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    NEZAHUALCYOTL, PRINCIPE PROVIDENCIAL EN LOS ESCRITOS DE

    FERNANDO DE AL VA IXTLILXCHITL

    GEORGES BAuDOT

    Al leer y volver a leer la obra que de Nezahualcyotl nos ha llegado,y al hacer cuentas de la exacta cantidad de poemas que claramentese le pueden reconocer hoy en da con toda seguridad, hallamos quedos textos atribuidos al prncipe texcocano plantean problemas de identificacin, de circunstancias y de contexto, que los hacen sospechos

    'simas. Bien sabemos que el P. Angel Mara Garibay, el primero, hallveinticuatro poemas de Nezahualcyotl en el manuscrito Ro-marnces delos seores de la Nueva Espaa y otros diez poemas en el manuscrito

    Cantares Mexicanos.l

    Ms tarde Miguel Le6n-Portilla confirm estasatribuciones. 2 Sin embargo existe una tradicin tenaz, representada hoyen da en la obra de Jos Luis Martnez,a que ha credo poder atribuiral rey de Texcoco dos poemas ms, es decir los dos aducidos en traduccin al espaol por Fernando de Alva Ixtlilxchitl en el captulo XLVII de su Historia de la nacin chichimeca: "Que trata de algunasprofecas y dichos que dijo el rey Nezahualcoyotzin";4 Los dos textosofrecen un tenor proftico muy acusado, justificndose incluso su presencia en el captulo de la Hstvria. . . por esa misma caracterstica, ypor las circunstancias de su supuesta composicin o proclamacin.Efectivamente, Alva Ixtlilxchitl 1100 los propone como dos Xopan cuicatl, o "cantos de primavera", entonados en las fiestas de inaugu

    1 Angel Maria Garibay K., Historia de la literatura nhuatl, Mxico, EditorialPorra, S. A., 1953-1954, 1: 266 y I I : 381 y 389; Poesa nhuatl, Mxico, UNAM,1964-1968, 1: xii, xiv, xv, xxxix, 105, 109, 116, 126, 134, 140 y 143; u: lxx1xxi, 1xxix y xciii; ID : xxvi y xxxvi.

    2 Miguel Len-Portilla, Trece poetas del mundo azteca, Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Histricas, 1967, 48.

    3 Jos Luis Martnez, Nezahualcyotl, Mxico, Fondo de Cultura Econmica,1984, 159, 168.

    4 Fernando de Alva Ixtlilx6chitl, Obras histricas, editor Edmundo Q'Gorman.Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Histricas, 1977, I I , 132.

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    racin de palacios o templos, incluso el segundo en una fecha que llamamucho la atencin: a saber en Ce Acatl, es decir en 1467, o sea cincuenta y dos aos exactamente, la duracin precisa de un Xiuhmolpilli:de una "atadura de aos", antes de la llegada de los espaoles en 1519,siendo ste tambin un ao Ce Acatl. Dentro de los objetivos y de lasfinalidades de la obra de Alva Ixtli1xchitl, y si nos atenemos a unalectura cuidadosa de sus escritos, estas atrevidas atribuciones de textosa su glorioso antepasado cobran singulareo; colores. Mejor parecen seruna consecuencia del anhelo mostrado por el historiador texcocano

    para lograr una insercin armoniosa del pasado prehispnico en lasperspectivas de una historia novohispana renovada. Pero vayamos porpartes.

