Neurocirugía

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Carmen aguilar Neurocirugía 1 Neurocirugía Funcional 1. INTRODUCCIÓN La neurocirugía, en cuanto a lo que hemos visto hasta ahora, pretendía devolver una anatomía anormal a otra normal mediante una intervención quirúrgica. La neurocirugía funcional es diferente, aquí nos encontramos frente a una situación en la que no existe fallo anatómico (o es inapreciable), sin embargo, si existe un fallo en el funcionamiento o cambio funcional del SNC. Lo que se pretende con esta rama de la neurocirugía es devolver al SNC a una situación donde haya un correcto funcionamiento. 2. HISTORIA (esto dijo la profesora que no se iba a preguntar, pero como se dio, ahí lo llevais!) Inicio de la neurocirugía funcional moderna (siglo XIX): Friedrich Goltz realizó exéresis de lóbulos temporales en perros, consiguiendo animales más calmados. En el siglo XX, el neurólogo Egas Moniz y el cirujano Almeida Limase, vieron que la patología psiquiátrica, estaba relacionada con el lóbulo frontal. De hecho, se realizaban en la época varias operaciones quirúrgicas que tenían como finalidad modificar el comportamiento del SNC. Las intervenciones quirúrgicas, la mayoría de las veces no eran realizadas ni por doctores, sino que eran realizadas por personas, que incluso evitando el uso de guantes, comenzaban introduciendo un escoplo por la nariz o bien por el canto interno de los ojos con el fin de intentar movilizarlo para que vaya machacando los lóbulos frontales y así conseguir cambios de actitud en el paciente. Walter Freeman, fue pionero en la lobotomía frontal. Evidentemente, también provocaban cambios de personalidad importantes, que determinaban graves secuelas en el individuo. En la actualidad, cualquier lobotomía necesita pasar por un comité médico. Más tarde, se pasó por una época donde lo que predominaban eran las lesionectomías, es decir, intervenciones quirúrgicas en las cuales lo que se realizaban eran pequeñas lesiones en el cerebro con el pretexto de conseguir resultados clínicos favorables. Estaba muy relacionado con los experimentos anteriormente mencionados. Poco a poco, fueron siendo sustituidas por Neurocirugía sobre base anatómica alterada sin/con fallo funcional NEUROCIRUGÍA CONVENCIONAL Neurocirugía con base anatómica intacta pero fallo funcional NEUROCIRUGÍA FUNCIONAL

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Carmen aguilar Neurocirugía

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Neurocirugía Funcional

1. INTRODUCCIÓN

La neurocirugía, en cuanto a lo que hemos visto hasta ahora, pretendía devolver una anatomía

anormal a otra normal mediante una intervención quirúrgica.

La neurocirugía funcional es diferente, aquí nos encontramos frente a una situación en la que

no existe fallo anatómico (o es inapreciable), sin embargo, si existe un fallo en el

funcionamiento o cambio funcional del SNC. Lo que se pretende con esta rama de la

neurocirugía es devolver al SNC a una situación donde haya un correcto funcionamiento.

2. HISTORIA (esto dijo la profesora que no se iba a preguntar, pero como se

dio, ahí lo llevais!)

Inicio de la neurocirugía funcional moderna (siglo XIX): Friedrich Goltz realizó exéresis de

lóbulos temporales en perros, consiguiendo animales más calmados.

En el siglo XX, el neurólogo Egas Moniz y el cirujano Almeida Limase,

vieron que la patología psiquiátrica, estaba relacionada con el lóbulo

frontal. De hecho, se realizaban en la época varias operaciones

quirúrgicas que tenían como finalidad modificar el comportamiento del

SNC.

Las intervenciones quirúrgicas, la mayoría de las veces no eran realizadas

ni por doctores, sino que eran realizadas por personas, que incluso

evitando el uso de guantes, comenzaban introduciendo un escoplo por la

nariz o bien por el canto interno de los ojos con el fin de intentar

movilizarlo para que vaya machacando los lóbulos frontales y así

conseguir cambios de actitud en el paciente. Walter Freeman, fue pionero en la lobotomía

frontal. Evidentemente, también provocaban cambios de personalidad importantes, que

determinaban graves secuelas en el individuo.

