conferenciante del Departamento de Ingeniería Civil del Recinto de
Mayagüez de la misma Universidad. Es autor del libro Entrópolis y de múltiples
artículos en torno a planificación, espacios defendibles y mega ciudades. Formó parte
del grupo técnico asesor del Consejo de Desarrollo Económico del Gobernador Rafael
Hernández Colón y del Consejo de Desarrollo Estratégico Para Puerto Rico. Es asesor
en planeación y ordenación territorial, corredor licenciado y profesor de bienes raíces
especializado en calificación de suelos y municipalización.
1 Imagen cortesía de Yasutaka Yoshimura
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Sumario
Reconocimientos 13
Prólogo 15
Introducción 18
Primera Parte
Urbanismo Insular 23
El Fenómeno Urbano 24
El Caso de Puerto Rico 25
La Desmetropolización en Puerto Rico 26
Corolario 27
Catálogo de Desatinos
Primero: Morfología Arbórea
y Estructura Urbana 28
Segundo: Repoblamiento
Transporte y Tren Urbano 31
Tercero: Resistencia al Cambio 38
Cuarto: Crecimiento y Procesos 40
Desenlaces y Consecuencias 42
Un Comentario 46
El Mercado Inmobiliario
Población y Construcción 49
Vivienda de Nueva Construcción 52
Valores 52
Comparación Internacional 54
Hipotecas 54
Proyecciones de Venta por Región 55
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Pobreza y Vivienda 56
La Rururbia Difusa 68
Segunda Parte
Inmuebles, Módulos y Contenedores 75
Convencional, Inconvencional, Opciones 76
Contenedores y Vivienda:
Disponibilidad, Características, Resistencia 80
Termo-aislantes 85
Costos 86
Proyectos Desarrollados y Experimentales 92
Política Europea de Vivienda 105
Política Urbana y Contenedores en Holanda 107
Un Comentario Sobre Haití 126
Un Cambio de paradigma 131
Organización Global
de Gigantes Corporativas 133
Compendio 171
Tercera Parte
Neópolis 175
Aerocópolis 2025 176
Eco-Comunidades como Discurso 180
El Plan 181
Metas y Objetivos por Área Tópica 182
Intervención Propuesta 189
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Morfología Ecoretícular 193
Estimado de Costos para Edificios Residenciales 202
Transporte Colectivo,
Vialidades e Intersecciones 206
Aeroparque Residencial 209
Precedente 213
Energía 214
Agua 217
Infraestructura Verde 218
Visión, UPR RUM 2025-2040 221
Unípolis 2030 228
Consideraciones Iniciales 230
Antecedentes 234
Morfología y Planificación Espacial 235
Políticas y Paradojas 246
Rediseñando el Futuro, la Utopía 251
Operacionalización de la Iniciativa 254
Costos Estimados para Estructuras Residenciales 266
Estimado General de Costos para el Proyecto 268
Precedente 269
Particularidades 270
Un Comentario sobre Tenencia Inmobiliaria 272
Consideraciones Finales 276
Referencias 287
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Reconocimientos
“Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie
del candil que paciente la sostiene”.
Rabindranath Tagore
Alguien dijo una vez que hablar es narrar historias. En
ocasiones las historias, como la brisa, aparentan no tener
rumbo, perdiéndose entre el ruido creado por otras historias
que también vagan errantes por los aires. Sin embargo, a veces
el viento provoca cosas realmente extrañas, venturosas e
insospechadas coincidencias, haciendo que las historias aviven
las almas que sutilmente tocan a su paso. Hace algún tiempo
escuché a dos personas contar historias sobre la construcción
modular de inmuebles utilizando contenedores marítimos, su
narración fue simplemente deslumbrante por el cariz de
pragmatismo funcional que implicaba esta inusual forma de
crear ciudades. Y así, como el candil sostiene la llama del
conocimiento las historias narradas por Alberto Dapena, Jr. y
José Rafael Pérez Lugo iluminaron mi percepción y manera de
visualizar el potencial inherente a la modularidad;
curiosamente, a partir de aquello que a falta de imaginación
por uso y costumbre solemos desechar. A ustedes mi gratitud,
su visión, compromiso y entusiasmo por el desarrollo de
viviendas dignas para los más carenciados inspiró esta
investigación. De igual modo agradezco el ingente esfuerzo y
extraordinario entusiasmo de Eliud De Jesús Santana,
estudiante de Geografía de la Universidad de Puerto Rico, por
concertar las autorizaciones requeridas para la publicación de
las imágenes de proyectos propuestos o construidos por las
principales empresas del mundo dedicadas a este tipo de
actividad y su generosidad al crear algunas de las
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modelaciones gráficas más importantes de esta obra. Debo
especial gratitud al Arquitecto Darwin J. Marrero Carrer,
Profesor y Ayudante del Decano de la Facultad de
Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico, por su
desprendida colaboración e incuestionable solidaridad al
evaluar, comentar y postular ideas al igual que soluciones
fundamentales para el desarrollo de las intervenciones
enunciadas para Unipolis 2030. Al Doctor Ángel David Cruz
Báez, Director del Departamento de Geografía de la
Universidad de Puerto Rico por las múltiples pruebas de
lectura efectuadas a las versiones iniciales, pero sobre todo,
por su paciencia e incondicional amistad. A mi estimado amigo
el Doctor Luis Pérez, Profesor del Departamento de Ciencias
Sociales de la Facultad de Estudios Generales de la
Universidad de Puerto Rico por sus críticas, comentarios y
atinadas recomendaciones. De igual modo quiero destacar la
inmerecida deferencia e interés por conocer el libro del Doctor
Gabriel De La Luz, profesor del Departamento de Ciencias
Sociales de la Facultad de Estudios Generales; quién a pesar
de sus múltiples responsabilidades ha tenido la gentileza de
estudiar, evaluar y reaccionar a las principales y más
controvertibles propuestas planteadas por esta investigación. Y
por supuesto a mi amada esposa, Ana Carrasquillo Soto, por la
enorme tarea de edición que en más de una instancia aparentó
rivalizar con la misma eternidad. A ustedes, y a todos aquellos
que aún tienen sueños y esperanzas, que atesoran el saber e
importancia social de los forjadores de utopías, está dirigida
esta historia y mi eterna gratitud por su interés en escucharla.
Dr. Orlando De La Rosa Tirado
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Prólogo
Las ciudades como los continentes son grandes hechos naturales
que habitamos y transformamos. Resultan demasiado complicadas
y con honestidad, más allá de las apariencias, su evolución y
expansión están fuera de nuestro control. Esta espléndida obra
aborda de manera precisa tal realidad desvelando nuevos paisajes
con los que el autor intenta describirnos su visión de lo inusual
que podrían ser las que mañana poblaremos. Sin dudas, se trata
de una de las proposiciones más atrevidas, estimulantes y
potencialmente controvertibles publicada en tiempos recientes.
Escrita por un académico de nuestra Institución, cuyas ideas y
discursos respeto, además de considerarlos extremadamente
adelantados a nuestro tiempo. Para una sociedad como la nuestra,
marcadamente conservadora, que duerme plácidamente arrullada
por Morfeo, esta obra será como el trueno que sigue al relámpago
de Zeus. Hace 15 años que conozco al autor que provocara
semejante “revuelo”, el Doctor Orlando de la Rosa Tirado.