    Veamos primero el retrato que de Nezahualcyotl nos propone nuestro historiador. As, como introduccin al relato de su vida y hechosno duda en compararlo con el rey Ciro evocado por Xenofonte. En elCompendio histrico de{ reino de Texcoco, en su Undcima relacin.Del gran Nezahualcyotl, sptimo gran chichimecatl tecuhtli, llega asugerir que la historiografa amerindia relativa a su antepasado obedecea Jos mismos criterios que la de la antigedad clfu;ca de los europeos,es decir que se trata de escribir una "historia ejemplar" que propongaun modelo poltico y tico:

    . . .muchas veces me ha parecido que los historiadores antiguos que pintaron la vida de este singular prncipe hacen lo que se cuenta de Xeno.fonte, que todos dicen de l, que en la vida que escribi6 de Ciro,rey de los persas, no fue tanto su intento escribir vida de un hombreen particular, cuanto pintar un buen rey en las partes que convieneque tenga . . . 5

    y este va a ser entonces el objetivo declarado de Alva Ixtlilxchitl:. . . y asi parece que quien quisiera pintar y hacer relacin de un buenmonarca, aunque brbaro" de cuantos hubo en este nuevo mundo, notena que hacer ms de poner delante la vida del rey Nezahualcoyotzin,porque fue un dechado de buenos y excelentes prncipes . . . 6

    De este modo el rey de Texcoco despus de la victoria lograda contra el tirano de Azcapotzalco, habr de reorganizar su reino reo;table ciendo la estructura socio-poltica instaurada por el mismsimo Xolotl.Para lograr el reconocimiento indispensable a su soberana volver afundar el antiguo vnculo de vasallaje:

    5 Fernando de Alva Ixtlilx6chitl, Obras Histricas. o.c., 1, 439. B Ibidem.

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    . . . parecile fa] Nezahualcoyotzin que si no hubiesen seores de pueblosque fuesen sujetos y con quien acompaasen, que ~ u n q u eera seor nosera t a n acatado y asi era bien tener seores por vasallos . . . 1

    Y las razones aducidas para convencer al soberano de Mxico deque haban de restituirse tierras y macehuales a los seores tepanecasvencidos eran ejemplares, inspiradas por el deseo de justicia, y ante laoposicin del monarca de Mxico:

    . . . le replic6 fa Itzcoatzin], que era el hacerlo as modo tirnico quehaban usado los reyes tepanecas, que no era ms de usurpar y alzarsecon 10 ajeno . . , a ms de que era mayor grandeza de los reyes y sobe ranos seores tener otros que fuesen sus inferiores, . . 8

    Del mismo modo, y con igual sabidura, haba de mejorar las es tructuras administrativas imponiendo la organizaci6n de los "calpix ques", repartir tierras, organizar como "hombre de gran gobierno yjusticiero "el sistema jurdico, elaborando nueva legislaci6n ("ochentaleyes") y erradicando aquellos mismos pecados y vicios que eran pre cisamente los que tanto reprochaban los espaoles a los amerindios:

    , , .entre las cuales (leyes) los ms graves delitos eran los siguientes:el traidor, el pecado contra natura, el adulterio, el hurto, y la borra chera y el pecado de la homicidia,9

    Puede verse que se trata de una rehabilitaci6n del "prncipe br baro" colocando en niveles comparables la historia amerindia y lahistoria de la antigedad europea. Las intenciones de nuestro autor nopueden ser ms claras:

    . , . desde mi adolescencia tuve siempre gran deseo de saber las cosasacaecidas en este Nuevo Mundo, que no fueron menos que las de losromanos, griegos, medos y otras repblicas gentlicas que tuvieron famaen el universQ, , , l O

    y para Ixtlilx6chitl es indudable que la rudeza o barbarie de unosu otros no es culpa de los pueblos sino de sus gobernantes:

    . , , y la causa de ser unos de poltico vivir y otros muy toscos y de bajospensamientos, o soberbios altivos, y amigos de mandar, ha sido el tenervirtuosos o malos prncipes.n

    1 Ibdem, 1, Sumaria relacin de las cosas de la Nueva Espaa, 379. 8 Ibdem, 11, Historia de la nacin chichimeca, 88. 9 Ibdem, 1, Compendio histrico . . , 447.

    t i ) Ibdem, 1, Dedicatoria de la Sumaria relacin de la historia general, 525.11

    Ibdem,1,

    Compendio hist1'ico., . . 417.