En la actualidad, cualquier lobotomía necesita pasar por un comité médico.

Más tarde, se pasó por una época donde lo que predominaban eran las lesionectomías, es

decir, intervenciones quirúrgicas en las cuales lo que se realizaban eran pequeñas lesiones en

el cerebro con el pretexto de conseguir resultados clínicos favorables. Estaba muy relacionado

con los experimentos anteriormente mencionados. Poco a poco, fueron siendo sustituidas por

Neurocirugía sobre base anatómica alterada sin/con fallo funcional NEUROCIRUGÍA CONVENCIONAL

Neurocirugía con base anatómica intacta pero fallo funcional NEUROCIRUGÍA FUNCIONAL

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la neuromodulación, con efectos en el SNC reversibles (es decir, si quito el estímulo, volverá a

su situación basal).

Walter Freeman, pionero de la lobotomía en Estados Unidos y defensor de la psicocirugía,

realizó más de 2.500 lobotomías ambulantes en unos 23 estados de EE.UU (1.936-1.950).

La neurocirugía funcional aún guarda las reminiscencias de esta época, habiendo estado

muchos años bajo la mirada de los comités éticos y deontológicos.

3. ESPECIALISTAS IMPLICADOS EN LA NEUROCIRUGÍA FUNCIONAL

La cirugía funcional es multidisciplinar, requiere de la participación de muchos especialistas y

todos son importantes.

Para llevar a cabo la neurocirugía funcional, se necesita del correcto funcionamiento de un

equipo de especialistas que engloba desde el neuropsiquiatra, al

neurofisiólogo, neurólogo y neurocirujano.

Aunque el neurocirujano es el que hace el procedimiento quirúrgico el

éxito depende en igual parte del resto del equipo. Además también

intervienen otros como el neurorradiólogo, el psiquiatra… Es por ello, que

resulta muy importante la elección del paciente porque si éste está mal

elegido los resultados de la cirugía no van a ser buenos.

En este grupo de enfermedades cuya solución quirúrgica se halla en la

neurocirugía funcional encontramos la epilepsia, la enf. de Parkinson, el

dolor rebelde a tratamiento, así como otras.

4. ENFERMEDAD DE PARKINSON

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad degenerativa donde aparecen síntomas

progresivos. Es esporádica, aunque hay un pequeño porcentaje donde hay una alteración

conocida.

Se detectan síntomas cardinales o fundamentales que derivan de la posterior pérdida de

neuronas dopaminérgicas (temblor, rigidez, bradicinesia, alteraciones de la marcha…). Se da

una importante disminución de la amplitud y velocidad del movimiento, donde el temblor es

en reposo.

Cuando la enfermedad evoluciona se afectan otros circuitos y neurotransmisores y aparecen

otras alteraciones no relacionadas con el déficit de dopamina, como síntomas axiales (como

caídas frecuentes), autonómicos (como hipersudoración) y alteraciones cognitivas (como la

demencia). Estos últimos síntomas no relacionados con la dopamina se ven en la enfermedad

ya avanzada.

Síntomas por enfermedad degenerativa Síntomas Progresivos

Síntomas por pérdida de neuronas dopaminérgicas Síntomas Cardinales

Síntomas por la alteración de otros circuitos y neurotransmisores Síntomas Axiales, Autonómicos y Demencia

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La frecuencia es difícil de definir, pues hay muchas enfermedades que tienen síntomas muy

parecidos al Parkinson y se diagnostican de Parkinson cuando no lo son. Aproximadamente:

o 150.000 personas enfermas de Parkinson en España.

o 1/500 personas en España, se estima que padecen la enfermedad.

o 6,3 millones de personas afectas en el mundo por esta enfermedad.

Hay un pico de incidencia, en la sexta década, pero también hay Parkinson incluso en edades

infantiles.

CIRUGÍA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON Esto que viene a continuación es lo ¨preguntable¨ en examen

¿En qué consiste la cirugía de la enfermedad de Parkinson?