Coincidimos por primera vez como asesores en proyectos de
planeación y ordenación territorial comisionados por varios
municipios de la Región Norte y Central de Puerto Rico y debo
admitir que desde el primer momento me impresionó su destreza
para la formulación de proyecciones, escenarios y estrategias al
igual que su elegante dominio de una amplia variedad de modelos
teóricos. En aquel momento estaba recién llegado de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde
obtuvo su Doctorado en Urbanismo en la Facultad de
Arquitectura, graduándose con los más altos honores y
distinciones. Aún recuerdo el día en que se acercó a mí para
decirme que regresaría nuevamente a la Facultad de Arquitectura
de la UNAM a realizar estudios posdoctorales y quería que
formara parte del grupo de profesores que supervisarían su
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investigación (que luego se convirtió en el primer libro publicado
de su autoría). Acepté, y aunque nunca le dije (debo confesar) que
no lo creí capaz de probar su teoría en torno a la posibilidad de
crear una sistemo-modelación termodinámica para asentamientos
humanos que permita medir y comparar fluctuaciones de entropía
multi-sistémica y posteriormente aplicarlo a tres de las más
grandes mega-ciudades del planeta: Tokío, Bombay y Ciudad de
México; mucho menos cumplir con las condiciones estipuladas por
la UNAM para presentar la tesis, y como de costumbre lo logró,
demostrando (sin saberlo) que yo estaba errado. Es por esto que al
hablarme de Neópolis, no dudé en considerar completamente
factibles sus propuestas teóricas muy a pesar de lo ajenas que
resultan a nuestra idiosincrasia y a las terribles realidades que
enfrentamos como sociedad. El Doctor De La Rosa Tirado expone
en esta obra, con absoluta claridad, el grave problema de
dispersión suburbana que afrontamos, correlacionándolo tanto
con la construcción de vivienda espontánea como con la
generalmente promovida por el Estado. Su discurso se caracteriza
por un evidente compromiso con la formación de ciudades
urbanas ambientalmente sostenibles, responsabilizando por
nuestra desastrosa realidad espacial tanto a la clase financiera
como política del País. Nada nuevo en realidad, salvo por una
cosa, la presentación concreta y rigurosa de soluciones rara vez
observadas en este tipo de tratado. Pocos autores tienen el arrojo
y suficiencia discursiva para esgrimir y sostener alternativas con
las que serán permanentemente identificados para bien o para
mal. Asumir el costo intelectual de lo expuesto es algo a lo que el
Doctor De La Rosa Tirado nos tiene acostumbrado y eso es
particularmente admirable tratándose de temas tan complejos y
políticamente sensibles como la planificación de ciudades. Su
propuesta está centrada en el desarrollo de inmuebles modulares
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empleando contenedores marítimos reacondicionados con los que
sugiere atender el déficit de vivienda asequible, proponiendo la
construcción de dos amplias e inconvencionales ciudades erigidas
a partir de esta tipología. En particular, su visión para una de
ellas, la que ubicará en el Recinto de Río Piedras de la
Universidad de Puerto Rico resultará para muchos tan
extraordinaria como inquietante. El debate que esta tesis
provocara será realmente importante para la Universidad por su
osadía y total indiferencia a los convencionalismos. Advirtiendo la
insolvencia de la Institución, no duda en postular soluciones nunca
antes contempladas con el único propósito de conservar el
carácter público de la misma. Podemos afirmar que el autor
emprende un viaje sin retorno, en el que emplea todo su talento y
extraordinaria creatividad para delinear un futuro
inadvertidamente fascinante. Uno dónde para él, como intelectual,
no existe marcha atrás, porque literalmente “quema las naves”; es
una apuesta “todo o nada” abocada a establecer un nuevo y
revolucionario paradigma. Neópolis es una obra radical, única y
sin precedentes que invita a la más profunda y seria de las
reflexiones imaginables. Para mí es una lectura reveladora, no
está pensada para nosotros sino como él ha dicho, “para aquellos
que vendrán”. Gente con otro carácter, atrevido y audaz que no
tema enfrentar con absoluta gallardía las más cruentas
tempestades. Gente capaz de fijar adecuadamente el rumbo, que
sepa sortear la desdicha convirtiendo el infortunio en favor y
gracia. Porque el fin de todo buen navegante es llevar con bien la
barca, surcando la mar con esperanza, sabiendo que hay un mejor
mañana más allá del horizonte.
Ángel David Cruz Báez, Ph.D.
Catedrático y Director del Departamento de Geografía Facultad de Ciencias Sociales, Recinto de Río Piedras
Universidad de Puerto Rico
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Introducción
“El camino de la civilización está
pavimentado con envases de hojalata”.
Elbert Hubbard
Esta investigación plantea una poco convencional aproximación al
fluido, desigual y controvertible fenómeno de la vivienda, al igual
que su impacto tanto en la formación de Neópolis (Nuevas
Ciudades) como en la dispersión aparentemente incontrolable del
tejido suburbano. La Primera Parte, aborda la ocupación urbana
del suelo como experiencia global y local, en particular, las
variaciones, tendencias y consecuencias de la urbanización, el
transporte y los procesos de gestión sobre el paisaje geográfico de
Puerto Rico. Todas, manifestaciones materiales de una
vertiginosa, compleja y en ocasiones desconcertante serie de
transformaciones socio-culturales, en general, desacertadamente
atendidas. La eterna dicotomía entre el deber y el querer, lo
correcto e incorrecto, lo verosímil y electoralista, queda
meridianamente plasmado en el espacio construido, como
espectáculo semiótico, testigo indeleble del perenne sin sentido
institucional. Como parte del relato, se consigna una sucinta
reflexión sobre el desarrollo y condición del mercado
inmobiliario, cambios demográficos, construcción, valores,
hipotecas y necesidad regional de vivienda.2 Este acercamiento es
2 La Isla de Puerto Rico, con una superficie de 9,104 km2 se ubica entre el Océano
Atlántico y el Mar Caribe. Es la menor y más oriental de las Antillas Mayores. El Estado
Libre Asociado de Puerto Rico es un territorio no incorporado de Estados Unidos,
facultado para elegir su Gobernador y a los miembros de la Asamblea Legislativa. A
pesar de estas facultades, Puerto Rico carece de soberanía. La Constitución de 1952
estableció que el Gobierno de Puerto Rico controlaría sus asuntos internos de forma
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plausible gracias al acceso a miríadas de datos mediáticamente
divulgados por promotores, agentes financieros y autoridades
estatales. Ambos sectores (público y privado) generan diversidad
de informes, reportes y estudios del comportamiento inmobiliario
local. Regularmente la información es producida por el sector
privado a petición de las autoridades gubernamentales;
responsables de la política pública orientada al desarrollo de tan
importante componente de organización socio-espacial y
crecimiento económico en el País. La evaluación sistemática de
este tipo de indicador permite, no sólo comprender la inmediatez y
complejidades del mercado, además, desvelan la urgencia de
explorar, políticas, tipologías y metodologías de construcción
adoptadas por la industria inmobiliaria en países donde se
observan formas no convencionales para mitigar las serias
dificultades tocantes al proceso de provisión de vivienda. Estos
aspectos se abordan en la Segunda Parte y es pertinente advertir
que algunas iniciativas documentadas pueden resultar extremas e
incluso, cultural y socialmente estigmatizantes. Empero,
racionalmente ponderadas y readecuadas a los contextos psico-
socio-antropológicos de las poblaciones que decidan adoptarlas
tienen la posibilidad de materializar en respuestas completamente
templadas, políticamente inclusivas y colectivamente deseables. La
ilustración presentada a continuación da cuenta de lo indicado y
tiene el efecto de provocar infinidad de reacciones que discurren
desde la eufórica admiración, pasando por la duda cautelar, hasta
el escueto rechazo. Sin embargo, es poco probable asumir una
posición de indiferencia ante tan inusual oferta.
similar a los 50 Estados de la Unión. El Gobierno Federal se reserva el control de
aduana, comercio exterior, sistema monetario, defensa, justicia, correo y política
externa. El sistema político es representativo y los partidos se diferencian por su visión
ideológica sobre asuntos de status. (De La Rosa. 2010)
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Esta secuencia fotográfica, publicada en el Semanario Peripecias
Nº 84, el 13 de febrero de 20083, ilustra una audaz y por demás
3(...) China, siempre China
En el mundo actual sería extraño si China quedara fuera de un negocio. Siendo el
mayor productor mundial de contenedores, con 1.6 millones de unidades anuales,
empresas chinas se encargan de transformar los contenedores de transporte en
habitaciones modulares. Una habitación de 2.35 metros de ancho puede funcionar en un
hotel, pero esa medida complica su utilidad en el caso de las viviendas. Para superar el
inconveniente, otra empresa inglesa patentó el sistema Verbus, también con tecnología
China. Se trata de contenedores especiales con un ancho estándar de 3.60 metros y
longitudes de entre 6.0 y 13.70 metros. A cargo de la construcción está una de las 20
fábricas del consorcio China International Marine Container Co. Ltd., que cuenta con 50
compañías subsidiarias y 50,000 empleados. Esta fábrica ubica en Xinhui, ciudad
cercana al gran centro industrial de Guangzhou, en el sur. Los contenedores de Verbus
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21
sugestiva propuesta que combina contenedores de diversas
longitudes no estandarizados (3.6 metros, de ancho
teniendo el estandarizado 2.4 metros ) revestidos con
material termo-aislante y homologaciones en madera terciada. Las
posibilidades comerciales de tan inusitada aplicación resultan
extraordinarias al ponderar su fortaleza, manejabilidad e
impactos ambientalmente. Estas sorprendentes “cajas metálicas”
se utilizan como recipientes de carga regularmente en tareas
relacionadas al transporte marítimo, aunque su aplicación no está
restringida a este segmento. Por el contrario, en todo el orbe
suelen emplearse para el acarreo de mercancías desplazadas por
vía aérea o terrestre. Como vemos, los contenedores pueden
representar una imaginativa alternativa para la construcción
sistemática de inmuebles a costes y plazos temporales simplemente
utópicos al compararlos con materiales como la madera, el
ladrillo o el hormigón. Así las cosas, en la Tercera Parte,
consideramos su potencial inclusión y aplicación práctica para el
desarrollo de viviendas en Puerto Rico. Esta intención se alcanza
a través de la presentación de dos propuestas. La primera es un
Plan de Ensanche enunciado ante el Estado por la oficialidad del
Municipio Autónomo de Mayagüez. El ayuntamiento, ubicado al
oeste de Puerto Rico, ilustra en ese Plan la construcción de una
Neópolis denominada Aerocópolis 2025, (Aero-Aeropuerto, Co-
Comunidad, Polis-Ciudad) cuya tipología, distribución de usos y
estructura de costos es evaluada utilizando unidades modulares
basadas en contenedores reacondicionados. La segunda, es
Unípolis 2030, una extrema, atrevida y controversial tentativa de
Neópolis dirigida a financiar las operaciones administrativas del
salen de Xinhui con un recubrimiento de madera, ya que ese producto también se genera
en el lugar. Desde el comienzo de la producción hasta que la primera casa quedó lista
pasaron sólo nueve semanas, tres de ellas utilizadas para su transporte (…). http://www.peripecias.com/mundo/460DaCruzCasasContenedores.html
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Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Ambas
iniciativas constituyen sinónimos de distanciamiento y ruptura con
los convencionalismos, con ese conjunto de opiniones o
procedimientos centrados en ideas no necesariamente correctas o
atinadas que, por comodidad o conveniencia, se tienen como
pertinentes o acertadas, con la intolerancia a la novedad y la
renuencia al cambio. En síntesis, Neópolis como discurso teórico,
promulga una apuesta a favor de un mañana fundamentado en el
manejo y reutilización racional de los recursos naturales. En ese
sentido, el desarrollo de inmuebles modulares a partir de
contenedores marítimos como solución para la formación de
ciudades representa una atractiva alternativa que atiende nuestros
serios y complexos problemas socio-ambientales provocados por
décadas de excesos, destemplanzas e incurias. Las pasadas y
presentes generaciones han infligido tanto daño a los ecosistemas
que sostienen la vida, y su diversidad, que no es arduo inferir cuán
próximos estamos de ese peligroso punto de inflexión, ese umbral
límite, irrebasable, a partir del cual se extingue todo posible
retorno. El tiempo nunca ha sido un activo desdeñable, hoy es
simplemente invaluable para suscribir remedios que permitan
detener los infaustos y anticipables escenarios que amenazan toda
forma de vida orgánica conocida en la Tierra. Debemos construir
ciudades urbanas, abdicar al modelo suburbano a baja densidad
caracterizado por el consumo imprudente de hidrocarburos para
el transporte individualizado. Es vital detener las rururbias
(ciudades-dormitorio) al igual que las ocupaciones humanas
dispersas e itinerantes en suelos agrestes, tierras de cultivo y
bosques. Neópolis, explora estas realidades, proponiendo guías y
formas correctivas de actuación espacial. Sólo esperamos que
exista disposición para escuchar, convicción para aceptar y
voluntad para actuar.