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    Este ser, en realidad el verdadero punto de partida de la visinde Nezahualcyotl que pretende imponer Ixtlilxchitl para ensalzar lascualidades y la obra del mejor de los prncipes amerindios. De ah la

    importancia concedida por el historiador texcocano a la obra del primerchichimeca tecuhtli, Xolotl:

    . . . el cuall fue uno de los ms valerosos prncipes que ha tenido estatierra, como se ha visto en esta relacin y se ver ms especificada,..mente en su historia, aunque en suma hme detenido en esta relacinms de lo que quisiera; ms por ser la raz y fundamento de mi ne gocio ha sido forzoso para que ms claramente se vea quin fue elprimer poblador de esta tierra despus de la destruccin de los tultecas . . . 12

    As, Xolotl ser el arquetipo, el patrn mismo, del buen prncipe,el chichimeoa tecuhtli: " . . . que por su mucho valor y poder le dierontitulo a l y sus descendientes . . . " (Ibidem, Compendio . . . , 421). Enprimer lugar :{(olotl es el fundador de un imperio. La toma de posesinde su reino despus de la destruccin tolteca se realiza segn principiosy normas de respeto de la propiedad y de justicia: " . . . diciendo que,sin perjuicio ni quitndosela a nadie la tomaba por suya . . . " (Ibidem,422). La ocupacin de tierras vcuas se hace bajo la organizacin deuna estructura socio-poltica de tipo feudal que nuestro texcocano quie

    re asimilar al modelo europeo, por 10 menos en su terminologa. AsXolotl procede a la "demarcacin" de las tierras y distribuye milpas alos seores chichimecas que le acompaan:

    . . . tom y hizo demarcacin sobre ella, primeramente en la que cupieron sus vasallos que trajo consigo . . . {. . . ] y a los otros seis seoresque vinieron despus que l estaba en esta tierra, reparti los pueblosy lugares acomodados a su propsito . . . {Ibidem, Compendio, 422].Por otra parte, despus de ocupar la integralidad de su imperio,

    Xolotl decidir instalar el sistema de "vasallaje" para limitar las am

    biciones de aquellos prncipes que la ociosidad podra hacer excesivamente ambiciosos, demostrando as su sentido de paz y justicia, a lapar que su deseo de consolidar su mando:

    Hasta la venida de los Aculhuas, ninguno de los caudillos y seoresque trajo consigo el gran chichimcatl tenia seoro particular, porquelos traa ocupados en las poblaciones. . . [ . . . ] y por que ya era tiempoque fuesen premiados [ . . . ] acord en el mismo ao atrs referido dedar y repartir a todos seoros y estados . . . 1312 Ibdem, 1, Compendio histrico . . . , 426-427. 111

    Ibidem,I I ,

    Historia de la nacin chichimeca, 19.

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    En contrapartida el vasallo deba una presencia efectiva en la cortedel monarca y el procurar asistencia militar a su soberano, as comotena obligacin de tributar a ste.

    Xolotl, en segundo lugar, habr de ser el autntico fundador deuna "nacin chichimeca". Efectivamente, su prudencia poltica en esteterreno es muy notable. Confrontado con lo que hoy llamaramos el"problema de las nacionalidades", lo habr de resolver por la estrategiade las alianzas matrimoniales. Lo que Alva Ixtlilxchitl llama "la interpolacin". De hecho, los primeros toltecas guiados por Huemac quevienen acomodndose por el valle de Mxico ya practican dicha poltica como se declara en la Sumaria relacin de las cosas de la NuevaEspaa:

    . . temindose no se levantarn algn da contra ellos y les quitaran sustierras, pueblos y lugares, acordaron de ir a ver al seor que a la saznera de los chichimecas, y pedirle les diera un hijo o deudo ms cercanode su linaje para jurarlo por su rey y seor. . . (269).