El procedimiento quirúrgico para la cirugía de la enfermedad de Parkinson consiste en meter

unos electrodos en una zona concreta del cerebro, que es la diana y que son los núcleos

subtalámicos, de manera que se estimulen de forma bilateral y crónica. Se introduce un

electrodo, se fija y se conecta a un generador de corriente continua.

¿Cuáles son las indicaciones para la cirugía de la enfermedad de Parkinson?

Los pacientes en los que tiene indicación la cirugía de la enfermedad de Parkinson son

aquellos:

Pacientes diagnosticados de enfermedad de Parkinson.

Presenten buena respuesta inicial a la medicación: esto es porque la cirugía solo

mejora los síntomas producidos por alteraciones de la dopamina, de modo que si es

enfermedad avanzada en la que están interviniendo otros neurotransmisores ya no

tiene sentido operar.

Inicio de efectos secundarios o cortos periodos on. En el Parkinson hay unos

periodos en los que hace efecto la medicación que son los “periodos on”, y otros

periodos en los que no hace efecto y son los “periodos off”. Para que esté indicada la

operación el paciente tiene que estar limitado debido a que pese a la medicación está

más tiempo en fase off que en fase on.

¿Cuáles son los casos en los que NO está indicado la cirugía de la enfermedad de

Parkinson?

Los pacientes en los que NO tiene indicación la cirugía de la enfermedad de Parkinson son

aquellos:

Presentan depresión o algún otro tipo de trastorno psiquiátrico: la

enfermedad no depende de la dopamina, por lo que no tendrá sentido operar.

Buena respuesta a la medicación: si existe una buena respuesta a la medicación y

el paciente se encuentra controlado, ¿para qué operar?

Síntomas axiales o demencia: la enfermedad está muy evolucionada y ya afecta a

otros circuitos y neurotransmisores, por lo que se aleja de alteraciones provocadas

por la dopamina. No tiene sentido intervenir, aunque mejore la calidad de vida del

paciente.

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Existe mala respuesta a la anestesia.

Intervención

Desde el diagnóstico hasta la fase avanzada de la enfermedad, hay una etapa (la media de

tiempo de esta etapa suele ser de 5 años aunque algunos pacientes duran muchos más) donde

la medicación hace efecto, pero llega un momento en el que el paciente no tiene síntomas de

enfermedad evolucionada pero no tiene buena respuesta a la medicación, y es cuando está

recomendada la operación.

El problema es que esta operación tiene un coste muy elevado (unos 60.000 euros) por lo que

hay que escoger bien a los candidatos. El circuito habitual es que el neurólogo detecte algunos

pacientes que puedan ser candidatos a la cirugía y, cuando se detecta, se envíe a una unidad

de trastorno del movimiento. De aquí, más tarde, se remitirá al neurocirujano. Pueden pasar 2

años y medio desde el neurólogo hasta que se opera. Es posible que cuando se vaya a operar

ya no sea buen candidato, así que se pretende coger al paciente en fases iniciales. Con lo que

hay que quedarse es con que, por lo general para ganar tiempo en cuanto el paciente es

diagnosticado de Parkinson se le indica la operación y se incluye en la lista de espera, para

que cuando el tratamiento no le haga efecto pueda optar a la operación sin esperar.

Hay una fase preoperatoria donde se hace el estudio y la selección de candidatos tanto por

el neurólogo como por el neuropsicólogo. Luego se envía al neurólogo especialista en

trastornos del movimiento. Una vez seleccionados los candidatos se presentan a los pacientes

en la sesión clínica multidisciplinar del grupo de trastornos de movimiento, se ven los videos,

se ve como está el paciente y las escalas. El neuropsicólogo ya dirá si tiene proceso de

demencia importante, depresión, deficiencia mental, etc.

Una vez que pasa todos los screening y llega el momento de

operarse, el paciente ingresa el día anterior a la intervención,

teniendo ya programada una RMN la misma mañana de la

operación, en esta RMN además se le mete contraste (gadolinio)

que nos va a permitir ver bien los vasos y evitarlos durante la

operación.