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Primera Parte
Urbanismo Insular
(…) No tiene sentido dividir la ciudad en estas dos clases,
sino en otras dos:
las que a través de los años
y las mutaciones siguen dando su forma a los deseos
y aquellas en las que los deseos,
o logran borrar la ciudad,
o son borrados por ella.
Italo Calvino
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24 Urbanismo Insular
El Fenómeno Urbano4
La urbanización se ha convertido en el proceso poblacional más
importante a escala global. Desde el Siglo XVIII hasta hace pocas décadas, la preocupación fundamental en los temas demográficos
giró alrededor del supuesto dilema entre el crecimiento de la
población mundial y los recursos alimentarios para sostenerla. Sin
embargo, mientras se discutía acerca de los confines del
crecimiento de la población, surgían, a finales del siglo XIX, las
primeras ciudades que excedían el millón de habitantes y así las
poblaciones urbanas en los países industrializados se
multiplicaban de manera vertiginosa. Sólo unas décadas más
tarde, en el Siglo XX, comenzó a pasar lo mismo en el resto del
orbe. Las ciudades, históricamente imaginadas en su
representación cartográfica a base de pequeños puntos dispersos,
se transformaron paulatinamente en complejas regiones
metropolitanas que en la expansión de sus confines horizontales
consumen cada vez más espacio. El crecimiento de la población
urbana mundial atrae aceleradamente la atención general. Si
consideramos que para el año 1800 sólo el dos por ciento de la
población mundial vivía en ciudades, resulta contundente que al
presente, según estadísticas de las Naciones Unidas, la población
urbana constituye el 50 por ciento de todos los habitantes del
mundo, es decir, más de tres millardos. Como si fuera poco, se
espera que para el año 2030 la población urbana supere los cinco
millardos. El crecimiento vertiginoso de la población urbana
mundial plantea nuevos retos para la forma de organizar los
territorios que ocupan los seres humanos, sobre todo en lo
concerniente a la presión ambiental que las regiones urbanas
ejercen sobre el espacio geográfico.
Para entender la dimensión global de la urbanización, es
necesario establecer que el crecimiento urbano en los países
industrializados es distinto al que exhiben la mayoría de los países
del Tercer Mundo. La mecanización y modernización de los países
industrializados han reducido y en muchos casos eliminado las
disparidades territoriales entre el campo y la ciudad; mientras que
a pesar de la creciente integración de muchos países pobres al
nuevo entrelazamiento económico global, las disparidades
4 El autor es el Doctor Carlos E. Severino Valdés, Geógrafo y Decano (2002 al 2011) de
la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
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Urbanismo Insular 25
territoriales se sostienen y en muchos casos se incrementan. El
resultado neto es que en los países industrializados la
urbanización ya no puede explicarse a partir de altas tasas de
crecimiento poblacional ni de la migración campo-ciudad. En
cambio, en los países pobres las permanentes oleadas de
emigrantes desde los asentamientos rurales desbordan los
ambientes urbanos de forma descontrolada.
El Caso de Puerto Rico Una transformación social y territorial a partir de la década de
1940 gestó un importante e irreversible proceso de migración del
campo a la ciudad. Para el año 1930, apenas el 27 por ciento de la
población de la Isla (200,000 personas) residía en ciudades de
10,000 habitantes o más. Pero para el año 1950, la población
urbana alcanza los 566,357 habitantes (40 por ciento). El Censo
del año 2000, revela que la población urbana ascendió a
3,595,521 habitantes (94 por ciento), lo que constituye un
sorprendente grado de urbanización. (...) La concentración de la
población en grandes centros urbanos suele ser una característica
de la fase primaria de urbanización, con procesos paralelos de
modernización mediante la transición de una economía agrícola
hacia estructuras económicas diversificadas, erigidas sobre
actividades secundarias y terciarias. El Censo del año 1960
confirma la tendencia hacia la aglomeración poblacional en
ciudades. En términos geográficos, la ciudad de San Juan y su
entorno inmediato se consolidó en una región urbana, la zona
metropolitana, con una tendencia a dominar el sistema urbano del
País. Para entonces la intensa migración campo-ciudad era
producto de la decadencia paulatina de la producción agrícola,
especialmente de la caña de azúcar, mientras se fortalecía la
estrategia económica de industrialización del programa
Operación Manos a la Obra.
(...) Ahora bien, esa transformación resulta aún más notable si
examinamos el contraste con las tasas de crecimiento urbano de
los municipios que componen el núcleo metropolitano de San
Juan. Aunque en la década de 1950 el crecimiento de la capital
todavía era vertiginoso, en décadas subsiguientes se observa un
marcado descenso, registrándose para el período de 1970-1980 y
1990-2000 sorpresivas tasas descendientes de -4.16 por ciento y -
0.1 por ciento. La desaceleración del crecimiento urbano en el
país es congruente con la teoría general de la urbanización. La
urbanización en Puerto Rico tiene que estar ubicada dentro de
las fases de suburbanización y desurbanización. Lo primero que
debemos señalar es que, ante un incremento poblacional anual de
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26 Urbanismo Insular
apenas 0.54 por ciento, el crecimiento de las ciudades en la Isla
no puede explicarse a partir de aumentos demográficos, ni
mucho menos por las migraciones campo-ciudad de la llamada
transformación demográfica.
Nuestra experiencia replica la de los países del orbe que
atraviesan la incipiente fase de concentración del proceso de
urbanización. El avance en las condiciones materiales de
existencia, particularmente aquel relacionado con la expansión de
la red vial, permite a la población residir cada vez a mayor
distancia del lugar de trabajo, lo que explica (en parte) el proceso
de suburbanización y desurbanización. Estas tendencias a la
expansión horizontal, a la dispersión de la población urbana,
explican el efecto imprevisto de consumir cada vez más territorio
para menos habitantes. Lo que ha pasado en nuestro proceso de
urbanización es similar a las regiones urbanas de Estados Unidos,
respetando las diferencias de escala. El crecimiento urbano
insular hoy responde al movimiento poblacional de las grandes
ciudades hacia las medianas y más pequeñas, es decir, una
migración de carácter intra e interurbano, pero con dirección
preponderantemente centro-periferia. Por otro lado, y aún más
significativo, existe una tendencia paralela a la desurbanización
caracterizada por una migración ciudad-campo en aquellos
asentamientos en los cuales la red vial permite tales
desplazamientos. (…) Llama la atención, que de los ocho
municipios con las más altas tasas de crecimiento, seis son
asentamientos del interior de la Isla, lo cual a su vez representa
una tendencia sin precedentes en los últimos 50 años, cuando
predominaba el crecimiento de las zonas urbano-costeras.5
Además, todas las comarcas con altas tasas de crecimiento
poblacional poseen ciudades de moderada o nula importancia
geográfica y funcional para el sistema urbano.
La Desmetropolización en Puerto Rico (...) La metrópolis es, para la geografía urbana y regional, el
asentamiento dominante en un sistema urbano. Bajo las
condiciones comunes de centralismo típicas de la mayor parte de
los países del Tercer Mundo, los sistemas urbanos suelen
caracterizarse por ciudades capitales con un alto grado de
primacía, junto a un gran dominio funcional sobre todos los
ámbitos de la sociedad y la cultura. En cierta medida, las
condiciones para la metropolización de San Juan se gestaron bajo
la dominación colonial española y se acentuaron bajo la
5 Municipios con la mayor tasa de crecimiento poblacional: Florida, Gurabo, Trujillo
Alto, Las Piedras, Cabo Rojo, Juncos, Morovis y Hatillo.