    Este tipo de "interpolacin" es caracterstico de la expansin toltecay al mismo tiempo un modo eficaz de asegurar la hegemona:

    . . este rey gobern cincuenta y dos aos, en cuyo tiempo fueron los deesta nacin en grande aumento y trabaron parentesco y amistad conlos naturales que a la sazn haba en la tierra, tenindolos debajo de sudominio y seoro . . . 14

    Pero, la situacin era algo distinta cuando los chichimecas de Xolotlllegan al valle de Mxico, " . . . eran ms de un milln . . . ante lospocos tultecas que haban escapado de su destruccin . . . " [Ibidem].Lo cual haba de desembocar en la fundacin de un reino tolteca deCulhuacan bajo el impulso del soberano Nauyotl, y en una guerratolteca-chichimcca de wnada importancia cuya gravedad subraya lainvestigacin moderna. lC. Para asegurar una paz definitiva Xolotl recurreentonces a la alianza matrimonial y

    . . con esta unin y matrimonio quedaron en perpetua paz y confmmidad, y comenzaron, a emparentar los unos con los otros... (n, His toria de la nacin chichimeca, 18).

    14 Ibidem, 11. 15 Cdice Xolotl. Introduccin de Rafael Garda Granados, estudio por Charles

    E. Dibble, Mxico, UNAM, Instituto de Historia, 1951, 39.

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    Vemos que sin lugar a dudas, el modelo poltico que NezahualcyCil tiene ante los ojos y como leccin permanente, es l de una sabidura digna de las mejores lecciones de la antigedad greco-Iatina.

    Ahora bien, si Nezahualcyotl emparenta con la mejor tradicinpoltica del Chichimeca Tecuhtli fundador, cs tambin hijo espiritualde Huemac-Quetzalcatl. El prncipe texcocano, en la lnea seguidapor Huemac, es un o de los mayores sabios de la historia amcrindia:

    . . . fue este rey uno de los ms grandes sabios que tuvo esta tierraporque fue grandsimo filsofo y astrlogo.,. [CompendiQ Hist rico . . . 447].

    En su propia lucha contra Tczozmoc el texcocano va guiado porla ciencia astrolgica:

    . . . como sus cosas iban guiadas por va de sus astrlogos y adivinos . . .[SUm4ria RelacinL 351].

    y as bajo el decidido impulso de prncipe ta n ilustrado Texcoco setransforma en la capital prehispnica de las artes y de las ciencias. Lospalacios de Nezahualcyotl vendrn a ser la sede de un centro de estudios que nuestro historiador no duda en bautizar "universidad" y querene a " . . . todos los poetas, histricos y filsofos del reino" respaldados po r un acervo documental de primera importancia: " . . . y a s i m ~mo estaban aqu los archivos reales . . . " Por ello la genealoga delprncipe texcocano producir todo un linaje de reyes-filsofos dentrode la lnea seguida por Quetzalcatl y la historia amerindia seguir unejemplar prooeso de desarrollo poltico y cultural bajo el impulso desoberanos paradigmticos, los chichimecah tecutin, cuyos ttulos igualan a los de los emperadores romanos: " . . . tuvieron estos ttulos yrenombres qu e es como los romanos emperadores llamarse Csares . . . "(CQmpen.dio Histrico . . . 496).

    Dentro de estas perspectivas, parece indudable que la conquista es paola deba revestir una importancia fundamental, en la encrucijadamisma de la construccin metahistrica y conceptual edificada por AlvaIxtlilxchltl. Es a la vez el trmino de una historia y el principio deotra, como es dentro de este marco el resultado y el trmino de laHistoria.