Se le coloca un marco de estereotaxia que da referencias

externas a la cabeza del paciente, se trata de un marco que mediante trigonometría nos

permite coordinar y saber como llegar a un punto concreto profundo del cerebro haciendo un

agujero pequeño,

Durante la intervención,el paciente va a estar despierto y sin medicación,

por lo tanto al estar en OFF estará muy rígido. Es por ello que hay que

invertir todo el tiempo posible para que el paciente este cómodo porque

la cabeza la tendrá fija y el cuerpo suelto, y no podremos parar la

intervención quirúrgica para volver a acomodar al paciente.

Ahora la RNM se fusiona con una TAC con la imagen del marco de

estereotaxia. Con ello se minimizan los errores de una y otra imagen y con el marco se

Fusión de TAC y RNM

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calculan las coordenadas. Una vez fusionadas las imágenes se calculan las dianas y las

trayectorias, se decide el punto del subtálamo (núcleos subtalámicos) hacia donde se quiere

llegar y se selecciona el sitio por el cual hay que entrar y cuál seguir para evitar arterias, venas

ventrículos, etc.

Una vez que tenemos las coordenadas, se esteriliza todo, los cirujanos se lavan y al paciente se

le pone anestesia local, tras esto se realizan 2 incisiones y 2

trepanaciones

¿Cuáles son las dianas o targets de la cirugía de la

enfermedad de Parkinson?

o Distonías: Globo Pálido Interno bilateral.

o Temblor: VIM (Núcleo Intermedio Medial del Tálamo),

ya sea unilateral o bilateral.

o Enfermedad de Parkinson: Núcleos Subtalámicos

Bilaterales.

¿Qué mecanismo y funcionamiento tienen los electrodos

en la cirugía de la enfermedad de Parkinson?

En la fase operatoria, el paciente tiene anestesia local y el cuerpo descubierto porque habrá

que explorarlo durante la cirugía.

Una vez que se llega a la diana se da un estímulo al cerebro y el neurólogo se va por el otro

lado del paciente y lo explora. De los 5 puntos elegidos se elige el electrodo que mejor ha

registrado y que al estimular reduce más los síntomas. Así si uno de los electrodos a una

corriente continua detiene los síntomas o los disminuye al mínimo, es el que elegimos como

electrodo definitivo. Además se intenta que el umbral en el que aparecen antes los efectos

indeseados por sobreestimulación sea lo mayor posible.

Más tarde, este procedimiento se repite en el otro hemisferio. Siempre se

comienza en el lado que controla el lado más comprometido. Así, si tiene un

temblor en el lado derecho se comienza por el hemisferio izquierdo, porque si

el paciente se agobia o hay que parar la cirugía al menos estará puesto el

electrodo en el lado más sintomático.

Tras culminar las fases preoperatoria y operatoria, se procede a la

implantación de los electrodos:

Tras colocar esto al paciente se le duerme y se aplica la anestesia general.

Ahora hay que conectar el electrodo al estimulador que le de impulso.Así se coloca una pila

que se pone al lado del ombligo o al lado de la

clavícula, pero debajo de la clavícula se nota mucho,

ya que normalmente son pacientes caquéxicos. En la

barriga queda mejor estéticamente y tiene menos

riesgo de hacer un decúbito porque hay más tejido

para taparlo. El inconveniente del ombligo es que

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está más lejos.

En personas jóvenes a los que les importa la cuestión estética o ancianos muy delgados se

inserta subfascial donde queda más sujeto aunque la cirugía es más laboriosa y luego duele

más.

Al paciente se le da un mando con el que puede activar o apagar la pila. Si tiene que pasar por

algún lugar con campo magnético (arcos del aeropuerto), por ejemplo, que pueda desplazar

los electrodos apaga el estimulador y luego la enciende.

Electrodo

Extensión

Neuroestimulador

Programador

del paciente

Extensión

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Hay que tener en cuenta, que en la mayoría de las intervenciones, lo que

se consigue es aumentar exitosamente la calidad de vida del enfermo de

Parkinson.

Presente y Futuro de la Estimulación Cerebral Profunda (ECP).

Las indicaciones aceptadas para la cirugía, son por tanto:

.1. Enfermedad de Parkinson.

.2. Distonías.

.3. Temblor.

Depresión mayor.

TOC.