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Urbanismo Insular 27
ocupación estadounidense. Las tendencias hacia la sub y
desurbanización afectan significativamente la estructura del
sistema urbano y especialmente del Núcleo Metropolitano de San
Juan. Así, el dominio demográfico de la capital se ha reducido
significativamente.
Aunque existe una fuerte desconcentración y dispersión de la
población urbana, la hegemonía funcional de San Juan como
entidad metropolitana sigue siendo notable. Basta considerar que,
según la clasificación vigente de áreas metropolitanas del
Negociado Federal del Censo, el área metropolitana de San Juan
está compuesta por 38 municipios. Esto implica que esos 38
municipios están económicamente entrelazados, debido a que al
menos 25 por ciento de la fuerza trabajadora que en ellos reside
labora en la capital. Al examinar someramente los datos sobre las
otras dos áreas metropolitanas, descubrimos patrones muy
similares y complementarios. En la misma situación de pérdida de
población e importancia en el sistema urbano en que se
encuentra el municipio de San Juan, podemos ubicar a los
municipios de Ponce y Mayagüez, ambos cabeceras regionales de
las áreas metropolitanas más importantes después de San Juan,
registraron decrecimientos poblacionales para el año 2000, de
menos 0.1 por ciento y menos 0.2 por ciento, respectivamente, a
diferencia de los municipios aledaños. En el área metropolitana de
Ponce, los municipios de Juana Díaz y Villalba exhiben tasas de
crecimiento poblacional de 1.1 por ciento y 1.7 por ciento. En el
área metropolitana de Mayagüez, Aguada presenta una tasa de
crecimiento 1.6 por ciento y Cabo Rojo, de 2.0 por ciento. Resulta
significativo que ambas ciudades, como consecuencia del proceso
de suburbanización, tengan cantidad muy alta de viviendas
desocupadas: 6,804 en Ponce y 4,622 en Mayagüez. En el país,
Mayagüez ocupa la quinta posición en viviendas deshabitadas.
Corolario
Suburbanización, desurbanización y desmetropolización son los
términos con los cuales podemos denominar el proceso de
urbanización actual en Puerto Rico. La tendencia a la
concentración en grandes ciudades, típica de la fase migratoria
primaria ha tenido en el País una duración muy corta; quizás
podemos ubicar la duración de esa tendencia, en su forma más
intensa, entre 1940 y 1970. Indudablemente, la mejoría general en
las condiciones materiales de existencia y la emigración
contribuyeron a consolidar rápidamente unas capas medias, que
comenzaron a desplazarse hacia la periferia suburbana en la
década de 1960, pero con más fuerza a partir de 1970. Un
significativo y sorpresivo descenso de -4.16 por ciento se ha
http://www.enciclopediapr.org/esp/article.cfm?ref=08011501
-
28 Urbanismo Insular
convertido en una tendencia que evidencia el deterioro de los
centros urbanos insulares. Tal y como ha ocurrido en Estados
Unidos y Europa, la población urbana de Puerto Rico se dispersa
cada vez más hacia asentamientos urbanos medianos o pequeños,
pero también hacia los espacios rurales. Esta tendencia plantea
una enorme presión sobre los suelos que se manifiesta de múltiples
maneras. Por un lado, dificulta y encarece la prestación de nuevos
servicios dotacionales e infraestructurales. Por otro lado, este tipo
de dispersión representa una seria amenaza a la integridad
ambiental de los limitados entornos naturales, debido al consumo
desmedido de tierras. Esto implica la supresión o alteración de
áreas de captación hídricas, llanuras de inundación, extensiones
lacustres y sobre todo, suelos de cultivo que se precisan como
garantía de sustento para futuras generaciones.
Catálogo de Desatinos
El proceso descrito permite advertir el sorprendente
desacierto del que ha sido objeto la distribución urbano-
espacial de los asentamientos humanos en el País y su
consecuente insustentabilidad funcional. Rectificar, supone
el replanteamiento de cuatro equivocas realidades, que
conducirán inevitablemente al fin de las irreflexiones, los
convencionalismos y la intolerable levedad política.
Primero: Morfología Arbórea y Estructura Urbana
La suburbanización, como paradigma morfológico se
caracteriza por la desmedida profusión de espacios
impersonales, que en no pocas ocasiones resultan
simplemente ininteligibles.6 En esta desenfrenada carrera
6 La palabra paradigma proviene del griego paradeima que significa modelo, tipo,
ejemplo. El paradigma es el resultado de la repetición, las costumbres y constituyen
creencias establecidas, que permanecen prácticamente inalteradas hasta ser superadas
por un nuevo grupo de ideas. En la ciencia un paradigma es un conjunto de realizaciones
generalmente reconocida, que temporalmente proporcionan modelos, aplicaciones y
soluciones a los sistemas teóricos que deben proteger. Cuando una comunidad suscribe
un paradigma crea un espacio tiempo lineal donde el devenir es contenido o
procrastinado, el paradigma se establece como máxima casi inmutable y la evolución es
férreamente resistida. Así las cosas, toda lectura de lo cotidiano estará matizada por el
paradigma epocalmente dominante. Estos pueden permanecer inalterados por siglos, su
-
Urbanismo Insular 29
por la expansión, desarrollo y masificación del tejido
edificado planteada por el Doctor Carlos Severino Valdés,
se observa además, cómo el ciudadano es progresivamente
despojado de la inmensurable aventura de experimentar la
peatonabilidad del espacio habitado. Privado del inagotable
sentido de pertenencia comunitaria y trágicamente
desensibilizado de todo vínculo de interdependencia con su
entorno natural. Avasallado por un continuo despliegue de
calles, puentes y edificios regularmente carentes de
armonía, gracia e integridad escénica. Refugiado en
urbanizaciones que lo aíslan, alienándolo de la realidad,
donde el desvarío puede alcanzar índices próximos a la
insanidad. La consecuencia de semejante conducta
colectiva es la auto-supresión de libertad ante el temor de
la interacción y la convivencia cotidiana. La población
insular, abdica al connatural espíritu de libertad humana,
incluso, a sus ya limitados espacios de circulación no
supervisados. La libertad es remplazada por la ingente
necesidad de seguridad, es decir, más policías, más
control, más vigilancia, más cámaras, más artilugios
tecnológicos, más armas, más protección privada, más
recintos dotados de accesos controlados, donde el
forastero, el visitante, el extraño es considerado enemigo.
Donde el mal, el peligro, el terror, provienen del exterior, la
“demonización” es expulsada y contenido su furor gracias al
perenne acto de vigilar. El hogar, espacio privado por
antonomasia, es la nueva prisión posmoderna, donde los
reemplazo está supeditado a tensiones derivadas de insuficiencias, contradicciones y
antagonismos irresueltos que requieren de un nuevo planteamiento para enfrentar la
crisis existente o previsible. Los paradigmas jamás se abandonan o entran en desuso
hasta contar con un plausible sustituto, que implica un cambio ideológico tanto en la
forma de conciencia colectiva como dominante. Empero, lo más relevante es su
extraordinaria capacidad para establecer profundas y duraderas inflexiones históricas.
(De La Rosa, 2010)
-
30 Urbanismo Insular
“buenos” se auto-recluyen, tras barrotes, muros y verjas
mientras los “malos” ganan la libertad y con ésta el dominio
absoluto del espacio público. En términos estrictamente
morfológicos, lo enunciado es consecuencia directa de un
desacertado modelaje espacial. La notable propensión a la
ocupación desarticulada y fragmentada del territorio supone
el uso de paradigmas sustentados en diseños arbóreos
que interpretan la ciudad como una colección de elementos
desagregados por usos cuyo único vínculo se alcanza en
virtud de su articulación al sistema vial. Las ocupaciones
humanas del suelo adquieren de este modo un patrón
fisonómico similar al de los árboles, con miríadas de redes
viales semejantes a troncos y ramas que permiten acceder a
los diversos espacios de trabajo, educación, recreación,
servicio, comercio, gestión y descanso.
Cuando emulamos la fisonomía de los árboles sustituimos la
humanidad y riqueza cultural de una ciudad por la compleja
e insostenible solución suburbana que sólo beneficia a
especuladores y promotores. Cada vez que se urbaniza la
ruralía, se extiende la periferia de la ciudad o se destruye
una zona urbana y reemplaza su tejido
paralelográmicamente polivalente por un entramado
arbóreo, la ciudad y los que en ella habitan inexorablemente
experimentarán profundas e irreversibles disociaciones
espaciales ante la pérdida de un ambiente diversificado, que
ofrecía y sostenía miríadas de estilos de vida. Las
poblaciones convivían, laboraban y se recreaban en el
intercambio cultural que una vez brindó la cercanía de las
actividades espacialmente localizadas. Los suburbios,
cambiarán esta escena distribuyendo las funciones,
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Urbanismo Insular 31
deslocalizando geográficamente las actividades a partir de
espacios monofuncionales, constituyéndose ulteriormente
en errados modelos de urbanismo. Lugares que provocarán
una profunda pérdida de pertenencia colectiva, donde el
otrora sentido de territorialidad es sólo una reminiscencia.
Por tanto, no debe sorprendernos su potencial para incidir
sobre el comportamiento individual y agregado de las
poblaciones asentadas.