    Por la tremenda ruptura que supone y por la aparente erradicacinde los mundos. antiguos de Amrica, por la eliminacin de conceptos,discursos y conductas anteriores, el acontecimiento requiere de algunainterpretacin, de alguna "remodelacin" discursiva que lo haga presentable, aceptable dentro de un armonioso fluir de la hL"Itoria humana

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    como parte indudable del proyecto divino, como trmino de una fina lidad histrica. Si la conquista espaola ha tenido por principal resul tado traer el conocimiento del cristianismo a los amerindios, el h i s t o r i a ~

    dor texcocano ha de "posicionar" a sus antepasados indgenas dentrode nuevas pticas, de nuevos perfiles. Incluida en su Compendio hist rico del reino de Texcoco, probablemente la obra ms polmica deIxtlilxchitl, la Decimatercia relacin: De la venida de los espaoles yprincipio de la ley evanglica nos ofrece la versin de la conquista queprolonga a la vez la visin histrica implcita en el retrato de Nezahual cyotl que acabamos de ver, y explica el porqu de esos dos poemasprofticos atribuidos tan audazmente a este ltimo.

    Fernando de Alva Ixtlilxchitl de este mOdo va a utilizar el con

    cepto cristiano de la Historia que supone un a orientacin divina de losacontecimientos. Pero, contrariamente a la tendencia difamadora de msde un cronista espaol, el texcocano situar el pasado amerindio bajoel signo inequvoco de la misericordia divina y no bajo l de la iradivina. Dios no abandon a los pueblos de Amrica por idlatras hastael momento de su supremo castigo, a saber la conquista, sino que laProvidencia divina intervino en la historia amerindi2. encarnndose enun concepto amerindio: el Tloque Nahuaque, y vino a anunciar su a d ~venimiento bajo la forma de predicciones y profecas. Esta visin religio sa del pasado indgena califica'la versin de la conquista que proponeIxtlilxchitl: slo una historia amerindia bajo el signo de la graciadivina puede poner en tela de juicio la justificacin espaola de laconquista, fundamentada sta en la imagen de una sociedad condenadadesde sus mismsimos orgenes. Es pues el esencial sincretismo religiosoimplcito en la asimilacin Tloque N ahua.que / Dios de los cristianosque ha de fundar esta nueva visin de la conquista y del pasado ame rindio qu e la antecede.

    Alva Ixtlilxchitl empezar por fundarse en la tradicin amerindiaque inclua a este acontecimiento en su propia historia y le atribua supropio significado. As es como la verdad de presagios y profecas eranparte de una interpretacin de la realidad. Prolongando los dos poemas"profticos" atribuidos por Ixtlilxchitl a Nezahualcyotl hallamos quedel mismo modo las predicciones de su hijo Nezahualpilli son singular mente explcitas, ya que anuncian la llegada de los "hijos del sol" en viados por Tloque Nahuaque:

    Declar a sus vasallos y a los dems reyes como esta tierra haba de serde los hijos del sol, hombres valerosos e invencibles, y que tenan un

    seor el mayor del mundo, y que su dios era el Tloque Nahuaque que

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    era el creador de todas las cosas, . . , Compendio histrico del reinode Texcoco, 449.

    Ante estos invasores toda resL"tencia haba de ser intil ya que aca rreara la clera divina:

    , , . y qu e a esta causa no convena ser contra ellos porque los qu e talhiciesen haban de ser destruidos y muertos con rayos del cielo."Ibidem.

    De este modo la conquista se inscribe en la propia historia amerin da, como una etapa nueva y una prolongacin a la vez. Adquiere ade ms un significado religioso claro y dentro de esta peculiar visin elconcepto mismo de "conquista" ya no la define. La tradicin amerin da procura su propia interpretacin del acontecimiento, a saber elcumplimiento de la voluntad de Tlaque Nahuaqe y su advenimientoen Amrica. Adems al establecer un modelo de sincretismo religiosQcrientado hada el futuro. Tlaque Nahuaque / Dios de los espaoles,los Lextos profticos, tanto de NezahualcyotI como de Nezahualpilli,preparaban a los amerindios l aceptar el eristi,mismo y el imperio es paol. Pero tambin, y esto es fundamental, anunciaban la participa cin en dicha "conquista" de un prncix: mncrindio, el hijo de Neza hualpilli y nieto de Nezahualcyotl: " . . . y que un hijo suyo haba deser en favor de ello" y haba de beberse su propia sangre", Ibdem.y Alva Ixtlilxchitl identificar a este hroe: p r e d e ~ t i n a d odentro deper;:pectivas p r o v i d c n c i a l i s t a ~crisLianas al enumerar a los descendimtesde Nezahualpilli: " " . el noveno fue Ixtlilxehitl que se llam don Fer nando mediante quin despus de Dios se gan esta tierra . . ," , Ibidem.

