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Cardiología hoy | Blog Nuevas guías de reanimación cardiopulmonar Publicado: 26 Octubre 2010 | Dr. Juan Quiles Granado Publicación de las nuevas guías de resucitación cardiopulmonar de la Sociedad Americana de Cardiología que actualizan las existentes desde 2005. Desde entonces se han producido novedades en la resucitación cardiopulmonar que se recogen en estas nuevas guías. En resumen, los principales puntos de la guía son los siguientes: Para la mayoría de los adultos con PCR extrahospitalaria, la reanimación realizada por la persona que la presencia únicamente con con compresiones torácicas parece lograr resultados similares a los de la RCP convencional (compresiones y respiración boca a boca). Sin embargo, para los niños la RCP convencional es superior. Minimizar el intervalo entre la interrupción del compresiones y la descarga eléctrica mejora las probabilidades de éxito de la descarga y la supervivencia del paciente. Una adecuada organización de la atención tras la PCR, con énfasis en programas multidisciplinarios que se centran en la optimización de la función hemodinámica, neurológica, y metabólica (incluyendo la hipotermia) puede mejorar la supervivencia hospitalaria. Fomentar la compresión únicamente: la RCP para el reanimador inexperto es más fácil de realizar. Cambio en la secuencia de resucitación del soporte vital básico: "ABC" (vía aérea, respiración, compresiones) cambia a "CAB" (compresiones, vía aérea, respiración) para adultos y pacientes pediátricos. Las compresiones deben ser realizadas con la adecuada profundidad y minimizando las pausas entre las compresiones, evitando la ventilación excesiva. El protocolo de una descarga para la FV no se ha modificado. La evidencia indica que incluso breves interrupciones en la RCP son perjudiciales. Por lo tanto, los reanimadores deben minimizar el intervalo entre la

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Cardiologa hoy | BlogNuevas guas de reanimacin cardiopulmonar Publicado: 26 Octubre 2010 | Dr. Juan Quiles Granado Publicacin de las nuevas guas de resucitacin cardiopulmonar de la Sociedad Americana de Cardiologaque actualizan las existentes desde 2005. Desde entonces se han producido novedades en la resucitacin cardiopulmonar que se recogen en estas nuevas guas.En resumen, los principales puntos de la gua son los siguientes: Para la mayora de los adultos con PCR extrahospitalaria, la reanimacin realizada por la persona que la presencia nicamente con con compresiones torcicas parece lograr resultados similares a los de la RCP convencional (compresiones y respiracin boca a boca). Sin embargo, para los nios la RCP convencional es superior. Minimizar el intervalo entre la interrupcin del compresiones y la descarga elctrica mejora las probabilidades de xito de la descarga y la supervivencia del paciente. Una adecuada organizacin de la atencin tras la PCR, con nfasis en programas multidisciplinarios que se centran en la optimizacin de la funcin hemodinmica, neurolgica, y metablica (incluyendo la hipotermia) puede mejorar la supervivencia hospitalaria. Fomentar la compresin nicamente: la RCP para el reanimador inexperto es ms fcil de realizar. Cambio en la secuencia de resucitacin del soporte vital bsico: "ABC" (va area, respiracin, compresiones) cambia a "CAB" (compresiones, va area, respiracin) para adultos y pacientes peditricos. Las compresiones deben ser realizadas con la adecuada profundidad y minimizando las pausas entre las compresiones, evitando la ventilacin excesiva. El protocolo de una descarga para la FV no se ha modificado. La evidencia indica que incluso breves interrupciones en la RCP son perjudiciales. Por lo tanto, los reanimadores deben minimizar el intervalo entre la interrupcin del compresiones y las descargas y se debe reanudar la RCP inmediatamente despus de la descarga. Respecto a la resucitacin avanzada, las guas 2010 introducen tambin novedades respecto al manejo y monitorizacin de la va aerea y la medicacin utilizada durante la reanimacin.ComentarioLas nuevas guas de RCP 2010 ponen al da los avances obtenidos en los ltimos 5 aos desde la publicacin de las ltimas guas. Todas estas novedades estn recogidas en un nmero monogrfico que consta de 16 captulos en los que se detalla la reanimacin bsica, la avanzada y las situaciones especiales.ReferenciaExecutive Summary: 2010 American Heart Association Guidelines for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care John M. Field, Mary Fran Hazinski, Michael R. Sayre, Leon Chameides, Stephen M. Schexnayder, Robin Hemphill, Ricardo A. Samson, John Kattwinkel, Robert A. Berg, Farhan Bhanji, Diana M. Cave, Edward C. Jauch, Peter J. Kudenchuk, Robert W. Neumar, Mary Ann Peberdy, Jeffrey M. Perlman, Elizabeth Sinz, Andrew H. Travers, Marc D. Berg, John E. Billi, Brian Eigel, Robert W. Hickey, Monica E. Kleinman, Mark S. Link, Laurie J. Morrison, Robert E. O'Connor, Michael Shuster, Clifton W. Callaway, Brett Cucchiara, Jeffrey D. Ferguson, Thomas D. Rea, Terry L. Vanden Hoek. Circulation 2010;122:640-656.