Epilepsia.

Dolor.

Otras indicaciones son la obesidad, los trastornos de la alimentación, la demencia, las cefaleas

en racimos o los estados de mínima conciencia.

Es importante que no se deje esta posibilidad como opción final cuando no se pueda hacer

nada y también lo es conocer que tiene un gran campo de acción. Ahora se está investigando

con células de los cuerpos carotídeos que producen dopamina, el procedimiento consistiría en

quitarlas de los senos carotídeos e implantarlas en el área cerebral. Esto sigue en fase de

investigación ya que de momento los resultados no son buenos al 100%.

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5. EPILEPSIA.

Es una alteración cerebral anatómica (visible o no visible) o funcional. Esta alteración provoca

una serie de descargas neuronales anormales, que terminan ocasionando las crisis epilépticas.

La epilepsia tiene una frecuencia que oscila entre el 0,5-1%, pero que, en la mayoría de los

casos, se considera controlada utilizando 2 fármacos.

De este porcentaje, un 30-35% son refractarias, por lo que no responden al tratamiento

correcto, dosis correcta y duración correcta.

Igualmente, no todos los enfermos epilépticos son candidatos a cirugía si existe control

mediante medicación. Pero sí es una clara indicación de cirugía, la refractariedad de la

enfermedad ante fármacos.

Cirugía de la epilepsia.

Si tenemos un foco que descarga crisis de forma anormal lo que se intenta es extirpar el foco

que descarga de manera anormal, curando así el paciente. Así siempre que se pueda se intenta

quitar el foco epileptógeno.

Pero si no se puede quitar porque esa zona es importante o no se puede acceder a ella, lo que

se hace es desconectar el foco de otras zonas para que si empieza a descargar no se extienda

al resto del cerebro.

Esta cirugía puede ser calificada finalmente como cirugía paliativa (si solo evita la propagación

de las descargas) o cirugía curativa (si llega a lograrse la extirpación del foco epileptógeno).

Es decir, consiste en la resección o desconexión del área cerebral responsable de las

crisis.

Indicaciones para la cirugía de la epilepsia

Los pacientes en los que hay indicación de cirugía de epilepsia son:

Pacientes diagnosticados de epilepsia refractaria: pues estos no responden al

tratamiento correcto, dosis correcta y duración correcta.

Pacientes con patologías previsiblemente refractarias.

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Cuando existe una clínica, imagen, neurofisiología y neuropsiquiatría

concluyentes: todo debe encajar y orientar a una zona determinada, es decir, la

imagen alterada debe ser de X región, los síntomas han de originarse en X región, la

neurofisiología debe demostrar alteraciones en X región y la neuropsiquiatría ha de

provenir de X región.

Cuando las pruebas nos dirigen a zonas/regiones dispares, hay que seguir haciendo pruebas

para delimitar la zona precisa y exacta donde se localiza el foco epileptógeno. Si la epilepsia

afecta a distintas regiones, valorar si se extirpa solo una, si se extirpan dos o si no se debe

extirpar ninguna.

¿Cuáles son las NO indicaciones para la cirugía de la epilepsia?

Los pacientes en los que NO hay indicación de cirugía de epilepsia son:

Pacientes con buen control de la enfermedad con fármacos: ¿para qué operar si

se controla con medicación?

Aquellos en los que existe riesgo de secuelas: en los que las áreas alteradas

pertenezcan a las áreas asociadas a la memoria, lenguaje… y que por tanto no deban

ser alteradas mediante cirugía.

Cuando NO existe una clínica, imagen, neurofisiología y neuropsiquiatría

concluyentes.

Existe riesgo quirúrgico.

¿Qué debemos hacer para tratarla/diagnosticarla?

Hacer una Historia Clínica, donde queden registrados todos los datos relevantes sobre

la enfermedad y antecedentes del paciente. Preferentemente, determinar

refractariedad.

Videoencefalograma: El paciente tiene un timbre, y mientras intentamos provocarle

crisis, por ejemplo mediante la emisión de luces cestelleantes, al paciente se le está

registrando toda su actividad encefálica. Cuando cree o percibe que está o va a sufrir

una crisis, avisa con el timbre y luego se compara la imagen del encefalograma en los

episodios en los que se manifestaba normalidad con aquellos en los que requirió

utilizar el timbre.