    450. Esta predestinacin atribuida al texcocano arroja nueva luz sobrela interpretacin de Alva Ixtlilxchitl, en el sentido de que el autnticoconquistador de la Nueva Espaa es en realidad do n Fernando Ixtlil xchitl, designado po r la Providencia divina, papel esencial reservadoa Hernn Cort" tradicionalmente por el relato hi"trico propio de losespaoles. De hecho a ojos del historiador texcocano los conquistadore:;;llevan conductas que no son las de v c r d a d c r o , ~electos de la Providenciay no tienen las virtudes necesarias al mostrar tanta intil crueldad:

    , . . y en l se cumpli lo que de l se dera que todo hombre cruel escobarde, aunque era ya llegada la voluntad de Dios porque de otramanera fuera imposible querer cuatro espaoles sujetar un nuevo! mun

    do tan zrande )' detantn.\'

    miffarc.ldi'

    w'nte . , Ibdem, 452,

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    La voluntad divina ejercer entonces su influencia para remediarlos errores y fallas de los espaoles y para ello fundndose en la accindecidida y benfica de prncipes amerindios como don Fernando Ixtlil

    xchitl que aparecern as como los autnticos instrumentos de la Pro videncia divina. De este modo la conducta del huei tlatoani, de Mote cuhzoma, slo se explica por su providencial conversin al cristianismo,y an despus de la Noche Triste y hasta el sitio de Mxico, slo laintervencin de loo texcocanOR salva a los conquistadores:

    . . . y as claro parece en las historias que fue muy importantsima cosala ayuda que tuvieron de Texcuco dichos espaoles; que despus deDios, Ixtlilxchitl y los dems sus hermanos y deudos suyos, seoresy caudillos [que] ellos eran se plant la ley evanglica y se gan la

    ciudad de Mxico. . . Ibdem, 463.

    Claro est, tal actitud puede parecer extraa a los ojos de quienc;estn empeados en rechazar la invasin espaola, y slo la explica unperfecto acatamiento de la voluntad divina en quien traiciona a supropio pueblo en nombre de la nueva religin:

    {Los mexicanos] enviaron a reprender mucho a Ixtlilxchitl esta y otrascosas, porque favoreca a los hijos del sol, y era contra su propia patriay deudos, el cual les responda siempre que ms quera ser amigo de

    los cristianes que le traan la luz verdadera, y su pretensin era muybuena para la salud del alma, que no ser de la parte de su patria ydeudos, pues no queran obedecerles, y que no tan solamente les favo recera y ayudara en todo, sino que tambin perdera la vida porellos. . . Ibidem, 462.

    De todo lo que antecede, parece desprenderse una necesidad. Den tro de una lgica discursiva propia del relato histrico creado por AlvaIxtlilxchitl, la salvacin y/o la preservacin del pasado prehispnicoslo puede inscribirse en perspectiva'l providencialistas cristianas queacepten la conquista espaola como un paso previo, dolorossimo peroinsoslayable. para integrarla en un futuro cristiano, en un futuro no vohispano en que el amerindio goce de una presencia fundamental reco nocida en razn de "u papel palmario para facilitar y permitir el nuevoorden de cosa.". Por muy duro que:' esto sea:

    . _. pero todo lo podemos dar por bien empleado, pues estos nuestrosamigos, los hijos del sol. nOJ trajeron la lu:: vrrdadera, la salud denuestras .almas y la vida c U r n a que tan 1l'jUJ {'stbamos de ella, gozan do la gloria del mundo ( '011 J a , ~ hOlTibles tinirblas, haciendo lo que

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    nuestros falsos dioses nos mandaban, sacrificando nuestros prjimos,entendiendo que acertbamos en estas nuestras antiguas costumbres,bamos en los abismos del infierno . . . Ibdem, 501.

    y surge entonces la necesidad de hallar en este pasado signos anun ciadores, reveladores, profticos, del cataclismo indispensable a la venida de la luz evanglica. Quines mejor que los dos prlncipes-poetas deTexcoco que encarnan a la vez la sabidura antigua y la presencia, el

    conocimiento del porvenir, y que as son los mejores moldes semnticos para integrar pasado y futuro amerindios en una misma lnea deescritura? Bien claro lo reconoce el historiador texcocano:

    Oh sapientsimos reyes Nezahualcyotl y Nezahualpilli, cmo fuerapara vosotros este tiempo dichoso tan alabado y ensalzado pues tantolo deseasteis ver y nos contradijisteis nuestros errores! Muchas vecesms bienaventurados nosotros que los gozamos, y lUestrostrabajosbien empleados que han de tener dos premios, el uno en ,estavida,cuando no sea ms que la honra y fama sin inters de riquezas queson perecederas, y el otro, en la vida eterna donde est el TloqueNahuaque, que llaman los castellanos Jesucristo . . . Ibidem, 502.

    Dentro de este esquema conceptual se inscriben as con toda natu

    ralidad los poema" que Alva Ixtlilxchitl atribuye a su antepasado:

    Entre los cantos que compuso el rey Nezahualcoyotzin, donde ms a laclara dijo algunas profecas, que muy a la clara en nuestros tiemposse ha n cumplido y visto, fueron los que se intitulan Xompancucatlque significa canto de primavera . . . Historia de la nacin chichmeca,Obras hist6ricar, n. 132.

    Pero demos paso a los textos mismos cuya redaccin es ms de unavez reveladora del proyecto de Alva Ixtlilxchitl. El primero, del que

    en lengua nhuatl Ixtlilxchitl slo noo da dos palabra'l: "Tlacxocon caquican ha ni Nezahualco)'otzin" habra llevado po r ttulo "Od loque dice el rey N ezahualcoyotzin en sus lamentaciones sobre las cala midades y persecuciones que han de padecer sus reinos y seoros". Sutexto, "traducido" po r el hi"toriador al castellano, dice as:

    Ido que seasde esta presente vida a la otra, oh rey Yoyontzin, vendrtiempo que sern deshechos y destrozados tus varallos, quedando todastus cosasen las tinieblas del olvido: entonr.es de verdad. no estar en tumano f>l seoro y mando sino en la de Dios.

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    Este poema parece prolongarse como sigue a continuacin, a menosde que se trate de otro texto di"tinto segn parece indicar el propiorelato de Alva Ixtlilxchitl quien llegado aqu puntualiza: "Y entr[sic, por iCen otro"] dijo:

    Entonces sern las aflicciones, las miserias y persecuciones que pade cern tus hijos y nietos; y llorosos se acordarn de ti, viendo que losdejaste hurfanos en servicio de otros extraos en su misma patriaAcolihuacan; porque en esto vienen a parar los mandos, imperios yseoros, que duran poco y son de poca estabilidad, Lo de esta vidaes prestado, que en un instante lo hemos de dejar como otros lo handejado; pues los seores Zihuapantzin, Acolnahuacatzin y Quauhtzontezoma, que siempre te acompaaban, ya no los ves en estos brevesgustos.