Cardiologa hoy | BlogDieta hiposdica estricta y prevencin cardiovascular: debemos echar el freno? Publicado: 15 Abril 2015 | Dr. Alberto Ullate de la Torre Artculo que analiza el riesgo cardiovascular observado con distintos niveles de restriccin de sodio en la dieta, dentro de la cohorte prospectiva del Health, Aging, and Body Composition (Health ABC) Study.

Se realiz un seguimiento a 10 aos de 2.642 adultos de entre 71-80 aos de edad, la mayora de ellos (75%) sin enfermedad cardiovascular manifiesta. En la visita del segundo ao se les pas un cuestionario de frecuencia de consumo (FFQ) de 108 items, que los participantes rellenaron. Se examin el consumo de sodio en la dieta como variable cuantitativa continua (mg/da) y tambin como categrica, conformando tres rangos de ingesta: menor de 1.500 mg/da (n=291), entre 1.500-2.300 mg/da (n=779) y mayor de 2.300 mg/da (n=1.572).

Los desenlaces de inters eran: la mortalidad por cualquier causa; la incidencia de enfermedad cardiovascular (ECV), definida como cardiopata isqumica, enfermedad cerebrovascular, arteriopata perifrica y muerte de causa cardiovascular; y la incidencia de insuficiencia cardiaca (IC) en el periodo observado.

Al finalizar el seguimiento, no se detect una asociacin significativa entre la ingesta de sodio y la mortalidad, ni de manera lineal [HR 1,03 (95% IC, 0,98-1,09; p=0,001)] ni entre los 3 grupos establecidos tras ajustar el modelo [mortalidad de 33,8%, 30,7% y 35,2%, respectivamente, p= 0,07], aunque s se detect una tendencia no significativa en el grupo de mayor ingesta de sodio.

De la misma manera, atendiendo a la incidencia de ECV (29% de los pacientes) y de IC (15%), tampoco se hall una asociacin significativa con la cantidad de sodio diario ingerido, ni entre los grupos establecidos. En todos los casos el factor de confusin principal fue el sexo, teniendo las mujeres mayor riesgo.ComentarioDurante los ltimos aos , dentro del refuerzo de las medidas no farmacolgicas de prevencin cardiovascular, la dieta hiposdica ha ganado mayor peso del que ya tena. No solo en pacientes hipertensos o con insuficiencia cardiaca crnica, sino en prevencin primaria, sobre todo en individuos aosos. La inercia observada es recomendar ingestas de sodio cada vez ms estrictas en nuestros pacientes, sin que exista suficiente evidencia de que esto sea beneficioso para su salud cardiovascular. Es ms, parece que esta restriccin se asocia a una ingesta calrica escasa y ms interacciones medicamentosas en las personas ancianas, lo que no nos deja demasiado tranquilos.

Apoyando esta idea encontramos en los ltimos aos diversos estudios mencionados en este trabajo, entre ellos una extensa cohorte multinacional y varios metaanlisis, que no encuentran asociacin protectora con una restriccin estricta de sodio, e incluso presentan una tendencia perjudicial con esta medida frente a una dieta hiposdica estndar.

Este estudio intenta tambin medir el posible beneficio de esta intervencin, delimitando grupos de consumo hechos a propsito segn las recomendaciones actuales, para tratar de esclarecer cul es el mejor lmite. A su favor est el hecho de haberse realizado en una cohorte real y con una edad media acorde a la observada en la prctica clnica habitual, y con un seguimiento nada desdeable. El FFQ realizado era completo, bien validado con ilustraciones y modelos alimentarios, y un buen entrenamiento por parte del entrevistador. Y todos los anlisis fueron repetidos indexando la ingesta de sodio por el ndice de masa corporal (IMC) y el consumo calrico total, lo que evita imprecisiones.

Entre las limitaciones a destacar de este trabajo est, por supuesto, la utilizacin de un mtodo como el cuestionario diettico para estimar la ingesta de sodio en la muestra estudiada. Es cierto que es superior a otros mtodos subjetivos de valoracin diettica, como el recuerdo de 24 horas o el registro diettico... pero el margen que este cuestionario deja al error es muy amplio para pasarlo por alto. Otras medidas ms analticas y objetivas, como la determinacin de sodio urinario, reflejan de manera mucho ms fiable la ingesta de sal en la dieta. Y no podemos olvidar que estamos ante una cohorte que no se dise especficamente para analizar esta asociacin, contando con una potencia estadstica limitada para detectar diferencias modestas.

Teniendo todo ello en cuenta, y aunque tengamos que interpretar con prudencia trabajos como este, creo que es momento de ser al menos un poco escptico en cuanto a la limitacin estricta de la ingesta de sodio como medida de prevencin primaria, y optar por una recomendacin ms moderada hasta que exista una evidencia ms solida. Se debe profundizar ms en esta cuestin antes de retirar tan pronto el salero de la mesa de nuestros mayores.ReferenciaDietary Sodium Content, Mortality, and Risk for Cardiovascular Events in Older Adults: The Health, Aging, and Body Composition (Health ABC) Study Kalogeropoulos AP, Georgiopoulou VV, Murphy RA, Newman AB, Bauer DC, Harris TB, Yang Z, Applegate WB, Kritchevsky SB. JAMA Intern Med. 2015 Jan 19.