Segundo: Repoblamiento, Transporte y Tren Urbano
Las iniciativas de reforma interior (infill) tendentes a repoblar
los Centros Urbanos Tradicionales, espacios que antaño
lucían plenos de dinamismo, prolíferos en actividad
residencial, económica y socio-cultural, constituyen solo
recuerdos. Los esfuerzos gubernamentales por re-
establecer su importancia y esplendor como espacios
atractivos para la residencia promoviendo la inversión en
obras inmobiliarias provenientes del sector privado están
plagados de alarmantes incongruencias discursivas.7 Es
notable la alucínate apología institucional que aparenta
estimular la subutilización de los centros urbanos, al tiempo
que sobre valúa las expectativas de conversión del suelo
rústico a suelo urbanizable, mientras enuncia las bondades,
7 La más sencilla definición de urbanismos puede ser la siguiente, congregación de tribus
o clanes que acuden a un centro de reunión, protección y culto etc., y por tanto, el
conjunto político o soberano formado por tal comunidad. Otra sostiene que una zona
urbana es un conglomerado de barrios, comarcas o comunidades donde sus pobladores
trabajan en conjunto, para el bien común. Entonces, los tipos de área urbana pueden
variar ostensiblemente, acorde con los que participan en la producción, el trueque, el
transporte, la prestación de servicios o una combinación de estas actividades. Una
tercera definición expone que las zonas urbanas son lugares donde existe la oportunidad
de experimentar un ambiente diversificado. (…) Estos asentamientos pueden ser de orden
complejo o sencillo. Pueden tener un sabor rural o un carácter completamente
industrial. Pueden ser sitios de ambiente solaz o repleto de todo tipo de conflicto.
También pueden ser pequeños y fáciles de sostener o gigantescos, llenos de
confrontaciones y problemas económicos. (Gallion, Eisner, 1987).
-
32 Urbanismo Insular
importancia y compromiso institucional con la formación de
espacios multifuncionales. Dicho de otro modo, con la
renovación y creación de ciudades. Ciudades que
incomprensiblemente desdeña al comparar “lo planeado”
con “lo realizado” en ellas. Alucinación institucional que
alcanza niveles simplemente enajenantes. Sólo de esta
forma es factible explicar el drama sobre el que se erige el
diseño, construcción y operación de una línea de
comunicación colectiva basada en un corredor de transporte
masivo servido por un Tren Urbano en el suburbio de la
Zona Metropolitana de San Juan.8 Este tipo de tren,
pensado para cubrir cortas distancias, es creado para
prestar servicio entre el centro de una ciudad y su periferia
exterior que puede incluir otras ciudades urbanas,
8 El Tren Urbano es un tren de proximidad que conecta los municipios de San Juan,
Bayamón y Guaynabo, cuenta con una línea de 17.2 km. [10.7 millas] y 16 estaciones, la
mayoría de ellas elevadas. Historia: El primer ferrocarril se comenzó a erigir al final del
Siglo XIX, cuando la Isla todavía estaba bajo dominio español. Se construyó una vía que
cubría gran parte de la geografía insular, discurriendo mayormente por la zona costera.
El tren fue una importante herramienta para el desplazamiento de pasajeros y carga
hasta el segundo tercio del Siglo XX. Durante ese período, se utilizó intensamente como
transporte comercial para la caña de azúcar. En la década de 1950, más personas
podían adquirir automóviles, e inició la construcción masiva de autopistas a través de
toda la Isla. Con la conveniencia y flexibilidad del auto, y el cierre de las haciendas
azucareras, pocos atisbaron la necesidad de continuar la operación del tren. Con la
construcción de nuevas carreteras y el uso extenso de los autos, se expandieron
significativamente los suburbios de San Juan, fusionándose con los municipios
adyacentes de Bayamón, Guaynabo y Carolina. (…). Para la década de 1960, algunos
planificadores urbanos veían la necesidad de un tren de proximidad en el Área
Metropolitana de San Juan. Las primeras propuestas para construirlo se hicieron en
1967, pero fue en 1989 que el Departamento de Transportación y Obras Públicas
planteó una petición formal ante el Gobierno Federal. En 1993, la Administración
Federal de Tránsito de los Estados Unidos aprobó el financiamiento del Tren Urbano.
La construcción, que comenzó al final de la década de 1990, experimentó miríadas de
atrasos (…). El proyecto terminó costando aproximadamente 2.2 billones de dólares. El
sistema fue inaugurado el 17 de diciembre de 2004. Desde que abrió hasta junio de
2005, el uso del tren fue libre de costo, con el propósito de promover el nuevo método de
transportación. Actualmente el precio de un viaje es de 1.50 dólares, pero existen ofertas
que permiten el uso del tren y los autobuses por varios meses a precio fijo. Se está
considerando (2008) extender la línea actual hasta la zona histórica del Viejo San Juan
mediante la inclusión de un Tren Liviano. La primera línea de este Tren Liviano será
construida por el Municipio Autónomo de San Juan (MASJ) y se conocerá como el
Sistema de Asistencia, Transportación y Organización Urbana (SATOUR). Otra
extensión propuesta es construir una línea hasta el Municipio Autónomo de Carolina,
con una estación en el Aeropuerto Internacional Luís Muñoz Marín. (Fuente:
http://zonaisla.com/community/DisplayAd.asp?id=2339)
http://zonaisla.com/community/DisplayAd.asp?id=2339
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Urbanismo Insular 33
suburbanas (periferia externa) o ciudades-dormitorio
(rururbia). De facto, aunque el concepto regularmente
resulta ambiguo, se denomina ciudad-dormitorio a las
ocupaciones humanas del suelo que acontecen en zonas
semi-rurales o rurales, donde la ordenación del territorio se
alcanza a través del proceso de urbanización.9 Poblaciones
cuya reproducción socio-económica emula el estilo de vida
suburbano en el interior de un entorno fundamentalmente
rural. Empero, en el ámbito de la Zona Metropolitana de San
Juan, no existe una o varias ciudades centrales, de hecho,
no existe una ciudad urbana dominante. Se trata de una
ingente aglomeración multi-nuclearizada, difuminada como
un volumen indiferenciado, sin solución de continuidad, a lo
largo de varias circunscripciones administrativas. Los
aglomerados residenciales tienden a constituirse alrededor
de grandes centros económicos, generando masivos
corredores de flujo carentes de significación espacial.10 Por
otro lado, contrario al discurso pronunciado por la oficialidad,
es evidente al examinar los limitados rendimientos, las
insuficiencias fiscales y el modesto volumen de usuarios,
que el juicio para la alineación seleccionada por las
autoridades gubernamentales se basó primordialmente en
los costos de adquisición de la servidumbre de paso,
requerida para la obra. A esta variable quedaron
9 “Rurales serán aquellos sectores poblacionales que se dedican a la producción de
artículos primarios que rinde la tierra; los sectores urbanos, en cambio, incluyen a las
grandes masas humanas geográficamente concentradas que no se interesan, al menos en
forma inmediata, por la obtención de materias primas, alimenticias, textiles o de confort
en general, sino que están vinculadas al transporte, las industrias, al comercio, a la
instrucción de la población, a la administración del Estado o simplemente a residir en la
ciudad" (Aurousseau, The distribution of population: a constructive problem 1921).
10 (…) La urbanización sin ciudad significa, además, la existencia de espacios definidos
por flujos, de territorios de límites imprecisos o superpuestos y de lugares sin atributos y
por lo tanto, sin capacidad de integración simbólica. (…) (Borja, Castells, 1997).
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34 Urbanismo Insular
supeditadas miríadas de relevantes criterios, entre ellos la
razón de mayor importancia, en realidad, la única veraz para
la creación de un corredor colectivo de tal magnitud. Estos
onerosos y complejos sistemas de transporte masivo suelen
construirse en el interior de las ciudades como parte de un
plan fiscal delineado por el Estado para estimular,
diversificar y ampliar el desarrollo económico a partir de la
creación de condiciones óptimas para repoblar y/o rehacer
una ciudad existente o construir una nueva ciudad urbana.