Estudios neuropsicológicos:

-No existe comorbilidad psiquiátrica.

-Ver si el paciente tiene sus facultades alteradas (memoria, lenguaje…), para disminuir

el número de posibles secuelas si no las tiene intactas. A veces estos estudios son

suficientes para contraindicar la cirugía.

RNM: con protocolo de epilepsia.

Otras pruebas de imagen.

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La zona condensada de color blanco es la lesión.

En qué consiste la cirugía de la epilepsia?

Si los resultados con todas estas pruebas no son concluyentes, se hacen pruebas más invasivas,

que pueden ser en el espacio subdural o dentro del cerebro. Son invasivas porque necesitan

una cirugía para colocarlo y tienen un riesgo quirúrgico.

Si los estudios no son favorables hay que pasar a técnicas paliativas. Estas técnicas son las de

estimulación cerebral profunda, estimulación vagal, transecciones subpiales, etc. Cuando

hablamos de no favorables, hablamos de la presencia de

crisis generalizadas o focos no detectables.

La mayoría de las epilepsias refractarias vienen del

temporal, por lo que con mayor frecuencia lo que se hace

es una lobectomía temporal más

amigdalohipocampectomía.

También se puede hacer algo más conservador, como es la

amigdalohipocampectomía. En ella se mantiene intacto el

lóbulo temporal y se prefiere en personas que tienen

intacta la memoria para intentar que la conserven. Esta

cirugía tiene mucho éxito en temporal pero en el lóbulo

parietal no.

6. DOLOR CRÓNICO REBELDE.

Dolores crónicos resistentes a tratamiento médico y quirúrgico.

Son el síndrome de espalda fallida, dolor postictal, miembro fantasma…

El objetivo es el de la reducción del dolor, evitar efectos secundarios de analgésicos y

aumentar la calidad de vida.

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Las técnicas utilizadas son:

- Estimuladores transcutáneos y medulares.

- Bombas de infusión intradural de opiáceos.

- Estimulación cerebral profunda.

- Estimulación de la corteza motora.

- Radiofrecuencia.

Es un tratamiento quirúrgico solo de los síntomas, no de la causa.

Tienen resultados irregulares porque hay muchos problemas psicológicos añadidos en estos

pacientes que hacen difícil controlar el contenido psicológico del dolor.

Es el último escalón de la escalera anestésica.

CASO CLÍNICO

Paciente de 23 años con epilepsia refractaria al

tratamiento médico.

Semiología de las crisis: sensitiva (lóbulo parietal)

+ frontal (área motora suplementaria).

RNM: Lesión parietooccipital izquierda,

compatible con displasia.

Si os percatáis, estamos frente a la lesión de 2 focos

cerebrales aparentes.

Las imágenes NO resultan compatibles con la clínica.

Se decide realizar monitorización invasiva con electrodos subdurales

para realizar:

– 1. Monitorización de la actividad eléctrica.

– 2. Mapeo de las funciones corticales (localización de áreas

elocuentes).

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Hay que realizar un estudio mediante electrodos, en el que

concluir donde descarga y ver si la actividad proviene de una

zona concreta.

Cerramos y controlamos con un encefalograma.

Marcamos zona elocuente y zona con actividad

importante.

No se deja claro si podemos operar pues afecta a

región elocuente e importante

¿Podría intervenirse a este paciente? • Se decide intervenir con el paciente despierto.

• Resección del foco epileptogénico, previa delimitación del área sensitiva de la mano.

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Se explora al paciente en plena intervención

mediante la confirmación de la posibilidad de

manipulación de diferentes objetos sencillos

(exploración sensitiva).

Así, se determina si podemos o no extirpar

determinadas regiones.

En la actualidad, se trata de un paciente con

auras epilépticas ocasionales pero que no

derivan en crisis.

NOTA: por todas estas imágenes del final del

tema no os preocupéis, no hay que saber

entenderlas ni los circulitos ni nada que

aparece, solamente las puso para ilustrar un

poco el caso.