    Hemos subrayado los versos que nos parecen aludir ms directamente a la conquista espaola, a su prediccin segn las necesidadessemnticas del proyecto metahistrico de Alva Ixtlilxchitl. El ltimode los poemas aducidos as por nuestro historiador texcocano, es aqulcompuesto en circunstancias que nos parecen an' ms reveladoras segnsu propio relato: iCEn el aio de /467 que llaman ce catl, se acab yfue el estreno del templo mayor de la ciudad de Tetzcuco del dolo

    Huitzilopochtli, y entonces dijo":

    En tal ao como ste se destruir este templo, que ahora se estrenaquin se hallar presente?, si ser mi hijo o mi nieto?, entonces ira disminucin la tierra y se acabarn los sdioresj de suerte que elmaguey siendo pequeo y sin sazn, ser talado; los rboles siendopequeos darn fruto, y la tierra dek'Ctuosa siempre ir a menos: entonces la malicia, deleites )' sensualidad, estarn en su punto, dndosea ellos desde su tierna edad los hombres y las mujeres; y unos a otrosse robarn las haciendas. Sucedern cosas prodigiosas: las aves habla

    rn, y en este tiempo llegarel

    rbol de la luz, y de la salud y sustento.Para librar a vuestros hijos de estos vicios y calamidades. haced quedesde nios se den a la virtud y trabajos.

    Una vez ms el tono es apocalptico y el estilo proftico acorde conla necesidad de la prediccin: la conquista ha de ser anunciada, pre vista, para integrarse en una continuidad amerindia. Hemos submyado los elementos ms significativos a nuestro ver de esta pre-visin deaquel siglo xvn que le toca vivir a Alva Ixtlilxchitl: la ruina de la nobleza aborigen, la relajacin general de las costumbres que han dejadode conocer el severo freno d(' la legislacin prehispnica, el de."pojo de

  • 8/6/2019 Nezaprinicpeprovidencial

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    tierras y haciendas de los indgenas.Todo ello vinculado con la destruccin del templo de Huitzilopochtli, enun ao clave: el ao Ce Acatl,es decir una"atadura de aos" precisa despus de su inauguracin, unperiodo clave circulardel fluir del tiempo en que todo puede pasar,fallar la luz delsol o borrarse el universo. En un tiempo histrico-ritualhecho de ciclos precisos comoel xiuhmolpilli los acontecimientos msrelevantes slo pueden acaecer dentro de esta periodicidad. Y esto AlvaIxtlilxchitl lo sahe de sohra. De ah la habilidad de su construccin.Por fin intriga un poco la expresin: ". . . en este tiempo llegar elrbol de la luz, y de la salud y sustento . . . " Acaso se trata de unatransposicin "cristianizada" delX ockincuahuitl: "el rbol Florido"bajo el cuallos poetas celebran sus justas y fiestas ritualmente reunidosen comunidad amistosa,en 1cniuhyotl? El historiador texcocano nopuede haber ignorado este smbolo, aunque tambines muy posibleque usara aqu una expresin de la tradicin bblica o cristiana.

    Para concluir slo nosqueda lamentar, una vez ms, la reducidacantidad de poemas que noshan llegado de Nezahualcyotl con todaslas garantas de autenticidad. Si bienes de todos conocido que muchostextos se le han atribuido desde hace varios siglos, y a veces de unamanera bastante jocosa, podemos echar de ver queel proceso de atribucin un tanto intempestiva empez pronto, con los mismos escritos

    de su propio descendiente: Alva Ixtlilxchitl. Dentro de una obraqueseguramente fue copiosa,los treinta y cuatro textos en lengua nhuatl,seguros e identificados, enlos dos manuscritos recopilados enel siglo XVI:Romances de los Seijores de la Nueva Espaa y Cantares Mexicanosque conocemos, no son muchos. Cuntas pginas de la deslumbrantelrica nhuatl delos tiempos prehi"pnicos permanecena n oculta" enarchivos ignorados?