Las neópolis así formadas deben erigirse sobre principios de
proximidad, jerarquía y funcionalidad, incorporando al
proceso la inversión individual o combinada del sector
público y privado en proyectos que permitan la formación de
nuevas y variadas actividades comerciales. En Puerto Rico,
el sistema de transporte colectivo no evidencia este nivel de
comprensibilidad y articulación multi-dimensional de
propósitos. El resultado ulterior será un Tren Urbano que
incomprensiblemente no es priorizado, menos posicionado
mediante políticas públicas que desestimulen el uso del
vehículo de motor como parte de un paradigma centrado en
el repoblamiento densificado de sus estaciones. En
ausencia de tales instrumentos, el Tren Urbano compite
descarnadamente con el automóvil, en una carrera
paradójicamente diseñada y pensada en función del
transporte individualizado. Un evento que bajo las
condiciones enunciadas está irremediablemente destinado a
perder.11 El Tren Urbano pretende atraer, con muy poco
11 Puerto Rico cuenta con 25,647 kilómetros de carretera. Como referencia, la
circunferencia ecuatorial mide 40,077 kilómetros, es decir, si se colocaran todas las
carreteras de Puerto Rico en línea recta se podría llegar hasta Australia, China o la
India, y todavía sobrarían más de 5,000 kilómetros. Aunque con estas cifras Puerto Rico
pueda parecer uno de los lugares del mundo con mayor densidad de carreteras, lo cierto
es que aún estamos muy lejos de la situación de otros pequeños territorios como Macao,
Malta o Singapur. De hecho, la densidad de carreteras de Puerto Rico se sitúa más bien
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Urbanismo Insular 35
éxito, la población residente o itinerante limitando su oferta a
un intrascendente y fútil movimiento pendular. Pensado y
construido exclusivamente para transportar pasajeros sin
mayores pretensiones que la resolución de un problema
funcional de ingeniería civil, congestión vial y densidad
dinámica. Las autoridades indudablemente subestimaron la
naturaleza monovalente (una sola función o valor) del
suburbio y el poderoso impacto que tiene en el proceso de
socialización de las poblaciones asentadas en el. El
suburbio es el ámbito por antonomasia del automóvil, cuya
legítima y racional existencia descansa en el transporte
particular y la constante generación de viajes a destinos que
en una ciudad urbana se alcanzarían peatonalmente. Así,
las estaciones y su entorno se diseñan como objetos
pasivos, no sujetos protagónicos de cambio socio-
económico y renovación cultural. Fueron creadas como
“eventos arquitectónicos”, “marcas en tierra”, simples
estaciones de trasbordo, cuando en general poseen el
germen para la creación de una Neópolis en el estéril y
al nivel de Francia, Trinidad y Tobago o el Reino Unido. Los kilómetros de carretera
construida crecen cada año, aunque a ritmos muy distintos. A finales de 1990, por
ejemplo, hubo un crecimiento lento, aunque el nuevo siglo se inició con un ritmo más
vigoroso, pasando de un promedio de 111 kilómetros nuevos construidos cada año entre
1996 y 2001, a 541 entre 2002 y 2004. A la vez que aumentan las carreteras, aumenta el número de automóviles. Aunque este crecimiento oscila bastante según los años (por
varios factores, aunque en cierta medida se relaciona con la situación coyuntural de la
economía), el efecto acumulado parece ser un aumento constante en el número de
vehículos. El promedio de autos registrados entre 1996 y 2001 fue de 168,000 anuales, y
esta cifra se eleva hasta 206,000 en el período 2002-2004. Es decir, entre el 2002 y 2004
se han registrado más de 600,000 vehículos. El ritmo de crecimiento de los vehículos
supera con mucho al crecimiento de la población. En los últimos 25 años se ha duplicado
la tasa de automóviles por cada 1,000 habitantes, pasando de 353 en el año 1980 a 711
en el año 2005. Si en el año 1980 había un millón de automóviles, ya para el año 2005
éstos llegan a 2.8 millones. En resumen, se estiman en 711 vehículos por personas y en
106 los vehículos por kilómetro de carretera construida. En comparación, en Estados
Unidos la densidad es de 32 vehículos por kilómetro, en Japón, 61 y en España, 29. La
cifra de Puerto Rico está por encima de todos los países americanos y europeos, salvo
Malta. No obstante, todavía quedan lejos los 287 vehículos por kilómetro de carretera de
Hong Kong o los 232 de los Emiratos Árabes Unidos.
(Fuente: http://www.tendenciaspr.com/Publicaciones/transporte/tapon.html)
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36 Urbanismo Insular
homogéneo interior del espacio metropolitano. Algunas (no
todas) pueden representar una oportunidad para construir
ciudad mediante la adecuada mezcla de inmuebles
habitacionales de mediana y alta densidad, servidos de
amplios y variados espacios comerciales, ubicados en el
primer piso de las edificaciones. Estos se complementarían
con operaciones institucionales tanto públicas como
privadas, dando paso a la presencia de agencias,
departamentos y corporaciones gubernamentales al igual
que centros educativos, cuidadosamente articulados a
espacios lúdicos erigidos sobre una nueva y diversificada
infraestructura verde.12
Estación Tren Urbano, Cupey, Puerto Rico
12 “No es un secreto que el sistema de transportación colectiva en Puerto Rico es
ineficiente. Tenemos un Tren Urbano (TU) que pese a que sí ha demostrado su eficiencia
de servicio y su capacidad para transportar grandes cantidades de público en eventos
especiales, tiene un uso diario que está muy por debajo de las expectativas para esta
fecha. Mientras que la proyección para hoy día era que el patrocinio de TU fuera de
100,000 usuarios diarios, los datos más recientes de la Autoridad para la Integración en
el Transporte (ATI) indica que el TU es utilizado diariamente por cerca de 30,000
personas. El Gobierno subsidia el 90 por ciento de la operación diaria del tren cuyo
costo ronda los $105 millones al año. Las cifras se tornan más preocupantes cuando se
toma en consideración que el Tren, que inauguró cuatro años más tarde de lo previsto,
costó $2,200 millones, alrededor de $1,000 millones más de lo presupuestado (Por: Yanira Hernández Cabilla, El Nuevo Día, Negocios, 8 de febrero de 2009).
http://static.panoramio.com/photos/original/50838992.jpg
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Urbanismo Insular 37
Estación Tren Urbano, Sagrado Corazón, Puerto Rico
Estación Tren Urbano Rooselvelt, Puerto Rico.
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38 Urbanismo Insular
Estación Tren Urbano, Hato Rey, Puerto Rico.
Tercero: Resistencia al Cambio
La tentativa enunciada supone un cambio de paradigma
inaceptable por estar profundamente reñida con el modelo
gerencial de los administradores de la ciudad y su exclusivo
compromiso con la inmediatez, lo conocido y
financieramente ortodoxo. A mediano y largo plazo se
esgrimirán toda suerte de argumentos que darán cuenta de
lo aparentemente onerosos que resulta el proceso de
adquisición y redesarrollo infraestructural, al igual que
dotacional de este tipo de iniciativa. A éstos se añadirán los
límites geográficos impuestos por las estaciones y la
necesidad de intervenciones racionalmente sustentables. Es
un nuevo urbanismo centrado en la circulación pedestre, la
proximidad y diversidad de usos espacialmente dispuestos y
el transporte masivo, que suele asociar la industria
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Urbanismo Insular 39
inmobiliaria con las estigmatizadas formas de construcción
en el interior de los Centros Urbanos Tradicionales y su
periferia. Tipologías que como indicamos se desdeñan,
ignoran o incluso descartan por el sector privado ante las
incongruencias procesales de las autoridades
gubernamentales y las política pública a favor del transporte
individualizado.13 Al final, sólo queda la ocupación espacial a
baja densidad, a partir de inmuebles unifamiliares,
urbanizaciones suburbanas en composición de uso
monofuncional, que resulta ser la tipología privilegiada por el
mercado y la oficialidad, cuando en realidad es la alternativa
más onerosa a mediano y largo plazo. Sin dudas, la opción
incorrecta por ser profundamente lesiva, insustentable y
detrimental al medio-ambiente en la forma y manera en que
se estila en el País. Los costos de construcción dependerán
de los valores y tributos impuestos a la tierra, las
mitigaciones, adecuaciones, el nivel de centralización y
localización de los servicios, la generación, disposición y/o
tratamiento de las descargas hídricas, la ubicación espacial
de troncales y su conectividad (entre otros factores).
13 Un ejemplo de estas incongruencias es la Ley Núm. 212 aprobada en el año 2002 que
establece incentivos y créditos contributivos para aquellos inversionistas que desarrollen
obras de rehabilitación, reconstrucción o construcción inmobiliaria en los centros
urbanos tradicionales. Una de las principales bondades de esta Ley es fomentar
proyectos en los ámbitos urbanos centrales y zonas históricas de los municipios que de
otra forma resultan inviables económicamente. La ley posibilita el restaurar estos
importantes espacios como polos de actividad residencial, institucional y comercial. Por
otro lado, no puede perderse de vista que una vez se autoriza la construcción de un
proyecto bajo la Ley Núm. 212, la inversión incide en casi todos los sectores económicos
de forma directa, indirecta e inducida. El capital tiene el potencial de fluir e impactar
favorablemente los indicadores macro-económicos de la región. Por tanto, es incorrecto
aducir que los créditos contributivos otorgados por esta Ley tendrán efectos adversos a
corto plazo sobre los recaudos generales toda vez éstos se compensarán ampliamente en
virtud de los incrementos sobre la contribución mueble e inmueble, patentes, arbitrios
municipales de construcción, contribuciones sobre el consumo y contribuciones sobre el
ingreso personal no corporativo (entre otras fuentes potenciales de retorno). Resulta
simplemente ininteligible el planteamiento fiscal de que la Ley Núm. 212 puede afectar la
estabilidad y solvencia económica del Estado. Lamentablemente, el Departamento de
Hacienda aprobó reglamentación a los fines de reducir sustancialmente los créditos
contributivos y su disponibilidad, haciendo la Ley ineficaz para apoyar la viabilidad de
los proyectos que en su espíritu intenta servir.
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40 Urbanismo Insular
Empero, como advertimos, los incrementos en los costos de
atemperación, demolición, disposición al igual que los
costos infraestructurales y dotacionales que acarrea el
redesarrollo en ocupaciones compactas y densas de áreas
previamente impactadas por la presencia humana, pueden
resultar significativamente menores a mediano y largo plazo
que los que conlleva la dispersión espacial con todas sus
potencialmente irreversibles implicaciones ambientales.
Cuarto: Crecimiento y Procesos
Tradicionalmente, la política formal de ocupación restringió
lo urbano (desarrollado) y lo urbanizable (desarrollable) al
interior de una zona o polígono de ordenación con el
propósito de consolidarla. Desde la década de 1970 se
articula, sin aparente distinción o mayores contenciones, el
suelo urbano y el suelo urbanizable dentro y fuera de dichos
polígonos denominados Límites de Expansión Urbana. El
fenómeno provoca la dispersión fragmentada, incluso
aleatoria de estas áreas urbanísticas y del territorio en
general. Los ayuntamientos suelen ser compelidos
ministerialmente a incluir los desarrollos aprobados por la
Junta de Planificación de Puerto Rico, como parte de su
Plan de Ordenación Territorial cuando el Municipio es
autónomo. En el caso de los municipios que no cuentan con
un Plan de Ordenación Territorial aprobado, es práctica
ordinaria la ocupación de suelos rurales mediante
reclasificaciones autorizadas por la agencia de referencia.
Esta acción desvirtúa el Límite de Expansión Urbana
Municipal, truncando su racional densificación y ulterior
consolidación, al tiempo que impide reducir la presión de
desarrollo sobre suelos rústicos o de conservación para lo
cual fue creado. Por otro lado, la dinámica formal de los
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Urbanismo Insular 41
permisos mediante consultas de ubicación, puede estar
acompañada de construcciones informales y espontáneas
no autorizadas inicialmente, que con el tiempo suelen
regularizarse, generalmente, por persuasiones indebidas
(corrupción publica-privada).14 Este fenómeno al extenderse
sobre la comarca se denomina “hiper-fragmentación
mórfica de la geografía”. En no pocas ocasiones, sectores
fuera del Límite de Expansión Urbana Municipal, sometidos
a intensas presiones de desarrollo se califican utilizando
distritos residenciales a baja y moderada densidad, carentes
en consecuencia de guías que orientarán el ¿cómo crecer?,
es decir, la ordenación de las formas de ocupación y de los
14 Para alcanzar el triunfo electoral en sociedades democráticas de capital abierto, tanto
candidatos como partidos políticos están obligados a levantar enormes recursos
económicos para solventar los costes directos, indirectos e inducidos de las campañas
mediáticas. Por ejemplo, durante la década de 1990 elegir a un presidente en El
Salvador, el más pequeño de los países de América Latina y uno de los menos poblados,
costaba alrededor de 20 millones de dólares. Si tomamos en cuenta el universo de
electores y el PIB, la elección de un presidente es considerablemente más costosa para
este país que para los estadounidenses (Mendoza, Montaner, Vargas. 1998). Por otro
lado, aunque existen políticas fiscales y procesales que regulan las actividades abocadas
al recaudo de fondos, es poco plausible la exclusión de transacciones, ofertas o pre-
arreglos económicos entre candidatos y patrocinadores. Ulteriormente, el control
político recaerá en las organizaciones y/o individuos que solventan financieramente a
partidos y candidatos a puestos electivos. Por lo regular, una vez logrado el triunfo
electoral, la política pública diseñada para implantar el programa de gobierno
presentado a los electores se adecuará a favor de aquellas empresas que financiaron la
victoria. Así, el gobierno es un simple espejo-reflejo de las relaciones de poder
económico e intereses pecuniarios de sus auspiciadores. Esta práctica conduce a
violaciones de ley, empero, se trata de una acción implícitamente concertada por todo el
aparato político. Por tanto, es poco probable que se levanten querellas e investigaciones
probas ante el inminente impacto que tienen sobre compromisos contraídos con
poderosas entidades económicamente influyentes sobre los partidos. Entidades que
requieren de la capacidad y habilidad de los incumbentes para perpetuar el espacio
ganado por medio de los comicios electorales. Este es un ejemplo de entalpía insuflada
al sistema político en forma de capital financiero que genera profundos efectos
entrópicos a mediano y largo plazo, particularmente ostensibles sobre el capital social.
Lo planteado es un secreto harto conocido por los electores de todo el orbe, que lacera
la fe pública en las instituciones políticas. La corrupción subyacente al proceso es de tal
magnitud que puede conducir a economías y naciones otrora estables a la ruina moral y
financiera. A esta afirmación debe agregarse la palabra extinción ante las indefectibles
consecuencias ambientales de la corrupción. (…) Lamentablemente, ninguna propuesta
que altere las relaciones descritas será apoyada. El cambio no acontecerá hasta
encontrarnos al borde del precipicio. Esto quiere decir que no se hará nada hasta que la
naturaleza nos fuerce a tomar medidas, es probable que para entonces sea demasiado
tarde y la cuota de sufrimiento colectivo resulte simplemente inevitable. (De La Rosa,
2010).
-
42 Urbanismo Insular
usos complementarios al residencial. Es notable, como
algunos polígonos suelen dilatarse o contraerse, sin las
adecuadas evaluaciones, más allá de lo racionalmente
esencial para alojar la necesidad real de su crecimiento.
(Municipio Autónomo de Mayagüez, POT 2007)
Desenlaces y Consecuencias
“Los suelos en Puerto Rico son limitados
y es política del Estado Libre Asociado
propiciar un uso juicioso y un aprovechamiento
óptimo del territorio
para asegurar el bienestar de las generaciones actuales
y futuras, promoviendo un proceso de desarrollo ordenado,
racional e integral de los mismos (…).”
Artículo 13.001 Reglamento Número 24 JPPR
La dinámica naturaleza especulativa del mercado
inmobiliario aunado a desacertadas políticas y errados
paradigmas de planeación espacial, han provocado la
subutilización de las edificaciones erigidas sobre suelo
urbano y el tácito endoso al proceso dispersivo de
asentamientos sobre suelos no urbanizables fuera de los
límites de expansión establecidos por el Estado o los
ayuntamientos. Es una geografía modelada por las
ocupaciones humanas del suelo a baja densidad en
tipología fundamentalmente suburbana. De facto, en
amplias zonas insulares la distinción entre lo urbano,
suburbano y rural tiende progresivamente a desdibujarse.15
15 Lo expuesto queda meridianamente confirmado al ponderar las declaraciones emitidas
por la máxima autoridad del Estado en planeación espacial al ser entrevistado por
Gerardo E. Alvarado León, periodista del periódico “El Nuevo Día”, el viernes 27 de
mayo de 2011. El principal a cargo de establecer e implantar la política pública
concerniente a los usos del suelo en el País, enunció con impasible temeridad su
completa incapacidad para cambiar esta dinámica de crecimiento inmobiliario,
suscribiéndola como deseable. Incluso sus respuestas denotan un aparente
desconocimiento de principios y conceptos fundamentales en términos de paradigmas y
-
Urbanismo Insular 43
Un ejemplo concreto de este fenómeno es la designación
hecha por el Negociado Federal del Censo, del Área
Estadística Metropolitana Consolidada (CMSA, por sus
siglas en inglés) de San Juan, Caguas y Arecibo. En el año
2000 se estimó que el 64 por ciento de la población total de
Puerto Rico, equivalente a 2.4 millones de habitantes se
asentaban en esta área. Como indica el Doctor Carlos
Severino Valdés, “Los 38 municipios que conforman la CMSA
constituyen prueba inequívoca del dramático y profundo impacto
de este desafortunado paradigma”.16 Es pertinente advertir que
en nuestro caso la dispersión no responde a grandes
cambios demográficos, considerando que entre el año 1990
y el año 2000 el incremento poblacional se estimó en
apenas 0.79 por ciento. El fenómeno probablemente está
teorías de ocupación humana del terreno, fisonomía y morfología urbana-regional. Pero,
es sólo eso, un simple ardil con el que se soslayan las inexpugnables relaciones de fuerza
y poder político-económicas que deben salvaguardarse mediante la continúa
construcción de paradojas. De esta forma se genera un discurso creado exclusivamente
para transferir la responsabilidad (culpa), condicionando las posibles soluciones al nivel
de creatividad que posean los artífices de tan funesta situación (los ciudadanos). El
Estado y sus administradores se presentan como celadores, guardias que sólo pueden
contener los daños provocados por terceros (el pueblo) carentes de inteligibilidad,
civismo y buen juicio. Admitiendo tácitamente su tarea ulterior de continuismo y
protección del exitoso paradigma suburbano más allá de toda frontera ético-ambiental.
El saldo final de esta factura será generacionalmente legada, gravando permanentemente el futuro de los que aún no están entre nosotros; juzgue usted,:
“El desparrame urbano en el País es irreversible, afirma el nuevo Presidente de la Junta
de Planificación de Puerto Rico, el planificador licenciado Rubén Flores Marzán, ¿Es
posible frenar el desparrame urbano en Puerto Rico? No puede frenarse porque es una
necesidad del mercado y de los gustos de la población (…). ¿Cuál es la solución
entonces? Vamos a reposicionar al País con el Plan de Usos de Terreno (PUT). Uno de
los retos principales es el ordenamiento territorial y vamos a atacarlo con el PUT, que
incluye una visión de desarrollo en áreas a las que no se les había prestado interés,
como energía, transportación, agricultura, desarrollo económico y creación de
empleos. (…) ¿A qué le atribuye el que el Tren Urbano no tenga el patrocinio diario
estimado de 100,000 pasajeros? Por más planificación que se haga, la modificación de
conductas no se puede controlar. Es algo cultural. La gente no está acostumbrada al
transporte colectivo. Por eso debe reeducarse. Pero es un hecho que tampoco se ha dado
el desarrollo aledaño a las estaciones del tren, ¿qué me dice? La crisis hipotecaria tuvo
un impacto en el desarrollo de esos sitios. Estados Unidos está en crisis económica y muchos proyectos de transportación vienen del gobierno federal (…)”
16 El Área Consolidada Metropolitana de San Juan, Caguas y Arecibo según definida por
el Negociado Federal del Censo en el año 1999 comprende 38 municipios desde Camuy
a Yabucoa.
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44 Urbanismo Insular
asociado a procesos socio-económicos, entre los que se
encuentran las mejoras materiales y con éstas el acceso a
recursos que permiten el desplazamiento geográfico de
amplios grupos sociales, articulado al modelo dominante de
familia nuclearizada, matizado por la proliferación de
unidades filiales monoparentales. Durante el primer lustro
del Siglo XXI, la Escuela de Asuntos Ambientales de la
Universidad Metropolitana de Puerto Rico, con el auspicio
de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por
sus siglas en inglés) comisionó una evaluación detallada a
la firma Estudios Técnicos, referente a patrones, procesos y
tendencias de la ocupación humana del suelo en Puerto
Rico. Los resultados presentados en el año 2001 desvelan
la magnitud y seriedad de la situación. El ámbito de estudio
fue el Área Metropolitana de San Juan, que incluye los
municipios de San Juan, Bayamón, Carolina, Cataño,
Guaynabo, Toa Alta y Toa Baja, albergando una población
estimada en 1.7 millones de habitantes de acuerdo al Censo
de Población y Vivienda del año 2000. Los hallazgos más
relevantes se consignan a continuación.
Entre los años 1935 y 1990, el tamaño de la ocupación
suburbana del suelo en el área de estudio se incrementó 14
veces, empero la población asentada sólo creció cuatro
veces. Esto significa que el área construida por habitante
aumentó en tres y media veces su tamaño original, lo que
equivale a decir que la densidad poblacional de la zona se
redujo a poco más de su nivel original en un período de 55
años. De continuar este patrón de manera indefinida se
estima que en el año 2061 la dispersión suburbana
ocupará la mitad del país y su totalidad en el año 2076.
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Urbanismo Insular 45
La expansión corresponde a la reducción y ulterior colapso
del sector agrícola. En el año 2000 el inventario de fincas
agrícolas representó sólo una cuarta parte de las existentes
en el año 1935 y su extensión se contrajo a una séptima
parte.
La profusión del transporte individualizado no sólo
representa un factor importante, es más bien determinante.
Se estima que en el año 1990 existía un automóvil por cada
1.5 habitantes. Entre el año 1960 y 1990 la proporción de
unidades de vivienda ocupadas que no disponían de un
vehículo de motor pasó de 65.4 por ciento a 28.2 por
ciento. Mientras la proporción de unidades de vivienda con
más de dos vehículos de motor se incrementó de 5.4 por
ciento a 30.8 por ciento. En el año 1996 la cantidad de
vehículos de motor en el área de estudio se estimó en
703,347 unidades.
Todos los recursos naturales y sistemas ecológicos
identificados presentan algún grado de impacto ambiental.
Se estima que a partir del año 1936 el 45 por ciento del
inventario de humedales y ciénagas fueron paulatinamente
destruidos. Lacerando o afectando funciones vitales como
es la capacidad para sostener la vida silvestre, el control
que ejercen sobre las inundaciones y sus áreas de
captación.
Se calcula que la expansión suburbana en el área de
estudio tiene costes anuales ascendentes a 1.6 millardos de
dólares y costes no recurrentes por 920 millones de
dólares. Se trata de una evaluación extremadamente
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46 Urbanismo Insular
conservadora, toda vez el cómputo no considera los costes
ambientales, salubristas y excluye la consecuente
depreciación de los inmuebles en el interior de los centros
urbanos.
Un Comentario
Desafortunadamente, la creación de ciudades urbanas aún
constituyen excentricidades teóricas incompatibles con el
ordenamiento político, sociológico y financiero insular. Si
duda, considere el siguiente escenario. Imagine que a partir
del año 2016 el discurso institucional se pronuncia a favor
de crear espacios urbanos, donde la mezcla de usos,
diversidad, proximidad e intensidad cultural de las
actividades privilegie el desplazamiento peatonal; dinámica
admirada al visitar ciudades como Barcelona, Buenos Aires,
Londres, Sevilla, o New York. Empero, totalmente disímil
con la expectativa, cotidianidad y ominosa realidad del
ciudadano que habita un inmueble en el interior del Área
Metropolitana de San Juan; donde el automóvil es
protagonista, centro de toda atención y el peatón, sólo una
silueta de escasa o nula importancia. Como parte del relato,
supongamos que esta situación es corregida mediante la
formación de ciudades cuya morfología, densidad y
distribución poblacional, genere suficiente masa crítica para
posicionar el transporte colectivo como la opción natural
sobre la locomoción vehicular particularizada. Declarando la
ruptura con lo consuetudinario y el tránsito a un modelo de
asentamiento urbano pletórico de nuevas posibilidades
ambientalmente sustentables. ¡Anatema!, será la réplica
esgrimida por promotores, instituciones bancarias y aún los
propios gestores políticos de tal iniciativa. Aunque
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Urbanismo Insular 47
impensable, será la ininteligible sociedad política que al
hallarse atrapada por esta osadía, claudicará ante el temor
de perturbar el modelo de negocio de aquellos a quienes
deben lealtad ideológica. La ciudad hipotéticamente
descrita, planteada como ideario de Estado, sólo puede
enunciarse cual quimera, es la cumbre borrascosa, no es
plausible si se quiere proteger la forma de producción y
consumo suburbano que financia campañas re-
eleccionarias. Paradójicamente, estos férreos antagonistas
de lo urbano encuentran su irreprensible antítesis discursiva
al constituirse inadvertidamente en artífices de redentoras
contra-medidas legislativas. Reiterando, declarando,
difundiendo argumentos con los que intentarán aplacar
infinidad de mensajes, por lo regular aún más confusos que
el discurso que lo anima, en un supremo esfuerzo por
sostener las desquebrajadas utopías y con éstas el perenne
ideario de “pensar la ciudad” como proyecto de Estado.17
Así, de tiempo en tiempo preconizarán, incluso con cierto
estupor matizado de ironía, la necesidad de conceptualizar
ciudades ambientalmente sostenibles y habitables, ciudades
“verdes” de “clase mundial”. Estos tiempos, de admirable
epifanía, coincidirán con eventos electorales, que se
traducen una vez más en resoluciones, compromisos y
propuestas de campaña. La ciudad, cual “máxima kantiana”
advendrá como la aurora precede el alba y nuevamente
elementos propios de ésta serán retomados formando parte
de este mito y su eterno retorno.18 Es un péndulo que
17Algunos ejemplos: Isla Ciudad, Triángulo Dorado, Dr. Pedro Reselló González,
Gobernador (PNP), Frente Portuario, Ciudad Mayor, Ciudad de la Ciencia, Ciudad Red,
Lic. Aníbal Acevedo Vila, Gobernador (PPD), Ciudad de la Ciencia, Lic. Alejandro
García Padilla, Gobernador (PPD).
18 Para Kant el principio de la voluntad es querer que la acción sea una máxima y se
convierta en ley universal. Por tanto, toda acción debe ser ponderada en virtud de su
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48 Urbanismo Insular
discurre del desvarío a la cordura para sumirse nuevamente
en la locura. En Puerto Rico estos “mitos citadinos”, esta
“utópica cordura” se limita, de manera casi exclusiva, al
espacio geográfico ocupado por el exiguo Centro Urbano de
los 78 municipios que conforman el País. Se constatan
algunos gestos y modestos intentos, todos fragmentados de
escasa o inane importancia socio-económica o físico-
espacial. Los datos presentados a continuación evidencian
el extenso y profundo proceso de suburbanización que
origina a mediados del Siglo XX como resultado de los
programas de renovación urbana, financiamiento, garantías
y créditos provistos por la banca local y las autoridades
Estadounidenses. A corto plazo, lo descrito es irreversible y
sus consecuencias evidentemente anticipables. A largo
plazo, confiamos que la entropía y el caos multi-sectorial
forzarán el devenir del paradigma y con éste la esperanza
de la humanización como sustrato y razón de las neópolis
del mañana.
bondad. En la medida en que todo ser racional es potencialmente receptivo a
comprenderla y ulteriormente validarla mediante su repetición, se cumple la máxima
categorial, se alcanza la buena voluntad. Sin embargo, advierte Kant sobre la existencia
de acciones que resultan imposibles de acometer como leyes universales por constituir
antípodas de la razón. (Morente, 1992)
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Urbanismo Insular 49
El Mercado Inmobiliario
Población y Construcción19
En el año 2009 la población en Puerto Rico se estimó en 3.9
millones de habitantes. A tenor con el Censo de Población y
Vivienda, esta figura fue de 3.5 millones para el año 1990